dilluns, 25 de juny del 2012

Recordatorio mesa redonda sobre herencia de Zapatero.


Con motivo del libro compilado por César Colino y Ramón Cotarelo
España en crisis. Balance de la segunda legislatura de Rodríguez Zapatero
la editorial Tirant Lo Blanch y el Departamento de Ciencia Política y Administración de la UNED invitan a usted a la mesa redonda
España en crisis. La herencia de Rodríguez Zapatero
Intervendrán: Esther Jaén (periodista)
Antonio Papell (periodista)
César Colino (autor)
Ramón Cotarelo (autor)
María José Gálvez Salvador (Tirant lo Blanch)
José Antonio Olmeda (decano y moderador)
Lugar: salón de actos, Rectorado, UNED (Bravo Murillo, 38).
Fecha: martes, 26 de junio
Hora: 18:30
Entrada libre. Al finalizar el acto se servirá un cock-tail.
---------------------------------------------------------------

¿De Guindos o De Risa?

Primer párrafo de la carta con que De Guindos pide el no-rescate financiero. Ejemplo sublime de la primera parte contratante de la primera parte...:

"Tengo el honor de dirigirme a Usted en nombre del Gobierno de España, para solicitar formalmente asistencia financiera para la recapitalización de las entidades financieras españolas que así lo requieran. Esta asistencia financiera se enmarca dentro de los términos de la ayuda financiera para la recapitalización de las instituciones financieras. La elección del instrumento concreto en el que materializará esta ayuda, tendrá en consideración las diferentes posibilidades disponibles en la actualidad y aquellas que se puedan decidir en el futuro."


El resto de la carta, no menos desternillante, en El País

(La imagen es una foto de World Economic Forum, bajo licencia Creative Commons).

Mato y Cospedal son lo natural.

¡Qué lunes! De Guindos manda una misiva a Juncker, presidente del Eurogrupo, el de la pasta, en plan oficio franquista de los de dios guarde su vida muchos años, pidiendo dinero estilo Rinconete y Cortadillo: sin especificar cantidad, sin detallar condiciones, plazo de devolución ni interés. Primer Año Triunfal del Nuevo Régimen de Rajoy: suelten la guita, roñosos, calvinistas, protestantes, masones, que viene la grandeza del imperio. Lo irritante de los prejuicios europeos sobre los gobernantes españoles es que son ciertos: bombásticos, pretenciosos, gritones, harapientos, obtusos y sin hablar más lengua que la suya y esa no bien del todo. Le va a caer una chufa a este pintoresco ministro que, si fuera de otro país, dimitiría. A nadie le gusta que lo tomen por tonto y mucho menos, un tonto. De momento ya le han contestado que espere, que le mandarán el pliego de condiciones. Y será entonces cuando este esperpéntico De Guindos encuentre ocasión de explicar (sic) las cosas a Juncker, que ya hace falta ser petulante.
A su vez, Rajoy ha ido a mover el rabo ante el sanedrín de la patronal y por eso ha advertido ya que se avecinan nuevas reformas económicas "difíciles". No dice cuáles porque las desconoce hasta que los empresarios se las dicten. Pero ya se malicia él, no siendo tan negado como su ministro De Guindos, que no serán plato de gusto. A la gente nos sobra el dinero. Si no, ya habríamos incendiado el país, protestando contra los 100.000 millones de no-rescate que tendremos que pagar a la banca. Por tanto, es lógico que, además de pagar el no-rescate, nos rasquemos el bolsillo para que los empresarios aumenten sus ya escandalosos márgenes de beneficios.
Mientras los hombres del gobierno andan en la ruda pendencia con los pérfidos enemigos de España, en honor al principio de igualdad de género, la función de bufonas corresponde a las mujeres. ¡Gran conquista! ¿Por qué el oficio de bufón ha de ser una reserva machista cuando algunas damas lo bordan? Vean a Ana Mato diciendo ante selecta concurrencia de su partido que se proponen sustituir fármacos por "algo natural". Ella podría empezar por zamparse kilo y medio de zanahorias, a ver si le mejora la vista y se percata de que hay un jaguar en su casa. En cuanto a los demás, es muy sencillo. ¿Que le duele a usted la cabeza? Nada de aspirina, que es cara. Salga al campo y dé un mordisco al primer sauce que vea. Ya verá cómo se le pasa.
La otra, que es como Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno en una sola persona, sostiene que gracias al PP se ha salvado o se salvará la sanidad española. Es muy sencillo: se procede por el inteligente sistema ideado por los franceses durante la primera guerra mundial, llamado triage y que hoy se ha recogido en algunas urgencias españolas, aunque con buen tino. Consiste en dividir los pacientes en tres grupos: a) los que sanarán aunque no se haga nada; b) los que no sanarán, se haga lo que se haga; c) los que sanarán o no, según lo que se haga. A los a) se les da algo matosamente natural; para los b) se preparan buenos tanatorios de gestión acelerada; es en los c) en donde se concentrará la acción de las administraciones del PP que la entregará en manos de amigos, allegados, parientes y enchufados que quizá no tengan mucha idea, pero sabrán rezar. Y así se salvará la sanidad española, hace un par de años una de las mejores del mundo y hoy camino de ser una de las peores.

