dijous, 8 de novembre del 2007

Sigue lloviendo.

Casi parece mentira pero la publicación de la sentencia del 11-M, en lugar de zanjar el debate público lo ha reanimado. No es solamente que el señor Rajoy se llame andana diciendo por un lado que acata la sentencia y por otro que su partido apoyará actividades encaminadas a posteriores investigaciones que nadie pide y nadie sabe en qué dirección habrían de ir. Es que ahí está otra vez el señor Del Pino, como un nuevo Hércules Poirot, poniendo en evidencia la torpeza (quizá la complicidad, quién sabe, dice muy campanudo el citado señor Del Pino) de la policía, mochila va, kangoo viene. Es que vuelven los "peones negros", los que se reunían los sábados porque "querían saber", algo que me recordaba cuando los catalanes en Madrid se reunían también los sábados a bailar sardanas en el Retiro. Espero que el señor Montilla no vea aquí "desafección" hacia Cataluña, sino todo lo contrario.

(Por cierto eso que dice el señor Pujol de que se han dado casos de taxistas de Madrid que han echado a clientes al oirlos hablar catalán me parece gordísimo. Creo que el señor Pujol o cualquier otro que haya presenciado los hechos debe formular la correspondiente denuncia. El taxista que haya cometido una fechoría como esa debe perder su licencia o, cuando menos, verse obligado a llevar un distintivo que diga "soy anticatalán").

¿La sentencia? ¡Ah, sí, la sentencia! ¿Quién se acuerda ya de que hubo una sentencia? En este mundo frenético de medios que todo lo devoran, ya está descontada, ya ha sido analizada y se ha visto que, siendo correcta, era lamentablemente insuficiente ya que, según el señor Aznar, no nos ha permitido saber nada de lo que verdaderamente importa. Así que otra vez a buscar a ETA, que no debe de andar muy lejos.

Precisamente ayer el presidente de la FAES, que no para, se reiteró en sus afirmaciones en la comisión parlamentaria del 11-m, esto es, que todos los terrorismos son iguales y que los autores del 11-m no están lejos. Claro que no; unos están en la cárcel y otros, enterrados; todos cerca. Fue como un documental de época. Y así parecen haber decido que quieren comportarse en el PP. Son la manifestación de lo que decía Eurípides, "aaquel a quien los dioses quieren perder primero lo vuelven loco". En ello están los dioses con la derecha, en sembrar la locura que los llevará al desastre electoral de marzo próximo. Una impresión de este tipo puede sacarse mirando el video que han hecho los socialistas sobre las responsabilidades por el atentado de Atocha en IPSOETV. En él se ve claramente no sólo cómo el Gobierno del momento intentó mentir a la desesperada sino cómo, también, presa de un extraño frenesí, intentó seguir haciéndolo la oposición hasta el día de hoy y, lo que es más chusco, cómo aún continúa en ello, cuando ya ni los micrófonos creen lo que fielmente trasmiten, puesto que más del ochenta por ciento de la población atribuye los atentados de Atocha a los islamistas.


La fiscal Olga Sánchez publica un buen artículo en El País sobre el proceso, rebosante de indignación ante el comportamiento de quienes desde los medios, trataban de hacer abortar el proceso judicial. Se llama Vocación por conocer la verdad y es un ataque contra quienes han estado propalando versiones rocambolescas de los hechos a mayor gloria de la venta al número. Muy bien por la fiscal, aunque ya preveo que los linchadores oficiales de la derecha van a despellejarla. ¡Una fiscal escribiendo para el grupo Prisa! Pobre fiscal.

En todo caso, por extraño que pueda parecer y ante el estupor general, esa gente, con el señor Aznar en cabeza (ya que la del señor Rajoy no cuenta) sigue mintiendo. Siguen lloviendo mentiras con la misma estólida indiferencia con que el señor Acebes continúa fabulando agresivamente ante las cámaras. Inasequibles al desaliento. Como su mentor, el de Cuelgamuros, que abrió una Causa General contra todos los que no le secundaron en la rebelión acusándolos de... ¡rebelión militar!

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Jesse James

Ayer estuve viendo la peli de Andrew Dominik, El asesinato de Jesse james por el cobarde Robert Ford. Mi primera lectura fue "Robert Redford" y me quedé algo sonado. Tuve que releerlo. La película está muy bien, aunque es demasiado larga y no se me ocurre cómo podría abreviarse. Quizá reduciendo planos cortos de miradas y rictus y algún resoplido que otro. Pero, mejor pensado, la reducción de planos no nos permitiría seguir tan de cerca los procesos psicológicos, especialmente de Jesse y de Robert. Y eso es muy característico de la peli, en la que estos se alternan con planos generales de cielos distorsionados, como en la pintura expresionista, para hacernos sentir en la atmósfera del "viaje interior", de cómo Jesse va hundiéndose en una especie de delirio de desconfianza que le hace sospechar de todo, para averiguar demasiado tarde que no era delirio.

