diumenge, 11 de novembre del 2007

Chévere, muchachos.

Lo único, pero muy interesante, que he sacado en limpio del lamentable incidente en la cumbre hispanoamericana es que todo dios considera que llamar "fascista" a alguien es insultarlo. ¿Qué dirán los fascistas al respecto? Digan lo que digan, lo suyo ha sido un exitazo en campaña de imagen. "Fascista" y "nazi" son dos insultos en toda la línea. Mucho más que el término "comunista". A pesar de todo lo que el comunismo ha supuesto, conserva cierta aura benéfica, revolucionaria, utópica. Todavía hay quien dice que "Jesucristo fue el primer comunista del mundo". Nadie, que yo sepa, ha dicho alguna vez que Jesucristo fuese el primer fascista. Ni los fascistas.

Por lo demás, la intervención del señor Hugo Chávez en lo referente al señor Aznar me pareció extemporánea, torpe, desaforada, grosera y bastante estúpida. No porque no esté de acuerdo con el fondo del discurso, sino porque no es el momento ni el lugar de ponerlo de relieve. En efecto, también a mí el señor Aznar me parece bastante fascista (con un fascismo nuevo, propio de la revolución tecnológica) y, desde luego, lacayo del señor Bush a extremos inconcebibles. Puedo estar de acuerdo con lo que dice el señor Chávez en este video

pero la cumbre no era el lugar para decirlo. Y no lo era porque las cumbres hispanoamericanas no son un mitin de fogosos partidarios del señor Chávez en donde éste puede gallear a su sabor. Las cumbres son espacios colectivos de diplomacia, colaboración y entendimiento, esto es, lugares en los que brilla la buena educación. Cuando se tiene, claro. Quizá el señor Chávez se siente tentado a seguir las audaces propuestas de Lenin en su tiempo para suprimir la diplomacia de los acuerdos secretos y por eso revienta la confidencialidad de las entrevistas. Si es así está mal porque pocas diplomacias han estado más llenas de secretos que la soviética.

Las cumbres tampoco son el lugar para ponerse borde por la misma razón por la que, cuando lo invitan a uno a casa ajena, trata uno de no agredir ni dejar en mal lugar al anfitrión que igual no quiere que lo indispongan con otros huéspedes. No es este un razonamiento que un ególatra infantil como parece ser el señor Chávez se haga por sí mismo; pero debieran soplárselo los asesores. Más que nada para no quedar como un patán.

No, no son las cumbres los lugares para tales exabruptos. Además es cosa muy poco inteligente. ¿Cómo no darse cuenta de que insultar a Aznar de esa forma es poner en un brete a los españoles presentes y no dejarles otra vía que reaccionar en respuesta como lo han hecho? Y lo han hecho muy bien. El Rey mandando callar al gárrulo militar y el señor Zapatero propinándole una lección de buenos y civilizados modales que lo dejó tieso y frío como una iguana. Los españoles consiguieron el aplauso general y el señor Chávez se quedó colgando del hilo del teléfono de don Fidel Castro, quien llamó a su joven paladín para hacerse presente en la cumbre desde el lecho del dolor, otro a quien gustan no poco las candilejas.

Tanto brillaron los españoles en la Cumbre a pesar de los ataques de varios mandatarios que nadie reparó en que el razonamiento expuesto por el señor Zapatero tenía un grave defecto lógico. Decía que la cumbre se basa en el respeto a los mandatarios elegidos por los ciudadanos de cada país. Pero eso será si los mandatarios son respetables porque el señor Chávez es elegido por la mayoría de la población y no es respetable en tanto no retire las expresiones injuriosas hacia otras personas.

Como es claro que el señor Chávez no lo hará, siempre se podrá suponer también que su finalidad originaria fue cargarse la cumbre para colocar al personal el rollo ese de lo bolivariano que, como la frecuente advocación del "socialismo del siglo XXI" nadie sabe en qué consista.

Hay que ver cómo gusta en Latinoamérica que alguien se meta con España y los españoles. En eso se echa de ver cuán españoles son sus hijos.

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El Real Sitio.

En el ojo mismo de este finde largo, mientras Norman Mailer pasaba a formar parte de los personajes de su primera novela de éxito, Los desnudos y los muertos, dimos un salto al Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, así llamado por tratarse de un lugar en el que los monjes jerónimos (cómo no) de Segovia tenían una granja. Aquí se retiró el primer Borbón que reinó en España, Felipe V, quien no se consideró obligado a gobernar sobre el Imperio porque eso ya lo hacían sus familiares en París. Tras doscientos años de los Austrias, comenzaba la época del convulso afrancesamiento rococó. Buena prueba estos jardines del palacio, concebidos al modo de Versalles y de todos los jardines de palacios en Europa, desde Schönbrunn en Viena hasta el Nyphenburger Garten en Munich.

