dissabte, 28 de novembre del 2009

El nuevo modelo económico.

Por lo que va sabiéndose del anteproyecto aprobado ayer por el Consejo de Ministros, el Gobierno parece decidido a impulsar medidas que no solamente ayuden a salir de la crisis sino que exploren nuevas vías de desarrollo. Que el plan llegue a ser un "nuevo modelo económico", término rimbombante que recuerda la "Nueva Política Económica" de los bolcheviques, parece más dudoso. Pero menos da una piedra. Sobre todo es bueno que la autoridad siga implicada en reformar y agilizar las relaciones entre el Estado y la economía ahora que parece que se avecina una segunda y demoledora etapa de la crisis con la posible quiebra de algún país de los Emiratos Árabes Unidos.

Son muy de aplaudir la reducción de los trámites burocráticos para la creación de empresas y la garantía de pronto pago de las administraciones públicas cuyas infinitas demoras han llevado a muchos al cierre. Es fantástico que haya acceso universal gratuito a banda ancha con un mega de velocidad y resulta también muy conveniente que se agilice el mercado de alquileres de vivienda con mayores desgravaciones para arrendatorios y arrendadores.

Lo más prometedor me parece la fijación de planes de inversión en infraestructuras a medio plazo contando con múltiples fuentes de financión que incluyen la UE, el ICO, el Estado y la participación del sector privado a través de las empresas mixtas, todavía por explorar en España. Todo ello, conjuntamente con una mayor vigilancia de las entidades financieras y la previsión de que sean los accionistas quienes voten los salarios de los directivos son tambièn reformas que se habían hecho urgentes con la crisis.

Pero para hablar de "nuevo modelo productivo" harían falta otras reformas de mayor calado y con una orientación más definidamente de izquierda como otra política fiscal con mayor progresividad y la creación de una banca pública que respalde la política económica que hasta la fecha está a merced de una banca opaca sólo interesada en recibir recursos públicos para mantener sus beneficios.

De ahí a decir que el anteproyecto de ley de desarrollo sostenible retrotrae al país a los tiempos del franquismo, como hace el señor Montoro, media un abismo. Cabe conceder que este señor y la derecha que representa saben mucho de franquismo porque es el régimen con el que simpatizan y al que no condenan y es pura mistificación que lo empleen para descalificar la única propuesta coherente que se ha hecho en el país para salir de la crisis. Por ejemplo, acusan al Gobierno de no bajar los impuestos pero ¿hay algo más franquista que los impuestos directos bajos e, incluso, inexistentes?

(La imagen es una foto de 20 minutos, bajo licencia de Creative Commons).

Los insoportables curas.

La murga de la clerigalla con motivo de la reforma de la ley del aborto está aburriendo ya hasta a las ovejas de su propio rebaño que han empezado a sublevarse contra las coacciones de los sepulcros blanqueados al estilo de Monseñor Martínez Camino. El segundo de Monseñor Rouco Varela debe de creer que los políticos católicos españoles son niños necesitados de disciplina o bobos de capirote. Y por ello alterna las amenazas de excomunión con los habituales apaños de la Iglesia católica para hacer mangas capirotes con la moral y el principio de responsabilidad individual. Insiste el citado Martínez Camino en que los políticos católicos que voten a favor de la reforma del aborto quedarán eo ipso excomulgados pero que serán readmitidos en el seno de la Iglesia si, previa confesión, manifiestan luego públicamente su arrepentimiento. O sea, lo de siempre con estos mercaderes de la gracia: pecas, te confiesas, te arrepientes y a otra cosa, mariposa. ¿Se puede ser más hipócrita?

Sí, se puede. Ahí está el flamante nuevo obispo de San Sebastián haciendo méritos con la carcunda para lo cual equipara a los abortistas con ... ¡la rancia burguesía del siglo XIX! ¿Se ha vuelto marxista el monseñor o, hipócrita hasta las cejas, abomina hoy de lo que santificaba ayer?

(La imagen es una foto de piotr.amigo, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 27 de novembre del 2009

El editorial.