La vieja leyenda de Jesse James, el Robin Hood estadounidense, aparece ahora un poco con la estética gótica del nuevo Western, al estilo de Tumbstone. Brad Pitt hace una interpretación extraordinaria y Casey Affleck (Robert Ford) apoya muy bien, aunque tenga tendencia a sobreactuar. La historia no se interrumpe con la muerte de James, sino que prosigue en una especie de coda, dedicada a contar la vida de los Ford después y, siendo tan grande el contraste entre la leyenda que enseguida se forjó y lo sórdido de la realidad en que aquella desembocó, cómo llegaron a escenificar su traición y muerte por los teatros de ciudad en ciudad, intérpretes de sus propios papeles. La pregunta que atraía a los espectadores era: ¿cómo pudieron hacerlo los Ford? Y esa misma pregunta llevó a Bob Ford a un destino que no esperaba.

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dimecres, 7 de novembre del 2007

La COPE, El Mundo y la libertad de expresión.

Publicóse la esperada sentencia del 11-M y armóse la de San Quintín. A los fallos en procesos con repercusión política les sucede como a los resultados electorales. Nadie pierde. ¿Creería Vd. que esa pieza irreprochable de rigor jurídico tendría el acatamiento universal al dejar en su lugar la confusa cuanto delirante maraña de sospechas, alambicadas especulaciones, siniestras insinuaciones con que cuatro desaprensivos y el principal partido de la oposición estuvieron aburriendo al respetable durante tres largos años, esto es, en el ridículo? Ni hablar. Ahí siguen, impertérritos, hablando de la "autoría intelectual" de un primo suyo, diciendo que hay que seguir investigando y embarullando con las bolsas, la kangoo, el Skoda Fabia y el ADN del gato. Dicen que la sentencia les ha dado la mitad de la razón desde el momento en que no condena a nadie por "autoría intelectual", tipo desconocido en el código penal. Como en las elecciones. Nadie pierde.

(Entre nosotros). No entiendo que la absolución de El Egipcio sea un error sino el resultado de una interpretación judicial que, si peca de algo es de garantismo, que es muy hermoso pecar. Si alguien quiere condenar al presunto, que sea una instancia superior. En todo caso, si lo condenan, no podrá ser por "autoría intelectual" ni tampoco, es de suponer, por desear la luna.

La sentencia ha sido como una señal de fuego lanzada a las baterías de la nave capitana y buques de acompañamiento. Empezó a cañonear el señor Rodríguez Zapatero hace un par de días, pidiendo a los obispos que pongan coto a la COPE, que está sembrando la división entre los españoles. Creo fueron sus palabras, más o menos.

Veamos. Siempre he sostenido que algunos medios de comunicación en España, como la COPE y El Mundo son detestables. En España no hay prensa amarilla porque está disfrazada de prensa respetable. Son medios lanzados a la espiral de la agitación, la desestabilización, medios que no paran barras en ningún tipo de límite moral, deontológico o de simple fair play, pero los demás les han ayudado a mantener la superchería de que son empresas dignas, probablemente por miedo. Porque ésta es mala gente....

Pero vivimos en un país libre, donde todo el mundo puede decir lo que quiera y amplificarlo por los medios como le parezca siempre que no contravenga el código penal. La COPE y El Mundo (entre otros) tienen derecho a decir lo que quieran y si a alguien no le gusta la forma o el fondo, con no escuchar ni leer, asunto concluido. En una economía de libre mercado los consumidores determinan el producto. Si esos medios son como son (yo lo sé de oídas y leídas lejanas) es porque tienen público. Si no lo tuvieran, cambiarían. Vaya si cambiarían. Y, para no cambiar, tendrían que buscarse una subvención, cosa también frecuente que apenas se disimula detrás de las concesiones de licencias de radio TV con el criterio del amiguismo.

El presidente del Gobierno puede decir misa y es, además, una injerencia en los asuntos internos de empresas privadas. Ya hay otros que lo han secundado. El muy religioso señor Durán i Lleida ha lamentado que la Iglesia no sea "capaz de abortar una emisora que crea discordia". Me parece un poco extraño para dicho por un católico y teniendo en cuenta que tomo la noticia de Libertad Digital, pues nada, con un grano de sal. El escándalo del señor Durán suena en el coro de los que se rasgan las vestiduras sosteniendo que la COPE no sigue la senda del Evangelio, del Jesucristo bueno, manso, todo amor y entrega. Pues claro que no. Pero ¿cuándo ha hecho eso la Iglesia? Desde el capítulo del Gran Inquisidor en Sevilla en Los hermanos Karamazov, ya todo el mundo sabe que la Iglesia católica no tiene nada que ver con Cristo. "Tomamos la espada de César y, al hacerlo, rompimos contigo y nos unimos a Él". "El" no es César, sino el Espíritu Eterno, Absoluto, el diablo, que tentó a Cristo tres veces. Pues si la Iglesia está con el diablo no veo por qué le reprochan que no se acuerde de los Evangelios.

De todos modos, la COPE ha reaccionado en el terreno laboral, con un comunicado en el que respalda la libertad de expresión de sus colaboradores, aber natürlich, sí señor, me ha encantado a fuer de partidario de esa libertad que considero fundamental. Cierto, no vi ni un solo comunicado parejo de la COPE durante el franquismo y allí sí que la libertad de expresión valía menos que un chicle masticado o una ñorda de buey. Pero mejor es tarde que nunca. Defendemos juntos la libertad de expresión de la COPE y El Mundo frente al mundo. Cierto, igualmente, convendría también defenderla frente a la COPE, cadena donde hay listas negras de comunicadores, según declaró en su día doña Mari Cruz Soriano, cuando salió tarifando de la emisora.

