dilluns, 11 de febrer del 2008

Primarias: al negro vivo.

El señor Obama ha dado otro revolcón a Mrs. Clinton en los caucuses de Maine: 59%-41%. Se repite la pauta que está dándose desde el principio: altísima participación, voto juvenil y parte del voto blanco por Mr. Obama. A la señora Clinton casi no le quedan ya ni las mujeres. Quizá tenga que volver a meter en campaña a su señor marido, con lo que los Clinton volverán a ser los Clanton. Muy preocupada ha de estar la dama, sobre todo porque en las consultas del próximo marte, Virginia, Maryland y Washington D.F., con 239 delegados en el alero, Mr. Obama lleva la cabecera en los sondeos. Al final va a resultar que gana la nominación el señor Obama y los Estados Unidos tienen su primer presidente negro (mulato) en su historia. Esto es más de lo que podía soñar el señor Martin Luther-King.

En el campo republicano también se agitan las aguas profundas. Cuando todo parecía preparado para una victoria de Mr. McCain, se cruza la oferta del freak, el cura Huckabee, que mantiene abierta la situación en el Partido Republicano, presa de la incertidumbre. Ayer hubo de acudir el señor Bush más claramente en defensa de su antiguo adversario, el veterano de Vietnam, de cuyo "verdadero conservadurismo" salió garante.

Ya tendría gracia que, al final, las elecciones a presidente de los Estados Unidos fueran entre un negro y un blanco como el antiguo pastor baptista, uno que cree a pies juntillas que el mundo lo hizo Dios así como al hombre a su imagen y semejanza, incluido él. De ser así, los dos se habrían impuesto en contra del saber convencional y los intereses de los aparatos de los respectivos partidos. Una revolución. Dentro de lo que cabe.

El republicanismo cívico de Rodríguez Zapatero.

Philip Pettit, catedrático de Teoría Política de la Universidad de Princeton, es una reconocida autoridad internacional en materia de republicanismo cívico, tendencia de la filosofía política contemporánea que ha contribuido a desarrollar decisivamente en algunas de sus obras, singularmente la más conocida y traducida al español por Antonio Domenech, Republicanismo. Una teoría de la libertad (Barcelona, Paidós, 1999). En esta ocasión Pettit ha escrito un libro que podríamos llamar de recapitulación teórico-práctica (Examen a Zapatero, Madrid, Temas de hoy, 2008), aplicando las concepciones republicanas a los cuatro años del gobierno socialista.

El origen del libro radica en una conferencia que el por entonces recién elegido presidente del Gobierno español y seguidor de sus enseñanzas, le invitó a dar en 2004. En aquella ocasión, Pettit se preguntaba si el PSOE en el Gobierno sería capaz de llevar a cabo las exigencias de tal concepción republicana o sucumbiría a las necesidades de la política práctica. El señor Rodríguez Zapatero lo invitó a regresar a España en 2007, a menos de seis meses de las elecciones, para hacer un balance de la legislatura. Pettit lo hizo, volvió, pronunció una conferencia con su examen de la política del Gobierno socialista (capítulo 1 de este libro); respondió a las objeciones y críticas que se le hicieron, desarrollando de paso las ideas del civismo republicano (capítulo 2); hizo luego una extensa entrevista al señor Rodríguez Zapatero (capítulo 3); y añadió por último una recapitulación general sobre el republicanismo cívico que constituye la versión más actualizada hasta la fecha de su doctrina (capítulo 4).

Mientras leía el libro, que es una especie de informe sobre las relaciones entre un intelectual y un gobernante, me vino varias veces a la memoria, mutatis mutandi, la turbulenta relación entre Platón y Dionisio de Siracusa uno de los primeros ejemplos de esa fascinación que sienten los filósofos por adoctrinar a los gobernantes y que, ya se sabe, terminó como el rosario de la aurora. En este caso, la relación parece haber sido muy pacífica y fructífera: el señor Rodríguez Zapatero es seguidor del republicanismo de Pettit; a punto de terminar su mandato, se somete a una valoración del maestro y obtiene, entiendo, una nota alta. Estoy de acuerdo. Para mí también la tiene.

El republicanismo de Pettit hace especial hincapié en dos o tres conceptos básicos que, según él, lo distinguen del liberalismo, del cosmopolitismo y del comunitarismo, esto es, las otras tendencias de la filosofía política actual y que son: la condición cívica o dignidad ciudadana en la que Pettit insiste con reiteración, hablando de que las personas se miren directamente a los ojos unas a otras, pues no haya sumisión; la libertad entendida como "ausencia de dominación"; la constitución "mixta" y la protección de las personas frente a los poderes privados y el poder público.

Luego de repasar la labor del Gobierno socialista en estos años, Pettit considera que ésta es muy estimable. Alaba en especial las leyes de progreso social (igualdad de género, de dependencia, contra la violencia, etc) (p. 39) y cree que el Gobierno ha cumplido en la protección de los ciudadanos frente a los poderes privados, por ejemplo, la Iglesia católica, (p. 49) y al poder público representado por él mismo, por ejemplo en la reforma del régimen de RTVE o la de los estatutos de utonomía, singularmente el catalán (p. 59).

