dimarts, 8 d’abril del 2008

Una historia voto a voto.

Carles Castro ha escrito un libro bastante original (Relato electoral de España (1977-2007), ICPS, Barcelona, 2008, 367 págs.) sobre la historia política más reciente de España, tomando como hilo conductor las elecciones, esencialmente las generales, pero teniendo en cuenta muchas otras, autonómicas, municipales y europeas. Castro no es un académico, con lo que su obra está lejos del carácter algo indigesto de los estudios de los especialistas en estas materias, generalmente atestados de fórmulas y gráficos difíciles de entender para los legos. Es un periodista, pero un periodista que se ha documentado con mucho rigor y ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo a este estudio por lo que tampoco es el habitual libro liviano hecho como un reportaje y sin mayor consecuencia que a veces perpetran los de su oficio. El Relato electoral de España es un ensayo en toda regla, bien documentado, con hipótesis interesantes y comprobación con abundante material empírico.

El autor se ha servido generosamente del banco de datos del CIS y ha aplicado un modelo que reitera a lo largo de la obra, consistente en explicar a posteriori los resultados de cada elección general desde 1977 a 2004, tomando como referencia la documentación pertinente a priori, como sondeos, barómetros, índices de popularidad, etc. Quizá sea éste el aspecto más criticable del libro, es decir, que el modelo se repita con una cadencia casi mecánica y llegue a ser demasiado previsible. Su tesis viene a ser que, en aquellos momentos en que los resultados parecían contradecir las expectativas basadas en los sondeos anteriores (1993, 1996, 2004 fundamentalmente) no había tal y, si se hubieran interpretado correctamente tales datos anteriores, el resultado no tendría que haber extrañado. Es simpática la idea pero, como todo lo que se dice a posteriori, opinable.

Por lo demás, el libro se lee con mucho agrado, está ágilmente escrito y para mí tiene la ventaja de que coincido en casi todo con las apreciaciones que hace sobre los asuntos que han sido candentes en las sucesivas elecciones habidas en España entre 1977 y 2004, esto es, respectivas fortalezas de los partidos, puntos fuertes y débiles en la oposición y en el gobierno, carácter de las pugnas y de las alianzas parlamentarias, electorales o de gobierno. En verdad, coincido hasta con las valoraciones subjetivas que el autor hace de los distintos intervinientes en los treinta años de vida político-electoral que trata el libro. Dado que también he escrito sobre algunos de estos períodos, en especial el muy agitado de 1993 a 2000, confieso que estas coincidencias me han resultado muy agradables.

Castro arranca examinando cómo Aznar consiguió transformar la derrota electoral de 1989 (la primera que le tocó encajar) en una victoria. Según él se trató de una actitud deliberada del presidente del PP que también a mí me llamó la atención entonces y que, al final, hemos acabado llamando "táctica del espejo" y consistente en lo que el mismo Castro señala: Sin embargo, la capacidad de exigir honestidad y limpieza y, simultáneamente, no renunciar a todo tipo de artimañanas se revelaría a la larga un mecanismo muy útil y práctico para derrotar al adversario" (p.19).

La consideración de 1989 abre una especie de flash-back en el que Castro analiza muy correctamente el carácter del sistema electoral español establecido en la Constitución de 1978 y perfilado luego en la LOREG de 1985, al que llama sistema "proporcional corregido" (p. 37). Este sistema, ya se sabe, es muy injusto con los pequeños partidos de ámbito nacional, lo que quiere decir que la fragmentación de la derecha en los primeros años de la democracia fue un verdadero "suicidio" (p. 67) que dio la impresión, sobre todo desde la famosa victoria del PSOE en 1982, de que el país era de "centroizquierda" (p.73).

Me ha interesado especialmente su valoración del referéndum de la OTAN en 1986, aquel que consagró el giro del PSOE y selló el destino de los comunistas que vieron la posibilidad de ocultarse en Izquierda Unida. El resultado de la consulta, se recordará, estuvo muy equilibrado y la única explicación para ello es que en el bando del "no", propugnado por los comunistas, se apuntó mucho voto de centro y derecha (p. 81). A partir de 1986 empieza el declive de los socialistas que se aceleraría con la huelga general de diciembre de 1988 que el autor llama "huelga general política" (p. 93). Ciertamente, en ella se generaron a mi entender los primeros impulsos que luego cristalizarían en el famoso frente "antifelipista" de 1993 a 1996.

En esa situación, Aznar hizo una "travesía del desierto", para lo que disciplinó con rudeza a su partido con ayuda del patibulario número dos (p. 124), esto es, el señor Álvarez-Cascos. Con ese partido unido tras él como una piña y con la ayuda de los medios de comunicación adictos, inició la tarea de demoler al partido del gobierno, gracias a la cadena de escándalos y desastres que se abrió a partir del famoso de Juan Guerra en 1991 y con el auxilio inapreciable de la Izquierda Unida de Anguita en la famosa "pinza" (p. 131). No hace falta que diga que, a mi entender, uno de los grandes méritos del libro de Castro es con qué detalle documenta esta alianza PP-IU en contra del PSOE en aquellos años turbulentos.