El jardín tiene veintiséis fuentes de muy diversa categoría por lo general con motivos mitológicos propios del siglo XVIII. La fuente de más arriba, el Baño de Diana, parece estar más consagrada a Apolo que era un dios muy querido por el cousin aîné francés, Luis XIV en su condición de "Rey Sol", Febo Apolo. Los jardines son estupendos, aunque ni de lejos llegan a los de Versalles, pero es un placer pasear por ellos en esta época del año en que el follaje teñido de otoño fuego de los árboles, plátanos, castaños, robles, produce una luz dorada que lo baña todo del color de las memorias de la adolescencia, cuando la amarillenta calidez otoñal embalsamaba los ardores del verano.

En la foto se va a Ramoncín sobre un servidor, con los dos amigos residentes en La Granja cuya felicidad se aprecia en su relajado porte.

El conjunto del Real Sitio es muy grato de visitar. Siempre que la corte se asentaba en algún lugar, allí surgían nuevas edificaciones, hoteles, negocios para atender a la muchedumbre que normalmente se desplaza con los reyes, muy numerosa cuando se trata de los Borbones, que adoran la pompa y el boato.

Lo más característico de este ceremonial versallesco es la concentración en los temas mitológicos, especialmente las metamorfosis de Ovidio, leyendas como la de Perseo y temas alegóricos y los relativos a los consejos de los dioses, que los concentran en el Olimpo, igual que los dioses terrenales se concentraban en Versalles. Y sus primos del Sur en un lugar exótico llamado La Granja de San Ildefonso.

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dissabte, 10 de novembre del 2007

El interesante juego de la opinión política.

Para pasar el finde propongo a los lectores un divertido entretenimiento. Léase con atención el contenido del video de You Tube aquí colgado o pásese directamente a la traducción española más abajo.

La traducción dice así:

“¡La República Federal de Alemania (RFA) no es democrática! En la RFA no hay democracia puesto que la democracia significa gobierno del pueblo y aquí no gobierna el pueblo, sino sólo una parte del pueblo que es elegida por el conjunto del pueblo. Podría decirse entonces que sí que gobierna el pueblo puesto que puede elegir a los partidos que han de gobernar. Pero ese no es el caso puesto que los medios de comunicación se encargan de destruir o ignorar a todo partido nuevo que represente una oposición verdadera a los partidos establecidos.

La mayoría de la gente sólo puede formar su opinión a través de los medios y esos son los que nos engañan. Muchos no se dan cuenta de eso y los medios les influyen para formarse una opinión que se basa en falsedades o medias verdades. Se amenaza a la gente con que perderá su medio de vida si favorece a un partido “extremista”. Sin embargo, ¿qué es un partido extremista, quién decide qué es extremista y, sobre todo, qué tiene de democrático prohibir a la gente que elija al partido que quiera?

Mucha gente está encarcelada por haber expresado su opinión, pero de eso no se informa en los medios porque se pretende convencer al pueblo de que en la RFA hay libertad de expresión.

¿Se nos ha preguntado si queremos que entre Turquía en la Unión Europea (UE)?
¿Se nos ha preguntado si queremos una Constitución de la UE?
¿Se nos ha informado de qué consecuencias reales tendría una Constitución de la UE?

¿Se nos ha preguntado al pueblo alemán si queremos que los extranjeros puedan obtener la nacionalidad alemana?
¿Se nos ha preguntado si queremos el euro?

¿Se nos ha preguntado si queremos regalar submarinos nucleares a Israel?
¿Se nos ha preguntado si queremos enviar soldados alemanes a la guerra en defensa de intereses ajenos?

Parece que les dé igual lo que queramos puesto que, si no, nos preguntarían y pondrían en práctica lo que queremos y no permitirían que se construyeran mezquitas ni seguirían recortando las prestaciones sociales mientras se desembolsa más dinero para intereses extranjeros y todo ello en contra de nuestra voluntad.

En una democracia verdadera el gobierno no estaría tan en contra del pueblo, si no que haría lo que quisiera el pueblo. Por tanto la RFA no es democrática porque nunca se pregunta al pueblo y se actúa en contra de la voluntad popular y la libertad de expresión.”

Ahora el juego consiste en averiguar en menos de 1" (como diría Forges) a quién pertenece este discurso, si a la extrema izquierda o a la extrema derecha.

La solución, aquí.

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Genio y locura hasta la sepultura.

Hace siete meses, dentro de la serie que dediqué a Las edades de la vida, el post número XVII iba destinado a Camille Claudel. Feliz coincidencia porque la Fundación Mapfre ha inaugurado hace un par de días una exposición muy documentada de la obra de la genial escultora, discípula, modelo y amante de Auguste Rodin. La muestra es interesantísima y, por lo que yo sé, la primera que se abre en el país. Además hay un montón de obra acabada, en boceto, ensayo, prueba, que ilustra siempre mucho sobre el modo de trabajar del artista. En el caso de Camille Claudel, una mujer bellísima al decir de sus contemporáneos y puede apreciarse en la foto, el método de trabajo era tan torturado como lo muestran algunas de sus obras acabadas.

