dimarts, 24 de juliol del 2012

Sentido del ridículo.

Después de un fin de semana trepidante de conjeturas, con la prima de riesgo en 612, cosa que se apreciaba en el rostro desencajado de los tres ministros a quienes tocó el viernes dar el parte de la derrota para desaparecer como almas en pena acto seguido, amanecía un lunes tormentoso que discurrió luego por la vía de la farsa y terminó en tragedia.
La tormenta arreció cuando la prima llegó a los 630, niveles de rescate. Con todos los actores políticos pidiendo al gobierno que, por el amor de Dios, hable con el Banco Central Europeo para que se frene la sangría. Y todos los medios -excepto La Razón, imagino- hablando de abismo, precipicio, etc.
De la farsa se encargó el presidente del gobierno, que la borda. Hizo caso omiso de los dos incendios que azotan España, el de la prima de riesgo y el de Girona (junto con algunos otros), en el que han fallecido cuatro personas, cientos de animales y se ha destruido cuantioso patrimonio. Igualmente pareció ignorar que tiene un casus belli entre manos a causa de Gibraltar. En lugar de hacer siquiera una mínima declaración sobre estos asuntos, Rajoy se fue a la toma de posesión de los presidentes del Tribunal Supremo y el Constitucional, la de los vocales del Constitucional, en ambos casos junto al Rey. Y terminó el día despidiendo a la selección olímpica española, momento inolvidable que recoge la instantánea, en lugar del Rey. Palinuro sostiene que uno de los motivos del absurdo comportamiento de Rajoy es que el hombre cree que es el Rey, que no le corresponde meterse en los asuntos cotidianos que preocupan a la ciudadanía. Lo suyo son los grandes acontecimientos, las finales de futbol, las tomas solemnes de posesión, la devolución del códice calixtino, las olimpiadas. Imita en esto al maestro de su maestro, Fraga, el que aconsejaba a la gente que no se metiera en política. Rajoy no se mete en política. Él, a inaugurar y a fotografiarse de aquesta guisa.
La tragedia llegó a última hora, cuando el gobierno decidió prohibir las operaciones en corto durante tres meses para frenar la caída de la bolsa. Una medida muy peligrosa porque aumenta la desconfianza ya que es una terrorífica intervención política del mercado de valores. Al mismo tiempo De Guindos sostenía rotundamente que España no necesita rescate alguno, cosa que este antiguo directivo de Lehman Brothers afianzaba al pedir una entrevista de tú a tú con el ministro alemán de Economía, Wolfgang Schäuble con la finalidad de arrancarle 300.000 millones de nada. Un rescate en toda regla preparado por quien con mayor porfía lo niega.
En estas condiciones el país, esa foto ¿no resulta ridícula? Por si no lo fuera, Rajoy hizo suyo el capítulo de ridículos refiriéndose a la crisis en tono festivo, asegurando que se vencen como hacen los deportistas, con trabajo y esfuerzo. 
Olvidó decir: y mintiendo.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el public domain).

dilluns, 23 de juliol del 2012

Reaparece el ausente.

Rajoy no está para las menudencias, como la cada vez más obvia intervención de España o el fuego de Girona en el que han muerto cuatro personas. Que no le molesten con futesas en su escondite de finde, en el que se ha ocultado, como su valentía le dicta siempre, mientras caían chuzos de punta sobre el país que tiene que soportar su desgobierno. Él está para los grandes momentos y el relumbrón. En su evidente pobreza de espíritu piensa que es el Rey y por eso reaparece en las inauguraciones, las clausuras, las medallas, los actos simbólicos. Ahí lo tienen ustedes en la jura de los nuevos presidentes del Supremo y del Constitucional, chupando rueda. De los cinco hombres, es el único que ríe, lo que demuestra tanto su conciencia de la situación como su capacidad mental. Para bregar con la política, las desgracias, las malas noticias, los problemas, ya están sus ministros que, por lo demás, no son más competentes que él. Basta con ver a De Guindos esta mañana afirmando rotundamente con esa cara de chiste que tiene que España no necesita un rescate en el momento en que la prima de riesgo llegaba a los 640 puntos básicos y el gobierno prohibía las operaciones a corto en la bolsa por tres meses. Si yo fuera votante del PP estaría ahora avergonzado ante muestras tan acabadas de presunción, cobardía e incompetencia como las que prodiga este registrador de la propiedad que, literalmente, no sirve para nada, que no entiende su letra al leer, al que no se entiende nada en su ocasional farfulleo y que miente cada vez que abre la boca.
Almunia dice que las primeras dos horas diarias de la bolsa y los mercados no se pueden entender racionalmente. ¿Y las otras sí? Basta con escuchar a más de dos "expertos" en transacciones bursátiles que normalmente no coinciden en lo que dicen ni por el forro para darse cuenta de que la bolsa es lo que es precisamente porque no se ajusta a cálculo racional alguno más allá de la teoría de probabilidades aplicada a la ruleta.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el public domain).

