A falta de los resultados de Hawaii, que llegarán hoy a mediodía, la jornada de ayer transcurrió como estaba prevista. McCain ganó rotundamente en Wisconsin (55% del voto) frente al cura Huckabee (37%) y se impuso con claridad en las primarias parciales de Washington (49% contra 21%; el resto para Paul y los retirados Romney y Giuliani) con lo que, gracias al sistema mayoritario, sus delegados alcanzan ya la horquilla 808/942, a un paso de los 1191 necearios para ganar. Huckabee, con 198/245 delegados, va a necesitar una docena de milagros, en los que tanto cree, si quiere conseguir algo. Por ese lado el interés de la carrera prácticamente está agotado. McCain es el virtual candidato republicano a la Casa Blanca. Si Huckabee sigue en la carrera es porque, como dijo en cierta ocasión, "no tiene nada mejor que hacer". Para el resto del planeta, un alivio porque, si bien los dos -McCain y Huckabee- piensan seguir aplicando la política del garrote, al menos McCain no pide que, además de ser apaleados, recemos y en concreto a su dios. Es un republicano "moderado"-
En el lado demócrata sigue el suspense, cada vez más inclinado el asunto del lado de Obama. El mulato ha ganado en Wisconsin (novena victoria en Estados desde el "supermartes") por 58% contra 41% de la señora Clinton y se espera que lo haga más rotundamente en Hawaii. En delegados están ambos empatados: 1081/1245 la señora Clinton y 1078/1319 el señor Obama. Si el próximo 4 de marzo Mr. Obama vuelve a vencer en Texas y Ohio, la ex-primera dama quizá deba ir pensando en abandonar la partida. Y cada vez cobra más fuerza la idea de que los EEUU puedan tener un presidente de color. Un choque muy grato para quienes vivimos los años 60 del siglo XX, con la lucha por los derechos civiles de los negros.
Y no será el único. Otro, decisivo, será -está siendo- la fuerza de internet a lo largo del proceso. Por ejemplo, en el asunto de los casi ochocientos "superdelegados" del Partido Demócrata, esto es, los delegados no comprometidos con un candidato, tradicional terreno de politiqueo de los funcionatas del partido. Ahora están sometidos a vigilancia cercana por los internautas a través de un portal de Transparencia de los superdelegados, esto es, un agregador de blogs que siguen de cerca la campaña, cuentan los delegados demócratas distrito por distrito, los identifican en sus menores detalles y tendencias, determinan si están comprometidos o no y, si no lo están, por quién es probable que voten o por quién se les puede presionar para que voten. Se trata de un ejemplo de la democracia de base (Grassroots democracy) que para nosotros la quisiéramos los europeos: una vigilancia sobre los representantes ejercida desde todos los rincones. Es decir, internet está haciendo posible la confluencia de un control planetario de un proceso político a base de agregar las acciones ejercidas prácticamente desde el domicilio de los votantes, con tal de que sean internautas. Es un tiempo nuevo.