La más famosa, L'âge mur, la que sella su ruptura con Rodin, quien volvió con su amante de toda la vida, que seguramente no le ocasionaba tantos sobresaltos como su genial e imprevisible discípula. Queda claro en la expo que el grupo representa una forma de las edades de la vida. Parece que fue el hermano de la artista, Paul, el que puso nombre a las figuras con esa manía por lo concreto que suelen tener los poetas: Rose Beuret-Rodin-Camille. Sin duda alguna.

Pero no toda la producción de Camille Claudel era torturada. Precisamente la ruptura con Rodin abrió un periodo de clasicismo. La elegancia, el equilibrio de ese mármol que representa la fábula de Vertumnus y Pomona son manifiestos. Casi parecería que se tratara de autoras distintas, como si hubiera dos Camilles y la serena, la clásica y equilibrada emergiera a raíz de la ruptura con el amante.

Camille tuvo muy mala suerte y, después de abundantes crisis de ánimo y penurias sin cuento, su familia la encerró en un manicomio, en donde vivió los últimos treinta años de su vida. Un destino atroz. Su hermano Paul, cuyo busto había esculpido ella en repetidas ocasiones a lo largo de los años (Paul a los dieciséis, Paul a los veinte, etc) fue el que firmó el boletín de ingreso de Camille en el manicomio. Hoy, cuando sabemos que gran parte de lo que se da por cordura y por locura es pura convención social, pura construcción cultural, como el himno y la bandera, estremece la mala fortuna de Camille. Entró en el hospital en contra de su voluntad y su familia (su madre y su hermano) la mantuvo en él incluso contra el parecer contrario de los facultativos y de las propias instituciones en que estuvo recluida.

Al final, después de treinta años de encierro forzoso en un hospital de enfermos mentales, la hermosísima muchacha de más arriba ofrecía el aspecto de la izquierda. El gesto, la expresión del rostro, el ademán lo dicen todo. Pero obsérvense las manos, las manos, la parte más importante del cuerpo para un escultor.

En un lugar que trata de asuntos de Camille Claudel he encontrado el siguiente apotegma de Phyllis Chesler: "Algunos dicen que Plath, Woolf, y Claudel era genios "locos" que hubieran terminado igual de mal incluso aunque hubieran crecido en familias y culturas más afines a la mujer. ¿Cómo pueden estar tan seguros esos cínicos?". De los tres tristes destinos que personalizan las tres mujeres mencionadas, los dos suicidios permiten albergar la duda; el tercero, el encierro en contra de la voluntad de la encerrada no ofrece duda alguna; le sucedió por ser mujer, por tener genio y por ir contra las convenciones sociales del momento.

Eso que ha pasado y está pasando con las mujeres desde hace siglos, milenios, es otro Holocausto mayor, más antiguo, universal, permanente.

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divendres, 9 de novembre del 2007

Broncas en los medios.

Dos rifirrafes recientes entre contertulios en dos programas de televisión plantean algunas interesantes cuestiones sobre el nivel de crispación del debate público en España, sobre la función que ejercen los medios y sobre la calidad de ese debate. Los dos incidentes, idénticos en su génesis, desarrollo y desenlace son, además, simétricos en cuanto a su signo político. En los dos se empieza con una agresión verbal (frases subidas de tono, descalificaciones crudas, simples insultos), hay unos instantes confusos de tumulto con peticiones desatendidas de rectificación, reconsideración o retirada y el asunto termina con una de las partes levantándose airada y abandonando el plató. Uno sucedió hace unos días en la televisión andaluza y el otro el miércoles en el programa 59" de TVE. Son simétricos porque si en uno la parte agresora es la izquierda (para entendernos), señor Calleja, y la parte agredida la derecha, señora San Sebastián, en el otro es al revés, tres contertulios de izquierda (entre los cuales recuerdo a la señora Regás) se sintieron agredidos y se marcharon del plató mientras que el agresor que se quedó cómodamente sentado era el de la derecha, señor Villa. Sólo les falta llegar a las manos.

Menos mal que, como se oye predicar desde hace más de medio siglo, la división, el cleavage o clivaje, que dicen mis colegas, entre la derecha y la izquierda ya no se lleva nada, está obsoleto, trasnochado, es cutre y grisáceo, no pega ni con cola y no le interesa a nadie. Ya no hay modo, diuen, de distinguir a la derecha de la izquierda. Pues parece que entre ellas se distinguen perfectamente; al menos lo suficiente para decirse las lindezas a la cara y, si llega el caso, que ya falta poco, arrimarse una chufa.

