divendres, 29 de juny del 2007

La bella momia.

Vaya, se ha descubierto la momia de Hatshepsut, la hija de Tutmosis I, viuda de Tutmosiss II que, en regencia por su hijastro Tutmosis III, de la XVIII dinastía (la de Tutankamon, por cierto), reinó de faraón. No de "faraona", como Lola Flores, sino de faraón, con su barbita postiza y todo, como se ve en esa imagen en forma de esfinge colosal en alabastro que saco de Wikipedia bajo licencia de Creative Commons.

Los periódicos han publicado la foto de Hatshepsut con la pinta que tiene ahora. Yo prefiero reproducirla con la que ella misma se hizo dar hace 3.600 años. Parece que no hay duda (aunque algunos aún insisten en que no hay seguridad al cien por cien) de que se trata de la misma Hatshepsut. Sale del análisis comparado de su ADN y el de su señora abuela, Ahmose Nefertari. Pues por eso precisamente, porque se trata de ella, quien yacía hasta ahora desconocida en un piso de un museo egipcio, una mujer extraordinaria, merece un respeto y la momia no es precisamente su mejor reproducción o likeness, que se dice en inglés.

Sin duda fue una hermosa mujer, a la que gustaba que la reprodujeran como tal, como se ve en la talla sedente de la derecha, también en alabastro. Manifestó su reinado mucho lujo, gran actividad constructora y vivió la recuperación de la red de relaciones comerciales, destruida por los hicsos. El hecho más sonado del reinado de Hashepsut fue el envío de una expedición comercial al Punt, en Somalia.

Pero la mujer no me interesa por eso, ni tampoco por la romántica historia que le hace amante de uno de sus asesores más encumbrados, Senmut, de forma que los admiradores de la dama se dividen en partidarios y detractores de la teoría de los amores escandalosos. Tampoco de que, al acceder al poder su hijastro Tutmosis III, ella desapareciera misteriosamente de la escena. Hasta ahora se había dicho que no se sabía si la asesinaron, la apresaron, o la dejaron marchar viva al olvido. De hecho, parece que su hijastro Tutmosis III ordenó borrar todas las referencias a Hatshepsut en el templo mortuorio que ésta se hizo construir, con lo que se causaron muchos daños que luego, sin duda, quiso él compensar haciéndose retratar en todo su poderío, como faraón reinante y la gloria de su poder en el hipogeo del templo mortuorio de Hatshepsut. Madrasta e hijastro no debían de estar en los mejores términos.

Al parecer, la momia falleció en su día de cáncer óseo metastásico. Aunque no sé yo si esta explicación excluye el asesinato. Imagino que si se asesina a alguien que tiene, digamos, un cáncer de huesos incipiente, el canceroso muere, pero el cáncer no, y sigue y sigue mientras haya huesos que colonizar. No lo sé. Soy lego en la materia.

Mi interés por Hatshepsut radica en su personalidad, en esa voluntad de renunciar a lo que era, a su apariencia de género, para convertirse en otra cosa, para re-crearse. Entra de lleno en mi afición a los dobles, los cambios de identidad, las dualidades, el anhelo del ser humano por ser otro sin dejar de ser él mismo. Hatshepsut es la madrina de esta cofradía de gente que pretende rehacerse en forma de un personaje distinto, es la madrina de la abigarrada sociedad de los disfrazados, espías, travestidos, transexuales y aquellos para quienes todo el año es carnaval. Hasta se cambió el nombre por la forma masculina de Hatshepsut y lo hizo todo como hombre con excepción de lo del amante, el asesor o canciller, quien a su propia muerte dejó la inscripción siguiente de sí mismo:

"Compañero muy amado, Guardián del Palacio, Custodio del Corazón del Rey, hacedor de la felicidad de la Señora de los Dos Reinos, garante de que todo suceda según el ánimo de Su Majestad."

Hatshepsut es uno de los primeros casos documentados en la historia en que una mujer recurre a un truco que luego se popularizará a través del teatro, especialmente del isabelino en Inglaterra o el del Siglo de Oro en España, el de disfrazarse de hombre para conseguir sus fines.

Qué vida la de la momia.

dijous, 28 de juny del 2007

La cosa de la vivienda.

