dimecres, 20 de febrer del 2008

Fidel se va, pero no se va.

Un día después de que servidor publicase una crítica del libro de mi buen amigo Iñaki Errazkin, En eso se fue Fidel, Castro renuncia al poder absoluto, total, incuestionable que ha ostentado desde 1959 y pone en marcha la solución a la discrepancia que mantenemos Iñaki y yo (y, con nosotros, medio mundo) acerca de si el socialismo sobrevivirá a la desaparición del Comandante en Jefe, vulgo hombre fuerte o dictador. Cuestión que no podremos dilucidar, sin embargo, porque, al quedarse Fidel en vigilante segundo plano, vicia las condiciones de una hipotética transición.

Los dictadores suelen querer que su obra los sobreviva. Franco, por ejemplo, hizo una especie de ensayo general de muerte en el verano de 1974, un año antes de fallecer de verdad: se puso muy malo, hubo que ingresarlo en la UVI y se hizo un traspaso formal de poderes al entonces Príncipe de España, don Juan Carlos. Desde la UVI el tirano vigilaba lo que hacía su sucesor y, cuando vio que se portaba "bien", decidió mejorar, salió de la UVI, recuperó el mando y duró un añito más. Algo así ha venido pasando con la larguísima enfermedad de Castro. Cuando éste se ha rendido a la evidencia de que no podrá volver a la jefatura y de que su hermano Raúl obedece órdenes como un doctrino, ha decidido poner fin a esta peregrina (por no decir ridícula) situación de que un país entero de once millones de almas esté en una especie de suspensión política hasta ver si el Jefe sana o sucumbe... durante casi dos años. Si tomamos como fecha de la independencia real de Cuba no 1898 sino 1908, con la salida del Gobernador yankee Charles Edward Magoon (que estaba allí en virtud de la infausta enmienda Platt) y el ascenso del presidente José Miguel Gómez, veremos que Fidel ha gobernado la isla durante la mitad de su historia.

Muchos en la izquierda tenemos el alma dividida respecto a Cuba. Por un lado valoramos las conquistas sociales de la Revolución (básicamente sanidad y educación; en la isla no hay analfabetos) y somos sensibles al argumento que emplea Errazkin de que los términos de comparación con Cuba no deben ser los EEUU u otros países desarrollados, sino Haiti, Santo Domingo, Nicaragua, etc. Pero, por otro lado, no podemos tragar la falta de libertades democráticas. Somos mayores, hemos visto mucho y las milongas de la "verdadera democracia" del partido único y el Jefe indiscutible del Estado y todos los resortes, legitimado por mayorías del cien por cien en elecciones no competitivas, con sindicato también único, sin libertades públicas ya no se lo traga nadie ni puede nadie justificarlo de buena fe. Cuba es una dictadura; quizá ilustrada, pero una dictadura. Y, como todas las dictaduras, se embellece a sí misma, con ayuda de sus apologetas, tratando de hacerse pasar por una democracia "verdadera", "popular", "orgánica", "revolucionaria" "corporativa", "de clase", etc, etc, cualquier cosa para ocultar la tiranía..

Lo ideal sería que la democracia fuera compatible con los altos niveles de prestaciones sociales; pero eso no es seguro, entre otras cosas porque, además de la democracia política, a la isla debe volver el mercado, que haga posible el funcionamiento de la economía y ponga fin al disparate de la planificación centralizada que sólo puede garantizar el desabastecimiento, la escasez, el mercado negro y, por supuesto, la corrupción.

Cuando Castro muera, cosa que deseo tarde lo más posible, podremos ver si en verdad puede mantenerse el socialismo sin él. Lo que ya está visto sin grandes dudas es que, con él o sin él, a falta de democracia el socialismo será siempre una enorme mentira, como lo era en la Unión Soviética, en las llamadas democracias populares, en la República Popular China y en ese adefesio que le ha seguido. Nada, ni el aumento del bienestar, puede justificar la supresión de las libertades públicas y los derechos civiles.

(En la foto, impresionante, están el Che Guevara, Castro y Camilo Cienfuegos, dos mitos muertos y uno vivo. Es de pietroizzo y está bajo una licencia de Creative commons.)

Primarias en EEUU, al límite.

A falta de los resultados de Hawaii, que llegarán hoy a mediodía, la jornada de ayer transcurrió como estaba prevista. McCain ganó rotundamente en Wisconsin (55% del voto) frente al cura Huckabee (37%) y se impuso con claridad en las primarias parciales de Washington (49% contra 21%; el resto para Paul y los retirados Romney y Giuliani) con lo que, gracias al sistema mayoritario, sus delegados alcanzan ya la horquilla 808/942, a un paso de los 1191 necearios para ganar. Huckabee, con 198/245 delegados, va a necesitar una docena de milagros, en los que tanto cree, si quiere conseguir algo. Por ese lado el interés de la carrera prácticamente está agotado. McCain es el virtual candidato republicano a la Casa Blanca. Si Huckabee sigue en la carrera es porque, como dijo en cierta ocasión, "no tiene nada mejor que hacer". Para el resto del planeta, un alivio porque, si bien los dos -McCain y Huckabee- piensan seguir aplicando la política del garrote, al menos McCain no pide que, además de ser apaleados, recemos y en concreto a su dios. Es un republicano "moderado"-

En el lado demócrata sigue el suspense, cada vez más inclinado el asunto del lado de Obama. El mulato ha ganado en Wisconsin (novena victoria en Estados desde el "supermartes") por 58% contra 41% de la señora Clinton y se espera que lo haga más rotundamente en Hawaii. En delegados están ambos empatados: 1081/1245 la señora Clinton y 1078/1319 el señor Obama. Si el próximo 4 de marzo Mr. Obama vuelve a vencer en Texas y Ohio, la ex-primera dama quizá deba ir pensando en abandonar la partida. Y cada vez cobra más fuerza la idea de que los EEUU puedan tener un presidente de color. Un choque muy grato para quienes vivimos los años 60 del siglo XX, con la lucha por los derechos civiles de los negros.

