dilluns, 24 de setembre del 2007

El culebrón de ETA.

Finalmente, los de Gara cumplieron su amenaza de largar el serial completo de las negociaciones entre el Gobierno y ETA. Un cuadernillo de sesenta y cuatro páginas con el relato pormenorizado, detallado, al minuto, de esa negociaciones que ETA se cargó por el procedimiento habitual en estos casos, dando una coz al tablero en forma de bombazo de la T-4 en Madrid. La finalidad del culebrón, que comenzó este verano con grandes alharacas de esas de "vamos a destapar la verdad verdadera", era justificar la coz en el tablero probando que el Gobierno ya había desbaratado toda posibilidad de acuerdo, es decir, culpar al Gobierno de la ruptura.

Lo que sucede es que esa pretensión no es posible porque hasta el más pollino sabe que el responsable de dar coces al tablero es siempre el que las da y que carece de justificación alguna. Quizá en el PP no lo sepan y por eso piden comparencias del Gobierno para que aclare los extremos que Gara y/o ETA le achacan; lo cual es literalmente absurdo precisamente porque ya lo aclaran suficientemente Gara y/o ETA cuando dicen que el Gobierno pretendía negociar "un proceso de rendición". ¿No es eso lo que están siempre exigiendo los señores del PP?

Parece evidente que el culebrón no interesa ya a nadie. Los medios apenas se hacen eco del asunto. La presión policial y judicial y el aislamiento social lo están consiguiendo: ETA y la izquierda abertzale van de capa caída. La finalidad de la enésima edición de los protocolos de los sabios de Loiola no es informar a nadie pues todos estamos informados. Es dar munición a las baterías del PP para amargar la vida al gobierno del PSOE. Pero los del PP hacen mal en instrumentalizar las campañas de ETA pues todos los regalos de ésta están envenenados. ¿Cómo va a explotar electoralmente un fracaso de las negociaciones con ETA que se da porque el Gobierno no está dispuesto a quebrantar en lo más mínimo el ordenamiento constitucional?

Lo que está esperando todo el mundo, hasta los suyos, no son sesenta y cuatro páginas de relatos, sino sesenta y cuatro líneas diciendo que dejan las armas y explicitando la localización de los zulos que las contienen. Todo lo demás es perder el tiempo.

El paisaje interior.

El domingo, entrada libre a la exposición de Patinir que hay en el Museo del Prado, así que allí nos fuimos, a ver al padre de la paisajística flamenca y no flamenca. El paisaje es el marco de diferentes acciones humanas y motivos generalmente religiosos pero, al mirar con mayor detenimiento, se ve que es mucho más que un marco pues tiene vida propia y narra su historia, habitualmente muchas y en el que las figuras principales son como pegotes. En este "Descanso en la huida a Egipto" esa virgen que tanto recuerda a las de Van der Weyden o Gérard David, aparece como sobrepuesta en un escenario que tiene sus proporciones y su armonía sin ella . Una vez que el paisaje atrapa la atención se abre como una historia de forma que en este descanso vemos a un hombre arando, otro segando, varios más patrullando, otros degollando inocentes, etc, todos ellos dedicados a múltiples actividades en un mundo que aparece como suspendido, con el tiempo detenido, en el sosiego de la paz interior.

También se expone aquí "Caronte cruza la laguna Estigia" en el que el paisaje no es solamente ya marco, sino el elemento decisivo, la frontera y, por lo tanto, lo que separa y une a dos partes, el bien y el mal, en este caso, el cielo a la izquierda y el infierno a la derecha, en cada una de las cuales hay actividades propias de su condición: las bienaventuranzas de los justos, los ángeles por doquier, los dulces meandros de los ríos de la vida que van al común desembocar y los horribles tormentos de los condenados, los monstruos y las entrañas ardiendo de la tierra. El paisaje adquiere una condición metafísica porque se vincula como escenario a los momentos trascendentales de la existencia.

La exposición está muy bien. Reúne casi todas las obras de Patinir, como treinta, e ilustra acerca de sus antecedentes, esto es, los pintores que más influyeron en él, así como consecuentes. Las influencias más notorias proceden del Bosco, al extremo de poder confundirlo con él en algún momento. Pero Patinir tiene un un espíritu más sosegado. Incluso tratando las postrimerías, las composiciones crean un mundo mágico, como encantado, raramente apocalíptico.


diumenge, 23 de setembre del 2007

Blogorismo VII. Fuego amigo.