Estaba pensando escribir un post sobre esto de la paternidad sexagenaria que me asalta últimamente pero me di cuenta de que aún no lo tengo claro. Como si alguna vez se tuviera algo claro, en especial en asuntos de paternidad, pues nunca se sabe de cierto qué se ha de hacer con los hijos. Así que mejor se calla uno porque de uno mismo lo mejor es callar o bien en virtud de ese otro viejo adagio que ordena "calla, a no ser que lo que tengas que decir sea mejor que el silencio" y, claro, muy presuntuoso ha de ser quien juzgue lo que tiene que decir mejor que el silencio.

Porque mira que el silencio es hermoso cuando se consigue escucharlo que en una ciudad es difícil. Aunque hermoso sólo en su terreno de sonido, de no-sonido. Porque, pasando a otros cauces sensitivos, ¿qué pinta tiene el silencio? ¿Cómo se pinta el silencio? ¿Cómo se escribe? Y realmente lo de pintar admite alguna propuesta. Por ejemplo, se me ocurre que Hopper (más arriba) lo ha pintado. ¿Cómo? Haciéndonos ver que por ahí pasa un tren de vez en cuando y ahora NO pasa. ("Casa en la vía del tren", 1925) Se piensa en el silencio que rodea la casa.

Otro que pinta el silencio es Delvaux ("lazos rosas", 1937) a fuer de reflejar escenas oníricas a la luz plata de la luna, esa luz que Van Gogh estaba empeñado en plasmar. Pero ¿cómo se escribe el silencio? Imagino que dejando la página en blanco, o en negro, como se hace en la famosa novela de Laurence Sterne, es decir, dejando de escribir. La escritura sólo puede plasmar el silencio dejando ella misma de existir. El silencio es la nada literaria y por eso el escriba está siempre emborronando cuartillas. Ahora, los felices blogueros decimos colgando posts, que es mucho más cool, si se me permite.

Y ya es difícil ser cool en una ciudad que alberga lo más cool del universo mundo, a saber, unos díitas del Europride, o Eurogay o ambas cosas a la vez, Europridegay o Eurogaypride en la muy madrileña plaza de Chueca, maestro de zarzuela. A mí, esas manifas del orgullo gay no me seducen en especial por lo estridentes que son. Esos sí que no saben lo que es silencio, porque no lo aprecian. Al contrario, están siempre armando bulla, cosa que me parece bastante cansina.

Puestos a retratar el silencio es inevitable el famoso "El grito", 1893, de Munch. Un grito helado, que suena en el interior de la cabeza y se exterioriza en el gesto; el grito del silencio. Tómese nota de los encarnados del cielo para dar forma a la idea del crepúsculo. Pues ¿qué mayor silencio espera al hombre que el de la muerte?

Lleva lejos la reflexión sobre el silencio que venía de la paternidad sexagenaria. En realidad, ninguna de las dos cosas es cierta. Me había propuesto escribir un post sobre la vivienda, lo titulé "La cosa de la vivienda", como se ve, y pensé en el cuadro de Hopper para ilustrar una vivienda. Pero en cuanto lo vi, se me fue el estro. Mañana posteo sobre la vivienda, porque el asunto tiene bemoles: un derecho cuyo ejercicio hipoteca la vida de generaciones enteras. Ya sé que no es un derecho fetén, positivo, de los que se alegan ante los tribunales, pero es un derecho en sentido moral; tanto que no sería de extrañar que los tribunales, actuando como legisladores, ordenaran al verdadero legislador proteger y garantizar el derecho a la vivienda digna. No se olvide lo de digna porque podemos acabar midiendo los pisos de oferta pública no en metros cuadrados sino en centímetros cuadrados. Pues eso, mañana toca vivienda.

Las cuentas de Gara

Venimos aquí a hablar de las "cuentas" de Gara; no de los cuentos, sino de las cuentas. De las cuentas que tienen mucho de cuento, como las de la lechera o las del Gran Capitán, por no hablar del ajuste de cuentas, que ya entra en un terreno distinto e inhóspito. Según esas cuentas, la negociación se rompió cuando las otras partes (PNV y PSOE, al parecer) se alzaron de la mesa (sobre la cual la izquierda abertzale había puesto las condiciones para la "solución definitiva del conflicto", o sea, no más tiros) sin explicar nada y sin hacer una propuesta alternativa. ¿Pero no habían los gorrinos aceptado unos compromisos que luego rompieron como eso, como gorrinos? Ahora resulta que no habían roto y que sólo rompieron al ver la muy sensata propuesta de acuerdo político.

