dimecres, 12 d’agost del 2009

Inquisición.

¿No es España católica? ¿No es el catolicismo una de sus señas de identidad? ¿No es el catolicismo la religión que creó la Inquisición? ¿No fue la Inquisición un instrumento que impidió en España y sus posesiones la extensión de la nefanda herejía del protestantismo? ¿Por qué entonces cuando el líder del PP quiere desautorizar al Gobierno y a sus procedimientos de investigación habla de la Inquisición? ¿Acaso no es esto una muestra más de la hegemonía de la izquierda de la que tanto se queja la derecha, sobre todo la más pesada? En efecto, como todo el mundo sabe, la versión crítica y negativa de la Inquisición forma parte de la leyenda negra antiespañola urdida por la izquierda mundial y servilmente seguida por la española, mientras que su glorificación es elemento sustancial de la mentalidad derechista ya desde los tiempos de don Marcelino Menéndez Pelayo. ¿A qué, insisto, se debe que el señor Rajoy utilice de forma tan izquierdista el término Inquisición para referirse a pesquisas ilegales, injustas y arbitrarias?

A varios motivos y ninguno de ellos bueno: en primer lugar a ignorancia, que lo lleva a desconocer el buen juicio que a la gente fetén sigue mereciendo la Inquisición; en segundo lugar a demagogia, al tratar de apuntarse a una causa antiinquisitorial que el registrador de la propiedad cree indudablemente popular; en tercer lugar a falta de escrupulos: contra el PSOE vale todo; en cuarto lugar a su deseo de desviar la atención de las peripecias actuales del PP.

Esta última motivación es la más poderosa: las indagaciones de la policía y los jueces están sacando a luz una situación tal de corrupción y podredumbre dentro del PP, entre sus militantes y cargos públicos, que no hay formación que pueda aguantarla en democracia sin caer en el más profundo de los descréditos. Los trajes impagados del señor Camps, ya reconocidos como tales; los bolsos presuntamente regalados de la señora Barberá; las comisiones ilegales de decenas de militantes y altos cargos municipales y autonómicos del PP; los ingresos sospechosos del señor Bárcenas; las malversaciones y apropiaciones indebidas de los altos cargos del PP en Baleares; las sospechas de que la trama de corrupción y saqueo de las arcas públicas no termina aquí sino que alcanza al gobierno del señor Aznar y quizá a su familia. Todo ello dibuja un panorma desolador. Los manuales de comunicación dicen que, en esta situación, lo que el partido tiene que hacer es desviar la atención pública de los asuntos de corrupción ya que ésta no tiene defensa posible. Hay que conseguir, pues, que la gente hable de otra cosa.

De ahí las acusaciones vándalas de la señora De Cospedal, secretaria general del PP, acusaciones que, sostenidas por el inimitable señor Trillo y el conjunto del partido de la derecha, tienden en el fondo a deslegitimar el Estado de derecho. Tanto hablar de que el gobierno del PSOE pretende volver a la política de diálogo con ETA sólo para coincidir objetivamente con ésta en su intento de desprestigiar la democracia y el Estado de derecho españoles.

(La imagen es una foto de Contando Estrelas, bajo licencia de Creative Commons).

Cadáveres hasta en la sopa.

En las naves del matadero de Madrid y hasta el 30 de este mes se representa el Tito Andrónico de Shakespeare en una escenificación del grupo Animalario. Esta vez el escenario del Matadero se ha hecho circular, algo sobreelevado, rodeado en tres cuartas partes de público. Se agradece que haya desaparecido, al menos por ahora, esa manía de llenar de ríos y lagunas la escena. La dirección de Andrés Lima me parece estupenda y el montaje está muy logrado y es muy ágil y aunque unas veces canse escuchar tantos gritos y otras parezca ridículo contemplar ciertas escenas de especial brutalidad que Shakespeare situó fuera del escenario, como relatos, lo cierto es que el ritmo es grande y las casi tres horas de la representación se pasan volando.

Tito Andrónico es una obra repleta de leyendas. Se dice que es la primera del autor y también se dice que quizá no sea suya; pero si no es suya, lleva su estilo y su indudable impronta.