(La primera imagen es una foto del PP de Madrid, y la segunda una de Chesi - Fotos CC, ambas bajo licencia Creative Commons).

Hoy: petición de rescate. Eso sí, neoliberal..

Según Cospedal, Rajoy puede ir con la cabeza bien alta porque gracias a él España vuelve a contar en Europa. Sí, trolas. Rajoy no ha parado de contar trolas dentro y fuera de España. Y la gente lo ha calado fuera y dentro de España. Ya el hecho de ser un ídolo para Cospedal daba una pista.
Pero el personaje supera su fama. En la cumbre de Río+20 sobre el clima lo presentaron como el Primer Ministro de las Islas Salomón. Ya es mala suerte. No podían confundirlo con el PM del Canadá, por ejemplo. Lógico, en la lista del presidente, Solomon Islands van delante de Spain y pudo confundirse. Tampoco es extraño que Rajoy no rectificara al tomar la palabra. Probablemente no se enteró porque no entiende inglés.
Al fin y al cabo, América no es Europa. Allá no es muy conocido. Por eso, seguramente, llevaba preparada una trola de campeonato. Abogó Rajoy en esa cumbre sobre el clima por la economía verde para combatir la pobreza y fomentar la inclusión social. Así, como suena. A lo mejor se ha hecho de Equo pero es poco probable cuando aquí sus ministros recortan el presupuesto de energías renovables, economía verde, recursos alternativos y se lanzan a las nucleares. Suelen justificar estas decisiones fiando en su competencia empresarial. En efecto, es muy de ver lo bien que les salieron las autopistas. En sus discursos Rajoy dice siempre lo que supone que la gente quiere oír, sin preocuparse gran cosa por la congruencia con otras manifestaciones suyas anteriores o posteriores. Está siempre en campaña electoral.
Hoy se inicia una semana importantísima para España en lo económico y lo deportivo. En cuanto a lo deportivo ya hay quien ha sacado punta a la situación de las semifinales: Portugal, Italy, Germany, Spain. PIGS. Ahora la cosa puede ponerse al rojo si la final es entre Alemania y España. Ahí sonará el patriotismo. Los pusilánimes querrán dejar ganar a los alemanes para que no se enfaden y no nos nieguen la pastuqui. Otros, más en la línea del patriotismo español de la derrota, el de honra sin barcos, abogarán por la victoria incuestionable sobre los tedescos y salga el sol por Antequera, pues más se perdió en Cuba.
En cuanto a lo económico la petición de rescate promete ser una aventura dialéctica y diplomática. Una vez sabidas las necesidades de la banca española (a las que ahora se suman los concesionarios de autopistas por si cae algo), se procederá a librar el dinero que Rajoy llamará "línea de crédito" y los demás, "rescate". La cuestión estará en las condiciones y en la primera de todas: saber quién se hace cargo de la deuda. Como buen neoliberal, cuando le interesa, Rajoy sostiene que es deuda de la banca, no del Estado el cual ha actuado aquí como mero intermediario. Como buena socialista, también cuando le interesa, Merkel entiende el préstamo al Estado español y el garante es el Estado. 
El neoliberalismo es así: todos los males provienen del Estado y cuando hay un problema de supervivencia, se recurre al Estado. Pero no por eso deja el neoliberalismo de condenar toda intervención estatal; al contrario, también condena la que se hace a petición de las empresas o los bancos. 
Es una teoría perfecta; lo explica todo porque no explica nada. Es como un discurso de Rajoy.   Anda por ahí una interpretación neoliberal de la crisis según la cual el detonante de esta fue el excesivo intervencionismo estatal. Había una "excesiva intervención estatal" después de treinta años de desregulaciones, privatizaciones, flexibilizaciones, rolling back the State y desmantelamiento del Estado del bienestar. Es verdaderamente sorprendente, casi milagroso. En otro asunto la teoría muestra la misma alegre depreocupación por el rigor de los enunciados: no ha sido la intervención del Estado la que ha generado la crisis sino que esta es la que ha pedido la intervención estatal, imprescindible si queremos retornar a un orden civilizado.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