Tengo por imposible hacer ver a estos señores de Batasuna que el hecho de que uno quiera algo vehementemente y comparta la vehemencia con el 15% del electorado no le da derecho sin más a hacerlo realidad ni mucho menos a decidir sobre los territorios y las gentes que en ellos residen en torno a una mesa sin otorgar voz y voto a esas mismas gentes porque las negociaciones habían sido secretas. Si no se entiende algo tan elemental, hay un problema de entendederas; si no hay problema de entendederas es porque a uno no le importa hacer ver que su legitimidad procede del uso de la violencia.

Así que es muy de agradecer el puñetazo sobre la mesa del señor Imaz que desmiente a ETA, a Gara, a Batasuna, a la izquierda abertzale y al sursum corda haciendo ver que la ruptura la provoca ETA, al exigir la territorialidad y la autodeterminación. A eso, por cierto, lo llama el señor Barrena (de Batasuna) "ir a la negociación a buscar la rendición del otro", se entiende, ir a que se rindan los bravos hijos de Euskal Herria. Realmente esta gente no sabe ya lo que dice.

Con el señor Otegi en chirona y por una temporada, Batasuna y la izquierda abertzale tendrán que encontrar a un dirigente que no vaya a la zaga de aquél. Por cierto, en chirona el dirigente más señalado de la izquierda abertzale y aquí no sucede nada, ni sucederá. Ser mártir es cosa que lleva su tiempo. Piénsese en el caso de Nelson Mandela: su indudable autoridad moral descansa sobre más de veinte años de prisión ininterrumpida. Me da la impresión de que estos mendas del movimiento de liberación, sector armados, están deseando que se acabe el "conflicto" porque entre rejas va a verte el abogado y poco más, y se acaban las declaraciones de prensa, los focos y las primeras de los diarios. Y no digo yo que la izquierda abertzale se reduzca al espectáculo pero no es mucho más, al menos en la dimensión de "izquierda".

dimecres, 27 de juny del 2007

Colaborar con el mal.

Dice el vicepresidente de la Conferencia Episcopal y Cardenal Arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, que los colegios que impartan la nueva asignatura de Educación para la ciudadanía (EpC) estarán "colaborando con el mal". La Iglesia católica no desiste en su enconada lucha contra la innovación en la enseñanza sino que, al contrario, intensifica su oposición con manifestaciones más y más agresivas. No sería de extrañar que a la vuelta del verano amenace con excomulgar a quienes impartan la diabólica materia, consistente en explicar a los chavales cómo deben convivir en una sociedad abierta, mestiza y libre en la que es forzoso respetar a los demás. Vamos a ver si entendemos esta repentina furia eclesial contra algo que, a primera vista, parece bastante sensato.

Para ello no incurriré en la socorrida práctica de negar autoridad a la jerarquía para pronunciarse sobre asuntos de interés público a causa de su sórdido pasado pues si alguien se ha distinguido en el mundo por perseguir a los disidentes, forzar las conciencias individuales, obligar bajo pena de muerte a profesar unas creencias en lugar de otras y demás barbaridades, ha sido precisamente la Iglesia católica. No lo haré, pero no está nunca de más recordarlo. Porque cuando monseñor Cañizares habla de que la asignatura de EpC violenta la conciencia moral de los niños y adolescentes lo hace a la sombra de una ejecutoria de veinte siglos de lucha contra la libertad de conciencia.

El argumento de la Conferencia Episcopal para ir contra EpC es que la materia, además de contenidos sobre la Constitución, los derechos humanos, el pluralismo cultural de nuestra sociedad, a los que dice no objetar, invade terrenos de la formación de la conciencia individual, de la moral personal, como cuando aborda los distintos modelos de familia, el homosexualismo o la regulación de la natalidad. La distinción, sin embargo, es falaz. Las cuestiones sobre la familia, la homosexualidad, etc. tienen una doble naturaleza, pues son aspectos de organización de nuestra sociedad y de convivencia cívica al tiempo que están abiertas al juicio moral de cada cual. En realidad, eso mismo pasa también con los temas que la Iglesia dice aceptar como "más asépticos". Nadie está obligado a hacer suyos los preceptos de la Constitución. Todo lo que se pide a los ciudadanos es que la acaten y la cumplan, pero no que sean sus partidarios o no traten de cambiarla por otra. Lo mismo sucede con esas cuestiones que Monseñor Cañizares considera estrictamente individuales y quiere reservar para su organización eclesiástica. No se pide a nadie que simpatice con los homosexuales masculinos o femeninos, pero sí que se respete la libertad de opción de cada cual. No se impone a nadie un tipo específico de familia, pero sí que se respeten todas sus formas.

