dijous, 17 de gener del 2008

Poor Gallardón.

El albero amaneció ayer húmedo, húmedo de lágrimas de las muchas que se derramaron, unas más sinceras que otras, por el cruel destino que sufrió el morlaco, descabellado antes de la primera suerte a la vista y goce de la afición madrileña -siempre curiosa de ver sangre- y el susto de la hispana que toma buena nota de cómo se las gastan en la capital. El pobre señor Ruiz-Gallardón, alanceado por su Jefe, vituperado por la COPE, derrotado por la Valkiria de la Comunidad, consolado por el portavoz -portadolencia en este caso- señor Cabanillas, vio desvanecerse sus más caros sueños de alcanzar la presidencia del Gobierno dirigiendo un partido como el PP, dirigido a su vez por neofranquistas y nacionalcatólicos en la coyunda de la España eterna.

Y ya le echó sentimentalismo todo el mundo al asunto. El interesado se pilló una rabieta, se desdijo en horas, salió haciendo pucheros, confesando su amarga derrota y exhibiendo su sufrimiento de res agónica, mientras la dama del alba se regodeaba en silencio en su triunfo, yendo a un acto público al que el moribundo señor Ruiz-Gallardón no tuvo fuerzas para asistir.

¿Quién decía que la política se había burocratizado, tecnificado, convertido en una rutina? También tiene momentos para las eternas pasiones de la naturaleza humana: la ambición, la venganza, el rencor, la lealtad, la entrega... Donde menos se espera hay un Macbeth o una lady Macbeth.

Más con los pies en la tierra, el señor Ruiz-Gallardón despierta muchas simpatías y condolencias y es mucha la gente que votaría por él pero él no puede pedir el voto para él como presidente de un partido como el PP porque ni el partido lo admite -ya se ve- ni los electores le seguirían tan lejos.

Y todo es un problema del defecto más acusado del señor alcalde de Madrid: su miedo. Le faltan redaños para llegar al destino que ha estado trabajando toda su vida, desde que empezó como oposición al alcalde Tierno Galván y que consiste en separarse del PP y levantar la bandera del partido cuya necesidad ve mucha gente, el del centro-derecha. Por supuesto, de verdad, no al estilo Aznar, cuyo carácter autoritario se agudiza con el paso del tiempo y cuya influencia en el descabello del alcalde es patente.

La función lacrimógena estuvo bien pero, en mi opinión, fueron los sociatas quienes rizaron el rizo. La dirigencia dio la noticia de que ni un comentario; esto es, la militancia puede frotarse las manos, pero en silencio. Sin embargo, la consigna no afectaba, al parecer, al señor Tomás Gómez, Secretario de los socialistas madrileños quien arremetió contra el señor Ruiz Gallardón diciéndole que dimita ya pues los madrileños le importan una higa y lo que quiere es ser diputado y presidente del Gobierno. Así, en abstracto, la razón asiste al señor Gómez; pero se le notan demasiado las ganas de quitarse de delante a un enemigo temible en las urnas, alguien ante quien puede perder su reputación de alcalde más votado.

(Fuente de la imagen, Brocco Lee's photos. Licencia Flickr).

dimecres, 16 de gener del 2008

Rumores de la corrala.

En una corrala madrileña del barrio de Lavapiés, de las que el señor Gallardón cuida como de las niñas de sus ojos, se congrega un grupo de vecinos con edad media pasada la de jubilación a comentar las últimas noticias sobre la campaña del PP a las elecciones de marzo, la llegada del señor Pizarro y el puntapié en el trasero del señor Gallardón:

Señor Curro, antiguo conserje de banca, sentencioso: "Lo que digo, con esas dos decisiones Rajoy ha perdido las elecciones."

Señora Encarna, que todavía regenta un puesto de chuches en la plaza de la Cebada: "¿Ese? Si las iba a perder de todas todas...¡Menudo pasmao!

Señora Casilda, que tuvo una charcutería: "Y encima ha metido a ese randa... No le bastó lo que trincó con la cosa de la luz y viene por más; que parece que le ha cogido el gusto.

Señor Nicasio, gallego indiano venido a menos: "¡Toma, como todos! La vaina es que mi paisano Raxoy no vale pa ná."

Curro (enfático): "Ya te digo. Pa ná. Un minguillo. Cuando yo estaba en el banco...

