dimarts, 20 de gener del 2009

La mafia madrileña.

¿Qué gente gobierna la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM)? Veamos: la misma señora Aguirre que en su día se benefició de que dos tránsfugas del PSOE (conste que no digo que fuera ella quien los comprara directamente) dejaran a este partido sin el gobierno de la comunidad sería la que se beneficiaría si un consejero de la Caja de Ahorros de Madrid a quien dijeron que Aguirre le ofrecería un cargo efectivamente hubiera cambiado el sentido de su voto en interés de la señora. Conste asimismo que no digo que haya sido ella quien intentara comprar personalmente al citado consejero. Eso lo decidirán los tribunales, si llega el caso, que ya va siendo hora de que llegue porque el gobierno de esta Comunidad hiede.

La información de El País de que el Consejero de la Presidencia, Justicia e Interior de la CAM, señor Granados dispone de un "servicio secreto" compuesto por ex-agentes, al margen de cualquier fiscalización política o judicial recibió ayer todo tipo de bufidos de la señora Aguirre. Como de momento los bufidos no son prueba alguna en ningún proceso esta señora tendrá que explicar por qué parece ser que su Consejero de la Presidencia, Justicia e Interior espía a políticos de la oposición o de su propio partido con finalidades que no son difíciles de imaginar en una Comunidad donde se practica la compraventa de votos y oscuras actividades conexas. Finalmente, si la información de El País es correcta, alguien tendrá que explicar quién espía al vicepresidente del Gobierno regional y con qué finalidad. Repito la pregunta: ¿qué gente gobierna la Comunidad de Madrid?

(La imagen es una foto de jovike, con licencia de Creative Commons).

dilluns, 19 de gener del 2009

Ruano.

Lo mataron hace cuarenta años. Lo tiraron por el hueco de la escalera desde un séptimo piso. Pudo haber sido cualquiera de nosotros.

Lo habían detenido setenta y dos horas antes y lo tuvieron ese tiempo en Gobernación sometido a "hábiles interrogatorios." Pudo haber sido cualquiera de nosotros.

Luego lo llevaron a su domicilio para presenciar un registro y en el camino, según los policías, Ruano se tiró por el hueco de la escalera; según los familiares y cualquiera que conozca la situación en aquellos años, lo tiró la policía. Pudo haber sido cualquiera de nosotros.

Porque todos sabíamos a qué nos exponíamos enfrentándonos a un régimen de delincuentes, asesinos y terroristas que, como se comprueba hoy fehacientemente, llenaron la faz de España de desgarrones en forma de fosas comunes. Nos enfrentábamos a la persecución, la tortura, quizá la cárcel, quién sabía si también la muerte.

En aquel régimen todo estaba al revés. Gobernaba la ilegitimidad y la ilegalidad conjuntamente y, por tanto, la policía no era mas que delincuencia organizada e institucionalizada. Los elementos de la Brigada Político-Social, criminales y torturadores notorios. Un grupo de estos sicarios asesinó a Enrique Ruano que nos representa a todos.

Porque lo sabíamos todos, también los que prefirieron no enfrentarse, los juicios ahora tienen el valor que tienen. Se oye decir que la gente como Ruano no defendía la democracia sino una u otra forma de revolución y por lo tanto, otra forma de dictadura. Es un intento bastante sucio de denigrar el valor de unas actitudes. Ruano era del Frente de Liberación Popular, una gente que propugnaba una imprecisa forma de revolución distinta de la comunista, que sería consecuencia de los procesos de liberación nacional en el mundo (de ahí su nombre) pero siempre democrática. Pudo haber sido cualquiera de nosotros.

(La imagen es un pastel de Schiele de 1912, llamado Castaño joven junto al lago Constanza)

¿Qué se espera de Obama?

Mucho. Probablemente demasiado. Mr. Obama llega a la presidencia de un país que tiene una determinada estructura político-constitucional que él no va a alterar. Un país con una estructura socio-económica que tampoco va a cuestionar. Un país que tiene unas tradiciones, costumbres, convenciones políticas a las que no va a oponerse. Por ejemplo, la acción política bipartidista en la medida de lo posible. Es una vieja costumbre. F. D. Roosevelt tuvo mucho apoyo republicano, como está sucediendo ya con lo que se conoce como New New Deal del presidente Obama. Y ese apoyo condiciona bastante el grado de pureza política que alcanza.