Monseñor Cañizares acusa a las autoridades de intentar propagar una "moral laica". No se ve qué hay de malo en ello. Es claro que los obispos añoran aquellos felices tiempos en que los gobernantes imponían el catolicismo en todos los aspectos de la vida civil, desde el nacimiento a la defunción a cristazo limpio. En una democracia ¿qué otra cosa puede hacer el Estado que propagar una moral (cívica) laica?

Para imponer la católica ya están los curas de monseñor Cañizares...para imponérsela a los católicos que la acepten, claro es. A los demás, el citado Cardenal Arzobispo debe aprender a dejarnos en paz. Lo que este Monseñor se niega a reconocer es que su autoridad para imponer unas u otras observancias no pasa de sus feligreses (y siempre que estos, a su vez, cumplan la ley) y no puede extenderse salvo abusivamente a quienes no lo somos. No sé cómo reaccionará la feligresía, yo estoy ya harto de esa arrogante costumbre de los jerarcas católicos de tratar de inmiscuirse en mi vida, de decirme qué moral debo tener y cómo he de educar a mis hijos.

Por lo demás, ayer, un diputado del PP, firme baluarte de la Iglesia católica en su lucha contra la libertad, el señor Martínez Pujalte protagonizó uno de sus espectáculos favoritos de chulería, bronca y agresividad en el Congreso precisamente a cuenta de la materia EpC que el PP quiere suprimir. El señor Pujalte montó la bronca cuando hablaba la diputada de ERC, señora Laia Cañigueral. Cuando ésta pudo volver al uso de la palabra, luego de las interrupciones del señor Pujalte, dijo que los diputados del PP tendrían que haber cursado la asignatura.

Muy cierto. Estoy seguro de que cambiarían mucho. Incluido el señor Martínez Pujalte.

Viajes mundo adelante.

Mi buen amigo José María Laso, viajero impenitente, ha escrito un libro en el que narra sus correrías por el mundo, y ha tenido la gentileza de enviarme el grueso manuscrito for comments antes de su publicación. Una vez en la calle el libro se llamará Viajes exóticos y culturas diversas.

Hay un punto de ironía en la publicación de esta obra dado que, a causa de una misteriosa afección neurológica que contrajo en un viaje a Bagdad hace unos años, el autor ha perdido gran parte de la movilidad de las extremidades inferiores y apenas puede desplazarse, con lo que parece evidente que, al escribir el libro, ha decidido seguir viajando con la imaginación y el recuerdo.

La obra es muy curiosa, pues recoge viajes a lugares muy apartados del planeta, casi siempre organizados por agencias, de esas que hacen ofertas de itinerarios. Es decir, este libro no narra desplazamientos en los que lo inesperado y la aventura sean un ingrediente del relato. Y, sin embargo, algunos de los viajes que refiere Laso fueron muy accidentados. No tanto como los de Marco Polo, pero no será por escasez de vehículos. No sé si me faltará alguno, pero tengo registrados los siguientes en los desplazamientos del autor: aviones, buques, trenes, coches, autocares, lanchas, rickshaws, caballos, camellos y elefantes. No está mal.

Entre los viajes que narra tienen especial interés el del transiberiano (con el que da cumplimiento a un romántico sueño de juventud) y el de la gran ruta y la ruta de la seda. Sin perder de vista otras andanzas por la India, Jordania, Siria, Egipto y varios países iberoamericanos, como México, Brasil, la Argentina, el Paraguay y Chile y algunos europeos o semieuropeos cuales Italia, Grecia o Turquía.

El viaje del transiberiano (arriba en bonita foto), así como otros periplos del autor por las tierras de lo que entonces era la Unión Soviética son muy entretenidos. Las simpatías de Laso están con el sistema político comunista, del que presenta un cuadro muy favorable en cuanto a sus logros que recuerda los escritos de propaganda que en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo fabricaba con verdadero entusiasmo la extinta editorial en lenguas extranjeras de la extinta URSS. Sorprende que un hombre de tan acendradas convicciones democráticas no se preguntara por la suerte de la oposición en sus visitas a Moscú, Tallin, Samarcanda u otras ciudades comunistas, ni inquiriera por la articulación de opciones políticas distintas a la comunista. En la foto, una vista nocturna del Kremlin, durante largos años Meca, centro mítico del comunismo mundial..