Aun así, con o sin pinza, sostiene Castro, las elecciones de 1993 nunca estuvieron perdidas, ni siquiera aunque muchos socialistas resignados quisieran perderlas (p.146). Por cierto, doy fe de que yo también observé esta actitud en bastantes socialistas en 1993 y más en 1996, pero es la primera vez que lo veo escrito. Ahora bien, el resultado inesperado, sí, para la derecha de las elecciones de 1993 puso en marcha la famosa "conspiración" entre comunicadores, políticos, banqueros, delincuentes, etc, con el fin de desalojar a los socialistas del poder como fuera. Una conspiración que niegan los conspiradores principales (no el señor Anson, que la reconoce) y de la que Castro dice: "Por tanto, hay pocas dudas de que la conspiración existió como un elemento de mediatización de la opinión pública y de ingerencia en la pugna electoral entre izquierda y derecha en la España de los años 90" (p. 174). De acuerdo. Tengo a gala haber sido uno de los que antes la puso de relieve.

Del 93 al 96, años de infierno en los que se sucedieron los escandalazos: Guerra, Filesa, Roldán, Mariano Rubio, los GAL, el BOE, etc, etc; aquello parecía el fin del mundo. Encima, el señor Aznar había aprendido y, como perdiera los debates en TV con el señor González, ahora se negó a hacerlos poniendo como pretexto que habrían de hacerse con su amigo el señor Anguita. Era una trampa, pero el PSOE cayó en ella. Aun con todo, invocando lo que llama "la izquierda profunda", dice Castro que los socialistas reaccionaron e hicieron una campaña electoral muy agresiva (p. 193). Es donde más discrepo de Castro. Creo que los socialistas salieron con moral de derrotados y la prueba es que sistemáticamente reservaron espacios para los mítines más pequeños de lo que luego se revelaba que iban a necesitar. Cuando se supo el resultado de un práctico empate técnico, Felipe González dijo que le había faltado una semana más de campaña o un debate en la tele. Lo que le faltó fue confianza en los electores, y no tanto a él como a los militantes de su partido. En todo caso, las elecciones de 1996 fueron el retorno a las "dos Españas" y a Castro le merece un juicio que suscribo por entero: "la victoria de Aznar sólo fue posible sobre la base de un suicidio deliberado y consciente de una parte del electorado de izquierda, que renunció a gobernar y dispersó su voto con las letales consecuencias que ello suponía en un sistema electoral como el español."

A partir de 1996, el objetivo de Aznar fue consolidar la victoria del PP y preparar la mayoría absoluta de 2000 por tres procedimientos: a) capitalizar a su favor la recuperación económica que estaba produciéndose; b) liquidar a Felipe González y hundir al PSOE definitivamente con la serie de actuaciones judiciales producto de los escándalos, para lo que contó con los medios de siempre y la ayuda de IU; c) poner los medios de comunicación públicos y los privados (mediante las privatizaciones) a su servicio (p. 219). En toda esta aventura hizo gala de la "táctica del espejo", vista magistralmente por Castro así: "Lo paradójico de la situación residía en que era el propio Gobierno quien provocaba la "bronca" tildando públicamente de asesinos y ladrones a los socialistas, pero eran estos últimos los que aparecían como culpables de la crispación" (p.251). Suena ¿verdad?

La última etapa del gobierno de la derecha, de 2000 a 2004 está perfectamente retratada en el libro, calificada como "espiral de autodestrucción" (p. 271). Aznar y su partido se creían en el mejor de los mundos y se permitían el lujo de tratar con insolencia a la oposición de Rodríguez Zapatero, incluso cuando tenían que acabar aceptando pactos propuestos por éste que ellos habían empezado por ridiculizar, como el llamado "antiterrorista" (p. 276), de cuya imaginaria ruptura tanto se quejaría después el señor Rajoy que lo había calificado de conejo salido de la chistera.

Una serie de acontecimientos vino a poner de manifiesto que (si se me permite la autocita, pues es de un libro mío de 1998) el gobierno de la derecha era un desgobierno: el chusco episodio del islote Perejil o las "Malvinas españolas" (p. 295), la boda faraónica de la hija de Aznar en El Escorial en 2002 (p. 296), el desastre del Prestige (p. 297), la guerra del Irak, que puso al PP seis puntos por detrás del PSOE en intención de voto (p. 300), el desastre del Yakolev-42 (p. 312) y, por último, el atentado de Atocha (p. 325), con aquel intento surrealista, propio de estúpidos sin remedio, de engañar al mundo entero acerca de su autoría y que, por increíble que parezca, se ha prolongado al día de hoy.

Con todo, coincido con la conclusión de Castro: "...las elecciones sacaron a la luz una mayoría de rechazo al PP, pero ésta ya existía antes del atentado, como habían venido advirtiendo los sondeos. Otra cosa es que hasta bien entrada la campaña esa mayoría no se decantase claramente en torno al PSOE" (p. 328). Esa mayoría de rechazo se han mantenido en 2008 y seguirá manteniéndose y hasta aumentará en 2012 si el PP sigue obstinado en gobernar no para la gente sino contra la gente.

dilluns, 7 d’abril del 2008

Tomando decisiones.

