diumenge, 5 de juliol del 2009

¿Dialogar o reprimir?

Unas declaraciones del periodista Iñaki Gabilondo hace unos días acerca de qué sea más eficaz en la lucha contra el terrorismo provocaron conmoción en sectores políticos hispanos. Decía el señor Gabilondo que abogar por la negociación y el diálogo como había hecho él durante años era un error y que admitía que contra ETA sólo son eficaces la policía y los jueces. Añadía a modo de ilustración que reconocía el acierto del señor Aznar al respecto y su propia equivocación. Lo cual sería una muestra de elegancia y tino de no ser porque el señor Aznar también inició una ronda d negociaciones y abrió un diálogo con los terroristas mostrándose sólo después del fracaso decididamente contrario a perseverar en esa vía por razones similares a las del gato con el agua caliente.

En cuanto a los etarras y sus correveidiles de la izquierda abertzale, ninguna variación: diga lo que diga el señor Gabilondo, puntal de los medios de desinformación masiva que no tienen otro objetivo que deslegitimar la heroica lucha del pueblo vasco, sólo queda la vía de la negociación y el diálogo. Casi nadie ha reparado en la falta de altura moral de esta actitud. Obviamente ningún militar o ejército que esté en una guerra aboga por algo distinto a la victoria propia y la derrota del adversario... salvo que esté ya convencido de que no puede imponer sus objetivos porque le falta capacidad militar para ello. Sólo entonces, como segunda línea, opta por apoyar soluciones dialogadas y negociadas. Pero, a su vez, para prestar fuerza a la reivindicación del diálogo y la negociación, hace falta probar que se conserva alguna capacidad destructiva y el propósito de usarla, causando sufrimiento y desolación. La fuerza de las amenazas está en relación directamente proporcional a la probabilidad de su cumplimiento. De otro modo, la petición de diálogo carecería de sentido.

No cabe ignorarlo: es una estrategia dual. Los unos piden solución negociada diciendo con toda hipocresía que lamentan aquello con lo que amenazan, esto es, la prosecución de los atentados y los asesinatos de ETA. La posibilidad de que ésta a su vez sea eficaz en sus crímenes depende de la resonancia social que tengan las proclamas de la izquierda abertzale que no condena la violencia. Porque eso de no condenar la violencia en las circunstancias presentes en el País Vasco tiene un valor muy preciso, si bien menguante, en la tarea de legitimar el terrorismo. De ahí que el mejor modo de deslegitimar a su vez la estrategia legitimadora negociante sea seguir deteniendo etarras e impidiendo que sus correveidiles instrumentalicen las instituciones democráticas al servicio del terror.

(La imagen es una foto de Ivo83, bajo licencia de Creative Commons).

Meterse en Honduras.

Los acontecimientos de Honduras siguen una pauta más o menos prevista. Previsto estaba que el ultimátum de la Organización de Estados Americanos (OEA) no iba a servir de nada sino únicamente para poner abrupto fin a las actividades diplomáticas destinadas a encontrar una solución al golpe de Estado en contra del señor Zelaya. Como medidas diplomáticas los ultimata dejan algo que desear porque, en realidad, cierran la puerta a cualquier otra propuesta en ese terreno.

Ahora sólo queda pasar a las etapas siguientes, esto es, la imposición de sanciones y, en último lugar, la intervención directa. Ninguna de las dos se presenta fácil. Las sanciones tardan en ser eficaces y, cuando lo son, golpean a los sectores más desfavorecidos. La intervención directa sólo podría hacerse en el marco de la ONU y requiere un tiempo considerable de preparación que quizá sobrepase el que resta hasta las próximas elecciones hondureñas convocadas para el mes de noviembre.

Entre tanto, por lo demás, dos propósitos en campos enfrentados pueden hacer que la crisis tome un giro inesperado que, en definitiva, fuerce esa intervención exterior que en el fondo nadie quiere. Uno es el propósito reiterado del presidente Zelaya de presentarse hoy en Honduras acompañado de otros mandatarios a recuperar el poder que le fue arrebatado por la fuerza. No hay duda de que esta decisión muestra coraje pero está por ver que sea eficaz. Las autoridades de facto no tienen otra salida que proceder a la detención del señor Zelaya y expulsar del país a los presidentes que lo acompañen. Con Zelaya en la cárcel el movimiento en su favor puede recrudecerse y no es descartable que dé comienzo un conflicto armado, financiado y alimentado, probablemente, por Cuba y Venezuela.

