divendres, 23 de març del 2007

Peleas de intelectuales.

En El País del domingo pasado abrieron un debate bien interesante sobre un fenómeno muy curioso: "¿Por qué los intelectuales de izquierda se hacen de derechas?" Participan dos conocidos intelectuales, los dos de izquierda, uno más radical que el otro, Francisco Fernández Buey, con un artículo titulado El truco de la autocrítica e Ignacio Sotelo con otro titulado Fin de las oscilaciones. El de Sotelo me pareció el más flojo de los dos y, a veces, incomprensible, cuando no claramente condicionado por la experiencia del autor en Alemania en los años 60 y 70. Casi cabría pensar que cree que esto de ser de izquierda o de derechas es cosa de modas y de ahí el título del artículo.

El de Fernández Buey me pareció no solamente más interesante, sino más atingente a la cuestión que se trataba de dilucidar. Tendría dos cosas que reprocharle y nada baladíes. La una, que valore por encima de todo la perseverancia en las creencias como si ésta fuera una bendición de los cielos muy superior a la capacidad para cambiarse y adaptarse a la realidad que, al menos en el sentido político, no cesa de variar; lo que llama "transformacionismo" que no estoy seguro de que sea una elección terminológica acertada. La otra que dé la impresión de estar cien por cien seguro de saber qué sea la izquierda, concepto sobre el que, sin embargo, no reina general consenso. Por ejemplo, me atrevo a pensar que eso que se llama la "izquierda radical", comunistas y allegados, suele negar la vitola de izquierdistas a gentes como Ignacio Sotelo, socialdemócratas de toda la vida. Claro que el propio Sotelo parece darles la razón cuando habla de las "sedicentes izquierdas y derechas que en el fondo se parecen como dos gotas de agua"; justamente la teoría de "las dos orillas" o "son todos iguales" de los comunistas que, paradójicamente coincide con esa aparentemente amargada experiencia de la derecha de que, en efecto, "todos los políticos son iguales". Como me cuesta pensar que Sotelo se tenga por una gota de agua, sería cuestión de preguntarse desde dónde habla o cómo se considera a sí mismo. Por lo demás, quizá no le resulte sorprendente a Fernández Buey saber que mucha gente, incluso de izquierda, considera que los comunistas no son de izquierda.

En verdad, este lío de quién es o quién no es de izquierda es bastante estúpido pero, como decía el filósofo, la "estupidez se hace invisible cuando se generaliza" y así hay que seguir escuchando a unos u otros bobos negándose mutuamente la condición de izquierdistas. Eso raramente se ve entre los de derechas.

El caso es que, estando así las cosas, tercia en la polémica Fernando Savater con una carta de lector al día siguiente o al otro, titulada ¿Quiénes son?, en la que precisa algún punto a Sotelo, al citar tres nombres de casos de intelectuales que hicieron el trayecto contrario, esto es, de la derecha a la izquierda (Aranguren, Sacristán y París) y pone en solfa luego el argumento de Fernández Buey con bastante agresividad, viniendo a decir que esos intelectuales a los que el primero cree hay que rendir homenaje por haberse mantenido fieles a sus principios, en el fondo son más derechas que nadie... por omisión, por no haberse manifestado contra ETA desde siempre y a favor del Estado de Derecho en el País Vasco, y de las víctimas.

Parece una carta impropia de Savater por la cantidad de falacias que contiene. En primer lugar, que haya habido un puñado de intelectuales fascistas que dejaran de serlo y se pasaran a la izquierda en la España de Franco es la excepción de la regla de que, en España y fuera de España, lo abrumadoramente frecuente es lo contrario, de la izquierda a la derecha. Y la soterrada acusación de derechismo por omisión a los intelectuales de izquierda a que pudiera estar refiriéndose Fernández Buey pasa por alto algún dato muy relevante pues si de biografías se está hablando: ¿cuándo empezó a condenar a ETA el propio Savater? ¿Cuándo a ponerse del lado de las víctimas fueran del partido que fuesen como dice? Porque, que yo recuerde, muchos intelectuales de izquierda empezaron a condenar a ETA ya bien entrada la transición y a ponerse al lado de todas las víctimas bastante más tarde. Quizá no sea el caso del firmante de la carta, pero sí de algunos intelectuales que, además han seguido siendo de izquierda. En realidad, el ataque de Savater es tan desaforado que le resulta fácil a Fernández Buey defenderse en una carta posterior, titulada Respuesta a Savater citando nombres de intelectuales que se han conservado fieles a sus principios y siguen siendo de izquierda, estando enfrentados al nacionalismo y a ETA.