En capilla.

De cómo despierte hoy la prima de riesgo dependerá que el Reino de España, la Gran Nación, sea intervenida o no. En realidad, esta alternativa es absurda porque, como sostiene Felipe González en una magnífica entrevista que le hace en El país Soledad Gallego-Díaz, el país ya está de hecho intervenido y por la muy módica cantidad de 30.000 millones de euros. En efecto, parece como si no hubiera alternativa. Es intervención sí o sí. There Is No Alternative o principio TINA. ¿Les suena? No se le caía de la boca a Margaret Thatcher. Lo invocan siempre los conservadores. En él se refugió Mariano Rajoy al presentar la batería de medidas de expolio de las clases medias y las más necesitadas; que no podía elegir sino entre lo malo y lo peor; que no había alternativa. Es un principio consolador al que se acogen otros politicos, aunque no sean conservadores. El mismo Felipe González, siendo presidente del gobierno, sostenía que su política económica (la de la reconversión industrial) era la única posible.
No veo cómo el principio TINA va a evitar que, si España queda en una situación imposible, Rajoy presente su dimisión. Llegó con la promesa de salvar a España del desastre (incluida alguna baladronada acerca de su capacidad para suscitar la confianza en torno suyo, con su mera prestancia) y la ha conducido a él. Solo le queda la dimisión. Esta salida presenta la ventaja añadida de acarrear la de los ministros, con lo que no podrán hacer más daño, especialmente los dos monaguillos de la iglesia en el gobierno, Wert y Gallardón. Los mentideros de la Villa y los que se dan en la redes, hierven de cábalas sobre cómo va el PP a librarse de la carga de una presidencia literalmente noqueada, si se optará por un gobierno de tecnócratas o si por uno de coalición nacional.
Así, claro, no vamos muy lejos. Pero es cuestión de preguntarse si se puede ir. La citada entrevista de González quiere ahondar en la comprensión de la situación actual. Gallego-Díaz es una periodista de fuste y categoría, plantea las cuestiones de forma directa y empuja a González a explicarse sobre las causas de la crisis, la forma de encararla y gestionarla y el juicio que le merece lo que se está haciendo. El expresidente se explica ampliamente pero no estoy seguro de que todo lo que dice sea inteligible. Uno tiene la sensación de que en su discurso a veces se pierden los términos de referencia.
No tiene mayor importancia. El momento de Europa y España es insólito, nuevo y, en algunos aspectos, inexplicable. Cuando la vicepresidenta del gobierno decía el viernes en rueda de prensa que no se explicaba por qué no había otro tipo de reacción en Europa era así, no lo entendía, al menos desde su perspectiva. Hay muchas cosas que no se entienden en la crisis. Y antes de ella. Abundan las cábalas sobre el destino del euro. Y por primera vez se repara en que quizá su precipitada puesta en marcha fue el primer patinazo de una historia imposible. Porque la pregunta debía de haber sido: ¿Pueden Estados independientes dotarse de una moneda común que no sea la del más poderoso entre ellos? La respuesta solo podía ser "no". Pero como los Estados decían no ser ya completamente independientes, dieron ese paso (bien es cierto que no todos) y entraron en un terreno que no controlan, que nadie controla y que muchas veces no se entiende. Una situación en la que un euro en Berlín vale y no vale lo mismo que en Madrid. Así lo señala también González.
Los mercados son entes que reaccionan en función de datos no solamente (muchas veces ni siquiera principalmente) económicos sino de todos, los políticos, los sociales y hasta los psicológicos. Los mercados no reaccionan igual ante Zapatero que ante Rajoy.
Rajoy es un presidente achicharrado por la hoguera de la deuda y la de los incendios forestales, los dos términos que encierran la clave de un fracaso monumental. Por atender a las urgencias exteriores descuidó las interiores. Perdió fuera y perdió dentro. Y lo hizo, además, con una irritante falta de estilo: cuando el incendio de Valencia, estaba en Ucrania viendo el fútbol; cuando el no menos terrorífico de Girona, ya nadie sabe en dónde está. Pero no está.
Lo mejor es que deje de estar del todo.
La oposición mayoritaria apenas levanta cabeza. Su permanente oferta al gobierno es permanentemente ignorada por una mayoría soberbia que se permite el lujo de desear que los ciudadanos en paro se jodan con las medidas que se están tomando. Y la está dejando en mal lugar frente a una opinión pública que vira sensiblemente hacia la izquierda según se van haciendo sentir las mordeduras de la crisis. En una situación de creciente polarización, las posiciones intermedias, aunque sigan siendo probablemente las más ricas y matizadas, no concitan el apoyo de las mayorías. Son las opciones nacionales minoritarias, IU y UPyD, las que parecen recoger la lealtad de esos sectores sociales que el PSOE está perdiendo. No creo que la evolución lleve a materializar el famoso sorpasso anguitiano, esto es, IU por delante del PSOE en votos, ni siquiera con el antecedente de Syriza y el PASOK. Pero sí es muy posible que haya un fraccionamiento del voto de la izquierda. Lo cual no estaría mal si pudiera formarse un gobierno de unidad al estilo andaluz. Pero lo más probable es que el fraccionamiento posibilite el gobierno de la derecha.
En todo caso, tiempo habrá de dilucidar estas cuestiones. Lo urgente ahora es saber cómo nos deshacemos de un gobierno fracasado y lo sustituimos por otro más eficaz.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