El otro propósito es el manifestado por la Conferencia Episcopal hondureña de situarse frente a las pretensiones del señor Zelaya. Al margen del valor moral que este pronunciamiento de la jerarquía católica pueda tener no debe echarse en saco roto la importancia que tiene respecto a las perspectivas reales de aquel de conseguir su restablecimiento en el poder. Si la Iglesia ha tardado una semana en dar a conocer su posición y si, al final ésta es la que es no debemos albergar duda alguna de que, habiendo calibrado las fuerzas relativas en presencia, la Iglesia se habrá decantado por la que juzga vencedora: la de las autoridades de facto.

Mucho me temo que la de Honduras va a ser la canción del verano y eso si no se arbitra una intervención armada exterior a toda prisa para evitar la deriva del país hacia un cruento conflicto civil de los que todo el mundo daba por superados en la zona.

(La imagen es una foto de giggey, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 4 de juliol del 2009

La causa de la crisis.

Este incansable propagandista de las agresivas simplezas neocons prosigue su campaña de esclarecimiento de las muchedumbres y explicación de los más complejos fenómenos. Bien sea en la sede de la FAES, el lugar en el que se elabora el grueso de la doctrina, bien en actos de presentación de su último libro (ya reseñado en Palinuro en una entrada titulada la neurosis providencialista) cuyo título, España puede salir de la crisis ya revela su intencionalidad de charlatanería, bien en entrevistas en los más diversos medios, el hombre que intentó engañar a un país entero repite y repite los argumentos liberales sobre la crisis. Y como su actividad se intensifica y su escasa capacidad para incorporarse argumentos nuevos desaparece, esos argumentos son cada vez más irrisorios. Tómese como ejemplo el que esgrime para dar cuenta de la crisis mundial. El fracaso, dice, no ha venido del libre mercado ni en primer lugar de la codicia y malas prácticas de los banqueros sino que, al contrario, la responsabilidad recae, cómo no, sobre los bancos centrales y los Estados, que no han sabido funcionar ni detectar a tiempo dichas prácticas.

Es un ejemplo estupendo de razonamiento de secta neoliberal suyo presupuesto esencial es que el auditorio está compuesto por verdaderos imbéciles. Es posible que el Estado y las instituciones públicas hayan funcionado mal (¿qué otra cosa va a decir un neoliberal?) pero ¿quién lo puso en esa lamentable situación después de veinte años de políticas neoconservadoras basadas en la estulticia reaganiana de que "el Estado no es la solución sino parte del problema". Pero sobre todo y lo que revela que esta forma de "razonar" busca públicos de escasas luces es el manifiesto despropósito del enunciado porque si el problema estuvo en que fallaron los mecanismos de detección, la pregunta evidente sería: de detección ¿de qué? Es obvio: de los comportamientos delirantes y presuntamente delictivos que llevaron al sistema financiero al colapso que el señor Aznar se empeña en ocultar, atribuyéndolos a los más pintorescos planes.

Inasequible al desaliento su recetario es una ración doble del neoliberalismo que ha fracasado estrepitosamente en el mundo entero: más privatizaciones, desregulaciones reforma del mercado laboral, contención del gasto público, equilibrio presupuestario. Dejando a un lado que esta sarta de tópicos es la que ha producido el desastre financiero en el que nos encontramos, el señor Aznar no defrauda y en una entrevista concedida a Libertad Digital TV además del credo neoliberal, le sale la vena autoritaria, centralista, loca por revertir el curso de la descentralización política en España y sostiene que esas reformas deben hacerse con criterios económicos y no territoriales; estos le sacan los tics fascistas a este antiguo falangista que llama a las CCAA los "reinos de Taifas", cómo no.

(La imagen es una foto de Pontificia Universidad Católica de Chile, bajo licencia de Creative Commons).

Día del orgullo gay.

Pues nada, que lo pasen Vds. muy bien en su día. Hay que ver qué vistosas son sus manifestaciones públicas, con tanta gente semidesnuda, tanta referencia a la sexualidad y música y pitorreo. Son Vds. la prueba viviente de cuánto ha avanzado la especie humana, al menos la especie humana que habita en lo que se llama "Occidente". Uno no se plantea siquiera que pueda haber desfiles de esta naturaleza por las calles de Teherán, gane Ahmadinejad o Musaví, ni en El Cairo, ni en Pekín. Tanto es así que cabe definir "Occidente" como aquel lugar del planeta en que mayor libertad sexual hay. Así que, en buena medida, los amantes de la libertad en todos sus registros, tenemos una deuda con estas colectividades de gays, lesbianas, bi y transexuales.

