divendres, 25 de setembre del 2009

La vergüenza del Parlamento español.

En el breve plazo de cuarenta y ocho horas el Parlamento español, en un caso el Senado y en dos el Congreso de los Diputados, han tomado tres decisiones que avergüenzan a cualquier persona con un mínimo sentido de la libertad y la dignidad. Como un solo hombre, en cerrada formación de falange macedónica, los senadores y diputados de los dos partidos mayoritarios han votado unidos de acuerdo con las órdenes de sus partidos y no según el dictado de sus conciencias, supongo. Supongo porque me niego a creer que 329 hombres y mujeres del Congreso de los Diputados estén de acuerdo en rechazar la moción de Esquerra Republicana-Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds sobre una política integral de la prostitución que, entre otras cosas, dficultaría esa práctica detestable de los anuncios eróticos en los periódicos que los imprimen y con los que se financian; cinco votos a favor y seis abstenciones frente a la marabunta de 329 dispuestos a que las cosas no se toquen y las putas sigan pasándolas putas.

También me niego a creer que, de 263 senadores del Reino, sólo treinta pertenecientes a los grupos políticos minoritarios (¡loor a ellos!) hayan votado a favor de la moción de Entesa Catalana de Progrès por la que se pretendía que las fiestas en las que se maltrata a los animales no puedan ser declaradas de interés turístico nacional o internacional (y, en consecuencia, no reciban subvenciones). Es decir, la inmensa mayoría de senadores conservadores y socialistas ha votado a favor del maltrato animal. "Maltrato animal" suena un poco como las inaprensibles ideas platónicas. Hay que traerlo algo más a casa. "Maltrato animal" significa que sus señorías, que lo son con mi voto, aprueban que se acribille vivo a un becerro, que se alancee a un novillo o toro aterrorizado hasta la muerte, que se arroje a una cabra viva desde lo alto de un campanario, que se claven banderillas de fuego a un toro, que a lo largo y ancho de la península, se apalee, destroce, despelleje, descoyunte, aplaste, desgarre, empale, degüelle a decenas, a cientos de animales indefensos para solaz de unas jaurías salvajes, tan salvajes como las señorías populares y socialistas que condonan y apoyan esta canallada.

Como tampoco doy crédito a que en la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo sólo haya obtenido un voto (el de Joan Herrera, presentador de la iniciativa) la moción para que el pleno del Congreso repruebe las provocadoras palabras del Papa en el África cuando dijo que es el preservativo el responsable de la extensión del Sida.Traigo aquí la imagen de Herrera como tributo a su coherencia y decencia intelectual. Por dieciocho votos en contra (PP, PNV y CiU) y dieciocho abstenciones (PSOE) se ha derrotado la petición de que el poder civil democrático pare los pies a una Iglesia invasora de los ámbitos sociales del siglo con sus doctrinas venenosas. Por supuesto, ha faltado tiempo a la Conferencia Episcopal Española para ladrar al Congreso que la representación popular no tiene nada que decir en las decisiones de los órganos eclesiásticos. Los mismos obispos que están todo el día metidos en política, limpia y sucia, con motivo del aborto, la salud sexual, la clonación, los experimentos científicos, la enseñanza, las parejas homosexuales y todo aquello en lo que los ciudadanos pretendan ejercer algún tipo de autonomía personal. Esas dieciocho abstenciones socialistas reflejan la abyección de un partido rendido a la Iglesia, que profesa un laicismo de boquilla mientras garantiza todos los privilegios de la clerigalla y cuyo Secretario General y presidente del Gobierno nombra como presidente del Tribunal Supremo a un fanático que antepone sus convicciones religiosas a su sentido de la justicia propinando de paso una bofetada a las decenas de juristas de categoría que hubieran movido una jurisprudencia más laica, más al servicio de una sociedad civil de ciudadanos.

Y como no puedo creer que sus señorías, al menos los diputados/das de izquierda estén de acuerdo con la esclavitud de la prostitución, el maltrato animal o el oscurantismo del Papa, tendré que atribuir su incomprensible actitud al hecho, verdaderamente de risa, de que las tres mociones progresistas hayan sido presentadas por grupos minoritarios de la izquierda y no estén en el programa legislativo de sus maquinarias burocráticas y que los muy sumisos sólo voten lo que cocina su jefatura. Y aun me parece más grave que en dos de las ocasiones los sociatas hayan cometido el vil atentado al carácter libre y avanzado de nuestra tradición progresista juntando sus votos (o sea, repito, el mío también) al de los reaccionarios neofranquistas de toda la vida.