diumenge, 24 de juny del 2012

El fascismo rampante

Las reiteradas amenazas a la diputada de IU en la Asamblea de Madrid, Tania Sánchez, son la muestra evidente del sentimiento de impunidad con que actúan sus autores. Están perfectamente identificados a pesar de que,  como buenos cobardes, las profirieran anónimas y la denuncia está presentada, pero no se ha hecho nada porque no hay la menor voluntad política de acabar con el fascismo, que es el trasfondo ideológico de la derecha española, desde el falangista Aznar al nacionalcatólico Wert.
Al no salir ipso facto a condenar las últimas amenazas de Tomás Santos, visitante ocasional de Intereconomía. Aguirre se hace cómplice de ellas. Y no en un sentido figurado sino real y penalmente relevante. Como diputada de la Asamblea de Madrid, Tania Sánchez está bajo el amparo y la responsabilidad de la presidenta Aguirre. Cuando esta no condena las amenazas las está condonando y quién sabe si no animando. Aguirre, como toda esta derecha heredera de Franco cuyo régimen les parecía a los más tontos de ellos de una "extraordinaria placidez", tiene un rasgo fascista muy acusado. Si no fuera así no habría nombrado director de TeleMadrid a ese animal que se dirige a una diputada del PSOE en masculino porque es transexual. El fascismo es eso:  meterse con las cosas íntimas y privadas de los demás y hacerlo en el estilo de este menda: rebuznando. Menos mal que no pueden ya detener arbitrariamente, dar palizas, pelar al cero, hacer tragar aceite de ricino o simplemente asesinar. Ganas no les faltan.
Aguirre todavía no ha dicho nada sobre las amenazas a Sánchez no solamente porque, en el fondo, las comparta sino como actividad estratégica. Sabe que si los poderes púiblicos callan ante las provocaciones fascistas, estas aumentarán y sabe también que las víctimas, sintiéndose desamparadas cederán. Y eso es lo que buscan los dos: los fascistas rabiosos que amenazan y los oficiales de cargo público que, al no condenar, toleran y amparan.
(La imagen es una foto de quapan, bajo licencia de Creative Commons).

