dilluns, 23 de juliol del 2007

Uclés.

De vuelta de Valencia hicimos escala en Uclés para visitar al priorato de la orden de Santiago; bueno, el monasterio de Santiago que se construyó en parte de donde estuvo el castillo de la orden, que ésta había recibido de manos del Rey Alfonso VIII, de construcción musulmana. Menudo lugar. De aquí se extendió la orden de Santiago por el SE de España y luego saltó a América, al menos en efigie. En una capilla de la nave central se encuentran los escudos de todas las "Santiagos" que hay en América del Sur (me aplico desde ahora la requisitoria que hace Saramago en su obituario de Polanco), que si Santiago de Chile, Santiago de Guayaquil, Santiago de Cuba, Santiago del Estero, Santiago de Compostela (en México), etc. Hay, precisamente, un texto de Claudio Sánchez Albornoz, allí expuesto, en el que defiende la idea de que la conquista de América fue resultado, continuación, efecto, como se quiera, de la Reconquista.

El monasterio es renacentista, tiene una fachada herreriana (lo llaman "el Escorial de La Mancha") y una increíble portada plateresca, coronada con un Santiago Matamoros, del que también hay un oleo de Francisco de Rizzi presidiendo el altar mayor. Realmente, Santiago Matamoros está por doquier. Se respira en el lugar una mecla de sacerdocio y milicia. La orden de caballería. En esta iglesia, perdida en la mancha conquense, a noventa kilómetros de Madrid y como siete de la autovía de Valencia, está enterrado don Jorge Manrique, se presume que a los pies de su padre, cuya muerte tanto sintió, pero no se sabe de cierto porque se ignora la ubicación exacta de los cuerpos de ambos. El padre, don Rodrigo Manrique, era Gran Maestre de Santiago y el hijo, caballero elector. Jorge vino a ser enterrado aquí, aunque murió a ochenta kilómetros, en Santa María del Campo Rus, a dónde fue trasladado, tras ser mortalmente herido en la batalla frente al Castillo de Garcimuñoz. El poeta defendía la causa de Isabel frente al Marqués de Villena, quien sostenía a la Beltraneja.

Al salir del convento y atravesar los restos de los recintos amurallados que se yerguen en mitad de la empinada ladera, oye uno el fragor de las batallas, los sitios, las defensas, las cargas y el entrechocar de las armaduras, el piafar de los caballos, los ayes de los heridos, los gritos de los vencedores bajo un sol de justicia que hace destellear las corazas entre el polvo salpicado de sangre. Hay que echar imaginación.

Poco se figuraba don Jorge Manrique, un "hombre que ha dejado nombre", como dice la leyenda que, andando el tiempo, esa misma Isabel en cuya defensa murió, se presentaría un buen día, grávida, ante el capítulo de la orden, presto a elegir un nuevo Gran Maestre, y exigiría para su marido el Rey Fernando todos los maestrazgos de todas las órdenes militares.

Aquí, parece, comenzó la decadencia de la de Santiago, convertida ahora en mera distinción cortesana. Noble, desde luego, pero cortesana, no guerrera. Bien es cierto que la regla a que se había acogido era más liviana que la de Calatrava y Alcántara. No obstante, hubo de llegar un tiempo en que la fortaleza que rigiera el Gran Maestre y Condestable de Castilla, don Álvaro de Luna, serviría de prisión para Quevedo.

diumenge, 22 de juliol del 2007

Polanco ya no podrá "rectificar".

En sus últimas y sonadas declaraciones en vida, el señor Polanco, fallecido ayer, dijo que el PP era un partido franquista y guerracivilista y que enfrentaba a los españoles. Para mi gusto, dio en el clavo. Y la prueba es que horas después, el señor Rajoy reaccionó como lo hubiera hecho Franco, aunque no con tanta contundencia pues los tiempos no están para eso, ordenando a su grey el boicot a PRISA, en la esperanza de que también los anunciantes la ningunearan pues estos defensores de la civilización cristiana, en cuanto pueden, atacan al bolsillo porque saben que duele. Y todo eso en tanto el señor Polanco no "rectificara". Por desgracia el señor Polanco ha fallecido, pero es seguro que jamás hubiera "rectificado". Fue el señor Rajoy quien tuvo que envainarse su necia pretensión a base de no volver a mencionar en público la orden de boicoteo.