Las reacciones en la España no catalana al editorial de doce periódicos del Principado en defensa del Estatuto de autonomía frente a una posible sentencia del Tribunal Constitucional que reduzca su alcance han oscilado entre la prudencia y la más furibunda hostilidad. Nada más. No he leído ni escuchado frases de aprobación y mucho menos de admiración. La prudencia estuvo a cargo del señor Rodríguez Zapatero, muy en su función de presidente del Gobierno, al decir que había leído con "mucho interés" el editorial. La furibunda hostilidad al de la derecha más recalcitrante encabezada por el diario El Mundo que en su editorial sostiene que es imposible acumular más falacias en menos espacio faltando notablemente a la verdad porque sí es posible dado que es lo que hace él.

Lo primero que me parece digno de reseñar en el editorial es el envidiable espíritu cívico que trasluce. ¿Alguien cree que los periódicos de Madrid puedan alguna vez con algún motivo publicar un editorial conjunto? Nadie reflexiona sobre este hecho, sin embargo. ¿Por qué? A mi entender porque pone de relieve que la conciencia cívica catalana es muy superior a la española.

Parte importante de los críticos del editorial lo acusan de amenazar al Tribunal Constitucional y de pretender coaccionarlo. No hace falta tomarse mucho trabajo escarbando en lo que se ha venido escribiendo sobre este tribunal desde que comenzó a funcionar para ver que quienes hoy más acusan a los críticos de amenazas son los que recurrieron a todo tipo de descalificaciones e insultos en otros momentos pasados críticos en que el Tribunal hubo de pronunciarse sobre asuntos candentes, desde la expropiación de Rumasa hasta el posible procesamiento señor Felipe González con motivo de los GAL. Amenazas, coacciones e insultos que llenaban páginas de periódicos y horas en las ondas.

Asimismo el partido que en los últimos años más he hecho por instrumentalizar al Tribunal Constitucional al servicio de sus intereses bloqueando su renovación y hostigando a los magistrados que suponía no fieles a sus directrices es el que ahora pide no sólo acatamiento a sus decisiones -cosa que no esta en discusión- sino aceptación silenciosa y acrítica, cosa a la que nadie está obligado.

Por más que se quiera revestir el debate del Estatuto y la decisión del Tribunal de un ropaje jurídico para sustraerlos a las posibles objeciones, resulta obvio que el Tribunal Constitucional, por su naturaleza, composición y funciones, es un órgano político, jurisdiccional pero no judicial y sus decisiones son eminentemente políticas. Que por fiat constitucionl éstas hayan de acatarse cosa, insisto, que no está en cuestión pues nadie dice que no lo hará, no quiere decir que el trabajo del citado tribunal haya de estar exento de la crítica razonada tanto respecto a sus decisiones como a sus condiciones actuales para llegar a ellas. En cuanto a las últimas no sé cómo pueda pasarse por alto que, de los doce magistrados que componen el organismo, sólo pueden pronunciarse diez y, de esos diez, cuatro debieran haber sido sustituidos ya por haber vencido su mandato, cosa que no ha sido posible por las maniobras obstaculizadoras del PP. Es obvio que no es la composición más adecuada, que es lo que señala el editorial de marras.

En cuanto al fondo del asunto y por encima de las triquiñuelas formales está el espíritu de concordia que debe presidir las relaciones entre los distintos entes territoriales que componen España. Para bien o para mal, en esta sentencia esperada (desde hace tres años) sobre el Estatuto han venido a concentrarse todos los agravios de un entendimiento torcido y una convivencia problemática. Lo último que España necesita es que los catalanes y la derecha española más rabiosamente anticatalana puedan leer la sentencia como un escarmiento.

El último refugio.