Desde luego debe de ser la primera o de las primeras de las obras de Shakespeare porque, con mucho espíritu juvenil, resume en su turbulenta praxis temas que luego le daría cada uno de ellos a tragedias por separado. Así, Tito Andrónico es el ilustre patricio, gran general que ha pasado su vida defendiendo Roma a la que ha dado veintidós de sus veinticinco hijos, muertos en el campo de batalla. Un tema que recuerda a Coriolano. Su archienemigo, capaz de las mayors sevicias es un moro perverso, Aaron, que presenta puntos de conexión con el Otelo. La pasión que rige la obra es la venganza, como en Hamlet, si bien aquí dicha pasión se matiza de justicia. Bárbaros contra refinados romanos o, en otros términos, Dionisos frente a Apolo o la indómita naturalea frente al racionalismo unillineal, como en La tempestad.

Lo que hace la obra es teatralizar la leyenda de Filomela, que cuenta Ovidio en Las metamorfosis ya suficientemente tremenda en sí misma. Los hijos de la reina de los godos, Tamora, cautiva de Tito Andrónico, en cumplimiento del plan de venganza de ésta, violan a Lavinia, la hija de Tito y luego, para que no pueda delatarlos le amputan las manos y le cortan la lengua. La propia Lavinia delata a los criminales precisamente señalando el caso de Filomela en un libro de Ovidio. Más tarde será Tito Andrónico quien hará lo que en Las metamorfosis hace Procne, la hermana de Filomela, mata a los hijos de Lavinia, cocina un pastel con ellos y se lo da a comer en una festividad. En lo que, a su vez, hay ecos de un episodio similar de canibalismo familiar en la leyenda del odio entre los atreidas, que está en el origen, en parte, del destino de Agamemnon al volver de Troya. Y estos no son los únicos actos cruentos de la obra. Antes y después de los hechos relatados muere prácticamente el resto del elenco. Esta condición de general casquería es la que dio a la obra la peculiar mala fama que tiene y por lo que no se representó (aparte de su longitud) durante mucho tiempo.

Es el gran tema de Tito Andrónico: de lo que son capaces los seres humanos en punto a crueldad al perseguir la venganza. El otro también presente y más incómodo es el tema del "moro perverso" con su punto de racismo. Todo ello configura un teatro que en su día se consideró como "bárbaro" a su vez, "medieval" y, por lo tanto, no representable hasta que el romanticismo lo convirtió en su autor de culto y Shakespeare regresó entre los vivos para presidir sobre su triunfo perpetuo.

dimarts, 11 d’agost del 2009

El chapapote de la corrupción.

Como cuando el petrolero Prestige se hundió frente a Galicia mientras el señor ministro de Fomento volvía de una cacería y el chapapote invadía las costas, se adentraba en las rías, se adhería a las rocas, tiñéndolas de una negro brillante y espeso ante la desesperación de un vicepresidente del Gobierno, señor Rajoy, quien apenas alcanzaba a balbucir excusas. Así mismo se extiende hoy el chapapote de la corrupción por todos los puntos de la geografía española y todos los itinerarios de la administración pública que hayan estado gobernados por gente del PP. Esa verdadera okupación del espacio público muestra que el procedimiento que aplicaban los presuntos delincuentes en varios lugares era siempre el mismo: contacto con un hombre adecuado del partido de la derecha y comienzo de explotación del negocio de contratos públicos obtenidos mediante cohecho.

A todo esto, la señora Barberá se encuentra ya en el tercer estadio de su reacción ante la revelación de los regalos que recibía del Bigotes: negación, afirmación, negación. Su primera reacción fue decir que jamás había recibido nada regalado del Bigotes. La segunda, que todos los políticos reciben regalos, incluidas las anchoas del presidente del Gobierno. La tercera vuelve a ser que jamás recibió regalo alguno de la trama Gürtel. Es cierto, no recibió nada de la trama Gürtel porque la trama Gürtel es un concepto y los conceptos no regalan bolsos; fue el Bigotes quien hizo los obsequios de bolsos caros. Como, según reciente jurisprudencia, recibir regalos caros no es delito en los políticos, siempre que no haya un vínculo de causalidad con una contraprestación ilegal, toda la cuestión reside en averiguar ahora si el hecho de que la señora Barberá presidiera en su día la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) que es la entidad que otorgó los contratos tiene algo que ver con la recepción de esos feísimos bolsos que a ella deben de antojársele el colmo de la elegancia.