En el capítulo segundo, Pettit aborda las objeciones que su conferencia suscitó en su auditorio y en el exterior, especialmente las que le dirigió el director de El mundo, señor Ramírez. Yo añadiría alguna otra. Por ejemplo, no creo que la acción del Gobierno en relación con las pretensiones de la Iglesia católica haya sido acertada y la prueba está en la virulencia del enfrentamiento de la jerarquía con la autoridad. Y tampoco creo que el autor haya calibrado la complejidad de algún problema autonómico, en concreto el vasco. Su argumento de que no hay peligro de "balcanización" de España, como sostiene la derecha, porque los países de la UE no aceptarían el ingreso de una región independizada de un Estado miembro (pág. 75), simplemente no me parece de recibo, porque soslaya el problema de fondo del reconocimiento o no del derecho de autodeterminación. Entiendo que esa restricción favorece al Gobierno pero no me parece aceptable desde el punto de vista teórico. Si hay derecho de autodeterminación y parte del ahora territorio nacional escoge libre, pacífica y democráticamente la independencia ¿en qué autoridad moral se basaría un veto a su ingreso en la UE? ¿Desde cuándo es aceptable la represalia y la venganza?

La entrevista al señor Rodríguez Zapatero es muy interesante. Subrayo la pregunta por la Educación para la Ciudadanía y la acertada respuesta del presidente del Gobierno, hablando de la necesidad de contrarrestar las tendencias al individualismo y la insolidaridad de la sociedad actual (p. 109).

El último capítulo, ya dije, es una elaboración doctrinal sucinta y novedosa de la teoría del republicanismo cívico. Su definición de la libertad es muy convincente:

Libertad significa ausencia de control externo y se asegura sólo en ausencia de dominación, el no estar expuesto al poder de interferencia arbitraria por parte de otros.

Esta libertad se erige sobre una estructura de "gobierno mixto", que nunca he acabado de entender del todo bien en la obra de nuestro autor pues me parece una mezcla de la teoría de Polibio aplicada a la República romana (ilustre antecesora del republicanismo actual) y los cuerpos intermedios de Montesquieu. En cambio, me resultan convincentes las diferencias que Pettit traza entre su republicanismo y el libertarianismo neoliberal actual (en torno al Estado del bienestar), al cosmopolitismo, que considera utópico, y al comunitarismo, sospechoso desde el punto de vista de la autonomía del individuo.

La que nunca me ha quedado tan clara es la diferencia entre este republicanismo y la concepción clásica de la libertad como libertad de los antiguos en la famosa obra de Constant. A este respecto, Pettit recurre a un ejemplo que precisamente delata que el asunto es más complejo de lo que parece: equipara el gobierno y la política a una comunidad de vecinos: la junta directiva tiene que estar sometida al escrutinio de los propietarios, rendir cuentas, etc, etc (p. 176) todo muy cierto siempre que se acepte el punto de partida de Pettit reflejado en el supuesto siguiente:

Los propietarios querrán sujetar a los miembros de la comisión mediante la expectativa de una reelección periódica, haciendo que dicha reelección sea competitiva, de manera que su gestión como miembros de la comisión pueda ser cuestionada...

Aquí se parte del supuesto de que siempre habrá vecinos interesados en ocupar los puestos de mando y gestión. No sé cuántas comunidades de vecinos conocerá el señor Pettit; yo sé de algunas y en ellas es frecuente que nadie quiera ser miembro de la junta directiva y, al final, sea preciso recurrir a medios obligados como el orden de pisos o el sorteo. En tales casos (libertad de los modernos, de Constant) las ideas de los controles cívicos republicanos no son relevantes. Sin embargo, esto parece ser un requisito de su concepción cuando dice:

Pero para la mencionada constitución mixta resulta crucial que el pueblo se halle activamente comprometido con el gobierno, por ejemplo, a través de los movimientos sociales que monitorean y ponen en cuestión la acción del gobierno.

O sea, "libertad de los antiguos"; hay que participar, so pena de que Aristóteles nos declare bestias o dioses. Estoy seguro de que no está en el ánimo de Pettit, pero por esta vía nos acercamos peligrosamente a lo que alguien ha llamado la "democracia totalitaria", a la sorprendente pregunta de Rousseau: "¿Habrá que obligar a los hombres a ser libres?"

diumenge, 10 de febrer del 2008

Mire Vd: hasta ahí podíamos llegar.

El señor Rajoy concede una apasionante entrevista al 20 Minutos que éste dosifica sabiamente para mantener alta la tesión hasta el lunes. Como en las entregas del Guerrero del antifaz, la última viñeta reza "continuará" y uno se queda pensando con qué nuevo sector de la población querrá enemistarse mañana el candidato del principal partido de la oposición que, al parecer, le ha cogido el tranquillo a la condición opositora.

Anteayer fueron los inmigrantes que son unos cuatro millones. Sólo votarán los nacionalizados, claro, pero a esos se los ha ganado el señor Rajoy con su idea de someter a los (nuevos, supongo) inmigrantes a un absurdo contrato. Y digo absurdo porque es obvio. Si el señor Rajoy quiere amontonar garantías de seguridad que expida una hoja de entrada en el país que pregunte lo que quiera al inmigrante, por ejemplo ¿viene Vd. a delinquir? y que cada cual se atenga a las consecuencias. Ahí entra el sonriente señor de la foto más abajo que anuncia que combatirá la inmigración ilegal. ¿Cómo? No se sabe, no lo dijo en la entrevista de Iñaki Gabilondo. Pero la combatirá, no faltaba más. Un ejército que cifró e 1.200.000 personas hoy en España; 1.200.000 "ilegales". No sé cómo va a "combatir" a 1.200.000 personas.