Según parece el acto en memoria del señor Polanco en el Círculo de Bellas Artes, con el que coincidimos cuando fuimos a ver Cravan vs Cravan, transcurrió como un servicio en la sinagoga, con los asistentes rezando sus cumplidas oraciones en público pero murmurando por lo bajo sobre la "guerra del futbol" entre Sogecable (o sea Prisa, o sea el difunto Polanco) y Mediapro (o sea los de Público, o sea los amigos del señor Rodríguez Zapatero) que es el tema de los mentideros capitalinos.

Por su parte el señor González, suelta lo del "fuego amigo" que, dice, no le gustaría nada a Polanco. A nadie le gusta el fuego amigo o enemigo. Matan igual. Pero con la idea de "fuego amigo" viene aparejada la certidumbre de que se trata de bajas causadas por equivocación e involuntariamente. Y creo que esos son los rasgos que faltan en este "fuego amigo" que, en realidad, es "fuego enemigo". Fuego enemigo desde las propias filas.

Blogorismo VIII.- Un chalet en el Caribe.

Cuando lo vi en la tele no daba crédito a mis sentidos. El señor Rajoy diciendo que el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero es tan incompetente, insubstancial y disparatado que nadie debe extrañarse si promete chalets para todos en el Caribe y, si no, concluyó, "al tiempo". ¿A cuánto tiempo? Por si acaso, exijo que, pasado el tiempo que sea, al señor Rajoy no le corresponda ningún chalet, para que se fastidie por aguafiestas, como Moisés se quedó sin pisar la tierra prometida.

Para el señor Rajoy el señor Rodríguez Zapatero es el hijo pródigo, que ha dilapidado en locuras y placeres la fortuna del padre, que es el PP. Pero no es así. El señor Pródigo Zapatero sólo ha comprometido un diecisiete por ciento del superávit de este año. O sea que aún puede seguir dilapidando en políticas sociales a favor de los jóvenes o de los matrimonios con bajos ingresos; cosas que, como se ve, sacan de sus casillas al señor Rajoy y le hacen perder el juicio.


Los dioses se muestran.

Por consejo del marido de prima Carmen, un hombre profundamente religioso, culto y de refinada sensibilidad, hemos ido a ver la exposición que alberga el Centro Cultural de la Villa en Madrid, con ese título tan curioso, de lejanas reminiscencias cortazarianas. La expo está muy bien y montada con originalidad. La patrocina y organiza tal cantidad de instituciones y asociaciones, todos cuyos máximos responsables han escrito prólogos en el catálogo, que cabía temer lo peor. Pero no, probablemente porque la exposición es obra de los especialistas de la Asociación Museo de Europa y porque intervienen en ella algunos artistas con propuestas muy curiosas, el hecho es que el recorrido es ameno e instructivo pues tiene mucho espíritu pedagógico. Explica las religiones con comprensión y empatía y sin adoctrinamiento alguno, bendito sea el Señor.

La expo consigue hacer visibles los aspectos esenciales de bastantes de las religiones más importantes, como el cristianismo, el islamismo, el judaísmo, el jainismo, el hinduismo, el budismo, el sincretismo, el animismo, el sintoísmo, el sijismo, con incursiones en el catolicismo, el cristianismo ortodoxo, el confucianismo, las sectas, como la de la Cienciología o el Opus Dei.

Mediante comparaciones trasversales, sobre asuntos concretos (las representaciones de los respectivos dioses, los ritos de tránsito, las vestimentas, las prácticas culinarias y dietéticas, los templos, etc) se aprecian las similitudes y diferencias entre las religiones. Algunas son llamativas. Por ejemplo, la distancia que hay entre las religiones que conocen representaciones plásticas de sus dioses y las que las prohíben, como el islamismo, el judaísmo y, en alguna medida, el protestantismo. Siempre me ha llamado la atención el proceso por el que el amorfo Jehová de la Biblia acaba tomando la forma de un anciano de luenga barba blanca cuyo canon configura Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. ¿Por qué Dios Padre ha de tomar esa figura de anciano y no la de un hombre (o mujer) en la plenitud de la vida?