diumenge, 22 de juliol del 2012

Esperando el telegrama.

El presidente del gobierno está, como acostumbra, escondido. El gobierno, siguiendo su valeroso ejemplo, también. Hasta la legión de fascistas que tienen contratada de trolls para aburrir a las ovejas en las redes está callada. La comunidad de Valencia, esquilmada, expoliada, arruinada merced al ejemplar gobierno de Camps, (que Rajoy quería aplicar en el resto de España con esa inteligencia que lo caracteriza) pide rescate al gobierno de España que, a su vez, está pendiente de que lo embarguen y desahucien por incompetente, bravucón y manirroto. Detrás de Valencia, Murcia, otro ejemplo de robo y latrocinio institucionalizado como impronta de la sabiduría de la derecha. Y cuando la realidad no deje otro remedio a Aguirre que decir la verdad del desastre que ha organizado en Madrid a base de despilfarros propagandísticos, dádivas, corrupciones, el panorama será ya desolador.
Mientras estuvieron en la oposición se ensañaron con el gobierno; no le prestaron ayuda alguna sino, al contrario, lo torpedearon cuanto pudieron. Una vez que son ellos quienes gobiernan se ha comprobado no ya que son una pandilla de incompetentes y reaccionarios que solo sirven para suprimir derechos de las gentes, sino un puñado de desalmados sin escrúpulos que, como los especuladores de los mercados, habían apostado porque España cayese (dicho por ese Montoro, cuya infamia, al parecer, no lo obliga a dimitir) para así hacerse con el poder. Y como gobierno, probablemente el peor que haya tenido este país jamás, incluidos los de Aznar, que ya es decir.
Dado su férreo control sobre unos medios de comunicación (incluidos los públicos a los que manipulan hasta arruinarlos) sin la menor decencia, el PP todavía tiene engañada a una parte de la población en España. Pero en Europa, al no funcionar la censura pepera, ya los tienen calados.
Mañana la prima de riesgo decidirá la fecha exacta del rescate.
Rajoy debiera presentar su dimisión acto seguido.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

Ese maldito Estado.