Esto de la derecha tiene pinta de ser un culebrón, algo para titular El poder y el infierno, la lucha por el liderazgo en el PP. Parece que hoy habla doña Esperanza Aguirre en algún club o círculo. Casi despierta más interés esta intervención que el discurso de investidura del señor Rodríguez Zapatero previsto para el martes. Como se supone que no va a sacarla en primera vuelta porque no tiene mayoría absoluta, la noticia pasa a la siguiente votación y ahí sí, ya se esperan resultados. Pero eso será ya el viernes, setenta y dos horas más tarde, con lo cual lo que interesa es lo que venga a decir hoy la señora Aguirre. Esas proclamas ultraliberales que aparecen en algunos medios quizá preanuncien el bombazo, esto es, que la señora Aguirre tiene intención de presentar su candidatura en el congreso de junio de su partido o quizá sean eso, un brindis al sol. Es difícil saber lo que hará la dama, quizá no se postula y, al revés, apoya la candidatura del señor Rajoy con el mismo fervor con que lo hace el señor Ruiz Gallardón y también puede ser que no diga nada y deje a cada cual haciendo cábalas, que se harán muchas.

Cada cual tiene su estilo de sortear crisis. Este, un poco sinuoso, tiene pinta de ser el del señor Rajoy quien normalmente parece confiar en el tiempo como el gran componedor de problemas. El tiempo y la calculada ambigüedad de no explicitar si se sube o baja la escalera. La señora Aguirre, en cambio, es más directa, pero eso no le garantiza salirse con la suya. Lo que sí puede hacer es poner en un brete al actual Presidente de los populares, forzándolo a una declaración programática antes de su consagración como líder que deje en claro cuál de las dos posibles opciones del PP se seguirá, si la moderada y centrista de Gallardón que aún espera que le den una oportunidad, o la bronca y radical que prevaleció en la legislatura pasada y es la que quieren imponer los medios que apoyan a doña Esperanza Aguirre, Cope y El Mundo. Con el amor por la ambigüedad y la indeterminación que tiene el señor Rajoy esta exigencia puede ser letal.

En todo caso, estos debates y fintas en los partidos son perfectamente normales. En definitiva, lo que cuenta es quién organiza el Congreso y a quién apoya porque ese será quien salga vencedor. El otro tendrá premio de consolación. Entre tanto podrá suceder algo de lo que todos nos beneficiaremos, incluso quienes no votan al PP, esto es, un debate público sobre las distintas (cuando menos, dos) opciones de la derecha, la moderada y la ultramontana. Un debate en el que esta última no está nada interesada pues quiere imponer la idea de que no hay más política posible para la derecha que la que ella representa ya que cualquier otra supone el entreguismo a los socialistas. Estos ultramontanos recuerdan mucho a los leninistas que no aceptaban que los socialistas fueran una posible izquierda con la que aliarse y los llamaban "socialfascistas", muy en el espíritu de la brillante teoría de las "dos orillas" del señor Anguita. Y ¿no han de recordar estos radicales al leninismo si comulgaron con él en el pasado?

Se fue Moisés.

Llevaba mucho tiempo muy cascado. En las imágenes de la peli de Michael Moore, Bowling for Columbine, de 2002, se le veía doblado porque tenía algún problema de cadera. Si salía en la peli de Moore era por ser presidente de la National Rifle Association, el lobby de las armas de fuego en los EEUU. Ya se sabe, el lado bronco de Charlton Heston, lo que no gusta en los círculos ilustrados, lo de pregonar el libre uso de las armas de fuego en la sociedad. Y eso que el hombre había cambiado su opinión política, pues de joven era de izquierda. Pero luego, como sucede con frecuencia, se pasó a la derecha.

Por lo demás, todo el mundo lo adora. Parece que se le haya pegado algo de la grandeza de los personajes que interpretó en vida: Moisés, Miguel Ángel, El Cid, Ben Hur, San Juan Bautista o Marco Antonio. Él mismo decía de sí que, después de haber interpretado a dos profetas, dos guerreros y un genio, no era de extrañar que tuviera problemas con su ego.

Nunca me gustó mucho. Siempre me pareció una especie de John Wayne de segunda. A Heston solían emparejarlo con mujeres bellísimas, como Sofía Loren o Ava Gardner mientras que a Wayne lo emparejaban con otras que parecían su madre, como Maureen O'Hara. Y es que las mujeres se enamoraban del Duque por lo bruto pero buena persona que era, mientras que Heston las conquistaba a fuerza de guapo como el que no quería la cosa.

De todas formas, desde luego, qué papeles interpretó. El Moisés de Los Diez Mandamientos aguanta las tres horas y media de la película. Cecil B. de Mille había rodado una versión en 1923, pero sólo se contaba la mitad de la vida de Mosés y luego se hablaba de los mandamientos. Yul Brinner era el faraón Ramsés, que lo bordaba.

Hay que ver la de cosas que se añaden a la historia del Cid y Heston está siempre magnífico, aunque queda claro como mensaje subliminal que sólo conoce a la hermosa doña Jimena una noche. Los héroes han de ser castos y leales a su Señor. La esencia del código medieval.