Hay un apartado dedicado a los novísimos, que se materializa a través de explicaciones tomadas en video de seguidores normales de las distintas religiones, grabadas a gentes anónimas creyentes en las calles de Bruselas: quiénes creen que hay un más allá, quiénes no, quiénes piensan en los ciclos del Karma, etc. Escuchándolos queda claro cómo las religiones son la respuesta de los seres humanos a la conciencia de mortalidad. Hay una sección dedicada a los intermediarios y los "profetas autoproclamados", en donde se recogen las biografías de gentes muy diversas, como Monseñor Escribá de Balaguer, Billy Graham, el Dalai Lama o bien Ron H. Hubbard (el fundador de la cienciología), el Reverendo Moon o el señor Elijah Muhammad, el de la Nación del Islam, que sostiene la superioridad de la raza negra ya que los blancos son una mutación monstruosa. No quiero ser chinchorrero pero llama la atención la cantidad de estos profetas o iluminados que han tenido problemas con la ley. Cuesta ver a Billy Graham, Luc Jouret o Edir Marcedo y no pensar de inmediato en Elmer Gantry pues la naturaleza imita al arte, como decía Oscar Wilde.

La verdad es que merece la pena acudir a la exposición aunque sólo sea por ver la imagen de la derecha, que representa a fieles hinduistas tan contentos pues van a darse un baño en el Ganges, con lo que se purificarán. Ya hace falta tener fe para pensar que sumergiendo a esa muchedumbre polvorienta en el río saldrá alguien "purificado".

Y hay más cosas, hasta una obra de teatro sobre "Conflictos y convivencia" que no llegué a ver porque tiene unos tiempos y hay que esperar a que comience.

¡Ah! Y tiene entrada gratuita, cosa nada baladí.

dissabte, 22 de setembre del 2007

Más sobre Público.

Parece que sí, que Público tendrá su edición digital. No sé de dónde saqué que no la tenía. En todo caso me alegro porque un diario sin edición digital no tendría buena andadura. Y yo se la deseo inmejorable pues pienso que la libertad en gran medida es posibilidad de elegir entre opciones alternativas, incluida la opción de no elegir. Por tanto, a mayor cantidad de periódicos o de partidos, más libertad. Por eso me alegro de que haya un periódico nuevo, Público, y un partido nuevo, UPD, con independencia de que lo vote o lo lea.

Ahora bien, tanto los diarios como los partidos tienen algo en común con el común de las mercancías, esto es, son productos que es preciso "vender" en el mercado, han de conseguir lectores y electores; si no los consiguen, tendrán que echar el cierre. Por supuesto, hablamos de sociedades libres. A las de partido único y prensa monocorde no se les presenta ese problema, pues los lectores y electores no tienen nada que elegir. Y, además de hablar de sociedades libres, conviene que las empresas que fabrican esos productos (que, por supuesto, son mercancías sui generis) estén sanas, sean prósperas, obtengan beneficios. Si no son fuertes, si no tienen beneficios sino pérdidas, los diarios y los partidos, para sobrevivir, han de conseguir subvenciones y cabe recordar que "quien paga, manda".

¿Y qué es lo primero que se hace con una mercancía o producto nuevos? Estudiarlo, examinarlo, atender a lo que dice el fabricante y ver si se corresponde con la realidad. En cuanto a Público, si me dicen que va a ser un diario de izquierda, progresista, que no va a tener editoriales, que va a privilegiar la información gráfica, que su estilo no será difícil sino llano, que reequilibrará la relación entre política, economía, ciencia, etc en favor de las últimas y que dará especial importancia al deporte, al punto de equipararlo a la política para quienes decidan empezar la lectura del diario por la última página; si me dicen todo esto, pienso que ese diario no coincide en absoluto con la idea de izquierda que yo tengo. Quizá sea un anticuado pero no entiendo cómo alguien puede decir que un diario va a ser de izquierda y progresista pero no va a tener editoriales porque "las personas jurídicas no tienen opinión". Entonces ¿quién tiene la opinión de izquierda y progresista en el diario? Supongo que no los columnistas que, en principio, hablan por ellos mismos e imagino y espero que habrá de todo. ¿Se manifestará la opinión en la información? Bueno eso es lo que pasa de ordinario, pero contradice la regla número uno del periodismo que obliga a diferenciar opinión e información, al menos en teoría. Y, en todo caso, como se diga que la opinión impregnará la información auguro a Público tantos lectores como al Telegrama de Valdelapuerca.