Corren hoy los neoliberales desesperadamente de un lugar a otro suplicando la intervención económica de estas o aquellas entidades internacionales. Han protagonizado todas las intervenciones económicas del Estado que gobiernan en todos los mercados del país; han intervenido en los salarios, los beneficios, los impuestos, las subvenciones, los precios, en todo, absolutamente todo. Han intervenido impidiendo que cayeran unas empresas privadas, los bancos, y bloqueando por tanto la acción de la ley de la oferta y la demanda.
¡Cualquiera diría que no hace mucho estos mismos neoliberales despotricaban contra el Estado, su intervencionismo asfixiante, su hipertrofia, parasitismo, anquilosamiento, corrupción, etc., etc.! Sus ideólogos siguen empleando el mismo tono. Los más recalcitrantes no solo exoneran a su doctrina de responsabilidad en la crisis sino que achacan esta a la contraria. O sea, la culpa de la crisis recae sobre el desaforado intervencionismo del Estado, ese Estado del que los políticos neoliberales echan mano de continuo para intervenir en el libre mercado en beneficio de las empresas, especialmente de la banca, que son quienes financian la doctrina. Es patente el carácter ideológico de la teoría, su función puramente instrumental; sirve para decir una cosa y hacer otra. No merece la pena tomar en serio doctrinas que son falsas y justificatorias. No obstante cabe hacer una breve referencia a esa extraña obsesión de los neoliberales con el Estado.
Uno empieza a sospechar cuando cae en la cuenta de que, curiosamente, una gran parte de estos neoliberales, baluartes contra el intervencionismo estatal, adalides de la libertad de los mercados, debeladores de los sempiternos funcionarios, son, a su vez, funcionarios: abogados del Estado, inspectores de Hacienda,  catedráticos de Universidad, fiscales (Gallardón es fiscal), técnicos de la Administración del Estado, etc. La guerra contra los funcionarios es la guerra contra el Estado en general, incluido el estado del bienestar y el de derecho.  Emprendida por unos funcionarios que no tienen inconveniente en atacar la función pública pues saben que no volverán a ella ya que una vez cumplido su mandato, los nombran asesores o consejeros de las grandes empresas que se han beneficiado de sus políticas de desregulación, privatización, etc.
El discurso es: hay que conseguir que el Estado se repliegue sobre sí mismo y el mercado se expanda porque es el ámbito de la libertad. Esa mayor libertad se paga al precio de menos igualdad. No es tarea, dicen, del Estado fomentar la igualdad entre la gente. El Estado no debe tener fines morales sino jurídicos. Para igualdad, basta con la igualdad ante la ley. Luego resulta que esto tampoco es cierto y que ante la ley, como en la obra de Orwell, unos son más iguales que otros. Los escrúpulos que algunos puedan sentir se acallan recurriendo al conservadurismo, que es el hermano gemelo del neoliberalismo, un conservadurismo casi victoriano según el cual la holgazanería engendra la pobreza y esta el vicio y el crimen, mientras que la laboriosidad engendra la riqueza y esta la virtud. En resumen, el pobre lo es por inmoral.
Para la masa, la igualdad ante la ley es suficiente. Esto puede aumentar la necesidad y hacer que se planteen problemas de orden público. Nada que el Estado no pueda resolver con la violencia a su disposición. La ley está para garantizar el orden público y la más absoluta libertad en las transacciones mercantiles. Todo debe depender del mercado que tiene sus mecanismos regulatorios. Pero además de la ley que protege la seguridad del mercado en general, el interior de este la única ley que tolera es la del más fuerte. Hasta ahora los neoliberales han admitido a regañadientes que el Estado interviniera cuando la ley del más fuerte, esto es, la de la oferta y la demanda producía disfunciones graves, cosa que este hacía porque, como reza la leyenda en la cubierta de la famosa edición príncipe del Leviathan de Hobbes, que reproduce las palabras de Jehová al describir a Leviathan: "No hay en la tierra poder que pueda comparársele". (Job, 41, 24).
Pero eso era antes; ahora sí lo hay. Sí hay un poder europeo, un superleviathan, capaz de doblegar el Leviathan español que los neoliberales están encantados de destruir pues es lo que siempre habían predicado. El error consiste en poner a cuidar del Estado a sus enemigos.

dissabte, 21 de juliol del 2012

¿Esto es un gobierno?

