divendres, 23 de novembre del 2012

Justicia para los ricos y sofismas para los pobres.

La hipocresía, sofistería y profunda estolidez del repelente niño Vicente Gallardón al descubierto en sus razones para imponer las tasas judiciales. Estas no obedecen a su deseo de impedir que los menos favorecidos accedan a la justicia, ¡qué va! Lo que tratan es de garantizar el acceso de estos a la justicia "gratuita". Es un cinismo descarnado que solo puede formular un fascista correoso porque, obviamente: no hay justicia "gratuita". Toda la justicia está pagada con los impuestos de los ciudadanos, incluidos los pobres. Cuando estos acceden a la justicia, acceden a lo que es suyo y a lo que este sofista quiere arrebatarles para dejárselo solo a los ricos, los únicos que pueden volver a pagar una justicia para ellos que, además, será de calidad, dado que en parte también está pagada por los pobres a los que, sin embargo, se les niega. ¿Esta claro? Los pobres pagan parte de la justicia de los ricos y ellos no tienen ninguna. Los ricos no pagan la justicia de los pobres (ya que estos no la tienen) pero se benefician de una de superioridad calidad.
Se trata de una prueba más de un síndrome de suficiencia de este nacionalcatólico que toma a los demócratas por aquejados de imbecilidad y piensa, desde la suya, mucha más profunda, que puede engañarlos, manoseando sus principios y valores y prostituyéndolos con una mentalidad orwelliana: pagan ustedes por la justicia para que la justicia sea gratuita. Por la misma razón por la que el mismo sujeto sostenía que negar el derecho de la mujer a decidir sobre su maternidad es la vía para emancipar a la mujer. Que este pedante quiera llenar los ovarios de las mujeres con rosarios, rezos de sacristía y sofismas baratos no oculta ni medio minuto la intención de esta derecha cavernícola de implantar una involución en toda regla de la convivencia ciudadana española. Y Gallardón -al que El País apoyaba como representante del conservadurismo civilizado- es la punta de lanza de este retroceso histórico: educación, sanidad y justicia para los ricos. Igual que los viajes a Londres de sus hijas.
Un asco. 

El desastre nacional.

