dilluns, 14 d’abril del 2008

14 de abril.

Setenta y siete años después de su proclamación, probablemente el noventa por ciento de quienes celebramos el aniversario de la IIª República española no la vimos nacer ni morir, no tenemos un interés biográfico directo en el asunto, aunque muchos quizá sí familiar. Celebramos el aniversario por convicción ideológica, por fidelidad a unos principios, por adhesión a una visión de España, de sus gentes y su historia que nada de lo que hemos vivido hasta la fecha puede desmerecer. Celebramos el momento culminante y más luminoso de la historia de nuestro país, aquel en el que el pueblo fue libre, y por el que después hubimos de pagar todos -nosotros, que no habíamos vivido aquella experiencia, también- con largos y tenebrosos años de sojuzgamiento, humillación, opresión y tiranía a manos de un delincuente que se hizo con el poder y de una cuadrilla de facinerosos civiles, militares y eclesiáticos que aún están presentes en muchos hechos y dichos de la derecha española actual. Basta con oír la COPE, leer El Mundo o escuchar a doña Esperanza Aguirre.

Y no se crea que esta celebración es cosa de un día en un año hecho luego de otros afanes; nada de eso. La celebración del 14 de abril es la exteriorización de un culto que llevamos dentro, de una nostalgia que nos alimenta en la vida cotidiana y que nos hace ver el mundo con ojos de republicanos, hablar como republicanos, sentir como republicanos. A la derecha pueden ver el salón de mi casa, presidido por una bandera republicana todos los días del año. Me educaron en republicano y he educado y educo a mis hijos en republicano. Un sentimiento republicano que se aviva cuando veo la bandera que le impusieron al país los vencedores en una repugnante guerra civil y que después hubo que aceptar, al igual que al Rey nombrado por el dictador, mediante un chantaje, so pena de que no se nos devolviera la democracia que le fue arrebatada al país manu militari por el delincuente felón supracitado.

En el entendimiento asimismo de que la celebración de este aniversario no implica resignación alguna ante el expolio y conformidad con el hecho de una monarquía restaurada por segunda vez en contra de la voluntad del pueblo. Al contrario, es un acto de afirmación en el espíritu de lucha por el advenimiento de la República, que sea ésta la IIª (que muchos creemos que no ha muerto) o la IIIª, como quieren otros, más expeditivos y pragmáticos, es indiferente en tanto se trate de nuestra República. La República española, cuyo himno dejo aquí abajo para solaz general y en una versión adornada con impresionantes fotografias de la guerra civil, algunas de ellas nuevas para mí, que creía conocerlas casi todas.



Los designios del destino han querido que la IIª República esté para siempre unida a esa guerra civil que fue su sepultura. Y lo de "guerra civil" quizá sea un poco exagerado para calificar una sublevación de un ejército que llevaba casi trescientos años sin ganar una sola guerra (pues la de la Independencia la ganaron los militares españoles, los militares ingleses y los guerrilleros españoles, todos juntos) y que, sí, llevó a una guerra que, sí, ganó el ejército, sí, contra su propio pueblo. ¿Tiene algo de extraño que los republicanos no aceptemos el resultado de esa guerra civil? Y ¿tiene algo de extraño que nos emocionemos y sigamos honrando la memoria de tantísimos héroes que se enfrentaron a los militares fascistas como se ve en abundancia en las imágenes del vídeo y son sólo una minúscula parte de las que dan testimonio de la valentía de las milicias populares fueran del color que fueran? ¿Por último, tiene algo de extraño que no exista nada parecido en el bando muy mal llamado "nacional"?

¡VIVA LA REPÚBLICA!

(El vídeo es de Vergavil).

El nuevo gobierno socialista y el señor Sebastián.

No tenía pensado escribir nada sobre el nuevo gobierno del señor Rodríguez Zapatero (ZP). Desde las elecciones del nueve de marzo pasado es más interesante lo que pasa en el PP que en el PSOE. Los perdedores andan a la gresca mientras que los ganadores están encantados de haberse conocido. En ese clima de complacencia general, el nombramiento del gobierno de los socialistas sólo podía añadir algo más de almíbar a las dulzuras que llevan quince días prodigándose. Por lo demás, esos comentarios pueden encontrarse por doquier, algunos mejor informados de lo que pueda estar el mío. Muchas mujeres, ha señalado todo el mundo. El gobierno más femenino de la historia de España. Nada, nada, estupendo y quien se pique, que se rasque. La ministra de defensa está embarazada. Cosas que pasan cuando se está en la edad. A lo mejor rompe aguas presidiendo un desfile. Otros señalan que la señora Aído, ministra de Igualdad, a sus treinta y un años, es la ministra más joven de la historia de España. Datos, anécdotas que no van muy allá.