(Las imágenes son sendas fotos de marcp_dmoz y Saül Gordillo, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 24 de setembre del 2009

Paseando por el mundo.

Anda la derecha rabiosa con el viaje del presidente del Gobierno a los Estados Unidos a participar en la Asamblea General de la ONU y, luego, en la reunión del G20 en Pittsburgh. Además, está de los nervios por no poder dar rienda suelta a su ira en los términos en que la siente: ¿Qué pinta este mindundi condeándose con los jefes de Estado y Gobierno del mundo? ¿Cómo ha llegado el "bobo solemne", en inepta expresión del señor Rajoy, hasta el G20? ¿Qué es eso de que el "traidor a las víctimas", según otra sólita infamia del selecto club del insulto, vaya a entrevistarse próximamente con Obama? ¿Cómo tiene la osadía de salir del ostracismo a que lo había condenado el señor Bush con el aplauso de la derecha española?

Por todo ello decidió ayer hacer el ridículo formulando una batería de preguntas al Gobierno en la sesión de control para averiguar los costes del viaje de la familia del Presidente a los Estados Unidos, como si hubiera pillado al Gobierno en alguna vergüenza contable. Los defensores de la familia, que viajan con ella siempre que pueden, como hacía el señor Aznar con su inseparable señora Botella, se encalabrinan ahora porque los demás hacen lo que hace todo el mundo, empezando por ellos mismos. Los mismos que montaron el inenarrable, fastuoso, espectáculo kitsch de la boda escurialense que algún día sabremos cómo se pagó. En estas circunstancias ¿cómo va a tomarse nadie en serio a esta oposición? ¿Cómo va a despegar el PP en intención de voto? ¿Cómo va a ganar peso el señor Rajoy cuya desgracia no es ya la inconsistencia de su equipo más cercano sino su propia liviandad tonitronante de Maciste de guardarropía?

Porque lo que esa iniciativa parlamentaria y esa forma de hacer oposición no pueden ocultar es el hecho de que el jupiterino patriotismo del PP se acaba allí donde la representación de la Patria recae en el adversario político en cuyo caso en lugar de jugar con la debida lealtad, boicotean lo que pueden, difaman a su país en el extranjero como hace inevitablemente el peregrino señor Aznar, se alegran de los contratiempos nacionales, escatiman y regatean el reconocimiento a los logros del país y pretenden ridiculizar la representación exterior del Estado en una prueba evidente de miseria espiritual que no les hará ganar el reino de los cielos.

(La imagen es una foto de guillaumepaumier, bajo licencia de Creative Commons).

La afuereña en la Gran Manzana.

La fundación Mapfre tiene una exposición de la fotógrafa austriaca nacionalizada estadounidense Lisette Model en su galería de Azca que merece mucho la pena ver. Es parte de la fabulosa colección de fotos de autor del siglo XX que tiene la aseguradora y que documenta los años más tumultuosos, interesantes e innovadores de este arte en los Estados Unidos a lo largo del siglo XX. Una colección única con obras de Evans, Strand, Arbus, Steichen, Stiglitz, Weegee, Winograd, Friedlander y otros que son un verdadero fondo para el conocimiento de la historia, la sociología, el arte, la vida misma de este país. Sobre todo concentrada en la ciudad de Nueva York, pero no sólo porque se extiende off limits hasta llegar a la costa Oeste y documenta momentos especialmente interesantes como el New Deal.

Lisette Model, nacida Stein de padre judío vienés que pronto se cambió de apellido y madre católica en familia muy acomodada, se había orientado primero en la vida hacia la música, habiendo sido estudiante de Schönberg pero los avatares de la existencia, la historia centroeuropea, el ascenso del nazismo y otras circunstancias, la obligaron a cambiar sus proyectos y orientarse hacia la fotografía con un éxito que por entonces (años treinta a los cincuenta del siglo XX) no estaba al alcance de muchas mujeres.

