diumenge, 14 de juny del 2009

El rififí de ETA.

¿Se puede detener a tres presos que están cumpliendo condena? Por lo que se ve, sí. La Guardia Civil lo ha hecho con tres etarras reclusos en la prisión de Huelva, a los que acusa de estar planeando un quebrantamiento de condena utilizando un helicóptero. También ha detenido a otras cuatro personas, presuntamente relacionadas con el cinematográfico proyecto. Éste, a su vez, consta en unos papeles que la policía encontró en poder de uno de los capos etarras detenido ¡en 2008! Según se dice, la pintoresca escapatoria estaba prevista para 2007 pero fue preciso aplazarla por las detenciones de responsables de la banda. Ahora parece que ésta tendrá que renunciar a una hazaña que le daría mucho renombre pero que no ha pasado del estado de ilusión.

En principio la noticia resulta extraña y obliga a preguntarse por qué se ha esperado tanto tiempo para frustrar los planes si es que en verdad estaban en marcha. No es fácil de entender salvo que recordemos que uno de los hipotéticos rescatados de la prisión había de ser el que cumple condena por haber trazado un plan para asesinar al Rey con un fusil de mira telescópica. No recuerdo el nombre del menda pero está claro que es uno de esos forofos de la tecnología que ha visto demasiadas películas de Hollywood de atentados contra presidentes. Hace más de veinte años que no hay una sola fuga de etarras pero a nadie se le puede prohibir que viva de ilusiones, sobre todo si tiene condenas de cientos de años de cárcel. Y la Guardia Civil hace muy bien desmantelando sus planes o sus sueños. Es bueno que los etarras sepan que envejecerán entre rejas en justo castigo por sus asesinatos. Es bueno que sepan que no hay esperanza.

A propósito de esto, Público recoge hoy una noticia según la cual la mayoría de Batasuna pide el fin de la violencia. Sería estupendo. Ya no me creo nada de esta gavilla de embusteros que dice lo que cree que le conviene en cada momento, pero estaría bien que la luz de la razón se abriera paso en sus obtusos cerebros. A estas alturas, sin embargo, después de tres negociaciones de paz reventadas por los terroristas, fin de la violencia quiere decir que ETA depone las armas sin condiciones en un acto claro, público, fiscalizable e irreversible. Sólo así podrán sus correveidiles y sus ideólogos civiles hacer política en una sociedad democrática como la española.