Casilda: "No empiece usté con sus batallas, señor Curro; aquí se habla de si Rajoy puede ganar poniendo de segundo a un tiburón de las finanzas y dando esquinazo a don Alberto.

Curro (picado): "Hay que ver, Casilda, qué bien habla usté. Con quién se codeará...

Encarna: "La Casi tié razón. Si cree que vamos a votar a ese buitre, va listo; y sin don Alberto, que es tan bueno y tan de centro, que yo lo quiero mucho.

Casilda (bajando la voz): "Pa mí que ha sido la lagartona de la Comunidad, que es como el perro del hortelano."

Nicasio: "Será la perra".

Curro: "Perro o perra, ese Rajoy es un mandao que no tiene media guantá."

Encarna: "Pues yo le diría a don Alberto, (menudo disgusto tié que tener el pobre), le diría, digo: don Alberto, váyase Vd. al PeSOE, que ahí sí que le querrán.

Nicasio: "¿Al PeSOE? Quite usté, Casi; ese a dónde tié que ir es al Partido del Progreso de la Democracia pa la Unión o como se diga, que son de centro de verdá.

Casilda: "Vamos anda. ¡Si esos son tós profesores! Lo que tié que hacer don Alberto es fundar su partido que estaría más guapo y tós le votaríamos con tó lo que ha hecho por las corralas."

Curro: "Pero ¿quién manda en el PP?"

Encarna: "¿Quién va a ser? ¿Es que no se ve? La lagarta, Aznarín, la refinóstica de su señora, que los va a votar Rita la cantaora.

Nicasio: "Pues dice don Alberto que se va a su casa."

Casilda: "Ahí estará mejor. ¿Quién le manda tener tratos con golfantes que ya ve usté cómo pagan? Eso, que deje la política, que es cosa de espabilaos y trincones, que más apañao estará en su casa.

Curro: "Y Dios en la de todos. Cuando yo estaba en el banco... (Desbandada general)

(La imagen es una antigua corrala de Madrid. Fuente: JaciVico Photostream, Licencia Flickr).

Salió el mormón.

Las primarias de ayer en Michigan eran decisivas para Mitt Romney, que se jugaba seguir en la carrera por la nominación o retirarse. Una derrota en el Estado en que nació y creció y en donde su padre fue gobernador tres legislaturas hubiera sido una catástrofe, después de las sufridas en Iowa y New Hampshire. Y no se ha producido sino que ha salido ganador con una ventaja de unos diez puntos sobre su inmediato rival, John McCain, que pretendía renovar su triunfo del año 2000 sobre George W. Bush en ese mismo Estado. El tercero, con un 16% ha quedado el cura ultramontano Huckabee, pero lo suficiente para mantenerlo en la lid hasta el próximo cinco de febrero.

El resultado de Michigan ha dejado la situación más abierta que nunca en el campo republicano. Huckabee venció en Iowa, McCain en New Hampshire y Romney en Michigan y también lo había hecho en Wyoming, victoria a la que casi nadie prestó atención, pero que ahora cobra una dimensión mayor y el candidato se crece aun más si recordamos que, a diferencia de New Hampshire, las primarias de Michigan son mayoritarias, esto es, el ganador se lo lleva todo. La contienda del "supermartes" promete ser apasionante.

En el campo demócrata, de los tres candidatos con posibilidades sólo se presentaba la señora Clinton (que ha obtenido el 56,6% del voto) ya que los señores Obama y Edwards renunciaron desde el momento en que, al celebrar el Estado unas primarias tempranas ilegales, el Comité Nacional del Partido le ha arrebatado todos los delegados, de forma que la victoria de la señora Clinton es meramente nominal. En el campo republicano pasa algo parecido, aunque no idéntico. También el Comité Nacional ha castigado al Estado por el mismo motivo, pero sólo le ha quitado la mitad de los delegados, de forma que el señor Romney se ha llevado treinta, pudiendo haberse llevado cincuenta y siete.

Aquí hay otra cuestión que explica por qué las elecciones en los EEUU son tan complicadas. Al ser abiertas las primarias republicanas, muchos demócratas han acudido a votar a ellas y se calcula que lo han hecho por Romney con el objetivo de fastidiar a McCain, al que consideran un adversario más temible que el mormón millonario. Esto es lo que explica por qué muchos se niegan a admitir las primarias abiertas y por qué las previsiones y los cálculos resultan tan complicados en las elecciones yankees.