La libertad de expresión, sin embargo, no es absoluta. Ningún derecho es absoluto, como sabemos hasta los más lerdos. Hay un limite universal de los derechos que son los derechos de los demás. Pero eso es lo que ya estipula el código penal. Que los señores de la COPE y El Mundo digan y escriban lo que quieran (que lo harán mientras haya gente que los escuche y ¡pague por leerlos!) y, si cometen algún delito, que los procesen y llegado el caso, los condenen. ¿A qué? A la cárcel, dice el señor Gustavo Vidal, hermano de don César Vidal en un artículo en El Plural, en el que razona que, si los tribunales siguen condenando al señor Jiménez Losantos en las varias querellas por injurias y calumnias que se le han acumulado, deben condenarlo a pena de cárcel y no sólo de multa, para que la condena tenga un valor intimidatorio y disuasorio. ¡Caramba con los dos hermanos! Voy a tener que cumplir mi promesa de escribir un post sobre el cainismo de toda relación fraterna.

En resumen, no se puede pedir el cierre de un medio de comunicación por motivos de opinión y se debe garantizar la libertad de expresión incluso a quienes si pudieran la abolirían. Y esto vale para todos los periódicos salvo que se pruebe que hayan sido elementos auxiliares en la comisión de delitos.

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dimarts, 6 de novembre del 2007

La carga de la brigada pesada.

Don José María Aznar presentó ayer su último libro, Cartas a un joven español, en Madrid, ante un público de incondicionales. Al margen de lo que se piense sobre sus concepciones hay que reconocer que el ex presidente del Gobierno lleva a cabo una actividad casi frenética en pro de sus ideas pues da clases en la Universidad de Georgetown, dirige la fundación FAES, organiza cursos de verano, asesora y sirve al magnate australiano Rupert Murdoch y a una poderosa sociedad financiera estadounidense radicada en un paraíso fiscal, da conferencias por todo el orbe, hace declaraciones de prensa, llama a luchar contra Chávez y escribe libros. Y siempre dice lo mismo con idéntico esquema maniqueo: el señor Rodríguez Zapatero y los socialistas hacen las cosas mal, piensan peor y llevan a España al desastre; mientras que él y los suyos tuvieron, tienen y tendrán siempre la razón, toda la razón, sin atisbo de duda. Del libro me ocupé aquí en una reseña hace unos días. Lo haré ahora del discurso de ayer que es una especie de digesto de su doctrina.

Si el libro me pareció una acumulación de necedades y embustes, la alocución en el acto mencionado puede considerarse una recopilación de dogmas simples y de ocultaciones. Pero de mucho interés porque el presidente de la FAES es un referente doctrinal de primera magnitud de la derecha española. Es curioso cómo han cambiado las cosas. Antaño los conservadores acusaban a la izquierda de ser demasiado doctrinaria mientras que ellos se gloriaban de ser más prácticos y menos teóricos. Hoy la situación parece ser la inversa: la izquierda es pragmática (la acusación sistemática del señor Aznar es que es "relativista" y que no cree en los valores que, de todos los productos teóricos, son los más teóricos) mientras que la derecha se ha tornado doctrinaria, teorética y hasta dogmática. Por supuesto, la cosa se condensa siempre en un ataque a la izquierda, cuando teorética por teóretica y cuando práctica por práctica.

La doctrina del señor Aznar es una variante hispánica del neoconservadurismo estadounidense y los nombres que menciona con respeto y admiración son los de Churchill, Reagan y Thatcher. Tengo la impresión de que la compleja figura de Churchill está ahí tan indebidamente como la de Azaña, que también aparece mucho en el universo conceptual aznariano. Y las coincidencias con los otros dos y con el neoconservadurismo estadounidense presentan puntos interesantes.

El paradigma político del expresidente es la democracia liberal. En verdad, el nieto de don Manuel Aznar, prohombre franquista (tras haber sido vasquista furibundamente antiespañol), el "falangista independiente" de los años setenta ha recorrido un trecho porque precisamente el ideario fascista en el que él se educó abominaba del "demoliberalismo". El pivote de esa democracia liberal es la Constitución y el señor Aznar pone la española de 1978 sobre su cabeza, a pesar de que la regulación de las Comunidades Autónomas que establece le parecía una "charlotada" cuando joven y en su partido se dieron votos a favor de esa Constitución, abstenciones y votos en contra.

El señor Aznar abomina del relativismo, como S.S. Benedicto XVI, íncubo al que ve encarnarse en el PSOE, el partido de los descreídos, a los que tanto da ocho que ochenta con tal de seguir gobernando y que ni huelen esa audaz y novísima idea suya de que la política ha de basarse en valores.

¿Qué valores? En su discurso, resumen del libro, el señor Aznar cita los siguientes: la libertad; la Nación española; el rechazo de los totalitarismos; la derrota del terrorismo; la familia y la educación. Doy en pensar que esos valores los comparte el noventa y nueve por ciento de los españoles y si alguna duda me cabe es si las derechas, en especial el señor Aznar, de verdad rechaza los totalitarismos, dada su historia familiar.