Pero, por ahora, a reserva de lo que se sepa más tarde y sin que medie campaña estatal de intoxicación alguna, cabe decir que allí donde gobierna el PP, hay tomate. Lo que sucede es que luego se les da bien en los tribunales. Véase como ejemplo el caso del señor Fabra en Castellón.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

Los símbolos religiosos.

El Gobierno pretende retirar los símbolos religiosos de los espacios públicos, singularmente los crucifijos de las escuelas también públicas. La excepción es el posible valor histórico o artístico de las piezas. Se trata de dar cumplimiento así al principio de no confesionalidad del Estado. Algo que en principio puede entender cualquiera: que en la escuelas de un Estado que no tiene religión alguna no puede haber símbolos de una confesión concreta, aunque sean los de la mayoritaria en la población.

De inmediato ha salido una organización de la enseñanza afirmando que ese proyecto vulnera la "libertad de religión". De todos los argumentos que se le pueden ocurrir a uno para oponerse a la decisión de la autoridad gubernativa, incluido el de que no quede una huella en la pátina de la pared para que no sea necesario pintar de nuevo, confieso que ese de la ofendida libertad de religión no aparece por lugar alguno. Y todavía ahora se me antoja incomprensible qué tenga que ver la presencia o ausencia de símbolos religiosos con la libertad de religión. Y eso en el entendimiento de que nos pongamos de acuerdo respecto a qué significa "libertad de religión". Tomándola por su aspecto más obvio debe de querer decir "libertad de conciencia", "libertad de culto" y "derecho a profesar la religión" que a uno le pete.

La cuestión es que tanto si hay como si no hay crucifijos en las escuelas, la libertad de los alumnos y la gente en general para profesar la religión que quiera depende de otros factores determinantes. La presencia o ausencia de símbolos no es causa alguna de nada sino efecto de algo. En este caso es efecto de la ausencia completa de "libertad de religión" (en cualquiera de los sentidos anteriores) que ha habido en España prácticamente desde siempre y muy en concreto, durante la dictadura de Franco. Falta que, en algunos aspectos, por ejemplo en este simbólico, llega al día de hoy.

(La imagen es el famoso Cristo amarillo de Gauguin, de 1889).

dilluns, 10 d’agost del 2009

Ecos de los atentados.

La prodigiosa contumacia de ETA va a acabar poniendo a todo el mundo de los nervios. A raíz de los últimos atentados han arreciado las voces de quienes proponen endurecer las penas en los casos de terrorismo. Pero endurecer en serio. Así, Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, pide que se establezca la cadena perpetua para los etarras para celebrar el día de Cantabria y el profesor Vilas Nogueira, de ordinario moderado y comprensivo, pide leyes penales y penitenciarias de excepción. ¿Qué puede ser una "ley penal de excepción"? Supongo que la pena de muerte; algo que también apoyaba hace unos años (ignoro si sigue haciéndolo) el también profesor Gustavo Bueno.

Pena de muerte, cadena perpetua...El triunfo de la sociedad democrática y abierta sobre esta panda de estúpidos asesinos sólo será completo si se consigue sin renunciar a ninguno de los valores que conforman su acervo civilizatorio y uno de los más importantes es el sentido humanista de las penas y castigos.

En principio puede parecer adecuado ajusticiar a quienes hayan cometido asesinatos en una especie de adaptación de la muy desaconsejable ley del talión. Pero, una vez aceptado, ¿en dónde se detiene esta pena? ¿Cómo evitar que se extienda a otros delitos que, en un momento dado puedan parecer especialmente odiosos, por ejemplo, la pederastia?

Calmémosnos un poco y dejemos que la policía y los tribunales hagan su trabajo. Lo llevan muy bien.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

El silencio del Curita.

Después de que el Tribunal Superior de Justicia del País Valenciano (TSJPV), presidido por un más que íntimo amigo suyo, archivara la causa por presunto cohecho incoada al president de la Generalitat valenciana está claro que éste no es inocente, no ha sido absuelto de la culpa que se le imputa sino que la causa se ha archivado por razones que en su día revisarán los tribunales.

Desde ese día de feliz memoria para él, el Curita no ha dado una sola conferencia de prensa ni ha respondido a pregunta alguna de los periodistas. El suceso se zanjó con una comparecencia pública del señor Camps filmada en un vídeo que se repartió a los medios. El presidente de la Generalitat no responde preguntas de los medios.