La imagen de la derecha es una divertida broma que apunta en el sentido de los que dicen que todos los candidatos son iguales, etc. No comparto el punto de vista: todos los candidatos no son iguales ni mucho menos, pero el chiste tiene gracia. Que no todos sean iguales se observa en la bronca montada en el campo demócrata con los asuntos raciales. Que si Mrs. Clinton dijo, que si Mr. Obama contestó, a propósito de Martin Luther King, de venerada memoria entre los negros estadounidenses. Ahora, la derecha cristiana salvaje yankee se ha echado encima del señor Obama a raíz de una columna de Mr. Richard Cohen en el Washington Post, titulada Obama's Farrakhan Test en la que se viene a decir que, como el señor Obama pertenece a la Iglesia Unida Trinitaria de Cristo, de Chicago que distinguió con un premio el año pasado al señor Louis Farrakhan, necesariamente compartirá los puntos de vista islamistas radicales, racistas y antisemitas del señor Farrakhan. El real peligro para el señor Obama, a quien sus enemigos llaman Osama (llamándose él mismo, recuérdese, Barack Hussein Obama) no es ser negro, sino la acusación de islamismo... en los EEUU. Y aquí es donde, por más que me digan lo contrario, tiendo a ver la larga mano de los Clanton, quiero decir, perdón, de los Clinton.

Otro martes negro.

Ayer las bolsas se dieron otro batacazo, el enésimo desde que empezó a aflorar en el verano esta crisis larvada, reptante, a cámara lenta de los créditos basura. El Ibex bajó 3,37%; la bolsa de Londres 3,06%; Frankfurt 2,14; el Dow Jones 2,17%; el Nasdaq 100 2,82 y el Nikkei japonés 0,98%. Y son bajadas que se acumulan sobre bajadas. La recesión está aquí y no parece que haya modo de evitarla. En realidad estaba soterrada desde la crisis de las subprimes pero, al ser un crisis de confianza, parecía que las medidas de los bancos centrales que, ahora se ve, en lugar de resolver las cosas, las empeoraron, junto con las declaraciones de los políticos, podrían conjurar el peligro.

Falso. Ayer, el mayor banco de los EEUU, Citigroup, reconoció haber eliminado impagados por un total de casi10.000 millones de dólares en el último trimestre. Con los miles de millones de dólares se han ido el 41% de los dividendos y cuatro mil doscientos empleos de los veinticuatro mil que tiene la corporación. Ésta ha tenido que recurrir a los capitales foráneos, concretamente a los inversores japoneses, chinos y coreanos para mantenerse a flote y lo mismo ha tenido que hacer otro gigante del mercado inmobiliario, Merryl Lynch. Entre los dos han conseguido créditos por veinte mil millones de dólares. ¿De qué sirvieron los fondos que inyectaron por dos veces en los últimos meses los bancos centrales?

Está claro: de nada. Porque además, Citigroup no es más que la última (por ahora) entidad en reconocer que la catástrofe de los créditos basura le ha pillado debajo. Además de Merril Lynch, hay que contar Stanley Morgan (con tres mil setecientos millones de dólares pillados) y la Union de la Banque Suisse, con tres mil quinientos cincuenta millones), sin contar el Northern Rock británico. Ayer mismo otro gigante inmobiliario, el alemán Hypo-Real-State reconocía impagados por eliminar de unos 390 millones de dólares, con lo que sus acciones caían un 35%. Lo que decíamos en los meses pasados: poco a poco van saliendo los villanos y se va viendo que la podredumbre de los créditos basura ha impregnado el sistema financiero y crediticio internacional mucho más de lo que se suponía en un principio.

El sector que primero y con mayor contundencia está acusando el impacto es el inmobiliario. Según el Guardian, la crisis del sector, con impagos hipotecarios y caída libre de precios es, de momento, la peor en quince años y, según dice el presidente de Citigroup, aún no ha tocado fondo.