Por otro lado los ocho años pasados han sido tan siniestros y lamentables que por poco que se haga en contra va a parecer una verdadera revolución. Poniéndonos en el mejor de los casos y descontando ya el efecto vaivén lo que parece razonable esperar es :

- el cierre de la base de Guantánamo;

- un plan de rescate del sistema económico-financiero basado en políticas keynesianas;

- un nivel mínimo de cobertura de derechos sociales;

- un grado mínimo de compromiso con las políticas medioambientales;

- un grado mínimo de normas orientadas a la sociedad de libre mercado y nuevas tecnologías;

- un grado mínimo de implicación en una solución pacífica al conflicto palestino sin sacrificar más los derechos de los palestinos;

- los primeros pasos en pro de una política exterior multilateral y pleno respeto a los organismos internacionales.

(La imagen es una foto de Mr. Wright, con licencia de Creative Commons).

El peregrino mundo sigue girando.

Esta última novela de Paul Auster (Un hombre en la oscuridad, Anagrama, Barcelona, 2008, 207 págs.) está hecha con los mimbres habituales en la literatura del autor: una historia en el límite de la verosimilitud o abiertamente inverosímil habitada por personajes con problemas de identidad, pérdida de memoria, carentes de referencias o que viven experiencias en las que lo onírico y lo real se mezclan en proporciones variadas. Historias entre lo fantástico y lo real.

En esta ocasión nos encontramos con un personaje, Owen Brick, un mago de medios pelos que se hace llamar Gran Zavello y que, sin saber cómo, se encuentra de pronto vestido de militar, en concreto de cabo, en el fondo de un profundo pozo del que solamente consigue salir con ayuda de otro militar, un sargento que parece conocerlo y le comunica las órdenes que tiene, consistentes en ir a matar a un individuo que es el culpable de que los Estados Unidos estén en este momento en una terrible guerra civil producida por el intento de secesión del Estado de Nueva York al que se le suman otros Estados de Nueva Inglaterra de forma que los bandos son de un lado los llamados "federales" y de otro los secesionistas. El hombre culpable de esta guerra lo es porque está pensándola, es decir, estamos asistiendo a unos acontecimientos que alguien está imaginando y todos quienes actúan en ellos, empezando por el protagonista, Owen Brick, no son otra cosa que seres de ficción, personajes de una historia fabulada por alguien.

Ese alguien es August Brill, un crítico literario y cultural que se encuentra postrado en una cama después de un accidente de coche que le ha triturado una pierna y vive con su hija, Miriam y la hija de ésta, su nieta Katya. Miriam está separada de su marido, cosa que lleva muy mal, y vive concentrada en una biografía de la hija Nathaniel Hawthorne, Rose, que se convirtió al catolicismo y fundó una orden religiosa de beneficencia. A su vez Katya también se encuentra temporalmente acogida en la casa tras haber pasado por la traumática experiencia de la muerte de su marido. En las noches de insomnio August Brill también repasa su pasado y su convivencia con su mujer, Sonia, con quien estuvo casado toda su vida excepto nueve años en que se divorciaron y él se fue a vivir con una mujer más joven que él que por fin lo abandonaría por un pintor alemán.

Así se entretejen los dos relatos: el de Owen Brick en tercera persona y el de August Brill en primera y van discurriendo en paralelo. En la de Brick hay muchos elementos cinematográficos -tengo idea de que Auster también ha dirigido alguna película- con escenarios como de Mad Max o Blade Runner y tiene un elemento de ucronía, con algo que recuerda el expediente del héroe que despierta en un tiempo que no es el suyo y que ya aparece en la Leyenda de los siete durmientes de Éfeso y se popularizaría mucho en el siglo XIX con obras como Un yankee de Connecticut en la corte del Rey Arturo, Rip van Winkle o El hombre de la oreja rota. La de Brill es en cambio una historia realista organizada básicamente en torno a problemas de pareja y de convivencia, casi una historia cotidiana en la que todos los elementos, incluso los más tremendistas y macabros, que los hay, encajan en la experiencia ordinaria de cualquier lector.