Un gobierno contra el pueblo. En un año, el gobierno ha mostrado suficientemente que su objetivo es empobrecer a la población, desasistirla, privarla de derechos, mantenerla en el paro y sin prestaciones. Los ejemplos se acumulan: se emplean los dineros públicos para rescatar bancos a los que se permite una política frenética de desahucios que ha provocado tres suicidios y miles de situaciones angustiosas; se dificulta la vida de todos, especialmente de los jubilados; se reduce y encarece drásticamente el acceso a la educación y la sanidad; se practica una política de enchufismo y nepotismo sin parangón en nuestra historia; se mantienen descaradamente los privilegios de la iglesia, el capital y las empresas; se amnistían los delitos monetarios y los casos de corruptelas; se controlan ideológicamente los medios de comunicación públicos; se gobierna sin tener en cuenta el Parlamento y de un modo arbitrario e injusto, hasta extremos increíbles. Un par de ejemplos de comprobación: mientras el gobierno multaba a un ciudadano por llevar una bandera tricolor so pretexto de que podía irritar a no sé qué hinchas, los falangistas pueden hacer marchas conmemorativas. Mientras los gobernantes de todo tipo cobran sueldos estratosféricos y despilfarran el resto en asesores y cargos de confianza a cientos con salarios también de alucine, en Madrid privan a los jubilados de la posibilidad de ir al cine una vez por semana por un euro.
A ese expolio acumulado se ha añadido recientemente que la alcaldesa de Madrid vende unas viviendas en el centro de la capital (y, en cristiana correspondencia, planta en la calle a los inquilinos, casi todos ellos ancianos, muchos con problemas de validez) a una empresa participada por el marido de Cospedal quien, a su vez, sigue cobrando dos sueldos de modo indebido. La Junta de Castilla y León invertirá 11 millones de euros en un macropoyecto urbanístico llamado ciudad del medio ambiente en un páramo soriano mientras deja sin financiación los servicios sociales.
El desfile de consejeros de todos los partidos en Bankia que se levantaban una pastuqui al año por no enterarse de lo que hacía el ente al que supuestamente aconsejaban es absolutamente deprimente. Bankia y tropecientas cajas que han sido saqueadas por una pandilla de aparentes inútiles, pues dicen no saber de qué iba el invento. Pero la pastuqui la cobraban.
El ministro Gallardón, al que los apologetas de la situación consideraban un conservador moderno, abierto, centrado, ha mostrado ser un correoso nacional católico primero y un auténtico esquilmador de las posibilidades de las gentes, entendidas como justiciables después. Y en ambos casos con apuntes teóricos tan sofistas como ridículos. En su primer papel de doctrino de la iglesia sentenció opiniones sobre la condición femenina que pasarán a la historia de la necedad. Eso de que la maternidad es la realización de las mujeres y que estas deben aceptar lo que el Señor sea servido enviarles suena muy bien a oídos de Rouco Varela pero niega la libertad de las mujeres que solo es tal si pueden decidir.
En su segundo papel, Gallardón ha acometido el problema de la saturación y lentitud de los juzgados por el procedimiento de encarecerlos y ponerlos fuera del alcance de la gente con menos medios. Probablemente justifique esta injusticia con razonamientos mercantiles típicamente liberales: no hay nada gratis; el que quiera un servicio, que se lo pague. El mercado se rige por la ley de la oferta y la demanda. Un diamante no puede valer lo que un abalorio. El sofisma aquí está en que la justicia no es gratuita puesto que se paga con los impuestos de todos los ciudadanos. Pero sí es de igual acceso para todos (y sobre esto habría mucho que discutir) y eso es lo que molesta a los Gallardones de turno. ¿A dónde llegaremos si un pelanas puede querellarse contra el presidente de una empresa?
Verdaderamente no extraña nada que un concejal del mismo partido PP considere que Gallardón es el peor ministro de Justicia. Obvio. Pero aún tiene margen el ministro pues en eso de ser malos, otros le llevan ventaja. Así, según el Financial Times, De Guindos es el peor ministro de Economía de Europa, algo que los españoles no solamente intuyen sino que sufren directamente. No hay más que ver cómo está gestionando la crisis. El hecho de que la hoja de servicios del ministro solo acumule fracasos, como el de Lehman Brothers, del que era responsable en España, ya es suficiente acreditación para las dos cosas: a) probar que eres malo y b) que te fichen para ministro de Economía en España, con lo que llegas a peor. Lo mismo vino a suceder con Rato: después de su inexplicable espantada del FMI, lo hacen presidente de Cajamadrid y de Bankia más tarde en donde ha organizado este absoluto desastre en que vive el país.
Pero la propia cúpula del mando rivaliza con sus ministros. El mismo Financial Times considera que Rajoy es el peor de todos, mucho peor que De Guindos. Lo considera un político de provincias que no se entera de qué va la cosa en Europa. Inútil, mudo, escurridizo, incomprensible, como de otro planeta. De haber hablado con españoles, estos habrían podido añadirle que mucho más bobo y solemne que aquel bobo solemne de que él hablaba. Un majadero que dice melonadas con tono de profunda convicción.
Y estas gentes, mezcla de incompetentes, necios y retrógrados toman las decisiones que nos afectan a todos.
Es una situación de desastre, de emergencia nacional que tiene pasmado al continente.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dijous, 22 de novembre del 2012

Suspendido el acto de homenaje a Franco.

Después del escándalo montado, la empresa concesionaria del Palacio de Exposiciones de Madrid, que pertenece al ministerio de Industria, ha cancelado el homenaje que los fascistas pretendían hacer el cuatro de diciembre al asesino Francisco Franco.
Por cierto, la gestión pertenece a Turespaña, el departamento al que acaba de reintegrarse la funcionaria Aguirre que, como se ve, no ha perdido el tiempo en dar una muestra de su peculiar liberalismo fascista.
Era ya excesivo que, además de soportar a este gobierno de expoliadores franquistas, meapilas, pedantes y simples imbéciles que ya es el hazmerreír de  media Europa, hubiera que aguantar a los chulos de la Falange campando a sus anchas por la ciudad y homenajeando al delincuente que oprimió España y asesinó a cientos de miles de españoles.
Y eso mientras el único juez que ha intentado hacer justicia a las víctimas del genocidio franquista pierde la carrera, villanamente condenado por quienes no tienen ni la centésima parte de su honradez y valentía.
Ahora solo queda por denunciar que haya una Fundación Francisco Franco, dedicada a ensalzar la memoria del criminal perjuro que mantuvo España sojuzgada durante cuarenta años por el terror y el asesinato. Y denunciar que se beneficie de subvenciones públicas.
Esa Fundación debe cerrarse y sus dirigentes deben ser procesados por apología del genocidio.

Prohibir el homenaje a un dictador asesino en Madrid.

He creado una petición en Change.org para que una fundación de fascistas organice un homenaje al asesino de cientos de miles de españoles. Muchos de ellos aún yacen en fosas comunes por las cunetas de España ante la negligencia o la complicidad directa de las autoridades políticas y judiciales. Este homenaje es un insulto directo a su memoria. Es como si los asesinaran por segunda vez.
Se solicitan firmas.