El neoliberalismo y el socialismo se necesitan

Gran editorial de El País, titulado El deber de Rajoy. Esto del deber suena algo fuerte pero no lo será para quien, como el Presidente, se pasa la vida presumiendo de hacer los deberes. El número de la palabra no es mero accidente. El País habla en singular, del deber de cada cual en ejercicio de esa función de Catón el censor que se arrogan los medios. Rajoy habla en plural, de los deberes, en fiel reflejo de la imagen infantil que tiene de sí mismo y de los demás.
Las propuestas concretas del editorial suscitarán mayor o menor apoyo pero el mérito del escrito, a mi juicio, es bosquejar un plan de acción estratégica a medio plazo, a tres años bastante razonable. Solo le veo un inconveniente: la propuesta parte de suponer honradez, buena fe, sinceridad y juego limpio en el gobierno español. Y eso es mucho suponer. Hasta la fecha el gobierno del PP ha dado muestras de lo contrario; ha intentado engañar a la opinión presentando un rescate como una exitosa operación crediticia en condiciones muy favorables;  lo ha intentado con los socios extranjeros, jugando a no revelar datos o revelarlos contradictorios. Y ha conseguido exasperarlos con esa retranca de Rajoy de acordar algo con Merkel y decir luego lo contrario a los medios.
También confía la propuesta del editorial en la eficiencia del gobierno español y me temo que eso es como confiar en su veracidad. Pero no se deben cerrar puertas a la esperanza. Quien hasta ayer mintió, mañana puede arrancarse por verdaderas; quien gestionó ruinosamente puede hacerlo acertadamente. ¿Quién sabe?
Sin embargo, lo más interesante del editorial es el mensaje subyacente, no expreso, no resaltado, pero muy presente. La abundancia del término "plan" (cinco veces aparece la sospechosa palabreja, incluida la entradilla) da una pista: se está hablando, en realidad, de una economía planificada con planes trienales. No son forzosos, ya se sabe, sino indicativos; pero son planes.
Planes que suponen injerencias brutales del Estado en los mercados, justo la bestia negra del neoliberalismo. Sin embargo, la propuesta se hace con la finalidad de estabilizar los mercados para mantenerlos cumpliendo una función constructiva y no destructiva. El neoliberalismo más extremo tampoco admite esta disculpa. Los mercados concentran la sabiduría de la especie y si los mercados destruyen algo, será por el bien del conjunto y es preciso dejarlos.
El neoliberalismo dominante, sin embargo, no es el extremo, sino uno posibilista,  pactista pues es consciente de que, cuando el mercado, además de destruir, se autodestruye, la intervención del Estado es inevitable. Nueve de cada diez neoliberales quieren que los bancos se salven con dinero público y no quiebren libremente en aplicación de la ley de la oferta y la demanda. Es decir, el neoliberalismo tiene un componente socialista que solo suicidándose puede eliminar.
A su vez el socialismo reconoce en los mercados la función de previsión racional que realizan y adjudica al Estado una remedial, de asistencia para los fallos del mercado, sobre todo en lo que hace a los derechos de las personas a la educación, la vivienda o la salud. Pero no se le pasa ya por la cabeza abolir el mercado sin más, como hicieron los bolcheviques el siglo pasado. El mercado es el elemento neoliberal con el que el socialismo tiene que convivir. Como suele pasar, los contrarios excluyentes se necesitan porque, como dice el poeta, son complementarios.

dissabte, 23 de juny del 2012

Las mentiras de Rajoy y las naderías de Rubalcaba.