Finalmente la historia de Brick, que se niega a cumplir la orden que se le ha dado, llega a un extremo en que no puede seguir y se decide de forma expeditiva. Porque, de otro modo, ¿cómo resolvería el autor la situación en la que el personaje fabulado por Brill realmente lo matara? Sería un indecible literario, incluso para las habilidades narrativas de Auster. Hay pues un punto en que el trenzado de las dos relatos se deshace. El último tercio del libro es ya la historia real de August Brill, que está reinterpretando su pasado con ayuda de su nieta Katya así como sus relaciones con ella y con su hija Miriam.

El punto que unifica las dos historias y el que se utiliza como pretexto para poner en marcha la de Brick es Virginia Blaines, el primer amor de Brill y que también lo es de su personaje en una típica proyección que hace sobre él y por la que estamos seguros de que Brick es una creación y, por tanto, un alter ego de Brill. Mediante la proyección éste finalmente y aunque sea en la fantasía alcanza a dar cumplimiento a su viejo deseo de adolescente que se le había quedado enquistado, de acostarse con su primer amor. Y es una prueba de la consumada pericia narrativa de Auster que, haciéndonos olvidar que la presencia de Blaines en el relato es tan obra suya como la de Brick, la muchacha afirme tener sus mismos deseos como si durante todos aquellos años los hubiera estado alimentando en silencio como él.

La elegancia y sencillez de la trama y su literaria complicación a través de la articulación de dos relatos, un relato y un metarrelato, dan a esta novela un ritmo sorprendente, ayudado también por un depurado estilo narrativo de una enorme economía de medios y una forma clásica de exposición. Los diálogos también son muy buenos, muy ágiles e ingeniosos. Una novela que prueba gran capacidad de artificio y singular maestría en el autor.

Por último el título de esta entrada reproduce un supuesto verso de un poema de Rose Hawthorne. Ignoraba que la hija de Nathaniel Hawthorne, antes de emprender el camino de la santidad, hubiera intentado dedicarse a la literatura, como sí hizo su hermano Julian, y hasta es posible, por todo lo que sé, que se trate de una invención de Auster. Pero el verso es sin duda bonito si bien está claro que no sonará igual en español que en inglés. Yo hubiera dejado también la versión inglesa que, al no conocerla, sólo puedo imaginar.

diumenge, 18 de gener del 2009

Por fin se larga.

Parecía que no iba a llegar nunca el momento pero por fin se larga el mandatario a quien el señor Aznar considera un "gran estadista" y más del setenta y cinco por ciento de los norteamericanos tienen por el peor presidente de su historia. En su discurso de despedida ha apelado al juicio de ésta, como Fidel Castro en su día. Pero a diferencia de Castro, a él la historia no podrá absolverlo porque su presidencia ha sido un desastre completo en todos los frentes. Un breve repaso ilustrará al respecto.

Su fanatismo religioso y su cerrada política neocon lo llevaron a obstaculizar el avance de la ciencia vetando la investigación con células madre. Del mismo jaez o peor fue su apoyo a la difusión del creacionismo en las escuelas en detrimento de la teoría de la evolución. A esta actitud contraria a la ilustración y al juicio científico que tanto daño hace a la formación de los estudiantes lo llaman el diseño inteligente, esto es, la vuelta a enseñar como verdades científicas las patrañas de la Biblia. Contrario asimismo al progreso de la humanidad y al sentido común fue su decidida oposición al aborto que se articuló en dos tipos de medidas: a) de un lado tratando de que el Tribunal Supremo anulara su decisión previa (caso Roe v. Wade) de permitir la interrupción voluntaria del embarazo, cosa que no consiguió; y b) su oposición a financiar las actividades de la ONU en el planeta que implicaran difusión y legalización del aborto. Lo que corona estas prácticas retrógradas es la afirmación del señor Bush de que en alguna ocasión fue el mismo Dios quien le aconsejó adoptar una u otra medida. Obviamente quien afirma tal cosa en serio sólo puede ser un charlatán o un necio o ambas cosas a la vez.