¿Cuál es entonces el problema? El problema es que el autoritarismo del ex presidente no le permite ver que una cosa es profesar valores y otra muy distinta pensar que quien hace una interpretación diferente de los valores en realidad carece de ellos o, lo que es peor, los ataca. Resulta sorprendente pero es así. La familia es lo que él dice y quien sostenga una opinión divergente, en el fondo, quiere destruirla. No es una cuestión de valores sí o no, sino de cómo se interpreten y del hecho de que interpretación de ellos sea o no la única admisible. Está claro en el caso de la familia, de la libertad, de la educación.

Y clarísimo, meridiano, en el caso de la Nación española. El señor Aznar truena contra la apreciación del señor Rodríguez Zapatero de que la nación es concepto "discutido y discutible". O sea, la Nación española es indiscutible. Y eso, ¿quién lo dice? El señor Aznar, cierto. Y ¿quién es el señor Aznar? Un español más que tendrá que convivir con otros españoles que creemos que la Nación española es concepto tan discutible como cualquier otro, sin que ello nos haga menos españoles ni menos nacionales. Y tendrá que respetarlos, le guste o no.

No hay más nación que la española ni más nacionalismo aceptable que el español. Los otros nacionalismos son fuente de problemas, amenazas, peligros, puro etnicismo. Este modo de razonar tiene figura y nombre; se llama dar de comulgar con ruedas de molino.

Lo cual me lleva a la otra parte del discurso aznarino, caracterizado no por lo que dice, sino por lo que no dice. Si en la parte declarativa el señor Aznar trata de mostrar su afinidad con el señor Reagan y la señora Thtcher, en la ocultativa se queda uno preguntándose qué relaciones hay entre el pensamiento aznarino y otras fuerzas conservadoras más continentales, como la Iglesia católica y la "Nueva Derecha" francesa. Es llamativa la ausencia de toda referencia religiosa tanto en el libro como en la presentación. ¿Es Aznar pues un radical laico? Todo lo contrario, es partidario de la confesionalidad del Estado y, cuando gobernó, hizo cuanto pudo por favorecer a la Iglesia católica material e ideológicamente pero lo calla a fuer de liberal. Hay aquí un elemento tradicionalista típicamente español y cuidadosamente oculto, a pesar de que el medio más vociferante a su favor sea una emisora católica, como en Polonia.

El otro elemento ausente en este discurso es el fenómeno de la inmigración y todos sus elementos concomitantes, el multiculturalismo, el mestizaje, etc. De formularse ese discurso saldrían a la luz los paralelismos con la Revolución conservadora alemana y la Nueva Derecha francesa, las coincidencias con los señores Jean Marie Le Pen y Franz Schönhuber; el racismo, claro, que ahora se llama conservación de la identidad cultural.

Una última nota verdaderamente curiosa. En su discurso de ayer, el señor Aznar apunta la vía que seguirán los de la teoría de la conspiración en su partido después del batacazo de la sentencia, todos prietas las filas: ya no se insistirá en la "autoría intelectual" de ETA sino que se pasará a machacar el hierro de la idea motriz del señor Aznar, esto es, que todos los terrorismos son idénticos y que ETA y el terrorismo islámico son iguales. Es un modo subrepticio de seguir con lo mismo. Y tanto dice el señor Aznar creer en esa idea de la igualdad de todos los terrorismos que no le importa negarla según la afirma. Véase:

Todos los terrorismos persiguen un objetivo político; un objetivo ilegal, inmoral y totalitario. El objetivo de ETA lo conocemos todos. El objetivo del terrorismo islámico es destruir las democracias occidentales.
O sea, no son iguales.

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Desmintiendo.

Con motivo de mi recensión del libelo del señor Lizcano (publicada en las revista Sistema y El Catoblepas) de la que los lectores tienen noticia, el editor, señor José Luis Gutiérrez, me dedica un feroz ataque en el número de marzo de la revista Leer que al parecer dirige o publica. Esto es, no contesta el propio injuriador, sino que lo hace su editor. A éste le agradezco que reconozca (a regañadientes) que mi reseña representa "la digna tentativa de defender un apellido", si bien no se trata se eso, ya que el apellido brilla con luz propia sin necesidad de defensa, sino de salir al paso de la infamia, propalada por su editorial. No puedo agradecerle, en cambio, que el resto del artículo sea una sarta de mentiras e insultos. Como no he de aburrir a los lectores, refutaré las mentiras y soslayaré los insultos por no ponerme a la bajura de quien los profiere.

Dice el señor Gutiérrez: "Le nombré y mantuve como miembro del Consejo Editorial de Diario 16 al acceder a la Dirección del periódico, el 28 de julio de 1992". Mentira. Me nombró en 1989 Justino Sinova, entonces director. Al acceder el señor Gutiérrez, me encontró allí. Poco después el consejo editorial se disolvió y él acabó echándome del periódico en 1994, tras haber intentado censurarme varios artículos. De lo primero hay prueba hasta fotográfica en el propio Diario 16; de lo segundo incluso testigos.

"...y con él compartí innumerables debates y reflexiones, siempre desde una relación personal correcta y amistosa. No obstante, siempre me sorprendía su actitud intelectual –que jamás critiqué, entendiendo que la pluralidad ideológica del periódico lo debía de permitir...". Y, para probarlo, lo dicho, me echó por discrepar.