La derecha y la izquierda es el nombre que se da en política a los dos términos de un rasgo que considero inherente al ser humano, esto es, el hecho de ser doble, de establecer dos polos en cualquiera de sus actividades: la fe y el ateísmo en religión, el libre mercado y el intervencionismo en economía, el romanticismo y el clasicismo en arte, el idealismo y el materialismo en filosofía, la izquierda y la derecha en política. Dos posiciones que grosso modo califican dos formas de entender la organización de la cosa pública, una más tendiendo a la igualdad y lo público y la otra más a la jerarquía y lo privado.

Ese enfrentamiento que en otros países discurre pacíficamente es motivo de gresca y bronca en España, como bien se ve en el video que he colgado, correspondiente al momento más pugnaz del programa de 59". Yo obligaría a ese par de energúmenos a ver estos minutos en la pantalla, a todo volumen, como le hacen a Alex en La naranja mecánica para suscitar en él determinado sentimiento. Aquí bastaría con que se pidiera a los dos gallos encrespados que se pongan en el lugar del espectador en medio de un guirigay atroz, incomprensible y que no srve para nada pues no se entiende nada .

La cuestión es también en qué medida son los medios responsables del clima de bronca, crispación, agresividad del debate público español. Cada cual tendrá su opinión y no es cosa de ponerse a contrastarlas. Se estará de acuerdo sin embargo en que cuando los periodistas son la noticia, algo no está funcionando en el sistema comunicativo e informativo de la sociedad. O no está funcionando como se supuso que había de hacerlo. Claro que por qué no iba a hacerlo de otra. La mayoría de las cosas acaba sirviendo para algo distinto de para lo que fueron creadas.

Llama la atención por último que el nivel conceptual de estos debates televisivos sea bajísimo. En algunos casos, como el del programa del señor Sáez de Buruaga en TeleMadrid, lamentable. Y con unas broncas también llamativas. No está claro que en estos debates pueda llegar a averiguarse verdad alguna, ni en ningún otro por lo demás; pero sí lo está que quien recurre a tales procedimientos se priva de toda posible razón. Que se pongan a vociferar como en las barras de las cervecerías es buena prueba de lo apasionado de la raza. Y lo primitivo.

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La casa encantada.

Las viejas fórmulas casi nunca fallan. Una de ellas es la de la "casa encantada", fundamento de esta peli española, El orfanato, opera prima de Juan Antonio Bayona, muy premiada por ahí fuera y que, al parecer, compite por el óscar a la mejor peli extranjera de este año. ¿Quién dijo que aquí no se podía hacer una suculenta peli de terror?

Acostumbrado a un cine español cuyo argumento era un tío de pueblo con una boina de visita en la capital durante los años del take off o los problemas de un matrimonio progre en los ochenta del siglo pasado, esta peli de Bayona parece de otro planeta. Y lo es en buena medida porque rompe con toda forma de casticismo y se mueve en un género universal que es el de la haunted house.

Están de enhorabuena los amantes del cine con puertas batientes por el viento, escalones crujientes, casones desvencijados, sótanos siniestros, espejos misteriosos, luces que menguan, desvanes repletos de cachivaches inquietantes, golpes en las paredes, figuras que aparecen y desaparecen entre los relámpagos de las tormentas, pasillos oscuros, galpones llenos de telarañas, máscaras o primeros planos con una luz oscilante. El director es un maestro y no nos ahorra una sola de las escenas típicas del género, culminando con unas vistas generales de una casa señorial del XIX en la costa cántabra con un faro y una gruta que la marea anega cuando sube. Firma completa de narración gótica. Espero que haga mucha taquilla y le den el óscar.

En cuanto a la trama, la cosa es de otro jaez, ya que se parece mucho a la peli de Amenabar, Los otros, con Nicole Kidman. Casi es una remake. Pura casa encantada igualmente, con una mezcolanza entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Belén Rueda, que es muy notable actriz, no tiene comparación con Nicole Kidman y al marido de la primera le ocurre lo que al marido de la segunda, que aparece y desaparece, si bien en el caso de El orfanato por deficiencias del guión.

Una última cuestión sobre las figuras de niños en las narraciones de terror, algo muy socorrido a fuerza de eficaz. El contraste entre alguna forma desconocida del mal y la candidez infantil suele ser espeluznante. La fórmula mágica que puso en marcha Henry James con Otra vuelta de tuerca. El director Bayona riza el rizo porque muestra abundancia de niños, reales o ilusorios, hermosos, repelentes, con el síndrome de Down o alguna complicada prótesis. El colmo del intríngulis es ese Tomás que lleva una capucha que a veces recuerda la de El hombre elefante.

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dijous, 8 de novembre del 2007

Sigue lloviendo.

