dimecres, 17 de juny del 2009

Tres ministerios, tres.

Sin mayoría absoluta del partido del Gobierno (PSOE en este caso) y sin alianzas de legislatura estables, el Parlamento recupera protagonismo en el funcionamiento del sistema político, sus debates adquieren renovado interés y merece la pena seguirlos porque no están predeterminados y cabe esperar sorpresas, lo que siempre es agradable. Por ejemplo, que el PSOE pierda votaciones. Hasta la fecha y desde las últimas elecciones autonómicas en el país Vasco este año, el partido del Gobierno puede haber perdido sus buenas diez votaciones, alabados sean los dioses. No es el momento -aunque lo será próximamente, a buen seguro- de analizar los pros y contras de los sistemas electorales que garantizan mayorías parlamentarias y los que no. Basta con subrayar que el hecho de que el PSOE no disponga de ella obliga al Gobierno a negociar y pactar las medidas, enriquece los debates y, probablemente, permite adoptar decisiones más acordes al bien común.

Lo anterior a cuenta de esa moción presentada por todos los partidos excepto el PSOE y que éste ha perdido, por la que se le insta a suprimir tres ministerios (Igualdad, Vivienda y Cultura) en aras del ahorro y el ascetismo presupuestario. Me parece un acierto y, en lugar del PSOE, me apresuraría a hacerlo, trasfiriendo las competencias de estos entes espectrales a otros ámbitos ministeriales de mayor enjundia.

Empecemos por el ministerio de Cultura, heredero del de Información y Turismo o sea, del ministerio de propaganda de la Dictadura, éste de Cultura, que tiene casi todo su quehacer transferido a las CCAA, tenía que concentrarse en algún terreno especialmente conflictivo con otros ministerios, como el de la acción exterior (cultural) del Estado. En un país multicultural y multilingüístico la existencia de un sólo ministerio de Cultura es ya más que discutible. Las otras competencias por las que Cultura es conocido, los premios y las subvenciones pueden residenciarse en un Dirección General de Cultura del ministerio de Educación, o atribuirse a un instituto civil; o suprimirse sin más.

Esto de la sobredimensión, del cesarismo, es mal muy frecuente que afecta asimismo a los otros ministerios citados. El de Vivienda, también con todas sus competencias transferidas, está pidiendo a gritos que lo redimensionen, si acaso como una Dirección General del ministerio de Industria. Es una medida que aplaudimos todos los que hemos sido o somos víctimas de la burbuja inmobiliaria. Sobre todo si se tiene en cuenta que la ministra del sector, doña Beatriz Corredor, no ha hecho otra cosa que intervenir en el mercado de la vivienda con informaciones, opiniones y hasta bromas de acuerdo con las líneas de interés de las inmobiliarias.

El último caso es el del proyecto ideológico más querido del señor Zapatero, el ministerio de Igualdad. Un ministerio que carece de un contenido concreto, empírico, como la agricultura, la industria o la vivienda; un ministerio que es ministerio de un derecho y una realidad, sí, pero relacional. Un ministerio que se basa en la idea de que la igualdad entre los seres humanos es buena, si bien hay un buen número de autores que sostiene que no, que es mala, nociva, contraria a las determinaciones naturales. Por eso: proyecto ideológico. Y por eso la señora Aído. Me da la impresión de que eso de la igualdad es una cuestión de perspectiva que debe tratarse en todas las formas de actividad. Podría tratarse de una especie de centro al que fuera preciso enviar todos los proyectos de ley y medidas en general para que dieran el nihil obstat feminista. Sé que puede sonar a broma pero no lo es. El feminismo es una política y debe impregnar todo el quehacer del Gobierno.

Así pues, con independencia de la importancia intrínseca del cometido de estos ministerios, suprimirlos como rales y redimensionar la administración pública en tiempos de crisis y necesidad es justo y necesario. No todo ha de ser subir impuestos indirectos.