Empezó en Niza, en donde se instaló con su madre antes de dar el salto con su marido a Nueva York y allí hizo aquella famosa serie La promenade des anglais, esos retratos de una aristocracia hastiada, que paseaba su spleen por la Riviera y contemplaba el mundo como si no tuviera que ver con ella. La guerra, la posguerra, los enfebrecidos años veinte, la crisis, el ascenso del nazismo, todo realidades palpitantes que acabarían dejándola fuera de la historia, como en una vitrina que es donde Model la fotografió como un documento de sociología de época.

Pero el giro más agudo se daría con el paso a los Estados y el encuentro con Nueva York, seguramente la ciudad más fotografiada del mundo. Como todos los de su profesión, Model tenía una irresistible tendencia a hablar y reflexionar sobre su oficio sin decir gran cosa que merezca la pena recordar. Y eso que hacia los años cuarenta la contrataron como profe de fotografía en la New School for Social
Research que era el lugar que pusieron en pie los exiliados alemanes de la Escuela de Frankfurt y en donde contrataban a todos los rojos germanohablantes. No es que Model lo fuera en demasía (roja, digo), pero sí lo suficiente para que se viera obligada a andarse con cuidado con el Comité de Actividades Antiamericanas del senador McCarthy. De hecho, aunque mantuvo su colaboración con Harper's Bazaar, otras publicaciones, como Life, le hicieron el vacío.

En aquella escuela formuló la única teoría fotográfica que merezca la pena escucharle, al margen de sus otras consideraciones un poco acarameladas sobre el instante fugaz, el ojo de la cámara, el momento inaprensible que es pábulo común de los fotógrafos. Dicha doctrina es muy breve, como todo lo bueno, y se resume en una recomendación que yo extendería a todas las actividades artísticas: "fotografía con las tripas". Si señor: pinta con las tripas, esculpe con las tripas, escribe con las tripas. O sea, sé auténtico, sincero, espontáneo, directo.

Así son las fotos de Model de aquellos años: la serie de bañistas de Coney Island o la muy curiosa de los "pasos a la carrera" principalmente en la calle 42 y en donde se puede intuir la sorpresa que a la vienesa acomadada pasada por Niza causó la llegada a la febril actividad de Manhattan, cuyo espíritu supo también captar con la serie de los reflejos, composiciones complicadas con diversos equilibrios y que tan bien traducen el espíritu neoyorquino porque mezclan los aspectos humanos, cotidianos, existenciales con las líneas, ángulos, perspectivas de la arquitectura neoyorquina, única en el mundo.

Aunque la exposición contiene sólo una ínfima parte de la obra de Model es suficiente para que los amantes de la Gran Manzana pasen una hora deliciosa.

dimecres, 23 de setembre del 2009

Cuando se tiene un amigo juez.

Se tiene un tesoro.

Los trajes te salen gratis.

Puedes cometer delitos, que estos no se investigan.

Si se investigan, dejan de investigarse por orden de tu amigo el juez.

Puedes ser político y recibir regalos que nadie pensará que son cohecho.

Y si lo piensa, tu amigo el juez probará que no lo es.

Las pruebas en los procesos no son pruebas.

Puedes decirle al juez qué hacer con ellas.

Puedes predecir la duración de los trámites procesales.

Puedes predecir el sentido de las decisiones judiciales.

Todo el mundo te trata bien porque el juez es tu amigo.

Puedes incumplir tus promesas.

El principio de igualdad ante la ley no reza contigo,.

Estás por encima de la ley.

Demuestras que la justicia no existe.

(La imagen es un óleo de Francesco Granacci, titulado Una santa ante el juez, que se encuentra en la Galería de la Academia, Florencia).

Centinela de Occidente.