Como yo también he estado en algunos, no todos, de los lugares que Laso retrata, doy fe de que su relato -frecuentemente sembrado de disquisiciones eruditas históricas, demográficas, ecónómicas, etc., se ajusta a lo que había. Resalto el había porque uno de los intereses del libro consiste en articular una narración sobre una realidad sparita, que ya no existe, la soviética, escrito por alguien que no cree que su desaparición sea definitiva, como la del Imperio bizantino, sino una especie de momentáneo retroceso o reajuste de ls historia, pues el comunismo volverá a imperar en el planeta.

Es comprensible su gran entusiasmo -que comparto plenamente- por Samarcanda, en Uzbekistán. (Abajo, la más famosa de sus madrasas). Yo también recuerdo vivamente el gran contraste que creía observar entre las institciones políticas movilizdoras del comunismo y la indiferencia de aquella población mayormente musulmana. A Laso le llamaba la atención lo bien provistos que estaban los comercios y lo mismo me pasó a mí. La conclusión que saqué de mi viaje fue que el comunismo no había conseguido hacer mella en la indiferencia de aquellos uzbecos, pacíficamente dedicados a sus asuntos.

Laso. en cambio, es muy crítico con la realidad que ha sustituido al régimen soviético, de forma que la idea que saca el lector es que, en Rusia, el comunismo funcionaba, pero el capitalismo no lo hace. Me temo que eso es algo que zanja cualquier modesto sondeo que se haga hoy en Rusia o en los países de la CEI.

En los viajes a los países asiáticos (China, la India, Indonesia, etc) el autor cambia bastante de actitud; no está tan interesado en la argumentación ideológica y se deja subyugar por la belleza y el exotismo de lo que visita. Así su visión de Pekín, la plaza de Tian an men y, sobre todo, la gran muralla (en la foto, un buen trozo de la parte menos visitada), son muy ilustrativas. Como lo son sus visitas a dos centros chinos extraordinariamente atractivos, Shangai y Hong Kong, en esta última, antes de la retrocesión británica a las autoridades chinas. Es en uno de estos viajes por China en donde ocurrió un sinfín de percances que lo convirtieron en una aventura por los meandros de la burocracia comunista china y que el autor resolvió echando mano de la capacidad de organización y temple de luchador aprendidos en las cárceles franquistas. Otra ironía del destino.

Me llevaría demasiado tiempo referirme a los otros viajes emprendidos por Laso. Son muy interesantes e ilustrativos los de la India, Indonesia y Egipto. Los de América Latina parecen haber sido bastante felices porque, entre otras cosas, no había barrera lingüística. ¿Y qué decir de sus frecuentes desplazamientos a Cuba sino que nuestro autor se encuentra en su salsa?

Espero que el libro salga pronto, pues hará las delicias de chicos y grandes.


dimarts, 26 de juny del 2007

La guerra del señor Rajoy.

El publicista de Benetton, en verdad, tiene guasa. Y sentido de la oportunidad, vive el cielo. Dejo a los cabezas de huevo la tarea de murmurar que el mensaje crítico pierde sus aristas cuando se convierte en objeto de publicidad. Este invento ya lo habían hecho los situacionistas al colocar morcillas revolucionarias en los comics de Flash Gordon. Ahora es la publicidad la que se sirve del mensaje crítico.

Lo que sucede es que el "mensaje crítico" es No a la guerra. Lo que coge al señor Rajoy, como siempre, con el paso cambiado. Dice el candidato a la presidencia del Gobierno que "el ejército no es una ONG" y que el Líbano es un país en guerra, de donde deduce que el señor Rodríguez Zapatero tiene que explicarse en sede parlamentaria. Puede ser; pero no se ve qué tenga que decir, salvo hacer ver al señor Rajoy que el intento de rescatar la metedura de pata (por decirlo campechanamente) del Irak invocando el Líbano no funciona, porque no hay modo de equiparar el ir a una guerra como combatiente (y encima agresor) a hacerlo como fuerza de interposición, dentro del marco de las Naciones Unidas. Decir que sí, que son equiparables e incluso iguales, convertiría al señor Rajoy en un furibundo anarquista. Y no es, creo, el caso. El ejército no es una ONG, desde luego, pero se puede emplear como si lo fuera, que siempre será mejor que emplearlo para matar.