Después de los inmigrantes, los gays, que no sé cuántos serán pero seguro que un buen puñado entre quienes lo son y quienes creen que tienen derecho a serlo y que no son exactamente los mismos, aunque el señor Rajoy crea que sí. Quiere dejarlos sin derecho a adoptar niños. Este señor Rajoy es un estereotipo de la ambigüedad galaica, que acaba cabreando a todo dios: se puede ser gay; los gays pueden casarse entre sí (si bien objeta al término matrimonio, dice que estará a lo que diga el Tribunal Constitucional), pero en el derecho de adopción, dedo en el ojo.

¿Qué puede pasar a los niños adoptados por homos? ¿Que crezcan enfermos de cualquier tipo de patologías? Eso pasa también con los hijos adoptados por los heteros. ¿Que sufran abusos? Más los sufren de los heteros e, incluso, de los curas, que no se sabe si son homos o heteros ¿Que serán homos también? Aparte de que eso sucede igualmente en matrimonios heteros, lo obvio es que, si se quiere decir que ser homo es algo que ha de "curarse", había que empezar por no permitir ser "gay", igual que no se permite tener hepatitis. Los razonamientos del señor Rajoy suelen ser así de confusos, de forma que nadie sabe si el señor Rajoy sube o baja la escalera. Ni el señor Rajoy.

También la ha tomado con los artistas que le han montado el habitual pollo respaldando en masa al señor Rodríguez Zapatero. Me juego algo a que hoy o mañana sale alguien de la derecha insultándolos y llamándolos "bufones", "payasos", "titiriteros" o "saltimbanqui". Hoy ya les han llamado "estómagos agradecidos". Es la eterna confrontación entre el austero don Cicuta y el alegre goliardo. Nadie se atreva con la farándula si no quiere salir trasquilado. Meterse con Pedro Almodóvar es hacerlo con uno de los españoles más conocidos, respetados y admirados en el extranjero. Así que el asunto pinta crudo.

En lo de la memoria también se ha enfrentado con quienes quieren cultivarla y resolver los casos que les tiene planteados. Ni un duro a quienes quieran desenterrar a sus antepasados, paseados entre vivas a España. ¿Y qué les diría ya que va a dejarlos sin dinero? Que miren hacia delante. Ya le vale.

Mire Vd.: hasta ahí podíamos llegar, ¿los gays adoptando niños? Anda y que les den.

dissabte, 9 de febrer del 2008

Las primarias prometen.

Estas primarias están resultando peculiares y accidentadas. Lo que empezó siendo de una manera puede acabar de otra. La noticia del abandono del candidato Mitt Romney, el republicano mormón y millonario se difundía el jueves como un reguero de pólvora por todos los medios, prueba de que las presidenciales estadounidenses son un acontecimiento planetario, que se sigue en todas partes con gran expectación puesto que, guste o no guste, los EEUU son el gendarme mundial.

Mr. Romney, que se había gastado ochenta y tantos millones de dólares de su bolsillo en su proyecto de alcanzar la Presidencia, reunió a unas docenas de simpatizantes y les contó que se retiraba para permitir una reunificación del Partido Republicano que lleve a la derrota de los demócratas. Su instinto de hombre de negocios no le impidió perder ochenta y tantos millones de dólares, pero le hizo entender que si se quedaba a la par con el cura Huckabee y a mucha distancia del favorito McCain, perdería otros tantos. De este modo, en cambio, con una retirada digna, podía conservar esperanzas de que se le designe candidato a la Vicepresidencia en la Convención Nacional del Great Old Party (GOP).

El viernes, pensando que se había terminado el primer tramo de las primarias republicanas, el señor Bush, en un discurso a un grupo de ultraconservadores, el Conservative Political Action Committee, sentó plaza de gran estadista, diciendo que el GOP debería reunificarse en apoyo de quien fuera nominado como candidato y, aunque no mencionó expresamente al señor McCain, todos los analistas piensan que el discurso era en su apoyo. Lo que no está claro es si eso es bueno o malo para Mr. McCain, teniendo en cuenta que el índice de popularidad de Mr. Bush está en un 33%, el más bajo de la historia de los presidentes de los EEUU. Y muy alto que sigue pareciéndome para un Presidente que, tras afirmar enfáticamente nosotros no torturamos, ha autorizado, según se ha demostrado en sede parlamentaria, la práctica de la tortura llamada "de la bañera". Quizá no sea bueno ante el electorado en general, pero sí lo fue ante los miembros de la organización ultraconservadora que un día antes habían recibido a Mr. McCain con una mezcla de aplausos y abucheos.