Y de pronto leo en El País que el señor Sebastián, nuevo ministro de Industria,emerge como hombre fuerte en el nuevo Gobierno. (No pongo enlace porque es de pago). El periódico da pelos y señales de cómo este señor Sebastián tiene un móvil exclusivamente destinado a hablar con ZP de quien parece ser íntimo y en quien influye, según se dice, casi como si lo tuviera hipnotizado, al extremo de que ha metido la cuchara en la composición del nuevo Gobierno y ha colocado a un par de clientes suyos también de ministros.

Un momento, un momento, este Sebastián ¿no es el que se presentó a alcalde de Madrid, parachutado desde La Moncloa, sin tener ni idea de lo que se traía entre manos, hizo bastante el ridículo en la campaña (incluyendo la ignominia de sacarle a su adversario una foto de un supuesto ligue), perdió luego las elecciones estrepitosamente y no se detuvo ni a recoger su acta de concejal, sino que salió de naja, camino de su puesto de Profesor Titular de la Universidad Complutense? Es el mismo ¿no? Y ¿qué clase de tipo es éste que, después de perder las elecciones municipales, dejó abandonados a sus electores y no se molestó en dar una explicación acerca de su comportamiento? ¿Un fuera de serie al que todo el mundo ha de estar agradecido por dignarse ser candidato a una alcaldía de la que ignoraba literalmente todo? Pues ¿y qué decir de la Universidad? Se reincorpora el año pasado y vuelve a abandonarla éste a mitad de curso. Como la Universidad no parece importarle a nadie, nadie tampoco le pedirá cuentas por el nuevo abandono, al parecer ni sus alumnos, aunque es posible que estos tengan razones para felicitarse del hecho.

Ahora "emerge" o "resucita" según dicen otros en el ministerio de Industria por un empeño especial de ZP quien tampoco parece sentirse obligado a explicar a la gente normal por qué se empeñó en que un oscuro fontanero de La Moncloa fuera alcalde de Madrid sin saber nada de la alcaldía. Menos explicaciones cree debe dar de por qué se premia con un ministerio a un hombre que ha cosechado un fracaso en las elecciones muncipales, dejando al grupo municipal socialista con tres concejales menos que antes, más que nada por su prepotencia y altanería, cualidades que no son infrecuentes en esos políticos que se desempeñan como asesores áulicos, tienen siempre un altísimo concepto de sí mismos y apenas pueden esperar a que una decisión, normalmente desafortunada, del superior en cuyo ánimo ejercen dominio, les permita demostrar al ignaro público la holgura de sus atributos.

Más o menos el espíritu con que parece llegar ahora al nuevo destino que se ha labrado supongo que trabajándose al baranda. Parece que el hombre quiere subir, quiere mandar, quiere estar en el candelero. Y tiene prisa, además del oído del Presidente, dispuesto a imponerlo como sea. Y eso que trae -ahora se sabe- también mala ejecutoria de su paso por la oficina económica de Presidencia, desde donde chocó alguna que otra vez con el afable y normalmente pacífico señor Solbes. Éste se ha visto obligado a recordar que él es el vicepresidente del Gobierno no sé si como medida preventiva o ya terapéutica, que de todo puede haber cuando se tropieza con estos tipos superguays. Y bien pudiera ser así la cosa porque, ¿no son los tiempos de crisis los mejores para que uno de estos cerebros en la sombra exhiba sus miríficas dotes?

No sé; me desagrada arrancar con críticas en un momento así y con una inauguración pero es que este caso es muy peculiar. No es lo mismo nombrar ministra a la señora Aído o al señor Corbacho, cuyo apellido tanto recuerda al Arcipreste de Talavera, que nombrar a un correoso político que todavía debe al respetable dos explicaciones (una, de por qué se presentaba candidato a la alcaldía de Madrid y la otra de por qué dejaba tirados a los electores) que no ha dado ninguna y que, al contrario, parece haber adoptado una actitud de despecho porque el pueblo de Madrid no lo haya elegido, prefiriendo a cambio la probada experiencia del incumbente. Francamente, no me gusta nada la historia. Ojalá me equivoque y el señor Sebastián resulte ser un ministro ejemplar, duro, tenaz, trabajador, con ideas y que se integre con eficacia y modestia en un equipo al que acaba de llegar. De momento, sin embargo, su entrada, como la de la candidatura a la alcaldía de Madrid, está llena de malos augurios. Este hombre no es de fiar para la izquierda, y se le nota.

diumenge, 13 d’abril del 2008

Italia vota.