El narcisismo-leninismo.

El otro día se constituyó en Madrid la plataforma Foro Cívico Somos Mayoría, promovida por Julio Anguita. Desafortunada coincidencia nominal con el Foro Cívico de Álvarez Cascos. Esto del civismo tiene pegada. En la misma onda parece estar también Sociedad Civil y Democracia, de Mario Conde. Estas organizaciones tienen otros elementos en común. El primero, evitar el término "partido" y el segundo, depender de fuertes personalidades individuales que tienen algún tipo de ascendiente sobre una cantidad variable de seguidores. Son hombres que ejercen impacto en la sociedad por las razones que sean y pretenden instrumentalizarlo para el logro de unos fines políticos. Porque, aunque Anguita en concreto haya dicho a veces que se retiraba de la política, es de conocimiento general que eso es imposible y que se refiere a la política de partido, salvo que se trate del suyo, al que empieza por no llamar "partido".
Ese es el gran problema de la izquierda: su atomización a lo largo de líneas personalistas, de líderes que aglutinan votos por ser quienes son. Y ello predicando sin parar la necesidad de la unidad de la izquierda. En estos momentos actúan en España una docena más o menos de formaciones de izquierda como este Foro Cívico, Corriente Roja, Equo, Izquierda Abierta, Izquierda Anticapitalista, Izquierda Unida, y me dejo varias fuera por falta de espacio. Casi todas ellas, si bien no todas, obedecen al mismo modelo de una organización que pivota en torno a una fuerte personalidad y en donde el culto a esta personalidad es casi inevitable. Incluso en aquellas en donde este narcisismo no está tan presente, la función de un puñado de personalidades es determinante. Y todas reclaman a voz en cuello la unidad de la izquierda... en torno a cada una de ellas, por supuesto.
Sin embargo, en lo único en que todas las organizaciones de esta izquierda parecen coincidir es en su hostilidad al PSOE, del que dicen que no es verdaderamente de izquierda. Así, para quien no coincida con este juicio, el conjunto de la izquierda semeja una flota con la gran nave capitana de la socialdemocracia, alguna otra nao de menor calado, como IU, más semejante a una cañonera, y una miriada de lanchas torpederas comandadas por sendos caudillos clarividentes.
Esa es la razón por la que puede gobernar la derecha con mayoría absoluta en un país cuyo electorado es mayoritariamente de centro izquierda. Esa y la ayuda de la abstención que afecta especialmente a la izquierda y está en parte movida por la sensación de frustración que produce su fragmentación.
Por el tipo de sistema político español y otras circunstancias, no es previsible que la socialdemocracia pierda su hegemonía en la izquierda, aunque pueda sufrir descalabros más o menos intensos. Es la otra izquierda la que debe elaborar un proyecto que, siendo distinto del socialdemócrata, sea suficientemente claro y convincente para promover la unidad de sus dispersas fuerzas. Sin esa unidad, esta izquierda seguirá siendo testimonial, irrelevante y propiciando a contrario el gobierno de la derecha.
Pero ese objetivo unitario será inalcanzable mientras el campo de la izquierda sea un huerto de personalidades narcisistas que prefieren ser los abanderados de un pelotón que miembros más o menos anodinos de arganizaciones mayores con más expectativas electorales. Porque, se mire como se mire, la cómica disgregación de la izquierda, no tiene otra explicación. Las enconadas polémicas sobre pretendidas cuestiones ideológicas, sobre lealtad a unos principios y unos dogmas de la tradición izquierdista de raíz inconfesadamente marxista y leninista en los que muchos no creen, son pretextos para disfrazar las peleas por los puestos, los cargos, las jefaturas, los liderazgos.
(La imagen es una foto de agitprop, bajo licencia Creative Commons).