Parece mentira que ésta se diera pues demuestra que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Y el señor Rajoy es muy hombre porque ha olvidado cómo en 1997, meses después de ganar su partido las elecciones, el gobierno del PP puso en marcha una odiosa campaña de embustes, triquiñuelas, falsas acusaciones y mentiras para tratar de encarcelar a los señores Polanco y Cebrián. Justo el tipo de hazaña de enredar a los contrarios en procesos judiciales penales amañados en que es experto el señor Aznar. Contaba para ello con el auxilio de algún juez prevaricador, algún fiscal servil, políticos sin escrúpulos, periodistas a sueldo e "intelectuales" orgánicos de la derecha, varios de ellos simulando ser de izquierdas. La maniobra no resultó gracias a que el señor Polanco resistió, contraatacó y al final ganó. Y con él, ganó la causa de las libertades en España.

Con motivo del óbito del empresario todo el mundo ha recordado su evidente aportación al restablecimiento de las libertades en los años setenta y nadie o casi nadie ha hecho mención del episodio de los años noventa. Sin embargo, ese momento me parece más importante y más revelador de la categoría del personaje. Porque en los años setenta, todos estábamos por la democracia, el viento de la historia soplaba a nuestro favor y al Caudillo no lo defendían en público ni las ratas. En cambio, en los años noventa, el señor Polanco estaba solo, frente a un gobierno hostil, muy agresivo, con ánimo de venganza, y muchos de los que hoy lamentan su muerte se escondieron o desaparecieron por si venían mal dadas. Fue entonces cuando, a sus sesenta y siete años, el empresario demostró su temple y se ganó el reconocimiento de los demócratas españoles. Y desde luego el mío, que en aquellos años protesté en lo que pude en contra del atropello al que un gobierno sin límites morales, del que formaba parte el señor Rajoy, pretendía someter a los señores Polanco y Cebrián.

Este último publicaba ayer una pronta tribuna en El País, titulada Jesús de compleja valoración. Supongo que en buena medida está dictada por el genuino dolor que se siente ante la pérdida de un amigo tan cercano, cosa muy respetable. Pero por otro lado, lleva un tono de petulancia propio del firmante e impropio de lo firmado. Esa insistencia en recordar a todos, en especial al hijo del finado, no sólo los estrechos lazos entre el empresario y su empleado, sino también la igualdad entre ambos, la mutua lealtad, quiere dar una impresión que no acaba de casar con la realidad. El señor Polanco fue un empresario en estado puro y en eso consiste su extraordinario mérito. El señor Cebrián, queriendo ser empresario e intelectual a su sombra, no es, en el fondo, ninguna de las dos cosas. Pero sí académico y hombre poderoso mientras dure la relación privilegiada con la empresa.

Adiós a Valencia.

Terminé ayer el curso sobre Fomento de la lectura y edición en la UNED de Valencia cantando las excelencias de la blogosfera y explicando lo poco que sé acerca de buscadores y de clasificación de la información en muy diferentes campos. La verdad es que lo pasé muy bien en la clase, los medios técnicos del centro son extraordinarios, el propio centro está en un lugar muy grato, en la llamada Casa de la Misericordia, y los asistentes, todos/as ellos/as licenciados/as, gente muy motivada. Así da gusto trabajar. Espero que lo encontraran tan interesante como yo.

Empleamos luego la tarde en visitar el museo de cerámica, que se aloja en el palacio del Marqués de Dos Aguas, contiguo a nuestro hotel y cuya historiada y alabastrina portada figura en la fotografía superior. En verdad es un edificio notable por varios conceptos, tanto por las piezas en exposición como por el mobiliario y distribución de la vivienda. Como no tengo aquí "scaner" no puedo reproducir algunas de las habitaciones que más me impresionaron, y quizá lo haga cuando lleguemos a Madrid. Hay una especie de gabinete de té, decorado al gusto de la chinoiserie propio del siglo XVIII que es de flipar, con muebles lacados y taraceados en nácar, jarrones chinos y decoraciones de seda que son un primor. U otra habitación toda ella provista de muebles recubiertos de porcelana de Dresde, procedentes de la Real Fábrica de Berlín y adquiridos en una subasta en París a fines del dicho siglo que debió de costar una fortuna.