Este año, según se ve en el cartel lo dedican a un asunto incendiario, como todo lo que tocan, que es el de la sexualidad en la adolescencia. Entiendo que quieren acabar con los "armarios" en los centros educativos. Siendo así que la adolescencia es una época de turbulencias, tratar con ella con este criterio equivale a ir pidiendo bronca. Ya me parece escuchar a los sectores bien pensantes de la sociedad diciendo: además de abortar quieren que nuestras menores se hagan lesbianas".

Más específicamente, la parte lésbica de la organización sale pidiendo visibilidad, esto es la condición de "ser visible" porque esta gente ha estado durante siglos, desde siempre, en realidad, sometidos a algo peor que el secuestro al que se pone fin con el derecho de habeas corpus pues en su caso no existían, no tenían ni "cuerpo", pues no podían decir cómo era.

Y en esto de los transexuales se puede ver un margen grande no solo para una restitución de siglos, sino para compartir un mundo con mayores libertades. Porque, la verdad, un cambio de sexo es mucho más radical y de previsibles mayores consecuencias que un cambio de ideología política o, incluso, de religión. Tiene algo de gran aventura en la vida.

En resumen, me parece estupenda la celebración del día del orgullo gay. En lo único en que discrepo es en ese contencioso que ha comenzado ya a emerger con los vecinos de Chueca que se quejan del barullo. Ahí mi ánimo se divide en dos: apoyo el orgullo gay pero detesto a la gente ruidosa que molesta a los demás. Ese empeño que tiene la organización de FEGLT de celebrar sus festivales en la plaza de Chueca no puede mantenerse si ha de ser en contra de la voluntad de los residentes. O el festival baja el tono o los organizadores debieran llevárselo a dónde no moleste.

(La segunda imagen es una foto del blog Fiestas y festivales de España).

divendres, 3 de juliol del 2009

La política nuclear.

La diferencia que hay entre ecología y ecologismo es la que hay entre la ecología y la política. Con la energía nuclear ocurre lo mismo, la diferencia existe, pero no es tan sencilla de visualizar. Salvo que a uno se lo pongan a punto de caramelo o como a Fernando VII (o a Felipe II, que hay discusión entre los especialistas en esto como en todo lo demás) diciendo, por ejemplo, como acaba de hacer el ejecutivo que se cerrará Garoña en 2013. Esto es lo que se llama encaje de bolillos presidenciales. El resultado de la medida es trino en potencia como corresponde a la potencia tridentina: a) Garoña se cierra, cumpliendo el programa electoral del PSOE (en 2013); b) Garoña no se cierra (de momento) porque no hay que aumentar el paro; c) la decisión final habrá de tomarla quien gane las elecciones de 2013, que puede ser el PP y también puede ser el PSOE con otro candidato. El Gobierno se ha quitado de encima la empanada de la energía nuclear sobre la cual no hay unanimidad ni en su propio partido como se ve escuchando al señor Felipe González, a quien se va a pasar de llamar "Mr. X" a llamar "Mr. Positrón".

Es de esperar que el resto de las actividades de Gobierno no se hagan tan pensando en el futuro y se atengan más a la realidad presente. Que, además, es de manual. Porque en los demás países, en los que la tasa de paro es la mitad que la española o la mitad de la mitad, cabe decir que el keynesianismo está muerto precisamente porque no hay paro sobre el que actuar. Pero en España nos sobra, y fue el paro, la necesidad de remediar el paro, lo que inspiró el corazón mismo del keynesianismo a través de la Teoría General del empleo, el interés y el dinero . ¿La categoría fundamental? El empleo. Suprimir el paro es aumentar la demanda agregada que es la que tira del crecimiento de la economía. En España no solamente es válido el keynesianismo sino que es lo único que es válido.

(La imagen es una foto de Tolao, bajo licencia de Creative Commons).

Apoteosis del color.

En el Thyssen de Madrid tienen una interesante exposición de Matisse en su conocido como "periodo medio", entre 1917 y 1941. Sea del tiempo que sea, la exposición ilustra también sobre los comienzos del artista y hay muestras del primer fauvismo, así como alguna de influencia postimpresionista y varias referencias al cubismo. Luego, ya genera Matisse su propio estilo, aunque seguirá teniendo hasta su muerte una vinculación estrecha con el espíritu impresionista, cosa que se ve por el hecho de que su pintura es sobre todo, desde el comienzo al final, pintura de colores.