dimecres, 21 de novembre del 2012

Tous azimuts

Cataluña saca de sus casillas al nacionalismo español. Cataluña o la "cuestión catalana" o el "problema catalán" o el nombre que quieran darle. En definitiva, el nacionalismo catalán. En parte eso se debe a que no lo entienden. Ningún nacionalista puede entender un nacionalismo distinto al suyo sobre el trozo de territorio que considera de su natural pertenencia. Lo curioso es que muestra esa incomprensión a base de tildar de nacionalista al otro, como si él no lo fuera. En España no hay más partidos nacionalistas que los catalanes, vascos, gallegos y quienes pretendan asimilárseles. Los nacionalistas españoles se llaman a sí mismos constitucionalistas. Los más avispados de ellos dicen que el suyo es un patriotismo de la Constitución, aunque de este hace ya algún tiempo que no se oye hablar.
Además, ahora ya no se habla; se dispara. En cuanto el nacionalismo catalán ha formulado el objetivo secesionista, las baterías del nacionalismo español lo han enfilado desde todos los ángulos, todos los azimuts. Sobre Mas llueven los más diversos proyectiles. Se le hace un reproche muy frecuente, esto es, que invoca el independentismo para desviar la atención de su gobierno de recortes y ajustes. Un reproche que también puede hacerse a Rajoy y en los mismos términos. Por cierto, hablando de Rajoy, vaya ojo el del presidente cuando se le ocurrió tildar displicente y despreciativamente de algarabía el nuevo ímpetu del nacionalismo catalán. Porque la verdadera algarabía es la que están montando los nacionalistas españoles. No hay político español, especialmente en la derecha, que no se crea obligado a largar un sopapo a Más por vender humo, perjudicar la marca España, embarcar a los catalanes en una aventura a lo desconocido, buscar la ruina de Cataluña, su exclusión de la UE. No le dejan hueso sano. Sáez de Santamaría llega a decir que no se ganan elecciones con mañas de telepredicador. Probablemente las que a ella le van son las de los tertulianos. 
La ofensiva general contra Mas y, de paso, Pujol, a fin de deslegitimar el nacionalismo catalán, se hace también, como dice el candidato catalán, "desde las cloacas del Estado". Las acusaciones de El Mundo están pensadas para influir en las elecciones catalanas en un sentido negativo para CiU. Se calcula que, en el día de la votación, los dirigentes de CiU estarán bajo sospecha, sin que haya tiempo para que demuestren su inocencia. Tiene toda la pinta de un montaje y una alta probabilidad de conseguir lo contrario de lo que se propone, esto es, de provocar un cierre de filas nacionalista y un aumento del voto independentista. 
Desde un primer momento se ha enfocado a Mas y Pujol, dando por supuesto que las acusaciones son ciertas. Hasta los socialistas han entrado al trapo pidiendo a los convergentes que den explicaciones. ¿Qué explicaciones puede dar alguien acusado de algo imaginario? No más que negar la acusación de plano, que es lo que Mas ha hecho. Pero eso no bastaba. La negativa debía ir acompañada de una querella por injurias y calumnias contra El Mundo. De otro modo se daría pábulo a la sospecha de que algo habría. Las correspondientes querellas están ya presentadas. Queda ahora por ver cómo se encara la cuestión en su conjunto. Se ha empezado por suponer que eran los acusados quienes debían probar su inocencia y no el acusador su culpabilidad. ¿Cómo prueban los acusadores sus acusaciones? En primer lugar, y a ello están obligados por ley, presentando la correspondiente denuncia en sede judicial. Así como se exigía a Mas y Pujol que se querellaran para dar crédito a su negativa, así y con mayor razón es exigible a El Mundo que presente la correspondiente denuncia y aporte las pruebas que la respalden. En caso contrario estará incurso en un posible delito de calumnias y por esta razón son muy convenientes las querellas ya interpuestas. Ahora, que cada palo aguante su vela.
No solo de posibles calumnias, Mas y Pujol también son objeto de manifiestos, declaraciones, protestas y hasta dictámenes jurídicos, todos orientados a demostrar la inconveniencia, injusticia, la ilegalidad, la barbaridad y la imposibilidad de la independencia. Tiene razón Rajoy cuando dice que las elecciones del 25 N son más importantes que las generales. Caramba con la algarabía.
(La imagen es una foto de Convergència Democràtica de Catalunya, bajo licencia Creative Commons).

dimarts, 20 de novembre del 2012

El dios de la ira.