Antes hicimos una obligada visita al Museo de Bellas Artes, en el Palacio de San Pío V que alberga una estupenda colección de retablos del gótico valenciano y esta vez mostraba también una exposición temporal de la retratística española que hay en el Museo de El Prado. Precisamente una de las piezas en exposición es la llamada "Barbuda de Peñaranda", en la imagen de la derecha, un magnífico retrato de una mujer del XVII llamada Brígida del Río, en el espíritu de los "fenómenos de la naturaleza" en que Velázquez representó a los numerosos enanos y bufones de la corte de los Austrias o Carreño de Miranda a Eugenia Martínez de Vallejo, llamada "la monstrua", tanto vestida como desnuda, también aquí en préstamo de El Prado. El autor, Juan Sánchez Cotán, pintor de mi predilección, es un apreciado bodegonista, pero no sólo eso. Buena parte de su obra se exhibe hoy en la Cartuja de Granada, en donde el hombre profesó y donde también puede comprobarse que era igualmente un gran pintor de temas religiosos.

Los retratos, una selección de todos los que hay en la pinacoteca madrileña, abarcan los siglos XVII al XIX (Pantoja, Carreño, Velázquez, Sánchez Coello, Murillo, Mengs, Van Loo, Bayeu, Goya, etc) y permite apreciar muy bien la evolución de la retratística cortesana española, desde el formalismo de las obras sobre los Austrias hasta el naturalismo y el psicologismo de los Borbones. Es una buena exposición, aunque confieso que me hubiera gustado ver el retrato ecuestre del infante Baltasar Carlos, de Velázquez, por el que tengo devoción desde niño.

dissabte, 21 de juliol del 2007

Ya vale.

¿Qué jueces tiene España? ¿Han pensado que los justiciables somos idiotas o siervos de los que se puede abusar impunemente? ¿Menores de edad a los que hay que tutelar decidiendo por ellos qué pueden y no pueden ver? La profesión legal, en sus distintas y magníficas actividades (jueces, abogados, fiscales, etc) no es un repositorio de sentido del humor, pero alguien debería explicar a estas eminencias que el humor, como la poesía, según se estableció en un famoso proceso en la IIIª República francesa, no delinque. Doy por supuesto que el fiscal que ha instado a la acción y el juez que ha ordenado el secuestro admiten que las caricaturas no constituyen injurias... y espero no dar demasiado por supuesto. El delito de injurias debe de residir, por tanto, en lo que algunos periódicos púdicamente llaman la actitud "sexual explícita" de ambos caricaturizados y eso es lo inadmisible, que estos autoerigidos guardianes de la moral consideren injuria la actividad sexual explícita o implícita. Pues no, señor, esa es una actividad normal y corriente que practica todo aquel que quiere y/o puede, incluidos los magistrados de la Audiencia Nacional. Injuria hubiera sido que se mostrara al Príncipe Felipe (si es que es él) dando una paliza a la princesa de Asturias sin que tal cosa fuera verdad.

Y obsérvese que no hace falta recordar aquí que los príncipes, como los reyes, los papas, los altos dignatarios, presidentes de gobiernos, los magistrados de la Audiencia Nacional, entre otros, todos quienes toman decisiones que afectan a la vida de los demás tienen que ser capaces de aguantar caricaturas y chistes a su costa. Entra en su sueldo, que lo pagamos todos; y ya está bien de tratar de intimidarnos.

En otra muestra de inaceptable intromisión en los derechos de los ciudadanos, anteayer, el señor Enrique López, portavoz del Consejo General del Poder Judicial (un órgano que lleva sin renovarse desde noviembre pasado porque al PP no le interesa, sin que a ninguno de sus componentes conservadores se le ocurra dimitir) pidió a los políticos que "atemperen" sus críticas hacia el juez Miguel Hidalgo Avia, de la Audiencia Provincial, que condenó injustamente a los tres policías del "caso Bono" como ha sentenciado el Tribunal Supremo. Cuando aquella inicua condena se produjo José Antonio Martínez Soler, en su blog vaticinó que el "caso Bono" acabaría siendo el "caso Hidalgo". Ya lo es. Y que yo sepa, el señor Enrique López, afin al PP, no pidió en su día que se atemperaran las críticas y más que críticas que los políticos de la derecha y sus periodistas lanzaron contra los policías, a los que literalmente arrastraron por el lodo. Sin embargo, esos policías eran inocentes, como sabíamos todos los que visionamos el video de las agresiones a Bono, cosa que está por ver en el caso del juez. El señor Hidalgo, que fue miembro de la siniestra Brigada Político Social de Franco, una brigada de torturadores, sentenció injustamente, causó un irreparable daño moral y material a tres probos funcionarios y ahí sigue tan ricamente, presto a hacer de las suyas sin que, al parecer, se pueda decir que cuando un juez dicta una sentencia tan evidentemente injusta, sabe Dios con qué motivos, no sólo no debiera seguir siendo juez, sino que tendría que sufrir condigna sanción. Por supuesto, todo el mundo puede equivocarse; pero si hubo equivocación o no en este caso debiera ser otro tribunal quien lo decidiera. De lo contrario, los justiciables seguiremos expuestos a que jueces con un pasado como el de éste sigan aplicando la justicia del Caudillo. No digo que lo despellejen como ejemplarmente ordenó Cambises que se hiciera con el juez prevaricador, según cuenta Herodoto e ilustra Gérard David en una tabla de 1498 (Museo de Groeningen, en Brujas) pero sí que este comportamiento no debe quedar impune.