En la obra de Matisse, me parece, se ven más las personas que los estilos, aunque no siempre. Cuesta detectar en ella rasgo alguno del alumno de Moreau o, lo que es más llamativo, de Bouguereau. En cambio, Cézanne surge casi de inmediato, nos llama desde un paisaje. La exposición incluye el cuadro de éste, Las tres bañistas que Matisse tuvo treinta y siete años en su posesión y que debía de saberse de memoria, por lo que él mismo decía. Pero también aparecen claras influencias, como homenajes o improntas de Derain con quien convivió bastante tiempo, Dufy, Van Gogh, Picasso, también amigo de numerosas ocasiones, Vlaminck, etc.

Matisse era un hombre esponja, capaz de absorber estilos y de concentrarse en temas. La exposición, que tampoco es muy extensa pues puede constar de unas setenta piezas, se concentra en tres puntos: a) escenas íntimas, b) ventanas y c) orientalismo. En las escenas íntimas, bodegones, retratos, interiores es donde rompe más violentamente con las normas clásicas de la perspectiva y la profundidad del arte pictórica como puede comprobarse en el famosísimo Armonía en rojo, que es de 1908, razón por la cual no forma parte de la exposición, pero yo no me resisto a incluir aquí porque me parece una obra exquisita. Y muy ejemplar de lo que se dice: trátese de averiguar en qué plano se sitúan la silla, la mujer y la ventana.

El segundo grupo es el de las ventanas, ventanas a Niza, a Collioure, a Tanger, a Saint-Michel. Hay que ver qué cantidad de ciudades y lugares ha retratado Matisse a través de ventanas que es una forma de pintar un cuadro con dos marcos. Y además de protagonista de la obra, la ventana es, en muchas ocasiones, elemento de la composición. Desde que se introdujo la perspectiva, una visión del mundo exterior, otro mundo, lo que sirve para dar profundidad a la composición o sentido. Porque pronto la importancia de la ventana se hizo patente por su color simbólico. Puesto que se abre a otro mundo, nada cuesta ya decir que se trata del Otro Mundo; la ventana abierta, símbolo de la eternidad. Y junto a la ventana, el segundo gran hacedor de otros mundos, aunque Matisse le dedica escasa atención, el espejo. Dos de los más interesantes cuadros de la muestra, creo, son sendas imágenes dobles de mujeres frente a un espejo, de forma que vemos en la composición, por ejemplo, la modelo real de frente y de perfil la virtual. Contemplándolo se le viene a uno a la cabeza la idea de que la chispa de Picasso consistió en superponer el frente y el perfil en una sola oferta, como si fuera una imagen doble.

Por último, el exotismo, presente en los temas morunos. El norte de Marruecos, al que viajó, es para Matisse más o menos como la España por la que anduvo Manet, tierras excitantes por lo exóticas. El orientalismo de Matisse se advierte en sus muchos cuadros de odaliscas, un tipo de desnudos cargados de sensualidad que, por cierto, nada tiene que ver con la de su maestro Bouguereau ya que está basada también en la pincelada. Como puede verse en la imagen del folleto de mano, la Odalisca con pandereta, aunque los colores estén desvaídos y, desde luego, en la de Las dos odaliscas, en el recordatorio de que la sensualidad de la pincelada puede estar fuera del cuerpo de las mujeres.

La exposición contiene también algunas tallas, bronces, un par de ellos muy curiosos: unos torsos en bronce que sobresalen en mediorrelieve de una plancha y que parecen emerger de ella, como sucede con la piedra en los esclavos de Miguel Ángel. Los dibujos son muy ilustrativos de la forma de trabajar de Matisse: de trazo sencillo y muy simple es una silueta, pero en ella está la posterior silueta pictórica que nos es tan familiar: el desnudo azul, por ejemplo.

Hay quien acusa a Matisse de superficialidad y de hacer una pintura ornamental. En verdad, no será él quien lo niegue, habiendo sido quien introdujo el arabesco en la pintura, es decir, quien reconoció el arte que había en las inscripciones islámicas al tener prohibido reproducir las figuras. Las suras coránicas son formas artísticas allí donde la figura humana o del mundo en general no puede serlo. Por lo demás, nunca he entendido bien esa acusación de ornamental tratándose de pintura que es un arte esencialmente ornamental. Parece como si quisiera decirse que es pintura que sólo es ornamental, que no tiene significado profundo. Esto, por lo demás, puede decirse de todas las artes. Por ejemplo, la música. De algún autor se dice que es superficial porque sus composiciones suenan bien queriendo decir que "no aspiran a nada más que" a sonar bien, sin impulsar al espíritu de los oyentes a algún tipo de peligrosa aventura interior. De todas formas, es difícil no ver la Armonía en rojo de más arriba como un cuadro típicamente modernista, que es una tendencia básicamente ornamental y, al mismo tiempo, lo hemos visto, es una especie de ruptura de paradigma artístico.

dijous, 2 de juliol del 2009

Difícil solución en Honduras.