Lo que nunca perdonaré a la Unión Soviética es que, al desaparecer por el escotillón de la historia, dejara el camino expedito a la derecha en todo el mundo que, convencida de que ya no hay peligro alguno en el horizonte y de que no es necesario esforzarse mucho en política, empezó a mandar a este importante menester a lo más tonto de su reserva. Gente como Bush, Aznar o Berlusconi, personajes que todo cuanto tienen de vacuos y necios lo tienen de soberbios y malintencionados, con discursos hechos de falacias, provocaciones y embustes; verdaderas plagas de Egipto en su arte para romper todos los mecanismos de la racionalidad política ordinaria.

Bush y Aznar están ya, por fortuna, prácticamente fuera del circuito del mando. Pero el amigo Berlusconi, como una tenaz garrapata, se presenta y aspira a ganar por tercera vez lo que, de suceder, nos garantizará nuevas sesiones de payasadas en los medios, cortes de manga y gestos y dichos obscenos en abundancia; vamos, lo propio de su nivel. La verdad, no acierto a comprender cómo los italianos, una gente muy civilizada, animosa, crítica, pueden votar a este pájaro sabiendo que en sus gobiernos anteriores no alcanzó a diferenciar claramente entre caudales públicos y peculio individual, entre el aerarium y el fiscus caesaris, puso la majestad de la ley al servicio de sus trapacerías personales y dio varias veces la nota en público con comentarios de una estupidez subida.

El hecho es que los últimos sondeos en Italia (en donde la prohibición de publicarlos abarca los quince días anteriores al de la votación) daban ganador a Berlusconi por unos cinco puntos porcentuales. Durante estas dos semanas últimas de campaña, sin embargo, parece que el candidato de la izquierda, Walter Veltroni que, por cierto, dice que no es de izquierdas, sino progresista, o sea algo parecido a los Clinton y que ha tomado prestada la consigna de Obama, ha ido comiendo terreno y no me extrañaría que en estas elecciones del 13/14 de abril, se alzara con una lucida victoria, a pesar de no haber aparecido casi en la televisión, dominio privado de su rival.

Para adapatarse a las exigencias de la vigente ley electoral (de diciembre de 2005), a la que su propio defensor, el diputado Roberto Calderoli, ya definió como porcata, los dos dirigentes se han propuesto presentarse con un solo partido en lugar de sendas coaliciones que, como se ha visto ya, están a merced de los partidillos que las componen. Y han cumplido su propósito sólo a medias: la izquierda está representada por el Partito Democrático, en el que se han fundido los radicales que no presentan listas propias y con el que está aliado el partido de Antonio de Pietro, fiscal de "manos limpias", Italia dei valori. Veltroni ha decidido prescindir de los varios partidillos comunistas que han constituido una coalición por su cuenta, llamada La Sinistra-Arcobaleno ("La izquierda - Arco Iris") dirigida por Fausto Bertinotti y compuesta por Rifondazione Comunista, Partito dei Comunisti italiani, I verdi y Sinistra Democrática. Otros partidos de izquierda han decidido participar en las elecciones por su cuenta: Partito Comunista dei Lavoratori, Sinistra Crítica, Partito de Alternativa Comunista, Partito Socialista, etc.

A su vez, en el lager de la derecha, movimiento centralizador similar, aunque con menos éxito que la izquierda. La coalición que dirige Silvio Berlusconi, Popolo della Libertà, engloba a los partidos Forza Italia y la Alleanza Nazionale, de Gianfranco Fini; la Lega Nord sólo presenta candidaturas en el centro-norte del país, mientras que el Movimento per l'autonomía sólo lo hace en el centro-sur.

La ley, tiene un efecto multiplicador muy fuerte: el partido con más votos a escala nacional recibe el 55% de los escaños en la Cámara de los Diputados, lo que viene a ser 340 escaños de 600. Esta disposición fabrica mayorías cómodas en la cámara baja, pero no así en el Senado, en donde el cálculo para la porcata se hace por circunscripción, esto es, la región y el resultado suele estar muy igualado. Como ambas cámaras en Italia tienen idénticos poderes, la falta de mayoría en el Senado pone en peligro la continuidad del gobierno aunque tenga mayoría en la Camera dei Diputati.

Es decir es muy posible que los italianos estén votando hoy y el lunes para dar a luz una situación muy similar a la del inestable Gobierno de Romano Prodi, que no llegó a los dos años, cosa frecuente por lo demás en la Italia de la posguerra. Espero de todos modos que gane Veltroni que es un hombre de la izquierda de hoy, socialdemócrata.