"...que daba un giro de ciento ochenta grados a medida que se aproximaban las fechas electorales. De ser uno de los más feroces críticos con el Gobierno socialista, incluso más que cualquier otro miembro del Consejo, súbitamente, y en horas veinticuatro, pasaba a defenderlo y a pedir sin el menor pudor intelectual el voto para Felipe González." Mentira. Y aunque fuera verdad, ¿qué? ¿Hay que dar cuenta al señor Gutiérrez de los posibles cambios de opinión de cada cual? ¿En virtud de qué? ¿La ha dado él de por qué pasó de halagar a Felipe González a denostarlo sin tasa ni tino, como hicieron cuantos esperaban mercedes del poder que no se materializaron?

"Tras mi expulsión de la Dirección de Diario 16, el 1 de febrero de 1996, escribió un libro de infausta memoria.." Doble mentira. El libro es de 1995 y a él no lo expulsaron sino que parece lo despidieron por la incompetencia de su gestión, que dio al traste con el periódico."...apuntándose a aquel montaje fascista, a aquella disparatada campaña de linchamiento nazi de “La conspiración republicana”, según la cual un grupo de siete periodistas –entre ellos este Editor– pretendía derribar el Gobierno, hacer abdicar al Rey Juan Carlos I y forzar la llegada de la III República." Más mentira. El libro no se "apuntaba" a nada, sino que analizaba y documentaba por primera vez aquella conspiración que ciertamente existió, como ha acreditado ya varias veces el señor Anson. Y, fueran más, fueran menos, el señor Gutiérrez participaba con entusiasmo; si bien, claro es, en ella había clases, curas y monagos, y unos le sacaron luego mejor partido que otros. A la vista está.

"Después, fotos y magnetoscopios recogieron su inolvidable actuación una tarde parlamentaria, en la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados...". Mentira. No hubo "fotos ni magnetoscopios", sino un incidente recogido por el señor Bonifacio de la Cuadra en El País y magnificado luego por la caverna mediática. El propio señor Gutiérrez, entonces director de Diario 16 encargó a una pluma de mucha confianza y pocos escrúpulos, doña Curry Valenzuela, que escribiera una crónica poniéndome a bajar de un burro; y ésta, con la inteligencia que le caracteriza, se fue a unos artículos de ficción literaria y humorística que había yo publicado, se los tomó en serio e hilvanó una historia desternillante que el señor Gutiérrez publicó en su periódico pensando que era un requiescat.

Todas estas mentiras son eso, mentiras, y mentiras gratuitas pues no vienen a cuento de lo que se trata, que es el libelo del señor Lizcano. Pero el señor Gutiérrez las introduce porque, movido por el odio, piensa que así hace más daño. En cuanto a los insultos directos o indirectos que me dedica, que si "semiiletrado" (sic), fascista, nazi, etc, son parte de su pintoresco e inimitable estilo.

Por lo demás, quien lea la recensión y la diatriba del señor Gutiérrez verá que aquella se mantiene del principio al final, puesto que no se trata de determinar qué libro se escribió antes, el del señor Lizcano o el señor Mesa, sino de si el del difamador Lizcano (que él ha publicado) tiene o no dignidad. Y es evidente que no.

(La imagen es un grabado de 1892 del célebre Tsukioka Yoshitoshi que representa a Minamoto no Yorimitsu dando muerte a la montruosa araña de tierra 1892).

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dilluns, 5 de novembre del 2007

Cuando la vida te sonríe.

Los de Público, que vienen pegando fuerte, han publicado una larga entrevista en dos partes con el presidente del Gobierno, la primera el domingo y la segunda, hoy, lunes. Lectura muy aconsejable. Es un repaso completo a la actualidad nacional, aunque no tanto a la internacional, puesto que sólo hay dos preguntas y media de ese ámbito, Marruecos, el Chad y la Argentina, a donde el señor Rodríguez Zapatero viajará en breve. Parece como si el mundo exterior apenas existiera. Tampoco la Unión Europea, a pesar del reciente Tratado de Lisboa. No es éste el mejor modo de que la opinión pública se interese más por la UE.

Salvando esas carencias la entrevista contiene valiosa información sobre los grandes asuntos de la política española: el 11-M, las infraestructuras catalanas, las interferencias en los tribunales y la justicia, el proceso de paz, la ruptura de la tregua, el plan Ibarretxe, la situación económica, las perspectivas electorales, el no-debate sobre el Rey y algunos otros temas.

Lo primero que llama la atención es el sosiego, la mesura y el respeto con que se expresa el Presidente. La diferencia con los políticos del PP (y también con los de su partido aunque mucho más con los del PP) es abismal, cosa que los tiene que sacar de quicio, cuando ellos parecen embarrancados en una retórica bastante repelente hecha a medias de agresividad y altanería por un lado y oscuridad, marrullería e insidias por el otro. ¡Y con esos rostros...! Hay quien dice que, cada vez que habla en público el señor Blanco resta votos al PSOE. Es posible, pero le vuelven crecidos cada vez que hablan el señor Acebes o el señor Zaplana y ya no digamos el señor Rajoy.

A título de balance de legislatura las cosas han salido bastante bien a los socialistas que tienen altísima intención de voto. Sobre esto, más abajo. La coyuntura es buena, las cifras macroeconómicas excelentes, con alguna sombra en el déficit comercial. La microeconómicas están apuradas, pero la gente parece ir aguantando, unos por miedo a perder la hipoteca y otros por la expectativa de alcanzar por fin vivienda, pensiones superiores o salario mínimo más elevado.(Por cierto, ¿cómo se le ocurre al señor Rajoy decir que el aumento anunciado del salario mínimo provocará no sé si paro, si inflación o si ambas cosas a la vez? El mal efecto que esas declaraciones produce viene del hecho de que, siendo el futuro incierto e impredecible, como le demostró su primo, la agorería sólo puede entenderse en el sentido de que eso, el paro y la inflación, es lo que el señor Rajoy quisiera que se produjera. Así no hay doncel que gane unas elecciones).