Y no será el único. Otro, decisivo, será -está siendo- la fuerza de internet a lo largo del proceso. Por ejemplo, en el asunto de los casi ochocientos "superdelegados" del Partido Demócrata, esto es, los delegados no comprometidos con un candidato, tradicional terreno de politiqueo de los funcionatas del partido. Ahora están sometidos a vigilancia cercana por los internautas a través de un portal de Transparencia de los superdelegados, esto es, un agregador de blogs que siguen de cerca la campaña, cuentan los delegados demócratas distrito por distrito, los identifican en sus menores detalles y tendencias, determinan si están comprometidos o no y, si no lo están, por quién es probable que voten o por quién se les puede presionar para que voten. Se trata de un ejemplo de la democracia de base (Grassroots democracy) que para nosotros la quisiéramos los europeos: una vigilancia sobre los representantes ejercida desde todos los rincones. Es decir, internet está haciendo posible la confluencia de un control planetario de un proceso político a base de agregar las acciones ejercidas prácticamente desde el domicilio de los votantes, con tal de que sean internautas. Es un tiempo nuevo.

dimarts, 19 de febrer del 2008

EEUU: sigue la pugna demócrata.

Hoy, martes, hay varios acontecimientos interesantes de este prolijo y complicado proceso que es la selección de sendos candidatos a la presidencia de los EEUU. En Hawaii (29 delegados) y Wisconsin (90 delegados) hay primarias demócratas. También hay primarias republicanas en Wisconsin (40 delegados), pero no en Hawaii, en donde los republicanos eligen en caucus el 17 de mayo; en cambio celebran un caucus en Washington, en el que se asignarán 19 de los cuarenta delegados; otros 18 fueron asignados en un caucus el nueve de febrero que, por cierto, ganó McCain, aunque a una mísera distancia de dos puntos del cura Huckabee. No está seguro quién saldrá en Washington. De todas formas, la nominación de McCain parece ya un hecho. Tiene unos 808 u 843 delegados (según el método de contar que se siga) y seguramente dispondrá de los 139/280 de Mitt Romney, es decir, ya pasa de los 1091 necesarios para la nominación. Huckabee no tiene más que 198 o 242 delegados. Para mayor seguridad, George Bush padre ha respaldado la candidatura de McCain. Después del respaldo de George W. Bush hijo, ya sólo le queda el del Espíritu Santo. Y no es seguro que con tales ayudas pueda alguien hoy ganar elecciones en los EEUU, en donde la popularidad del presidente no pasa del 33%, la más baja desde que hay recuentos. McCain puede estar ya busheado.

Por cierto, mi hija Inés me ha envíado este divertido vídeo de campaña contra McCain; lleva diez días en Youtube y cuenta con 1.200.000 visitas. Tiene gracia y mete verdadero miedo. Mírenlo si quieren escuchar a McCain diciendo que no le parece que haya que preocuparse si los Estados Unidos se quedan en Irak durante los próximos diez años o cien años o diez mil años. Es muy bueno.

Los demócratas lo tienen, como siempre, más movido.Parece claro que el señor Obama ganará en Hawai porque, además, residió un tiempo en el archipiélago y eso, entre los estadounidenses cuenta mucho, aunque sean hawaianos. Será cosa de costumbres, de las que tanto sabe el señor Rajoy.

Wisconsin podría quizá deparar alguna sorpresa, aunque no sea más que por hacer honor a su fama de Estado que vota siempre a contracorriente. Eso debe de venirle del hecho de ser el Estado que inventó las primarias a primeros del siglo XX, que luego se extendieron por doquier. En todo caso, Mr. Obama va ganando en las encuestas y la señora Clinton decía hace tiempo que daba Wisconsin por perdido y que se concentraba en Texas y Ohio en marzo. Pero ha estado haciendo campaña en el estado; al igual que su contrincante.

Mr. Obama parece avanzar mucho también entre los llamados "superdelegados", los delegados no comprometidos con ningún candidato. En concreto parece que los delegados no comprometidos negros, los miembros del Caucus Negro del Congreso, están empezando a cambiar su apoyo de Mrs. Clinton a Mr. Obama por la presión que sus electores están ejerciendo sobre ellos.

Aún no hemos visto nada.

Menos es más.

"Menos es más" es el lema de Ludwig Mies van der Rohe que trata de describir la sencillez, linealidad, carácter escueto y como ingrávido de sus obras arquitectónicas. Y de la arquitectura, el lema pasaría a convertirse en la divisa del minimalismo en arte, al que la Fundación Juan March, en colaboración con la colección Daimler, de Stuttgart, dedica una exposición muy interesante, concentrada en las artes visuales, sobre todo pintura y algo de escultura.

En realidad el minimalismo ha sido una especie de paradigma artístico de buena parte del siglo XX y que ha traspasado los límites entre las artes diferentes. Pero en todas persigue lo mismo: reducir las manifestaciones artísticas a sus elementos esenciales, cuanto más desmaterializados mejor. Así, hay un minimalismo musical caracterizado por la repetición y la ausencia de variación, para llegar a formas monotonales mantenidas, zumbidos, tonos repetidos, acordes reiterados etc, lo que produce un efecto como hipnótico. Es una música que se acerca al silencio, haciendo realidad uno de los alementos de la concepción minimalista en cuanto "arte del silencio". Igual que hay un minimalismo literario, basado en los mismos principios de economía de medios, concisión narrativa, inexistencia de decoraciones y añadidos. Minimalista es Samuel Beckett y minimalista es el famoso cuento del dinosaurio de Augusto Monterroso.