¿De qué hablan?

Tras la sustitución del señor Piqué por el señor Sirera en el PP catalán, muchos comentaristas dijeron ayer que se cerraba la crisis de este partido. Añadieron que es hombre de talante moderado y centrista, y él mismo, en su primera comparecencia pública fue suave, lució maneras, sonrió civilizadamente en lugar de mostrarse agrio y despreciativo como muchos de su tendencia y hasta dio las gracias al terminar la rueda. Hasta aquí, nada que objetar. Es más, a la vista de la foto de la izquierda, cabría pensar que, de objetarse algo, podría ser a una tendencia criptonacionalista del valor emergente en el PP catalán.

Grave error. El señor Sirera tiene un blog, cosa que lo hace cercano a mi corazón de impenitente bloguero, que él titula Daniel Sirera y en el que, como nos pasa a los del gremio, se retrata. Leánlo; lean el post titulado "Mentiras tripartitas" y ya me dirán qué tiene de moderado y centrista un pavo que ataca sin piedad el estatuto de Cataluña en el primer párrafo por unos motivos y en el tercero por los contrarios y, de paso, descalifica todo lo que se mueva y no sea el PP. Quien no tenga paciencia para leerlo, que atienda a sus brillantes declaraciones de ayer en la rueda de prensa, que suenan como la melopea genovesa de Rajoy en estado puro o las vaciedades altisonantes de la derecha de siempre. Dice que está "aquí para solucionar los problemas reales de los ciudadanos, no para los problemas ficticios, los problemas falsos que sólo sirven para justificar sus irresponsables (de otros, claro) actuaciones políticas. Nosotros estamos para lo que tenemos que estar, para resolver los problemas reales de la gente y no para crear poblemas donde no los hay." ¿Está claro? No se meta Vd. en política, joven.

Del otro lado, del PSOE, la cosa no fue mucho mejor. En su comparecencia tras el Consejo de Ministros, la vicepresidenta del Gobierno, de quien tengo buen concepto, estuvo inaceptable. Habiendo admitido que la crisis del PP es un asunto interno de otro partido en "el que el Gobierno no debe ni puede entrar", hizo exactamente lo contrario, esto es, entró, dijo que el PP se encuentra en horas muy bajas y que se encamina hacia una radicalización de la derecha nada conveniente. Conste que no digo que, en efecto, el Gobierno no pueda ni deba "entrar" a juzgar a otros partidos; no veo por qué no siempre que lo haga con temperancia y consideración. Lo que me parece inadmisible es que, se haga lo que se niega que se va a hacer. Es una actitud ventajista de gente que no juega limpio. Y espero poder decir esto sin que venga alguno de los esbirros del Gobierno, que alguno tiene, a llamarme "equidistante".

La naturaleza imita al arte.

Eso decía Oscar Wilde. Y la realidad queda mejorada, adornada, cuando se deja aprehender por el ojo del artista. Con autorización del autor, Quique Salgado, un impresionante (no impresionista) pintor argentino, reproduzco aquí un par de óleos suyos, que son como un manifiesto a favor de la nueva forma de la pintura figurativa, que resurge del tumulto del abstracto del siglo pasado con una regeneración de la percepción de la realidad que la convierte en eso tan extraordinario que es la visión creadora. ¿O no está claro que, al echarse estos cuadros a la cara tiene uno la sensación de que las luces y colores forman una armonía secreta cuya clave nos ha revelado el genio del artista con la misma clarividencia que la leyenda atribuía a los profetas ciegos de la antigüedad, capaces de explicarnos el destino?

Gracias, Quique.

divendres, 20 de juliol del 2007

Crónicas genovesas: ajuste de cuentas a la vaticana.

