"Menos es más" es el lema de Ludwig Mies van der Rohe que trata de describir la sencillez, linealidad, carácter escueto y como ingrávido de sus obras arquitectónicas. Y de la arquitectura, el lema pasaría a convertirse en la divisa del minimalismo en arte, al que la Fundación Juan March, en colaboración con la colección Daimler, de Stuttgart, dedica una exposición muy interesante, concentrada en las artes visuales, sobre todo pintura y algo de escultura.
En realidad el minimalismo ha sido una especie de paradigma artístico de buena parte del siglo XX y que ha traspasado los límites entre las artes diferentes. Pero en todas persigue lo mismo: reducir las manifestaciones artísticas a sus elementos esenciales, cuanto más desmaterializados mejor. Así, hay un minimalismo musical caracterizado por la repetición y la ausencia de variación, para llegar a formas monotonales mantenidas, zumbidos, tonos repetidos, acordes reiterados etc, lo que produce un efecto como hipnótico. Es una música que se acerca al silencio, haciendo realidad uno de los alementos de la concepción minimalista en cuanto "arte del silencio". Igual que hay un minimalismo literario, basado en los mismos principios de economía de medios, concisión narrativa, inexistencia de decoraciones y añadidos. Minimalista es Samuel Beckett y minimalista es el famoso cuento del dinosaurio de Augusto Monterroso.
Y probablemente pueda considerarse que Azorín fue un adelantado a su tiempo y claro precursor del "minimalismo", por cuanto trataba de decir lo más con menos palabras. Al minimalismo literario consecuente prácticamente le sobra todo lo que siempre se ha considerado literatura y no sólo lo ornamental más o menos superfluo, sino hasta las figuras de creación.
La exposición se abre con una ojeada a las precursores del minimalismo y en concreto, la obra del poco conocido Adolf Hölzel, antecedente directo del abstracto, como se puede ver en la composición de la derecha que no se encuentra en la exposición. Tengo muy presente la obra que se expone, pero no puedo reproducirla porque he perdido el catálogo. Desde su puesto de enseñanza en Stuttgart, Hölzel fue maestro de algunos de los que luego se integraron en la Bauhaus, como Willy Baumeister, del que se exponen aquí algunas obras. Muchos de estos artistas, arquitectos, diseñadores y pintores alemanes, los de la Bauhaus (Doesburg, Klee, Kandinsky) y de fuera de ella que se enfrentaban al abigarramiento del expresionismo, tuvieron que ir al exilio en tiempos de la dictadura nazi, cuando era política del régimen atacar las manifestaciones artísticas que ellos producían bajo la acusación de que se trataba de arte degenerado y precisamente lo hicieron en los EEUU donde en los años de 1960 surgiría con su nombre actual la escuela del minimalismo, como reacción contra el expresionismo abstracto y a la búsqueda de las formas puras, concentradas en lo verdaderamente esencial.
En lo más esencial de la forma, como puede apreciarse en esa composición de Sol LeWitt de 1972 que tampoco se encuentra en la exposición, aunque sí algunas otras, llamada Cubo incompleto abierto en una orientación que, a pesar de reaccionar contra lo superfluo de lo ornamental, precisamente por su insistencia en la linealidad y esquemático, acabó teniendo un evidente valor ornamental, de forma que hay un diseño minimalista, igual que su precedente, la Bauhaus, siendo fuerte en arquitectura (Walter Gropius era arquitecto) y, menos, en pintura, conocería gran expansión como forma de diseño.
Dejo un video de la escuela de Mark Garvey, llamado Crimson que es una muestra bastante buena del minimalismo musical y el de las artes plásticas. La llegada del vídeo ha abierto un territorio nuevo a la creación artística de todo tipo, al combinar movimiento y esas artes plásticas.
Es interesante la combinación de sonidos y figuras en movimiento y recuerdan lo que se ve en algún programa informático de tratamiento de sonido sólo que aquí hay una armonia deliberada entre las impresiones visuales y las acústicas. Un caso claro de sinestesia en movimiento que ha soslayado el problema de la correspondencia de las respectivas escalas cromática relacionando las variaciones de forma con los acordes.