¡Qué solos nos has dejado, Caudillo! Los enemigos de la libertad maquinan sin cesar y cada vez somos menos los dispuestos a hacerles frente. La voluntad flaquea. Occidente se hunde, degenera, pierde el rumbo. No se respeta el orden natural de las cosas. Las razas inferiores invaden nuestras ciudades. Los que nos asaltaron hace mil trescientos años vuelven a hacerlo ahora impunemente. Las costumbres se corrompen. Se pierde el sentido de la autoridad. La familia se disgrega. Los maricas imponen su ley. Los negros aspiran a ser como los blancos. Hasta llegan a presidentes de los Estados Unidos. Los criados sustituyen a los señores. Las mujeres ya no son mujeres. Se resquebraja el principio de autoridad. Los gobernantes son débiles con los terroristas y ceden a sus chantajes. El terrorismo islamoetarra, impune por el 11-M, cada vez crece más. Se impone la política del apaciguamiento. Nadie quiere ver las armas de destrucción masiva que, sin embargo, están por doquiera. Gobiernan los incompetentes. Felipe aún no se ha ido. No existe el ánimo del esfuerzo. Las guerras no se hacen para ganarlas. Hágase usted las Azores completas para esto. La burocracia lo invade todo y nos dice cuándo y en dónde podemos comer, beber, fumar... El intervencionismo del Estado es atosigante, casi bolchevique. No se respetan los valores tradicionales. Ni los no tradicionales. No hay valores. No hay ética. Predomina el chanchullo, la componenda, la mangancia, el socialismo. La gente honrada no puede salir de casa. El espíritu del 68 envenena el mundo. Los enemigos de España, derrotados en el 39 y en el 42 y en el 62 y en el 66 y en el 75 y en el 96, vuelven a la carga para ganar la guerra que siempre pierden con la ayuda de Dios. Ya no hay sentido de la responsabilidad, ni del decoro, ni de la medida, ni del orden, ni de la verdad, ni del sentido. Las meretrices piden derechos; las lesbianas, respeto. La religión se hace a la carta. Se desprecia la cultura por las modas. Nos avergonzamos de nuestras raíces. Nos sometemos a la mariconada de lo políticamente correcto. España es una charlotada de 17 Españitas y dos zonas morunas. El enemigo está ganando la partida. Los mentirosos del cambio climático están convenciendo a la gente. Caemos en la peligrosa ilusión del pacifismo. Los falsos dioses toman nuestros templos. Los falsos profetas, la televisión. Y sin el escudo de misiles estamos con el culo al aire. ¡Qué solos nos has dejado, Caudillo!

(La imagen es una foto de ceslava.com, bajo licencia de Creative Commons).

¡Bienhaya, Zelaya!

¡Bravo, Mel, por fin te decidiste! Y yo que creí que nos habías salido pataruco. Así se hacen las cosas: de modo directo y contundente. Tres meses de espera para que los mandatarios extranjeros, la llamada comunidad internacional y otros mediadores, adoptaran medidas que forzaran a los golpistas a ceder y no se había conseguido nada, salvo ponernos a las puertas de las elecciones presidenciales de noviembre.

Ahora sí hay un buen quilombo y los reticentes tendrán que actuar porque la situación se ha internacionalizado de facto, gracias a la intervención -perfectamente legal y legítima- de Brasil. El conflicto no admite espera ni demora y nadie, sin embargo, tiene la menor idea de qué hacer. Micheletti es mucho más duro de lo que todos supusieron y tú, Mel, por fin, has demostrado agallas. Las cancillerías están que bufan. Pero tendrán que buscar una solución.

A estas alturas la intervención exterior, cuando menos regional, parece inevitable porque la seguridad de la embajada de Brasil y del propio Zelaya no están garantizadas. El aluvión de declaraciones de Micheletti, varias de ellas contradictorias, en las últimas horas, prueba que no cabe descartar un asalto al edificio perpetrado por quien luego se dirá que fue un comando de incontrolados o de patriotas indignados, que viene a ser lo mismo.

(La imagen es una foto de codepinkhq, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 22 de setembre del 2009

Cosa rara: en Alemania puede pasar algo.

A menos de una semana de las elecciones legislativas en Alemania las cosas no están tan claras como trasmite mayoritariamente la prensa. Las simpatías que entre periodistas y comunicadores en general despierta Frau Merkel con ese aspecto sobrio, discreto, unasuming, que dicen los ingleses; la forma de plantear la campaña de la CDU/CSU que lleva dos años machacando una idea: "Die Mitte" (el centro) y un rostro: Frau Merkel; el carácter un poco surrealista de una campaña electoral que enfrenta a dos aliados de gobierno actual, Frau Merkel y su ministro de Exteriores, Herr Frank-Walter Steinmeier; todo conspira para que los medios den por segura la victoria de la derecha, máxime si, como acaba de suceder, el Partido Liberal (FDP) se compromete a una alianza sin condiciones con la CDU, lo que aumenta, según se dice, el atractivo electoral de la posible coalición Negro (Democracia Cristiana)-Amarillo (Partido Liberal), una vez descartada la llamada "coalición semáforo", esto es rojo (Partido Socialdemócrata)-amarillo-verde (Partido Verde) y también la llamada "coalición Jamaica: negro, amarillo, verde". Esta imaginación cromática debe de ser manifestación de esa condición poética alemana que diagnosticaba Heine cuando decía que "los alemanes sueñan con las revoluciones que los franceses hacen".