(La imagen es una foto de gtavares, bajo licencia de Creative Commons).

Al César lo que es del César.

Mi amigo Guillermo Alonso del Real, quien también tiene un blog interesante, El asno de oro, en el que se funde lo clásico con lo contemporáneo, hace lo mismo con esta obra de teatro que ha escrito. Bueno: escrito, producido y dirigido y estrenado en Madrid los días 15 y 16 y 22 y 23 de junio en la Escuela Municipal de Arte Dramático, con la colaboración entusiasta de un montón de gente. Le falta interpretar algún papel para ser ya el hombre-orquesta al estilo de Bob Dylan. Y, sin desmerecimiento de los que ayer actuaban el propio Guillermo tiene alta virtú dramática, como en el Renacimiento.

El juego de César es una fantasía disparatada de que César no muere en los Idus de marzo, sino que sobrevive a sus heridas gracias a las filosofías de un médico egipcio y a continuación revela su verdadera naturaleza e impone una forma de gobierno de estilo burgués, liberal, privatizador, de señorío indiscutible del mercado. Hay una referencia continua a la posición y misión de Roma en el pasado y en el presente en el que la legislación ha conseguido sólo tapar las vergüenzas de un sistema decadente pero éstas sobreviven por más que, como dice el "hombre del régimen", Murena, más o menos, "en un tiempo en que se ha hecho a las putas criadas, lo senadores son hoy putas".

César no viene como el caudillo todopoderoso que tiene en su mano coronarse Rey y acabar con la República en el paroxismo de la ambición. Es la visión política de César, la de Shakespeare. Bruto como la lucha de la República. Es el dilema de César que, andando el tiempo, se les planteará sucesivamente a Cromwell y a Napoleón. Y sabido es que tomaron decisiones opuestas. Pero tampoco aparece aquí César como el mercader sin escrúpulos, el especulador y agiotista en comercio de esclavos que es el de Brecht en Los negocios del señor Julio César. Es una figura intermedia: el político que concibe una política subordinada al mercado. Es una especie de cínico y de vividor que justifica el tiempo en el que manda y que, como lo ve Alonso del Real, es también el de hoy, cuando hasta los templos se privatizan, los burgueses han comprado todos los bienes públicos y el ejército, antes timbre de gloria del cives romanus , es ahora sustituido por bandas armadas también privadas, más o menos como en Italia hoy.

El espíritu de la época aparece retratado en las repetidas reflexiones del tabernero Murena, luego convertido en patricio, de que es "apolítico", al tiempo que está siempre a punto de arrear un guantazo a su mujer, Locusta. Que, por cierto, vaya nombrecitos ambos. El contrapunto lo da la pareja proleta, ella puta y él legionario que lleva veinte años arrastrando el culo en defensa de Roma, esperando una donación de tierras que no llegará jamás. Los dos ven el mundo en la ilusión espartaquista y finalmente es ella, Liconia, la que hiere de muerte a César pues el legionario Vexilio no se atreve. Fantasía total, pero muy agradable de ver, con unos diálogos muy vivos.

N.B.: Guille: no conseguimos encontrar el local en cuestión.

dimarts, 16 de juny del 2009

Eso de la corrupción.

La crisis es culpable de muchas cosas. Entre otras, de las gansadas de los políticos porque pesa mucho sobre las facultades mentales de estos. Dijo ayer el señor Rajoy en solemne declaración con los medios de comunicación para allí citados, dijo: "Defendemos a los militantes del PP, inocentes hasta que se pruebe lo contrario. Si se demuestra que alguien ha hecho cosas no aceptables, actuaremos en consecuencia". ¿Hace falta decir eso? ¿Existe la posibilidad de que no actúen "en consecuencia" si alguien hace algo "no aceptable"? De verdad...

(La imagen es una foto de Contando estrelas, bajo licencia de Creative commons

.

Patrullas fascistas en Italia.