Al consejo de ministros de ayer ya dieron respuesta condigna los mercados poniendo la prima de riesgo en 612 puntos, igual que la habían dado los ciudadanos un día antes echándose a las calles a cientos de miles  en contra del expolio de un país por sus gobernantess, del atraco de estos a la ciudadanía, de la rendición al Diktat alemán, de la resignación a dejarse robar con tanto descaro. Frente a todo ello, el gobierno no ha hecho otra cosa que mostrar su incompetencia, su nerviosismo, su falta absoluta de información y sentido común; en definitiva su carencia de cualquier dote intelectual. Durante las elecciones presumieron día y noche de competencia técnica, de tener los datos, de saber qué hacía falta, de sentido común y experiencia. Nunca estuvo tan claro lo de "dime de qué presumes..." No tenían nada de lo que presumían. Eran y son un atajo de inútiles, desbordados por los hechos, un puñado de auténticos irresponsables tan carentes de escrúpulos morales como de facultades intelectuales. Y los votaron por mayoría absoluta, quizá por eso. En todo caso, ahí quedan unas preguntas que este gobierno de incompetentes no sabe responder:
  • ¿En qué momento será intervenida España?
  • ¿Quién tomará la decisión y cómo?
  • ¿Se molestará en comunicárselo previamente al gobierno?
  • ¿Sabe el gobierno de lo que habla?
  • El gobierno no contempla la intervención. Pero, si se produce, ¿tiene algún plan B preparado?
  • ¿No va a dimitir Báñez por el juego sucio del ERE del PSOE y a pesar de la denuncia?
  •  Báñez, Santamaría, Montoro seguirán cobrando los 20.000 euros anuales de dietas falsas?
  • ¿No les da vergüenza estafar de este modo a los contribuyentes?
  • Montoro ¿dejará de amenazar a la gente?
  • ¿Alguna vez coincidirán los números que esgrimen los gobernantes?
  • ¿En dónde está el presidente Rajoy?
  • ¿Ha aclarado ya cuánto cobra entre la presidencia del gobierno, la del partido y el registro? 
  • ¿Sigue cobrando fraudulentamente las dietas de desplazamiento viviendo en Madrid?
  • ¿Ha conseguido entender de qué va esta crisis?
  • ¿Ha superado la vergüenza de estar haciendo lo contrario de lo que predicaba a gritos?
  • ¿Seguirá su gobierno tomando a los españoles por imbéciles?
  • ¿Continuará negando derechos y libertades con el cuento de la crisis?
  • ¿Seguirá tratando de aterrorizar a lo población con tácticas represivas ilegales y semifascistas?
  • ¿Destituirá a la delegada del gobierno en Madrid por evidente incompetencia?
  • (La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