La señora Aguirre ha puesto ya en marcha el proyecto de ley que consagrará el principio de autoridad en las aulas escolares de la Comunidad Autónoma de Madrid... en los colegios públicos. Los privados se rigen por sus propias normas. Es decir, en román paladino y para entendernos: a la enseñanza privada se la privilegia y beneficia con subvenciones públicas a chorro a través del artilugio de la concertación, hasta el extremo de que ésta es la forma de enseñanza hoy predominante en Madrid; en cambio, a la pública, a la que se restringe la financiación y se estrangula por todos los medios posibles, palo y tentetieso. En donde no hay medios, que cunda la autoridad del profesor amenazada, precisamente por esa falta de medios, la masificación de las aulas y el desvío malicioso e intencionado de los alumnos inmigrantes a los que la enseñanza privada concertada no quiere.

De esta forma y tanto en el orden simbólico como en el práctico se hace real el viejo sueño de la reacción personificado en la obra de la señora Aguirre en Madrid: sustituir las escuelas por comisarias.

(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 26 de novembre del 2009

Mujeres.

Celebróse el día en contra de la violencia machista. Bien. Se han hecho manifestaciones y actos de todo tipo. Bien. IU propone que se considere la prostitución como violencia de género. Tengo mis dudas pero, en principio, bien. Se detecta un descenso apreciable en las agresiones de género gracias sin duda a la legislación preventiva y punitiva y los medios aprestados para hacerla eficaz. Bien.

Bien todo cuanto se haga para elminar esta lacra cuyas consecuencias externas nos escandalizan pero con cuyo caldo de cultivo llevamos cientos, miles de años conviviendo y han configurado nuestra misma civilización. Obras de teatro, novelas, cuadros famosos, poemas, relatos de todo tipo han celebrado y ensalzado esa práctica hasta convertirla en elemento consustancial a nuestra forma de ser y venero en el que todos, chicas y chicos, nos socializamos. Las variaciones del tema de la doma de bravía, ¿qué son si no violencia machista de la que está plagado el teatro shakesperiano y el calderoniano y el de Lope? En infinidad de novelas célebres la práctica se da por supuesta. ¿Cuál es el desencadenante que permitió a Stendhal escribir esa maravilla que se llama El rojo y el negro? Multitud de leyendas eternizadas por el arte, el rapto de las sabinas, el de Europa, Susana y los viejos, Lucrecia: en todas partes las mujeres objeto de pillaje o guardianas de una virtud propia definida en términos masculinos según los cuales, mancillada, está mejor muerta. La pintura de Romero de Torres ("Cante jondo"), la suite Vollard de Picasso. Óperas como Madame Butterfly; leyendas como la de Lady Godiva; anuncios como el que ilustra esta entrada y miles y miles de otros. Prácticas seculares ¿o no es violencia de género que las mujeres no puedan ser ordenadas en el rito católico y estén sometidas a la autoridad de los varones?

Es un problema que hunde sus raíces, dicen los entendidos, en las zonas más oscuras del inconsciente, las supuestas (digo lo de supuestas para curarme en salud) fantasías masoquistas de las mujeres, los complejos de inferioridad de los hombres, la madre castradora, el padre no sé qué... El mundo destila violencia de género y por eso la lucha contra ella debe ser permanente, sin cejar, siempre atenta y llevarse a todos los órdenes de la vida, incluso aquellos que parece más alejados. Digo esto también para curarme en salud porque cuando se me ocurre decir que hay que considerar el piropo como una muestra de violencia de género suelo recibir todo tipo de improperios. Empezando por las mujeres.

(La imagen es una foto de Tiscar, bajo licencia de Creative Commons).

De bien nacidos.

Navegaban sin bandera y fuera de la zona protegida; desoyeron en varias ocasiones las advertencias para que se acogieran a cubierto; nos han tenido a todos cuarenta y siete días preocupados con su situación y al Gobierno en vela con un gabinete de crisis par seguir de cerca los acontecimientos; se han movilizado todos los recursos que se ha podido pora rescatarlos. Y todo ello no obstante, apenas llegados a España por los medios que las autoridades han puesto a su servicio sufragados con el dinero de todos, varios de los marineros han ido de peregrinación de radio en televisión disfrutando de su recién adquirida popularidad, hablando mal del Gobierno y poniendo a bajar de un burro al señor Rodríguez Zapatero cuyo comportamiento, según uno de estos rescatados, fue "asqueroso". Es más, dicen deber más a los piratas que al Gobierno de su país, lo que es el síndrome de Estocolmo llevado a una mezcla de frenesí y estulticia.

