dilluns, 19 de març del 2007

¿Qué pasa con Ségo?

Vaya, hombre, yo que me las prometía tan felices, pensando que podría haber tres mujeres al frente de tres de los países más importantes del mundo, Alemania (Merkel), Francia (Ségolène Royal) y los EEUU (Hillary Clinton), resulta que la señora Royal sigue perdiendo puestos en la lista y ya va tercera, detrás del derechista Sarkozy y el "centrista" Bayrou. Uso las comillas porque, después de oírlo en un par de ocasiones me da la impresión de que ese hombre tiene de centrista lo que yo de obispo. Es un producto más de la derecha, envuelto en palabrería centrista, que explota el cansancio francés con los políticos del sistema. Un cansancio muy sui generis porque si de verdad quieren los franceses votar en contra del sistema, que lo hagan por José Bové quien no creo si quiera llegue a ser candidato, ya que no tiene aún las 500 firmas.

En todo caso, por primera vez se abre la posibilidad de que, igual que sucedió en las elecciones de 2002, la candidatura socialista no pase a la segunda vuelta y los electores tengan que elegir entre la derecha y la derecha: Chirac/Le Pen en 2002 y Sarkozy/Bayrou en 2007. Por supuesto, hago caso omiso de esxs finxs analistas que sostienen que, aunque pase Ségo a la segunda vuelta, seguirá siendo un voto entre la derecha y la derecha.

La señora Royal ha presentado un ambicioso plan de reforma política al que, por primera vez, ha osado llamar la VIe République esto es, una refundación del sistema político anclada sobre cuatro pilares: a) eliminación de la acumulación de mandatos y limpieza del sistema político; b) relanzamiento del diálogo social; c) mantenimiento de los servicios público en todo el terrtorio; y d) democracia territorial. Supongo que por lo último hay que entender cierta descentralización. No está mal pero la verdad es que suena como un último intento a la desesperada, para salvar una campaña que ha ido perdiendo puntos poco a poco, entre la indisimulada hostilidad de los barandas masculinos de su partido, la indiferencia del electorado de la izquierda y la sorprendente hostilidad de las mujeres en un país que es de los más atrasados del mundo en cuanto a la incorporación de las mujeres a la política. Según los datos de la Unión Interparlamentaria Francia hace el número 87 en cantidad de mujeres en el Parlamento, mientras que España, por ejemplo, ocupa el puesto noveno. Por cierto, el primer lugar corresponde a Rwanda y el segundo a Suecia. Pero el caso francés es de risa: de 574 diputadxs, 70 son mujeres, o sea, un 12,2%, mientras que en España ese porcentaje es del 36% y en Suecia, del 47,3% y del 48,8% en Rwanda.

Es cierto que Mme. Royal arrasa en los sondeos entre los jóvenes de 18 a 25 años, donde alcanza más del 40% de los votos, dejando muy atrás al derechista abierto de Sarkozy y al derechista oculto de Bayrou, pero es preocupante si esos tres millones de electores nuevos serán suficientes para llevar a Ségolène a la segunda vuelta y a la victoria en mayo.