En cualquier caso ambos candidatos han prometido suprimir el impuesto de circulación de vehículos. He aquí un territorio en el que si los políticos quieren innovar tienen una mina: los coches. Por ejemplo, ¿qué tal si, en lugar de andar recortando impuestos directos y devolviendo pellizcos, como si fuera Robín de los bosques, el gobierno de España renunciara al impuesto de carburantes? Eso sí que aliviaría las economías más débiles y fomentaria el crecimiento, que es de lo que se trata. Por ejemplo.

(La imagen es una foto de Alessio85, bajo licencia de Creative Commons).

¿En dónde deben estar los chinos?

Para ser una región tan alejada del normal tráfago del mundo occidental, el Tíbet levanta verdaderas pasiones. Quiénes salen defendiendo al impresentable Gobierno chino, aunque muchos se cuidan de reconocer que, en efecto, es impresentable; quiénes atacando al Dalai Lama, si bien en su caso nadie cree necesario tomar precaución alguna. Como su régimen hace cincuenta años era una teocracia feudal que, gracias a San Marx, San Lenin y San Stalin, los chinos sustituyeron por una "verdadera democracia" bajo la forma (transitoria, claro) de una dictadura del proletariado, se sigue que el Dalai Lama de hoy es tan teócrata y feudal como el de ayer. Es posible, ya que al personal le cuesta cambiar, como se prueba leyendo a quienes nos avisan del peligro de apoyar a los tibetanos frente al régimen chino. Es verdad que el mismo Dalai Lama dice y repite que no quiere violencia, que no desea el boicot de los juegos olímpicos y que no aspira a la independencia del Tíbet, cosas que suenan raras para dichas por un teócrata; pero todo esto es gratuito, fútil e irrelevante. Los chinos no tienen derecho a machacar a los tibetanos con independencia de que el Dalai Lama sea bueno como un querubín o malo como un demonio sulfúrico.

En fin, como todo esto es evidente, mientras los chinos siguen reprimiendo a los tibetanos y deteniendo monjes budistas con los bolsillos repletos de bombas cual si fueran etarras, doy la palabra a quien, por el oficio que ejerce, el de poeta, siempre tiene algo decisivo que decir. Y más en este caso. ¿Recuerdan Vds. la Balada de Frankie Lee y Judas Priest, en el magnífico LP de Bob Dylan, John Wesley Harding, de 1968? ¿Recuerdan la estrofa final? Decía:

"Well, the moral of the story, the moral of this song is simply that one should never be /where one does not belong". (La moraleja de esta historia, la moraleja de esta canción es que uno no debe estar nunca en donde no le corresponde.)

La canción entera, extraordinaria pieza de surrealismo, está aquí:


Más claro, water.
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(La imagen es una foto de Mel F, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 12 d’abril del 2008

El Gobierno sale de la sombra

Como estaba previsto: investidura en segunda vuelta por mayoría simple, segundo mandato para el señor Rodríguez Zapatero (ZP). Hoy va a La Zarzuela a jurarprometer ante el Rey, al que nadie ha elegido para ese cargo ni para ningún otro, ya que se es Rey por voluntad divina o, cuando menos, genética o de chiripa, como éste, que lo nombró Franco, "sucesor a título de Rey". Media una Constitución, desde luego, que hace que ciertas cosas sean substancialmente distintas, pero sigue dándose la ironía de que los electos democráticamente juranprometen ante el sucesor de Franco según las leyes de Franco, que debían de ser superiores a la voluntad divina o genética porque no nombró Rey al que correspondía, al padre, sino al hijo. Carambolas de la existencia.

Después de jurarprometer, ZP dará a conocer su nuevo gobierno, del que ya se conoce todo. Dícese que es un gobierno con más mujeres que hombres, nueve a ocho. Pero quienes lo dicen no cuentan a ZP. Si lo hicieran sería nueve a nueve, empate chicas/chicos. Cruzando sexo con novedad hay tres mujeres y dos hombres nuevos. ¿Yerro si digo que las mujeres tienen una tasa mayor de movilidad in/out del Gobierno? Seguramente sí porque los hombres también entran y salen lo suyo. Me hubiera venido bien lo primero para citar lo de la donna è mobile de Rigoletto; pero igual de mobile parece el hombre.

Espero con ansia el momento en que el hecho de que una mujer sea algo que ninguna haya sido antes (en este caso, ministra de Defensa) deje de ser noticia de primera en los periódicos. Las mujeres pueden ser ya cualquier cosa en el escalafón político del Reino. No así en el escalafón eclesiástico, en donde no pintan nada, como si no existieran, pues no pueden ser sacerdotisas ni obispos ni papisas claro. Ahí es donde estaría la noticia: "doña Fulana de Tal, primera mujer que dice una misa y confiesa a los pecadores". Hora es de que los hombres confiesen sus pecados a las mujeres como éstas lo han hecho con aquellos durante siglos.