Ya durante el secuestro fue preciso soportar la actitud saboteadora y felona de la oposición que aun tratándose de un asunto de Estado, pretendía, como siempre, atacar al Gobierno y, es de suponer, beneficiarse electoralmente, por extraño que pueda parecer. Pero la connivencia ahora entre esa oposición desleal y los marineros rescatados que atacan al gobierno que los rescató es inmoral. Si es de bien nacidos ser agradecidos, ser desagradecidos es de mal nacidos.

Verdaderamente pintoresco, estos malhablados desagradecidos y faltones, ¿carecen además de sentido común? No sé cómo pueda entenderse que coincidan en sus improperios con la oposición cuando ésta ya ha dicho con toda claridad que, si por ella hubiera sido, no habría habido rescate sino que hubieran enviado al ejército.

(La imagen es una foto de www_ukberri_net, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 25 de novembre del 2009

Sin respiro.

Ayer hubo una operación policial en el País Vasco y Navarra por la que se detuvo a una treintena de personas acusadas de pertenecer a la organización Segi, declarada ilegal por terrorista por el Tribunal Supremo en 2007. Se trata de la organización juvenil que ha venido sirviendo de centro de reclutamiento de terroristas de ETA y que ha sucedido a las también ilegalizadas Haika y Jarrai, igualmente organizaciones de jóvenes cachorros dedicadas a dar apoyo a ETA y organizar actos de violencia callejera, de kale borroka para ir animando el cotarro.

Aparte de que varios de los detenidos muestran ya meritorios CVs de terroristas en ciernes al haber sido detenidos en otras ocasiones por cometer actos de vandalismo, destrozar instalaciones callejeras, asaltar ayuntamientos y colaborar de otras mil formas a fomentar la convivencia educada en el País Vasco, en esta ocasión las fuerzas de seguridad del Estado han recogido abundante material para organizar atentados o actos de violencia callejera así como para labores de identificación y seguimiento de personas que luego se pondría al servicio de la banda de asesinos para cometer atentados.

Es decir, las fuerzas de seguridad del Estado han realizado una gran operación bajo órdenes del juez Grande Marlaska para, según dice hoy la prensa, "descabezar la organización juvenil de Batasuna". Pero eso es la forma gráfica de poner una noticia que tiene lecturas muy provechosas y que conviene singularizar:

  • prosigue la actividad judicial y policial contra ETA a base de atacar a sus fuentes de reclutamiento, de financiación, de colaboración y amparo en función de la doctrina garzoniana de luchar contra el terrorismo atacando sus anclajes sociales del más diverso tipo;
  • se restringen más las zonas de impunidad del terrorismo en esos grises órdenes de capilaridad social que eran frecuentes en la vida diaria del País Vsco gracias la sistemática inhibición del PNV cuando estaba en el poder;
  • la acción de la policía es independiente de la actual situación de debate interno en la izquierda abertzale acerca de si condena o no, abandona o no, la violencia como método de acción política. Seguramnte es bueno que haya ese debate y sería aun mejor que lo ganaran los sectores más razonables, pero ello no puede ser excusa para condicionar la acción de la policía;
  • es un golpe preventivo en la lucha contra el terrorismo y por la ampliación de los márgenes de libertad y seguridad que se van dando en el País Vasco, gracias a la política nada connivente con el terrorismo del nuevo Gobierno españolista del PSE con apoyo del PP;

  • el diario Gara, que presenta la acción policial como una operación de castigo contra los jóvenes de la izquierda abertzale, insiste en que las detenciones se han producido bajo meras sospechas, sin material probatorio alguno y, es de suponer, como parte de la política de acoso de las autoridades a ese idílico e indefinido mundo de la llamada "izquierda abertzales". Sin embargo las solas acusaciones de asociación ilícita e integración en banda armada, sobre todo tratándose de terrorismo, ya son suficientes para justificar la acción de la policía y felicitarla por ella

Este tipo de acciones que siegan la hierba bajo los pies de los colaboradores y cómplices de los terroristas de ETA son la garantía misma de que los derechos y libertades constitucionales en el País Vasco no son papel mojado.