Quieran los estrategas o no, el Partido Republicano está dividido. Los ultraconservadores, los fundamentalistas cristianos no consideran conservador a McCain. El jefe de uno de estos grupos, de los evangélicos, el muy influyente James Dobson, ha comprometido su voto por Huckabee y anatematizado a McCain. O sea que, aunque de momento hay una diferencia de unos cuatrocientos delegados entre el senador por Arizona y el cura exgobernador de Arkansas, la nominación del primero puede no ser tan coser y cantar como parece. Huckabee tiene apoyos y comunica muchísimo mejor que McCain. Su mensaje está repleto de barbaridades populistas, de esas que encantan a los estadounidenses de pura cepa, los de "una nación fundada en presencia de Dios por gente temerosa de Dios". Porque se vea que no me invento nada: el menda propone inhabilitar a todos los jueces que invoquen en sus decisiones el Derecho Internacional.

En el campo interior, Huckabee no quiere oír hablar de reducción de impuestos porque planea abolir el de la renta. Cero impuesto sobre la renta. Eso no lo han oído aún los señores Rajoy y Pizarro. Nada de reducciones, deducciones, exenciones y tramos: cero IRPF, ¿eh? ¿Qué tal? Por si acaso, anoche Huckabee ganó el caucus de Kansas, donde los evangélicos son predominantes. Y, al escribir esto, estaba prácticamente empatado con Mr. McCain en Nebraska y Washington. Una diferencia de un punto porcentual puede ser decisiva ya que los republicanos aplican criterio mayoritario. El mismo Huckabee dice que no se licenció en matemáticas, sino en milagros y que cree en ellos. De momento, el milagro sigue y McCain, hasta ahora favorito indiscutible, puede tenerlo crudo.

En el campo demócrata las cosas están igualmente muy liadas. La señora Clinton y el señor Obama andan empatados. Ayer, sábado, el segundo ganaba cómodamente dos caucus (Washington y Nebraska) por grandes márgenes, así como las primarias de Louisiana. Hoy por la noche se decide el Estado de Maine. La señora Clinton no despega.

La contienda demócrata puede durar hasta la convención si ninguno se los candatos obtiene antes los 2025 delegados que se precisan para la nominación. Y ambos están lejos. A estas alturas tampoco serviría ya que el Comité Nacional Demócrata CND) resolviera el problema que se creó con el castigo a los Estados de Florida y Michigan (el tercero y el quinto de la Unión en cantidad de delegados) por haber adelantado las primarias y consistente en suprimir sus delegados, que son 210 en el caso de Florida y 156 en el de Michigan. En su mayoría corresponderían a la señora Clinton, que ganó en ambos Estados pero porque Mr. Obama y Mr. Edwards se negaron a hacer campaña en ellos. Para las subsiguientes competiciones, en Virginia, Maryland y el distrito de Columbia, el señor Obama va ganando en las encuestas. ¿Raza? ¿Género? Difícil de decir.

Doy cuenta de un fenómeno que demuestra cómo la blogosfera está presente por doquiera. Decía yo hace unos días que la idea de un tándem Clinton/Obama, siendo prometedora no es muy posible. Pues bien, como los EEUU son un mundo, se ha puesto en marcha una campaña que propone que se produzca una alianza entre Mrs. Clinton y Mr. Obama.La idea es que así los demócratas tendrían dieciséis años en la presidencia, ocho con la señora Clinton de presidenta y ocho de vicepresidenta, y lo mismo pero a la inversa para el señor Obama; o al revés. La campaña se llama 16yearplan. Quizá sea por eso por lo que Mrs. Clinton dijo anoche en Maine que esperaba contar con el señor Edwards en todo lo que emprendiera. No es una promesa de vicepresidencia pero está claro que trata de absorber a los delegados que la retirada de Mr. Edwards deja en el aire.

Al final es posible que ninguno de los dos candidatos llegue a la Convención con los 2025 delegados, razón por la cual, intuyen serán imprescindibles los llamados "superdelegados", o sea, los delegados que son cargos del partido y no tienen el voto comprometido, que son los que están trabajándose ahora. Hasta podría resultar que fueran estos quienes decidieran la nominación del candidato demócrata y eso después de que todo el mundo diga que en los EEUU los partidos no pintan nada.

En favor del doctor Montes y de la sanidad pública.

La campaña que se ha iniciado en la blogosfera a favor del Doctor Montes y de los otros profesionales vilipendiados y perseguidos por el gobierno de la Señora Aguirre en la Comunidad de Madrid es más que un movimiento de solidaridad a favor de las víctimas de un manifiesto abuso de poder, que ya es bastante pues constituye un deber elemental de solidaridad alzar la voz cuando se cometen tales injusticias. Es más también que una acción en pro de la sanidad pública, en defensa de los intereses generales contra las maniobras privatizadoras de unos gobernantes que sólo atienden a los (sus) intereses privados, que también es mucho. Esa campaña es una cuestión de principios y en ella nos jugamos asuntos de enjundia. Hay que poner coto a los desmanes de un poder reaccionario y arrogante que no solamente recurre a la mentira y la demagogia sistemáticas y desobedece los fallos de los tribunales de justicia, considerándose por encima de la ley, sino que se niega a rendir cuentas a los ciudadanos, tratándonos no como a tales sino como a siervos. Esa campaña, por lo tanto, constituye un deber cívico y no debemos cejar en ella hasta alcanzar nuestros objetivos:

  • reposición del doctor Montes y otros represaliados en sus puestos;

  • petición pública disculpas de las autoridades a los damnificados y a la población en general;

  • cese fulminante del consejero, señor Lamela, responsable del atropello.