He dicho que no coincide con la idea de izquierda que tengo yo, no que sea o no de izquierda porque en esto de qué sea o no "de izquierda" en nuestras sociedades hay tanto acuerdo como acerca del sexo de los ángeles, y especialmente en la izquierda. Basta con leer precisamente las noticias sobre el mencionado diario. Según quién las dé vemos en el horizonte la aurora roja de un Kronstadt mediático victorioso o la puesta en marcha de un periódico progubernamental a seis meses de las elecciones, para que el PSOE tenga su medio de expresión, igual que lo tiene el PP con El Mundo, el ABC y la La Razón. Porque, obviamente, todo el mundo sabe que El País no lo es. También puede encontrarse la "explicación" de que Público será el enésimo intento de la burguesía de tratar de engañar a la gente mediante medios cuya única consigna es la manipulación. El único que no manipula, http://www.iskra.rev.

Es ingenuo juzgar a las gentes de Público por lo que dicen o digan. Hay que hacerlo por lo que hagan. Y si hacen lo que han dicho y lo he interpretado bien, el diario no me parecerá de izquierda, aunque haya gente que así lo crea.

Por descontado, este criterio es ético, no estético y no tiene nada que ver con el juicio de calidad que pueda merecer el producto en otros aspectos, como diseño, maquetación, etc. Me da que va a tener demasiado color, con lo que habrá quien lo tome por un comic, lo que tampoco tiene por qué ser necesariamente malo.

Por descontado asimismo mi fidelidad a El País, no es prueba empírica del carácter inelástico de la oferta/demanda de prensa, ni producto de un interés inconfesable pues bien se ve que no tengo nada que ver con él, ni se debe a que me gusten doña Rosa Montero o el señor Juan Cruz, a quienes hace años que no leo por encontrarlos insoportables. No, mi fidelidad a El País en donde escribe gente muy variada a la que leo nada, a veces, con frecuencia pero nunca siempre, se debe a que, a mi modesto entender, con todos sus defectos (cargante elitismo, exclusivismo, clientelismo, etc.) es el mejor periódico en España con mucho de acuerdo con criterios bastante objetivos como rigor de la información, abundancia de documentación, profesionalidad en la redacción, pluralismo en la opinión. Los demás van por detrás; algunos, mucho.

Por último, si se escora poco o mucho a la derecha suele depender de los momentos pero, en general El País es bastante conservador, especialmente en asuntos atingentes al País Vasco y Cataluña.

Finalmente me resulta muy difícil entender cómo se trata de competir con El País aplicando criterios no ya distintos, sino contrarios a los que han llevado a este diario al triunfo de ser el primero de España.


La mota roja.

Hay en los nacionalismos algo de sectas y en las sectas algo de asesinas. Ese sumergirse en un mundo cerrado sobre sí mismo, con sus pautas, sus ritos, sus juicios tajantes sobre el bien y el mal, el amigo y el enemigo, su cultivo del odio al distinto, al forastero; ese aniquilar la voluntad personal, al servicio de una causa colectiva, ese monólogo perpetuo, el mantra invocado hasta la saciedad, tiene que dar comportamientos neuróticos, agresivos, asesinos.

El cartel que, al parecer, estaba ayer en el portal del señor Rivera, dirigente de Ciutadans, con el cartucho clavado en la frente del interesado recordaría a uno de aquellos Readymades de Marcel Duchamp y suscitaría el jolgorio que siempre mueven las piezas surrealistas de no ser porque detrás de ésta en concreto puede encontrarse cualquier asesino, dispuesto a cometer el crimen anunciado en pro de la Patria mancillada por la bota extranjera, el imperialismo español o alguna sandez de ese tipo.

¿Qué otros comportamientos o fenómenos trae a la memoria esta siniestra hazaña del cartelito? Todas las señales y signos que se usan en las guerras de religión, en las limpiezas étnicas, en los pogroms, en los actos de racismo colectivo, en las actividades de la mafia, en las prácticas de la delincuencia organizada.

Da vergüenza que pasen estas cosas.


divendres, 21 de setembre del 2007

Bienvenido, Público

Se ha presentado en Madrid el nuevo diario Público, que estará en la calle el próximo veintiséis de septiembre, que costará 0,50 euros, carecerá de editoriales, no dará especial relevancia a la política, traerá mucha ciencia y economía, tendrá una última página de deportes, quiere captar lectores juveniles y reñirle el terreno de la izquierda a El País.