Nada más y que los dioses iluminen el camino del nuevo Gobierno si es que a su vez aciertan en época de vacas flacas, en la que vemos enflaquecer a las vacas según se suceden los informes del FMI.

ZP ha tenido 169 votos a favor, 158 en contra del PP y 23 abstenciones. Supongo que entre los 158 "noes" del PP estará el de la señora Díez, también "no", en prueba de indómita independencia. Los 158 "noes" del PP son una pasada teniendo en cuenta que el señor Rajoy había pedido la abstención del PSOE si resultaba elegido. Menuda ocasión ha perdido de quedar como un príncipe, absteniéndose. En primer lugar, hubiera probado que es congruente, que pide y da abstención. En segundo lugar hubiera adoptado una actitud caballeresca completamente gratis ya el PP no podía evitar la investidura.

(La imagen es una foto de De la Torre que se encuentra en lademocracia.es, bajo licencia de Creative Commons).

Los falsificadores.

Debe de llevar un tiempo en cartel, pero yo la vi el otro día. Tiene un óscar de este año a la mejor peli en lengua extranjera o sea que tampoco será tan antigua. Recomiendo encarecidamente Los falsificadores, un film de Stefan Ruzowitzky sobre un acontecimiento real de la Segunda Guerra Mundial. Los nazis llegaron a la diabólica idea de destruir a sus enemigos, especialmente el Reino Unido y los EEUU, a base de inundar sus mercados de dólares y libras falsos, tan falsos que no se pudiera distinguirlos de los verdaderos. De esto da cuenta la peli, que sigue el libro publicado por uno de los falsificadores, Burger.

El equipo de falsificadores se compone de judíos condenados en diversos campos de concentración pero que tienen alguna habilidad necesaria para la actividad de falsificación, razón por la cual los trasladan al de Sachsenhausen a donde los nazis habían llevado también la maquinaria más poderosa y precisa para su tarea. El equipo vive en un par de barracones dentro del mismo campo de concentración y sometido a idéntico régimen de las SS de desprecio, permanente humillación, castigos arbitrarios, etc, pero tiene notables privilegios. En comparación con los demás internos los falsificadores comen bien, puede fumar, duermen en camas y los sábados los dejan ducharse, una vida regalada en relación con lo que tienen a su alrededor y de lo que ellos son conscientes.

Su función es falsificar la libra, cosa que consiguen, al extremo de disponer de un dictamen del Banco de Inglaterra en el que esta institución se columpia certificando que los billetes falsificados por Solomon Sorovitch son auténticos. Sorovitch, el protagonista, es un judío berlinés que lleva en campos de concentración desde 1936 en que fue detenido por falsificador. Precisamente por el mismo policía que luego le exige falsificar la libra y el dólar en Sachsenhausen.

La peli es estupenda, tiene un lenguaje cinematográfico directo, duro, sin concesiones. Son muy impresionantes los planos -y hay varios- en que un oficial de las SS dispara a un judío un par de tiros a quemarropa porque le estorba o le fastidia.

Para Solomon Sorovitch se trata de sobrevivir al precio que sea. Y si, para sobrevivir hay que falsificar libras esterlinas, como si hay que hacer cosas peores. Sin embargo nuestro hombre no es un canalla; es solidario con los compañeros de infortunio hasta el último extremo, como se prueba cuando amenaza con la muerte a un preso si delata a otro.En un momento dado se les plantea el asunto de conciencia de si lo que están haciendo no es contribuir de modo decisivo al matenimiento del sistema nazi. La dramática ironía es que para sobrevivir sea necesario fabricar la propia destrucción.

Está muy bien captado el mundo de los presos en el campo, incluso con matices psicológicos individuales importantes. Ese judío que, en libertad, era un honrado empleado de banca y se escandaliza de convivir con un falsificador de verdad es un acierto. No tan bien captado está el mundo de los alemanes que parecen todos el mismo, una bestia parda. De todas formas, los escasos planos en la casa del oficial de las SS al mando del campo, con las cosas que dice su señora son muy originales.

Abrumadora la historia. Por el campo de concentración, la inhumanidad del trato que recibían los prisioneros, incluidos los "privilegiados", el carácter de la propia trama. En comparación con todo ello, el comienzo y el final de la peli, que narran la historia del Solomon Solovitch actual, después de la liberación del campo, son como una especie de contrapunto literario que, además, nos permite sumergirnos en el ambiente de lujo de Montecarlo en 1945. Juego, champagne, hermosas mujeres, algo que contrasta brutalmente con el ambiente sórdido en que ha vivido los últimos nueve años.

divendres, 11 d’abril del 2008

La batalla de las ideas.