El drama de la realidad

La política, esa tan denostada actividad, tiene a veces momentos dramáticos, que suspenden el ánimo y hasta acongojan. Hay algo tremendo, casi shakesperiano en el destino de este gobierno. Todavía tenemos en la memoria visual (y, si no lo tuviéramos, ahí está Youtube para ayudarnos) la seguridad, el aplomo, incluso la alegre ferocidad con que los más conocidos antihéroes del PP, Sáez de Santamaría, Cospedal, Montoro, González Pons, el propio Rajoy, ponían en ridículo los afanes de Zapatero por mantener el país a flote con la prima de riesgo en torno a los 160 puntos básicos. ¡Cómo se indignaban por el empeño de aquel de mantenerse en el gobierno, arrebatándoles el lugar que les correspondía por derecho propio y porque traían las fórmulas infalibles para reconstruir la situación! ¡Qué impaciencia sentían por la morosidad del sociata al que ya nadie en Europa escuchaba! ¡Qué de chanzas y chirigotas sobre la incompetencia zapateril!
Es impresionante verlos ahora, siete meses después, en los que los acontecimientos vertiginosos los han vapuleado sin piedad, que no son sombra de lo que fueron. Semejan zombies, zombies asustados. Cariacontecidos, cabizbajos, sin reflejos, muchas veces sin poder contenerse, comparecen porque no tienen más remedio a mostrar que no saben por dónde andan, a quejarse, a preguntar al aire porqué las cosas no son como ellos creen que debieran ser, a echar las culpas al maestro armero, desde luego Zapatero, después las Comunidades Autónomas, luego el Banco Central Europeo y mañana, quizá los Sabios de Sión. Cualquiera menos ellos que lo hacen todo de cine. De cine de enredo, de equívoco, cómico. Como cuando es imposible averiguar la cuantía exacta de las necesidades españolas porque un ministro contradice a otro y los dos, a su vez, al presidente del gobierno que aprovecha la ocasión para mostrar que tampoco sabe de lo que habla.
Y este está resultando uno de los aspectos más insólitos de esta crisis, el del comportamiento imprevisto de Rajoy. Se trata de un presidente que vive oculto. Comparece en el parlamento lo mínimo imprescindible, suprime el debate sobre el estado de la Nación y no somete sus medidas a deliberación en sede parlamentaria porque gobierna por decreto, fiado en su mayoría absoluta. Fuera del Parlamento la situación es peor: no concede ruedas de prensa y, si alguna concede es sin preguntas y no hace declaraciones salvo sobre asuntos colaterales, como los partidos de fútbol. Creo recordar que, mientras Valencia ardía, Rajoy estaba en el extranjero contemplando algo de eso. Es un presidente furtivo del que jamás es posible obtener una idea clara, un propósito específico. Todo es ambiguo e inseguro y hay serias dudas sobre su capacidad de raciocinio.
Asegura con frecuencia que sabe lo que tiene que hacer (estos de Público son unos mal pensados) pero es un saber extraño ya que, por otro lado, el mismo personaje afirma que hace lo que tiene que hacer pues no hay opción ni alternativa. Al final, cuando la cosa se ha complicado mucho la simplifica pidiendo un acto de fe. Los frutos de las medidas de hoy se verán en el futuro. Sin duda. Y a partir de ahora, si son amargos, pueden perseguirnos como el fantasma de Banquo a Macbeth.
Al estar las cosas como están uno pensaría que el presidente del gobierno podría romper su acendrada afición al ocultamiento, hacerse presente en el puente de mando, ahora que la mar de la deuda se pone brava y dar seguridad y vigor a la tripulación mostrando su pulso firme y certero juicio. Pero ni lo uno ni lo otro. Rajoy ha vuelto a desaparecer, como tiene por costumbre en los momentos más críticos, aunque supongo que habrá dejado su número de móvil a alguien. Desde luego ha de ser muy duro comparecer en público y que alguien te pregunte qué datos tenías en 2008 para decir que Valencia era el ejemplo de lo que tú querías hacer en España y si esos datos son los mismos con los que operas ahora cuando ese milagro valenciano ha resultado ser un monumento al dispendio, la corrupción y el caquismo, obra de un conjunto de farsantes, logreros y ladrones a los que tú ponías como ejemplo de buena gestión económica.
(La imagen del centro de la portada de El País es una foto de La Moncloa en el dominio público). Por cierto, recuerda lejanamente las comparecencias de ETA para sus truculentos comunicados. Si se les ponen sendas capuchas con photoshop por ejemplo, pueden quedar muy propios.

divendres, 20 de juliol del 2012

La insurrección de la calle.