La presidencia del señor Bush estuvo marcada por el ataque terrorista a las torres gemelas y la subsecuente "guerra contra el terror" que desplegó el Gobierno de los Estados Unidos. En el ámbito de la política exterior esa actitud estaba comprendida en la estrategia de la seguridad nacional cuyos elementos decisivos fueron: la substitución del multilateralismo por el unilateralismo, el desprestigio y ninguneo de las Naciones Unidas y otros foros internacionales y la adopción de la "guerra preventiva" para la defensa nacional. La guerra preventiva es una práctica inmoral a la que recurren sobre todo los Estados Unidos e Israel, los dos Estados terroristas más típicos del mundo.

En la práctica estos principios llevaron al señor Bush a una guerra ilegal, criminal, de rapiña en contra del Irak y a algo muy parecido en Afganistán. Asimismo en función de una doctrina perversa de sus asesores según la cual en tiempos de guerra (guerra que declara él mismo) el Presidente de los EEUU está por encima de los demás poderes del Estado que no pueden controlarlo, sus órdenes no tienen por qué respetar las Convenciones de Ginebra. De este modo el Gobierno del señor Bush aplicó un programa de espionaje universal de sus propios ciudadanos, saltándose derechos como el secreto de la correspondencia, la inviolabilidad de las comunicaciones y otros derechos civiles. Ese mismo gobierno legalizó el uso de la tortura que se puso en práctica en los vergonzosos episodios de la cárcel de Abu Ghraib y de modo sistemático en ese campo ilegal en donde se tortura a prisioneros de Guantánamo, un exclave de los EEUU que rompe el principio se soberanía territorial de Cuba.

En el campo de la política económica los gobiernos del señor Bush aplicaron el más completo programa neoliberal, lo que acabó provocando la mayor crisis económica mundial desde la de 1929. El recetario neoliberal, compatible con la mayor extensión de la corrupción en el Gobierno (en el que los ministros eran accionistas de las empresas que hacían negocios en el Irak destruido por ese mismo Gobierno) consistió básicamente en bajar los impuestos a los ricos y desmantelar cuanto pudo el escaso Estado del bienestar que hay en los EEUU. Esto de bajar los impuestos, sobre todo a los ricos, que es una típica medida de la derecha neoliberal persigue dos finalidades entrelazadas: de un lado favorecer a su base social y electoral y de otro descapitalizar al Estado para que no puede hacer frente a sus compromisos de gasto público. A todo esto hay que añadir la obsesión del gobierno del señor Bush por suprimir todo tipo de controles, normas y regulaciones con los que se pretendía domeñar los altibajos del mercado. Una vez desregulado el mercado se lanzó a una frenética actividad especulativa global habiendo generado asimismo una burbuja inmobiliaria que, al estallar, ha provocado una crisis crediticia con consecuencias en la economía real nunca vistas desde hacía decenios en cuanto al descenso del Producto Interior Bruto, el aumento del paro, la caída de la actividad industrial.

Estamos de enhorabuena: por fin se va este desastre que es un meapilas, un iluminado (que no ilustrado) un terrorista y un genocida por gobierno interpuesto. Un presidente que ha dejado por los suelos la economía y el prestigio internacional de su país y al que el señor Aznar considera "un gran estadista".

(Las imágenes son dos fotos de Bokowsky18 y de Muhammad Adnan Asim (linkadnan)# 2 , ambas con licencia de Creative Commons).

Rafel del Águila in memoriam.

Con algo de retraso me entero del fallecimiento de mi colega y amigo Rafael del Águila. Si toda muerte es injusta, las prematuras lo son doblemente. Del Águila nos ha sido arrebatado en la plenitud de su capacidad creadora, cuando todos podíamos esperar todavía más importantes aportaciones de su indudable capacidad intelectual y perspicacia analítica. No hace mucho que Palinuro reseñaba su último libro, Crítica de las ideologías. El peligro de los ideales en una entrada titulada A la salvación por la barbarie, un magnífico ensayo sobre el peligro que para los órdenes políticos democráticos, posibilistas y pactistas, representan las ideologías.

Rafael del Águila había comenzado su labor publicística con un importante libro sobre los discursos de la transición y fue luego avanzando y profundizando y perfilando sus preocupaciones con mayor precisión, centrándose en el territorio de la teoría política clásica hasta publicar una obra decisiva, La senda del mal: política y razón de Estado (Madrid, Taurus, 2000) en el que aborda con rigor y claridad expositiva el sempiterno problema de la filosofía política entre la ética y el "realismo político" que ya apunta en la sofística griega, se despliega en el nacimiento del Estado moderno con la obra de Maquiavelo sobre quien Del Águila tiene escritas páginas luminosas y llega hasta nuestros días, con el renacimiento de las concepciones de Carl Schmitt.