    La campaña en marcha comprende en primer lugar una recogida de firmas, que irá seguida luego por otras movilizaciones y actividades. Quien quiera firmar ya que pinche aquí. Hay que acabar con la arrogancia y la impunidad de estos retrógrados.

    (La foto es de Olmo González, bajo licencia de Creative Commons.

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  • Votar a la izquierda.

    Hace ocho años, poco antes de las elecciones de 2000, se fraguó a toda prisa una especie de lamentable pacto electoral entre el PSOE e IU que constituyó un desastre. Un par de años antes había publicado servidor un artículo en El País del 12-6-98,titulado La unidad de la izquierda en el que venía a decir que tal unidad no me parecía recomendable ni aceptable. Mandaba por entonces en IU el señor Anguita, cuya animadversión al socialismo era mayor que la que decía sentir hacia la derecha, lo que le había empujado a formar una especie de alianza de hecho con el señor Aznar para ir contra el señor González. La famosa "pinza" la había propiciado el director de El Mundo, señor Ramírez, en una hábil maniobra consistente en halagar la inmenmsa vanidad del señor Anguita y moderar la no menos inmensa soberbia del señor Aznar.

    En esas condiciones, pensar en una unidad de la izquierda era descabellado y siguió siéndolo cuando el señor Frutos sucedió al señor Anguita y el señor Almunia al señor González. La realidad se encargó de demostrarlo con un considerable batacazo electoral del PSOE e IU en las elecciones de 2000.

    Desde entonces las cosas han cambiado mucho, sobretodo en IU. El odio tradicional de los comunistas hacia la socialdemocracia traidora parece haberse mitigado un tanto y, desde luego, el estilo innovador, flexible y crítico introducido por el señor Llamazares, aunque haya chocado con los sectores más anquilosados del PCE, abre perspectivas nuevas a IU que, al fin y al cabo, constituye la única esperanza de supervivencia de una formación a la izquierda del PSOE. Hoy no es verosímil que el Partido Comunista de España pueda presentarse en solitario a unas elecciones, dado el declive que en toda Europa ha padecido esta corriente desde los años de 1991 en adelante. El ejemplo de las últimas elecciones presidenciales y parlamentarias francesas, donde el PCF ha coronado una trayectoria de sonoros fracasos con otro aun más llamativo así lo indica.

    Que el señor Llamazares y lo que representa constituye una esperanza viable para IU porque habla un lenguaje que la gente de la izquierda puede volver a aceptar, ya que no confunde la jerarquía de enemistades como hacía el señor Anguita, puede observarse en la última entrevista publicada en el 20 Minutos, en la que afirma que "IU está abierta a gobernar con el PSOE". Esa afirmación es un paso decisivo hacia la configuración de una unidad de la izquierda de verdad que resultaría muy prometedora. Es más, ya vengo diciendo hace un tiempo que, de tener la garantía de que IU contribuiría a formar un gobierno leal de la izquierda en lugar de torpedear al PSOE, se abriría la posibilidad de que las consideraciones del voto útil dejaran de jugar en su contra. Pero ha de ser una garantía sólida. A nadie de izquierda podría satisfacerle que el voto a IU fuera útil... al PP. Cómo se arbitraría esa garantía es cosa que corresponde a los respectivos dirigentes de ambas formaciones, ya que contaría con un considerable respaldo, como puede verse en la encuesta que publicaba ayer El País. La posibilidad de un gobierno de la izquierda tiene muchas simpatías en el electorado al que le gusta ver que un PSOE sin mayoría absoluta no se convierte en rehén de unos u otros nacionalismos y, al contrario, se echa un poquito hacia la izquierda, que buena falta está haciéndole. ¿Por qué no aborda la cuestión el señor Rodríguez Zapatero? Sin duda la sola posibilidad haría que la derecha empezara a hablar de la coalición "social-comunista", como hizo el señor Aznar en 2000. Pero eso ya no asustaría a nadie.

    El señor Llamazares ha dado un primer paso. Convendría que el señor Rodríguez Zapatero diera otro. Merece la pena explorar esa posibilidad. Cuando menos explicitar que si sumados los votos y escaños de los dos partidos de la izquierda consiguen mayoría absoluta van a gobernar en coalición. Esa sería la fórmula para movilizar el voto de (casi) toda la izquierda.


    (La imagen es de Petezin,bajo licencia de Creative Commons).

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    divendres, 8 de febrer del 2008

    Polifonía etarra.

    Notable variedad de registros de ETA. Tan pronto hace una declaración programática en el diario Gara que suena como una bomba como pone una bomba que suena como una declaración a Gara. ¿Las motivaciones? Etálogos tiene la Iglesia que las explicarán con pelos y señales. Supongo que este bombazo a las puertas del juzgado de Bergara es la forma que tiene la cuadrilla de protestar por la inicua detención de ese preclaro estratega que es el señor Barrena. Hay que hacer un poco de ruido para que los maketos, txakurras y gorrinos no crean que se puede andar aplicando la ley y la democracia en el sacrosanto suelo de Euskal Herria sin pedir antes permiso al capo mafiosi. Y sobre todo los jueces, que los jueces sepan que, cuando menos lo esperen, les pueden volar la cabeza, ya que tienen la fea costumbre de emplearla para pensar en vez de para embestir, como prescriben los principios del gudari revolucionario.