El curso de acción que está tomando la comunidad internacional en el caso de Honduras parece ser, en principio, el correcto: ante todo restablecer en su puesto al presidente legítimo, señor Zelaya, porque, con independencia de los muchos errores que este oligarca reconvertido en izquierdista seguidor de Chaves haya podido cometer (convocar consultas ilegales, dividir a la población y enfrentarse con las demás instituciones del Estado) peores han sido los de sus rivales, que han puesto en marcha un golpe de Estado delictivo que empezó con el secuestro y deportación del presidente y ha seguido con medidas excepcionales en contra de la población hondureña, singularmente la residente en Tegucigalpa.

Ahora bien, es cosa de preguntarse si las medidas hasta ahora propuestas para alcanzar el objetivo señalado son las más adecuadas. Según muestra la experiencia, los ultimata no sirven para nada, salvo que haya una apabullante diferencia de fuerzas entre quien lo pronuncia y quien lo recibe, que no es el caso en esta circunstancia ya que el ultimatum procede de la Organización de Estados Americanos (OEA) que no tiene más que una fuerza simbólica frente a Honduras. Advierte la OEA de que si en setenta y dos horas Honduras no ha repuesto al señor Zelaya, quedará expulsada de la organización. Pero ¿es esta expulsión una amenaza suficiente teniendo en cuenta que Cuba lleva cuarenta años fuera de la OEA sin que ello la haya afectado en nada? Obviamente, no. Además, ¿por qué setenta y dos horas y no veinticuatro? ¿Para qué hacen falta las otras cuarenta y ocho? Ciertamente para dejar tiempo a las maniobras diplomáticas antes de tener que tomar otras decisiones. Algunas de estas maniobras ya están produciéndose, como la llamada a consultas de los embajadores de España, Francia e Italia. Es un aviso de que lo que viene después puede ser peor. Pero la verdad es que, mientras no sea la Unión Europea quien tome la iniciativa diplomática, Honduras no tiene mucho que temer.

En realidad, algo de estas vacilantes medidas trata de restar importancia al patinazo del señor Zelaya de anunciar su retorno al país para hoy, jueves, lo que hubiera sido un desatino, pues los gobernantes de facto actuales ya habían anunciado que, si cruzaba la frontera, lo detendrían. Y es que, digan lo que digan los medios de izquierda, tan mentirosos como los comerciales, que presentan a una Honduras ardiendo por los cuatro costados con una insurrección generalizada de partidarios del señor Zelaya, el presidente ignominiosamente depuesto no suscita fervorosos ni masivos apoyos en el país en el que sus seguidores no parecen ser muy numerosos. De ahí que no quepa confiar a la indignación de los simpatizantes de Zelaya el restablecimiento de éste en su legítimo mandato.

A continuación de las medidas diplomáticas y si éstas no producen efecto debe recurrirse a las sanciones de todo tipo, sobre todo las económicas, cosa que ya están haciendo los Estados Unidos. Pero lo cierto es que si éstas tampoco son eficaces las consecuencias son contraproducentes porque, por un lado, es la población y sobre todo los sectores menos favorecidos quienes pagan el pato y, por otro, permiten al Gobierno presentarse como víctima de una campaña de acoso y consolidar su apoyo popular allí donde el señor Zelaya está perdiéndolo o no lo ha tenido nunca. Incidentalmente, la mención de los Estados Unidos permite comentar algo acerca de la peculiaridad de este golpe: no ha tenido el apoyo cuando menos expreso o tácito de los gringos. Algo tan extraño que ha dejado a lo analistas del piñón fijo, los que culpan de todo al imperialismo yankee, colgados de la brocha y sin escalera repitiendo como loros mecánicos sus sospechas de intervencionismo estadounidense.