Hay una correspondencia entre las ideologías políticas y determinadas formas de ser. En el caso de los fascismos es especialmente evidente. Los fascistas suelen ser gentes autoritarias, paternalistas, machistas, patrióticas, con cierta proclividad al empleo de la violencia (incluso a su culto) a la que gustan recurrir para abortar cualquier tipo de debate porque consideran que la democracia es un régimen corrupto, en manos de demagogos, ladrones y "pervertidos" concepto frecuente en su discurso aunque no necesariamente claro. Les atraen las formas de organización militaristas y tienen una especie de fascinación infantil por los símbolos, cuanto más estrafalarios y tremebundos, mejor. El ejemplo típico son las calaveras de las SS alemanas. En buena medida estos rasgos dibujan también a las gentes de ideología comunista, con alguna variante que no hace ahora al caso porque de lo que se trata es del autoritarismo fascista y no es nada seguro que quienes se llaman a sí mismos "comunistas" hoy tengan muchos elementos en común con el comunismo de la Tercera Internacional y el reinado omnímodo del estalinismo.

Hay que ver con qué rapidez han saltado los fachas italianos a ofrecerse voluntarios para la formación de las nuevas brigadas ciudadanas para ayudar a la policía ordinaria a guardar el orden en los tres ámbitos en que parece necesitar ayuda: la inmigración, la mafia y la llamada "seguridad urbana" que es un concepto 'omnibus' que puede significar cualquier cosa: desde quitar de la calle a los gitanos hasta suprimir las macofiestas de los chavales. Cada cual entiende lo que quiere, lo que permite emplear a las "rondas" de ciudadanos en lo que les guste a estos o a quienes les den órdenes. Por ejemplo, en hostigar a los inmigrantes para que se vayan o intentar echarlos directamente. Lo primero que han hecho estos voluntarios fascistas ha sido embutirse en cómicos uniformes/demostracion, con camisas caquis, mucho correaje, que recuerda a los fasci di combatimento, gorras de plato que parecen del mariscal Rommel y todo llenos de pegatinas, como cuando eran críos y llevaban la chatarra del gótico. Pero una pinta de fascistas que te mueres. La Guardia Nacional Italiana, claro, un flash-back hacia los llamados misinos, esto es, los del Movimento Soziale Italiano cuyo jefe, Giancarlo Fini, es hoy un burgués respetable que está en el gobierno del Cavaliere.

Aquí la cuestión es que el ministro del Interior y el juez que conoce del caso sostienen que la tal Guardia, por muy Nacional e Italiana que sea, es una organización de partido que contradice las disposiciones prohibitivas de voluntariado a los partidos políticos, centrales sindicales y equipos de futbol; Berlusco tiene uno. Pues es posible; pero ¿qué pasará si vuelven a organizarse pero no dicen nada ni se ponen un nombre pero actúan coordinadamente con un órgano "técnico"? Probablemente lo legalizarían como fue legal Batasuna algún tiempo. La cuestión es que el problema está en la propia ley que es inconstitucional porque priva al Estado del monopolio legítimo de la violencia, al compartirlo con individuos y/o grupos privados. Aunque no lleven armas. Van uniformados, están amparados por la ley, tienen una jurisdicción, poseen fuerza coactiva estatal, aunque desarmados. Esas asociaciones pueden decidir vigilar y hacer cumplir la ley en los barrios de los ricos, desdotando a las fuerzas de seguridad del Estado ("no hay dinero"; "no ha habido ingresos" porque alguien ha bajado los impuestos) y dejando que el crimen se enseñoree de los barrios pobres. Así se demuestra que la pobreza y la crminalidad están correlacionados y se da la razón a los victorianos y muchos eclécticos científicos contemporáneos que sostienen que la ciencia confirma los datos racistas de mayor o menor inteligencia, capacidad moral, etc, según etnias, razas o cualquier otra invención.