    ¡Rajoy y cierra España!

    Si piensan, deben de pensar que los demás no piensan. Cada vez que los señores de la derecha abordan una cuestión de esas que los sondeos sitúan entre las que "más preocupan a los españoles" (las otras no parecen interesarles) y le dan un repasito, dejan al auditorio haciéndose cruces sin saber si son reaccionarios porque son insensibles o son insensibles porque son insensatos. Tras unos días vaticinando el apocalipsis a cuenta de los datos económicos con tanta animación que pareciera que se alegraran ayer tocó zafarrancho de inmigración. El señor Rajoy anunció que, de ganar las elecciones -acontecimiento harto improbable- hará que los inmigrantes firmen un contrato con el que se comprometerán a cinco cosas, tres de ellas malévolamente necias y las otras dos ominosas.

    Las primeras son: a) cumplir la leyes, como si esta no fuera una obligación obvia de todo el mundo, inmigrante o nativo; b) pagar los impuestos que, al parecer, no es algo obligado por ley; y c) aprender la lengua, cosa generalmente imprescindible si se quiere trabajar. Las dos ominosas son: d) en caso de no encontrar un trabajo, se volverán a su casa (¡y uno que creía que los inmigrantes legales venían ya con su contrato de trabajo!); y e) adaptarse a las costumbres españolas. Dado que lo de las costumbres españolas es algo tan impreciso y ambiguo como las ideas del señor Rajoy, no hay duda de que, de salir adelante propuesta tan retrógrada, los inmigrantes estarán a merced de los caprichos de los amigos del señor Rajoy en materia muy evanescente. Y los autóctonos también. Las corridas de toros, por ejemplo, parecen ser costumbre reciamente española. Como yo no asisto a esos espectáculos que me resultan repugnantes, ¿he de entender que peligra mi nacionalidad? ¿Querría acaso el señor Rajoy deportarme? Ganas no le faltarán, seguro.

    Resulta claro que esta propuesta es xenófoba y racista ya que da por sentado que los inmigrantes vienen a incumplir las leyes, defraudar a la Hacienda Pública y cargarse la Constitución, y no a trabajar, sacar adelante a sus familias, labrarse un futuro en nuestro país que, además, se beneficia extraordinariamente de su presencia aquí. Por si no se hubiera entendido suficientemente bien al señor Rajoy, apuntaló luego sus despropósitos ese prodigio de la verborrea insultante que es el señor Arias Cañete, diciendo que los inmigrantes abusan del servicio de urgencias del sistema nacional de salud que está colapsado por su causa. ¿Por qué nadie aclara a estos demagogos que es al revés, que los inmigrantes consumen menor cantidad de recursos públicos de la que contribuyen a financiar? ¡Qué pregunta! Como si no lo supieran. Explicarlo es inútil pues no están interesados en la verdad sino en atizar los miedos, los odios a los diferentes, las fábulas y los cuentos para conseguir más votos, aunque para ello se carguen la paz civil.

    Por la noche, el señor Rajoy concedió una entrevista en la cuatro a Iñaki Gabilondo que no tuvo desperdicio. Estaría bien comentarla por entero, valorar la alta categoría de entrevistador del señor Gabilondo y el penoso espectáculo que dio el señor Rajoy que, acosado por el presentador no supo si no recurrir a topicazo y vaguedades. Pero no ha lugar aquí, salvo en lo relativo prtecisamente a la inmigración. Protestaba el presidente del PP de que la regularización de los 600.000 inmigrantes que realizó en 2005 el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero había ocasionado un "efecto llamada" por el cual en este momento hay en España un millón doscientos mil inmigrantes ilegales (o clandestinos) más. Cantidad que soltó triunfante dibujando un horizonte de futuro incierto. Perdió la ocasión el señor Gabilondo de averiguar cómo había llegado su entrevistado a tan precisa cantidad si se trata de inmigrantes "ilegales" o sea, no registrados. Pero no perdió en cambio la de preguntarle qué pensaba hacer con ellos si alcanzaba la presidencia del Gobierno. Apabullado el señor Rajoy, no supo qué contestar y se limitó a balbucir que "desde luego, regularizarlos, no". O sea, ya sabemos lo que el señor Rajoy NO hará con ese 1.200.000 almas en pena que, según él, vagan por los caminos de España; pero nos hemos quedado sin saber lo que hará, si gana. Pero, para no hacer algo no es necesario elegir un presidente del Gobierno pues puede seguir sin hacerlo tan ricamente en su casa.