El caso es que, si nos atenemos a los resultados de los sondeos, las posibilidades de un triunfo de la derecha y de la izquierda están muy equilibradas. Viendo el de marzo de este año a la derecha (fuente: wahlumfrage) se ve que la derecha (coalición negro/amarillo) tenía una intención de voto del 50 por ciento y la izquierda (coalición rojo/verde/rojo, esto es, socialdemócratas, verdes e izquierda de Bisky y Lafontaine) del 45 por ciento. Cinco puntos porcentuales de diferencia. Mucho y poco, según se mire.

Seis meses después, en el último sondeo antes de las elecciones (fuente: Frankfurter Allgemeine Zeitung), las posibilidades son: negro/amarillo: 49 por ciento; rojo/verde/rojo: 46 por ciento. Diferencia, tres puntos porcentuales. Dos menos que en marzo. Claro que está por ver que los verdes firmen sin más con la izquierda (repetición de la experiencia Schröder/Fischer) en lugar de inclinarse por una más atractiva coalición Jamaica en el caso de que se planteara. Igualmente está por ver que pueda darse una alianza entre los socialdemócratas y la Izquierda de Die Linke, de Bisky y Lafontaine, de relativamente reciente creación en parte desgajado del SPD, en parte antiguos comunistas, radical y sin experiencia de coalición.

Por último, las cosas pueden también quedarse como están cual se aprecia en el gráfico de más arriba, también del FAZ en el que se ve que las fortunas electorales de los partidos entre mayo y septiembre de 2009 apenas han variado. (Por cierto, será interesante ver si el partido de los Piratas consigue representación).

Nicoleón Sarkozy.

Cuéntase que un joven diputado inglés alma de cántaro a quien Churchill estaba mostrando la Cámara de los Comunes, al ver la bancada laborista, exclamó con pasión: "¡Ahí se sienta el enemigo!" A lo que el viejo zorro respondió con flema: "Se equivoca, joven, ahí se sienta la oposición" y añadió señalando la bancada conservadora: "El enemigo se sienta ahí".

¡Cómo se odian los señores Sarkozy y De Villepin! Casi parecen hermanos y lo suyo lo que se llama un odio cainita. En realidad, políticamente son hermanos. Pertenecen al mismo partido (y convierten con ello a Churchill en profeta) y han formado parte del mismo gobierno bajo Jacques Chirac, del que también se dice que está pringado en el alucinante caso que enfrenta a los otros dos, el caso Clearstream con De Villepin como acusado y Sarkozy como acusación particular. La cuestión en concreto: si, siendo primer ministro, De Villepin medió para que llegara a la policía, sabiendo él que era falsa, una lista de nombres de personas sospechosas de blanqueo de capitales en la que se encontraba el de Sarkozy. La idea parecería ser difamarlo y destruir sus esperanzas de presentarse candidato a la Presidencia de la República, cargo que codiciaba De Villepin. El proceso va a sacar a la luz del día parte de las mayestáticas entretelas del Estado francés, sus servicios secretos, algunos de los banqueros, aristócratas, mafias, políticos de todos los colores, eclesiásticos... La feria de las vanidades entre Matignon y el Elíseo. Preguntado Sarkozy porqué rompe la tradición de que los presidentes de la República no pleitean mientras están en el cargo ya que gozan de inmunidad, contesta que si es cierto que el Presidente de la República no está por encima de la ley, también lo es que no está por debajo. Y ha añadido en imagen inquietante: que "hará colgar del gancho del carnicero a quienes hayan hecho esto".

Es el último acto, por ahora, de una larga historia de enfrentamientos entre los dos políticos, ambos aspirantes a la presidencia de la República, lo cual recuerda aquella anécdota que se cuenta del Emperador Carlos V en relación con Francisco I de Francia: "Mi primo y yo estamos de acuerdo: los dos queremos Milán". Igual que los dos gaullistas de segunda generación quieren la presidencia de la Vª República, aun con el mandato capado de siete a cinco años, porque sigue siendo la obra de De Gaulle, la penúltima encarnación de Napoleón en Francia. Digo penúltima porque para mí que la última es la de M. Sarkozy ya que el asunto De Villepin trae a la memoria la muerte del duque d'Enghien, a quien Napoleon hizo fusilar sabiendo que era inocente y los cargos, inventados. Y el ejemplo vale para las dos partes.