Y probablemente pueda considerarse que Azorín fue un adelantado a su tiempo y claro precursor del "minimalismo", por cuanto trataba de decir lo más con menos palabras. Al minimalismo literario consecuente prácticamente le sobra todo lo que siempre se ha considerado literatura y no sólo lo ornamental más o menos superfluo, sino hasta las figuras de creación.

La exposición se abre con una ojeada a las precursores del minimalismo y en concreto, la obra del poco conocido Adolf Hölzel, antecedente directo del abstracto, como se puede ver en la composición de la derecha que no se encuentra en la exposición. Tengo muy presente la obra que se expone, pero no puedo reproducirla porque he perdido el catálogo. Desde su puesto de enseñanza en Stuttgart, Hölzel fue maestro de algunos de los que luego se integraron en la Bauhaus, como Willy Baumeister, del que se exponen aquí algunas obras. Muchos de estos artistas, arquitectos, diseñadores y pintores alemanes, los de la Bauhaus (Doesburg, Klee, Kandinsky) y de fuera de ella que se enfrentaban al abigarramiento del expresionismo, tuvieron que ir al exilio en tiempos de la dictadura nazi, cuando era política del régimen atacar las manifestaciones artísticas que ellos producían bajo la acusación de que se trataba de arte degenerado y precisamente lo hicieron en los EEUU donde en los años de 1960 surgiría con su nombre actual la escuela del minimalismo, como reacción contra el expresionismo abstracto y a la búsqueda de las formas puras, concentradas en lo verdaderamente esencial.

En lo más esencial de la forma, como puede apreciarse en esa composición de Sol LeWitt de 1972 que tampoco se encuentra en la exposición, aunque sí algunas otras, llamada Cubo incompleto abierto en una orientación que, a pesar de reaccionar contra lo superfluo de lo ornamental, precisamente por su insistencia en la linealidad y esquemático, acabó teniendo un evidente valor ornamental, de forma que hay un diseño minimalista, igual que su precedente, la Bauhaus, siendo fuerte en arquitectura (Walter Gropius era arquitecto) y, menos, en pintura, conocería gran expansión como forma de diseño.

Dejo un video de la escuela de Mark Garvey, llamado Crimson que es una muestra bastante buena del minimalismo musical y el de las artes plásticas. La llegada del vídeo ha abierto un territorio nuevo a la creación artística de todo tipo, al combinar movimiento y esas artes plásticas.

Es interesante la combinación de sonidos y figuras en movimiento y recuerdan lo que se ve en algún programa informático de tratamiento de sonido sólo que aquí hay una armonia deliberada entre las impresiones visuales y las acústicas. Un caso claro de sinestesia en movimiento que ha soslayado el problema de la correspondencia de las respectivas escalas cromática relacionando las variaciones de forma con los acordes.

dilluns, 18 de febrer del 2008

Kosovo.

Una juerga cómo se ha reaccionado en España al episodio de la declaración unilateral de independencia de Kosovo. Los europeos pillan siempre a los españoles con el paso cambiado. Porque a ver qué figura no ya del derecho internacional sino de la pura lógica es esa de que el Gobierno rechaza la tal independencia unilateral pero la acepta por mor de la concordia europea, para no ir en contra del común sentir europeo. Sorprendente actitud porque ¿por qué no va a ir en contra del común parecer europeo? ¿Está prohibido? Muchos europeos lo hacen continuamente: Francia y Holanda han dicho "no" a la Constitución europea; Noruega se lo ha dicho a la misma Unión; Dinamarca dijo que no en referéndum al Tratado de Maastricht, aunque luego la cosa pintó distinta; el Reino Unido dice que no a la Política Social de la Unión; varios Estados no quieren saber nada del euro y otros dicen que no pertenecen a Schengen, etc, etc. ¿Por qué no va a disentir el Gobierno español del coro europeo visto que, en todo caso, no hay coro? Porque de disentir se vería que nadie le hace caso. Por eso digo que nos pillan siempre con el paso cambiado.

El señor Rajoy, especialista en alancear moros muertos, dice que él se opone a la independencia de Kosovo. Claro porque no gobierna ni gobernará. Si lo hiciera, ¿en qué se notaría que se oponía a la tal independencia? ¿No reconocería al Estado kosovar? En fin...

Los periodistas, locos de alegría, preguntaban a todo el mundo si podían establecerse paralelismos entre Kosovo y el País Vasco. Mayoritariamente las respuestas eran de noooooo, que vaaaaa, naaaaada que ver. Excepto el Gobierno vasco que publicó una nota diciendo que Kosovo es el camino, el faro, la guía, esto es, el respeto al derecho de autodeterminación de los pueblos, que existe por mucho que moleste por ahí, y el derecho a decidir de los kosovares y, claro es, de los vascos, que el señor Ibarretexe se ha ido a explicar a la Universidad de Stanford, a donde también han llegado los de la España integral y le han montado un pollo.

Por cierto que Kosovo y el País Vasco no tienen nada que ver. Ni por asomo. Serbia no ha sido una entidad política única independiente durante más de cincuenta años en la Edad Moderna. Nada que ver con la indiscutida existencia de España en los últimos quinientos años, si bien es cierto que en los últimos trescientos aparece como una entidad territorialmente menguante, lo cual tampoco es asunto de gran alharaca. Que llamemos España a toda la península ibérica menos Portugal tiene el mismo sentido que tendría que se lo llamáramos a toda la península ibérica menos Cataluña, es decir, ninguno. Pero en todo caso, son quinientos años.

Las relaciones de Kosovo con Serbia son, en lo económico y social, las inversas de las del País Vasco con España (o resto de España; aunque ya se ha visto que España es siempre igual a "resto"), esto es, "colonia" subdesarrollada frente a "metrópoli" desarrollada. La pelea de albaneses y kosovares no solamente es étnica sino también religiosa, divina quebrada que no se da en la católica España, al menos abiertamente.

