Este post va de amigxs, amigxs a los que quiero y tengo muy presentes de modo un poco egoísta porque, como decía Aristóteles en la Etica a Nicómaco, el "hombre feliz necesita amigos" y como yo quiero ser desvergonzadamente feliz, pues tengo amigxs. ¿Vale? Hoy traigo dos aquí porque ambxs me han enviado algo.
En primer lugar, mi amiga Marian, a quien conozco desde hace cuarenta años, cuando, ¡ay! ambos éramos jóvenes e íbamos por el mundo como si fuera nuestro; que lo era o tal cosa nos parecía, según íbamos agitando los instantes como si fueran lagartos dorados al sol del verano. Comparto con ella recuerdos inolvidables y algunas andanzas enloquecidas por Frankfurt hacia 1970. Me ha enviado unas fotos con su nueva perrita, una Rottweiler que ha estado en un tris de morir de una gastroenteritis y a la que literalmente ha salvado la vida. La foto está tomada en su casa Guermantes, en Cádiz, a donde se retiró hará ya más de treinta años, creo, a fin de encontrarse a sí misma y en ello sigue, que no es tarea fácil. Reproduzco la foto porque como sé que entre lxs lectorxs hay muchxs que la conocen, les gustará saber cómo y en dónde está.
En primer lugar, mi amiga Marian, a quien conozco desde hace cuarenta años, cuando, ¡ay! ambos éramos jóvenes e íbamos por el mundo como si fuera nuestro; que lo era o tal cosa nos parecía, según íbamos agitando los instantes como si fueran lagartos dorados al sol del verano. Comparto con ella recuerdos inolvidables y algunas andanzas enloquecidas por Frankfurt hacia 1970. Me ha enviado unas fotos con su nueva perrita, una Rottweiler que ha estado en un tris de morir de una gastroenteritis y a la que literalmente ha salvado la vida. La foto está tomada en su casa Guermantes, en Cádiz, a donde se retiró hará ya más de treinta años, creo, a fin de encontrarse a sí misma y en ello sigue, que no es tarea fácil. Reproduzco la foto porque como sé que entre lxs lectorxs hay muchxs que la conocen, les gustará saber cómo y en dónde está.
El otro es José María Laso, viejo militante comunista, que estuvo ocho años en el penal de Burgos en los tiempos más duros de la dictadura, uno de esos correosos luchadores que no cambia su ideología. Lo conocí en mi etapa ovetense, durante la transición española e hicimos buena amistad, que ha sobrevivido a tantos años y a las diferencias en nuestras posiciones políticas. Me ha enviado el borrador de su libro de viajes que, por fin -y ya iba siendo hora- saldrá en poco tiempo. Antes de que un misterioso mal que le afectó a las piernas redujera notablemente su movilidad, Laso fue un gran trotamundos, estuvo en los cinco continentes, en los puntos más alejados y sobre todos ellos tiene siempre cosas atinadas e interesantes que contar porque, a diferencia de otrxs, que viajan para solazarse, él lo hacía como casi todo en la vida, para informarse y aumentar su vastísima cultura. De ello hay buena constancia en el libro, que prometo comentar cuando salga.