La venganza es plato que se sirve frío. Ayer el señor Piqué ofició de enésimo caso de apuñalamiento por la espalda. La buida daga traía aroma de la calle Génova, la sede de su propio partido. Ya Churchill, al instruir a un joven y fogoso neófito conservador, le advertía de que los enemigos suelen estar en el partido de uno. Cuando el señor Piqué, pensando sin duda no sólo que Castilla es ancha, sino que Cataluña cabe en ella, dijo que los señores Zaplana y Acebes representaban "el pasado", fijó el siguiente trabajo del sicario que ahora lo ha visitado desde Madrid en forma de una "desafortunada filtración" por la que se sabe que la comisión electoral de su partido en Cataluña estará compuesta por incondicionales de Génova, del llamado sector "ultra" del PP y que él no pinta literalmente nada.

El mismo sector ultra que ya le dio un rollizo sapo a tragar hace unos meses cuando afirmó que la reforma del Estatuto catalán (frente a la que el señor Piqué hacía malabarismos centristas, para no quedar como feroz mesetario en la tierra dels segadors) estaba tutelada por ETA. Ahora el señor Acebes, el que ha puesto en la calle al señor Piqué con cardenalicia habilidad, dice que él jamás dijo lo que no solamente dijo sino que remachó a coro con el señor Zaplana (pues si uno era el pasado perfecto, el otro es el imperfecto), el señor Alcaraz y otros adalides de la cristiandad, o sea, que ETA tenía al Gobierno en un puño y el estatuto en el otro.

Sapo va, sapo viene, el señor Piqué ha escrito dolida misiva a su "querido Presidente y querido Mariano" (quien, al parecer, no es el "pasado", sin que se sepa cómo administra los tiempos don Josep) poniendo a su disposición el cargo, para el que ya se ha anunciado como aspirante el que lo tuvo en su día, señor Vidal-Quadras, una víctima anterior de Génova por distintas razones, una especie de Cid burgalés de descascarillada voz pero hispánico verbo, que fue vilipendiado y arrojado a los pies de los caballos identitarios catalanes cuando el señor Aznar precisaba de los votos del señor Pujol.

La historia vuelve sobre sí misma y trueca las glorias de antaño en heces de hogaño. Y como hay gente para todo, Libertad Digital dictamina que la puñalada al señor Piqué no es una maniobra cainita, ni se debe al "hundimiento electoral al que ha conducido su gestión, sino (a la) profunda renovación impulsada desde Génova de cara a las elecciones generales."

Para contrarrestar tan "profunda renovación", el señor Piqué puede interpretar la partitura "centrista". Pero, viendo cómo las gastan en su partido, no sé yo si tendrá acompañamiento ni siquiera para un dueto .


"¡A por los 300!"

A la vista de las fotos de los trescientos camaradas que anteayer se reunieron en Madrid, Plaza de Colón, en donde Aznar dejó clavada la banderaza nacional, copiando la idea de la mexicana que ondea en la Plaza del Zócalo, me acordé de la consigna electoral de don José María Gil Robles en las elecciones de febrero de 1936: "¡A por los trescientos!" Trescientos diputados quería entonces "el Jefe" para imitar a Dollfuss en España.Trescientos fueron los nostálgicos que se manifestaron el 18 de julio pasado con la camisa azul que tú bordaste en rojo ayer. Vamos, algunos más que los harekrisnas que van por las ferias tocando el tamboril. Hay quien dice que estos actos de enaltecimiento de la dictadura de Franco debieran prohibirse porque son apología del fascismo; del fascismo, del terrorismo, de la tortura, del asesinato y de la opresión de los españoles durante cuarenta años. Pero yo no los prohibiría: encuentro más interesante que salgan a la calle con su parafernalia fascista y todo el mundo pueda contarlos, verles las caras y hacer unas risas cuando levantan el brazo, como si fueran legados imperiales.

Gudaris.

- ¡Ahí va Dios, Ander! ¿En qué andas? ¿Cómo llamas? ¿No sabes que...?

- Coño, claro que sé, pero ando salvando el pellejo, que casi me pillan los pikoletos.

- ¿Seguro que no lo sueñas?

- Como hay Dios que no, tío, tenían un control en la carretera.

- Joder, estos txakurras están en todas partes. Ya no se puede ir ni en taxi. ¿Te oye el gorrino?

- No, le he dicho que se aparte, que voy vomitar y que me espere. El menda cree que me voy gastar un pastuz en la carrera, pero yo me largo de aquí.