No parece probable que en España nos libremos de la crisis que ya está aquí según algunos de los indicadores más tempranos y a pesar de las declaraciones tranquilizadoras del señor Solbes y la fe con que el señor Rodríguez Zapatero esgrime ese superávit del 2% del PIB que, cuando empiece el quebranto en serio, será como una barquilla en un mar embravecido. Por si le sirve de consuelo, es de suponer que el impacto (especialmente en el mercado inmobiliario) no le pasará gran factura en las elecciones porque es bastante claro que la crisis viene en gran medida inducida del exterior y no es probable que el señor Rajoy consiga convencer de lo contrario al electorado. Y menos teniendo a su lado al señor Pizarro a quien jamás compraría yo un coche usado y menos ahora.

(La imagen representa el edificio de la bolsa en Nueva York. Foto: brian.glanz's photostream. Flickr licence).


dimarts, 15 de gener del 2008

Combate singular.

La política es lo más parecido a la guerra que hay en tiempos de paz o relativa paz, pues los terroristas adoran decir que estamos en guerra; les da tronío. Y como en las guerras de la leyenda y algunas históricas, de vez en cuando se para la batalla normal, ordinaria, de todos contra todos, para anunciar a bombo y platillo un combate singular entre dos guerreros, enfrente de los dos ejércitos. Eso son las elecciones del nueve de marzo, una contienda entre dos hombres que representan dos partidos que representan dos sectores de la sociedad, genéricamente identificados con la derecha y la izquierda.

Izquierda y derecha, esos dos conceptos que según el señor Marichalar en entrevista en El País, "son conceptos de hace dos siglos". Juro que lo dice. Consúltenlo. Porque lo gordo no es lo que dice, ya que eso es evidente al ser la derecha y la izquierda conceptos nacidos en la Revolución Francesa, sino lo que quiere decir; quiere decir que, como son de hace dos siglos ya no valen, que están anticuados o algo así. Es tan estúpido que seguramente el señor Marichalar, noble de nobleza secular, querrá decir otra cosa. Porque de hace más siglos es la Biblia o la propiedad privada o la pólvora o la nación española, que el señor Marichalar defiende con denuedo. De dos siglos es la guillotina, por cierto, también producto de la Revolución Francesa.

El señor Rodríguez Zapatero hizo un balance risueño de legislatura al disolver las Cortes, hablando de que ha cumplido su palabra. Sólo le falta decir ¡No os he fallado!" Es incomprensible que los estrategas sociatas no lo hayan sacado aún. Porque, bueno, en cuanto al cumplimiento de promesas, el asunto está regulín porque faltan cuestiones esenciales como la vivienda, la aconfesionalidad de la sociedad española y la mejora del aborto. No son cosas que vaya a reprocharle la derecha. En la entrevista-río que ha publicado El Mundo (no pongo enlace porque es de pago), esa típica baladronada del señor Jiménez de ocho horas de entrevista, con foto del paseo por los jardines de La Moncloa incluida, el presidente del Gobierno ha salido triunfador sin paliativos y el periodista no lo ha pillado en nada; en nada. ¿Y para eso lo ha tenido ocho horas?

Si me dejan a mí me pongo a preguntarle por qué tenemos que seguir aguantando las impertinencias de los curas y no denunciar esa vergüenza de los acuerdos con la Santa Sede y de ahí no me muevo. Porque lo demás es ni fú ni fá: la ruptura de las negociaciones de paz fue exclusiva responsabilidad de ETA en lo que seguramente acabara viéndose como su mayor metedura de pata; las cercanías de Barcelona, cosas que pasan; los sobresaltos económicos, asuntos de intendencia. Pero donde ha habido un claro retroceso, una cesión, un abandono de principios ha sido en la actitud ante la Iglesia católica, cuya inquina a un Gobierno de izquierdas, hermana gemela de la del PP, no tiene límites. Y cuando la Iglesia no tiene límites se apodera de ella el diablo. No quiero ni pensar en cuántos conocidos eclesiásticos se me antojan siervos de Satán.

En la derecha se hace coincidir la convocatoria de elecciones con la publicidad de su nuevo logo y el cartel de propaganda, todo en azul pitufo con toques de azul celeste. Mientras en Pamplona, el señor Aznar, Mr. Cizaña, que dice estar apartado de la política, sostiene que el señor Rodríguez Zapatero está inhabilitado para ser presidente del Gobierno por haber mentido a los españoles. Él. El de "ha sido ETA" y el de "créame, le digo la verdad, el régimen iraquí tiene armas de destrucción masiva".