((La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

El tiro por la culata.

No es de extrañar que la ciudadanía tenga tan pobre opinión del señor Rajoy y que lo puntúe bajísimo. No es ya solamente que no gane elecciones o que no consiga imponer su autoridad en su propio partido. Es que, además, todas las inciativas que adopta dan el resultado contrario al que busca y, lejos de debilitar al gobierno al que se opone, lo fortalecen.

La evolución del caso SITEL es la última prueba de ello. Ayer la oposición perdió una votación parlamentaria en pro de una medida legislativa muy puesta en razón. Las posibilidades de las nuevas tecnologías de espionaje en telecomunicaciones son tan grandes que parece obligado tomar medidas para impedir que el gobierno -éste o cualquier otro- caiga en la tentación de espiarnos a todos aquí, ahora y siempre.

Si el PP se hubiera limitado a levantar constancia de este hecho y hubiera pedido la correspondiente medida legialtiva habría actuado muy en su papel de oposición constructiva en un sistema democrático y seguramente los ciudadanos empezarían a verlo con ojos distintos. Pero entonces no sería el PP y el señor Rajoy no sería el señor Rajoy. El partido hizo lo que acostumbra bajo mandato directo de su Presidente: organizar una bronca descomunal y perfectamente ridícula al denunciar a gritos la existencia de Sintel sin recordar que fue el mismo señor Rajoy, siendo ministro del interior, el que lo contrató y siendo la señora De Cospedal la encargada de ponerlo en práctica.

Con el griterío, el PP buscaba el rédito añadido de utilizar las escuchas de Sitel, bendecidas por los jueces, para atacar indiscriminadamente el trabajo de las fuerzas de seguridad del Estado y de la admistración de justicia en lucha general contra la delincuencia. De ese modo, pensaban estos genios de la política, podrían mitigar algo el ridículo de este verano de acusar sin pruebas al Gobierno de realizr escuchas ilegales y, con un poco de suerte, conseguían torticeramente que se anularan las investigaciones en marcha del caso Gürtel, esas arenas movedizas de la corrupción en las que está atrapado prácticamente el PP al completo.

Al salir mal todas estas miserables maniobras para justificar su comportamiento y librarse de la acción de la justicia el PP recondujo su petición a la mucho más razonable de una ley que regule esta sensible materia del posible espionaje. Pero para entonces ya era tarde y sólo consiguió cosechar una derrota parlamentaria más en lo que ya es una notable carrera de fracasos de los que, por falta de cultura democrática del país, el señor Rajoy no rinde cuentas. Sin embargo debiera ser obligado: la oposición tiene una función que cumplir en el sistema democrático, el Estado pone a su servicio los medios adecuados para llevarla a la práctca y, por lo tanto, está muy puesto en razón que así como la acción del Gobierno está sometida a valoración permanente, lo esté la de la oposición. Claro que si esto fuera así quizá ya no quedara oposición. Porque en ningún país del orbe avanzado se tiene una oposición que, al perder todas sus iniciativas parlamentarias sólo se hace notar por sus constantes injurias y calumnias y sus frecuentes manifestaciones callejeras del ganchete con esa punta de lanza de la innovacióny la ruptura de moldes que son los obispos españoles.


dimarts, 24 de novembre del 2009

Mentir en Westminster, saquear en Bagdad.

Tony Blair estuvo meses engañando a sus compañeros de gabinete, a los demás diputados del Partido Laborista, a sus votantes y, por extensión, a la opinión pública cuando en los últimos días de 2002 y primeros de 2003 afimaba que no había nada decidido, que estaban acumulando pruebas de la perfidia de Saddam Hussein, que en caso de decidirse la invasión ésta no buscaría derrocar el régimen sino solamente castigar a los culpables de actividades ilegales, que tenía todas las opciones abiertas.