- ¿Y qué haces con la merienda?

- La dejo en el portaequipajes, colega; no me voy a arriesgar a que me pille la pasma.

- Pena de material... Venga, pírate; hazte humo. Deja también la pipa y llama cuando estés en lugar seguro. Cagüenlalecheya, ya no se puede hacer una puta ekintza. Estos sociatas son peores que los peperufos.

- Me abro, Aitor, y tú lárgate también.Ya liberaremos Tarragona en otro momento.

dijous, 19 de juliol del 2007

Carta que pudo mandar el señor Rajoy a Palinuro.

Hace cinco días publicaba servidor en este blog un post titulado El reformista señor Rajoy, y ayer imaginé una contestación en forma de carta del presidente del PP que paso a transcribir sin cambiar un ápice en ella.

Estimado señor Palinuro: permítame algunas precisiones sobre su entrada del pasado 14 de julio acerca de mi propuesta de reforma de la ley electoral que hoy he tenido ocasión de reiterar a la vista del desastre que los socialistas pretenden institucionalizar en Navarra, como ya lo han hecho en alguna otra comunidad por ejemplo las Baleares. ¿Sabe Vd. señor Palinuro que en las islas gobierna una coalición de partidillos el más importante de los cuales anda por el 37% del voto mientras que el PP, ahora en la oposición, alcanzó el 46,01%? Le parece a Vd. justo estar en la oposición con el 46,01%? A mí no me lo parece ni con el 10% así que excuso decirle con el 46,01.

Dice Vd. en su entrada que yo pido una reforma de la ley cada vez que pienso que mi partido pueda salir beneficiado. Naturalmente señor mío. No querrá Vd. que la pida cuando mi partido vaya a resultar perjudicado. Además olvida Vd. que al PP le sucede como a la General Motors: todo lo que es bueno para él es bueno para España.

Añade Vd. que mi sugerencia de que gobierne la lista más votada sólo podría aplicarse en el ámbito municipal y no en el nacional y autonómico en donde rige el principio parlamentario más décimonónico y absurdo. Algunos por ahí sostienen que para aplicar mi audaz propuesta sólo animada de amor a la Patria habría que reformar la Constitución. Así que me dije: "Mariano, no se puede jugar con fuego". Vd. sabe, señor Palinuro que con respecto a la Constitución los seguidores de Fraga somos muy claritos: lo mejor habría sido que no hubiera constitución pues con unos retoques a las sapientísimas Leyes Fundamentales de Franco todo se hubiera resuelto. Sin embargo, una vez que se aprobó la Ley de Leyes hemos pasado a ser sus más firmes defensores. Cerrados defensores entiéndase bien de quienes puede decirse aquello de “nadie las mueva que estar no pueda con Roldán a prueba” que recita nuestro (nuestro ¿eh? no de los rojos) inmortal don Miguel.

De ahí que me haya molestado en reflexionar sobre mi idea para reconducirla a algo constitucionalmente más viable: si no puede gobernar la lista más votada (admito que quizá tenga Vd. razón con lo de la moción de censura, pero no se lo diga a Josemari, que me pierde) que tampoco pueda hacerlo quien no llegue al 30% de los votos. Eso resolvería el problema, ¿no le parece Vd.? Ya sé que con esta fórmula perderíamos el gobierno de Canarias pero así verá Vd. cómo es únicamente el interés general el que mueve mis iniciativas y no el de bandería política como Vd. insinúa en su rojoblog.

Habiendo hablado con un cuñado mío experto en leyes, me dice que tanto da una propuesta como la otra porque ambas son contrarias al espíritu del gobierno parlamentario y que España es un “Monarquía parlamentaria” por decisión de la Constitución.

Dice el señor López Garrido que mi segunda iniciativa es aun más absurda que la primera. Lo que diga el citado señor, antiguo comunista, hoy socialista y quién sabe si masón, me trae al fresco. Pero mi cuñado, hombre de orden, sí merece mi atención. ¿Ve Vd. por qué no queríamos nosotros nada de estos peligrosos experimentos demoliberales? ¿No bastaba con una Monarquía orgánica? Ahora si no cabe obligar a que gobierne orgánicamente la lista más votada y no se puede impedir, aunque sea a la fuerza, que gobierne quien no llegue al 30%, sólo cabe terminar con este absurdo y antidemocrático sistema parlamentario como insinúa Vd. en su entrada.

Cordialmente suyo, en Madrid, a 18 de julio (gloriosa efeméride) de 2007.