Parte del drama del rescate español se representa en el traspatio de Rinconete y Cortadillo. Interviniendo españoles era inevitable que hubiera su dosis de picaresca. Aunque no se precisara tanta. Cuando los europeos comprendieron que era imposible sacar a Rajoy ni a ninguno de sus colaboradores verdad alguna, que no hacían sino mentir, contradecirse unos a otros, negar la evidencia y falsear los datos, obligaron a una auditoria externa de la banca. De  Rajoy, su gobierno y el Banco de España, al frente del cual han puesto a uno de los suyos, o sea, otro pillastre embustero, se fian menos que del color del camaleón.
Para la derecha, Palinuro lo ha formulado varias veces, gobernar es mentir, no decir una verdad ni a tiros, fabular, engañar, desviar la atención y, si se puede, acusar a los demás de hacer lo que ella hace, aunque diga lo contrario. Por ejemplo, robar a mansalva. Hablando de robar y sin que por supuesto, tenga algo que ver con este verbo, ahí va una relación de nombres de relevantes políticos de la derecha con un punto en común. Adivinen cuál: Fabra, Camps, Costa, Ripoll, Bárcenas,  Mata, Sepúlveda, Mato, Crespo, Galeote, González Panero y no sigo porque me quedo sin entrada.
El último embuste de Rajoy consiste en sostener que  el rescate (al que sigue sin llamar rescate) concedido a España no se concede a España, sino a los bancos españoles y  serán estos, no España, quienes respondan de su devolución. Irritada con la terca granujada de Rajoy, Merkel ha señalado por enésima vez que el rescate es a España y del dinero responderá España. Como es lógico pues es España, o sea Rajoy, quien lo ha negociado, no Botín ni Perico de los palotes, sino Rajoy sus ministros del gobierno en nombre de España. ¿Hay alguien en Europa y en el mundo que piense que quien firma un contrato no es quien está obligado a cumplirlo? Rajoy dice una cosa, normalmente una mentira y Merkel dice otra, normalmente la contraria. ¿Hay alguien en Europa y en el mundo que dude de que se hará lo que diga Merkel y no Rajoy que es un cero mentiroso a la izquierda?
Entre tanto, en esta situación, conviene preguntarse por lo que hace el PSOE a los 7 meses de haber perdido estrepitosamente las elecciones frente a un gobierno que no hace si no mentir. Pues, aunque parezca insólito, tomárselo en serio. Rubalcaba lleva meses ofreciendo lealtad, seriedad, sentido de Estado, colaboración a este gobierno de charlatanes, embusteros y tunantes sin otro objetivo que engañar a todo el mundo para mantenerse en el poder y que los suyos sigan robando. Es irresponsable ofrecer pactos de Estado a quien no tiene ningún sentido de Estado sino de conveniencia de partido. Se entiende fácilmente:  presa de su pasado, de sus relaciones con un PP que no es otra cosa que una cuadrilla de avispados para hacer negocios a cuenta del erario público, Rubalcaba sigue viviendo en 2004. El PSOE tiene visión de Estado y el PP no.
Pero esa ya no es la situación ni el caso. Rubalcaba vive en la luna. Al PP el Estado y, por supuesto, la Nación, le traen al fresco. Lo que quiere es ocultar su responsabilidad, evitar que se le culpe por la burbuja del ladrillo, por el expolio de la Gürtel, librarse del fantasma de bankia, de Caja Madrid a la que arruinó a base de robar, de enchufar a parientes y amigos y de utilizar un banco para todas sus maniobras sucias, que han sido muchas, desde el Tamayazo hasta la quiebra probablemente fraudulenta de la entidad. Menos mal que el 15-M ha presentado ya la oportuna denuncia porque lo que es el PSOE, ya se ve, está dispuesto a hacer causa común con el PP y a hablar en Europa con una sola voz, como gusta decir Rubalcaba.
¿Una sola voz? ¿La de la mentira, el engaño, la picaresca, el embuste y el latrocinio?
No es el momento de confundir (más) a la gente; no es el momento de la unidad nacional con quienes ya han demostrado que la Nación y el Estado no les importa en absoluto pues lo único que los mueve es el poder, los cargos, los enchufes, los sueldazos y privilegios, los robos, los findes caribeños, el expolio de todo lo público, los negocios propios y los de los parientes y amigos.
O el PSOE da un giro de 180º, marca distancias con este gobierno de incompetentes y pícaros que tratan de engañar a los europeos, se constituye en auténtica oposición, recapacita y elige una dirección de gente más capaz para los tiempos que corren o sus resultados electorales serán cada vez peores. Aunque la dirección actual crea otra cosa, el voto de izquierda no es cautivo.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

Las mentiras de Rajoy y las naderías de Rubalcaba.

