dissabte, 4 de juliol del 2009

La causa de la crisis.

Este incansable propagandista de las agresivas simplezas neocons prosigue su campaña de esclarecimiento de las muchedumbres y explicación de los más complejos fenómenos. Bien sea en la sede de la FAES, el lugar en el que se elabora el grueso de la doctrina, bien en actos de presentación de su último libro (ya reseñado en Palinuro en una entrada titulada la neurosis providencialista) cuyo título, España puede salir de la crisis ya revela su intencionalidad de charlatanería, bien en entrevistas en los más diversos medios, el hombre que intentó engañar a un país entero repite y repite los argumentos liberales sobre la crisis. Y como su actividad se intensifica y su escasa capacidad para incorporarse argumentos nuevos desaparece, esos argumentos son cada vez más irrisorios. Tómese como ejemplo el que esgrime para dar cuenta de la crisis mundial. El fracaso, dice, no ha venido del libre mercado ni en primer lugar de la codicia y malas prácticas de los banqueros sino que, al contrario, la responsabilidad recae, cómo no, sobre los bancos centrales y los Estados, que no han sabido funcionar ni detectar a tiempo dichas prácticas.

Es un ejemplo estupendo de razonamiento de secta neoliberal suyo presupuesto esencial es que el auditorio está compuesto por verdaderos imbéciles. Es posible que el Estado y las instituciones públicas hayan funcionado mal (¿qué otra cosa va a decir un neoliberal?) pero ¿quién lo puso en esa lamentable situación después de veinte años de políticas neoconservadoras basadas en la estulticia reaganiana de que "el Estado no es la solución sino parte del problema". Pero sobre todo y lo que revela que esta forma de "razonar" busca públicos de escasas luces es el manifiesto despropósito del enunciado porque si el problema estuvo en que fallaron los mecanismos de detección, la pregunta evidente sería: de detección ¿de qué? Es obvio: de los comportamientos delirantes y presuntamente delictivos que llevaron al sistema financiero al colapso que el señor Aznar se empeña en ocultar, atribuyéndolos a los más pintorescos planes.

Inasequible al desaliento su recetario es una ración doble del neoliberalismo que ha fracasado estrepitosamente en el mundo entero: más privatizaciones, desregulaciones reforma del mercado laboral, contención del gasto público, equilibrio presupuestario. Dejando a un lado que esta sarta de tópicos es la que ha producido el desastre financiero en el que nos encontramos, el señor Aznar no defrauda y en una entrevista concedida a Libertad Digital TV además del credo neoliberal, le sale la vena autoritaria, centralista, loca por revertir el curso de la descentralización política en España y sostiene que esas reformas deben hacerse con criterios económicos y no territoriales; estos le sacan los tics fascistas a este antiguo falangista que llama a las CCAA los "reinos de Taifas", cómo no.

(La imagen es una foto de Pontificia Universidad Católica de Chile, bajo licencia de Creative Commons).