El Estado debe dejar de privatizarse. El mercado es necesario para la vida en sociedad, pero no es la vida en sociedad. Hay ámbitos desmercantilizados. Y el Estado debe conservarlos, protegerlos y ampliarlos dentro de un proyecto de sostenibilidad que ya cabría ir iniciando. Entre otras cosas porque, como se ve, la absoluta mercantilización y privatización, hasta de los servicios y bienes públicos más elementales, como la salud, la educación y la seguridad, también rompe los principios del mercado y genera privilegios aunque siempre en favor de los ricos y en contra de los pobres.

Estos pisaverdes a los que sólo falta el penacho de los bersagliere son producto italiano. Como lo son quienes se les opongan, que los habrá. Y, al final, la seguridad urbana en Italia y en otras partes, puede acabar convertida en el famoso campo de Agramante de todos contra todos y que gane el más fuerte. Sin embargo, de estos conflictos, que son el resultado del enfrentamiento de ideologías, tienen que salir las ideas que encarrilen de nuevo el mundo. Pero que lo encarrilen no con recurso al recetario neoliberal, que es el responsable mismo de la crisis sino con el recetario moderado socialdemócrata de ampliar el Estado del bienestar y acudir a las políticas keynesianas convenientemente adaptadas a la nueva situación.

(La imagen es una foto de bandanas vignette, bajo licencia de Creative Commons). La traducción del texto, más o menos: "¿De verdad tenemos que renunciar al saludo fascista?" "Si, mientras financiemos las rondas con fondos públicos es una orden taxativa. ¡Sieg Heil!".

dilluns, 15 de juny del 2009

Hasta las cejas.

Paraísos fiscales a lo largo y ancho de Europa. Blanqueo de capitales. Adjudicaciones ilícitas. Cohecho. Fraude fiscal. Malversación de caudales públicos. Prevaricaciones de todo tipo. Engaños. Estafa. Soborno. Falsificación de documento público. Compra de voluntades. Setenta militantes y cargos públicos del PP investigados, imputados o acusados en un trama gigantesca para saquear los dineros públicos. Tesoreros bajo sospecha. Presidentes de Comunidad Autónoma investigados. Presidentes de Diputación acusados. Todo esto presuntamente, por supuesto, dibuja un panorama desesperado para el principal partido de la oposición en el que no parece librarse nadie.

Como respuesta, ataques a la administración de justicia, intimidación a jueces y fiscales que, al parecer, no tienen otra cosa que hacer que pisar un juanete al señor Álvarez Cascos, insultos a los adversarios políticos, amenazas, chantajes, desprecios a los medios, agresividad verbal, matonismo mitinero, mentiras, acusaciones falsas.

El señor Rajoy lo tiene crudísimo. Ha apoyado públicamente a algunos de los principales encartados en la trama Gürtel y, quiera o no, ha vinculado su destino político al de ellos. Si estos acaban dimitiendo porque los procesan y/o condenan, en buena lógica el señor Rajoy debiera vacar la plaza por si acaso aún se estuviera a tiempo de salvar algo de negra honrilla del partido de los presuntos que casi parecería una asociación de malhechores. ¡Ah! Y eso desde los tiempos del señor Aznar.

(La imagen es una foto de Contando estrelas, bajo licencia de Creative Commons).

Juego de espejos.

Este libro (Emma León, editora, Los rostros del Otro. Reconocimiento, invención y borramiento de la alteridad, Barcelona, Anthropos, 2009, 175 págs.) reúne cinco ensayos escritos por otras tantas investigadoras mexicanas y viene a ser como una especie de aplicación de las concepciones filosóficas de Emmanuel Levinas y, en general, de la fenomenología de la alteridad. Levinas y Max Scheler son los autores que las participantes más citan en unos ensayos que, aunque pretenden dar cuenta de realidades sociológicas y especulaciones filosóficas, están concebidos sobre todo literariamente.