La batahola que hay en el PP es lo nunca visto. Al perro flaco todo se le vuelven pulgas. Pierdes unas elecciones y te encuentras con una crisis de liderazgo de la que no te saca ni Dale Carneggie. Desde Pekín, a donde el señor Ruiz Gallardón ha ido supongo que a aprender cómo se hace cuando te conceden unos juegos olímpicos, que no fue su caso, ha metido la cuchara en el guiso conservador diciendo que no quiere que la señora Aguirre sea presidenta del Gobierno de España.

Mil perdones, señora Presidenta, pero esto sí que es un órdago y no lo que hizo el otro día Vd. ante el exangüe señor Rajoy, que no le llegaba la camisa al cuerpo. Esto de sacar las pugnas, las rivalidades, los odios a la luz pública sí que es trasparencia y un adelanto respecto al tiempo anterior en que existían pero en sordina, disimuladamente. Así que, señora Presidenta, tendrá Vd. que dar una respuesta como merece al señor Ruiz Gallardón. Si no lo reta Vd. directamente en singular combate, deberá encontrar un caballero que pelee su causa, pero esta afrenta no puede Vd. dejarla pasar.

Bah, razona la señora Aguirre, son unos maletas que ya se han asustado y han corrido a refugiarse bajo las alas de la izquierda clueca. Por eso, no hay que dejar pasar una, hay que plantear la oposición en todo, con todo, para todo. Nada de aproximarse a la izquierda, sino destruirla, eliminarla como sea, que lo demás se dará de añadidura. Aquí lo que hay que hacer es plantear la batalla de las ideas para que quede claro que el liberalismo es moralmente superior a la izquierda.

La batalla de las ideas. Grandioso nombre muy al estilo de las series históricas de la BBC del tipo de The battle of Stalingrad o simplemente Stalingrad. Le gusta mucho a la cohorte mediática de la señora Aguirre: aquí tratamos de ideas, de principios, de valores. Somos los think-tankers de un próximo complejo de ideas que asombrará al mundo. Primero hay que dar la batalla de las ideas. Que se prepare la socialdemocracia que ella, la señora Aguirre, le va a demostrar cómo la pretensión de la izquierda de ser moralmente superior es falsa y la verdad es justamente lo contrario: el liberalismo es moralmente superior.

Es estúpido establecer diferencias morales entre ideologías políticas que comparten un mismo sistema de valores, como la socialdemocracia y el liberalismo... salvo que este liberalismo de que aquí se habla sea sencillamente falso. Efectivamente, no es liberalismo es hipernacionalismo que, como el liberalismo de Jörg Haider en Austria, se acerca al fascismo, de la mano de un populismo que se desgañita en los medios.

Si por "izquierda" se entiende la tendencia política supuestamente más a izquierda del PSOE es decir, lo que antaño se llamaba "comunistas", que sean estos quienes ventilen la cuestión sobre la superioridad moral si es que la proclaman. En la socialdemocracia se me hace difícil aceptar que alguien crea poseer una superioridad moral sobre algún otro como colectividad. Aquí se entiende que no hay más moral que la de las personas individuales; son las personas individuales quienes son objeto de juicios de valor y responsables de lo que hacen. Pues bien, no hay personas superiores o inferiores moralmente, todas son iguales. Después, cada cual es hijo de sus actos. O hija.

El razonamiento liberal para provocar la "batalla de las ideas" es una típica falacia racista. La superioridad moral es el principio mismo del que se parte, no el resultado final de los actos de cada cual en sus circunstancias concretas, es la connotación de una adscripción colectiva, la izquierda, los judíos, los partidarios del barça o los tullidos. La izquierda, los Untermenschen, carecen de ella. Esta reside en el liberalismo, en los Übermenschen y eso puede demostrarse no con la acción individual concreta sino mediante la batalla de las ideas

Sostener que superioridad o inferioridad moral entre ideologias que pertenecen a la misma tradición de valores de democracia, estado de derecho y valor de la persona humana es erróneo y en sí mismo inmoral. Inmoral como lo es la señora Aguirre cuando habla de superioridad moral.

(La imagen es un cartel de Julio Romero de Torres de 194, La mecha (en el que se ve a una mujer española a punto de encender la mecha de un cartucho de dinamita), pertenece a la colección de la Unión de Explosivos de Río Timto, lógicamente y se encuentra en Ciudad de la pintura).