Por lo demás, con estos asuntos no se agota el apasionante tema propuesto a debate. Por supuesto que hay intelectuales que han pasado de la derecha a la izquierda pero lo cierto es que, salvas algunas excepciones, ese itinerario no es nada frecuente y los ejemplos y casos son poquísimos. Pienso que inexistentes entre intelectuales de prestigio internacional. Y también hay intelectuales, legiones, que han pasado de la izquierda a la derecha. Pero legiones: en el PP abundan como moscas y, mirando las columnas de El Mundo, La Razón, el ABC, Libertad Digital, etc, así como ciertas tertulias televisivas y programas de radio, se encuentra al resto. No hace falta dar nombres porque son muy conocidos. Y tampoco es preciso caer en el maniqueísmo que Savater critica. Ciertamente, habrá conversiones de la izquierda a la derecha dictadas por convicciones sinceras pero, mirando lo que se ve en los medios en España, la verdad, predominan los que parecen haber evolucionado por conveniencia personal, por despecho, por dinero o por vanidad herida que, tratándose de intelectuales, cuenta mucho.

Y eso tampoco agota el elenco. ¿Qué decir de los intelectuales que han evolucionado desde la izquierda a un puntilloso "centro"? Por ejemplo, Antonio Elorza publicaba ayer mismo también en El País un artículo titulado Sin vida política en el que equiparaba al PP y al PSOE culpándolos prácticamente por igual del mal funcionamiento del sistema y el debate políticos en el país. Cómo se pueda equiparar el comportamiento de ambos partidos en las sesiones parlamentarias o con respecto al poder judicial es algo que sólo cabe entenderse en función de "transformismo" de que habla Fernández Buey. Cierto, el articulista dirige gran parte de sus acusaciones al PP, que es quien tiene el cuasi monopolio de la desestabilización en el ámbito parlamentario, en el poder judicial y algunos otros, mientras que el PSOE apenas si puede defenderse ante esa agresividad constante. Pero luego, tomando pie en la política exterior y algún que otro caso, sitúa casi a igual nivel al PSOE, al que corresponsabiliza de la inexistencia de la vida política. Cualquiera que vea la televisión o lea la prensa sabe que eso no es cierto, que el "todos iguales" es injusto. .. y además, lo que predica la izquierda radical por un lado y pretende dar a entender el PP por el otro. ¿Qué lugar correspondería a estos intelectuales?

(En las imágenes, diversas tallas de los pueblos fang, songye y chowke).


La poligamia en casa.

Un hecho fortuito, el incendio de una vivienda en Nueva York en el que han muerto cinco niños, ha permitido descubrir que entre los inmigrantes en la Gran manzana no es infrecuente la poligamia. Saco la noticia del New York Times Como se trata de un delito penado con prisión y causa de expediente de expulsión del país,

El cuadro, de Gyula Törnai, hacia 1865, "En el harén".

la práctica existe clandestina; pero existe, y nadie sabe qué extensión puede alcanzar. A la vista de lo que allí sucede, la pregunta que se le plantea a uno en relación con Francia, con España, etc es ¿y no estará pasando aquí lo mismo? Los inmigrantes musulmanes tienden a vivir en núcleos cerrados, apenas se abren a contacto con otros grupos étnicos, el Corán permite al hombre tener hasta cuatro mujeres. La cuestión es saber cuántos polígamos hay en España.

Y con esto del Corán hay que tener cuidado. Acabo de leer que una jueza alemana ha fallado admitiendo como base para su fallo la sura del Corán en que se permite pegar a la mujer díscola. Algo similar, aunque en sentido contrario, es decir, esclarecido, ha pasado en Inglaterra, en donde los Lores Judiciales (el Tribunal Supremo) otorga a los colegios la facultad para impedir que las escolares musulmanas aparezcan con los velos faciales.

Como se ve, el problema es siempre el mismo, esto es, el Islam, que choca frontalmente con nuestros principios básicos. Si aceptamos la poligamia, las palizas a las mujeres y el velo facial estamos aceptando la existencia de ciudadanos de segunda entre nosotros. A su vez, una integración completa en la sociedad de acogida, por lo que se ve, es imposible. La cuestión es si somos capaces de insistir en que hay que acatar nuestros valores básicos sin adoptar actitudes proteccionistas o incluso puramente racistas.

dijous, 22 de març del 2007

Al asalto del Estado.

Que el Partido Popular, también llamado Partido Pancartero está convirtiéndose a toda velocidad en el Partido de la Porra es evidente para quien observe el debate público, por llamarlo de alguna forma. Su estrategia es bien clara: como no puede gobernar (ya que en democracia existe la irritante y plebeya costumbre de que gobierne el que obtiene más votos), que no gobierne nadie y que todo salte por los aires. Para lograr tan loable propósito, la táctica que aplica es andar a coces con todas las instituciones democráticas y poderes del Estado, a ver si consigue que caigan en el desprestigio y se despierte el dormido genio de la raza en forma de algún salvapatrias que dé un golpe de timón o de lo que sea con tal de que se trate de un golpe, con consecuencias fáciles de imaginar. Pongo por ejemplo el ataque continuo a todos los poderes del Estado.