Casi parece mentira pero la publicación de la sentencia del 11-M, en lugar de zanjar el debate público lo ha reanimado. No es solamente que el señor Rajoy se llame andana diciendo por un lado que acata la sentencia y por otro que su partido apoyará actividades encaminadas a posteriores investigaciones que nadie pide y nadie sabe en qué dirección habrían de ir. Es que ahí está otra vez el señor Del Pino, como un nuevo Hércules Poirot, poniendo en evidencia la torpeza (quizá la complicidad, quién sabe, dice muy campanudo el citado señor Del Pino) de la policía, mochila va, kangoo viene. Es que vuelven los "peones negros", los que se reunían los sábados porque "querían saber", algo que me recordaba cuando los catalanes en Madrid se reunían también los sábados a bailar sardanas en el Retiro. Espero que el señor Montilla no vea aquí "desafección" hacia Cataluña, sino todo lo contrario.

(Por cierto eso que dice el señor Pujol de que se han dado casos de taxistas de Madrid que han echado a clientes al oirlos hablar catalán me parece gordísimo. Creo que el señor Pujol o cualquier otro que haya presenciado los hechos debe formular la correspondiente denuncia. El taxista que haya cometido una fechoría como esa debe perder su licencia o, cuando menos, verse obligado a llevar un distintivo que diga "soy anticatalán").

¿La sentencia? ¡Ah, sí, la sentencia! ¿Quién se acuerda ya de que hubo una sentencia? En este mundo frenético de medios que todo lo devoran, ya está descontada, ya ha sido analizada y se ha visto que, siendo correcta, era lamentablemente insuficiente ya que, según el señor Aznar, no nos ha permitido saber nada de lo que verdaderamente importa. Así que otra vez a buscar a ETA, que no debe de andar muy lejos.

Precisamente ayer el presidente de la FAES, que no para, se reiteró en sus afirmaciones en la comisión parlamentaria del 11-m, esto es, que todos los terrorismos son iguales y que los autores del 11-m no están lejos. Claro que no; unos están en la cárcel y otros, enterrados; todos cerca. Fue como un documental de época. Y así parecen haber decido que quieren comportarse en el PP. Son la manifestación de lo que decía Eurípides, "aaquel a quien los dioses quieren perder primero lo vuelven loco". En ello están los dioses con la derecha, en sembrar la locura que los llevará al desastre electoral de marzo próximo. Una impresión de este tipo puede sacarse mirando el video que han hecho los socialistas sobre las responsabilidades por el atentado de Atocha en IPSOETV. En él se ve claramente no sólo cómo el Gobierno del momento intentó mentir a la desesperada sino cómo, también, presa de un extraño frenesí, intentó seguir haciéndolo la oposición hasta el día de hoy y, lo que es más chusco, cómo aún continúa en ello, cuando ya ni los micrófonos creen lo que fielmente trasmiten, puesto que más del ochenta por ciento de la población atribuye los atentados de Atocha a los islamistas.


La fiscal Olga Sánchez publica un buen artículo en El País sobre el proceso, rebosante de indignación ante el comportamiento de quienes desde los medios, trataban de hacer abortar el proceso judicial. Se llama Vocación por conocer la verdad y es un ataque contra quienes han estado propalando versiones rocambolescas de los hechos a mayor gloria de la venta al número. Muy bien por la fiscal, aunque ya preveo que los linchadores oficiales de la derecha van a despellejarla. ¡Una fiscal escribiendo para el grupo Prisa! Pobre fiscal.

En todo caso, por extraño que pueda parecer y ante el estupor general, esa gente, con el señor Aznar en cabeza (ya que la del señor Rajoy no cuenta) sigue mintiendo. Siguen lloviendo mentiras con la misma estólida indiferencia con que el señor Acebes continúa fabulando agresivamente ante las cámaras. Inasequibles al desaliento. Como su mentor, el de Cuelgamuros, que abrió una Causa General contra todos los que no le secundaron en la rebelión acusándolos de... ¡rebelión militar!

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Jesse James

Ayer estuve viendo la peli de Andrew Dominik, El asesinato de Jesse james por el cobarde Robert Ford. Mi primera lectura fue "Robert Redford" y me quedé algo sonado. Tuve que releerlo. La película está muy bien, aunque es demasiado larga y no se me ocurre cómo podría abreviarse. Quizá reduciendo planos cortos de miradas y rictus y algún resoplido que otro. Pero, mejor pensado, la reducción de planos no nos permitiría seguir tan de cerca los procesos psicológicos, especialmente de Jesse y de Robert. Y eso es muy característico de la peli, en la que estos se alternan con planos generales de cielos distorsionados, como en la pintura expresionista, para hacernos sentir en la atmósfera del "viaje interior", de cómo Jesse va hundiéndose en una especie de delirio de desconfianza que le hace sospechar de todo, para averiguar demasiado tarde que no era delirio.