Manifestaciones en más de ochenta ciudades en España ayer en contra de los recortes. El pueblo frente al gobierno. Una especie de moción de censura callejera clamorosa que es imposible minimizar ni ocultar, aunque lo intenten en sus medios, sobre todo en sus televisiones Telemadrid y ahora RTVE. Y manifestaciones muy concurridas, como muy pocas veces, si acaso alguna, lo han estado antes.
Me refiero a la de Madrid. Nunca he visto tanta gente junta. Quizá en la posterior al 23-F o en la de Miguel Ángel Blanco. Pero contra un gobierno, nunca. Estaban además todas las organizaciones, excepto el PP y UPyD así como diversos cuerpos, como el de bomberos de Madrid o policías locales o nacionales de paisano, pero con sus camisetas de faena. Eso no lo he vista antes jamás. Los sindicatos hablan de 800.000 asistentes; El País los cifra en 100.000 y la policía en 25.000; Aguirre, supongo, en 32. Yo pondría 300.000, pero admito tener el mismo fundamento que las cantidades arriba citadas. No más ni menos. Las redes rebosan de fotos que muestran un gentío inmenso. Como también de otras con las cargas de los antidisturbios al filo de la medianoche en Sol, Carrera de San Jerónimo, Antón Martín, Carretas, etc. El centro. Diversas escenas de brutalidad policial desproporcionada. Los policías toman al asalto las calles y aporrean indiscriminadamente a mansalva, hasta en las terrazas de los bares. El caso es sembrar el terror entre la población. Disuadir de que haya posteriores manifestaciones.
Pero las hay y las habrá. Hoy convoca IU a una concentración ante el palacio de La Moncloa a las 12 para protestar ante el consejo de ministros. Y seguro que hay otras concentraciones y manifestaciones con interrupción del tráfico en más puntos de la capital. Y mañana, 21, llegan a Madrid las columnas de parados que vienen desde diversos puntos de España. No sé si tendrán una recepción tan multitudinaria como la que tuvieron los mineros pero seguramente irá mucha gente. Y vuelta a empezar con las manifestaciones. Los sindicatos ya han anunciado que no se detendrán en agosto y que continuarán con las movilizaciones para ir preparando la huelga general de septiembre. Que debería ser indefinida. Que nadie vaya a trabajar a ningún sitio hasta que el gobierno se avenga a razones y convoque elecciones o un referéndum sobre el rescate, aunque no quiera llamarlo rescate sino pilicortuá. Elecciones para un nuevo gobierno, claro está y referéndum para decidir si nos quedamos con el rescate o pilicortuá o prescindimos de él. En el segundo caso, de nuevo elecciones generales.
Una última cuestión sobre el comportamiento del PSOE. Sigue este empeñado en no hacer causa común con la movilización social permanente. Está invisible, ausente. Se entiende el temor de que mañana la derecha lo acuse en sede parlamentaria de andar tras la pancarta, pero es absurdo porque si no lo acusa de todas formas (cosa muy probable, dado que no es gente sutil) lo puede poner más en evidencia agradeciéndole el gesto de no sumarse a la algarada callejera de la chusma. Son malos tiempos para la política de gabinete y guante blanco que quiere hacer el PSOE. El gobierno ha encendido el conflicto social en tales términos de enfrentamiento que puede llegar un momento en que no cuente con la lealtad de la policía, harta de apalear ciudadanos en unas protestas claramente justas. 

dijous, 19 de juliol del 2012

¿Por qué hay que manifestarse hoy?

  • Porque la derecha gobierna de forma dictatorial mediante decretos-leyes.
  • Porque ha destrozado el Estado del bienestar y destruido los derechos de los trabajadores.
  • Está sacrificando a los más débiles, parados, funcionarios, jóvenes, pensionistas, inmigrantes, dependientes.
  • Solo las clases medias y bajas pagan impuestos.
  • Los ricos y la iglesia no pagan impuestos.
  • No se persigue el fraude fiscal de los ricos . Al contrario, se los amnistía cuando delinquen.
  • Solo se rescata los bancos. Todos. Incluso los quebrados por los saqueos de sus directivos, que se llevan primas millonarias.
  • No toca los privilegios de los políticos con sueldos estratosféricos ni los de sus legiones de "asesores", paniaguados contratados a dedo por cantidades fabulosas.
  • El presidente del gobierno es un incompetente radical que huye del Parlamento y de la prensa porque no sabe ni hablar,
  • Sus ministros todavía son más incompetentes que él, se contradicen de continuo y solo sirven para amenazar a la población y reprimirla por todas las vías
  • La administración pública está ahogada de enchufados y nombrados a dedo por los gobernantes.
  • Los gobernantes son corruptos o amparan a los corruptos y todos juntos saquean las arcas públicas mediante tramas delictivas u obras faraónicas sin sentido.
  • Los robos de los ricos y los gobernantes quedan impunes y, si no quedan impunes, se indultan acto seguido, mientras se castiga con la cárcel el ejercicio del derecho de manifestación.
Pedimos la dimisión del gobierno del desastre y la convocatoria de a) elecciones generales; b) un referéndum sobre el rescate.