Al final no somos sino lo que dejamos detrás de nosotros, sobre todo en el espíritu de quienes nos rodean y eso es algo que puede hacerse a través de nuestras obras y a través de nuestra forma de ser. En ambos territorios deja Del Águila una huella indeleble. Sus ideas alumbran otras y ayudan a transitar por el camino del saber; su carácter, sosegado, reflexivo, respetuoso y de una gran curiosidad intelectual que lo asimilaba al de un humanista del Renacimiento es un ejemplo digno de imitación.

Descanse en paz.

(La imagen es la tercera versión de La isla de los muertos, de Arnold Böcklin (1885) que se encuentra en la Nationalgallerie de Berlín).

Caminar sin rumbo (XXXVI).

Conociendo a la gente.

(Viene de una entrada anterior de Caminar sin rumbo (XXXV), titulada Vuelta a casa.

Eugenio los había advertido por el móvil cuando nos faltaba una hora. Una hora que se convirtió en más, como en tres o algo así porque, a la entrada de Jerez el coche sufrió una avería y dejó de funcionar. Hubo que llamar una grúa y luego negociar con el seguro a qué taller se llevaba. Una vez allí nos dijeron algo de una ruptura de una correa y que había que pedir la pieza, que cuando llegara era cosa de un par de horas pero no se sabía cuánto tardarían en recibirla, aunque casi nunca era más de un día. Ellos llamaban ahora y comprobaban que había existencias. Porque también puede suceder que la pieza no esté en stock, con lo que hay que pedírsela a la casa matriz en Madrid y ahí ya no se sabía lo que se pudiera tardar. Hasta cabía la posibilidad de pedir que la grúa se llevara el coche a Madrid con nosotros dentro y una vez en la capital podían arreglar la avería y ganando tiempo. El hombre parecía una buena persona pero sonaba como un disco rayado cuando repitió por tercera o cuarta vez que él no ganaba nada, que no se metía nada en el bolsillo cuando decía lo que había. Buena gana de quedarnos cuatro días allí tirados esperando la pieza cuando podiamos arreglar el asunto en uno pero que en fin, nosotros veríamos, que él no ganaba nada con el asunto y que empezaba ya a llamar.

Nos llevamos la tarjeta del lugar, dejamos al encargado llamando, cogimos un taxi y le dimos la dirección de los amigos de Eugenio a quienes habíamos advertido antes del retraso. Hamilton estaba esperándonos a la puerta de un chalet independiente en la calle Rafael Alberti, muy cerca del parque González Hontoria. Era un negro alto, bastante esbelto que nos recibió con una sonrisa abierta, plantó dos besos en las mejillas de Eugenio, lo estrechó un par de veces contra sí y a mí me alargó una mano que estrujó la mía como si fuera a triturarla. Dijo:

- Estás sorprendido, ¿verdad? Pues sí, no todos los colombianos son blancos o mestizos; también los hay negros y mulatos, e indios y lobos, y albarazados "que todos tiran a mulato". Somos los negros del Caribe o las mezclas, el mulato, el lobo. En América, cabemos todos, de todas las razas y condiciones y cirunstancia. Somos el resultado de todos los cruces. Hay que escuchar nuestro ritmo. Somos únicos en el mundo.

Hamilton era un hombre delgado y anguloso y su mujer resultó ser una blanca rechoncha del interior, de Antioquia; Hamilton era inquieto e impulsivo todo lo que ella era tranquila y pausada; Hamilton era imaginativo y hablador todo lo que ella parecía realista y parca en palabras. A primera vista, un matrimonio bien avenido que daba la impresión complementarse. Yvvy estaba amamantando a su crío menor un mulato regordete, nos dedicó una sonrisa sin moverse y siguió con lo suyo. Eugenio preguntó por el hermano mayor.

- Mayor, mayor...-dijo Hamilton- tiene año y medio. Está durmiendo la siesta. Los bebés se la pasan durmiendo, sobando como dicen Vds.