Y si las sanciones, como es de temer, tampoco funcionan, ¿qué? Pues, guste o no guste, se abandona el propósito inicial de restablecer al señor Zelaya en su cargo legítimo cosa que, por supuesto, puede pasar, o se considera en serio la posibilidad de la intervención militar para retornar al statu quo ante. La cuestión que se plantearía en tal caso es en qué marco multilateral podría tomarse esta decisión. Sin duda el que primero se postularía sería ALBA, pero lo más probable es que no prospere por el veto que interpondrán otros Estados de América, empezando por los EEUU. El siguiente podría ser la misma OEA pero ésta carece de experiencia en estos menesteres y no es una de sus funciones. Así que sólo quedaría la muy lógica posibilidad de la ONU que no solamente es el marco adecuado para estas decisiones sino que, en caso de adoptarse, se relegitimaría considerablemente. Autoridad para ello tiene toda la que le haga falta y experiencia también. La última vez que se dio una intervención militar auspiciada por la ONU en un país latinoamericano fue en 2004 en Haití (la misión llamada MINUSTAH, que ahí sigue) y, dadas las circunstancias, es una especie de mal menor. Algo así debería ir preparándose ya si es que de verdad se quiere que el señor Zelaya regrese a la presidencia de la república centroamericana. Cosa que tampoco está tan clara.

(La imagen es una foto de Presidencia de la República del Ecuador, bajo licencia de Creative Commons).

Imago patris.

Vaya melodrama en dos tiempos que se ha marcado Francis Ford Coppola. En dos tiempos porque es un melodrama dentro del melodrama o un "más difícil todavía". A primera vista la peli va de padre dominante, tiránico, egoísta, soberbio. De padre, en fin. Y de hijo rebelde que pone tierra por medio y no quiere saber nada de su familia. Ya sólo esto justificaría la situación que nos encontramos en el arranque de esta por lo demás prolija y algo lenta peli: un yankee expatriado, varado en La Boca, en Buenos Aires, que convive con una Miranda (Maribel Verdú), doctora en un psiquiátrico en el que él, Tetro, estuvo internado y que se ha enamorado locamente de él porque piensa que es un genio. En verdad, Tetro lleva siempre consigo un misterioso manuscrito, escrito en clave, una obra teatral que no quiere publicar y que oculta a todos y que es la que le da la imagen de genio a los ojos de su amante amada. Tetro, cuyo verdadero nombre es Angelo, lucha por superar sus conflictos del pasado. Dentro de este melodrama se inserta otro que es con el que arranca el film. Según se nos hace saber, un buen día se presenta en casa de Tetro un hermano mucho menor, Bernardo, Bennie, de diecisiete años, camarero en un buque de línea gringo que ha hecho escala en Buenos Aires con una avería de motor que llevará una semana reparar. Contra la inicial resistencia de Tetro que acaba de sufrir un atropello y lleva una pierna escayolada y no quiere saber nada de su familia, Bennie se queda en principio durante esa semana que luego se prolongará porque sufre otro accidente de coche que lo obliga a hospitalizarse y pierde su barco. Esto de los accidentes de coche trae malos presagios porque la madre de Tetro murió en uno de ellos conduciendo el vehículo su hijo. El padre, un famoso director de orquesta (Karl Brandauer, que hace un papel estupendo) se vuelve casar con la que será la madre de Bennie que, unos ocho años antes del comienzo de la acción del film cae en un coma del que no se ha repuesto. Aquí se esconde el segundo melodrama, el que da las claves reales del extraño comportamiento de Tetro y que no puedo revelar por no destripar la peli.

El caso es que, con la complicidad de Miranda (Maribel Verdú)y la furibunda oposición de Tetro, Bennie reescribe la pieza de éste que consiste en una historia de rivalidad entre dos hermanos (de hecho la del padre de ambos y su hermano mayor a quien aquel debe todo cuanto es pero no lo reconoce) y le pone el final que encuentra más lógico ya que la obra no lo tiene, esto es, el protagonista mata al padre. La obra se representa en el Festival de la Patagonia, dedicado al parricidio y, en el ínterín, el padre real aprovecha para morirse de resultas de un infarto sin que ninguno de los dos hijos acuda a su lecho de agonizante a pesar de que están cumplidamente informados y tienen los pasajes a su disposición.

