A menos de una semana de las elecciones legislativas en Alemania las cosas no están tan claras como trasmite mayoritariamente la prensa. Las simpatías que entre periodistas y comunicadores en general despierta Frau Merkel con ese aspecto sobrio, discreto, unasuming, que dicen los ingleses; la forma de plantear la campaña de la CDU/CSU que lleva dos años machacando una idea: "Die Mitte" (el centro) y un rostro: Frau Merkel; el carácter un poco surrealista de una campaña electoral que enfrenta a dos aliados de gobierno actual, Frau Merkel y su ministro de Exteriores, Herr Frank-Walter Steinmeier; todo conspira para que los medios den por segura la victoria de la derecha, máxime si, como acaba de suceder, el Partido Liberal (FDP) se compromete a una alianza sin condiciones con la CDU, lo que aumenta, según se dice, el atractivo electoral de la posible coalición Negro (Democracia Cristiana)-Amarillo (Partido Liberal), una vez descartada la llamada "coalición semáforo", esto es rojo (Partido Socialdemócrata)-amarillo-verde (Partido Verde) y también la llamada "coalición Jamaica: negro, amarillo, verde". Esta imaginación cromática debe de ser manifestación de esa condición poética alemana que diagnosticaba Heine cuando decía que "los alemanes sueñan con las revoluciones que los franceses hacen".
El caso es que, si nos atenemos a los resultados de los sondeos, las posibilidades de un triunfo de la derecha y de la izquierda están muy equilibradas. Viendo el de marzo de este año a la derecha (fuente: wahlumfrage) se ve que la derecha (coalición negro/amarillo) tenía una intención de voto del 50 por ciento y la izquierda (coalición rojo/verde/rojo, esto es, socialdemócratas, verdes e izquierda de Bisky y Lafontaine) del 45 por ciento. Cinco puntos porcentuales de diferencia. Mucho y poco, según se mire.
Seis meses después, en el último sondeo antes de las elecciones (fuente: Frankfurter Allgemeine Zeitung), las posibilidades son: negro/amarillo: 49 por ciento; rojo/verde/rojo: 46 por ciento. Diferencia, tres puntos porcentuales. Dos menos que en marzo. Claro que está por ver que los verdes firmen sin más con la izquierda (repetición de la experiencia Schröder/Fischer) en lugar de inclinarse por una más atractiva coalición Jamaica en el caso de que se planteara. Igualmente está por ver que pueda darse una alianza entre los socialdemócratas y la Izquierda de Die Linke, de Bisky y Lafontaine, de relativamente reciente creación en parte desgajado del SPD, en parte antiguos comunistas, radical y sin experiencia de coalición.
Por último, las cosas pueden también quedarse como están cual se aprecia en el gráfico de más arriba, también del FAZ en el que se ve que las fortunas electorales de los partidos entre mayo y septiembre de 2009 apenas han variado. (Por cierto, será interesante ver si el partido de los Piratas consigue representación).