Esa actitud que se ha detectado en algún otro caso tanto en el PP como en el PSOE, ha soliviantado a la profesión periodística, atacada en una de sus fuentes más preciosas: el testimonio directo de la persona afectada. En el caso del señor Camps, sin embargo, parece que la cosa viene de antiguo. Obsérvese en éste vídeo de Caiga quien caiga cómo la negativa del Curita a atender a los periodistas es característica de este político valenciano.

Los políticos que callan, los políticos mudos, los políticos que niegan el diálogo, no solamente atentan contra el derecho democrático a la información y se arrogan facultades por encima del control popular sino que rompen con el principio básico de la democracia deliberativa, consistente en un ámbito de debate público en el que todos exponen sus razones de buena fe y se trata de buscar una actitud común. Algo imposible con quien calla. Sobre todo si el que calla es el que manda.

Significa que se cree con derechos sobre los demás que los demás desconocen, lo que es el núcleo mismo de la dictadura.

(La imagen es una foto de dalequetepego, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 9 d’agost del 2009

De Cospedal es una kamikaze.

Hay una especie de acuerdo general en que la caja de truenos y relámpagos que ha abierto la derecha en España es para desviar la atención de los casos de corrupción que la afectan. "Y en parte", añade Palinuro el maligno, "lo ha conseguido: hablando de espionaje, escuchas telefónicas, "Estado policial" y de las Waffen SS, el personal no ha parado mucha cuenta en el asunto de fondo que se dirime en Mallorca y en esas imágenes impactantes de los dos ex-altos cargos esposados camino del juez. Pero es fuerte. Un proyecto de velódromo que se presupuesta en una cantidad, acaba costando casi el triple y, además, sirve para todo menos para velódromo por no sé qué cuestiones de construcción. Suena a desarrollismo franquista. Pero el caso es que los imputados, ex-altos cargos, etc parecen haber estado forrándose a costa de los dineros públicos".

Había poco que decir así que la dirección del PP encargó a la señora De Cospedal, o ésta se tomó las atribuciones por su mano, disparar sobre el pianista, hacer saltar por los aires la mesa de juego, acabar con el juego mismo y que arda Troya. Aun a riesgo de arder ella también. Hoy le llamarían "terrorista suicida" de no ser porque la sólida formación cristiana de la señora De Cospedal le impide asimilarse a algo que huela a musulmán. Por eso es preferible el tropo de kamikaze aunque el sintoísmo esté más alejado del cristianismo que el Islam. Kamikaze hace más referencia a un código de moral caballeresca, lo que siempre parece mejor que el fanático que se hace volar en pedazos rodeado de gente en la cola del supermercado. Así es la vida. Y la señora De Cospedal es la vida misma.

Los otros dirigentes y miembros del PP han apoyado con baterías de campaña el ataque de la señora De Cospedal y han rivalizado en machadas. El señor Montoro reta al Gobierno a demostrar que no sean ciertas esas escuchas que se han inventado y el señor González Pons avisa de que presentarán las pruebas de las escuchas inventadas y revela que están considerando llevar el asunto al Parlamento Europeo. ¿Qué asunto? La supuesta persecución del PP por el Gobierno, empeñado en aniquilar a la oposición. En verdad, necesitan la tila que el señor Rajoy recomendaba a los que el señor Fabra también recomienda "ajo, agua y resina". Los mismos que denunciaban que el señor Zapatero hubiera tolerado la internacionalización del llamado "problema vasco" al permitir que la izquierda abertzale tuviera algo que decir en el Parlamento Europeo son los que ahora quieren internacionalizar un problema de un partido con el conjunto del sistema político del que forma parte. Algo sorprendente. No quiero ni imaginar la escena en el improbable caso de que la mesa del PE admitiera a trámite la solicitud. Seguro que algún bromista salía diciendo que, al fin y al cabo, ellos, en el PP, habían tenido "aniquilada" a la oposición durante cuarenta años.

No creo que la señora De Cospedal considere la posibilidad de dimitir en caso de que no presente las pruebas de sus acusaciones. Pero el asunto se ha puesto complicado porque la dama kamikaze ha acabado por indignar al estamento judicial en cuya bienquerencia tiene el PP mucho interés invertido. Y la torpeza sí es una buena causa de dimisión o destitución..