En Ben-Hur se superó a sí mismo y nadie que haya visto la carrera de cuadrigas con su amigo/enemigo Messala (Stephen Boyd) negará que se trata de uno de los grandes momentos del cine. Al margen queda el elemento sacro, que tanto abundó en la obra de Heston. A él lo que le iba era la bronca. En el discurso que soltó al despedirse de la presidencia de la NRA, levantando un rifle sobre su cabeza dijo: "¡Si el señor Clinton pretende quitarme la segunda enmienda de la Constitución tendrá que hacerlo de mis manos muertas y frías!"

No estaba mal en el papel del policía bueno en Sed de mal pero interpretando Orson Welles al policía malo, el bueno no parecía bueno, sino tonto.

(Las imágenes están en Wikipedia y se emplean de acuerdo con los términos de Wikipedia:Non-free content).

diumenge, 6 d’abril del 2008

Su más sincero desprecio.

En una ceremonia celebrada ayer en la sede del parlamento vasco en memoria de Gregorio Ordóñez, político del PP asesinado por ETA, su viuda, Ana Iribar, pidió a la presidenta de la cámara, señora Izaskun Bilbao, que traslade al lehendakari Ibarretxe su "más sincero desprecio por su deslealtad, hipocresía y por la cobardía con la que actúa en contra de la memoria de Gregorio Ordóñez." Sí señora doña Ana, muy bien dicho, con serenidad y contundencia. Porque un sujeto que prometió que no convocaría consulta alguna mientras no hubiera cesado la violencia y que ahora se desdice afirmando que convocará su referéndum aunque la violencia no haya cesado con la muy especiosa razón de que no va a permitir "que ETA le marque la agenda" es un desleal, un hipócrita y un cobarde.

Un desleal porque falta a su compromiso de proteger la vida y haciendas de los ciudadanos del País Vasco a los que gobierna, amenazados de violencia por una organización de asesinos idiotas morales.

Un hipócrita porque se vale para ello de un razonamiento falso pretendiendo engañar sobre sus intenciones. Sabiendo, como sabemos todos, que nada complacerá más a ETA que la convocatoria de ese referéndum en cuyo curso ella podrá amenazar y amedrentar a los votantes, sostiene que lo convoca para contrariar a ETA.

Un cobarde porque, en definitiva, se pliega a lo que ETA quiere.

Así que tiene Vd. razón, señora Iribar.

Efectivamente, señora Bilbao, traslade Vd. al señor Ibarretxe el "más sincero desprecio" de la señora Iribar y el mío; y, de paso, hágalo extensivo al otro personaje que aparece en la foto y comulga por entero con la hipocresía del señor Ibarretxe, ampliándola a extremos repugnantes, esto es, al señor Egibar.


(La imagen es una foto deChesi, bajo licencia de Creative Commons).


El País de hoy trae una entrevista con Jesús Eguiguren, principal negociador socialista con los terroristas de ETA y otros idiotas morales. Está bien y es interesante, pero no dice nada que no supiéramos ya: que la ruptura de aquella tregua y aquel proceso ha sido la mayor prueba de ineptitud de que ha dado muestras la banda, su más histórica metedura de pata. Porque ahora nadie en España va a negociar si no abandona las armas previamente y de forma fehaciente.

La lucha por la jefatura.

Tengo la impresión de que lo quieren más fuera que dentro de su partido. Muchos cargos de éste, según dice el eurodiputado del PP, señor Herrero, reniegan en privado de la decisión del señor Rajoy de postularse para candidato de los conservadores a la presidencia del Gobierno en las siguientes elecciones generales de 2012; decisión que, sin embargo, aplauden en público, temerosos de que pueda achacárseles falta de lealtad o disciplina. De la miriada de periodistas, columnistas, tertulianos y opinantes a favor de ese partido, aproximadamente la mitad lleva quince días diciéndole que se vaya, que no vale, que es un derrotado, un good for nothing, un segundón sin lustre, y pidiendo que alguien constituya una candidatura alternativa a la suya en el próximo congreso de junio.

Circulan los rumores por la capital que es un primor. Unos dicen saber de buena tinta hacia dónde se encamina el señor Rajoy, otros que no se encamina a parte alguna porque no es capaz de tomar decisiones, los de acá esperan que el señor Aznar haga algún gesto que desvele su parecer, y los de allá tienen hilo directo con la señora Aguirre y les consta que se avecinan cosas dignas de verse. Se dice que los diputados cesantes en sus cargos miran con irritación el evitable ascenso de Soraya Ui y que se están afilando las dagas. En fin, que el partido anda azacaneado. Nada extraño en uno que ha perdido las elecciones. Peor están en ERC o en IU.

Hasta el contenido de un almuerzo privado que tuvieron hace unos días la señora Aguirre y el señor Rajoy ha trascendido y es noticia. El contenido no culinario, se entiende. Lo que es sorprendente y quiere decir que uno de los dos lo ha contado por ahí. Probablemente la dama porque le favorece. Según la rumorología, el señor Rajoy la invitó para sonsacarle si pensaba presentarse a lo que la señora respondió ladinamente que no pero que, si hacía algo, él sería el primero en enterarse, que es como decir "no me voy a presentar pero sí me voy a presentar". Lo único que necesita es contar cuántos apoyos tiene y encontrar una excusa. Lo primero es delicado; lo segundo, muy simple.