Prácticamente no ha habido época en la historia de Serbia en que las decisiones sobre su existencia como sujeto político no fueran asunto dirigido en buena parte desde el exterior, por el juego de las potencias vecinas: bizantinos, turcos, búlgaros, austríacos, húngaros y luego ya europeos occidentales y estadounidenses. Empezando, además, por el hecho aquí decisivo de que fuera de las fronteras de Serbia hay un Estado independiente, Albania donde reside la mayoría de los albaneses, como puede verse en el mapa de la derecha que saco de United States Institute of Peace. Se observará que en Kosovo vive un tercio de los albaneses, sin desdeñar la minoría de Macedonia y el Pico de Montenegro. En todo caso, la bandera que más se ha visto ayer es la de Albania, al comienzo del post. Como Kosovo aun tiene que decidir su bandera y su himno, cual si fuera una autonomía española, la cuestión es si puede escoger la enseña albanesa. ¿Puede haber dos Estados con la misma bandera? Supongo que no para no inducir a error o incurrir en él.


Actualización a las 12:00 del 18/02/2008.

El problema lo resolvió ayer el parlamento kosovar adoptando la nueva bandera que se ve en el vídeo que saco de Público.


Así pues nada tienen que ver el País Vasco y Kosovo. Pero es que eso es irrelevante porque aquí de lo que se trata es del ejercicio del derecho de autodeterminación. Por eso salta el Gobierno vasco invocando el respeto a ese derecho que si unos pueden ejercerlo habrá que saber por qué otros no. El sacrosanto derecho de autodeterminación. Adelanto que servidor es partidario de su reconocimiento en el caso de Kosovo, del País Vasco y de quien lo pida con razones meditadas y de modo pacífico. Pero el Gobierno vasco es especialista en retorcer las cosas y embarullarlo todo. Aplica aquí la falta de escrúpulos morales que aplica en su pretendido referéndum de otoño pues lo ha convocado en presencia de la violencia, no en su ausencia, como se había comprometido. Es un referéndum inmoral, además de ilegal.

Lo mismo le pasa con el derecho de autodeterminación de Kosovo. Eso no ha sido ejercicio de autodeterminación; eso ha sido una injerencia (es posible que inevitable, seguramente sí) de las potencias extranjeras en asuntos internos de otro país. Algo probablemente muy razonable cuando el injerido está masacrando a una minoría a su merced pero que no se aplica igual cuando el masacrador es Serbia que cuando es Rusia o China.

En todo caso, se trata de la autodeterminación, sin duda alguna. Y satisfactorio es, con todo, que se haya producido. Habrá que ver qué cara ponen los europeos occidentales en el caso, no imposible, de que Albania y Kosovo, de común acuerdo, desde luego, se fusionen y qué pasa luego con los albaneses de Macedonia. Aquí se han enfrentado dos principios: el llamado derecho de autodeterminación y el principio de integridad territorial de los Estados, firmemente defendido por Rusia, que teme también una mayor fragmentación de sus dominios y anuncia problemas políticos entre otras partes en España, vaya por Dios.

Uno puede estar a favor de la autodeterminación ajena (y, por supuesto, propia) por principio, pero eso no es, no puede ser, el fundamento de la acción de los Estados que carecen de principios pues carecer de ellos es invocarlos e invocar a sus contrarios al mismo tiempo. Por ejemplo, el Reino Unido ha vinculado el destino de Gibraltar al derecho a la autodeterminación de los gibraltareños, principio que todos, llanitos y británicos, han metido en la Constitución de la Roca, aprobada en referéndum en noviembre de 2006. ¡Loable acción de la Gran Bretaña, adalid de la democracia, en defensa del muy humano derecho de autodeterminación de los pueblos!

Lo que tienen lo británicos es un morro que se lo pisan. El 1º de julio de 1997, el Gobernador británico de Hong Kong, Chris Patten, transfirió la soberanía de la colonia a la República Popular China sin preguntar nada a sus habitantes, mayoritariamente opuestos a la retrocesión. Al fin y al cabo, el Imperio chino Qing había cedido Hong Kong a perpetuidad a Gran Bretaña por el tratado de Nankín, de 1842, que puso fin a la primera guerra del opio. También España había cedido Gibraltar a perpetuidad a Gran Bretaña por el Tratado de Utrecht, que ponía fin a la Guerra de Sucesión. ¿Por qué los llanitos pueden autedeterminarse y los de Hong Kong no? Porque China puede impedirlo y España no. Si España pudiera, ¿qué haría? Yo respetaría el derecho de autodeterminación pero creo que mis compatriotas no.

Así que, como se ve, el derecho de autodeterminación tiene una pinta muy distinta según quien lo exija y a quién se le exija. Por esa razón Kosovo no tiene nada que ver con el País Vasco y, al mismo tiempo, tiene todo que ver.

Cuba: reinar después de morir.

De Cuba siempre se hablará como de un "caso". Para bien o para mal, pero un "caso". Un "caso" hecho de arriba a abajo por un hombre, Fidel Castro, comandante de la guerrilla, creador de la Cuba socialista, primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, jefe de las heroicas Fuerzas Armadas Revolucionarias, presidente del Consejo de Estado y del Gobierno de la República de Cuba, impulsor principal de dos Programas Nacionales e Internacionales de Salud Pública y de Educación e impulsor principal del Programa Nacional de la Revolución Energética en Cuba.

Uno de los debates de mayor prosapia dentro del marxismo fue siempre el de la función del individuo en la historia. Si Plejanov y otros ilustres filósofos hubieran contemplado la Cuba castrista, se hubieran ahorrado un montón de libros. Por eso muchos dicen que no hay "Cuba castrista", sino "Cuba socialista" y que ese ser socialista pervivirá a la desaparición del compañero Fidel. Así lo piensa también mi buen amigo Iñaki Errazkin (p. 18).