Empecemos con el legislativo.

En la sesion de control del Gobierno de ayer, la bancada popular volvió a organizar la algarabía habitual de gritos, abucheos, pataleos y rebuznos que alteran y degradan el normal negocio parlamentario. Es sorprendente que pregunte nada al ejecutivo si luego no está dispuesta a escuchar las respuestas. Pero es que esos espectáculos vergonzosos no son una excepción que un alma caritativa pudiera atribuir a un momento de arrebato, sino algo deliberado y programado. Se llega a esta conclusión mediante un sencillo razonamiento: dada la disciplina férrea de todxs lxs diputadxs de todos los partidos, especialmente del PP, bastaría con que los tres adalides conservadores reunieran a sus señorías y les dijeran que no berrearan para que las dichas señorías no levantaran la voz. Como eso lo sabemos todxs, resulta claro que el sistemático vociferar en el hemiciclo es política programada del grupo popular. ¿Con qué fin? Con el muy obvio de deslegitimar al Parlamento ante la opinión pública y generalizar la convicción de que todos lxs políticxs son iguales y etc, etc.

Sigamos con el Ejecutivo.

Del respeto que el PP tiene al Gobierno da buena cuenta la sarta de insultos e improperios con que sus diputadxs, afiliadxs, simpatizantes y votantes regalan a su Presidente: bobo solemne, simple, traidor, genuflexo ante ETA, radical (sic), incompetente...Y no solamente en sede parlamentaria, sino dondequiera: en la calle, en sus medios de comunicación, en las pastorales de la jerarquía o en sus manifestaciones. Este tipo de ataque, sin embargo, es el menos grave dado que en democracia es habitual culpar al Gobierno de todo, según el viejo adagio italiano del piove, porco governo. Claro que se hace de forma menos tosca pero supongo que ésta puede atribuirse al exceso de testosterona con que los dioses han bendecido siempre a esta indómita raza. Lo más grave es que en el paquete entre ya también el Jefe del Estado, la Corona, vaya. Mi simpatía por esta institución es igual a cero, pero, en tanto exista, creo obligado atender a sus reglas de funcionamiento, sin intentar violentarlas y servirse de ella para fines faccionales. No se trata solamente de que desde algunos medios de la derecha, como la COPE, se ataque con frecuencia a la Monarquía, porque eso entra en los márgenes de la libertad de expresión. Se trata de que la derecha no instrumentalice la institución en provecho de sus fines partidistas. Que el señor Sanz, presidente de la CA de Navarra sostenga que cualquier alteración en el estatuto del antiguo Reino no dejaría indiferente a la Corona es un desafuero que no debiera dejar indiferente a la Corona. Ciertamente que la relación de Navarra con España es un pacto articulado en el fuero cuyo garante último es el Rey. Pero eso no autoriza a una parte de una parte del pacto a servirse de la figura del garante porque eso es jugar con fuego.

Y terminemos con el judicial.

El comportamiento del PP respecto a la administración de justicia en sentido amplio en España no solamente no es de respeto, sino de franco boicoteo. Prácticamente no queda tribunal, magistradx o procedimiento judicial que el PP no esté dispuesto a reventar en virtud de ese planteamiento de hundir aquello que no puede controlar. Tres buenos y recientes ejemplos aparecen en los episodios que han afectado al Tribunal Constitucional, con una recusación falaz que ha puesto en entredicho la independencia del alto órgano; al Tribunal Supremo, con un nombramiento de sala (la que ha de decidir sobre las listas de Batasuna) aparentemente trucado que están investigando los órganos pertinentes del ministerio de Justicia; y al Consejo General del Poder Judicial, en funciones desde hace cinco meses y con su renovación bloqueada en tanto no se avengan las demás fuerzas políticas a otorgar al PP una posición de preeminencia en él muy superior a su peso parlamentario y que le permita seguir haciendo mangas capirotes con el funcionamiento de la justicia. Por si fuera poco, el desestimiento del fiscal ayer en el proceso al señor Otegi ha provocado una nueva avalancha de improperios y actitudes contrarias al normal y pacífico funcionamiento de la democracia. La Asociación de Víctimas del Terrorismo anda pensando si presentar una querella contra el fiscal del Audiencia Nacional por prevaricación. ¿Se entiende? El señor fiscal tiene que hacer lo que yo quiero y, si no lo hace, prevarica. A su vez, el señor Buesa, en nombre del Foro Ermua, que está cubriéndose de gloria por su seguidismo del PP, convoca a una manifa para hoy ante la sede de la fiscalía. Con un poco de suerte, esta semana, en vez de la habitual movida de la derecha los sábados, tendremos dos: jueves y sábado. Navarra, De Juana, el proceso de paz, el fiscal...el caso es salir a la calle a poner verde al señor Rodríguez Zapatero y sacar a ella a seis o siete millones de personas según los cálculos de la señora Aguirre.