Parte del drama del rescate español se representa en el traspatio de Rinconete y Cortadillo. Interviniendo españoles era inevitable que hubiera su dosis de picaresca. Aunque no se precisara tanta. Cuando los europeos comprendieron que era imposible sacar a Rajoy ni a ninguno de sus colaboradores verdad alguna, que no hacían sino mentir, contradecirse unos a otros, negar la evidencia y falsear los datos, obligaron a una auditoria externa de la banca De  Rajoy, su gobierno y el Banco de España, al frente del cual han puesto a uno de los suyos, o sea, otro pillastre embustero, se fian menos que del color del camaleón.
Para la derecha, Palinuro lo ha formulado varias veces, gobernar es mentir, no decir una verdad ni a tiros, fabular, engañar, desviar la atención y, si se puede, acusar a los demás de hacer lo que ella hace, aunque diga lo contrario. Por ejemplo, robar a mansalva. Hablando de robar y sin que por supuesto, tenga algo que ver con este verbo, ahí va una relación de nombres de relevantes políticos de la derecha con un punto en común. Adivinen cuál: Fabra, Camps, Costa, Ripoll, Bárcenas,  Mata, Sepúlveda, Mato, Crespo, Galeote, González Panero y no sigo porque me quedo sin entrada.
El último embuste de Rajoy consiste en sostener que  el rescate (al que sigue sin llamar rescate) concedido a España no se concede a España, sino a los bancos españoles y  serán estos, no España, quienes respondan de su devolución. Irritada con la terca granujada de Rajoy, Merkel ha señalado por enésima vez que el rescate es a España y del dinero responderá España. Como es lógico pues es España, o sea Rajoy, quien lo ha negociado, no Botín ni Perico de los palotes, sino Rajoy sus ministros del gobierno en nombre de España. ¿Hay alguien en Europa y en el mundo que piense que quien firma un contrato no es quien está obligado a cumplirlo? Rajoy dice una cosa, normalmente una mentira y Merkel dice otra, normalmente la contraria. ¿Hay alguien en Europa y en el mundo que dude de que se hará lo que diga Merkel y no Rajoy que es un cero mentiroso a la izquierda?
Entre tanto, en esta situación, conviene preguntarse por lo que hace el PSOE a los 7 meses de haber perdido estrepitosamente las elecciones frente a un gobierno que no hace si no mentir. Pues, aunque parezca insólito, tomárselo en serio. Rubalcaba lleva meses ofreciendo lealtad, seriedad, sentido de Estado, colaboración a este gobierno de charlatanes, embusteros y tunantes sin otro objetivo que engañar a todo el mundo para mantenerse en el poder y que los suyos sigan robando. Es irresponsable ofrecer pactos de Estado a quien no tiene ningún sentido de Estado sino de conveniencia de partido. Se entiende fácilmente:  presa de su pasado, de sus relaciones con un PP que no es otra cosa que una cuadrilla de avispados para hacer negocios a cuenta del erario público, Rubalcaba sigue viviendo en 2004. El PSOE tiene visión de Estado y el PP no.
Pero esa ya no es la situación ni el caso. Rubalcaba vive en la luna. Al PP el Estado y, por supuesto, la Nación, le traen al fresco. Lo que quiere es ocultar su responsabilidad, evitar que se le culpe por la burbuja del ladrillo, por el expolio de la Gürtel, librarse del fantasma de bankia, de Caja Madrid a la que arruinó a base de robar, de enchufar a parientes y amigos y de utilizar un banco para todas sus maniobras sucias, que han sido muchas, desde el Tamayazo hasta la quiebra probablemente fraudulenta de la entidad. Menos mal que el 15-M ha presentado ya la oportuna denuncia porque lo que es el PSOE, ya se ve, está dispuesto a hacer causa común con el PP y a hablar en Europa con una sola voz, como gusta decir Rubalcaba.
¿Una sola voz? ¿La de la mentira, el engaño, la picaresca, el embuste y el latrocinio?
No es el momento de confundir (más) a la gente; no es el momento de la unidad nacional con quienes ya han demostrado que la Nación y el Estado no les importa en absoluto pues lo único que los mueve es el poder, los cargos, los enchufes, los sueldazos y privilegios, los robos, los findes caribeños, el expolio de todo lo público, los negocios propios y los de los parientes y amigos.
O el PSOE da un giro de 180º, marca distancias con este gobierno de incompetentes y pícaros que tratan de engañar a los europeos, se constituye en auténtica oposición, recapacita y elige una dirección de gente más capaz para los tiempos que corren o sus resultados electorales serán cada vez peores. Aunque la dirección actual crea otra cosa, el voto de izquierda no es cautivo.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

La dignidad de los jueces.