La vieja leyenda de Jesse James, el Robin Hood estadounidense, aparece ahora un poco con la estética gótica del nuevo Western, al estilo de Tumbstone. Brad Pitt hace una interpretación extraordinaria y Casey Affleck (Robert Ford) apoya muy bien, aunque tenga tendencia a sobreactuar. La historia no se interrumpe con la muerte de James, sino que prosigue en una especie de coda, dedicada a contar la vida de los Ford después y, siendo tan grande el contraste entre la leyenda que enseguida se forjó y lo sórdido de la realidad en que aquella desembocó, cómo llegaron a escenificar su traición y muerte por los teatros de ciudad en ciudad, intérpretes de sus propios papeles. La pregunta que atraía a los espectadores era: ¿cómo pudieron hacerlo los Ford? Y esa misma pregunta llevó a Bob Ford a un destino que no esperaba.

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dimecres, 7 de novembre del 2007

La COPE, El Mundo y la libertad de expresión.

Publicóse la esperada sentencia del 11-M y armóse la de San Quintín. A los fallos en procesos con repercusión política les sucede como a los resultados electorales. Nadie pierde. ¿Creería Vd. que esa pieza irreprochable de rigor jurídico tendría el acatamiento universal al dejar en su lugar la confusa cuanto delirante maraña de sospechas, alambicadas especulaciones, siniestras insinuaciones con que cuatro desaprensivos y el principal partido de la oposición estuvieron aburriendo al respetable durante tres largos años, esto es, en el ridículo? Ni hablar. Ahí siguen, impertérritos, hablando de la "autoría intelectual" de un primo suyo, diciendo que hay que seguir investigando y embarullando con las bolsas, la kangoo, el Skoda Fabia y el ADN del gato. Dicen que la sentencia les ha dado la mitad de la razón desde el momento en que no condena a nadie por "autoría intelectual", tipo desconocido en el código penal. Como en las elecciones. Nadie pierde.

(Entre nosotros). No entiendo que la absolución de El Egipcio sea un error sino el resultado de una interpretación judicial que, si peca de algo es de garantismo, que es muy hermoso pecar. Si alguien quiere condenar al presunto, que sea una instancia superior. En todo caso, si lo condenan, no podrá ser por "autoría intelectual" ni tampoco, es de suponer, por desear la luna.

La sentencia ha sido como una señal de fuego lanzada a las baterías de la nave capitana y buques de acompañamiento. Empezó a cañonear el señor Rodríguez Zapatero hace un par de días, pidiendo a los obispos que pongan coto a la COPE, que está sembrando la división entre los españoles. Creo fueron sus palabras, más o menos.

Veamos. Siempre he sostenido que algunos medios de comunicación en España, como la COPE y El Mundo son detestables. En España no hay prensa amarilla porque está disfrazada de prensa respetable. Son medios lanzados a la espiral de la agitación, la desestabilización, medios que no paran barras en ningún tipo de límite moral, deontológico o de simple fair play, pero los demás les han ayudado a mantener la superchería de que son empresas dignas, probablemente por miedo. Porque ésta es mala gente....

Pero vivimos en un país libre, donde todo el mundo puede decir lo que quiera y amplificarlo por los medios como le parezca siempre que no contravenga el código penal. La COPE y El Mundo (entre otros) tienen derecho a decir lo que quieran y si a alguien no le gusta la forma o el fondo, con no escuchar ni leer, asunto concluido. En una economía de libre mercado los consumidores determinan el producto. Si esos medios son como son (yo lo sé de oídas y leídas lejanas) es porque tienen público. Si no lo tuvieran, cambiarían. Vaya si cambiarían. Y, para no cambiar, tendrían que buscarse una subvención, cosa también frecuente que apenas se disimula detrás de las concesiones de licencias de radio TV con el criterio del amiguismo.

El presidente del Gobierno puede decir misa y es, además, una injerencia en los asuntos internos de empresas privadas. Ya hay otros que lo han secundado. El muy religioso señor Durán i Lleida ha lamentado que la Iglesia no sea "capaz de abortar una emisora que crea discordia". Me parece un poco extraño para dicho por un católico y teniendo en cuenta que tomo la noticia de Libertad Digital, pues nada, con un grano de sal. El escándalo del señor Durán suena en el coro de los que se rasgan las vestiduras sosteniendo que la COPE no sigue la senda del Evangelio, del Jesucristo bueno, manso, todo amor y entrega. Pues claro que no. Pero ¿cuándo ha hecho eso la Iglesia? Desde el capítulo del Gran Inquisidor en Sevilla en Los hermanos Karamazov, ya todo el mundo sabe que la Iglesia católica no tiene nada que ver con Cristo. "Tomamos la espada de César y, al hacerlo, rompimos contigo y nos unimos a Él". "El" no es César, sino el Espíritu Eterno, Absoluto, el diablo, que tentó a Cristo tres veces. Pues si la Iglesia está con el diablo no veo por qué le reprochan que no se acuerde de los Evangelios.