Está claro, ¿no? Es una actitud de boicoteo de las instituciones democráticas con el fin de deslegitimarlas. Ayer la señora Fernández de la Vega hubo de decir a los conservadores algo de sentido común: no es la oposición la que determina la política antiterrorista, sino el Gobierno. Pero es que eso es precisamente lo que la oposición no admite: que pueda haber un Ejecutivo que no sea el suyo. Si se da esta lamentable circunstancia, considera que el Gobierno es un usurpador, que le ha privado de su derecho imprescriptible a mangonear este infeliz país por los siglos de los siglos.

Alguien de pocas luces debe de haber dicho al PP que la bronca paga electoralmente cuando es obvio para cualquier observador/a que es al revés. Unos meses más así antes de las elecciones y el voto del PP retorna a los niveles de Fraga. Esa trayectoria ya no es trayectoria, sino caída libre hacia el desastre electoral. Y conviene que la derecha recuerde que fuera de la urnas, aquí ya no hay nada.

La blanca nieve sucia.

Los dioses me libren, si tienen a bien, de tomarme a broma el horrible riesgo del cambio climático. Aunque el solo hecho de que la mala nueva sea prédica continua del señor Gore, quien se ha llevado un Oscar tan ricamente por ello, lo convierte en algo difícil de tragar. Por cierto, ese Oscar premia el negocio. Hollywood ha descubierto un filón. La próxima temporada hay que esperarse un par de muchomegaproducciones y exitazos taquilleros llenos de efectos especiales con títulos como Scorching Planet o The Day the Earth Boiled. Ver derretirse los casquetes polares en 3D, un simulacro braudillardiano, debe de ser fascinante.

Allá por los años 70, un antropólogo estadounidense, Garret Harding, publicó un artículo que causó sensación llamado The Tragedy of the Commons que explicaba con un sentido casi oriental de la fatalidad el mecanismo por el que cuanto es común, público, colectivo, está condenado a perecer; un mecanismo sencillo pero endiabladamente difícil de dominar: el egoísmo humano. La verdad es que el artículo, que era muy bueno (y por eso sigue citándose), sólo elevaba a rigor académico un saber popular que, al menos los de mi generación, tenemos muy oído entre los campesinos en Galicia: O que es del común, es de ningún. El inevitable cambio climático es el resultado de esa constante humana.

También trae ese cambio efluvios, como emanaciones, de otra vieja afición de la Humanidad: la de verse al borde del abismo, a un paso del Apocalipsis, el vivere pericolosamente de los futuristas, la conclusión de los tiempos. El cambio de milenio trajo algo de esto, recuérdese, con aquellos vaticinios de que todo el mundo del ciberespacio iba a saltar en pedazos. Pero se desvaneció al minuto siguiente de las 12 de la noche del 31 de diciembre de 1999, cuando se vio que las computadoras seguían funcionando como si nada. Eso dejó algo insatisfecha la necesidad de terrores. El SIDA no ha funcionado tampoco como uno de los jinetes del Apocalipsis, dado que sólo se ceba en los países subdesarrollados. Así que el cambio climático tiene todas las papeletas para dibujar los nuevos miedos del milenio.

Entre tanto ya condiciona nuestra forma de encarar los fenómenos meteorológicos, que ha perdido todo sentido de la poesía. La información sobre las nevadas que están cayendo en el norte está teñida de estas angustias. Se centra masivamente en los aspectos negativos: carreteras cortadas, pueblos bloqueados, servicios interrumpidos, el señor Otegi que no llega, puertos cerrados o daños a los frutales. Lo cual está muy bien pues conviene andar avisadxs. Pero es que nadie se ha acordado de transmitir otras vivencias de la nieve, aunque sea marginalmente, las que hablan de la belleza de su blancura, del encanto de los paisajes cuya silenciosa serenidad apacigua el espíritu, de la alegría de los niños y los no tan niños jugando en los parques (las escuelas están cerradas, menudo fastidio) haciendo muñecos. Si de beneficio se trata, sólo se considera el mercantil: este año las estaciones de esquí harán su nevado agosto. Y, lejos de mostrarnos apacibles, serenos cuadros como el de la imagen, la que recibimos es la de la nieve sucia que escupen las máquinas quitanieves desde los televisores.

dimecres, 21 de març del 2007

El cruzado de la causa.

El señor Aznar ha dejado las cosas meridianamente claras desde Australia. La guerra de Irak estuvo bien; era lo que había que hacer porque con los terroristas no se dialoga, sino que hay que vencerlos. Ha aprovechado asimismo el ex-presidente para señalar, con su habitual malevolencia, que lo que es un disparate es escapar de Irak. Imagino que, con este verbo, trata de enjuiciar la decisión del Gobierno de Rodríguez Zapatero de retirar las tropas del país mesopotámico. El Gobierno no retiró las tropas, sino que escapó del escenario de la guerra. Es fabulosa la capacidad del señor Aznar para deslizar infamias. No conozco nada parecido. Coincide en esto, aunque sospecho que puede darle lecciones, con su amigo, el señor Matorral, quien asegura que si los estadounidenses se retiran de Irak sobrevendrá el caos y será una victoria para los terroristas. Lo obvio es, sin embargo, que el caos lo llevaron las tropas estadounidenses y el triunfo de los terroristas se produjo el día que comenzó está invasión criminal.