    Así es todo: agobian al personal con sus negros vaticinios pero luego no saben aportar una sola solución práctica. Menos mal que tampoco es necesaria, dado que los problemas que los abruman se los han inventado. En este caso concreto de la inmigración, sin embargo, esa actitud es particularmente detestable porque: a) trata de aprovecharse de una colectividad en situación de especial desvalimiento; b) ignora el evidente beneficio que la inmigración aporta a nuestro país, infinitamente superior a los inconvenientes que ocasione; y c) sobre todo, olvida que si hoy somos lo que somos y atraemos emigrantes es gracias al sacrificio de generaciones y generaciones de españoles que marcharon al extranjero en procura de las oportunidades que los iguales al señor Rajoy les negaban en España. Olvida que España fue durante siglos una nación de emigrantes. Olvida que el primer deber de los cristianos -y el señor Rajoy dice serlo- es acoger a los inmigrantes con corazón magnánimo, pues su Dios les recuerda continuamente que ellos fueron inmigrantes.

    Pero estos liberales sólo se ocupan de los inmigrantes para coaccionarlos y amenazarlos. ¿O alguien ha olvidado cómo el señor Losantos intimidaba por la radio a los ecuatorianos residentes en Madrid que querían movilizarse con las víctimas del terrorismo recordándoles qué partido gobernaba dicha Comunidad, cual si dependieran de sus mercedes como los siervos lo hacían de los señores en la Edad Media?

    (La primera imagen es de Jaume d'Urgell bajo licencia de Creative Commons. La segunda, un monumento al inmigrante, es de Julianrod, también bajo licencia de Creative Commons).

    Gracias a los amigos.

    Decía servidor que hoy quizá "posteara" algo sobre Ibiza/Eivissa, dado que fuimos a visitar algunos lugares de esos que las agencias de viajes llaman "paradisíacos", pero más altas empresas reclaman mi atención, de forma que me limito a poner la foto de la izquierda, en la que se ve a Ramoncete descubriendo los misterios de las playas en la zona de San Antonio en compañía de su madre y dejo para otro momento más propicio (quizá el finde, cuando estemos de vuelta) un par de consideraciones sobre las peculiaridades de la isla.

    Mi amigo Pepe Palao me ha enviado una presentación sobre la Barcelona de mediados del siglo pasado que en nada tiene que envidiar a la que puse hace un mes y algo sobre el Madrid del pasado y ya la he colgado en la barra de la derecha. Gracias, Pepe, es magnífica e impresiona ver a qué velocidad cambian los entornos urbanos.

    Mi también amigo Pedro Luis me ha hecho llegar un video muy bueno cuya contemplación puede animar a votar en las próximas elecciones del 9 de marzo a los abstencionistas más recalcitrantes siempre que sean de izquierda. Dice Pedro Luis que es de aficionado. Es posible, no lo dudo; a mí me parece de gran maestría, no por la perfección técnica, que me importa una higa, sino por la contundencia del mensaje sin estridencias, sin insultos, sin abusos, simplemente dejando hablar a las imágenes y si, luego de verlo, alguien de izquierda se queda en casa el próximo nueve de marzo, es que no tiene arreglo. Aquí está. Gracias, Pedro Luis.

    Por cierto, considero que es tan bueno que debiera figurar en la columna de la derecha hasta las elecciones y he intentado ponerlo ahí empleando la utilidad de blogger de videoshow pero debo de ser muy negado o la utilidad funciona como las cercanías de Barcelona porque me saca ¡cuatro vídeos! El que yo quiero y tres más que no tienen relación con él. Si alguien más competente que este bloguero tiene alguna conseja que darle, será muy apreciada y el bloguero quedará muy agradecido.

    dijous, 7 de febrer del 2008

    La defensa de la democracia.

    ETA es una organización terrorista de asesinos. Asesinos muy patrióticos, desde luego. No es extraño que el patriotismo lleve al asesinato ya que, en esencia, consiste en creer que el amor a la patria lo justifica todo, asesinato incluido.

    Además es una organización de asesinos de izquierda. Algún lector bienintencionado me ha dicho que si ETA es una organización terrorista no puede ser de izquierda. Muy sentimental y romántico, pero falso. Ya Marx, a raíz del fiasco de la revolución de 1848, en una famosa circular de 1850, defendió tácticas terroristas, y Marx es uno de los referentes de la izquierda, por no hablar de Lenin o Stalin. Y, desde entonces, muchas organizaciones de izquierda en todo el mundo han defendido las vías violentas y terroristas. Organizaciones asesinas de izquierda son las FARC colombianas o lo fueron la RAF alemana, las Brigate Rosse italianas, etc. Terroristas, asesinos e izquierdistas. No hace falta decir que la mayoría de izquierdistas que en el mundo somos repudiamos estos métodos, pero no estamos ayudando a acabar con esta lacra si nos negamos a admitir que un terrorista y un asesino es un asesino y un terrorista aunque sea de izquierda. Igual que las derechas no progresan cuando sostienen que los asesinos nazis o fascistas no son de derechas por el hecho de ser asesinos. Y ambos, derecha e izquierda, daremos muestras de alarmante decrepitud moral si llegamos a sostener que, por ser de derecha o de izquierda, alguien está legitimado para recurrir a la violencia o al asesinato en un sistema abierto y democrático.