No sé yo. Como lector de El País tendré que tener algo mejor para cambiarme de periódico, si no, ¿por qué lo haría? No parece que quienes presentan el producto lo consigan. Algunas innovaciones que se anuncian pueden ser contraproducentes. Por ejemplo, eso de que el periódico no tendrá editoriales bajo el argumento de que las personas jurídicas no tienen opinión. Un diario sin editoriales es una novedad; pero no necesariamente bneficiosa. Los editoriales sirven para atribuir una posición determinada al periódico, del tipo de "el País dice hoy...", etc, en el fondo una licencia literaria similar a la que permite a muchos periodistas escribir cosas como "París rechazará el tratado" o "Londres duda de las intenciones de Moscú". En fin, no seré yo quien defienda los editoriales, lugares donde los periódicos pretenden adoctrinar a sus lectores, pero no acabo de ver un diario sin ellos.

Si no hay editoriales, en ¿qué se notará que el diario es progresista, de izquierda? En los columnistas, que lo harán explícito (aunque nunca se sabe con esta subfamilia del homo sapiens, especialista en sobrevivir en contextos hostiles) y en el modo de enfocar las noticias, donde habrá más carga implícita.

Por todo lo que va viéndose, parece tratarse de una reedición de aquel proyecto que lanzó un grupo español en común con la Bertelsmann alemana, un diario popular que se definía como el "diario de los que no leen diarios". Este Público dice venir ahora en busca de los nuevos lectores que, como a la perdices los perros, han levantado los diarios gratuitos. Deben de haber hecho un sondeo y descubierto que a la gente le giban las cosas muy densas y elaboradas, algo de lo que se acusa a El País como periódico demasiado elitista, pero el caso es que este tipo de conciudadano a quien se quiere vender el nuevo diario es más una ficción que una realidad. ¿Mendas dispuestos a pagar 0,50 euros por leer? No creo sean muchos. Es más o menos el mismo dibujo de clientela de Izquierda Unida, gente más radical que el PSOE, más cercana al mundo del trabajo, con menor nivel educativo (como media) y que prefiere leer cosas más livianas. Pero el respaldo electoral de Izquierda Unida no da magnitudes halagüeñas para el éxito empresarial de un proyecto.

Uno de los cálculos más habituales en relación con el nuevo partido de los señores Díez, Savater etc consiste en averiguar a cuál de los otros restará votos la nueva formación. Lo mismo cabe decir del nuevo periódico, esto es, a cuál de los establecidos causará mayor merma de lectores. Los comentaristas insisten en que, a tenor de la proclamación programática de la izquierda y el progresismo, el afectado será El País. Me da la impresión de que por el tipo de lectores que dicen ir buscando, el más afectado será El Mundo.

Me parece que no anuncian edición digital. Es sorprendente, teniendo en cuenta que varios de los que lo hacen son blogueros de éxito y/o veteranos y saben que lo que no está en la red no está en el mundo.

Craving for Cravan.

En el cine del Círculo de Bellas Artes de Madrid ponen -creo que hoy es último día- el documental de la imagen, una peli de Isaki Lacuesta con Frank Nicotra y la decisiva participación de Eduardo Arroyo y María Luisa Borrás estrenada en 2002. El film es una indagación en la corta y extravagante vida de Arthur Cravan y su no menos misteriosa muerte. Arthur Cravan, cuyo verdadero nombre era Fabian Avenarius Lloyd, nació en Lausanne en 1887 y debió de morir, pues no se sabe de cierto, en algún punto del Golfo de México cuando se embarcó con un amigo en un barquito con ánimo de alcanzar las costas de La Argentina.

Di con Cravan hace hace ya algunos años, cuando empecé a interesarme por los fenómenos de desdoblamiento de personalidad, los dobles, en la literatura. Más específicamente, cuando buscaba autores que hubieran utilizado heterónimos, como Pessoa, por ejemplo. Cravan los batía a todos. Publicó durante un par de años una revista literaria llamada "Maintenant" hacia los años de 1912/1915 en la que él escribía todos los artículos, poemas, críticas (algunas de ellas realmente feroces, como la que dedicó al Salon des independents, a los que calificaba de "farsantes") y crónicas. Todo. Y firmaba cada pieza con distintos seudónimos. Lo cual coincidía con su forma de vivir. En los años que residió en París, antes de la Primera Guerra Mundial, tenía a gala crear un personaje distinto de sí mismo cada semana.