Gilda Waldman (El rostro en la frontera) es una reflexión sobre el valor dual de la frontera que divide y delimita, incluye y excluye al mismo tiempo. Vivimos a los dos lados de la frontera y todos somos el Otro. La frontera, el desierto (pensando sobre todo en el del Norte de México) son lugares de constitución del Otro en una época de incertidumbre (p. 11). La autora recurre a las obras literarias de Hernán Rivera (sobre el desierto de Atacama en Chile) y Antonio Parra (sobre el del Norte de México). Lo que caracteriza a la reflexión contemporánea es el hecho de ir en busca de otras voces y otras memorias (p. 16). Imposible no recordar aquí el primer libro de Truman Capote con el que éste ya consiguió la fama literaria, Other voices, other rooms. El Otro es siempre una metáfora del extranjero y todos podemos ser extranjeros (p. 21).

Olga Sabido (El extraño) parte de la idea de que el Otro es siempre algo extraño, que viene de fuera. Va a buscar ejemplos en la Peste Negra en Europa, lo que no es muy convincente y en los diarios de Cristóbal Colón, que ya lo es algo más. El extraño condensa la lógica de la inclusión y la exclusión, esto es, "todas las manifestaciones de los desequilibrios de poder, de los prejuicios, el desprecio, los miedos y el odio entre personas, naciones y poblaciones civiles." (p. 27). Extraño es todo lo que no pertenece al ámbito familiar y encuentra una prolongación en la concepción de Marx del trabajo como "extrañamiento" (p. 29), la Verfremdung, si no recuerdo mal. Ahora bien, no existen los extraños "en sí mismos" sino que todo lo extraño lo es para alguien. Recurre aquí la autora a quien con más profundidad ha tratado este asunto del extraño como forma social, una forma del "ser con otros", esto es, Georg Simmel (p. 34). Precisa asimismo que la relación con lo extraño no tiene por qué ser simétrica y trae a colación las aportaciones de Erving Goffman, singularmente su célebre "cortés desatención" como forma de precaverse frente a lo extraño en las interacciones sociales. Termina su ensayo Sabido analizando las relaciones entre lo extraño (como percepción del Otro) y los sentidos, vista, olfato, gusto, oído, tacto. En su forma más radical llega a decir que lo ajeno o extraño se siente en las entrañas (p. 56). Tal vez por eso suele decirse en España cuando algo nos es muy cercano, que es "entrañable".

Emma León (El monstruo) es un muy interesante trabajo sobre la teratología o estudio de los monstruos (p. 61) que constituyen la forma extrema del Otro, que suscita temores y violencia que se actualizan bajo las formas de racismo, xenofobia, etc. El monstruo es la "alteridad radical" de Levinas. Sigue la orientación de Max Scheler cuya idea del ordo amoris ayuda a establecer el orden de las cosas que pueden ser amadas y las que no pueden serlo (p. 65). La forma más alta del amor irrenunciable es el antropino o quintaesencia de lo que hace humanos a los hombres. Hay un juego entre lo antropino y lo teratino que la autora ejemplifica en la sonrisa, privativa de la especie humana (p. 69), lo que no está mal siempre que no olvidemos que, en realidad, el antropino condensa una multiplicidad de peculiaridades (además de sonreir, el ser humano miente, sabe que es mortal, tiene pesadillas, etc) y ninguna tiene por qué ser más decisiva que otra. La visión común quiere que sea difícil distinguir los antropinos de los gitanos, los africanos, los turcos o los suramericanos en la Unión Europea y, por supuesto, el caso extremo, el de los negros en el África (p. 76). Son los seres a los que se atribuye lo monstruoso, lo infernal, demoníaco, por ejemplo, la antropofagia (p. 77). De igual modo los isomorfismos que transforman hasta los nombres de aquellos cuya desemejanza es crítica con el "nosotros", así los apaches o los indios caribes, a propósito confundidos con los caníbales (p. 81). Téngase en cuenta que, como dice Foucault, el canibalismo es uno de los dos grandes consumos prohibidos en todo el mundo; el otro es el incesto (p. 82). No hay época ni orden social que no haya hecho del otro una alteridad deformante y monstruosa (p. 84). En definitiva, monstruo es aquello que se muestra y, subraya la autora, "como te veo eres" (p. 87). La Otredad es como el monstruo, una fuente para la fabulación humana (p. 93). El ensayo se cierra con unas curiosas observaciones sobre la monstriparidad o capacidad para parir monstruos que es atributo femenino, lo que dio mucho juego en la Edad Media (p. 95).