El Mesías no ha llegado aún, digan lo que digan algunas sectas. Cristo no era más que un iluminado esenio. Lamentable lo que pasó con él; aunque se lo ganó a pulso con aquello de que era hijo del Padre. Sus discípulos nos han amargado la existencia durante veinte siglos. La ira de Dios se cebó con nosotros en el Holocausto. Y ¿por qué, si llevábamos casi dos mil años perseguidos? ¿Qué habíamos hecho ahora? Se nos castigó en su día. Se destruyó el Templo y se nos mandó a la diáspora. Nadie dijo que se intentaría exterminarnos como pueblo. Era imposible. Se nos mandó a la diáspora pero Dios no podía querer que desapareciéramos como pueblo (o nación, que se dice hoy) porque, para bien o para mal, para la virtud o el vicio, la lealtad o la deslealtad, somos su pueblo, el pueblo elegido. Después de tantas penalidades, mucho más prolongadas y crueles que los cautiverios anteriores, retornamos de nuevo a la Tierra Prometida. La que Él prometió a Abraham cuando lo sacó de Ur. ¿Y qué nos encontramos? A los descendientes bastardos del muslo de Abraham, a los hijos de Agar, los agarenos, que estaban ocupando la heredad de nuestros padres desde el año no sé cuántos de su Hégira y que habían plantado una mezquita en la ciudad de Salomón, junto a lo que quedaba del Templo, el muro de las lamentaciones. Nos encontramos más cosas. Nos encontramos Jerusalén convertida en un zoco de sectas: cristianos cruzados, coptos, maronitas, todas las creencias imaginables. Por el lugar en donde había estado el arca de la alianza del pueblo con Elohim pasaban los predicadores más extraños, incluidos nuestros primos hermanos de la secta ismailí. ¿Cuánto iba a tardar Dios en ordenarnos marchar contra los pueblos idolátricos como en su día nos ordenó contra los jebuseos, filisteos, amorreos, etc? No dio ni tiempo a la constitución de los dos Estados, el de Israel y el Palestino. Allí mismo empezó la guerra que no ha cesado en verdad al día de hoy. Pero, de entonces acá, la historia ha querido que la victoria del Dios de los ejércitos haya sido arrolladora, de forma que sus enemigos no luchan ya por el triunfo sino por la supervivencia. Desde la fundación del Estado de Israel hasta este momento las circunstancias internacionales, la mentalidad del mundo, todo ha cambiado en torno nuestro, excepto esta guerra que es -suene bien o mal a los oídos de eso que se llama la "comunidad internacional"- una guerra de exterminio. Dios lo quiere. En el fondo, tratamos la franja de Gaza como si fuera los altos del Golán; una especie de tierra de nadie, sobre la que Dios llueve fuego y azufre (hoy fósforo blanco, pues la ciencia avanza) de vez en cuando por sus muchos crímenes. El Occidente cristiano se horroriza de que el 40% de las víctimas mortales en las zonas bombardeadas sea mujeres y niños. ¿De qué se escandalizan? Saben perfectamente que en el Libro en el que dicen creer, Dios ordena a Israel no solo pasar por la espada a mujeres y niños sino también a los ancianos y hasta la animales domésticos. Ya sé que esto suena horriblemente a oídos racionalistas occidentales, contaminados de la errónea creencia de que los pueblos son libres. Los otros, quizá; el nuestro no, porque es el pueblo de Dios, debe caminar ante Él y no apartarse de su camino y su camino es la guerra. ¿Cuándo estuvo Jerusalén en paz? Por último, permitan les muestre a dónde puede llevar la clarividencia. Esa equiparación que suele hacerse entre Israel hoy y la Alemania hitleriana echa sobre el pueblo elegido la acusación que pesa sobre los nazis: la de haber sido seres inhumanos, al deshumanizar a los demás. Porque el caballo no puede dejar de ser caballo, ni el águila águila ni el pez pez; pero el ser humano sí puede dejar de ser humano. Comprobarlo es demoledor. Y comprobarlo en propia carne, más.  ¿Quién se explica el suicidio de Primo Levi?
(La imagen es una foto de ThisParticularGreg, bajo licencia Creative Commons).

dilluns, 19 de novembre del 2012

Habla el forajido.