El señor Rajoy, como la derecha en general, es bastante belicista; en cuanto puede reconquista el islote Perejil o se va a la guerra con Johnny cogió su fusil. No hay más que ver lo que planea para el debate sobre el estado de la Nación. Planea hablar de ETA para seguir castigando el flanco gubernativo, cosa más rentable que ponerse en plan estadista a buscar un consenso y no enfrentarse al Gobierno en "asuntos de Estado". Cuando se está en guerra, los "asuntos de Estado" no significan nada. Y, así, con espíritu castrense, el señor Rajoy que siempre está en guerra exige al señor Rodríguez Zapatero explique las negociaciones con ETA en versión saga-fuga de Gara. Y, a continuación, le exigirá de modo igualmente comninatorio que revele el contenido de las negociaciones con ETA y nunca más, Oh, Never More vuelva a negociar con semejante banda de criminales. Si yo fuera el señor Rodríguez Zapatero no contaría nada de las negociaciones ni me negaría a tener otras en caso de que se presentara una ocasión propicia. A ver si el señor Rajoy entiende que lo problemático, vituperable y absolutamente rechazable no es el hecho de negociar, sino el de ceder.

Un sitio al blog.

El País no figura en las mediciones de audiencia/difusión digitales que hacen la OJD y el EGM; no recuerdo si uno de ellos en concreto o quizá los dos. Hoy sale el periódico sin embargo con una noticia de que el grupo PRISA es el cuarto en audiencia en internet, lo que es muy para felicitarlo. Cuarto detrás de los grandes buscadores, como Yahoo! o Google. En el mercado "nacional". Hablar de "nacional" en internet carece de sentido, pero es un modo de ir haciendo comparaciones. En todos los capítulos de la medición, creo, va el grupo en cabeza, excepto en el acceso diario a El País.com en comparación con El Mundo.es. del que todavía le distancian 280.000 usuarios. Ya es curioso que la relación existente entre El País y El Mundo de papel se invierta en lo digital.

Da la impresión de que El País está pagando su tardanza en incorporarse a internet y en reconocer la importancia de la interactividad. Esa vieja y correosa maquinaria reacciona con dificultad. ¡Ahora, han creado hasta una base de blogs! Como si fuera una base de polaris. Y también han abierto dominio al periodismo bloguero. Hace bien. Lo que no sé es si no es una reacción equivocada. El País se abre al bloguerío, donde no hay respeto por nada, pero quiere hacerlo manteniendo su pretensión de elitismo. Y en la blogosfera, el elitismo...para nada. Son tiempos de turbamulta, ya se sabe.

Será interesante comprobar qué sucede en la próxima oleada que presente El País, quien ha puesto su medición en manos de Nielsen/Netratings, una empresa británica de certificación de audiencias que ofrece sus datos on line


dilluns, 25 de juny del 2007

La mentira como forma de ser.

El Mundo publicaba ayer una entrevista con el señor Rajoy en la que éste, entre otras cosas, decía que los socialistas "tienen mucho más apoyo de los medios", que "mi adversario en este momento no es tanto el Partido Socialista como las televisiones" y que "la campaña que vamos a vivir los próximos meses va a ser una campaña en toda regla contra el Partido Popular”. La experiencia demuestra que el señor Rajoy y los suyos no se sienten vinculados por las normas ordinarias sobre lo que sea verdad o mentira; sólo les interesa repetir una y mil veces su opinión con independencia de que se compadezca o no con los hechos, que ya calará de un modo u otro. Por ello, una y mil veces, hay que probar que sus mentiras son mentiras. Como ésta de los medios de comunicación.