El señor Rajoy no sale de su asombro al toparse con el rumor de que va a nombrar secretario general del partido al señor Ruiz Gallardón. Dice que es sorprendente. Es posible, pero no descabellado por entero. Este blog ya se hacía eco ayer de esa posibilidad. Probablemente hay algún lanzado entre sus admiradores que piensa que el señor Rajoy debe amenazar con incluir al señor Gallardón en las listas para el caso de que la doña se postule como candidatura independiente en el Congreso. Lo que sucede es que, si la señora Aguirre decide presentarse, ¿qué más le da que un adversario suyo figure en la lista de otro adversario suyo? Al contrario, hasta puede interesarle porque, de vencer, corta dos cabezas de un tajo. Las amenazas, para ser efectivas, tienen que anunciar algún mal real. De lo contrario, son pavadas.

Y el señor Rajoy, que se espere lo peor; lo peor desde su partido. Así es la vida.

(La imagen es una foto de Josemaría, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 5 d’abril del 2008

Aquella repugnante dictadura argentina.

Si no recuerdo mal, cuando los griegos triunfantes sobre Troya deciden el destino de los habitantes de la ciudad que aún están vivos y alguien intercede en favor del hijo de Héctor, Astianax, para que se le conserve la vida, dado que es un bebé, el taimado Ulises interviene para decir que, si lo dejan vivir, crecerá y llegará un día en que quiera vengarse de quienes destruyeron Troya y mataron a su padre. Lo mejor, dice, es matarlo. Y así mata Neoptolemo a Astianax, estrellándolo contra los muros de Troya.

Los miembros de la odiosa dictadura que ensangrentó La Argentina entre 1976 y 1983 tenían una opinión parecida a la de Ulises respecto a los niños pequeños y bebés de las gentes a las que secuestraron, torturaron y asesinaron. Incluso los niños de las mujeres que los dieron a luz en los centros de tortura y desaparición: la condición de subversivo era hereditaria. Pero, al mismo tiempo, aquellos criminales de uniforme eran fervorosos católicos, podían torturar de la forma más salvaje a sus semejantes, pero jamás asesinarían a un niño inocente. Nunca. Se limitaban a impedir que el día de mañana el inocente niño pudiera ser un subversivo. Para ello los abandonaban en inclusas, los vendían o se los entregaban a parejas de partidarios de la junta militar y ciudadanos ejemplares. Se calcula que unos quinientos niños siguieron tan espantosos destinos, aunque la cantidad exacta no podrá saberse nunca.

De tales destinos, el más extraño, más terrible, el que más da que pensar es el de los niños entregados a "padres adoptivos" luego de que sus padres biológicos hubieran sido asesinados. Es el caso de esta mujer, María Eugenia Sampallo Barragán, que ha demandado penalmente a sus padres adoptivos, Osvaldo Rivas y María Gómez Pinto, quienes la recibieron en 1978, y ha conseguido que los condenen en Buenos Aires a ocho y siete años de cárcel respectivamente. Maria Eugenia ha hecho muy requetebién, sin duda alguna, pero ¡qué terrible situación! Probablemente para muchos de aquellos niños conseguir una condena penal para sus padres adoptivos que ellos considerarán naturales, y con los que se habrán encariñado, será muy dificil. No sé si lo habrá sido para María Eugenia pero supongo que sí. Y por ello tiene tanto más mérito. Hay que hacer lo que ella ha hecho, consiguiendo así la primera sentencia en un caso de este tipo. No se trata de vengarse sino de hacer justicia a los asesinados hace treinta y cinco años, de restablecer su memoria, devolverles su dignidad, su identidad, su(s) hijo(s). Es mucho.

Otra cosa es que uno piense cómo quedan hoy esos padres que, seguramente, habrán acabado haciéndose la idea de que los hijos que robaron, que secuestraron, eran en realidad suyos. Pero no lo eran y deben pagar por el mal que hicieron y han seguido haciendo, aunque fuera un "bien", aunque hayan educado a esos niños que robaron mejor que lo hubieran hecho sus padres biológicos.

Como se ve nunca habrá suficientes palabras para condenar a aquellos militares desalmados. Fueron crueles, sanguinarios, causaron un gran sufrimiento en su día y, como dice la Biblia continuaron visitando los pecados de los padres en los hijos, esto es, han conseguido prolongar el sufrimiento hasta el día de hoy aprovechando los sentimientos naturales de la gente.


(La imagen es una foto de Nico R., bajo licencia de Creative Commons)

Black Gold.