Parecían buena gente. Nos preguntaron qué queríamos beber. Daban por supuesto que nos quedábamos allí con ellos. Nos tenían preparada una habitación donde podíamos dormir si no nos importaba hacerlo en la misma cama. Él tenía trabajo al día siguiente pero quedaría libre al mediodía y podíamos almorzar juntos.

- ¿Qué trabajo haces?.

- El que hace un veterinario: trato con animales, que es siempre mejor que tratar con según qué personas.- Se veía que era gracia a la que recurría con frecuencia.- Mañana tengo que visitar un par de granjas avícolas cerca de aquí.

Se confirmaba la primera impresión que producía la pareja de llevarse bien. Se respetaban en el uso de la palabra, al contrario de lo que sucede muchas veces con los matrimonios en que los cónyuges, al contar historias que los afectan a los dos, se interrumpen continuamente, no se dejan hablar. También se miraban con cariño y él parecía estar pendiente de los deseos de Ivvy. Claro que eso tampoco quiere decir mucho. Cari yo yo nos llevábamos bastante mal, especialemente en los últimos tiempos en el que las broncas proliferaron, pero hacíamos lo que podíamos para ocultárselo a las visitas. Siempre que había alguien extraño delante tratábamos de proyectar la imagen de un matrimonio tranquilo. El de estos dos parecía serlo y quizá fuera falso aunque, cuando se tienen críos tan pequeños, no es difícil que la vida matrimonial vaya sobre ruedas. Eso mismo nos había sucedido a Cari y a mí. Los conflictos comenzaron cuando los críos eran ya adolescentes.

- Y siendo extranjero ¿te dejan trabajar en el ayuntamiento de Jerez? -decía Eugenio.

- Estoy contratado, sí, sin problemas. Y ahora pendiente de que me den la nacionalidad y cuando eso suceda podré hacer oposiciones y quedarme ya fijo.

- ¿Te interesa?

- ¿Tú sabes cómo están las cosas para los inmigrantes en tu país? Yo tengo ahora dos hijos. Yvvy no trabaja y, cuando pueda hacerlo, a ver cómo lo conseguimos aquí. Necesitamos seguridad. Los niños necesitan seguridad. Cuando la tengamos del todo ya veremos.

- Como dejaste la clínica veterinaria...

- Aquello era una explotación. Tenía que trabajar como autónomo, figúrate, me pagaban por servicio, pero tenía que estar allí siempre. Y a Ivvy igual. Sólo tenía contratos temporales: cuatro meses de trabajo y dos en el paro. La vida de los inmigrantes es muy jodida.

- Y eso que sois inmigrantes cualificados, -dije- que si no lo fuérais.

- Es más o menos igual, no creas. No sabes la cantidad de licenciados, sobre todo del países del Este de Europa que trabajan en la construcción de cualquier manera. Hombre, claro, si te contratan ganas más, pero te putean igual.

Ivvy había terminado de amamantar al rorro que entregó a su marido para que le sacara los aires dándole palmadas en la espalda, se abrochó la camisa y suspiró diciendo:

- Es siempre lo mismo.-Se volvió hacia mí, añadiendo- y, además, Hamilton tuvo que salir escapando de Colombia para salvar el pellejo.

- ¡Ah! ¿Sí? ¿Qué le pasaba?

- Eugenio lo sabe. Las guerrillas secuestraron a su papá, pidieron un rescate que su familia no pudo reunir y lo mataron nomás, lo dejaron tiradito en la circunvalar de Bogotá con una carta en un bolsillo en la que decían que pensaban ir por Hamilton.

- Imagínate -completó éste la explicación- teníamos una pequeña explotación a la entrada de la capital y ninguna defensa. Eran los años duros en que la guerrilla y los paramilitares andaban por sus respetos. Ahora la situación ha cambiado mucho, porque el presidente Uribe es muy derechas y todo lo que quieras pero ha conseguido restablecer la seguridad en el país. Antes el solo hecho de ir por la carretera en coche ya era un peligro.

- ¿Y no os interesa volver ahora que las aguas han vuelto a su cauce? -preguntó Eugenio.