El PP está en un brete. Sigue amarrado a aquella ignominia, que despierta gran rechazo entre los votantes españoles. No es casualidad que la manifa contra la guerra más copiosa fuera la de Madrid el otro día. Causa estupor que un partido viva rehén de un individuo que lo pone al servicio de sus intereses personales de sobrevivir al desastre que organizó con sus dos compinches en las Azores. En realidad, ese ha sido el norte que ha guiado la acción de la oposición en estos tres años, al unísono con su frente mediático. Todo ha estado al servicio de la supervivencia política del señor Aznar, desde los cuentos chinos inventados para deslegitimar el proceso del 11-m hasta el sistemático desprestigio de las instituciones democráticas. Que no se hable de Irak.

Y de Irak hay que seguir hablando porque la catástrofe no conoce fin, todos los días mueren decenas de personas en una orgía de sangre, de atentados y matanzas indiscriminadas. Resulta asombroso que quienes pusieron en marcha ese genocidio digan que hablar de él es "rancio" o está "pasado de moda". Como asombroso e indignante fue escuchar hace una fechas al principal causante hispano del desaguisado diciendo alegremente que él no sabía que en Irak no hubiera armas de destrucción masiva y que entonces no lo sabía nadie. Y creía el hombre estar haciendo una gracia. Una gracia de 600.000 muertos civiles, millones de desplazados, caos y terror por doquier. Para encontrar una actitud tan canalla hay que ir a la leyenda de Nerón tocando la lira mientras ardía Roma. Y aun así, esa leyenda es leyenda, pero esto de aquí es bien real.

Supongo que los críticos con la guerra en el seno del PP, si hay alguno además de los señores López Medel y Del Burgo, pondrán punto en boca, aunque comprendan que seguir atados al carro de guerra del presidente de la FAES, a sueldo del señor Murdoch, les va a salir muy caro en las elecciones. Pero los demás, las gentes de criterio propio, no deben cejar en su empeño de poner la citada guerra en el primer orden del debate público. Y ello porque, además de permitir que, de ser posible, los responsables de ese crimen paguen por su fechoría, es la única posibilidad de ahorrar sufrimientos a los iraquíes. Si la atención decae, si la barbarie desatada en Irak desaparece de los medios y los telediarios, los criminales entenderán que es una especie de cheque en blanco para seguir cometiendo barrabasadas. La opinión pública mundial es la única posibilidad que tiene el pueblo irquí de librarse esa ocupación criminal.

En cuanto al señor Aznar, arrecian las peticiones de procesamiento. Ayer publicaba el El País un artículo del señor Garzón titulado Aniversario en el que el magistrado venía a decir de modo alambicado y cauto que era pensable que se procesara a los responsables del desaguisado. Un magistrado no puede andar pidiendo en los periódicos que se procese a alguien, razón por la cual el asunto se movía más en el terreno de la insinuación. Pero lo que el juez Garzón se limita a dar a entender lo ha hecho explícitamente el diputado Antonio Romero, de IU, presentando una querella criminal. Decía yo ayer que no creía que se produjese el procesamiento, pero que me sumaba a la petición. Apoyo al señor Antonio Romero y a los del InSurGente, que dicen haber puesto en marcha la campaña. Un acierto. Aunque la querella sea archivada -que ya se verá- la condena moral generalizada es un hecho. Y lo lógico en un Estado civilizado es que una condena moral lleve aparejada una judicial.

El crimen de Irak no puede quedar impune.


Cuando las fotos se vuelven sepia.

La editorial Vosa, que dirige Manuel Blanco Chivite, acaba de sacar el libro de fotos que se ve a la izquierda, bajo los cuidados de Luis Puicercús Vázquez y con un prólogo de Carlos Pérez Merinero. El autor había ya publicado otro interesante libro de análogo objeto, pero dentro de la tradición oral, sin imaginería, Ventas-Ciudad Lineal en el recuerdo, hecho a base de acopiar las memorias de los vecinos del lugar para construir una especie de historia de memoria colectiva.

Lo mismo sucede con las fotos, la memoria iconográfica es tan importante como la oral y ambas se complementan. Estamos acostumbradxs a que las editoriales y otras empresas sólo consideren de interés la publicación de los relatos de los grandes protagonistas de la historia, las fotos de acontecimientos excepcionales o personalidades relevantes, pero no las de las gentes del común. Y sin embargo, la realidad, la historia es tan obra de éstas, tan resultado de sus afanes y esfuerzos como de las grandes personalidades. O quizá más. Es la idea que expresó muy atinadamente Bertolt Brecht y que guió gran parte de su obra: la historia no es solamente el resultado de las decisiones de los reyes, los generales, los papas sino, fundamentalmente de la obra callada y colectiva de lxs artesanxs, lxs campesinxs, lxs obrerxas; en definitiva, de la gente de la calle.