Tanto la revista como el autor se encuadran claramente en el dadaísmo y el surrealismo. Pero en mi opinión Cravan fue más allá porque no solamente escribía (y está por ver si también pintaba, porque no es cien por cien seguro que sean suyos los cuadros que se le atribuyen) en lo que después sería dadaísmo y surrealismo sino que vivía como un dadaísta o surrealista. Francis Picabia o Marcel Duchamp, entre sus amigos surrealistas, eran verdaderos burgueses a su lado.

Era sobrino de Oscar Wilde y este parentesco lo tuvo en ascuas toda su vida. Aunque no llegó a conocer a su famoso tío, sí acabó publicando en su revista que se lo había encontrado en París (por entonces Wilde llevaba nueve años muerto) y que vivía, noticia que recogió el New York Times y, en consecuencia, se columpió.

Además de poeta, crítico, fanfarrón, bebedor, pendenciero, Cravan era boxeador. Esta faceta pugilística del personaje ha fascinado a mucha gente, entre la de hoy, el pintor Eduardo Arroyo. Precisamente hace unos meses, visitando una exposición de Arroyo, encontré los dibujos sobre Cravan con grata sorpresa. En la peli, Arroyo se explaya sobre las razones de su dedicación a Cravan. Éste desafió al campeón del mundo de pesos pesados, Jack Johnson, el combate tuvo lugar en la plaza de toros de Barcelona en 1916 y Cravan fue literalmente arrollado por el campeón y si duró seis asaltos fue porque había tongo, aunque consiguió el dinero suficiente para pagarse un viaje a los EEUU, en donde buscaba refugio como desertor, razón por la que acabó en México, en donde desapareció.

Todo un personaje este Cravan. Entre las teorías o leyendas que circulan sobre él, está la que asegura que Cravan no murió, se quedó en Mexico y publicó sus obras siguientes firmando como B. Traven. Se hace difícil admitir que un dandy nacido en Suiza pueda escribir novelas como El tesoro de Sierra Madre, Gobierno o El barco de la muerte. Por muy dadaísta que sea.

dijous, 20 de setembre del 2007

¿El bueno y el malo?

Cualquiera que haya atendido a las recientes comparecencias de los señores Rodríguez Zapatero por un lado y Nicolas Sarkozy por el otro puede haber concluido en una primera impresión que están claras las diferencias entre la izquierda y la derecha. La izquierda redistribuye, ayuda a los más necesitados, endereza los entuertos del mercado y amplía derechos; la última prueba, la pedrea de doscientos diez euros para los jóvenes entre veintidós y treinta años que ganen menos de veintidós mil euros brutos al año, lleven cuatro residiendo en España y no alquilen a parientes. Espero haber reproducido correctamente las cifras. La derecha debilita la protección jurídica del trabajo (contratación), reduce o elimina subvenciones y prestaciones sociales y pasa por encima de derechos adquiridos tras años, decenios, siglos de lucha. La prueba esa oferta de "nuevo contrato social" del señor Sarkozy, que quiere acabar con los regímenes especiales de la seguridad social (asimilándolos al régimen general), la semana de treinta y cinco horas, el tratamiento favorable de las prejubilaciones y la obligatoridad del retiro a los sesenta y cinco años.

Piano, piano. Ni lo primero tiene que ser necesariamente de izquierdas ni lo segundo de derechas. La política es un espectáculo, sí, pero no hay que dejarse engañar por él pues nada es enteramente como parece y a veces hasta es como no parece. Lo de menos es si la medida sobre la vivienda del Gobierno socialista es o no "electoralista", signifique esto lo que signifique. Y es lo de menos porque faltan unos seis meses para las elecciones y para entonces ya se le puede haber sacado la punta negativa, que la tiene y gorda. Lo primero que se me ocurre pensar de este Gobierno tan europeísta es qué significado tiene el requisito de los cuatro años de residencia en España. Supongo que pretende excluir a muchos extranjeros y me pregunto si ese requisito se puede mantener frente a una impugnación en virtud del estatuto de la ciudadanía europea y la libre circulación de las personas en la UE. Supongo que sí, pero podría intentarse la impugnación.