¡Qué distintos son los destinos humanos! Por azares de la vida en un breve periodo de un año o cosa así dos relevantes jueces han ocupado el centro de la atención mediática por razones completamente diferentes, si no antagónicas. El juez Dívar y el juez Garzón, dos personalidades cuyo único punto en común es el de ser jueces y, por tanto, obligadas a un comportamiento por encima de toda sospecha.
Sobre los jueces, sobre la Justicia, pueden largarse parrafadas grandiosas, sublimes, abstractas en las que no hay discrepancia, pues todo el mundo las alaba, aunque luego haga otra cosa. La justicia es el anhelo más profundo y más antiguo de la humanidad, por eso el de juez sí que es el oficio más viejo del mundo. Los jueces son anteriores a los reyes, a los generales. Coinciden un tiempo con los sacerdotes y, en efecto, aparecen revestidos de una aureola sagrada de la cual posteriormente se han (y nos han) liberado. Todo esto y mucho más puede decirse de los jueces y nadie disentirá.
Para encontrar disensión es preciso ir a la práctica, a lo concreto, a la vida real, a ver cómo son y qué hacen los jueces individualmente considerados; no a lo que dicen sino a lo que hacen. Lo cual es muy importante pues cada uno de ellos porta personalmente el conjunto del Poder Judicial. Es decir, se deben considerar las peripecias concretas del juez Dívar y el Juez Garzón.
Dívar ha caído en desgracia por un comportamiento que, si no es penalmente reprochable, sí puede serlo administrativamente, es reprobable éticamente y, desde el punto de vista de la estética, incalificable. El asunto carece de grandeza. Las atribuladas explicaciones del afectado en una lamentable comparecencia pública eran irrisorias. En su despedida Dívar habló de una "persecución cruel y desproporcionada" y hay quien sostiene que todo es una venganza del sector garzonista del CGPJ tomada en frío de quien presidía en último término el tribunal que condenó a Garzón. No suena verosímil pero, si lo fuera, podría tratarse de un ejemplo práctico de evangélico el que a hierro mata, a hierro muere.
Pero ni en esto se salva la peripecia de Dívar. La intervención del gobierno en su favor a través de la vicepresidenta Sáez de Santamaría tratando de presionar a la consejera Uría, pone el asunto en los términos de enchufismo, amiguismo, caciquismo y componenda que tan contrarios son a la justicia como propios del PP. Las aclaraciones de la misma vicepresidenta asegurando que, en los asuntos graves, hay que preocuparse y conversar solo muestran que la dama carece de escrúpulos. El gobierno está interesado en tener un presidente del Tribunal Supremo que dependa de su apoyo para que no lo procesen. ¿Es eso un juez?
En el otro extremo de los casos prácticos, de la vida cotidiana, comprensible para todo el mundo, está la figura del juez Garzón, condenado en firme por el Supremo a 11 años de inhabilitación por el delito de prevaricación. Fue la única condena que prosperó, aunque se intentó condenarlo en otros procedimientos por otras causas como falsedad, apropiación indebida, etc. Todo quedó en nada. Solo se mantuvo la prevaricación y el juez Garzón lleva una intensa vida pública al margen de la carrera judicial.
Sin embargo ayer aparecería una noticia extraña: Garzón solicitaba el indulto, al reconocer que la asociación MEDEL, que lo pedía, lo hacía en su nombre. La noticia era extraña porque pedir un indulto, que es una gracia del Jefe del Estado a propuesta del gobierno, implica reconocer que ha habido delito y, en lo que yo entiendo a Garzón, este sostiene no haber cometido delito alguno. Palinuro comparte esta opinión. Y si uno no reconoce haber cometido un delito (y, en consecuencia, sostiene haber sido injustamente condenado), uno no puede moralmente pedir el indulto. Eso lo hacen quienes reconocen haber cometido un delito. Por ejemplo, Gómez de Liaño, otro juez condenado por prevaricación. Pero no Garzón.
Y efectivamente así es, ahora sabemos que, ante la petición de indulto de MEDEL en nombre de Garzón, el ministerio de Justicia recabó de este información al respecto y Garzón respondió con una carta en la que explica que él no ha pedido el indulto ni ha hecho que otro lo pida en su nombre. Él reconoce, y eso es distinto, que la asociación MEDEL libremente, por iniciativa propia, lo ha pedido en su nombre. Pero nada más. Ese es otro juez, ¿verdad?
(La imagen es una foto de Franconohamuerto.com , bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 22 de juny del 2012

La justicia de Aguirre.