Todo mentira, embeleco, embuste y patraña. Según un memorandum secreto que ya conoce la comisión de investigación que está estudiando la guerra del Irak en el Parlamento de Londres Blair se había comprometido ya en firme con el señor Bush a invadir el país mesopotámico en las condiciones que fuera. Operaba la "special relationship". Luego entre los dos decidieron incorporar al adusto spagnoletto que era el más partidario de los tres de invadir el Irak a sangre y fuego y llevar al dictador Saddam ante un tribunal internacional. Los tres decidieron de común acuerdo invocar dos excusas: que Saddam tenía armas de destrucción masiva -adm- y que el régimen iraquí mantenía relaciones con Al Qaeda. Todo mentira: nada de adm y ningún vínculo con Al Qaeda.

Pero los tres, sabedores de que estaban mintiendo al mundo entero, decidieron lanzar aquella invasión injusta, totalmente desproporcionada, aquel acto de piratería y pillaje por el que invadieron un país, derrotaron a su ejército, masacraron a su población, pillaron sus tesoros y riquezas, robaron sus recurso naturales, torturaron a la gente que se les oponía,violaron a sus mujers, comerciaron con sus niños y trajeron caos, destrucción y muerte. Una guerra que no pueden ganar, en la que han muerto cientos de miles de civiles iraquíes, dejando a los demás buscando a dónde ir en un país destruido y decenas de miles de invasores. El último ejemplo de una guerra de agresión en unas relaciones internacionales entendidas al estilo de las más viejas prácticas del abuso del más fuerte y de la imposición militar.

Y todo, además, para que los invasores hicieran pingües negocios con las adjudicaciones y contratas movidas por el conflicto. Empresas como Haliburton, en la que tiene negocios el exvicepresidente gringo que ordenó la invasión, y otras que han gestionado y administrado fondos sin cuento con lo que se han acumulado grands fortunas al tiempo que los Estados Unidos toman posiciones estratégicas en la región con vistas a las posibles guerras del futuro por el petróleo.

La administración Bush está siendo ya investigada a cuenta de las torturas. Ahora lo está siendo el señor Blair por mentiras reiteradas a la Cámara.

Queda el señor Aznar. Creo que es el momento adecuado de que se presente una moción en el Congreso de los diputados, que se propongan nombres para la comisión cuya función será saber en qué medida mintió el señor Aznar al tomar aquella decisión y en qué medida los otros lo liaron engañándolo, él se dejó engañar o colaboró activamente en la mentira.

Y después de esta necesaria clarificación política de uno de los episodios más siniestros de la historia mundial, la clarificación penal: crímenes contra la humanidad, genocidio, delitos que no prescriben... Y sin olvidar la parte de responsabilidad que cabe al orgulloso y servicial anfitrión portugués de las Azores y que hoy preside la Comisión Europea con tantos méritos morales para hacerlo como mi gato.

La imagen es una foto de Jens Olaf, bajo licencia de Creative Commons).



Rouco.

¡Qué curas tiene esta Iglesia! ¡Qué Iglesia tiene este País! ¡Qué país hay en el mundo! Con motivo de no sé qué asunto eclesiástico monseñor Rouco Varela el presidente de la CEE ha vuelto a hablar, bien oiréis lo que dirá: que la educación para la ciudadanía es materia ideologizada y adoctrinadora. O sea lo ideologizado y adoctrinador le parece mal al venerable. Lo dice el cardenal de una Iglesia que tiene una Congregación para la Doctrina de la fe, la Santa Inquisición, para entendernos sin que nos quemen vivos, de la que un día fuera gran preboste este Pontífice que padecemos.¿ La doctrina de la fe le parece mala a Monseñor? Supongo que no. Por tanto la doctrina es mala sólo si no es la suya que es buena.

De verdad cada vez que uno de estos, sea cura o seglar, sochantre o monago abre la boca suelta una melonada que mueve a risa.

(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).