Casi todos solemos consumir café; algunos somos muy cafeteros y lo tomamos mañana, tarde y noche. Con el café pueden hacerse muchísimas combinaciones: capuccino, expresso, machiatto, americano, cortado, renversé, à la crème, solo, turco, etc, etc. Hay concursos internacionales para preparar unas u otras formas de café. Es un poducto universal. Pero raramente nos preguntamos de dónde viene el café que tomamos, quién y cómo lo cultiva, qué sucede en los cafetales, cómo viven los cafetaleros, qué pasa con el café en el proceso de su comercialización.

Esta peli, Oro negro en español, en realidad un documental dirigido por Nick and Marc Francis, busca las respuestas a esas y otras preguntas. Y lo hace de una forma muy convincente, con mucho ritmo, con una sucesión de imágenes bellísimas y muy variadas, buscando en todos los ambientes, siguiendo el rastro de los granos desde los cafetales del sur de Etiopia hasta las tazas humeantes en los Starbucks, en las cafeterías de Europa, en todas partes.

La idea fundamental de la peli es que el café es, después del petróleo, el producto más consumido en el mundo, el más comercializado, el que mueve inmensas sumas de dinero. Cuatro o cinco grandes multinacionales controlan el negocio: Nestlé, Starbucks, Kraft y alguna otra. La cuestión es que mientras una taza de café en Nueva York puede costar dos dólares o entre uno y dos euros en las cafeterías de Europa, a los cafetaleros se les pagan unos veinte centavos de dólar el kilo de grano, del que pueden salir quizá ochenta o cien tazas. ¿Qué sucede? Que desde el sur de Etiopia, en donde los campesinos apenas pueden sobrevivir con el cultivo del café e incluso pasan hambre, hasta que el consumidor occidental puede mojar su bollo en la taza, mucha gente, los intermediarios, se han enriquecido: los asentistas, transportistas, tostadores, mayoristas, comercializadores, etc, realmente un montón de gente.

Lo que el film pone de manifiesto es la injusticia de que un producto del que tanta gente vive tan bien, no saque de la miseria a quienes lo cultivan en origen. Los precios del café se fijan en la bolsas de Nueva York y Londres y los cafetaleros tienen que resignarse a cobrar lo que se les quiere pagar que, como el precio ha venido bajando en los últimos treinta años, cada vez es menos; una miseria.

La peli ha tomado como escenario el sur de Etiopia porque de ahí viene el mejor café del mundo y porque es el territorio en el que ejerce su actividad Tadesse Meskela, que trata de conseguir un precio aceptable para el café que cultivan los campesino etíopes a los que organiza en cooperativas y para lo que viaja de continuo, tratando de obtener las mejores condiciones del mercado y suprimiendo intermediarios. A lo largo del documental seguimos a Meskela en sus frecuentes desplazamientos y podemos ver qué enorme diferencia de fuerzas hay entre las grandes empresas y las multinacionales (todas rechazaron la idea de dejarse entrevistar para el film) y los campesinos del café.

En realidad, reflexiona Meskela, es lo que pasa con todos los productos agrícolas del Tercer Mundo: mientras los países ricos sigan subvencionando a sus agricultores (que es lo que hacemos todos, por cierto), los productos del Tercer Mundo no podrán competir. Resulta bastante hipócrita que hablemos de ayuda oficial al desarrollo cuando la verdadera ayuda consistiría en permitir que la agricultura del Tercer Mundo pudiera competir con la del Primero, cosa que no permitimos. A su vez, las reuniones periódicas de la Organización Mundial del Comercio sólo pueden escenificar esta asimetría, pues las delegaciones de los países del tercer Mundo no suelen tener posibilidades reales de negociación.

La película es muy buena, está muy bien rodada, las imágenes son extraordinarias... y a uno se le quitan las ganas de tomar café...

divendres, 4 d’abril del 2008

Esto se pone interesante.

Desde que perdió las elecciones el nueve de marzo algo se está moviendo en el PP. Bueno, mucho; se está moviendo mucho. Me da que para bien del partido y, espero no equivocarme, de la sociedad española. Ya era hora. Las últimas decisiones del señor Rajoy, que parecen bien meditadas, apuntan en una dirección francamente saludable para la implantación de los modales pacíficos y razonables en un sistema democrático. Son las tales decisiones o amago de decisiones: el nombramiento de doña Soraya Sáenz de Santamaría como portavoz del grupo parlamentario, la decisión de que el Congreso del PP se celebre en Valencia y lo organice el presidente de Murcia, las declaraciones del señor Rajoy a raíz de la conferencia del dicho presidente de Murcia, la presunta intención -que espero se confirme- del señor Rajoy de nombrar Secretario General del PP al señor Gallardón en substitución del insufrible señor Acebes, el almuerzo que ha compartido el presidente del PP con la presidenta de la Comunidad de Madrid espero que para explicarle cuál es su sitio, aunque dudo que la ambiciosa dama lo entienda.

