dissabte, 22 de setembre del 2007

Más sobre Público.

Parece que sí, que Público tendrá su edición digital. No sé de dónde saqué que no la tenía. En todo caso me alegro porque un diario sin edición digital no tendría buena andadura. Y yo se la deseo inmejorable pues pienso que la libertad en gran medida es posibilidad de elegir entre opciones alternativas, incluida la opción de no elegir. Por tanto, a mayor cantidad de periódicos o de partidos, más libertad. Por eso me alegro de que haya un periódico nuevo, Público, y un partido nuevo, UPD, con independencia de que lo vote o lo lea.

Ahora bien, tanto los diarios como los partidos tienen algo en común con el común de las mercancías, esto es, son productos que es preciso "vender" en el mercado, han de conseguir lectores y electores; si no los consiguen, tendrán que echar el cierre. Por supuesto, hablamos de sociedades libres. A las de partido único y prensa monocorde no se les presenta ese problema, pues los lectores y electores no tienen nada que elegir. Y, además de hablar de sociedades libres, conviene que las empresas que fabrican esos productos (que, por supuesto, son mercancías sui generis) estén sanas, sean prósperas, obtengan beneficios. Si no son fuertes, si no tienen beneficios sino pérdidas, los diarios y los partidos, para sobrevivir, han de conseguir subvenciones y cabe recordar que "quien paga, manda".

¿Y qué es lo primero que se hace con una mercancía o producto nuevos? Estudiarlo, examinarlo, atender a lo que dice el fabricante y ver si se corresponde con la realidad. En cuanto a Público, si me dicen que va a ser un diario de izquierda, progresista, que no va a tener editoriales, que va a privilegiar la información gráfica, que su estilo no será difícil sino llano, que reequilibrará la relación entre política, economía, ciencia, etc en favor de las últimas y que dará especial importancia al deporte, al punto de equipararlo a la política para quienes decidan empezar la lectura del diario por la última página; si me dicen todo esto, pienso que ese diario no coincide en absoluto con la idea de izquierda que yo tengo. Quizá sea un anticuado pero no entiendo cómo alguien puede decir que un diario va a ser de izquierda y progresista pero no va a tener editoriales porque "las personas jurídicas no tienen opinión". Entonces ¿quién tiene la opinión de izquierda y progresista en el diario? Supongo que no los columnistas que, en principio, hablan por ellos mismos e imagino y espero que habrá de todo. ¿Se manifestará la opinión en la información? Bueno eso es lo que pasa de ordinario, pero contradice la regla número uno del periodismo que obliga a diferenciar opinión e información, al menos en teoría. Y, en todo caso, como se diga que la opinión impregnará la información auguro a Público tantos lectores como al Telegrama de Valdelapuerca.

He dicho que no coincide con la idea de izquierda que tengo yo, no que sea o no de izquierda porque en esto de qué sea o no "de izquierda" en nuestras sociedades hay tanto acuerdo como acerca del sexo de los ángeles, y especialmente en la izquierda. Basta con leer precisamente las noticias sobre el mencionado diario. Según quién las dé vemos en el horizonte la aurora roja de un Kronstadt mediático victorioso o la puesta en marcha de un periódico progubernamental a seis meses de las elecciones, para que el PSOE tenga su medio de expresión, igual que lo tiene el PP con El Mundo, el ABC y la La Razón. Porque, obviamente, todo el mundo sabe que El País no lo es. También puede encontrarse la "explicación" de que Público será el enésimo intento de la burguesía de tratar de engañar a la gente mediante medios cuya única consigna es la manipulación. El único que no manipula, http://www.iskra.rev.

Es ingenuo juzgar a las gentes de Público por lo que dicen o digan. Hay que hacerlo por lo que hagan. Y si hacen lo que han dicho y lo he interpretado bien, el diario no me parecerá de izquierda, aunque haya gente que así lo crea.

Por descontado, este criterio es ético, no estético y no tiene nada que ver con el juicio de calidad que pueda merecer el producto en otros aspectos, como diseño, maquetación, etc. Me da que va a tener demasiado color, con lo que habrá quien lo tome por un comic, lo que tampoco tiene por qué ser necesariamente malo.

Por descontado asimismo mi fidelidad a El País, no es prueba empírica del carácter inelástico de la oferta/demanda de prensa, ni producto de un interés inconfesable pues bien se ve que no tengo nada que ver con él, ni se debe a que me gusten doña Rosa Montero o el señor Juan Cruz, a quienes hace años que no leo por encontrarlos insoportables. No, mi fidelidad a El País en donde escribe gente muy variada a la que leo nada, a veces, con frecuencia pero nunca siempre, se debe a que, a mi modesto entender, con todos sus defectos (cargante elitismo, exclusivismo, clientelismo, etc.) es el mejor periódico en España con mucho de acuerdo con criterios bastante objetivos como rigor de la información, abundancia de documentación, profesionalidad en la redacción, pluralismo en la opinión. Los demás van por detrás; algunos, mucho.

Por último, si se escora poco o mucho a la derecha suele depender de los momentos pero, en general El País es bastante conservador, especialmente en asuntos atingentes al País Vasco y Cataluña.

Finalmente me resulta muy difícil entender cómo se trata de competir con El País aplicando criterios no ya distintos, sino contrarios a los que han llevado a este diario al triunfo de ser el primero de España.