El Álbum de fotos de Puicercós es una condensación de los álbumes de fotos de cientos de personas, de familias, de generaciones que las han prestado para reconstruir la memoria gráfica del barrio comprendido entre Las Ventas y la Ciudad Lineal (la obra concebida y construida por Arturo Soria), entre 1900 y 1960. Cuando yo lo conocí, precisamente a fines de los años 50 y primeros 60, que son los tiempos más retratados en el libro, el final de la calle de Alcalá con el comienzo de la Carretera de Aragón y, en medio, el Arroyo Abroñigal, eran el extrarradio de Madrid. Hoy son calles "céntricas". En el Arroyo Abroñigal, por donde pasa hoy la M 30, se apiñaban las chabolas, que se veían desde el Parque de la Fuente del Berro y, como puede apreciarse en la foto, las calzadas de las calles eran compartidas alegremente por viandantes y vehículos, me atrevería a decir que con predominio de lxs primerxs.

Por aquellos años, en los jardines y parques a que nos llevaban a jugar de pequeños no faltaban los barquilleros, con sus cubas cónicas rojas (he buscado en el DRAE por si tuvieran un nombre específico, pero no lo parece) a cuestas, como la que se ve en la imagen, coronadas con una ruleta metálica dorada con lengua de cuero que los chavales hacíamos girar porque de la suerte que tuviéramos dependía la cantidad de barquillos que iba a tocarnos. Siempre había premio. Unos barquillos que estaban exquisitos, con un lejano sabor a canela que todavía recuerdo, curruscantes y que se deshacían en mil trocitos cuando uno los mordía. La foto está muy bien y es muy propia, pues nunca vi un barquillero que no anduviera rodeado de niñxs porque, cuando uno no podía jugar por falta de dinero, seguía siendo muy divertido ver cómo lo hacían los demás.

El libro está lleno de imágenes de este tipo, distribuidas por secciones, como lo estarían los álbumes de las familias si la abundancia de material se lo aconsejara: Ayer y hoy, infancia, colegios, vecinas y vecinos, bodas, familias, celebraciones, viviendas y comercios, oficios diversos y credenciales. Es, pues, un retrato completo de una forma de vivir que se ha ido y, por eso mismo, un documento antropológico e histórico de primer orden. Algunas fotos son estupendas. No me resisto a reproducir la del pic-nic del señor cura con su hermana, su tía y un compañero de clerecía; detrás, el flamante 600. Uno imagina a los dos curas, con sus gafas de sol y sus chapeos, conduciendo el vehículo, con las dos mujeres en los asientos de atrás. O quizá la hermana del sacerdote se hubiera sacado ya el carné de conducir, aunque a fines de los años 50 resulta más improbable. En todo caso la escena parece sacada de una peli de Marco Ferreri, con Rafael Azcona de guionista.



dimarts, 20 de març del 2007

No fue un error; fue un delito.

El señor Jaime Ignacio del Burgo sale ahora diciendo que nunca debimos ir a la guerra del Irak, en la que nos metió su jefe Aznar contra la opinión inmensamente mayoritaria de los españoles y de la que nos sacó el señor Rodríguez Zapatero. Nunca es tarde si la dicha es buena, y ya era hora de que alguien en el PP, aparte del señor López Medel, diera muestras de tener algo de criterio propio y sentido de la decencia. Aplausos, pues, al señor Del Burgo y pitos por seguir sosteniendo insensateces sobre el atentado del 11-m.

El señor Del Burgo, sin embargo, califica de error la decisión del señor Aznar. Un error es una decisión equivocada pero involuntaria. No es el caso aquí. Los tres sujetos que se reunieron en las Azores actuaban con frialdad y premeditación. Mediante embustes y engaños trataron de arrastrar a la llamada "comunidad internacional" a una invasión criminal y contra derecho. Sabían que no había armas de destrucción masiva y presentaron pruebas falsas en el Consejo de seguridad de la ONU. Lo hizo el propio Colin Powell.

Como no consiguieron sus propósitos, desencadenaron el ataque por su cuenta sabiendo muy bien lo que hacían. Sabiendo, por ejemplo, que ponían condiciones imposibles de cumplir para hacer inevitable la invasión. Actuaron con la frialdad de Hitler en Munich. Es decir, no cometieron un error; antes bien, cabe sostener que cometieron un delito, un crimen que al día de hoy ya puede considerarse como genocidio.