Interesantísima entrevista de 20 Minutos al presidente Rafel Correa. He de reconocer que el mancebo me cae muy simpático. Hace y dice cosas con las que estoy muy de acuerdo. Por mencionar solo un par de ellas que salen de los límites de su país: ha concedido asilo político a Julian Assange y ha preguntado en público y a través de la televisión española por Ana Pastor, la figura que simboliza el asalto del PP a la independencia de los medios. Pero esta simpatía no empaña el interés de los demás propósitos de Correa. Y nos interesa que alguien de fuera, de fuera del ejido, un forajido, nos diga cómo se ven las cosas desde el exterior. Nadie que no vea lo suyo con los ojos de los demás llegará a entenderlo. Y, si no lo entiende, mal podrá mejorarlo o repararlo si anda averiado.
Correa tiene un verbo vivo, directo, conciso, casi gracianesco. Y, aunque es cortés y procura no faltar a nadie, dice lo que piensa sin ambages, no marea la perdiz ni suelta lugares comunes de relleno. A veces saca una veta de humor refinado, una ironía que le alegra a uno la jornada. Preguntado si piensa que las cumbres iberoamericanas sirven para algo dice que sí sin dudarlo, que son muy útiles, sobre todo por los contactos bilaterales que permiten (es decir, por lo que niega las cumbres mismas) y como prueba de su alta valoración propone que se espacien y se celebren cada dos o tres años. O sea, nunca. Muy útiles.
Es lacónico, casi lapidario. ¿Cómo ve al Rey? "Cansado" -responde el forajido; y remacha: "muy cansado". Si él supiera... Lo que está es tronado porque si te pasas la vida de comilonas, cenas, recepciones, saraos, inauguraciones, discursitos y bebercios y, a tus 74 tacos, sin mayor preparación, te vas a cazar elefantes al África, aunque te los pongan como a tu requetetatarabuelo las bolas, lo más probable es que te rompas la cadera ya solo con el retroceso del rifle, si es que no te partes los morros.
Lo de forajido tiene su busilis. Preguntado por el 15M dice Correa que ellos se adelantaron con la rebelión de los forajidos de los que él fue uno. Forajidos llamaban las autoridades españolas a los rebeldes criollos por lo mismo por lo que Franco llamaba bandidos a los guerrilleros de la República y las autoridades actuales "radicales" a los perroflautas y a sus propios agentes provocadores cuando tienen orden de comportarse de modo violento, agresivo, delictivo.
Sobre los desahucios tiene opiniones que son de puro sentido común, puntos de vista que probablemente comparte la inmensa mayoría de los españoles, excepto los banqueros y los políticos. Dice haber visto a Rajoy muy preocupado con el asunto así como sobre los problemas de la sanidad pública, según colijo, en lo que se refiere la situación de los ciudadanos ecuatorianos. Pero, en lo general, no tiene duda alguna: las medidas adoptadas son un paliativo; no la solución. La solución no es acceder a lo que quieren los bancos que, por su codicia, llevan a todos a la ruina. No es aceptar que lo único que quepa hacer sea sacrificarlo todo al pago de la deuda. La economía al servicio de la gente y no al revés.
Verdades elementales compartidas por infinidad de gente en España. Correa pide que miremos el ejemplo de América Latina en lo ochenta y no cometamos sus errores, que arruinaron el continente. Sí, en efecto, ese es el asunto que más duele a los españoles: comprobar cómo cuando miraban las angustias de los países latinoamericanos bajo el yugo del llamado consenso de Washington, veían las desgracias del subdesarrollo y del tercer mundo; algo que no podría pasarnos a nosotros que éramos el primer mundo y estábamos desarrollados. Pues el actual consenso de Bruselas nos ha puesto exactamente en esa situación de la que pensamos habernos librado casi por arte de birlibirloque.
Sobre Julian Assange, el héroe de nuestro tiempo, Correa dice cosas tan atinadas y sensatas como todo lo demás. El asunto, concluye, está en manos de la Justicia europea. Reconforta que la expresión Justicia europea sea de uso general y admisible. Nadie hablaría de una "Justicia asiática" o africana o americana, salvo en el uso abusivo que hacen los estadounidenses del gentilicio "americano" y que aquí no se considera. El problema es si esa Justicia europea es capaz de enfrentarse a este caso... y seguir siendo justicia. Para la próxima vez que Correa hable de Assange le ofrezco una interesante comparación: Assange viene a ser el Salman Rushdie occidental, perseguido no por la fatua de un Ayatollah sino por la de una presidencia imperial.
En fin, muy interesante entrevista. Por cierto, hay algo en ella que llama la atención. Si no estoy equivocado, el entrevistador no pregunta por la izquierda española, ni por el PSOE, ni por Rubalcaba, que estaba en la cumbre, pero es como si no hubiera estado. Correa es un presidente de izquierda, que seguramente se habrá entrevistado con él. Y el caso es que a nadie parece extrañarle. La visibilidad de la oposición española es inexistente.
También ayer había en El País una entrevista de Cebrián a Dilma Rousseff que todavía no he leído y no sé si lo haré porque tengo cierta animadversión al hombre del millón de euros al mes y sus delirios de grandeza. Siempre se le podrá echar una ojeada, dado que Rousseff tiene su interés, pero no está hecha en la cumbre, sino días antes, en Brasilia; es una entrevista en lata, un texto organizado según el espíritu del entrevistador, en donde no hay preguntas y respuestas claras sino una elaboración personal para conducir la entrevista por los asuntos que interesan aquel y que, inevitablemente, andan rondando el poder, ese concepto que fascina a Cebrián y ante el que se rinde sin condiciones, mostrando su auténtico fondo y su cómica pedantería. El poder y la gloria. La gloria que da el poder. El poder que da el dinero. Un millón al mes. Por eso resalta nada más empezar que Dilma Rousseff es una de las tres mujeres más poderosas de la tierra. Las otras dos, Merkel y Clinton. Pero, dice el académico, ese "triunvirato (sic) puede verse pronto reducido a un duelo de titanes". No de titánidas. ¿Ven? No hace falta seguir leyendo.

diumenge, 18 de novembre del 2012

Cataluña y el destino de España.