De todos modos, la COPE ha reaccionado en el terreno laboral, con un comunicado en el que respalda la libertad de expresión de sus colaboradores, aber natürlich, sí señor, me ha encantado a fuer de partidario de esa libertad que considero fundamental. Cierto, no vi ni un solo comunicado parejo de la COPE durante el franquismo y allí sí que la libertad de expresión valía menos que un chicle masticado o una ñorda de buey. Pero mejor es tarde que nunca. Defendemos juntos la libertad de expresión de la COPE y El Mundo frente al mundo. Cierto, igualmente, convendría también defenderla frente a la COPE, cadena donde hay listas negras de comunicadores, según declaró en su día doña Mari Cruz Soriano, cuando salió tarifando de la emisora.

La libertad de expresión, sin embargo, no es absoluta. Ningún derecho es absoluto, como sabemos hasta los más lerdos. Hay un limite universal de los derechos que son los derechos de los demás. Pero eso es lo que ya estipula el código penal. Que los señores de la COPE y El Mundo digan y escriban lo que quieran (que lo harán mientras haya gente que los escuche y ¡pague por leerlos!) y, si cometen algún delito, que los procesen y llegado el caso, los condenen. ¿A qué? A la cárcel, dice el señor Gustavo Vidal, hermano de don César Vidal en un artículo en El Plural, en el que razona que, si los tribunales siguen condenando al señor Jiménez Losantos en las varias querellas por injurias y calumnias que se le han acumulado, deben condenarlo a pena de cárcel y no sólo de multa, para que la condena tenga un valor intimidatorio y disuasorio. ¡Caramba con los dos hermanos! Voy a tener que cumplir mi promesa de escribir un post sobre el cainismo de toda relación fraterna.

En resumen, no se puede pedir el cierre de un medio de comunicación por motivos de opinión y se debe garantizar la libertad de expresión incluso a quienes si pudieran la abolirían. Y esto vale para todos los periódicos salvo que se pruebe que hayan sido elementos auxiliares en la comisión de delitos.

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dimarts, 6 de novembre del 2007

La carga de la brigada pesada.

Don José María Aznar presentó ayer su último libro, Cartas a un joven español, en Madrid, ante un público de incondicionales. Al margen de lo que se piense sobre sus concepciones hay que reconocer que el ex presidente del Gobierno lleva a cabo una actividad casi frenética en pro de sus ideas pues da clases en la Universidad de Georgetown, dirige la fundación FAES, organiza cursos de verano, asesora y sirve al magnate australiano Rupert Murdoch y a una poderosa sociedad financiera estadounidense radicada en un paraíso fiscal, da conferencias por todo el orbe, hace declaraciones de prensa, llama a luchar contra Chávez y escribe libros. Y siempre dice lo mismo con idéntico esquema maniqueo: el señor Rodríguez Zapatero y los socialistas hacen las cosas mal, piensan peor y llevan a España al desastre; mientras que él y los suyos tuvieron, tienen y tendrán siempre la razón, toda la razón, sin atisbo de duda. Del libro me ocupé aquí en una reseña hace unos días. Lo haré ahora del discurso de ayer que es una especie de digesto de su doctrina.

Si el libro me pareció una acumulación de necedades y embustes, la alocución en el acto mencionado puede considerarse una recopilación de dogmas simples y de ocultaciones. Pero de mucho interés porque el presidente de la FAES es un referente doctrinal de primera magnitud de la derecha española. Es curioso cómo han cambiado las cosas. Antaño los conservadores acusaban a la izquierda de ser demasiado doctrinaria mientras que ellos se gloriaban de ser más prácticos y menos teóricos. Hoy la situación parece ser la inversa: la izquierda es pragmática (la acusación sistemática del señor Aznar es que es "relativista" y que no cree en los valores que, de todos los productos teóricos, son los más teóricos) mientras que la derecha se ha tornado doctrinaria, teorética y hasta dogmática. Por supuesto, la cosa se condensa siempre en un ataque a la izquierda, cuando teorética por teóretica y cuando práctica por práctica.

La doctrina del señor Aznar es una variante hispánica del neoconservadurismo estadounidense y los nombres que menciona con respeto y admiración son los de Churchill, Reagan y Thatcher. Tengo la impresión de que la compleja figura de Churchill está ahí tan indebidamente como la de Azaña, que también aparece mucho en el universo conceptual aznariano. Y las coincidencias con los otros dos y con el neoconservadurismo estadounidense presentan puntos interesantes.