La opinión sobre el 11-m es la previsible. Con esta sentencia ya pueden los agujerólogos seguir hozando en el corral de las sospechas. Aunque supongo que habrá alguno que diga que si el señor Rodríguez Zapatero tiene tanta prisa por "pasar página" será porque tenga algo que ocultar. ¿No entró en el Congreso montado "en un tren de cercanías", según delicada expresión de un diputado del PP? Pues eso, a seguir investigando. El señor Ramírez decía que descubrir la verdad verdadera de los GAL les llevó doce años. Ars longa vita brevis. Con algo de suerte aquí tenemos para veinticinco años vendiendo periódicos. Es la nueva forma de la literatura. Los periódicos de papel ya no regalan novelas; ahora las fabrican.

En relación con el plan Ibarretxe deja claro que la consulta no va a celebrarse, como es lógico y, en cuanto a ETA y el famoso proceso de paz, kiosco cerrado, lo que también es lógico y hasta de aplaudir. Cómo será la cosa de lógica que, si no me equivoco, al entrevistador se le pasó preguntar por la dirigencia abertzale, toda a la sombra, empezando por el baranda Otegi, que lleva ya unos meses. Ni el fracaso del proceso de paz ni el de las infraestructuras catalanas afectarán a las fortunas electorales del PSOE. Lo que demuestra que la gente distingue perfectamente cuándo se obró con mala y con buena fe y no pasa factura en el segundo caso.

Las encuestas,

La suerte sonríe a los socialistas. Las dos últimas encuestas dan al PSOE ganador en las próximas elecciones con un margen de cuatro/cinco puntos, fuera ya de la zona del "empate técnico". Pillo una encuesta en El Plural, que comenta un estudio encargado por La sexta y la otra en Público y las dos apuntan en el sentido antedicho de victoria de los socialistas. Quedan unos meses, las cosas pueden variar mucho y el resultado electoral ser distinto del que ahora se prevé.

La valoración de líderes es desastrosa para el PP. Mientras el señor Rodríguez Zapatero obtiene un 5,26 y se sitúa el tercero, el señor Rajoy se queda en el 3,98, en octavo lugar, por detrás del señor Llamazares. Este dato es muy importante porque orienta sobre el apoyo electoral real que cada uno de quienes compiten obtenga. Como importante es que el señor Rajoy y su partido tengan muchos votos "negativos"; más que nadie.

Me doy el gustazo de señalar que el político mejor valorado por los españoles, según esta encuesta de La sexta es el señor Felipe González, con 6,27; el segundo, el señor Gallardón, con 5,25, que no está mal. Tiene su aquel que, a los once años de su salida de La Moncloa, con la cantidad de infamias que sobre él ha volcado la derecha mediática (que si GAL, islas en el Caribe, comisiones del AVE y otros infundios), el señor González sea el más valorado por la gente. Y no se trata de la condición de expresidente pues el señor Aznar lo es y sólo alcanza un miserable 4,4, por detrás del señor Zapatero. Tampoco explica el fenómeno el hecho de que se trate de un político retirado, porque también lo es Aznar. La verdad simple y llana es que el señor González es el político más valorado al día de hoy por la gente como todos sabemos, lo cual sitúa en su dimensión real a la ristra de maldicentes, injuriadores, calumniadores que trataron y tratan de cubrir de cieno el primer gobierno de la izquierda en la historia de España en paz que tuvo altos y bajos, como todos, pero que fue muy positivo para el país en general. Cada cual en su sitio: uno en la historia de España por derecho propio; los otros, nota a pie de página en la historia universal del la infamia. Son los mismos que dicen que la denuncia de aquel cómico "sindicato del crimen" de la primera conspiración antisociata fue una maniobra nazi-fascista. Los de la segunda conspiración, ahora de la agujerología. Como el escorpión del cuento, no pueden evitarlo, es superior a sus fuerzas. El brillante resultado lo recogerá el PP el próximo mes de marzo.

Caramba con don Nicolas.

En las últimas elecciones presidenciales francesas yo hubiera votado por Ségolène Royal por ser de izquierdas. Perdimos. Era evidente que el señor Sarkozy había hecho mejor las cosas, con lo que habría que aprender de él. Mi opinión sobre el Presidente electo fue cambiando y el once de junio pasado escribía:

"Confieso que cada vez me cae mejor este señor Sarkozy, en quien veo un estilo original; pero la verdad es que tiene un porte autoritario que ya está notándose. Sólo la mentalidad autoritaria puede proponerse en serio acabar con el "sesentayocho" porque fue un movimiento esencialmente antiautoritario."
Mi opinión se mantiene en ambos sentidos. Me cae bien porque, con ese nuevo estilo, ha resuelto el problema de cuatro compatriotas mías y tres suyos que estaba pasándolo mal. Pero autoritario es un rato largo. Autoritario y colonial. Insisto, estoy encantado con que las cuatro azafatas y los tres periodistas franceses estén en sus casas, pero ¿qué es eso de pillar un avión y presentarse en la antigua colonia sin avisar, como si fuera el gallinero, a interferir en un proceso judicial abierto? Es un acto de propotencia imperial grandioso.