Maribel Verdú dice que no se gusta en Tetro y hace bien porque no está en su mejor papel. Vincent Gallo (Tetro) y sobre todo Alden Ehrenreich (Bennie) le roban el protagonismo. Coppola se luce a mansalva en una peli repleta de flash backs que rompen con el uso convencional ya que las escenas actuales están rodadas en blanco y negro y las del pasado, en color. Un efecto muy logrado. Y no es el único. Lo mejor, para mi gusto, es la vida de expatriado de Tetro en Buenos Aires y que tampoco es tanto ya que la capital de la Argentina es la ciudad en la que nació su padre precisamente y cómo está captado el ambiente de La Boca e, incluso, los tipos porteños que se relacionan con Tetro, todos gentes de la farándula. Coppola reconoce la influencia de Elia Kazan en su obra. El minúsculo apartamento en el que viven Tetro y Miranda recuerda mucho el de Stella y Stanley Kowalsky en Nueva Orleans, en Un tranvía llamado deseo. Pero la visión de Buenos Aires, con las inevitables escenas en el inevitable Cafe Tortoni es agradable aunque fugaz. Imprsionantes, desde luego, los paisajes de la Patagonia, que contemplamos en el viaje en coche que realizan los protagonistas para asistir al estrenpo absoluto de la obra de teatro, llamada El deseo de viajar.

La peli se hace un poco larga, aunque sea muy variada no solamente por los flash backs sino también por las escenas de una pieza de teatro que se representa en La Boca, una versión del Fausto llamada Fausta, una especie de cabaret burlesco. La mezcla de lenguas, inglés y español y de acentos, argentino y castellano es agradable y en general la peli se sigue con agrado aunque sea algo tediosa por momentos. Y tomando el conjunto narrado con sus dos melodramas superpuestos, se obtiene una idea muy clara y patente en las escenas semifinales del funeral del viejo Carlo Tetrocini acerca del mundo morboso de la familia que pretende ser como una lección moral que habla de todas las familias. En un par de ocasiones los dos hermanos Tetrocini por separado, definen el drama de la suya como un asunto de rivalidades dentro de la familia. Pero la verdad es que la película se las ingenia para ir más allá de las rivalidades y mostrar un mundo pasional y oscuro, mucho más interesante, aunque coronado por un inverosímil final feliz que produce el efecto de un deus ex machina bastante chapucero.

dimecres, 1 de juliol del 2009

Malas noticias para los correveidiles de ETA.

Por fin es ya evidente, es verdad judicialmente establecida, lo que todo el mundo sabía: que Batasuna, Herri Batasuna, Herritarren Zerrenda y todas cuantas organizaciones, coaliciones, grupos, pandillas y peñas ha ido inventándose la izquierda abertzale para burlar la ley de partidos son correas de trasmisión de ETA, parte del entramado terrorista; que ilegalizarlas y prohibirlas no solamente no es antidemocrático sino que es el modo de proteger la democracia frente a quienes quieren acabar con ella; que la ley de partidos no solamente no atenta contra los derechos fundamentales sino que es un instrumento esencial para defender la democracia y el Estado de derecho de los ataques de sus enemigos los terroristas y sus correveidiles, los que les bailan el agua y que por más logomaquias y sofismas que empleen sobre si condenan o no condenan esta o aquella violencia, también la falta de condena al terrorismo, en ciertas circunstancias es recriminable.

Al mismo tiempo, según el fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, España es un Estado de derecho y una democracia en todos los sentidos del término y hace muy bien en protegerse del ataque del entramado etarra que, a través de organizaciones-tapadera como las citadas, trata de estar en las instituciones para condicionar su funcionamiento y, en la medida de lo posible substituir la democracia por algún tipo de dictadura "popular", que es lo que gusta a los terroristas y su mariachi.

Y todo lo anterior no lo dice la Audiencia Nacional, órgano de excepción continuador del siniestro Tribunal de Orden Público, ni el Tribunal Supremo del podrido reino borbónico, ni el Tribunal Constitucional, instrumento al servicio del fascismo español. No. Lo anterior lo dice un tribunal de siete jueces presidido por un danés y compuesto por magistrados de Estonia, República Checa, Alemania, Liechtenstein, Mónaco y España. O sea, lo dice el mundo.

Se acabó el rollo de atacar a la democracia con el cuento de la libertad de expresión reprimida por el fascismo español; se acabó la monserga de que la interpretación del juez Garzón de que ETA es también su entorno que la sostiene, ampara, financia, ayuda y encubre, es un atropello; se acabó el cuento de que las ilegalizaciones del Tribunal Supremo eran atentados contra los derechos fundamentales; se acabó la melopea de que el Gobierno español pretenda asfixiar el debate independentista en el País Vasco. Ahora ya estamos todos al cabo de la calle.

Quienes en el pasado sostuvimos que había que ilegalizar todo lo que sirviera directa o indirectamente a ETA y que se hiciera con todas las garantías del Estado de derecho y de protección a los derechos de los ciudadanos, estamos de enhorabuena. Ya no tendremos que escuchar más insultos de los majaderos "izquierdistas", esos para quienes un sinvergüenza y un asesino, si dice ser de izquierda, ya no es un sinvergüenza ni un asesino.