El Tíbet y un servidor.

Pues sí, parece que la movida internacional esté dando frutos: el PM británico, Brown ya ha dicho que no va a la inauguración; Ban Ki Moon dice que seguramente tampoco, aunque a ese los chinos pueden ponerlo a marcar el paso prque es funcionario de un organismo en el que tienen vara alta; Bush se lo está pensando y el Parlamento Europeo urge a la Unión que adopte una actitud colectiva cuando Brown ya lo ha hecho por su cuenta. Muy europeo.

No creo que los chinos vayan a hacer algo por el Tíbet distinto del palo y tentetieso que es lo que se les da bien. Pero, cuando menos, el Tíbet ha pasado a ser noticia mundial varios días. Mucha gente se habrá enterado de que existe y de que se trata de una zona del planeta en la que la gente no vive como quiere vivir, sino como quieren otros

Mi amigo Joaquim Pisa publica un post en su blog Aventura en la tierra titulado De fuegos y ardores olímpicos en torno al Tíbet y China y dedicado a discrepar de otro mío hace dos días titulado Libertad para el Tíbet. Joaquim había escrito lo sustancial de ese post en un comentario a Palinuro que, por alguna razón que desconozco, se atascó ayer y no quiso salir publicado, aunque yo lo publiqué. Lo ha hecho hace un rato. No hace falta que diga que aquí se publica todo lo que llegue y no insulte. Tampoco hace falta decir que no suelo contestar los comentarios salvo caso excepcional, como éste.

Por lo demás, se dirá lo que se quiera sobre si quienes armamos bulla por lo de China en Tíbet no nos enteramos, nos manipulan, somos gusanos anticastristas, tenemos un odio visceral al pueblo chino, somos siervos de la teocracia de Lhasa o agentes de la CIA y hasta de la TIA, pero aquí hay una cuestión y solo una: si el lector fuera tibetano ¿aguantaría lo que los chinos están haciendo en el Tíbet? Yo no. Así que ya se sabe por qué protestamos los que protestamos: porque no nos gusta que se haga a los demás lo que no queremos que se nos haga a nosotros que, por cierto, es la llamada "norma de oro" de la moral. A lo mejor me paso de ingenuo. Pero, en estos casos, prefiero pasarme de ingenuo que de listo.

dijous, 10 d’abril del 2008

En el Congreso y fuera de él.

Como se esperaba, el señor Rodríguez Zapatero (ZP) no consiguió la investidura por mayoría absoluta, lo cual no lo convierte en el primer presidente en obtener la investidura en segunda vuelta, como he visto sostienen algunos, sino en el segundo. El primero fue Leopoldo Calvo-Sotelo, si bien éste en la segunda vuelta obtuvo la mayoría absoluta gracias al teniente coronel Tejero al que, según tengo entendido, en un primer momento la televisión sueca consideró un "torero golpista". ZP será, es de suponer, el primer presidente que obtenga la confianza del Congreso sin mayoría absoluta en primera o segunda vuelta.

Y eso está bien en democracia porque quiere decir que cada decisión del Gobierno habrá de ser negociada con algún otro grupo, no necesariamente siempre el mismo, como ha sucedido las veces en que ha habido pactos de legislatura más o menos declarados, por lo general con CiU y/o PNV. Estos grupos acaban convirtiéndose no en rémoras del partido mayoritario -PSOE o PP- porque, a pesar de su mala fama, las rémoras son ánimales muy útiles (pues, sirven de mondadientes a los peces en los que viajan, por ejemplo, y evitan infecciones), sino en verdaderos parásitos, a los que hay que alimentar toda la legislatura.

Una legislatura con alianzas cambiantes y en un "más difícil todavía" ya que ZP no tiene en Madrid el equivalente numérico a su alianza con ERC en Cataluña, sino, al contrario, un problema permanente con su oposición en el Principado, esto es, con CiU. Lo cual plantea la cuestión de si puede considerarse "estable". Supongo que sí pero no porque ZP sea hoy más ducho y experto en vida parlamentaria que hace cuatro años que sin duda lo será, sino porque la oposición está muy fragmentada y será difícil que se ponga de acuerdo en algo.