Eso es dudoso a la vista de las experiencias en otras partes en que los regímenes obra de hombres fuertes no perviven a la muerte del creador, salvo que cuenten con un heredero, como en el caso de Corea. Un hermano no es propiamente hablando un heredero, del que Fidel carece. De todas formas no podemos saberlo porque el Comandante que delegó "provisionalmente" ese rosario de cargos en distintas personas (básicamente su hermano Raúl) va ya para dos años, no se muere, pero tampoco le dan el alta, con lo que, de vez en cuando va el señor Chávez a hacerse una foto con él para que el mundo sepa que sigue vivo y que no se trata de una caso de reinar después de morir, como doña Inés de Castro.

No me parece que el sistema sobreviva a su fundador, aunque puede pasar. La condición insular de Cuba, que la ha protegido contra un destino similar a los demás países comunistas, también puede impedir, al menos por un tiempo, una transición del sistema autoritario a la democracia, la desaparición del partido único y las otras formas de la dictadura.

Porque el fracaso se puede atribuir al estúpido bloqueo estadounidense o al desmerengamiento (la expresión es de Fidel, vía Errazkin, y me parece muy buena) de la Unión Soviética o a los hados del averno, pero sería un milagro que en Cuba funcionara un sistema que no ha funcionado en ningún otro punto del planeta. Es la socialización de los medios de producción y la abolición del mercado lo que no funciona, como se ha visto hasta la saciedad; ni funcionará. Alguien puede decir (imagino que el autor del libro por ejemplo) que es que es precisa la emergencia de un "hombre nuevo". En ese "hombre nuevo", del que también hablaba el Che Guevara creo tanto como en el "superhombre" de Nietzsche.

Sin ignorar nada de lo anterior, Iñaki ha escrito un libro en cerrada defensa de la revolución cubana como cuestión de principìo y digo como cuestión de principio porque como poco más cabe defenderla. De hecho, como Errazkin es noble y directo según él suele decir, a fuer de vasco y de comunista, el libro, por lo demás muy breve, se convierte en una requisitoria contra el sistema que no le deja hueso sano. Señala, apunta, acusa Iñaki los cortes de luz y otras increíbles escaseces (p. 32), el racionamiento y las corruptelas de amplios sectores de la población (p.33), la prohibición de salir al extranjero (p. 34), la cuestionable "política de comunicación" (p.34), el monopolio ejercido por el Partido Comunista (p. 34), una lista de trece asuntos problemáticos que van desde dificultades de transporte a corrupción e ilegalidades, pasando por inestabilidad en el abastecimiento de agua (p. 35), la conversión del marxismo en una "maría" (p. 37), la picaresca (id.), el estraperlo (p. 38), la delincuencia, la prostitución, las drogas (p. 40), la pesadez y el ocultismo de la burocracia (p. 43), la corrupción generalizada (p. 51).

Luego de la enumeración se queda uno pensando: y ¿qué defiende Iñaki en Cuba? Ya lo dije: el principio, el principio de la revolución. Y lo hace de modo tan apasionado que dan ganas de aplaudirle:

"Fidel es algo nuestro y la revolución que comandó debería ser proclamada Patrimonio de la Humanidad, faro y guía de civilizaciones presentes y futuras, por los logros obtenidos y por los que, sin duda, ha de producir en el porvenir. (p. 18)

No hay duda de que el autor es muy partidario del sistema imperante en la isla. Tanto que a veces razona de forma sorprendente como si, poseído por la razón revolucionaria, fuera contra las razones conservadoras de las cosas. Por ejemplo, pone como ejemplo la creación de esa unidad contable imaginaria llamada CUC que, por decisión del gobierno, es paritaria con el dólar, procedimiento que no es otra cosa que exprimir más a la población a la que se paga en una moneda débil pero se le cobran los productos en moneda fuerte (p. 27). O esa curiosa conclusión, apoyada en Iñaki Gil de San Vicente, de considerar que el recurso al trueque es un adelanto respecto a los intercambios monetarios, una especie de conquista de la revolución, siendo así que es un fracaso como un castillo, obligado cuando se negocia con monedas no convertibles y no se tienen divisas.

Así que en mi humilde opinión, Errazkin ha escrito una crítica demoledora del sistema cubano del que, sin embargo, aplaude efusivamente el sistema sanitario, el educativo, la firme voluntad internacionalista, cooperadora y solidaria y la decisión con que Fidel, cuando gozaba de salud, abordaba directamente los más fastidiosos problemas, dando la impresión de que considera que el hecho de que Fidel los aborde equivale a verlos resueltos. En definitiva, es un libro encomiástico a favor no de la Cuba que es, sino de la que Iñaki ve y la que quiere que sea con todo su corazón. Leyendo su libro me acordaba de algo que le oí en cierta ocasión al polaco Adam Michnik que decía que los intelectuales occidentales son siempre partidarios del comunismo... en el país del vecino.

El resto lo constituyen tres apartados de muy distinto interés. Uno dedicado a las noticias sobre Cuba que Falsimedia no ha publicado; otro un ramillete de trabajos de terceros sobre la isla a cual más entusiasta; y el último, una serie de artículos del propio Fidel que Errazkin titula "el blog de Fidel".

Ya se supone que ese término de Falsimedia designa a todos los medios y toda la prensa del mundo que no apoye a Fidel, todos falsarios. La verdad es que hay mucho que hablar sobre esto. Habitualmente tan radical descalificación procede de cuarteles que tienen una idea militante de la información. Lo curioso es que quienes creen que la información verídica es compatible con la militancia, el partidismo, la parcialidad, la ideología y, en definitiva, el interés (siempre que sean los suyos) nieguen luego profesionalidad a los demás que, en el peor de los casos, hacen como ellos.