(La imagen es una foto de azrainman, bajo licencia de Creative Commons) y es una ingeniosa adaptación de Photoshop del célebre cuadro de David titulado Napoleón cruzando los Alpes.

dilluns, 21 de setembre del 2009

¿Quién espía a quién?

Este verano la señora De Cospedal acusó falsamente al Gobierno de practicar escuchas ilegales de sus adversarios políticos. Digo falsamente porque mes y medio después de las acusaciones la acusadora no ha aportado prueba alguna que las avale. Acusaciones falsas, por tanto, torticeras, patrañas, embustes, calumnias, ruido mediático al que inmediatamente se apuntó todo el que en el PP pintaba algo para seguir mintiendo, fabulando cuentos de miedo. Todo artimañas y embelecos a ver si distraían a la opinión y ésta se se olvidaba de los escándalos de corrupción, de la trama de conseguidores en nómina en el caso Gürtel

Pero héteme aquí que los únicos actos de espionaje, de seguimiento ilegal de personas parecen haberlos realizado los acusadores. La misma señora Aguirre que hasta hace poco desmentía rotundamente con sus ademanes achulapados que en su gobierno se cometieran delitos de espionaje, vuelve a verse confrontada con los hechos tozudos, esta vez avalados por un informe de Telefónica.

Hace unos meses, cuando la señora Aguirre sopesaba la oportunidad de lanzar su candidatura a la presidencia del PP a escala nacional según parece sus espias, gente a sueldo de la Comunidad de Madrid, esto es, de las administraciones públicas, nos espiaban y, sobre todo, espiaban a los rivales de la señora Aguirre probablemente con intención de chantajearlos en cuanto pudieran para facilitar el acceso de la dicha señora al puente de mando.

No es de esperar que nadie en el gobierno de la responsable última de los presuntos espionajes presente su dimisión. Es gente acostumbrada a la idea de que todo vale para acceder al gobierno o conservarlo. Ya el modo en que entraron, a través del Tamayazo, acredita su absoluta falta de escrúpulos. Pero alguien podía preguntar a la señora De Cospedal qué opina de la actividades de espionaje de su partido... y quedarse a escuchar la repuesta.

(La imagen es una foto de Roberto García, bajo licencia de Creative Commons).

Torturas American way.

A pesar de los mendaces argumentos de siete barandas sucesivos de la CIA en el sentido de que no se investiguen las torturas que la agencia infligió en el pasado a detenidos o simples secuestrados de origen musulmán con el pretexto de que ello haría peligrar la lucha contra el terrorismo y debilitaría la confianza de los agentes en su labor, el señor Obama ha dado la única respuesta que cabe dar decentemente: las investigaciones seguirán porque en un Estado de derecho nadie está por encima de la ley.

Esos siete mendas que han firmado el escrito, jefes de los presuntos torturadores están bajo la lógica sospecha de haber encubierto los hechos, si no de haberlos ordenado directamente. Así que su demanda, lejos de obedecer a una generosa preocupación por los destinos de sus subordinados, trata de conseguir impunidad para sus propias supuestas fechorías. Es un modo miserable y ramplón de tratar de exculparse invocando un interés público imaginario.

En ello tienen a quien seguir e imitar: al inimitable Mr. George W. Bush quien, confrontado con la acusación de que su gobierno torturaba, negaba los hechos rotundamente y siempre rechazó la idea de investigar nada, argumentando que las técnicas "duras" de interrogatorios habían ayudado a salvar "vidas americanas". Es decir, también en su caso, sospechoso de encubrimiento y complicidad cuando no de haber ordenado personalmente las torturas, su actitud, al igual que la de los siete poco magníficos, es un acto de autodefensa que, en su caso, como siempre cuando se trata de Bush, viene complementado con una guinda de estupidez. ¿O es que las vidas "no americanas" no merecen salvarse?

(La imagen es una foto de tsevis, bajo licencia de Creative Commons).