A una semana de las elecciones catalanas, todos los nervios están desatados. Las encuestas parecen negar a Mas la mayoría absoluta que pide. Se verá el próximo domingo. Pero lo que no niegan es que habrá mayoría absolutante aplastante del bloque soberanista compuesta por CiU más ERC más la franquicia catalana de IU y un sector nada desdeñable del PSC. Y eso es lo que ha llevado a un anónimo seguidor de CiU a gritar en un mitin de Jordi Pujol la fórmula que mejor resume la actitud de los nacionalistas españoles (PP y PSOE):
Pues sí, están cagats! y por eso recurren a los servicios de granujas y calumniadores profesionales, a ver si consiguen parar esta oleada. Porque las acusaciones de El Mundo serán verdad o mentira (lo más probable, tratándose de El Mundo, con una probabilidad del 95%, es que sean mentira) pero airearlas ahora, con probable conocimiento del gobierno, a una semana de la votación es algo calculado para hacer daño a los nacionalistas y, como siempre que se juega sucio, el resultado será el contrario, fortalecer a aquellos. Nuestro problema no es solamente estar gobernados por sinvergüenzas sino por sinvergüenzas estúpidos.
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Al comienzo de su gobierno, Zapatero dijo algo que, si no fue lo único sensato de sus dos mandatos sí fue lo más inteligente y valeroso que Palinuro le haya oído. Dijo que el concepto de nación "es discutido y discutible". De inmediato se le echó encima Rajoy dando voces, rasgándose las vestiduras y Zapatero, como hace siempre, se achicó. Sin embargo, la respuesta a los berridos de Rajoy era bien simple: ¿quiere usted decir que hay algo en la tierra que sea indiscutible? Sí, es lo que quiere decir. En concreto, el concepto de nación y más en concreto su concepto de nación. Nada que no lleve haciendo e imponiendo a tiros si hace falta la antinacional derecha española, esa que se llama "nacional" cuando fusila a los demás: imponer a todo el mundo su indiscutible concepto de nación; nos guste o no nos guste. Rajoy imperó, Zapatero se achicó ¿y Rubalcaba? Con este el asunto ni se plantea porque, en lo tocante a la nación (española) piensa igual que Rajoy (si cabe entender que eso sea pensar) o más a la derecha quizá. Su formulita del demediado "federalismo" (en el que ni él cree) no lo distingue más de la derecha de lo que unas rayas distinguen a unas cebras de otras. Si en lo político y económico Rubalcaba (hablamos de Rubalcaba, no del PSOE) se distingue más de Rajoy que en lo nacional quedará para otra entrada.
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Están cagats! Claro que sí. Pase lo que pase el próximo domingo, hemos llegado a un punto de no retorno, de necesidad de encarar una realidad que los seudonacionalistas españoles llevan años, siglos, negándose a reconocer y para ello, para no reconocerlo, recurren a todos lo medios: a la represión salvaje cuando pueden. De hecho, ¿cuándo se admitirá que lo que dio la puntilla al enteco "proyecto nacional español", que jamás cuajó, fue el franquismo? ¿Que ETA fue resultado del franquismo como lo son las tensiones independentistas actuales? Cuando no pueden reprimir, mienten, engañan, falsean y recurren a la guerra sucia; en Euskadi, en Cataluña, en donde sea. Tienen un elemento casi caracteriológico en común: en materia nacional no quieren oír nada que no sea su discurso, por lo demás basado en la estúpida mentira de que ellos "no son nacionalistas" (que no es nacionalista un menda para quien su idea de nación es indiscutible) y así es: no escuchan. Es más, no dejan hablar a quienes tienen una idea distinta a la suya. Fuera de las pobres gentes del PSC (que luchan noblemente por seguir siendo socialistas y catalanes) ¿quién en el PSOE se atreve a hablar de autodeterminación? Nadie. ¿Por qué? Porque el jefe no quiere ni oír que la mencionan. Bien, ¿que significa esto? Que, al actuar de este modo excluyente, serán los únicos responsables de lo que suceda.
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¿Y qué puede suceder? Quizá nada, en cuyo caso, los españolistas volverán a respirar de momento hasta la próxima crisis, que será inevitable, quieran o no porque una nación que es un fracaso histórico no se reconstruye a base de fusilar a los que piensan de forma distinta y, si no cabe fusilarlos, acallarlos, no dejarlos hablar. ¿Y si sucede? ¿Si los catalanes, el Parlament, el Govern, piden el referéndum, la autodeterminación, la independencia? ¿Van los españolistas a enviar la Guardia Civil como pedía un político del PP hace unos días, modelo típico de fabricante de independentistas catalanes? ¿El ejército? ¿Irá el ejército? Claro que están cagats!. Las dos lumbreras que rigen los destinos españoles, Rajoy y Rubalcaba, coincidentes en este y otros puntos igualmente esenciales, no saben qué hacer ni decir.
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Pero es que tal es precisamente el triste destino de este desgraciado país: en los momentos críticos, cuando se requieren mandatarios, gobernantes con personalidad, energía, visión, originalidad, se encuentra a merced de dos mediocres que llevan años en el oficio sin haber destacado por nada brillante (excepción hecha del  fin de ETA que es preciso reconocer al mérito de Rubalcaba), a los que los ciudadanos otorgan una valoración bajísima y que solo aspiran ya a no figurar en  la historia como aquellos que administraron la desintegración de lo que quedaba de España, después del paso por el poder de generaciones y generaciones de gobernantes, reyes, dictadores tan pobres de espíritu, tan altaneros e incapaces de escuchar a los diferentes como ellos.