El paradigma político del expresidente es la democracia liberal. En verdad, el nieto de don Manuel Aznar, prohombre franquista (tras haber sido vasquista furibundamente antiespañol), el "falangista independiente" de los años setenta ha recorrido un trecho porque precisamente el ideario fascista en el que él se educó abominaba del "demoliberalismo". El pivote de esa democracia liberal es la Constitución y el señor Aznar pone la española de 1978 sobre su cabeza, a pesar de que la regulación de las Comunidades Autónomas que establece le parecía una "charlotada" cuando joven y en su partido se dieron votos a favor de esa Constitución, abstenciones y votos en contra.

El señor Aznar abomina del relativismo, como S.S. Benedicto XVI, íncubo al que ve encarnarse en el PSOE, el partido de los descreídos, a los que tanto da ocho que ochenta con tal de seguir gobernando y que ni huelen esa audaz y novísima idea suya de que la política ha de basarse en valores.

¿Qué valores? En su discurso, resumen del libro, el señor Aznar cita los siguientes: la libertad; la Nación española; el rechazo de los totalitarismos; la derrota del terrorismo; la familia y la educación. Doy en pensar que esos valores los comparte el noventa y nueve por ciento de los españoles y si alguna duda me cabe es si las derechas, en especial el señor Aznar, de verdad rechaza los totalitarismos, dada su historia familiar.

¿Cuál es entonces el problema? El problema es que el autoritarismo del ex presidente no le permite ver que una cosa es profesar valores y otra muy distinta pensar que quien hace una interpretación diferente de los valores en realidad carece de ellos o, lo que es peor, los ataca. Resulta sorprendente pero es así. La familia es lo que él dice y quien sostenga una opinión divergente, en el fondo, quiere destruirla. No es una cuestión de valores sí o no, sino de cómo se interpreten y del hecho de que interpretación de ellos sea o no la única admisible. Está claro en el caso de la familia, de la libertad, de la educación.

Y clarísimo, meridiano, en el caso de la Nación española. El señor Aznar truena contra la apreciación del señor Rodríguez Zapatero de que la nación es concepto "discutido y discutible". O sea, la Nación española es indiscutible. Y eso, ¿quién lo dice? El señor Aznar, cierto. Y ¿quién es el señor Aznar? Un español más que tendrá que convivir con otros españoles que creemos que la Nación española es concepto tan discutible como cualquier otro, sin que ello nos haga menos españoles ni menos nacionales. Y tendrá que respetarlos, le guste o no.

No hay más nación que la española ni más nacionalismo aceptable que el español. Los otros nacionalismos son fuente de problemas, amenazas, peligros, puro etnicismo. Este modo de razonar tiene figura y nombre; se llama dar de comulgar con ruedas de molino.

Lo cual me lleva a la otra parte del discurso aznarino, caracterizado no por lo que dice, sino por lo que no dice. Si en la parte declarativa el señor Aznar trata de mostrar su afinidad con el señor Reagan y la señora Thtcher, en la ocultativa se queda uno preguntándose qué relaciones hay entre el pensamiento aznarino y otras fuerzas conservadoras más continentales, como la Iglesia católica y la "Nueva Derecha" francesa. Es llamativa la ausencia de toda referencia religiosa tanto en el libro como en la presentación. ¿Es Aznar pues un radical laico? Todo lo contrario, es partidario de la confesionalidad del Estado y, cuando gobernó, hizo cuanto pudo por favorecer a la Iglesia católica material e ideológicamente pero lo calla a fuer de liberal. Hay aquí un elemento tradicionalista típicamente español y cuidadosamente oculto, a pesar de que el medio más vociferante a su favor sea una emisora católica, como en Polonia.

El otro elemento ausente en este discurso es el fenómeno de la inmigración y todos sus elementos concomitantes, el multiculturalismo, el mestizaje, etc. De formularse ese discurso saldrían a la luz los paralelismos con la Revolución conservadora alemana y la Nueva Derecha francesa, las coincidencias con los señores Jean Marie Le Pen y Franz Schönhuber; el racismo, claro, que ahora se llama conservación de la identidad cultural.

Una última nota verdaderamente curiosa. En su discurso de ayer, el señor Aznar apunta la vía que seguirán los de la teoría de la conspiración en su partido después del batacazo de la sentencia, todos prietas las filas: ya no se insistirá en la "autoría intelectual" de ETA sino que se pasará a machacar el hierro de la idea motriz del señor Aznar, esto es, que todos los terrorismos son idénticos y que ETA y el terrorismo islámico son iguales. Es un modo subrepticio de seguir con lo mismo. Y tanto dice el señor Aznar creer en esa idea de la igualdad de todos los terrorismos que no le importa negarla según la afirma. Véase:

Todos los terrorismos persiguen un objetivo político; un objetivo ilegal, inmoral y totalitario. El objetivo de ETA lo conocemos todos. El objetivo del terrorismo islámico es destruir las democracias occidentales.
O sea, no son iguales.

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