Como comprendo la decepción de los justificadores, embellecedores y animadores de ETA y de todos los "izquierdistas" peninsulares que les hacen el juego, les ofrezco algunas vías discursivas para salir del atolladero en el que están: 1ª) en realidad, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) está compuesto por fascistas y enemigos del pueblo vasco; 2ª) los jueces del TEDH son una manga de prevaricadores comprados por los agentes españoles al servicio del Borbón; 3ª) los verdaderos jueces del TEDH han sido secuestrados por los fascistas españoles y en su lugar han puesto estos clones, dispuestos a justificar el genocidio de España en el País Vasco. Que por fabular no quede.

No obstante, como frente a esta decisión de sala del TEDH queda una vía de recurso ante el pleno del Tribunal, es de esperar que los estrategas que han conseguido este exitazo judicial la pongan en marcha. De esa forma quedarán en evidencia por segunda vez como lo que son: correveidiles de ETA.


(La imagen es una foto de My Web Page, bajo licencia de Creative Commons).

Madre e hija.

Estamos (o, cuando menos, estoy) tan acostumbrados a ver cine gringo que, cuando ponen una peli que no lo es, una peli europea, por ejemplo, la diferencia llama muchísimo la atención. Se agradece una historia que no se base en espectaculares efectos especiales, incluida la casquería, no esté repleta de androides, no contenga una frenética persecución de coches por Nueva York y no se dirima al final con una pelea de artes marciales. Se agradece mucho ver una peli en la que se cuentan historias verosímiles con gente normal de la que encuentra uno por la calle y a la que le sucede lo que sucede a todo el mundo.

Aunque sea una historia trivial, como ésta, y repleta de tópicos, casi todos, por cierto, copiados de los estadounidenses (peripecias de adolescentes en un instituto de enseñanza media en París) y con un final feliz casi como de cuento de hadas. O quizá por ello: la siente uno como más próxima y más auténtica.

La directora, Lisa Azuelos, hija de Marie Laforet (a su vez, un ídolo de mi adolescencia) imprime un ritmo vertiginoso a su narración y consigue introducir una ingente cantidad de material en la trama: conflictos en las relaciones amorosas entre adolescentes, enfrentamientos generacionales entre padres e hijos, una visión sintética de Londres con ojos de francés (tan tópica como el resto de la peli), problemas de familias, un par de historias de amor. Realmente no se puede pedir más. Encima los chavales son todos guapísimos y actúan de cine, muy bien dirigidos por Azuelos que muestra consumada maestría en este su tercer film.

Al final nos enteramos de que la peli está parcialmente basada en hechos reales y, según parece, tiene elementos autobigráficos: ella, como su protagonista, Sophie Marceau, está en torno a los cuarenta y tiene una hija adolescente como la Lola que interpreta Christa Theret. Sospecho, además, dado el apellido de Lisa Azuelos que también su padre sea español, como el marido divorciado de la madre de Lola Delgado en la peli. No hacía falta advertirlo, en todo caso pues cuanto sucede en LOL es perfectamente verosímil. Otra cosa es la representatividad social de los personajes. El carácter trepidante del argumento, los líos con las drogas, la música, el cachondeo en la educación requerían un instituto público pero el origen social de los chavales casa mal con esa enseñanza, aunque se trata de una cuestión menor. Lo importante es también el sentido del humor con que se presentan los distintos episodios. La relación de la madre con la hija, a veces un poco cursi, está muy lograda y ese policía de la brigada de estupefacientes que aparece ocasionalmente es un acierto.

Los adolescentes se relacionan a base de SMSs y de servicios de messenger de un modo casi compulsivo lo cual impone un ritmo de relaciones entre ellos que puede resultar agotador para un adulto pero que explica mucho de sus claves simbólicas y de su forma de enfocar la vida. El sexo tiene una importancia capital. En la división de funciones, siguen mandando ellos: el conjunto de música con estética Rolling Stone son chicos únicamente y cantan en inglés, porque todo lo anglosajón los influye mucho. Pero ellas toman igualmente la iniciativa. El lenguaje, por cierto, es unisex y los diálogos están muy conseguidos.

En definitiva, una comedia sobre el lado amable de la vida, alegre, despreocupada y risueña. Parece normal que haya tenido cuatro millones de espectadores en Europa.