Estos movimientos apuntan en la misma dirección, en la de consolidar el poder del señor Rajoy dentro de su partido, independizarlo de la guardia pretoriana aznarina del binomio Acebes/Zaplana, hacer sitio a los suyos, dar cancha a nuevas personas y proyectos y, sobre todo, recuperar la autonomía frente a los demagogos mediáticos, señores Jiménez y Ramírez, que llevan cuatro años hipotecando la acción del partido de consuno con los citados Acebes/Zaplana, fabricando fábulas alucinantes, insultando a diestro y siniestro e impidiendo que haya un clima mínimo de diálogo y entendimiento muy en detrimento de los intereses generales y, lo que es más grave como el señor Rajoy ha podido comprobar sobre sus costillas, también de los de su partido. Porque, como muy bien dice el señor Federico Quevedo en El Confidencial de ayer, quienes han aplicado esa estrategia de las mentiras del 11-M, la demagogia, el insulto, etc, son en buena parte culpables del resultado electoral del 9 de marzo. Vamos, que son los culpables de que el PP haya perdido las elecciones. Ya es hora de que se enteren y le pongan remedio.

Sin olvidar, desde luego, que quien más decididamente aplicó esa estrategia en la pasada legislatura, quien más insultó, abroncó, agredió dialécticamente e hizo irrespirable el clima parlamentario y político en general fue el mismo señor Rajoy. Ahora que ha comprobado que al PSOE no se le gana insultando, parece dispuesto a cambiar. Como digo, decisión muy de aplaudir y que ha de empezar por aplicarse él mismo: ni un "bobo solemne" más, ni un "incompetente", "traidor a las víctimas", ni un desplante más. El señor Zapatero, el Gobierno de España, la bancada socialista en el Congreso merecen un respeto que no está reñido con una oposición contundente y si gente como el señor Pujalte no lo entiende, que le pongan un bozal.

Lo más importante de estos movimientos del señor Rajoy es la clara decisión de recuperar la autonomía partidista frente a los demagogos de la COPE y El Mundo, algo que, por cierto, está sacándolos de quicio. Sin ir más lejos, mientras el señor Jiménez insultaba a mansalva a la señora Sáez de Santamaría, el señor Ramírez peroraba por la COPE sobre ¡la democracia interna del PP! Como si eso le hubiese importado algo cuando el señor Aznar nombró a dedo al señor Rajoy.

Y todo, claro es, porque, además del señor Rajoy, otros se mueven en el principal partido de la oposición, esto es, sus enemigos, empezando por la señora Aguirre y siguiendo por sus peones mediáticos. Unos cuantos de estos pusieron en marcha una página web pidiendo descarademte que el señor Rajoy deje paso a la dama, página que ya no está accesible supongo que a raíz de que el señor Rajoy dijera a la señora Aguirre que sus chicos la quitaran. Está claro: no dan directamente la cara, pero andan por ahí creando páginas web, escribiendo columnas en sus periódicos, largando por sus radios que sería bueno que el señor Rajoy asumiera su responsabilidad y se largara, dejando el camino libre a la señor Aguirre. Pero no osan plantearlo directamente en el seno del partido. No osan porque es muy posible que pierdan y tienen que dejarse un terreno libre para poder decir después que siempre apoyaron al señor Rajoy. El mismo señor Anson, que lleva días pidiendo en su periódico El Imparcial que Rajoy se marche quiere conservar una línea de repliegue para cuando tenga que celebrar con idéntica sincera convicción el acierto del señor Rajoy de quedarse

La frase decisiva, la que demuestra que el señor Rajoy ha entendido el mensaje y está dispuesto a aplicarlo es la de "El ruido inmediato, en muchas ocasiones superficial, impide escuchar el sonido limpio y claro que nos llega de fuera". Veloz no es el mancebo pues ha tardado cuatro años en enterarse de lo que sabe cualquiera que viaje por España y escuche un poco a sus gentes, esto es, que la idea de que la agria (y generalmente estúpida) bronca madrileña sólo interesa a los madrileños, pero carece de gancho en el resto de España. Es el orgullo desmesurado de estos demagogos mediáticos, su infinita vanidad los que les hacen pensar que sus diatribas constantes tienen algún eco allende la Villa y Corte. Lleva razón el señor Quevedo, precisamente porque el PP actuó de conformidad con este espejismo de la "bronca paga", perdió las elecciones. No la tiene, sin embargo, en culpar exclusivamente a los demagogos de los medios (y que, por cierto, no se limitan a los mencionados; basta echar una ojeada a algún programita del señor Sáez de Buruaga en Telemadrid para hartarse a ver manipulación y escuchar barbaridades) porque a la derrota coadyuvaron decididamente los señores Acebes, Zaplana así como el propio Rajoy, aterrorizado de que el demagogo lo llamara "maricomplejines"... con la inestimable ayuda de los señores Alcaraz y Rouco Varela que, por cierto, andan un poco desaparecidos.

El ruido madrileño aturde a los madrileños, pero no a quienes viven en las provincias, regiones o naciones, donde tiene el efecto contrario. Verlo así, es el primer y acertado paso para ganar las elecciones de 2012. El segundo y muy decisivo, por supuesto, poner de Secretario General al señor Ruiz Gallardón quien hará muy requetebién en seguir con su querella por injurias contra el señor Jiménez. Hay que separar a la gente civilizada de los injuriadores.

Contra las corridas de toros

Contra las corridas de toros.