No tengo grandes esperanzas en que algún día una jurisdicción internacional procese a estos tres individuos ya que, como se sabe, los EEUU no reconocen la jurisdicción penal internacional. Por supuesto, apoyaré todos los intentos que se hagan por llevarlos ante un tribunal penal bajo la muy obvia acusación de crímenes de guerra. En el caso del señor Aznar, además, se trató de un presunto delito con ánimo de lucro porque todos los muertos de la guerra y las víctimas del atentado del 11-M en Atocha, le han servido para aumentar su caché internacional y le han proporcionado un suculento contrato de asesoría con el magnate Murdoch, propietario de la Fox, probablemente la cadena de TV más reaccionaria del mundo.

En todo caso ese reconocimiento público del señor Del Burgo tendría que tener consecuencias políticas inmediatas pues al fin y al cabo el presunto criminal de guerra Aznar era presidente de un gobierno del que también formaban parte los señores Rajoy y Acebes. El señor Rajoy debiera aclarar qué piensa él al respecto, en lugar de decir que quienes nos interesamos por esta guerra de ladrones y criminales estamos anclados en el pasado y cualquier día de estos nos manifestaremos por Felipe V. Con respecto al señor Acebes, me daría por satisfecho con que se callara.

dilluns, 19 de març del 2007

Mentiras e insultos.

Lo peor que te puede pasar en la vida es que te tomen a chirigota. Que es lo que sucede con la derecha española en cualquiera de sus apocalípticas encarnaciones, como partido (el PP) dedicado a la agitación callejera; como emisora de radio (la COPE) consagrada a la propaganda vociferante; como periódico (El Mundo) maestro de amarillismo. Las tres instancias forman un bloque compacto de fabricación de consignas en la vida política y las tres juntas dan un espectáculo de esperpento. Tanto que el público se lo toma a eso, a chirigota. Que la señora Aguirre multiplique indefectiblemente por 10 la cantidad de asistentes a sus manifas de semanal periodicidad mueve a risa; que esos fantasmagóricos millones se conviertan en titular de alguno de sus periódicos, lleva la risa a la carcajada; que rueden luego por el hemiciclo, convertidas en dato de las intervenciones de los diputados derechistas convierten la carcajada en ataques de risa incontenible.

Es lo malo que tiene el esperpento, que su misma exageración destruye el efecto que se buscaba originariamente. Los tres hermanos Marx de la política española comenzaron su común aventura en la oposición mintiendo e insultando (el 11-M era obra de ETA y quien pensara lo contrario era un "miserable") y así han seguido al día de hoy, tres años después de su debut, sin apartarse un ápice del guión marcado: mentiras e insultos. La manifa del sábado pasado en Pamplona partía de una mentira (que el Gobierno hubiera empleado a Navarra como moneda de cambio en sus inverosímiles negociaciones con el independentismo vasco) y, como es habitual, discurrió entre insultos a Zapatero que, a estas alturas debe de ser el presidente más insultado de la historia de la democracia, como se deduce del artículo de Vicent ayer en El País, Insultos.

Es curioso que los estrategas electorales del PP no se hayan preguntado a qué se debe la baja puntuación que los votantes otorgan a su partido y a su dirigente, el político peor valorado, y aun hagan menos por contrarrestar la tendencia. Parece como si creyeran que una mala valoración sistemática se trocará después en votos por arte de birlibirloque. Y como si no vieran que, les guste o no, el estilo moderado, educado y hasta afable de hacer política del señor Rodriguez Zapatero y su gente (eso que ellos llaman despectivamente el "buenismo" o la bobaliconería) tiene muy buena recepción en la gente y se traduce en valoraciones que, sin ser muy altas, lo son mucho más que las del PP y en la segunda mitad del mandato, que es cuando suelen ser más bajas.

La cosa entra ya en barrena de catástrofe cuando las referencias al tremendismo, la vocinglería y la agresividad de la derecha se hacen en plan de chirigota y guasa, como las que les han llovido este finde. La broma del ministro Rubalcaba de que, cuando el PP jubile al señor Rajoy en 2008, podrá abrir una empresa de autobuses, o la sentencia del señor Rodríguez Zapatero de que los populares "mienten y callan" son torpedos en la línea de flotación del navío del PP, que ha perdido el rumbo.

Es muy difícil, por no decir imposible, restaurar el crédito de unas gentes que a un mes del comienzo de la vista oral del proceso por el 11-m, siguen empeñadas en sustituir la clara búsqueda de la verdad en sede judicial por una historieta por entregas repleta de intrigas y villanos que parece sacada de la literatura de cordel.

¿Qué pasa con Ségo?