Por último, el blog de Fidel está muy bien. Desde su forzoso retiro, en una especie de limbo, entre la vida y la muerte, el Comandante expone sus reflexiones y, con esa pasión fáustica que lo caracteriza, trata de influir en el acontecer político de los pueblos, como cuando hizo historia, dentro de poco hará cincuenta años, entrando en La Habana un 1º de enero de 1959, dispuesto a cambiar el mundo. Lo que sucede es que este Fidel ya no es aquel y el mundo de hoy no es el de entonces. Y tampoco Cuba es hoy lo que fue ayer.

diumenge, 17 de febrer del 2008

Los de la T4.

Ya están en el talego los dos últimos componentes del comando que presuntamente perpetró la canallada de la T4 el 30 de diciembre de 2006 en la que murieron dos inmigrantes escuatorianos. Con ella se rompía de hecho la tregua que la propia banda había decretado en marzo de 2006. De hecho. De derecho la rompió ETA mediante una declaración en junio de 2007. Esta diferencia de meses invita a una reflexión acerca de cómo ve el mundo la gente que pertenece a una organización terrorista. Porque poner una bomba potente que destroza una terminal completa y mata a dos ciudadanos no es cosa que pueda hacer cualquiera. Se requieren ciertos conocimientos. Lo que asombra es cómo esos conocimientos no llevan a quienes los poseen a darse cuenta de que recurrir a la violencia, el secuestro, y el asesinato no es admisible y menos como medio de mantener en pie una tregua. Sin duda la ruptura de una tregua es cosa que debe avisarse pero resulta bárbaro y asnal entender que un bombazo constituye un modo de avisar como otro cualquiera.

La detención de los dos últimos elementos plantea interrogantes sobre este sorprendente asunto del mantenimiento de una actividad terrorista contra viento y marea, aun sabiendo que el único destino cierto para quienes ponen bombas, secuestran, extorsionan, asesinan es la cárcel. Todo etarra sabe -o debiera saber- que tarde o temprano comparecerá ante un tribunal de justicia que lo condenará a decenas de años de prisión, en donde se pasará media vida. ¿Por qué seguir en la brecha en tal caso? Porque probablemente la patología que afecta a todos los etarras, los de dentro y los de fuera, es una forma del síndrome de omnipotencia infantil. Saben que por hacer lo que hacen le caen a uno quinientos o seiscientos años, pero piensan que eso no les pasará a ellos.

Es curioso comprobar cómo el mismo gobierno que intentó negociar la paz con los terroristas, lleva adelante una actividad represiva de etarras tan contundente que la banda no ha podido causar más daños que algunos materiales y los habituales al sentido común y la decencia humana que perpetran cada vez que hablan ya sea en forma de entrevista o de declaración. Es decir ahora sí que es cierto que ETA está más débil que nunca.

Este escenario de debilidad bélica etarra coincide con una situación en que el partido que gestiona los asuntos de ETA en lo civil, Batasuna, está prohibido y sus dirigentes, todos enchironados; con un momento en que los partidos políticos que se ha ido sacando de la manga Batasuna están a su vez suspendidos o impedidos de presentarse a las elecciones y en que la llamada "izquierda abertzale" no conoce respiro en la persecución de todas aquellas voces que inciten a la ilegalidad. Y no pasa nada. Ni en el País Vasco ni en la Paflagonia. Esa Izquierda abertzale convocó a una huelga general en el País Vasco, no en Euskal Herria, ente político-desiderativo en donde gusta realizar actividades, que no siguió ni Dios en Euzkadi porque hasta Dios está harto de estos gamberros. Ante tanto dejamiento, la izquierda gamberra decidió quemar un par de contenedores y algún autobús que se le cruzó en el camino para hacerse notar. Está claro que no tiene nada mejor (o peor, según se mire) que hacer.

Uno pensaría en que es el momento de mostrar algo de inteligencia, aprovechando las circunstancias para salir con uno de esos interesantes comunicados en Gara pero esta vez anunciando el fin del negocio terrorista. Podía hacerlo antes de las elecciones del 9 de marzo con un mensaje que dijera: salga quien salga elegido, ETA negociará la deposición definitiva de las armas.

¡Ah, pero no puede ser! No puede ser porque el señor Ibarretxe ha puesto en marcha una "solución" ilegal e inmoral al sedicente conflicto y necesita la cobertura de las pistolas para meter a la gente suficiente miedo en el cuerpo y que vaya a votar que sí. He aquí la última funcionalidad del espectro de ETA: mantener vivo el canguelo del personal mientras se celebra un atropello disfrazado de consulta para saber qué quiere esta sociedad, amedrentada por los asesinos de las pistolas y los pandilleros incendiarios.

Pesada como la vida misma.

El Goya a la mejor peli de este año recayó sobre La soledad, de Jaime Rosales. Competía con El orfanato y Las trece rosas, dos pelis que ya he visto y comentado en este blog. De inmediato se organizó cierta controversia, dado que las dos últimas son muy taquilleras mientras que la premiada apenas había levantado interés. Se volvieron a oír los famosos argumentos de que lo que se vende es malo y lo bueno no tiene salida en un mercado dominado por la masificación y el mal gusto. Para poner en guardia a cualquiera. No obstante, me armé de valor y fui a verla.

No estoy muy seguro de entender las razones que justifican que se haya concedido el principal premio de la cinematografía española a esta cinta. Supongo que el jurado o quien tomara la decisión, valoró su extraordinario realismo que, en acción y diálogos, es un verdadero espejo de la vida de la gente. Y también tomaría en cuenta determinadas audacias formales, que convierten a la peli en un film experimental, como la partición de la pantalla, la cámara fija durante largos periodos mientras la escasa acción se realiza fuera de campo. La decisión recaería en el momento en que ambos aspectos se unen: una peli experimental que narra una historia cotidiana, de gente normal, sin importancia, sin interés, en definitiva, sin historia.