Las encuestas de este arranque de pre-precampaña electoral dan ganador al PSOE, aunque por estrecho margen, tan estrecho (en el caso de la de Sigma dos para El Mundo y la de La Vanguardia), que es previsible la circunstancia de que, teniendo menos votos el PP, le correspondan más escaños, no tanto por el sistema d'Hondt, que carga con demasiadas culpas, como por la asignación fija de dos diputados por provincia además de los que correspondan proporcionalmente a la población. Sólo la SER deja un margen algo más holgado de tres puntos porcentuales a favor del PSOE.

Los nacionalistas conseguirán su habitual mordida y los que parece que pueden quedarse sin bocado son los de Izquierda Unida, precisamente por andar sin dientes.

Mujeres de carácter.

Sigo aireando la bibliografía de mi bisabuelo de más reciente edición. He aquí una pieza, primorosamente hecha sobre las vidas de María Ladvenant y Quirante y María del Rosario Fernández, "La Tirana", que ha publicado la Asociación de Directores de Escena de España, con el titulo de Actrices españolas del siglo XVIII, Madrid, 2007.

Las dos mujeres citadas eran dos personalidades, sin duda. ¿Por qué mi antepasado se fijó en ellas? Porque presentaban elementos biográficos de ese carácter arrebatado, un poco truculento, popular y muy castizo que era de su gusto. Especialmente María Ladvenant, joven meteoro que pasó por la escena española como un huracán de pasiones, falleciendo a los veinticinco años y dejando tras de sí cuatro hijos, tres de ellos habidos fuera del matrimonio y con distintos amantes, nobles o no tan nobles pero adinerados. Es muy curioso y habla mucho sobre los usos sociales occidentales del siglo XVIII el episodio por el que María Ladvenant manumite a una su esclava, una morita llamada Barca ben Mojamet, luego de cristianada, María Francisca. Esta esclava era un regalo que le había hecho su amante, don Félix Ambur, quien se la había comprado a una señora valenciana por 2.475 reales, la cual señora la había comprado antes a un marinero en 60 libras, marinero que, a su vez, la había adquirido en Orán como "morita del campo enemigo" por treinta y dos pesos sencillos, de a quince reales. Como se ve, la sociedad civil compraba y vendía esclavos con gran empeño en pleno siglo XVIII, llamado "de las luces".

María Ladvenant fue una actriz dotada de genio, pero brilló poco tiempo en los escenarios madrileños. Ya desde fines del siglo XVI y hasta el XIX, Madrid tenía dos teatros, el de la Cruz y el del Príncipe, por los nombres de las calles en las que se encontraban. La administración de ambos, como la composición de las respectivas compañías y todos los aspectos atingentes a las representaciones eran competencia de una Junta de Espectáculos que era, en realidad, la Junta de los hospitales de Madrid, a los que el Ayuntamiento había cedido las ganancias de la explotación de los teatros para su financiación. Los espectáculos teatrales estaban regulados al máximo, desde el repertorio que tenían a la composición de las compañías y los nombres de quienes desempeñaban los papeles fijos, como primera dama, primer galán, gracioso, barba, etc. La vida de los actores y las actrices era un continuo forcejeo con las autoridades de la Junta y eso es lo que refleja don Emilio escrupulosamente, con una gran abundancia de material documental que tuvo la paciencia de ir rastreando, como actas de la Junta, memoriales de quienes reclamaban de ella, últimas voluntades, testamentos, etc.

El estudio que don Emilio dedica a La Tirana, María del Rosario Fernández (a la derecha en el célebre cuadro de Goya que se encuentra en el Museo de la Academia de Bellas Artes, en Madrid), es más voluminoso que el dedicado a Ladvenant, pero no se sigue de ello que tuviera para él más interés la segunda que la primera. Lo que tuvo es más biografía, al morir a los cuarenta y ocho años (prematura, pero no tanto como Ladvenant) por lo que acumuló mayor documentación que don Emilio aporta con gran diligencia. Desde luego, el genio de La tirana alcanzó una enorme repercusión en los círculos y medios que se ocupaban de teatro, básicamente por entonces en España en Madrid, Sevilla, Cádiz y Barcelona. Pero también es cierto que tuvo más tiempo para asentar su fama, como "la mejor actriz que tenía entonces España" (p. 271).