Se cruzaron una mirada cargada de sobreentendidos. Se veía que era asunto que habían tratado varias veces quién sabe cuántas. Lo frecuente es que los emigrantes, los exiliados, aprovechen los cambios favorables en su tierra para volver a ellas.

- Quizá sí -dijo Hamilton arrastrando las palabras- y a lo mejor hacemos mal quedándonos aquí. Pero es que vosotros no sabéis cómo estaba aquello. Era invivible. Todos pensábamos en irnos y no volver. Era una situación supremamente jodida. Déjame decirte que cuando han matado a tu papa, que no había hecho nada salvo ponerse en el camino de unos asesinos, cuando pueden venir por ti, cuando tu mamá ha tenido que cerrar la explotación e irse a vivir con una hermana suya a la capital, si sales te quedan pocas ganas de regresar. Aquello era entonces un infierno y puede volver a serlo en cualquier momento.

- Es curioso, uno escucha a García Márquez, lee sus libros y piensa uno que las cosas no pueden ser tan extremadas.

- Pero es que García Márquez es un escritor universal, que no representa lo que es Colombia. La realidad colombiana la retrata mejor Botero.

Una vez en España cuando ya llevaba cuatro o cinco años malviviendo, un buen día conoció a Ivvy en casa de unos amigos colombianos que festejaban un cumpleaños y la vida se le había vuelto a enderezar. Tenían los dos conciencia de que era una segunda oportunidad que no debían dejar pasar. Él había cumplido cuarenta y dos años y ella estaba probablemente al final de la treintena.

- Tengo treinta y nueve cumplidos -dijo riendo-. No me importa decirlo. Tuve a Sergio (el niño mayor) con treinta y siete. Te diré que en el hospital en donde di a luz al mayor me tenían clasificada como "primípara añosa". -Y volvió a reír.

Al final así son las cosas. Mientras yo viajaba por puro placer, porque me divertía y quería tener experiencias nuevas, hay gente que viaja a la desesperada, que no tiene otro remedio, para sobrevivir. Realmente, la pareja Hamilton-Ivvy se había ganado mi simpatía. No hay que andar buscando explicaciones retorcidas, interpretaciones rocambolescas. Lo que la gente quiere es un empleo decente, un salario digno, una vivienda aceptable aunque no sea lujosa y un poco de seguridad, de tranquilidad, de rutina para poder críar a los hijos, ganarse honradamente la vida sin grandes dispendios y llegar a viejos sin sobresaltos. Si eso lo tienes garantizado en tu país, te quedas; si no, buscas otro y al final tu patria es donde puedes hacer realidad tu sueño.

El bebé se había quedado dormido. Su padre lo depositó en la cuna con mucho cuidado y, volviéndose hacia nosotros, nos dijo que se encargaba de hacer la cena. Eugenio empezó a decir que no se molestara, que podíamos arreglarnos yendo a un restaurante cuando sonó mi teléfono móvil. Del taller decían que mañana por la mañana tendrían la pieza y, por lo tanto, podríamos recoger el coche sobre las doce del mediodía. Era una buena noticia y, para celebrarla, decidimos salir a comprar una tarta que coronara la magnífica cena que Hamilton se había comprometido a hacer.

(La imagen es una viñeta de Aubrey Beardsley).

dissabte, 17 de gener del 2009

La desvergüenza de los genocidas.

En esta atroz masacre de civiles que está perpetrando Israel impunemente desde hace veinte días con el aplauso de los Estados Unidos y la Unión Europea, adalides putativos de los derechos humanos, lo que más llama la atención es la absoluta desvergüenza con que los genocidas retuercen los conceptos y rompen las reglas de la lógica. Ahora andan considerando decretar un "alto el fuego unilateral". ¿Alguien sabe de alguna guerra, guerra de verdad, con dos bandos combatientes relativamente equiparables, en que uno de ellos pueda decretar un "alto el fuego unilateral" sin correr el peligro de que el enemigo lo borre del mapa? ¿Qué demuestra esto? Pues lo que es patente: que no es una guerra ni nada que se le parezca sino una atroz matanza de civiles indefensos y sin escapatoria por un ejército armado hasta los dientes, probablemente el hecho más repugnante que se haya producido en siglos y en el que términos como "tregua", "avance", "ofensiva", etc no significan otra cosa que matanza, matanza y matanza.