Reyna Carretero (El indigente trashumante) aproxima el enfoque del Otro a la realidad de las poblaciones desplazadas por la diversidad de motivos que hoy impera (exilio político, guerras, motivos económicos, etc) y que son el fenómeno característico de nuestra época. Algo que recuerda a la autora la leyenda del judío errante (p. 100), a la que cabe añadir la del holandés errante. Se trata de seres sin lugar y a los que ya no cabe considerar como el "ser ahí" heideggeriano que define la condición humana porque, dice la autora, esa condición que nos llena de sentido, "se pierde en la indigencia trashumante al tener la expulsión como norma" (p. 103). Muy bien visto. El "ser ahí" es ahora un ser sin lugar (p. 105), con todo lo que eso significa en cuanto a memorias, vivencias, etc. Mi única objeción es al empleo del término "trashumante" que implica reiteración. Quizá fuera más adecuado "nómada". En todo caso, la autora elabora lo que llama una "poligeografía errante"que consta de diversos momentos (separación, latencia, perplejidad, agregación), a medida que el trashumante hace su itinerario que relaciona, no sé si con mucha propiedad, con el Aleph borgeano (p. 121).

Por último María Concepción Delgado (El fuera de sí) , escribe un ensayo que no estoy seguro de haber entendido bien porque, sobre no estar muy afortunadamente escrito, ser reiterativo y estar literalmente plagado de citas que no sólo no ilustran sino que confunden, mezcla los conceptos filosóficos habituales en esta obra (el Otro especialmente) con reflexiones políticas acerca de la violencia en distintas formas (totalitaria, legítima, soterrada) que no contribuyen a aclarar las cosas. En definitiva, no obstante, da la impresión de tratarse de la aplicación del concepto de Otro a la radical experiencia de la indecibilidad de Auschwitz (como resultado de la perversión de la comunidad totalitaria) en una especie de reelaboración del pesimismo adorniano.

diumenge, 14 de juny del 2009

El rififí de ETA.

¿Se puede detener a tres presos que están cumpliendo condena? Por lo que se ve, sí. La Guardia Civil lo ha hecho con tres etarras reclusos en la prisión de Huelva, a los que acusa de estar planeando un quebrantamiento de condena utilizando un helicóptero. También ha detenido a otras cuatro personas, presuntamente relacionadas con el cinematográfico proyecto. Éste, a su vez, consta en unos papeles que la policía encontró en poder de uno de los capos etarras detenido ¡en 2008! Según se dice, la pintoresca escapatoria estaba prevista para 2007 pero fue preciso aplazarla por las detenciones de responsables de la banda. Ahora parece que ésta tendrá que renunciar a una hazaña que le daría mucho renombre pero que no ha pasado del estado de ilusión.

En principio la noticia resulta extraña y obliga a preguntarse por qué se ha esperado tanto tiempo para frustrar los planes si es que en verdad estaban en marcha. No es fácil de entender salvo que recordemos que uno de los hipotéticos rescatados de la prisión había de ser el que cumple condena por haber trazado un plan para asesinar al Rey con un fusil de mira telescópica. No recuerdo el nombre del menda pero está claro que es uno de esos forofos de la tecnología que ha visto demasiadas películas de Hollywood de atentados contra presidentes. Hace más de veinte años que no hay una sola fuga de etarras pero a nadie se le puede prohibir que viva de ilusiones, sobre todo si tiene condenas de cientos de años de cárcel. Y la Guardia Civil hace muy bien desmantelando sus planes o sus sueños. Es bueno que los etarras sepan que envejecerán entre rejas en justo castigo por sus asesinatos. Es bueno que sepan que no hay esperanza.