    ETA es, además, una organización con fuertes vínculos religiosos. En sus cuarenta años de existencia, en los que ha asesinado a policías, guardias civiles, militares, jueces, periodistas, catedráticos, concejales, políticos, gente de la calle, etc, jamás ha tocado a un cura o un obispo. Jamás. Y ya hay curas españolistas a los que la organización podría considerar "enemigos del pueblo vasco". No sé qué cantidad de creyentes habrá en ETA, pero es evidente que ésta cuenta con la simpatía y el apoyo de parte del clero vasco. Es decir, hay curas católicos cómplices y encubridores de asesinos.

    Y no solamente curas. A lo largo de su existencia, ETA ha creado un complejo entramado de cómplices, auxiliares, recaderos, tapaderas y simples monigotes para llevar a cabo sus designios de asesinar gente, aprovechando los múltiples intersticios que la legalidad democrática española tiene, valiéndose de las garantías de la democracia y el Estado de derecho. Quizá el mérito mayor del enfoque de la lucha antiterrorista practicado por el juez Garzón haya sido acometer la tarea de desmantelar las tapaderas de los terroristas en todas sus manifestaciones, arbitrando procedimientos que, juntamente con los legales (por ejemplo, la vigente Ley de Partidos) permitan que la democracia pueda defenderse frente a quienes pretenden valerse de ella para destruirla. A Garzón corresponde el mérito de haber puesto en marcha métodos prácticos para resolver el sempiterno problema de la defensa de la democracia.

    Tarea difícil porque en ella no hay que hacer frente solamente a los terroristas, los asesinos y sus cómplices y encubridores sino también a sus apologetas y legitimadores. Los primeros asesinan a inocentes, los segundos justifican los asesinatos tratando de deslegitimar el orden democrático que aquellos quieren reventar, sosteniendo que el país no es una verdadera o auténtica democracia, como si pudiera compararse la democracia más imperfecta que quepa imaginar con la inicua barbarie de una banda de canallas que se arroga el derecho a decidir por su cuenta quién debe morir y quién no.

    Por descontando, estos métodos de defensa de la democracia son excepcionales (de hecho, no hay inconveniente en incluirlos dentro de las medidas de excepción para hacer frente a circunstancias también de excepción) y peligrosos, y hay que estar muy pendientes para que no se perviertan. Pero ese es un riesgo que todo demócrata estará dispuesto a correr a cambio de evitar la degradada situación en la que unas gentes, organizaciones y partidos consideran aceptable defender posiciones políticas en íntima conexión no sólo ideológica, sino orgánica, financiera y material con quienes asesinan a sus adversarios políticos, extorsionan, secuestran y aterrorizan a los ciudadanos que no son de su credo.

    Tampoco hace falta decir aquí que quienes, sin formar parte directa del llamado "conflicto", por motivos religiosos o políticos (esto es, por el hecho de ser de izquierdas) atacan sin más todo mecanismo de defensa de la democracia no solamente dan pruebas de una considerable deficiencia moral sino también mental. La función de patrocinadores de los asesinos que algunos intelectuales adoptan es éticamente peor que la de sus patrocinados porque, cuando menos, estos arrostran los riesgos de su actuación delictiva, cosa que no hacen los primeros.

    Las ilegalizaciones de fuerzas políticas, aun con todas las garantías jurídicas exigibles en un Estado de derecho, igual que las encarcelaciones de sus dirigentes y militantes, son medidas desagradables y excepcionales que hay que tomar para garantizar los derechos democráticos del conjunto de la población. Cuando el Tribunal Constitucional Federal alemán, en sendas sucesivas sentencias en los años de 1950 prohibió los partidos neonazi y comunista, estaba recurriendo a medidas excepcionales pero necesarias para salvaguardar la democracia de todos. Algo parecido está sucediendo en España hoy y está bien que suceda. Los asesinos deben ser perseguidos sin tregua y lo mismo sus cómplices, apologetas, encubridores e intermediarios. Con todas las garantías del Estado de derecho, pero con toda la contundencia de una sociedad democrática que no se deja intimidar. Pues cuando las cosas se hacen legal y legítimamente no pasa nada, no arde nada, ni se produce levantamiento alguno porque todo el mundo sabe que, existiendo la posibilidad de defender pacíficamente todos los programas políticos, el recurso a la violencia y el asesinato por vía directa o mediante complicidad y encubrimiento, debe estar penado y los culpables puestos a buen recaudo. E, insisto, no pasa nada.

    Uno de los argumentos que suelen escucharse en contra de las medidas de defensa de la democracia es que las ilegalizaciones y encarcelamientos de los complices y encubridores de los asesinos que forman organizaciones "legales" dejan sin derecho real de sufragio al porcentaje de ciudadanos que los votan. Pero esa es una falacia. Negar el derecho de sufragio pasivo a los criminales no equivale a negar el activo a los electores. Estos siempre pueden votar a opciones políticas que defiendan los mismos objetivos que los otros por vías pacíficas y legales. Si de la independencia se trata, decenas de veces se ha dicho que nadie impide el derecho de voto de y a los independentistas catalanes. Lo que no se puede es pedir el voto para organizaciones que encubren a asesinos o colaboran con ellos. No se puede, lógicamente, pedir el voto para la Mafia o la Camorra. Y si en su día se hubiera prohibido pedir el voto para el partido nazi y el partido comunista alemán la magnífica República de Weimar estaría hoy a punto de cumplir noventa años y la Segunda Guerra mundial no se habría producido.