PSOE 2.0 bis

Al programa de aggiornamento por la vía digital que anunciaba ayer el PSOE acompaña hoy una carta personal de Pérez Rubalcaba, dirigida a miles de militantes (no a todos, al parecer, ignoro por qué) y otros tantos simpatizantes. De ella da cuenta El Confidencial.com. Tiene gracia que informe de una carta pública un periódico que se llama El confidencial. Todos somos WikiLeaks.
Está bien acudir al género epistolar clásico. Indica cercanía y preocupación. No es frecuente y muestra la firme voluntad de la dirección de involucrarse en la web 2.0. Lo hace a su anticuado modo, con una carta, supongo que con su sello y su matasellos y su tiempecito en un buzón. En ella, entre otras consideraciones que veremos, se anima al destinatario a hacerse seguidor de Rubalcaba en su cuenta de Twitter y amigo en su página de Facebook. No he ido a mirarlos pero supongo que eso será lo que esté tuiteando y haya subido a su muro en Facebook. En realidad, la carta al estilo Miguel Strogoff, la carta de papel, sobra. Es como felicitar las Navidades con un christmas aunque sea de la Unesco. Ya debieran ir entendiendo en el PSOE que la gente te sigue en Tweeter y se hace amiga tuya en Facebook según lo que tú hagas ahí, no según lo que pidas por carta.
Pero es igual. La misiva tiene más enjundia. Es una especie de palinodia a medias. Se reconoce que el momento es malo para todo el mundo, incluido el PSOE y se afirma que ello es debido a decisiones erróneas en el pasado. Pero no se dice que algunas de ellas las haya tomado el partido. Este está en la oposición por una conjunción de los astros, no porque haya hecho algo mal. Y, para salir de ella y volver a ser un partido de mayoría, el Secretario General tiene el detalle de dirigirse al militante en demanda de apoyo, básicamente consistente en cerrar filas en torno a la idea de que el PSOE tiene la alternativa, que el militante convenza a la gente de que el PSOE tiene la alternativa. Pero no dice cuál sea. Por otro lado, también afirma que es su voluntad escuchar al militante, incluso hace hincapié y singulariza a cada destinatario con una interpelación directa, "tú", "a ti", viejo truco de la publicidad comercial, involucrar personalmente al potencial comprador. Casi da la impresión de que, aun por carta de papel, Rubalcaba esté en la onda de la web 2.0, dispuesto, en efecto, a interaccionar con la militancia, a escucharla, responderle, preguntarle, etc. y así formular una alternativa. Porque lo cierto es que, hoy por hoy, no la tiene y por eso se dirige a la militancia, se diría, en demanda de ideas.
Pero son solamente apariencias. El secreto de la misiva está en su última frase, la de la despedida: Y, si así lo quieres, tú serás el mejor altavoz para nuestro mensaje. Hay un mensaje y la carta llama a los militantes a ser altavoces. Sí, sí, en efecto, altavoces de una conversación que están iniciando. Pero altavoces.
Política 1.0.
No creo en absoluto que, como dicen algunos, Rubalcaba esté valiéndose de esto de la regeneración para soslayar el necesario debate sobre su liderazgo y su sustitución. En absoluto. Estoy convencido de que hace lo que cree que es mejor para su partido. Pero ese debate tiene que producirse. El PSOE tiene un problema de liderazgo muy fuerte. La bajísima valoración popular de Rubalcaba (inferior, mirabile dictu a la de Rajoy) la enorme cantidad de ciudadanos que desconfía de él, superior a la de Rajoy, también asombroso, lo deja clarísimo.
No es una cuestión de opinión. Es un hecho.
(La imagen es una foto de Rubalcaba 38, bajo licencia Creative Commons).