Movilización social permanente.

El día de hoy es decisivo. Todos los partidos, los sindicatos, asociaciones de lo más diverso, el 15-M, DRY, etc, han convocado a la ciudadanía a manifestarse en toda España por la tarde. Solo se han excluido, según mis noticias, el PP y UPyD. En el caso del PP es comprensible, ya que la megamanifa es contra el gobierno; en el de UPyD no lo es tanto. Pero es seguro que sus razones tendrán para mantenerse al margen de un movimiento que da la impresión de estar muy extendido.  Como vienen las cosas y la generalizada indignación es de esperar que el país entero se eche a la calle porque quien más quien menos está furioso con una situación en la que
  • va para cinco años de padecer una crisis terrible que nadie previó y nadie entiende pues, si se entendiera, ya se habría resuelto. Lo cual no obsta para que proliferen las más diversas teorías, muchas veces contradictorias e inútiles.
  • los políticos adoptan decisiones cada vez más gravosas para la ciudadanía, recortes, mermas, restricciones de todo tipo que agobian a la gente en función de una crisis que nadie entiende. Y todo ello, además, para rescatar bancos.
  • precisamente los bancos son los máximos responsables de la crisis a causa de sus malas prácticas, muchas de ellas, como se ve, delictivas.
  • las malas prácticas de la banca han sido, al parecer, generalizadas, como se prueba por el asunto del Libor y el Barclays inglés y la posible implicación del Bank of America.
  • a pesar de todo es obligado rescatar los bancos (los mismos que ejecutan las hipotecas sobre sus rescatadores) a fin de que, según quiere acrisolada doctrina, fluya de nuevo el crédito nutricio que ponga en pie la economía real. Quién vaya a tomar esos créditos y producir en la economía real si nadie tiene dinero porque el Estado se lo ha quedado todo, es un misterio del pensamiento neoliberal.
  • para el enésimo rescate, nueva vuelta de tuerca a las argollas que estrangulan a los más débiles, los parados, los funcionarios, los dependientes, los jubilados, los jóvenes.
  • estos han de contemplar además cómo se los ataca en sus posibilidades, su modo de vida, sus intereses no solamente con medidas de carácter económico sino también puramente ideológico. No solo ven que se les restringen sus posibilidades de acceso a servicios sociales sino también de ejercicio de derechos de minorías, como el aborto o los matrimonios homosexuales.
  • al mismo tiempo, la población objeto de medidas de ajuste debe compaginar su amarga experiencia con la contemplación de un baile de desmesuradas retribuciones a altos cargos de los bancos y cajas a los que han llevado a la quiebra y que ahora precisan rescate con cargo a los dineros públicos.
  • los "ajustados" viven igualmente el día a día de una clase política con un nivel de privilegios que produce irritación. Que los alcaldes hayan estado fijando libremente sus retribuciones ha llevado al absurdo de que algunas varas municipales ganen más que el presidente del gobierno. Y no son estos los únicos privilegios de la clase política.
  • No obstante la convivencia más enojosa es la de los sacrificios con la corrupción. Es muy difícil admitir que los colegios deban reducir las horas de calefacción en invierno o incluso suprimirla en lugares en donde la autoridad ha dilapidado cientos de millones en algún proyecto megalómano que luego no sirve para nada. Y mucho más saber que parte de esos cientos de millones han desaparecido en una jungla de corrupción en la que habitan políticos y empresarios dedicados al expolio del erario público.
Así, el "¡Que se jodan!" final ha sido como la chispa que ha encendido la pradera.
Estos de Mongolia vienen fuerte. La portada para el día de hoy es sensacional porque unifica el llamamiento a la acción general con la referencia a la última provocación de la derecha, el exabrupto de la diputada Andrea Fabra y el recuerdo del Madrid de 1936. Todo en uno. Se me ocurre que la portada tiene dos lecturas antagónicas: 1ª) "¡No nos joderán!"; 2ª) "¡No! Nos joderán". Pero he pensado que no está el día para bromas.