Para mayor escarnio, en su declaración en el aeropuerto de Barajas, de escala a París, el señor Sarkozy, en presencia del señor Rodríguez Zapatero, ha tenido la humorada de decir que la operación se había hecho con pleno respeto a la souveraineté du Tchad. Por supuesto, por supuesto.

diumenge, 4 de novembre del 2007

Estalinismo puro y duro.

Adoro a doña Esperanza Aguirre. Es dama de hierro, palabra de fuego y sonrisa seráfica; de una simpleza aparente cultivada, cultivada como aparente y como simpleza. Tiene dominio de la imagen, sabe estar y no estar y hasta desestar, si se me autoriza el neologismo. Irradia luz propia incluso en presencia del astro del Reino. El episodio del otro día largándole una fresca al Rey que lo puso a barbotar su indignación la dejó bien establecida como política de ámbito nacional y/o estatal con todos los focos sobre su persona. Mosén Jiménez Losantos rendido a sus pies, y los demás bizqueando de envidia. Hay que ser amiga de los amigos. En el horizonte se perfila el tándem Aznar/Ramírez, traspersonado ahora en el de Aguirre/Losantos.

Me encanta su batería de tropos, sus contundentes comparaciones que revelan gran capacidad de síntesis histórica. La detención de aquellos dos militantes del PP que, por supuesto, no estaban tratando de abrir la cabeza en una manifa al entonces ministro de Defensa, señor Bono, pasó a ser una actividad digna de la Gestapo. Como se sabe, condenados en primera instancia los "gestapistas", fueron absueltos en apelación; pero lo de la Gestapo ahí queda. No iba a retirarlo la señora Aguirre, que se le manchan los faralaes. Gestapo. Demuestra conocimientos de historia de exóticas tierras. También podía haber dicho que el hecho le recordaba a la Brigada Político Social de Franco, más del terruño. Pero se le habrá olvidado.

Ahora leo (o quizá se lo haya oído a ella misma en la tele, en su tele) que defiende el pluralismo de Tele Madrid, también conocida como "Telespe" en contraposición al estalinismo puro y duro de la tele de Andalucía. De su tele no vamos a hablar porque no hay por dónde cogerla de puro manipuladora y sectaria. Ahí he visto programas del señor Del Pino, agujerólogo de la acreditada doctrina de la conspiración, que permiten considerar la cadena autonómica no como televisión partidista sino faccional o sectaria; de y para Aguirre y sus amigos; de risa.

Merece más la pena glosar lo del estalinismo. Antes era la Gestapo, ahora el estalinismo. El pacto germano-soviético, sin duda. Estos sociatas son pendulares, tan pronto en la extrema derecha nazi como en la extrema izquierda bolchevique. Son dos "tipos ideales" de Max Weber pero si la señora Aguirre convence a todos quienes se encuentran entre ellos, gana las elecciones prácticamente por unanimidad.

Eso del estalinismo es un hallazgo típico de la estrategia del espejo puesto que donde hay que ir a buscarlo paradójicamente es al partido de la señora Aguirre, un lugar en el que los militantes y dirigentes no pueden decir en público lo que piensan cuando contradice en algo la posición oficial. La superioridad jerárquica competente ha desautorizado las manifestaciones de doña Montserrat Nebrera y don Jesús López-Medel, ambos discrepantes con la línea oficial del partido de que en los condenados del 11-M no están todos los que son, que faltan los del think tank. La FAES del terrorismo, para entendernos. Les han dicho que esas cosas se pueden decir in conventum, pero no coram populo y la señora Nebrera ha cantado la gallina antes de que el señor Sirera, que anda buscando escarmentar a alguien para mostrar a la jefatura su músculo, la mande a cuarto de banderas. Es decir, en el PP, como en el extinto Partido Comunista de la Unión Soviética, el de Stalin, se puede hablar en público siempre que sea para coincidir con el mando.

Esto no se ve en el PSOE; al contrario, es un partido polifónico, a veces cacofónico en el que cada cual dice lo que le parece. Creo recordar que hasta hace escasas fechas, la señora Rosa Díez (por cierto ¿qué ha sido de ella?) era militante del PSOE, se expresaba de forma muy crítica y hasta agresiva con la dirección partidista y, si se ha ido, ha sido porque ha querido, pues nadie la expulsó, ni siquiera le dijo que se callara. La señora Gotzone Mora sigue siendo militante en idénticas condiciones. Una señora miembro de un partido que pide el voto para otro y, nada, tampoco, nadie la manda a Siberia. Decir que un partido así sea estalinista es literalmente no saber de qué se habla, o hablar como decía mi abuela "a tontas y a locas". Pero es que la señora Aguirre tiene mucho de las unas y las otras. Por eso es adorable.

Seguramente se dirá que se trata de calificar a la televisión andaluza y no al PSOE. El partido acaba apareciendo siempre. Pero el hecho es que la tal televisión invitó a un programa de debate al señor Nacho Villa, que es algo así como si Stalin hubiese promovido al Comité Central del Partido al camarada Trotsky. Ni pensarlo, ¿verdad? En cambio, el señor Nacho Villa, por su intemperancia, su intransigencia, su carácter inquisitorial y vengativo sí recuerda bastante al fiscal Vichinsky, el de los procesos de Moscú de la segunda mitad de los años treinta del siglo XX. Estalinismo puro y duro.