Vayamos por partes:

  • Televisiones. Las televisiones privadas, Tele Cinco en especial, aunque también Antena 3, se inclinan hacia el PP, bastante más que la cuatro hacia el PSOE. La televisión pública nacional es más o menos aceptable. La prueba es que el PP no la cuestiona. Pero, ¿en dónde hay algo parecido a Tele Madrid, literalmente poblada de comisarios políticos y sicarios al servicio del PP? ¿En qué cadena hay gente como Curry Valenzuela, Sánchez Dragó o el presentador del telediario de las 21:00? ¿En dónde hay un tipo como Manuel Soriano, director de este invento, que se ocupa de que sus productos sean "ideológicamente" aceptables? Las televisiones, pues, se escoran del lado del PP, algunas de forma virulenta.
  • Radios. La radio pública también es razonablemente neutral. ¿Y las privadas? Sin duda, la SER se inclina hacia el PSOE, si bien procura mantener un notable pluralismo. Onda Cero y Punto Radio se inclinan más hacia el PP y ¿qué decir de Intereconomía y la COPE, que son dos emisoras totalmente al servicio del PP, desde las que insulta al contrincante y se enaltece a la derecha? ¿En dónde hay en las demás radios tipos como Losantos, Vidal o Schlichting?
  • Prensa escrita. De El País puede decirse que tiene simpatías socialistas, si bien se trata de un diario notablemente equilibrado. Reduciéndonos a Madrid, ¿qué cabe decir de Abc, El Mundo o La Razón? ¿No es evidente que se trata de tres medios impresos totalmente del PP? ¿No hay una evidente coyunda entre sus directores y muchos de sus columnistas con los políticos de la derecha? ¿No es la jefa del gabinete del señor Acebes columnista de El Mundo? Y eso por no hablar de la cantidad de columnistas que son militantes o incluso cargos electos del PP en estos medios.
  • Prensa digital. Libertad Digital es un periódico literalmente del PP. Podría quedar compensado con El Plural para el PSOE. Pero es que el resto de las publicaciones digitales (con la notable excepción de 20 minutos) son también diarios del PP o muy próximos a él, Periodista digital, Estrella digital, Minuto digital, El Confidencial, etc.

    A la vista de este panorama, con unos medios de comunicación abrumadoramente al servicio del PP ¿por qué dice el señor Rajoy que los socialistas "tienen mucho más apoyo de los medios"? Para mentir, para confundir, para engañar e intoxicar. Por cuanto es evidente que esa afirmación no sólo es falsa, sino que la realidad es exactamente la contraria: el que está arropado, impulsado, protegido, jaleado por los medios es él.

    Y ¿por qué miente con tanto descaro? Por lo que todos sabemos, por ver si la mentira reiterada pasa como verdad. Y no se trata de una estrategia, sino de un modo de ser. El señor Rajoy mentía cuando gobernaba (basta recordar el "Prestige" y el 11-M) y miente en la oposición. La mentira, la mentira gruesa, la falsedad descarada es su forma de ser.

    En cuanto a sus cajas de resonancia, sus televisiones, radios y periódicos de papel o digitales, hay otro factor que contribuye a explicar esta falsedad, en concreto, la competencia desleal. Es obvio que los medios neutrales o ligeramente escorados hacia el PSOE son de calidad muy superior a todos los otros. La prueba es que El País tiene una difusión muy superior a los de la derecha citados y que la SER es una emisora con una audiencia superior a la suma de la COPE e Intereconomía. Como eso duele, el tiempo que estos medios de la derecha no dedican a ensalzar al PP, lo consagran a denunciar el carácter pro-PSOE de la competencia, es decir, a acusar a ésta de lo que ellos hacen.

    Lo gracioso del caso es que, como esto lo vemos todos, es claro que a los seguidores del PP y de los medios del PP les da igual lo que les cuenten. Y ahí hay un peligro.

    Para terminar, en la misma entrevista publicada en El Mundo el señor Rajoy dice que, si pierde las elecciones, no piensa irse a su casa. Claro que no: lo llevarán.

  • Las bajas del Líbano.

    Ayer murieron seis soldados del Ejército español en el Líbano, en lo que parece un ataque premeditado de Al Qaeda, una acción terrorista. Esos soldados formaban parte del destacamento de nuestro país en la FINUL (Fuerza Interina de las Naciones Unidas en el Líbano) y estaban en cumplimiento de un mandato del organismo internacional por excelencia, la ONU.

    Parecería que lo lógico sería dolerse por el fallecimiento de los soldados, dar el pésame a los familiares y continuar con la labor en la zona. Sin embargo, lo que empieza a encontrarse por ahí, en los comentaristas de la derecha, es un intento de utilizar esta desgracia para atacar al Gobierno sosteniendo que quien retiró la tropas del Irak las ha mandado al Líbano, como si ambas decisiones fueran lejanamente comparables. La verdad, encuentro repugnante la indiferencia de esta gente ante el dolor y el sufrimiento humanos. Todo vale para ir contra el Gobierno, las víctimas en el atentado de Atocha o estas bajas militares.