Parece que el director haya decidido reproducir fielmente la realidad ordinaria de gente anónima, en cuya tarea ha introducido tres crisis profundas (una operación de cáncer, un atentado terrorista con resultado de muerte y un ataque al corazón) pues, de otro modo, la peli a duras penas podría pasar de los cinco minutos y dura casi dos horas.

Comprendo que las bandas sonoras de las películas son verdaderos abusos, dado que la vida real no lleva partitura de acompañamiento y que se trata de una mera convención narrativa. Pero casi dos horas sin música alguna, acompañado solamente de los ruidos de la calle se hace pesado. Y no ayuda a aligerar la cosa lo rebuscado de los planos y los encuadres. Como si en todo momento el director estuviera pensando en foto fija, con una cámara que suele quedarse fuera de los recintos, incluso fuera de los edificios, como si se estuviera haciendo pintura más que cine

En cuanto a la historia es difícil hablar porque no existe. A los personajes les pasan cosas como podrían no pasarles y reaccionan de una u otra manera. No es difícil identicarse con varios de ellos, las tres hermanas, por ejemplo, la propia protagonista, que trabaja de azafata de congresos; pero es solo por el exterior por que del interior sabemos poco; no sabemos en qué trabajan las hermanas y los caracteres están estereotipados.

La extraordinaria lentitud de la narración, que parece regodearse en los encuadres más formales llega a momentos de verdadero hartazgo. Ni un Goya ni diez Goyas podrán convencer a la gente de que vaya a ver esta peli.

dissabte, 16 de febrer del 2008

No me creo el empate.

Doctores tiene la Iglesia y si el CIS dice que hay una diferencia de 1,5 puntos entre el PSOE y el PP en intención de voto de los españoles y que esa diferencia se puede traducir en que obtengan igual cantidad de diputados, será verdad. Pero yo no me la creo. No estoy diciendo con ello que el CIS mienta. A diferencia del PP tengo un gran respeto por nuestros organismos de investigación, estadísticos y de otro tipo. Creo que el CIS es un centro magnífico, como creo que el Instituto Nacional de Estadística es también un instituto ejemplar y que no hay derecho a poner en duda su profesionalidad cuando los datos que proporcionan no son del gusto de uno, que es lo que hace sistemáticamente la derecha española, esto es, tratar de destruir las instituciones democráticas, atentando contra su prestigio y dignidad.

Entonces, ¿por qué no creo que haya una diferencia de 1,5 puntos entre el PSOE y el PP? Porque pienso que el CIS no miente pero los encuestados, la gente, sí y que ocultan su intención de voto por varias razones. Una de ellas, me parece, es la desconfianza típica de la cultura política española de no revelar datos personales por lo que pueda pasar. Otra, concomitante, una manifestación típica de la famosa espiral del silencio en versión hispana. La oposición del PP es tan bronca, tan agresiva y atemorizadora que inspira miedo. La gente piensa: "estos son capaces de cualquier cosa". Y, efectivamente, así es, con lo que muchos ocultan su voto o, simplemente, mienten por precaución.

Para verlo con claridad basta con ir a la página del CIS en que se publica la encuesta preelectoral de elecciones generales y al Parlamento de Andalucía y en ella se verá que todos los datos son consistentes para anunciar una victoria holgada del PSOE y una derrota considerable del PP, todos excepto el de la intención de voto directo. Veamos algunos:

Gestión del Gobierno y gestión de la oposición: el 28,8% cree que la gestión del Gobierno ha sido buena o muy buena, el 42,6% regular y el 26,9% mala o muy mala mientras que en el caso de la gestión de la oposición por el PP los datos son: 11,9% buena o muy buena, esto es, 16,9 puntos de diferencia, regular el 34,4%, 8,2 puntos de diferencia y el 36,2% sostiene que es mala o muy mala, una diferencia de 6,6 puntos porcentuales, a favor del PSOE.

Comparativa. Preguntada la gente sobre si cree que el PP haría las cosas mejor, igual o peor que el PSOE en trece asuntos específicos como la inmigración, la política territorial, la vivienda, etc, todos los puntos son negativos para el PP en un abanico que va desde 2,3 puntos en gestión de la economía hasta 22,7 en política social.

Popularidad. El señor Rodríguez Zapatero tiene un índice de popularidad de 5,36 y el señor Rajoy de 3,95 ambos sobre diez, lo que quiere decir que la diferencia de 1,41 puntos es mucho y tiene consecuencias muy graves en un tiempo que se caracteriza por un alto nivel de personalización y ello sin olvidar que en la comparativa por temas, también hay una consistente superioridad del PSOE. Obsérvese por lo demás que el señor Rodríguez Zapatero inspira mucha o bastante confianza a un 40,1% de los encuestados, mientras que el señor Rajoy sólo se la inspira al 21,4%, esto es, 18,7 puntos por debajo del Presidente. Éste le ofrece poca o ninguna confianza al 56,4% de los encuestados mientras que en Rajoy confia poco o nada el 74,5%, de nuevo una diferencia de 17,1 puntos a favor del señor Rodríguez Zapatero.

Pronóstico. El 52,4 % cree que el PSOE ganará las elecciones y sólo el 15,3% cree que las ganará el PP. Este pronóstico se modera un poco cuando se pregunta a la gente qué partido le gustaría que ganara pues sólo el 40% dice que le gustaría que ganara el PSOE y el 25,3% que ganara el PP.

Todos estos datos son congruentes entre sí y preanuncian una victoria clara del PSOE. La cosa se contrae algo cuando se pregunta a la gente a qué partido votará y por cuál siente mayor simpatía. Agregando intención y simpatía las cantidades son: 37,1% para el PSOE y 24,5 para el PP, esto es, una diferencia de 13,6 a favor del PSOE. Por último, como se sabe, la estimación final que hace el CIS es del 40,2% para el PSOE y 38,7% para el PP, la famosa diferencia de 1,5 puntos.

