Bueno, el que se apunte al día del blog ya sabe que el treinta y uno de agosto tiene que postear sobre el asunto, recomendando otros cinco blogs, a ser posible de otras culturas (ya veremos qué entendemos por tal cosa los blogueros) o tendencia, resumir su contenido y enlazar con ellos y hacérselo saber. O sea, un curro.
dimarts, 28 d’agost del 2007
Hasta día tenemos.
Los relevos.
¡Qué dífíciles y problemáticas son las sucesiones y cambios en los cargos públicos y puestos de responsabilidad de más o menos libre elección! La despedida de la señora Regás ha sido con aparato eléctrico. No hay duda de que la escritora no se amilana con facilidad. Eso que dice que el ministro de Cultura ha dicho es muy fuerte: que no ha hecho nada en más de tres años. Pues sí, muy fuerte. Tanto que, teniendo una excusa diplomática para dimitir si el citado ministro y ella no simpatizan, esto es, el reciente robo de dos incunables, ha preferido, por así decirlo, armar la gresca. A nadie le gusta dimitir y menos que lo echen. Pero es el sino de los cargos públicos. Ciertamente, éstos deben gozar de la confianza de quien los designa; lo contrario sería absurdo. Igual habrá pasado con algún subordinado de la señora Regás o podría pasar al ministro de Cultura si dejase de gozar de la confianza del señor Rodríguez Zapatero.
Más crudo lo tiene el señor Rajoy, a quien todos los días le toman medidas al sillón por ver si sirve para otro candidato o candidata. Ya tiene que ser amargo que hablen de ti como seguro perdedor hasta los tuyos. Los señores Fraga y Núñez Feijóo apoyan al señor Gallardón y el primero, encima, se larga una teórica profesoral diciendo que hay que "preparar las sucesiones" y que éstas no pueden depender de un hombre solo. ¡Su Galicia natal se pone frente al señor Rajoy! Justo en el momento en que éste, decidido a dar un puñetazo sobre la mesa, acaba de decir que no piensa retirarse aunque pierda las elecciones.
Es lo malo que tienen los fuegos de verano: se prende una chispa en cualquier parte y las llamas acaban devorando media provincia. El señor Ruiz Gallardón repitió su oferta de ser el número dos por Madrid en las próximas generales y, desde entonces llueven rayos y centellas en el partido y el incendio amenaza con llevarse a alguien por delante. ¿A qué viene que el señor Fraga (a quien podemos admirar en este cartel de las últimas elecciones gallegas, prodigio de Photoshop), precisamente el señor Fraga, tome partido por el alcalde de Madrid? Porque, salvo que no sepa ya lo que dice, no puede ignorar que, dicho lo dicho en este momento significa un respaldo al señor Ruiz Gallardón. No sé si el señor Acebes se atreverá a decir al señor Fraga que se ocupe de su escaño en el Senado y se deje de zascandilear por el partido. Creo que no.
Pero está claro que la sucesión del presidente del PP y candidato a la presidencia del Gobierno, anunciada y preparada antes de que se produzca la vacante, es una muestra más de la dureza de la vida de los cargos. Porque el triste sino del señor Rajoy es que preside un partido dividido entre "gallardonistas", más o menos gente de derecha moderada, y "antigallardonistas", gente de derecha muy radical, hoy llamada liberal. Lo que no hay en ese partido es "rajoyistas", dado que los "antigallardonistas" son en realidad partidarios sigilosos de doña Esperanza Aguirre. Toda sucesión es difícil pero la preventiva parece serlo más.
dilluns, 27 d’agost del 2007
Cataluña y Catalunya.
Ayer se publicaron dos entrevistas en sendos periódicos importantes, una al señor Jordi Pujol, en El País y otra al señor Carod Rovira en La Vanguardia, si bien no he podido encontrarla probablemente porque sólo sea accesible a suscriptores y compradores de periódico de papel y, como no puedo suscribirme a todos los periódicos ni comprarlos todos, he tenido que contentarme con los resúmenes que traen los demás diarios. Eso sí, he leído tres para no quedarme con una sola versión. Son muy interesantes las dos y juntas nos dan el carácter del nacionalismo catalán, la suma del "moderado" y el "radical" que se diferencia del vasco en que en el vasco esta suma no se da en principio. Y no se da porque los radicales no se distancian del terrorismo etarra ni un milímetro. Cualquiera puede ver que la responsable de que Batasuna no esté en las instituciones defendiendo exactamente lo mismo que ERC en Cataluña esto es la independencia es exclusivamente ETA. Decir que en España no hay democracia pues no se permite la representación de todas las opiniones políticas es una mendacidad. La opinión política independentista no sólo tiene representación, sino que participa en el gobierno del ente territorial que pretende independizar en Cataluña. Lo que no obtiene representación no son las opiniones políticas sino los delitos, las complicidades con los delitos y el encubrimiento de delitos. Lo que es bastante lógico. Porque matar hombres indefensos por la espalda es y será siempre un delito.
El caso es que los dos entrevistados dan dos visiones de Cataluña y de España muy distintas pero básicamente complementarias. Los dos comienzan en la misma tonalidad victimista, de Cataluña expoliada bemol, aunque luego varíen algo en los registros. El señor Carod Rovira echa la culpa de los agravios catalanes a "España", de la que habla como si fuera un país y Estado extraño, vecino, y no se le cae la independencia de la boca, hasta el extremo de que pone fecha al referéndum de autodeterminación, 2014, tricentenario de la pérdida de los fueros y libertades catalanas, conjunto de privilegios que el señor Carod eleva a la categoría de Estado en un acceso de exaltación patriótica.