    Pero no se crea que este siniestro punto de vista sea privativo de la derecha. En la extrema izquierda se recurre a los mismos procedimientos y con idénticos fines, afirmando que la decisión de mandar soldados al Líbano en el marco de la FINUL es idéntica a la de participar en la guerra criminal del Irak, que los tres sujetos de las Azores decidieron en contra de la opinión de la ONU. Este modo tramposo de razonar, ¿a qué fin sirve? Bien claro está: a ir contra el gobierno de la izquierda en nombre de la "verdadera" izquierda...para que gobierne la derecha.

    diumenge, 24 de juny del 2007

    El llamado "conflicto".

    La saga-fuga de la negociación que no fue pero fue pero no fue sigue impertérrita, a punto de conseguir que nadie se la tome en serio. Con la última entrega queda claro que es el Gobierno español el que rompe las negociaciones al no ir más allá en la consideración de unas propuestas que ETA había puesto sobre la mesa. En esta prolija acta de Gara se utiliza mucho la expresión de "poner sobre la mesa" que pretende ser trasparente al tratarse de poner algo a la vista pública pero tiene una connotación autoritaria. De todas formas mantiene una unidad de medida para calibrar cuánto haya cambiado la situación. ETA pone sobre la mesa propuestas; antes ponía muertos.

    A la saga-fuga de Gara le queda poco vuelo una vez que el Gobierno dice que es propaganda. Todo el mundo entiende que si el Gobierno puede conseguir que una organización de asesinos deje de matar está obligado a hacerlo. No deberá contestar o, si lo hace, podrá mentir, a las preguntas acerca de qué esté negociando con los asesinos. Esto lo entiende todo el mundo. Pero también puede plantearse de otro modo, que será como lo haga el PP: a ver, ¿por qué el Gobierno negó que estaba negociando cuando se le preguntó en mayo si estaba negociando? Parece claro, porque el Gobierno es gobierno, pero no imbécil.

    Las revelaciones de ETA a través de Gara cuya emoción al manejar estas pruebas que son documentos históricos es manifiesta están pensadas para hacer daño al PSOE y a su Gobierno, para ponerlo en un "compromiso", en una "situación apurada". No es el caso, por cuanto el Gobierno no ha adquirido "compromiso" alguno ni ha cedido nada. La exigencia de responsabilidad se planteará ahora no sobre lo que haya cedido sino sobre las propuestas, indagaciones, ofertas, tanteos que haya hecho durante las negociaciones. Pero ahí, ancha es Castilla, que no sé si en Vasconia se entiende.

    Repito por enésima vez que la saga-fuga de Gara me parece un lamentable intento de intoxicación similar a la teoría de la conspiración acerca del 11-M. También aquí podría armarse una campaña tan vistosa como el "!Queremos saber!" aplicado a las negociaciones. Un horror.

    De mayor interés me parece la manifa de ayer de ANV, que anda al filo de la navaja de la legalidad en Bilbao/Bilbo. Miles de personas en un sábado son muchas personas pero, al mismo tiempo, tampoco tantas. Según de qué se trate. Para hacer ruido mediático son muchas; para determinar el futuro del País Vasco, una insignificancia. Ciertamente, las proclamas políticas de ANV suenan muy razonables y este bloguero las suscribe: actitud pacata del Gobierno, carácter feroz de la derecha española, miedo a la consulta popular genuina; las suscribe si no hay violencia. Si la hay este bloguero no suscribe nada porque nadie tiene derecho a inmiscuirse en un debate de ideas y propuestas a tiros. El argumento de que el rechazo a la violencia debe afectar también a la del Estado es absurdo, dado que vivimos en un Estado cuya violencia es legítima pues sin ella no habría estado ni siquiera convivencia civilizada.

    Las cifras están muy claras. La "izquierda abertzale" (no sé si añadir "para entendernos") tiene un apoyo electoral de un 16%. No es una cantidad que permita augurar una decisión colectiva determinada.

    A la vista del mapa está claro por qué Navarra es la columna vertebral del País Vasco y en torno a ella se libra la última batalla.