Esa estimación, sin duda, es correcta, a la vista de los datos mudos y ciegos, pero no encaja con lo que uno ve intuitivamente en los otros resultados. Y no encaja porque nos lleva a la conclusión sin sentido de que la gente votará más por el líder al que valora menos y menos por el que valora más; que votará al partido que cree que hará peor las cosas y no lo hará por el que cree que las hará mejor.

Es lógico que el CIS haga esa estimación; lógico y riguroso. Por mi parte, como no soy el CIS y puedo dejarme llevar por la intuición, auguro al PSOE un resultado en torno al 45/46% del voto y al PP uno en torno al 33/35%, y si el PSOE no se alza con la mayoría absoluta poco ha de faltarle. Es una mera suposición: el voto al PSOE está oculto; pero está, dado que el porcentaje de quienes dicen que irán a votar seguro y quienes lo harán probablemente es del 79,9%, del cual el 68,9% tiene el voto ya decidido.

Pero que la gente lo tenga decidido no quiere decir que se lo diga al encuestador. Por lo demás, tácticamente hablando, está bien que los resultados parezcan tan apretados porque así se movilizará más el electorado de izquierda, que es el más proclive a la abstención. A las relativas pruebas me remito: en 1982 el PSOE obtuvo mayoría absoluta con la abstención más baja de la historia de la democracia (el 20,03%); en 2000 fue el PP el que obtuvo esa mayoría absoluta con la abstención más alta (31,29).

Los rostros antiguos.

El museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación de la Caja de Ahorros de Madrid presentan una interesante exposición sobre Modigliani o, mejor dicho, sobre el contexto de Modigliani ya que en ella se hace especial hincapié en poner de manifiesto las influencias que se fueron acumulando sobre este artista italiano, judío sefardí que falleció prematuramente en París, luego de una tumultuosa vida. La exposición cuenta con suficiente obra del autor, suficiente y variada pues junto a los óleos, hay varias muestras de esculturas suyas en piedra y algunos dibujos y, aunque encuentre fastidiosa esta costumbre que tienen las dos instituciones de partir el material, obligando a los visitantes a trotar por el centro de Madrid desde Recoletos a la Plaza de Celenque si quieren verlo, merece la pena.

La mezcla resulta extraordinariamente explicativa. Sobre todo en el caso de las piezas en piedra. Modigliani se consideraba antes que nada escultor y a la escultura dedicó cinco años enteros de su época más creativa y cuando hubo de abandonarla por razones de salud, nunca lo hizo del todo. Con independencia de otros factores que han actuado en la obra del artista, en la medida en que éste alcanza un estilo propio, inconfundible y absolutamente personal es porque hace una pintura "escultórica"; esto es, antes era un escultor que esculpía; ahora, un escultor que pinta. De ahí que sus desnudos tengan tanto volumen y un aspecto macizo. Se concentró en el retrato (en buena medida lo que le daba de comer) y pintaba con ojos de escultor.

La influencia más duradera en la obra de Modigliani es el estilo del arte africano de la representación de figuras y sobre todo de las máscaras, que empezaron a llegar a Europa desde el último tércio del siglo XIX, cuando se consolidaron los grandes imperios coloniales francés, belga e inglés en el continente negro. Son las figuras que el artista pasa a la piedra y luego aplica a las que pinta al óleo, consiguiendo efectos sorprendentes, como de "desindividuación" de sus retratados, de configuración como imágenes misteriosas, llenas de secretos, lo que les da mucha fuerza. Viendo algunos de sus desnudos uno entiende que, en la única exposición sobre su sola persona que se celebró en París en 1917 en vida del autor, el jefe de la policía parisiense mandara cerrarla a las horas de abrirse. Hoy estos desnudos parecen inocentes y hasta un poco fríos por su aspecto escultórico pero en 1917, en plena Guerra Mundial seguramente resultaban escandalosos.

La obra de Modigliani muestra influencias renacentistas claras. En muchos de los retratos se viene a la memoria El Parmigianino y en los desnudos se encuentra la sencillez y sensualidad del Giorgione y Tiziano. No siendo eso, Modigliani estudió y siguió de cerca la pintura de Cézanne y Toulouse-Lautrec, que dejaron huella en su obra estando ésta abierta a los influjos de sus amigos, como Chaïm Soutine, Utrillo, Gris, Picasso, etc. a algunos de los cuales retrató y hasta más de una vez.

En las series de retratos puede verse una búsqueda incesante de un estilo propio, de recursos expresivos, pero también de una visión interior que trataba de extraer de cada figura un significado especial o puede que, antes bien, se tratara de un intento de imponer ese significado consiguiendo así unas composiciones simbólicas y complejas de una gran fuerza y belleza y siendo al mismo tiempo indiscutiblemente su estilo. Está bastante claro en el impresionante retrato de Jeanne Hébuterne de la izquierda, cuya figura inverosímil, serpenteante, parece brotar del cuadro, compuesto deliberadamente en dos dimensiones.

Es imposible saber en qué hubiera acabado aquella vivencia palpitante, aquella búsqueda e introspección permanentes que fue la vida de Modigliani, el Modi de Montparnasse, cuyo apócope suena como "maldito" en francés. Como maldito se consideraba a sí mismo aquel hijo de judíos italianos que había crecido en una juventud empapada de Nietzsche y formado escuela en torno a Los cantos de Maldoror, que sería después el libro de cabecera de los surrealistas. Pero algo es claro: en el poco tiempo que le fue dado vivir, dejó una obra personalísima, única, inclasificable, concentrada obsesivamente en los dos motivos de los retratos y los desnudos que lo hacen brillar a la altura de los mejores.