Insisto, no porque ZP haya avanzado o madurado en sus competencias negociadoras, que lo damos por supuesto, aunque quizá hagamos demasiado porque, a fin de cuentas, mucho talante, mucho llamamiento al pacto, al acuerdo, al consenso, pero lo cierto es que a ZP no le salen bien las negociaciones. Donde salen bien (Cataluña, Galicia) él no interviene; donde él interviene (Navarra, ETA, PP) no salen bien. A lo mejor la culpa es de la otra parte contratante, pero lo cierto es que ZP no tiene buena mano con las negociaciones, aunque presume mucho de lo contrario o quizá por eso

La segunda sesión de investidura no trajo nada de especial interés como no fuera la intervención de la señora Díez, quien enhebró una serie de alambicadas disquisiciones para no votar "sí" a su anterior Secretario General, ni siquiera abstenerse, sino para votar "no", como el PP. Tengo la sospecha de que será lo que haga a lo largo de la legislatura. Eso y despotricar contra el Gobierno en el programa de Sáenz de Buruaga en Telemadrid, prodigio de ecuanimidad.

De nuevo el interés estuvo fuera del Parlamento, en la bronca que está montándose en el PP a cuenta de la pelea por el liderazgo. Los enfrentamientos son cada vez más agrios y aumentan las posibilidades de que realmente se presente más de una candidatura a la presidencia en el Congreso de junio. Los gallardonistas han comenzado a contraatacar reprochando a la señora Aguirre su desmedido afán de candilejas y que no tenga la valentía de decir a las claras lo que pretende. Ese parece ser también vicio del señor Ruiz Gallardón, que tampoco anuncia sus intenciones.

En el fondo, estos son fulanismos, como decía Unamuno, pero fulanismos en los que cristaliza una escisión política de la derecha que, como se ve, sólo emerge en los momentos difíciles, de derrota: la separación entre una derecha extrema, radical, "sin complejos" que mezcla las recetas económicas neoliberales con actitudes sociales ultrarreaccionarias, poniendo literalmente el Estado al servicio de la Iglesia y arremetiendo contra el Estado del bienestar, que se llama a sí misma liberal y otra tendencia más moderada, más de carácter democristiano, con mantenimiento del Estado del bienestar y actitud conservadora en lo social, pero buscando entendimientos con la izquierda, una corriente que prefiere hablar de sí misma como centro. La gran dualidad de la derecha: extrema derecha y centro.

No obstante, la derecha sabe que la división entre las dos corrientes equivaldrá a perder las elecciones, por lo que tendrá necesariamente que buscar una fórmula de integración, donde quepan las dos líneas y esa será seguramente la baza del señor Rajoy: el único capaz de presidir un partido con dos almas enfrentadas. Eso no sólo se consigue ejerciendo el imperium, sino ostentando auctoritas, lo que sucede es que, muchas veces, no hay auctoritas si no se ejerce el imperium. En fin, un lío para el señor Rajoy, al que todo el mundo zarandea y aturde. Tanto que hasta se le ha olvidado revelar la composición de su equipo de colaboradores. O a lo mejor se reduce a la señora Sáenz de Santamaría.

(La imagen es una foto de denetsnuff, bajo licencia de Creative Commons).


La familia.

Por razones que no hacen aquí al caso, mi primo Enrique recuperó esta foto de nuestras madres y, tras arreglarla porque se encontraba en lamentable estado, me la hizo llegar. Están cuatro de las cinco hermanas Cotarelo Botana, hijas de doña María Botana y don Armando Cotarelo. Es una foto magnífica. Por faltar mi tía María Teresa, a quien llamábamos Menita, que andaba entonces pensando en profesar, la mayor del grupo, en el centro, es mi madre, Pilar. A su derecha está mi tía Armanda, a su izquierda mi tía Concha y sentada en el escabel cubierto mi tía Alicia que lleva una especie de sombrilla de juguete.

En realidad, todas llevan algo y van vestidas de algo, no porque sea carnaval, sino siguiendo una costumbre arraigada en la burguesía de fines del XIX y primer tercio del siglo XX de tocar con exóticos atavíos a la prole para la sesión de fotografía: mi madre, que va vestida de japonesa, lleva un abanico de plumas que no sé si estaba muy en el epíritu de la japanaiserie; mi tía Armanda, vestida de sevillana con su peineta, da la impresión de llevar otro abanico, aunque cerrado; mi tía Concha, vestida de holandesa porta un cestito con algunas hierbas y mi tía Alicia que parece ir vestida de bávara, aunque no estoy seguro, la sombrilla.Por lo demás, los trajes son auténticos: mi madre lleva kimono, Armanda un mantón y una falda con faralaes; Concha un corpiño con delantal y unos zuecos y Alicia un gorro de borlas que recuerda el de las campesinas bávaras. Debía de ser entre los años 1927 y 1929 y las cuatro chicas están encantadoras. No sé qué habrá sido de ese fotógrafo que firma con troquel: SIDO. Pero es como una especie de impronta del padre tiempo: lo que ha sido. Nuestras madres; todas ya fallecidas.