(La imagen es una foto de dalequetepego, bajo licencia de Creative Commons).

Nostalgia.

Bueno, bueno, cuarenta años desde que salió el último disco de los Beatles, posterior en composición a Let It Be. El último juntos, en 1969. Mucha gente ya de vuelta, desmovilizada, volviendo a casita. A reconstruir la vida que ya no volvería a ser la misma. El testamento con la famosa última línea del popurrí: And in the end/The love you take/Is equal to the love you make. ("Y al final/el amor que te corresponde/es igual al amor que haces"). Toda una vida con esta música. Una cara del disco para John Lennon y la otra, la B, para Paul McCartney, porque ya estaban las cosas muy mal y cada cual tiraba para casa. Gana Paul de larguísimo con el popurrí que puede oírse en este vídeo de You tube enterito. Me dejaría cortar en pedazos antes que no colgarlo aquí. ¡Y la cubierta! Debe de ser la más imitada del mundo. Seguro que hay cientos de miles de fotos de cuartetos de turistas imitándola in situ. Están los cuatro fabulosos, como siempre, pero el mejor también me parece Paul. Es curiosamente el que va menos uniformado. Los otros llevan atuendos de "posición vital"; el único que lleva un traje ordinario, como cualquier ciudadano de a pie es Paul. Pero va descalzo, máxima ironía y con el paso cambiado. En fin, que muy bien la portada y muy bien los temas.

Toda la composición es un prodigio de armonías, contrastes, filigranas, variaciones, solos y uno no sabe con qué tema quedarse. Es imposible porque cada uno de ellos cautiva a su manera, siempre distinta; ¡qué sé yo! Si me apuro, me quedo con la nana Once there was a way to get back homeward,("Antaño había un camino para volver a casa") sobre todo su segunda estrofa. Claro que luego llega eso tan divino de I never give you my pillow/I only send you my invitation/And in the middle of the celebrations/I break down ("Nunca te daré mi almohada/Sólo te envío una invitación/Y en mitad de los festejos/Colapso."). Bueno, no, nada, nada: la nana y luego, el solo de batería de Ringo.

Reconozco que soy un carroza pero, buenas gentes, ¡qué música!

dissabte, 8 d’agost del 2009

El lago Ness y el móvil de De Cospedal.

o siga Vd. la interesante saga El caso del espía ciego y el escucha sordo

Véase el artículo que sale hoy en Público sobre tan apasionante tema, para quienes quieran tomárselo por la tremenda; quienes quieran tomarselo más levemente, que sigan por aquí.

Acabáramos. Los teléfonos que la señora De Cospedal dice que tiene pinchados su partido son su móvil y el del señor Trillo. No entiendo nada de móviles ni de comunicaciones en general en el aspecto técnico pero me parece que funcionan a base de ondas en un espacio abierto. Pinchar un móvil debe de estar al alcance de cualquiera que sepa un poco y tenga un receptor o algo parecido, tan fácil como pillar la emisora de la policía en el dial de la radio. Pero supongo que no lo hace nadie porque los aparatos para ello serán caros y porque a todo el mundo le importa una higa lo que digan los demás en miles de millones de charletas en el móvil en cada instante... Salvo que te llames De Cospedal y/o Trillo para que haya interés en pincharte el móvil o en que te lo pinchen. Imagino que las casas tendrán sistema de encriptado de las comunicaciones (esto es, en román paladino, cifrado), especialmente en el caso de políticos relevantes y otros VIPs. Igual que imagino que habrá expertos en reventar claves y en vender después la información que obtengan.

Supongamos que, en efecto, la señora De Cospedal y el señor Trillo andan por ahí con sus móviles pinchados. Antes de saber quién los haya pinchado, ya se lo atribuyen al Gobierno. La verdad es que si quieren averiguar quién lo ha hecho de cierto deben preguntar al señor Granados, consejero de Interior y Justicia de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) y persona a quien se atribuye la gestión de una red de espías en la CAM al objeto de informarse sobre actividades de unos adversarios de la señora Aguirre en el seno del PP, cuestión de extremo interés público.