Ninguna de ambas mujeres, por cierto, fue ejemplo de moral burguesa: ambas estaban casadas pero ambas vivían separadas de sus maridos residentes en provincias y cuando estos regresaban, al reclamo de la fama y presumible riqueza de la esposa, provocaban auténticos problemas que a veces llegaban a la Junta de Teatros y más árriba. Es sorprendente el memorial que escribe María Ladvenant al Rey Carlos III y por el que acabó en la cárcel (p. 115).

Recorre la obra sobre La Tirana una referencia permanente a las luchas entre los seguidores del gusto teatral francés (los afrancesados del neoclásico), "...poetas ramplones, aplebeyados e ignorantes" (p. 174), dice mi bisabuelo y los seguidores del teatro español del siglo de oro, considerado por los primeros como algo monstruoso, disparatado, absurdo. Pobre Calderón. Ese duelo entre afrancesados y castizos se repetiría en la escena en la rivalidad entre María Bermejo, diva de los ultraclásicos (p. 313) y María del Rosarío Fernández, La Tirana, así llamada, por cierto, por que su marido, también actor, Francisco Castellanos, hacía muy bien los papeles de tirano por lo que lo llamaba El Tirano.

Señalo un dato curioso. El libro trae un excelente prólogo de don Joaquín Álvarez Barrientos, Presidente de esta Asociación de Directores, gran experto en asuntos de teatro y conocedor de la obra de don Emilio Cotarelo que alaba en numerosas ocasiones, considerándola en cierto modo renovadora de la historiografía, especialmente de la de la crítica literaria. En el momento de retratar el ambiente de dura polémica, hasta el sarcasmo y la burla públicas, de enfrentamientos por asuntos literarios, de negra honrilla de investigadores, de celos de publicista, en que vivió don Emilio, dice que don Adolfo Bonilla y San Martin, tras arremeter contra él a cuenta de la edición que hizo de las obras de Lope de Rueda, añade dos referencias que pensaba de ataque: "La primera es que sabemos que el académico estuvo en boca de todos, en los periódicos nacionales e internacionales, así como en cuplés, por cierta denuncia que hizo de unos vecinos suyos llamados Humbert, sobre la que no he indagado..." (p. 19). Si lo hubiera hecho habría encontrado una historia disparatada, asombrosa, rocambolesca, la que fue considerada en 1902 como la estafa del siglo, un asunto en el que hubo de todo... en Francia, quiebras, suicidios, muertes y estuvo a punto de derribar la IIIª República.

Los tales Humbert, vecinos de don Emilio, eran el matrimonio formado por Frédèric y Thérèse Humbert, que llevaban más de veinte años estafando a banqueros, anticuarios, prestamistas, notarios, filántropos y hasta la Emperatriz Eugenia en el exilio a cuenta de una fantasmagórica herencia de cien millones de francos que Mme. Humbert decía haber recibido del millonario estadounidense Robert Henry Crawford. El tal Crawford tenía sobrinos que iniciaron un proceso en los tribunales, se cruzaron demandas sobre demandas y un juez decidió bloquear los cien millones en la caja fuerte del domicilio de los Humbert en París, 65 Rue de la Grande Armée, mientras se deshacía la madeja judicial. Entre tanto, el matrimonio Humbert vivió más de veinte años opíparamente a cuenta del crédito que les otorgaba la banca y el mundo financiero sin escatimar un franco, al olor de los cien millones. Compraron castillos, recibían y agasajaban a los Rotschild, tenían una fabulosa pinacoteca y habían arrendado un palco en la Ópera por treinta mil francos al año.

Cuando, veinte años más tarde, hacia 1901, un juez decide hacer una comprobación de rutina y pregunta por el domicilio del difunto señor Robert Henry Crawford en los EEUU se descubre el pastel: los Crawford, tíos o sobrinos, no existen y dentro de la caja fuerte del 65, Rue de la Grande Armée, que se abre a instancia judicial, en ceremonia pública, no hay nada.

Los Humbert se dieron a la fuga, pero Francia, Inglaterra, los EEUU pusieron en alerta a la policía de puertos pues se suponía que embarcarían en uno de ellos hacia América. De hecho, sin embargo, cruzaron los pirineos y vinieron a esconderse a Madrid, encima del piso de mis bisabuelos. Lo que es un secreto celosamente guardado en las cronicas familiares es la razón por la que don Emilio denunció a los Humbert y, en concreto a Mme. Humbert. Porque tiene gracia: toda la vida escribiendo sobre gentes extraordinarias y cuando tropieza con una, la denuncia a la policía.