Vaya, hombre, yo que me las prometía tan felices, pensando que podría haber tres mujeres al frente de tres de los países más importantes del mundo, Alemania (Merkel), Francia (Ségolène Royal) y los EEUU (Hillary Clinton), resulta que la señora Royal sigue perdiendo puestos en la lista y ya va tercera, detrás del derechista Sarkozy y el "centrista" Bayrou. Uso las comillas porque, después de oírlo en un par de ocasiones me da la impresión de que ese hombre tiene de centrista lo que yo de obispo. Es un producto más de la derecha, envuelto en palabrería centrista, que explota el cansancio francés con los políticos del sistema. Un cansancio muy sui generis porque si de verdad quieren los franceses votar en contra del sistema, que lo hagan por José Bové quien no creo si quiera llegue a ser candidato, ya que no tiene aún las 500 firmas.

En todo caso, por primera vez se abre la posibilidad de que, igual que sucedió en las elecciones de 2002, la candidatura socialista no pase a la segunda vuelta y los electores tengan que elegir entre la derecha y la derecha: Chirac/Le Pen en 2002 y Sarkozy/Bayrou en 2007. Por supuesto, hago caso omiso de esxs finxs analistas que sostienen que, aunque pase Ségo a la segunda vuelta, seguirá siendo un voto entre la derecha y la derecha.

La señora Royal ha presentado un ambicioso plan de reforma política al que, por primera vez, ha osado llamar la VIe République esto es, una refundación del sistema político anclada sobre cuatro pilares: a) eliminación de la acumulación de mandatos y limpieza del sistema político; b) relanzamiento del diálogo social; c) mantenimiento de los servicios público en todo el terrtorio; y d) democracia territorial. Supongo que por lo último hay que entender cierta descentralización. No está mal pero la verdad es que suena como un último intento a la desesperada, para salvar una campaña que ha ido perdiendo puntos poco a poco, entre la indisimulada hostilidad de los barandas masculinos de su partido, la indiferencia del electorado de la izquierda y la sorprendente hostilidad de las mujeres en un país que es de los más atrasados del mundo en cuanto a la incorporación de las mujeres a la política. Según los datos de la Unión Interparlamentaria Francia hace el número 87 en cantidad de mujeres en el Parlamento, mientras que España, por ejemplo, ocupa el puesto noveno. Por cierto, el primer lugar corresponde a Rwanda y el segundo a Suecia. Pero el caso francés es de risa: de 574 diputadxs, 70 son mujeres, o sea, un 12,2%, mientras que en España ese porcentaje es del 36% y en Suecia, del 47,3% y del 48,8% en Rwanda.

Es cierto que Mme. Royal arrasa en los sondeos entre los jóvenes de 18 a 25 años, donde alcanza más del 40% de los votos, dejando muy atrás al derechista abierto de Sarkozy y al derechista oculto de Bayrou, pero es preocupante si esos tres millones de electores nuevos serán suficientes para llevar a Ségolène a la segunda vuelta y a la victoria en mayo.



De amigxs.

Este post va de amigxs, amigxs a los que quiero y tengo muy presentes de modo un poco egoísta porque, como decía Aristóteles en la Etica a Nicómaco, el "hombre feliz necesita amigos" y como yo quiero ser desvergonzadamente feliz, pues tengo amigxs. ¿Vale? Hoy traigo dos aquí porque ambxs me han enviado algo.
En primer lugar, mi amiga Marian, a quien conozco desde hace cuarenta años, cuando, ¡ay! ambos éramos jóvenes e íbamos por el mundo como si fuera nuestro; que lo era o tal cosa nos parecía, según íbamos agitando los instantes como si fueran lagartos dorados al sol del verano. Comparto con ella recuerdos inolvidables y algunas andanzas enloquecidas por Frankfurt hacia 1970. Me ha enviado unas fotos con su nueva perrita, una Rottweiler que ha estado en un tris de morir de una gastroenteritis y a la que literalmente ha salvado la vida. La foto está tomada en su casa Guermantes, en Cádiz, a donde se retiró hará ya más de treinta años, creo, a fin de encontrarse a sí misma y en ello sigue, que no es tarea fácil. Reproduzco la foto porque como sé que entre lxs lectorxs hay muchxs que la conocen, les gustará saber cómo y en dónde está.
El otro es José María Laso, viejo militante comunista, que estuvo ocho años en el penal de Burgos en los tiempos más duros de la dictadura, uno de esos correosos luchadores que no cambia su ideología. Lo conocí en mi etapa ovetense, durante la transición española e hicimos buena amistad, que ha sobrevivido a tantos años y a las diferencias en nuestras posiciones políticas. Me ha enviado el borrador de su libro de viajes que, por fin -y ya iba siendo hora- saldrá en poco tiempo. Antes de que un misterioso mal que le afectó a las piernas redujera notablemente su movilidad, Laso fue un gran trotamundos, estuvo en los cinco continentes, en los puntos más alejados y sobre todos ellos tiene siempre cosas atinadas e interesantes que contar porque, a diferencia de otrxs, que viajan para solazarse, él lo hacía como casi todo en la vida, para informarse y aumentar su vastísima cultura. De ello hay buena constancia en el libro, que prometo comentar cuando salga.