Con un alto el fuego unilateral los judíos detienen la masacre, que es lo que pide la humanidad horrorizada, pero no tienen por qué retirarse ni cumplir ninguna de las condiciones de Hamás. Es decir, dejan momentáneamente de matar, pero siguen hostigando y oprimiendo a los palestinos en Gaza. Por lo demás, no haya duda de que esta matanza se detendrá el día veinte, día de la investidura del señor Obama, cosa que estaba prevista ya desde que empezó, el veintisiete de diciembre pasado. "Chicos, dijo entonces el Estado mayor israelí a las tropas, tenéis veinticuatro días para machacar Gaza y destripar a la mayor cantidad de gente que podáis, niños, mujeres y lo que sea. Cuantos más mejor. Recordad que el día veinte de enero paramos porque para entonces hay sheriff nuevo y es menester guardar las formas". Que esto es así, que se trata de un genocidio fríamente calculado, planeado y ejecutado con meticulosidad se echa de ver mirando los mapas de la derecha en los que se observa con toda claridad cómo los territorios palestinos van desapareciendo paulatinamente, absorbidos por los israelíes. Y con los territorios, la población que los habitaba.

A los israelíes les molesta sobremanera que los comparen con los nazis sobre todo porque esa comparación rompe el monopolio que pretenden tener de haber sido las únicas víctimas del delirio pardo. Pero no deben preocuparse pues ambas cosas son compatibles: sus padres y sus abuelos fueron víctimas, si bien no las únicas, del holocausto y merecen y tienen el reconocimiento y el afecto del mundo entero. Los hijos y los nietos son unos genocidas canallas que no merecen sino desprecio. Los dos grupos son israelíes.

(Las imágenes son sendas fotos de Amir Farshad Ebrahimi y de Farfahine, las dos con licencia de Creative Commons).

Aguirre y la mafia.

La señora Aguirre está muy molesta porque los cubanos sostienen que es la cabeza de la mafia anticastrista de Miami. Y todo porque la dama se ha erigido en defensora de las libertades del pueblo de Cuba, bárbaramente tiranizado por el despotismo familiar de los Castro. Respondiendo a su talante ultraliberal, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha pedido el amparo del Gobierno central y en concreto del señor Moratinos para que meta en cintura a estos bocazas descendientes de los mambises. ¡Por favor! ¡Llamarla cabeza de mafia alguna!

Comprendo su inquietud. Es peligroso el pluriempleo en esto de las mafias. Resulta imposible que la señora sea cabeza de la Miami porque ya lo es de la del ladrillo en la Comunidad de Madrid, gracias a la cual pudo comprar las últimas elecciones. Y conviene que la cosa se aclare cuanto antes pues la mafia, como el dios de los judíos y de los cristianos, es muy celoso, no admite competencia y toma venganza terrible de quien sirve a dos dioses simultáneamente. Igual la de Madrid deja de pagar a los tránsfugas del PSOE.

(La imagen es una foto de Chesi-Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

Las previsiones del señor Solbes.

¡La Virgen! ¡Qué panorama pintó ayer el señor Solbes! Todavía lo recuerda uno hace unos meses con esa redonda bonhomía, esa mezcla de timidez y displicencia con que decía que no, que no había crisis; que no, que no había recesión; que en un par de meses, en el primer trimestre de 2009, en el segundo, en el tercero, en el cuarto, comenzaría la recuperación; que si había rejuste en el sector del ladrillo sería para bien general, etc, etc. Ahora resulta que la cosa está azabache y que llegaremos a 2010 poco menos que comiendo mierda y será una suerte que haya para todos.

Tengo para mí, sin embargo, que estas nuevas previsiones son tan verosímiles como las que hacía seis meses antes. Lo que sucede es que algún asesor ha explicado al Gobierno el principio elemental de que, en situaciones de turbulencia, es más rentable sembrar falsas previsiones catastróficas que sembrar falsas expectativas. Ambas son falsas pero si las segundas se cumplen, la gente las habrá dado por descontadas mientras que si se incumplen las primeras, todo el mérito se lo apuntará el gobierno. No es tonto el mancebo.

(La imagen es una foto de jmlage, bajo licencia de Creative Commons).