A propósito de esto, Público recoge hoy una noticia según la cual la mayoría de Batasuna pide el fin de la violencia. Sería estupendo. Ya no me creo nada de esta gavilla de embusteros que dice lo que cree que le conviene en cada momento, pero estaría bien que la luz de la razón se abriera paso en sus obtusos cerebros. A estas alturas, sin embargo, después de tres negociaciones de paz reventadas por los terroristas, fin de la violencia quiere decir que ETA depone las armas sin condiciones en un acto claro, público, fiscalizable e irreversible. Sólo así podrán sus correveidiles y sus ideólogos civiles hacer política en una sociedad democrática como la española.

Irán: Alá es grande.

A poco de conocerse el resultado de las elecciones en el Irán con ese casi 63 por ciento del voto a favor de Mahmud Ahmadineyad y un magro 34 por ciento para el candidato reformista Mir Hosein Musaví, Hugo Chávez llamaba por teléfono al vencedor, lo felicitaba y decía que el resultado electoral iraní es un impulso para todos quienes aspiran a un mundo mejor. El presidente venezolano escenificaba así el acercamiento de los dos países en lo que considera una estrategia común de enfrentamiento con los Estados Unidos.

Pero los Estados Unidos de Obama no son los de Bush hijo y ese dato puede haber pesado en el comportamiento de los votantes iraníes que ha dejado descolocado a más de uno porque, aunque en el Irán no están permitidos los sondeos, había una opinión muy generalizada respecto a que Musaví podía ser un auténtico peligro para la reelección de Ahmadineyad. Todavía ayer El País publicaba un artículo de Ramin Jahanbegloo titulado Hacia un nuevo futuro en Irán en el que pronosticaba que ninguno de los cuatro candidatos alcanzaría el 50 por ciento del voto en la primera vuelta por lo que sería necesario pasar a una segunda. Nequaquam. Ahmadineyad ha pulverizado a sus contrincantes y se ha alzado con la victoria en primera vuelta. De inmediato Musaví se ha puesto a gritar "tongo" y miles de jóvenes seguidores suyos han salido a la calle a protestar por lo que consideran un escandaloso fraude electoral y a que la policía les abra la cabeza a porrazos. El jefe supremo de la Revolución, el ayatolá Jameini, verdadero poder no electo y vitalicio en la república islámica intervino en favor de Ahmadineyad, pidiendo a los candidatos derrotados que reconozcan la situación y cierren filas tras el vencedor. No sé si lo harán o no. Musaví no se esperaba una derrota tan contundente y, de momento, sigue hablando de pucherazo y de no aceptar el resultado de las elecciones; es decir está actuando, mutatis mutandi como el señor López Obrador en las últimas presidenciales de México, lo que no es un buen ejemplo que seguir sobre todo porque delegitima al sistema sin dar buen resultado.

La campaña se estilizó como una especie de duelo entre el candidato oficial, integrista moderado, conservador, antisemita y partidario de seguir con el programa nuclear del Irán y el reformista Musaví cuyo sentido innovador lo llevó a aparecer en público en alguna ocasión cogido de la mano con su señora, casi como si fuera un político gringo, lo que quizá sea un gesto excesivamente audaz en un país muy tradicionalista en el que rige la Sharia. Es posible que ese gesto le haya restado votos y, en todo caso haya habido pucherazo o no, en los próximos días se verá si la oposición reformista puede imponerse al Gobierno. No es descabellado: la revolución de los clérigos integristas triunfó en las calles; pero no parece probable.