La lideresa es una deslenguada, castiza, cheli, un poco rabanera, bastante impertinente y carece por entero del sentido de la oportunidad. Aunque puede ser que esto último sea aparente, una táctica buscada por sus asesores de imagen ya que, cuando un personaje dice algo inoportuno suele provocar mayor revuelo que si no lo es. Si, además de inoportuno, lo que se dice tiene calado, fundamento, el efecto es mucho mayor y estas cosas a Aguirre le salen de miedo.
Porque es, en efecto, algo descarada y sus cosas suelen sacar de quicio a más de uno, incluso en su partido. Pero muchas veces se atreve con lo que nadie osa y, a su modo, marca el territorio de un debate razonable. Dicho en plata: puede molestar, pero es doscientas veces más inteligente, audaz y original que Botella, Pons y Wert todos juntos. Ya quisieran estos.
Los propósitos de Aguirre sobre el Tribunal Constitucional (TC) son inoportunos por decirlos justo después de que una decisión de este vaya en contra de las manías autoritarias y censoras de la derecha. Quizá debiera haberse esperado a otro momento para no dar pie a una acusación de reacción intemperante ni empujar a los guardianes de las esencias democráticas -de las que no entienden nada habitualmente- a salir en su defensa como si Aguirre astuviera atacándolas. Nada más falso. Los propósitos de la lideresa sobre el Tribunal Constitucional son ciertos y oportunos. Pero, al sacarlos de contexto y pronunciarlos casi como venganza por una decisión incómoda, pareciera que no lo son. Y lo son. es obvio que están movidos por la obsesión en contra del nacionalismo vasco y que demuestran un espíritu españolista, dictatorial muy desagradable. Pero haciendo esto a un lado, la idea aquirresca no es nueva ni absurda. Veamos.
El TC no es un tribunal de verdad, no está compuesto por jueces ni forma parte del Poder Judicial sino que es una instancia política supraordinada a este en ejercicio de una jurisdicción que podría ser adjudicada a otro órgano, incluso al Supremo, como sucede en los Estados Unidos. Consciente de esto el legislador ha querido disimular la naturaleza política del órgano llamándolo "tribunal" y llenándolo de juristas de "reconocido prestigio, etc". Pero igual podía estar compuesto por políticos, expresidentes (como sucede con el Consejo Constitucional francés), por comerciantes o ciclistas siempre que tengan sentido común que, por cierto, no es monopolio de los magistrados.
Es perfectamente legítimo y hasta razonable, suprimir el tal TC y encargar su tarea al Tribunal Supremo (TS). De hecho, así es como funciona el primer ejemplo del mundo, el de los Estados Unidos. Tuvo que llegar después el alambicado genio de Kelsen para dar con la fórmula germánica  de un TC especial, variante del "guardián de la Constitución" schmittiano. En el fondo, probablemente, algunos europeos prefieren este recurso al del TS probablemente porque no se fían del espíritu constitucionalista de la judicatura.
Sin embargo, tampoco la solución del TS está libre de peplas. Aparte del evidente riesgo de conservadurismo de los jueces de carrera, está el hecho de que puede ser un órgano tan político como el TC o incluso más. Es el presidente de los Estados Unidos quien nombra a los magistrados del TS, es verdad que solo cuando hay vacantes, que el nombramiento es vitalicio y que interviene decisivamente el Senado, pero los nombramientos son indudablemente políticos, ideológicos. Y, sin embargo, el TS gringo funciona muy bien. Lo que quiere decir que no es necesariamente su condición política la que malea el TC español. A lo mejor es su condición de español. Y eso tiene peor arreglo.
Es más, no hay obligación alguna de aceptar una jurisdicción constitucional independiente. La mayoría de los países europeos más democráticos carece de TC: Bélgica, Dinamarca, Irlanda, Islandia, Noruega, Holanda, Reino Unido, Suecia o Suiza no tienen TC. En cambio sí lo tienen Alemania, España, Italia, Austria y Portugal (llamado Comisión Constitucional); es decir, los países con mayor tradición de dictaduras y falta de democracia del continente. 
No, lo que dice Aguirre no es un sinsentido, aunque, como suele hacer, lo diga para llevar el agua a su molino de otorgar la jurisdicción constitucional a una casta de jueces conservadores todavía penetrados de franquismo. Pero no es un sinsentido. Sinsentidos son muchas de las críticas que se le han hecho.
(La imagen es una foto de ppcv, bajo licencia de Creative Commons).