Por lo demás, el punto oscuro de la medida es su impacto en el mercado y la previsible reacción de éste, consistente en incrementar los alquileres. Si esto sucede, la medida no beneficia especialmente al sector enfocado y, en cambio, perjudica claramente a quienes tienen menos de veintidós y más de treinta años, ganen más de veintidós mil euros al año, lleven menos de cuatro residiendo en el país o hayan alquilado a parientes. Este es un problema que tienen siempre las llamadas "leyes medida" propias del Estado del bienestar, que son leyes pero no son leyes pues carecen de universalidad y generan agravios o, como dice el señor Sarkozy, con mucha razón generan "más injusticias que justicias". Por descontado que todo cuanto se haga por remediar el problema de la vivienda será poco y que las medidas de alivio, mitigación, protección, etc también son necesarias sobre todo para el "aquí y el ahora" que la gente quiere ver. Pero estos problemas tienen causas estructurales del sistema productivo en su conjunto que hay que abordar a medio y largo plazo y, de eso, me da la impresión, el Gobierno socialista no parece enterarse, absorbido como está en explicar y justificar la gestión pasada y ganar las próximas elecciones. Una situación que no es la más propicia para políticas de principios sino más bien de gestos.

Por el otro lado, el programa reformista del presidente Sarkozy, expuesto ayer en el Senado. Este Sarkozy tiene mucha miga. Cuando las pasadas elecciones presidenciales, servidor era partidario cerrado de la señora Royal. Y perdimos, porque la señora Royal no consiguió convencer a la mayoría de los franceses. Obvio. Pero el señor Sarkozy está resultando ser un presidente de talla insospechada. En poco más de cuatro meses, ha afirmado la posición de Francia tous azimuts. Ha incorporado a personas de izquierda a su gobierno, se ha reconciliado con los yankees, ha impulsado de forma decisiva el proceso de unidad europea, se ha mostrado duro con los inmigrantes y los delincuentes sexuales y quiere reformar el estado del bienestar de un modo radical porque, según él, no es "sostenible financieramente". A uno le gustan unas decisiones más que otras, pero lo que es evidente es que el señor Sarkozy no quiere ser un presidente ausente. Casi nadie conoce el nombre del primer ministro francés, Mr Fillon; en cambio todo el mundo sabe que el señor Sarkozy y el señor Brown andan pensando en meterse por su cuenta en una guerra contra el Irán. Esto, la verdad, ya parece una pura rebatiña a ver quién pilla más petróleo.

El rollo ese de la "bancarrota del Estado" ya en la forma de "crisis fiscal" ya en alguna otra es la agorería en que coincidieron los críticos conservadores y los marxistas del Estado del bienestar en los años setenta. "Caballeros, ¡así vamos a la ruina!". Casi cuarenta años después, aquí estamos y de ruina, nada. Es lo malo que tiene profetizar a años vista; mejor hacerlo a siglos, incluso a milenios; es más seguro. Por supuesto, ha habido que reformar y se ha reformado, provocando a veces muchos enfrentamientos sociales pero en líneas generales el modelo se ha mantenido.

Y en algunas de las reformas que propone el señor Sarkozy tiene toda la razón. Es verdad que muchas prestaciones por desempleo y otras frenan el empleo. Sabemos que es así, los llamamos "efectos no queridos" de ciertas políticas sociales. Será bueno que se haga algo contra los "efectos no queridos". ¿Y qué decir de los "regímenes especiales", verdaderas excepciones privilegiadas a favor de cientos de miles de empleados públicos? ¿Es de izquierdas mantener el régimen especial de jubilación del personal de la Ópera de París, establecido por decisión de Luis XIV, el Rey Sol, en 1698? ¿O el de la marina comercial y de pesca, establecidos en 1709? ¿Es de izquierda conservar relaciones jurídicas del ancien régime evidentemente gremiales, como si la Revolución francesa no hubiera tenido lugar? Estos y otros casos no menos interesantes, como los ferroviarios, los mineros, el personal de la Comédie Française, etc son los que permitieron a los teóricos políticos de los años ochenta y noventa hablar del "neocorporativismo" de nuestras sociedades. La fuerza se basa en el carácter monopólico de ciertas actividades públicas que defienden privilegios frente al régimen general de la seguridad social. Los regímenes especiales, innecesario decirlo, suelen ser deficitarios años tras año.

Si tuviera que decidir cuál de las políticas analizadas beneficia más al Estado del bienestar, me atrevería a decir que las del señor Sarkozy. Pero también es cierto que no es razonable juzgar la tarea de un gobierno por una medida específica en una situación concreta y hay que hacer un juicio de conjunto.