(La imagen es una foto de la época en que se ve a Thérèse Humbert con su cuñada en la cárcel de mujeres de Madrid. Sobre la vida de la Grande Thérèse hay una peli interpretada por Simone Signoret y un libro escrito por una crítica de arte, así como muchas referencias en historias, obras sobre la delincuencia, etc).



dilluns, 14 de gener del 2008

Comienza el baile.

A partir de hoy, día en el que el Consejo de Ministros disolverá las Cortes, estaremos prácticamente en campaña electoral. El PP está en ella desde que perdió las anteriores elecciones en marzo hace cuatro años, pidiéndolas anticipadas siempre que ha podido y augurando un fin convulso de la legislatura y apocalíptico de España. Por fortuna, la realidad ha decidido no obedecerle. Ahora sí; ahora hay elecciones, por lo cual me he buscado también un símbolo adecuado, fácilmente reconocible, con los colores básicos de McDonalds, cuyo éxito radica en la visibilidad. Los españoles no sólo queremos que se nos oiga, razón por la cual hablamos tan alto, como observa León Felipe, sino que también queremos que se nos vea. De ahí el rojo y el amarillo, que no hay modo de no verlos a fuerza de chillones. Por eso quieren también ponerle letra al himno, para gritarlo.

El caso es que arranca el proceso electoral con una lluvia de promesas. El señor Rajoy promete tanto por todas partes que, de seguir así, cuando llegue el diez de marzo, si gana las elecciones, no va a tener nada que administrar. Esto de los mil euros a las mujeres por el hecho de ser mujeres, con el condigno canto a la discriminación positiva provocará, supongo, un ataque de ira en las filas de los liberales de su partido para quienes la discriminación positiva es casi la antesala del fascismo. Igual que la propuesta de los 16.000 € exentos. Los liberales, del sector libertario estadounidense piensan que hay que suprimir todos los impuestos y no sólo los que graven a los más pobres. Es más o menos creíble, pero está bien que el PP dedique algo de tiempo a las políticas sociales.

También en el PSOE se han arrancado con promesas gordas. Hace un par de semanas el presidente del Gobierno hablaba de crear dos millones de puestos de trabajo, pero alguien le habrá dicho que tenga cuidado con las promesas cuantificables y por eso los dos millones no han reaparecido, no han vuelto a salir. El PSOE quiere valorar su ejecutoria y depender menos de las promesas. No quiere promesas, quiere realidades. Ese es un razonamiento que suena bien a oídos de las gentes sencillas, los inmigrantes y los llamados "realistas políticos". Y suena bien eso de que el Estado tiene un superavit de un dos por ciento del PIB. Probablemente sea la razón por la que el Gobierno hace promesas que suponen gastos consolidados, como esos 2.500 € por niño o los doscientos cuarenta para los jóvenes que estén de alquiler. Suena a años de vacas gordas; conviene prever los de las flacas. Por lo demás, el Comité Federal del PSOE ha visado las listas en las cincuenta y dos circunscripciones. Me salen treinta y nueve varones contra trece mujeres, 75/25. Eso va en contra de una ley preferida del PSOE.

El partido que se ha hecho visible de nuevo ha sido Unión, Progreso y Democracia (UPyD). Estos hablan de "españoles sin complejos". Banderabatientes, imagino, dispuestos a hacer retroceder a las huestes nacionalistas a sus madrigueras. Todo se les hace frenar a los nacionalismos, incluida la reforma de la Constitución. En todo caso, a lo que aspira el partido es a obtener una cantidad suficiente de diputados para tener grupo parlamentario propio, mínimo cinco porque quiere ser la bisagra, el pivote que puede aliarse con un partido o con el otro. El caso es permitir la "gobernabilidad" de España, o estar siempre en el Gobierno. Es el ejemplo de los liberales alemanes hasta la llegada de los Verdes.

Por último, no sé si he entendido bien, pero el señor Llamazares o un avatar suyo en Double Life quiere aparecer vestido de Superman, como conciencia crítica de la izquierda.