De todas formas se reconocerá que sacar a pasear el monstruo del lago Ness en agosto por medio del pinchado de los teléfonos móviles es lo que más se aproxima a una experiencia insólita. Pero más insólito es que la acusación de ayer de pinchar el móvil del prójimo se haya convertido hoy en una exigencia del señor Montoro (o sea, el señor Monte de oro) al Gobierno de que pruebe que él no mató a Manolete, esto es, que pruebe que no ha pinchado los móviles de la señora De Cospedal, fuente sensacional de documentación y el señor Trillo, baluarte jurídico del partido.

"En democracia", decían los populares hablando de los trajes impagos del señor Camps, "la gente no tiene porqué demostrar su inocencia." Se ve que ya no estamos en democracia o que la inocencia es radicalmente distinta según se trate del PP o del PSOE. Otras fuerzas políticas, favor de abstenerse.

Y todo este ridículo se produce tan sólo porque algún lumbrera de asesor político ha explicado a los dirigentes del PP que el mejor modo de desactivar la bomba Gürtel es salir con otra mayor. Si la hay, bueno va. Quizá no sea una actitud muy moral pero será eficaz. El problema es si no la hay y el usuario decide inventarsela como este asunto de las escuchas: pura invención. Y si al menos fuera invención más del tiempo... Hoy el espionaje se hace mucho más por internet, fisgando en los correos ajenos. Ignoro lo que sepa la señora De Cospedal de informática pero me parece que no tiene blog, lo que delata poca familiaridad con el medio. De ahí que hable de escuchas telefónicas.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

Meditación de bloguero, II.

En este llevar el diario, el cuaderno de bitácora de cada cual, los comentarios de los lectores tienen un lugar relevante. Hay blogs en los que los lectores forman foros y dialogan entre ellos que suelen ser seguidores de un mismo bloguero; esto se da mucho entre periodistas que tienen sus blogs insertos en la página web del periódico edición online. Los fans y los detractores escriben libremente en el blog sus opiniones, sobre su bloguero favorito o se enzarzan entre ellos. Hay mucho comentarista que vuelve varias veces al blog sólo a ver qué respuestas ha motivado su último comentario y luego replica. Se forman así diálogos que a veces duran días y otras minutos y los comentaristas acaban conociéndose. No descarto la posibilidad de que encontrándose como seguidores de un mismo bloguero, una pareja decida formalizar sus relaciones y casarse. Incluso le ponen a sus hijos nombres relacionados con su bloguero preferido.

De todos los comentaristas los más curiosos me parecen los anónimos y, dentro de estos, los agresivos. Ya se sabe porque suelen explicarlo algunos comentaristas a menudo dos y tres veces diarias que entre el anónimo y un nick no hay mucha diferencia, como si fuéramos tontos que no supiéramos distinguir un anónimo de un pseudónimo. Un pseudónimo es un anónimo con un nombre ficticio que permite identificar a los que dialogan pero no por sus identidades reales (aunque no se descarte) sino por las virtuales que son más rápidas y eficaces. Con todo, siendo lo anterior verdad, lo cierto es que los nicks pueden acabar como verdaderos mecanismos de reconocimiento.

Los que me interesan son los "anónimos" de siempre y a ser posible, los agresivos. Tienen un elemento de misterio: quién puede quererte tan mal que se moleste en ponerlo por escrito pero resguardando su personalidad. Hay gente; hay gente. Cuando estaba en Onda Cero, con Luis del Olmo recibía de vez en cuando anónimos por correo. El más característico era un escrito normalmente desde Málaga que el autor escribía a mano, con lápiz, una lista de insultos completa, sin argumento alguno y aprovechando los espacios más inverosímiles de su escrito. ¿Qué sentido tiene insultar a alguien sabiendo que el insultado no puede averiguar quién lo insulta? Ésta es una pregunta muy elaborada que implica capacidad para ver el mundo desde distintas partes del diálogo. Pero eso al anónimo no le interesa: lo único que le interesa es vomitar su odio por entero y dejarlo ahí a la vista del público. El anónimo, probablemente, como el majara de Málaga, se considera a sí mismo una especie de dios cósmico, de señor universal del desastre desde el momento en que su voz puede llegar a todas partes. Héteme aquí que el bloguero está siempre a la vista del dios que no necesita llamarlo por su nombre pues siempre lo tiene ante sí y a su merced. O tal cosa se piensa el anónimo insultador que normalmente no está mejor de las neuronas que el de Málaga.

(La imagen es una foto de florian kuhlmann, bajo licencia de Creative Commons).