(La imagen procede de la pág. web de la Presidencia de la Comunidad de Madrid).

dissabte, 3 de novembre del 2007

Ceuta y Melilla.

Suenan los teléfonos, silban los faxes, crepita la blogosfera, los periódicos hacen titulares, las radios machacan, los pasillos de los ministerios de Asuntos Exteriores están en efervescencia, los secretarios se afanan, los agregados conferencian, los embajadores no duermen. La visita de los Reyes a los dos exclaves españoles en el norte del África mueve hostilidad en el reino vecino, el de "nuestro hermano" el musulmán. Hay que cuidarse de los hermanos. Véase Caín y Abel.

La cosa consiste en que el muslime sostiene que se trata de dos "ciudades ocupadas" y considera la visita real un acto inamistoso para Marruecos. La opinión marroquí también está patrióticamente herida. En la península se aplaude en general la gira de los Reyes, después de la que ya hiciera el señor Rodríguez Zapatero a fines de enero del año pasado.

Una parte de la izquierda española abomina de las dos ciudades, a las que considera colonias. Las últimas del Imperio español. Eso depende de cómo se mire. También hay gente que considera colonias a las islas Canarias. Acerca de esta cuestión los argumentos y las razones van y vienen. Los partidarios de la, supongo, retrocesión de Ceuta y Melilla esgrimen el principio de la integridad territorial de los Estados. Los partidarios de la españolidad de las plazas señalan que Melilla forma parte de España antes que Granada y Navarra.

Se trata de debates a mi juicio viciados. La historia nunca aclara nada porque cada cual la interpreta según le interesa. Lo que no se puede interpretar es la manifestación de la voluntad de la gente; esto es, que Ceuta y Melilla sean lo que quieran los ceutíes y melillenses en uso de su derecho de autodeterminación. ¿O voy a pedir la autodeterminación para el Pais Vasco y no para Ceuta y Melilla? Eso es lo que, al parecer hacen muchos, sin que la disonancia cognitiva que ello manifiesta les quite el sueño.

En todo caso y mientras se resuelve el contencioso (que implica también cuestiones geopolíticas, como el control del Estrecho de Gibraltar, hoy de menor importancia estratégica que antaño, pero de suficiente entidad) no veo por qué hayan de privarse ceutíes y melillenses de la presencia de los monarcas en sus ciudades, con lo que le gusta a la gente ver al Rey y a la Reina tan sonriente con los brazos cargados de ramos de flores. Supongo que la casa real lo habrá tenido en cuenta, pero convendría que también los súbditos musulmanes de SS.MM. les presenten sus emocionados respetos. Seguro que por esos pagos nadie quema una foto del Rey ni del tamaño de un sello de correos. La España plural, vaya.

En Melilla, por cierto, había y supongo que sigue habiendo una estatua de Franco; va de comandante y a pie, no es ecuestre y por eso mismo una rareza. Como rareza debiera ser el hecho de que se erigiera con posterioridad a la muerte del comandantín. Espero que los Reyes no la visiten, aunque nunca se sabe. Al fin y al cabo fue Franco quien nombró sucesor "a título de Rey" al actual monarca.

Filisteísmo.

Varios periódicos digitales glosaban ayer la fulminante destitución de la portavoz del PSOE en el parlamento aragonés. Coincidían en considerar inaceptable o inadmisible o intolerable su discurso y hacían chirigota de que sería el primero (la portavoz, doña Isabel Teruel, se estrenaba ayer en el cargo) y el último. Alguno de los medios, hasta sentía "vergüenza ajena".

Bueno, he visto el video y con detenimiento; hasta lo he repetido para estar seguro. Y estoy seguro de que es un discurso estupendo. Claro que es el de una novata que está nerviosa y lo dice, no lo oculta ni imposta nada, se ríe, se aturulla, se repite y lo reconoce y afirma que ya se curtirá. Pues no le han dado tiempo, sino que el PSOE la ha destituido fulminantemente, con el aplauso de muchos medios.

Manda narices. Se pasan la vida maldiciendo la falsedad de la política, el alejamiento de los políticos, sus corrupciones, que sean todos iguales, que vayan siempre a lo suyo, sean unos engolados y sólo sirvan para engañar y cuando aparece una que no es así, que es sincera, la echan con cajas destempladas.

El filisteísmo que revela censurar una intervención tan espontánea, simpática, humana, da verdadero pavor. Esos medios que sienten "vergüenza ajena", esos burócratas de los partidos que fulminan a la señora diputada (quien, por cierto, estuvo correctísima, aunque no sea Demóstenes, que tampoco los señores Rodríguez Zapatero o Rajoy lo son), exactamente ¿qué quieren? ¿Que sólo hablen políticos profesionales, curtidos por quinquenios de escaños? ¿Que la gente venga aprendida? ¿Que haya bronca de pitos, abucheos y pataleos?

Me gustaría saber qué tienen que decir al respecto los feministas con un análisis de perspectiva de género.

En todo caso, enhorabuena señora Teruel. Está claro que en su partido no están a su altura. Y los Opinionmakers aun menos.