Estas elecciones prometen.

diumenge, 13 de gener del 2008

Mil entradas.

Con este post son 1.000 entradas en el blog desde que comencé. Estas máquinas lo cuentan todo y en el doble sentido de contar: cuentan numéricamente y cuentan, esto es, narran lo que se les pida sobre lo que hayan hecho, qué páginas hayan visitado, qué músicas se hayan bajado, todo. El ordenador es el ojo del Gran Hermano

En todo caso, 1.000 entradas, que no está mal. Gracias a quienes me lean por aguantarme. Confieso que lo paso bien escribiendo este diario que otros, especialmente en Sudamérica, llaman bitácora; el todo por la cosa, pues se trata del cuaderno de bitácora, creo. Y la abundancia de entradas permite hacer un índice de temas tratados en la columna de la derecha que, por lo que veo, no está mal. Se va haciendo una obrita en la red y con cierta variedad. Estaba pensando montar un sitio web, pues empecé a ver que el blog, por su estructura de rollo de papel (es literal que Kerouac escribió On the Road en un rollo de esos), ofrece muy poco espacio; y hasta he comprado, bueno, he alquilado, un dominio, que se llama www.cotarelo.eu, no porque sea un adelantado de la europeidad sino porque cotarelo.es, cotarelo.com y cotarelo.org estaban ya pillados. Pero no creo que sea necesario. He descubierto una aplicación (o como se llame el trasto) que me permite meter vínculos en el blog a una página donde puedo poner lo que quiera, trabajos, libros, lo que quiera. Seguramente seguiré por ahí.

En todo caso, tengo un par de amigos experimentados que me decían cuando empecé el blog que la gente lo coge siempre con mucho ardimento pero tan luego se cansa y lo abandona hasta que lo cierra. Pues aquí estoy, 1000 posts después, y con ganas de seguir.

Blogorismo. Sentido del ciberhumor.

El otro día, yendo a buscar una foto a Flickr, me di de bruces con esta pantalla, que tiene mucha gracia. A Flickr están dándole un masaje. Ahora, que cada cual se imagine a Flickr como quiera. Habrá quien lo vea como hombre, quién como mujer, quién como un perro o un gato y hasta -¿por qué no?- una chinche. ¿Por qué no van a gustar los masajes a las chinches? El caso es que nos han convertido a Flickr en un ser vivo con una broma. Porque yo veía la palabra y me sonaba como a alemán de los chistes de Otto y Fritz. Ahora ya sólo falta que empecemos a ver pantallas diciendo que "Flickr tiene un disgusto" o "se ha ido de viaje". O, lo que es más inquietante, "Flickr quiere conocerte de cerca".

La letra del himno.

¡Pero hombre! ¿Era necesario montar otro "comité de sabios" (que son como el oráculo de Delfos) para dar con una letra del Himno Nacional? ¿Era preciso molestar a ese meritorio Juan Español, parado ciudadrealeño para que sembrara de vaciedades el texto? ¿Acaso no existía ya una letra? ¿Cómo podemos ser tan olvidadizos? Somos un país de gentes despreocupadas, desmemoriadas, ignorantes de los tesoros morales de ejemplos, heroicidad e hidalguía que hemos recibido de nuestros antepasados y que dilapidamos alegremente en una quermés de autonomías que, como dice ese prócer, señor José María Aznar, que ese sí, mil himnos mereciera, son una "charlotada". ¿Por qué hemos de encargar al estro de un solo español -que será muy españolazo, no lo dudo, pero es solamente uno- lo que el venero de la raza ya había producido con esa voz anónima del pueblo que surge en los momentos álgidos de nuestra historia?

He aquí la verdadera, prístina, original letra del himno español, la que mis padres me inculcaron con ánimo de hacer de mí un patriota, encomendándome que la trasmitiera a mis hijos en tiempos del invicto Caudillo, cosa que hice en la esperanza de que siga siendo aceptable para las generaciones venideras. Una letra sostenible, vamos:

"Pero hombre, caramba,

qué cara tan estúpida que tiene Vd.;

parece un animal.

Bruto, zopenco, cernícalo, podenco;

cualquier día de estos va Vd. a rebuznar."

No me digan que no es perfectamente cantable a voz en cuello en todos los estadios deportivos del mundo y que no es una letra que nos unifica a todos sin blandenguerías ni cursilerías.