Reacción opuesta a la de Chávez ha sido la del Gobierno israelí quien considera que el Irán ha votado por seguir con la política de Ahmadineyad de confrontación con el Occidente y que, en consecuencia, no cabe negociar con el país. Si la felicitación de Chávez suena algo ingenua, la prevención del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, suena ominosa. Acorralado por las exigencias del señor Obama de que cesen los asentamientos israelíes en los territorios ocupados y de que el gobierno israelí se comprometa a reconocer un Estado palestino independiente, y sometido a las feroces presiones de los ultraortodoxos judíos que lo empujan a una política de hechos consumados, Israel podría caer en la tentación de realizar una acción unilateral preventiva contra el Irán bombardeando sus instalaciones nucleares, lo que haría que la situación en la zona fuera más peligrosa de lo que es.

(La imagen es una foto de TheEfrit, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 13 de juny del 2009

Les viene de casta.

Con su fabulosa impudicia, la señora Aguirre suele recurrir a lo que los psicólogos llaman proyección para acusar de franquista a la oposición socialista y a Comisiones Obreras en la Comunidad de Madrid. Sostiene igualmente que en el PP no hay franquistas, de donde se sigue que todos esos cargos públicos que se niegan a retirar los símbolos, nombres, placas y menciones de la oprobiosa que aún salpican los callejeros y edificios de España deben de ser del Partido Comunista.

Diga lo que diga esta señora, el PP está literalmente trufado de franquistas, empezando por su creador y presidente de honor, ex-ministro de Franco y siguiendo por ella misma que, de tener algunos años más, podría haber sido una de los famosos "cuarenta de Ayete". Y a las pruebas me remito. Igual que Franco llenaba la plaza de Oriente de incondicionales traídos a la capital en autobús y provistos de un buen bocata, los organizadores del PP en la Comunidad valenciana parecen llenar el aforo de los mítines del señor Rajoy a base de engañar a los inmigrantes, prometiéndoles un empleo si aplauden a su líder. Esto es más inmoral que lo de Franco, si cabe, pero también más económico ya que el PP se ahorra el bocata.

Y que hacen estas cosas y quizá otras peores los del PP es bastante verosímil. Basta recordar cómo, con motivo del atentado del 11-M en Madrid y la movilización de los inmigrantes, el señor Jiménez Losantos los avisaba desde la radio acerca de qué organizaciones estaban amparadas (o sea, manipuladas) por la Comunidad de Madrid y cuáles eran independientes y, por lo tanto, peligrosas.

(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

Los que pagarán la crisis.

De manual. Cinco días después de las elecciones el Gobierno sube los impuestos. Los indirectos, claro, que son los que gravan a ricos y pobres, con encomiable sentido socialista de la igualdad. Ya lo tenía decidido antes del domingo pasado pero no dijo nada para no perder votos que, cuando se habla de subir impuestos, huyen como alma que lleva el diablo. Se acabaron las dádivas, los regalitos, 400 euros por aquí, 2.500 euros por niño por acá...Ahora toca pagar por los dispendios de antaño y las medidas sociales de hogaño. Suben el tabaco y las gasolinas y, dentro de nada, subirán el alcohol, los juegos, etc. La crisis van a pagarla los fumadores, los bebedores y los conductores. Es decir, todos.

No digo que no deba ser así, pero convendría que el Gobierno explicitase algo más su orientación política porque, aunque los reaccionarios y los curas digan que es un gobierno de "radicales", lo cierto es que, hasta la fecha, sus políticas han beneficiado más a los ricos que a los pobres. Por eso, ¿qué tal si, además de subir la fiscalidad de bienes esenciales como las gasolinas, el Gobierno crea y las Cortes aprueban un impuesto extraordinario sobre las rentas del capital? ¿Qué tal si se refuerza la progresividad del impuesto en los tramos más elevados? ¿Qué tal si se crea un impuesto extraordinario y transitorio sobre los sueldos de los cargos electos en nuestro país? Así, entre otras cosas, comenzaría a recuperar parte del dinero que ha puesto a disposición de los bancos, es decir, de los causantes de la crisis.

(La imagen es una foto de Ted Abbott, bajo licencia de Creative Commons).