Este blog, se ha dicho ya varias veces, es contrario a las corridas de toros, también llamadas "fiesta nacional". La última vez que se tocó el asunto fue el pasado dos de agosto de 2007 con un post titulado Contra los toros que suscitó alguna polémica entre enemigos y partidarios de la fiesta taurina. Es claro que ésta no deja indiferente a casi nadie.

En mi caso parto del principio, nada original por lo demás, de que no me parece de recibo divertirse viendo sufrir a un ser vivo, torturándolo, disfrutando con su terrible agonía. Todo lo demás se me hace secundario: que si los toros son una tradición en España, un folklore, fuente de inspiración para las tauromaquías de genios como Goya, Picasso o Barceló, etc, etc. No tengo nada en contra de todo esto y hasta lo apoyo... siempre que sea sin maltratar a un animal, sin hacerle ni un rasguño.

Hay quien dice también, en el colmo del dislate, que las fiestas sirven para conservar los toros bravos pues, de no ser por ellas, ya habrían desaparecido ya que su cría no sería rentable. Bueno, ¿y qué? También han desaparecido los dinosaurios y no es cosa que parezca atribular a nadie.

En algún sitio tengo leído que las fiestas de toros provienen de los elegantes ejercicios de las bailarinas cretenses en tiempos de la civilización minoica. Si tal fuera el espectáculo, hasta acudiría a verlo. Pero no se trata de eso, no. Se trata de hacer sufrir a un animal, enloquecerlo de dolor; se trata de que el espectáculo sea Sangre y arena. Y, siendo así las cosas, espero que de un modo u otro, se acabe prohibiendo para siempre esta crueldad, este crimen convertido en espectáculo de masas que, a mi modo de ver, las degrada a niveles inferiores al bruto que se complacen en ver morir.

Dejo aquí esta presentación en pwp que documenta la barbarie que hay detrás de la fiestecita de las narices que los dioses confundan.


Gracias, Julio


Y, como siempre, por si hay problemas, ésta en la dirección URL a la que se puede acudir para ver la presentación en Google docs, contra las corridas de toros.

(La imagen es una reproducción de una cartel taurino de José Mongrell Torrent de las fiestas de 1904 en Bilbao.)

dijous, 3 d’abril del 2008

Matices de la idiocia moral.

Que ETA es una organización de idiotas morales lo saben aquí hasta los niños. Idiotas en todos los sentidos del término, el médico, el lingüístico y el ordinario del diccionario. Porque sólo unos idiotas, unos deficientes morales, pueden arrogarse el derecho a asesinar a quienes no coincidan con sus puntos de vista. La motivación última es aquí indiferente. Que los idiotas lo sean por amor a la patria, como estos; a la raza, como Hitler; o al dinero, como Al Capone, no resta un adarme al diagnóstico: todos ellos idiotas morales y delincuentes, por supuesto; entre otras cosas porque esas tres de la patria, la raza y el dinero suelen andar mezcladas.

Pero no son los únicos pues la idiocia moral está más extendida de lo que parece, aunque con matices. Por ejemplo, los miembros de la organización ANV o de cualquier otra de la llamada "izquierda abertzale" que no tienen inconveniente en aceptar que los idiotas morales armados asesinen a sus compañeros de corporación (y hasta es posible que sean ellos quienes hayan señalado al asesinable en cada momento) demuestra que son igual de idiotas y deficientes morales que los asesinos. Si acaso con el matiz de ser más cobardes, pues dejan que los otros asesinen por ellos, en su nombre, en pro de los mismos objetivos. Se limitan a lamentar que tales cosas puedan pasar (y que, naturalmente, no pasarían si los asesinados y asesinables pensaran y actuaran como mandan los asesinos) pero no a condenarlas porque tienen una verdadera comunión de idiotas morales

Y tampoco es este el fin del relato, pues quedan los que, además de lamentar que haya asesinatos, los condenan como personas de bien, pero no hacen nada por acabar con la productiva complicidad entre los dos tipos anteriores de idiotas morales. Son los idiotas morales del PNV; no todos los miembros de este centenario partido, pero sí algunos de sus dirigentes más destacados. Son los que suscriben el discurso ladino e hipócrita del Lehendakari según el cual no van a permitir que "ETA les dicte la agenda", les diga lo que pueden o no pueden hacer. Con ese acto de valentía se sienten autorizados a convocar un referéndum en unas condiciones de déficit democrático absoluto en el País Vasco, con la banda de asesinos amedrentando a los votantes o a no colaborar en las mociones de censura para expulsar de las instituciones democráticas a los idiotas morales que consideran admisible que ETA asesine a sus adversarios políticos.

Ahora parece que en el PNV algunos se han dado cuenta del abismo de hipocresía e idiocia moral en que han caído de la mano del señor Egibar y, tomando por las hojas la última idiotez de ETA en forma de comunicado, se proponen restablecer un poco de dignidad al trato humano ordinario, limpiando a las instituciones vascas de idiotas morales. Bravo, que lo hagan y, de paso, que miren en su propia casa, en donde tienen algunos.

(Las imágenes son reproducciones del libro de grabados de Iacopo Callot, titulado Varie figure gobbi, impreso en Florencia, en 1616 y que se encuentran en Ciudad de la pintura).