El señor Pujol culpa más al PP y al PSOE dels greures de los catalanes, aunque al fondo siempre late la queja sobre lo mal que España trata a Cataluña, como si Cataluña no fuera parte de España, sino un cortijo que ésta tuviera en Turquía. Pero el señor Pujol es flexible, matizado, inteligente y vuelve luego a hablar de "Cataluña y el resto de España". Ese "resto" es el resto que sigue uniendo al nacionalismo llamado moderado con el nacionalismo español. Cuando éste se rompa, apaga y vámonos.
El fantasma de la autodeterminación aparece de nuevo en el horizonte español. No hay que inquietarse pues es signo de los tiempos. También lo está en el Canadá, en Bélgica y hasta en el Reino Unido. Quienes somos partidarios de que se autoricen las consultas de autodeterminación hasta propondríamos unificarlos, hacerlos al mismo tiempo el catalán y el vasco. La única condición que yo pondría para aceptar el vasco es que ETA se disolviera de inmediato porque siete años aun son pocos para restaurar el clima de seguridad y erradicar el miedo de la sociedad vasca donde la libertad de elección está muy mermada por el nacionalismo forzoso y el terrorismo. ¿Por qué no va a haber referéndum de autodeterminación en los territorios que lo soliciten mediando algunos requisitos? Negar el derecho a esas consultas por razones de principio no sirve de nada porque sus partidarios siguen reclamándolas, así como otras reivindicaciones que en nada contribuyen al interés general español, como la independencia. Lo único que se consigue es no saber cuántos son los partidarios de cada opción: independencia, autonomía, centralismo.
Es más, esa cerrada negativa a la autodeterminación en el nacionalismo español (conservador o socialista) es lo que permite al nacionalismo (a su vez moderado o radical) mantener una actitud política que puede calificarse de "negocio redondo", consistente en hacer política en España amenazando con salirse de ella cada dos por tres. El ente español vive orteguianamente sobresaltado, viendo cómo zarandean sin piedad su identidad nacional mientras los nacionalismos prosperan al calor de una legitimidad impostada: no nos vamos; nos echan. Nos echan estos españoles que no nos dan lo que es nuestro, nos esquilman y no nos dejan pronunciarnos sobre nuestro futuro. Si la política es "quién consigue qué, cuándo, dónde y cómo", cual quería el venerable Harold Laswell, los nacionalistas llamados "periféricos" son los mejores políticos en España a la que saquean más de lo que España los saquea a ellos.
Tiene mala defensa la actitud del puro "no": Vd. no decide sobre su futuro porque España es una nación y Vd. no. Desde luego, decir a alguien que cree ser una nación que no es una nación es como ordenar al sol que se pare. En los Estados se está por imperativo legal, a las naciones se pertenece por decisión emocional y esa no puede provocarse por decreto. Si uno quiere que otro quiera ser miembro de la nación de uno tiene uno que ganárselo, lo que no se consigue a tortas.
Hace tanto tiempo que prefiero no recordarlo escribí un artículo en el extinto El independiente que se llamaba "Els espanyols som una nació" en el que pretendía decir lo mismo que pienso ahora: España es España porque Cataluña y el País Vasco son partes de ella. Si dejan de serlo, España será otra cosa. Aunque siga llamándose igual.
Si de lo que se trata es de resolver el problema que tiene postrada a la nación española (y a la vasca y catalana y gallega, si quieren verse como distintas) hemos de empezar a entendernos y no sólo a conllevarnos, que ya se ve que no es suficiente. Los castellanohablantes debieran abandonar la pretensión de simbolizar en exclusiva la idea de España y los nacionalistas catalanes, vascos y gallegos debieran ser leales al Estado. Un buen comienzo, desde luego de esta nueva forma de enfocar la política española sería la aceptación del derecho de autodeterminación de los pueblos de España cumpliéndose algunos requisitos, entre ellos la ausencia de violencia en los últimos (digamos) siete años.
Una vez que sepamos cómo están las cosas en cuanto al respaldo que cada cual tiene, algo que sólo se sabrá sometiendo el asunto a la decisión popular, se puede empezar a actuar para resolver un problema que está enquistado. Por eso ha de haber referéndums. Al argumento de que ya los hubo cuando se aprobaron los estatutos y sus reformas la respuesta es que el contenido de la pregunta debe cambiar. Ya no debe ser "Estatuto o nada", sino "Estatuto o independencia". Eso clarifica las cosas y posibilita a mi entender, llegar a soluciones políticas, pacíficas.
(Las ilustraciones son del Retablo de San Jorge, de Andrés Marzal (o Marçal) de Sax, hacia 1400, que se conserva en el Victoria and Albert Museum de Londres. En un estilo del llamado gótico internacional el maestro representa a San Jorge ayudando al Rey de Aragón de la época a matar al monstruo que, en esta ocasión es un ejército musulmán. El Rey, que supongo será Martín I, lleva la cuatribarrada en la gualdrapa del caballo y en el peto. El tal Marzal de Sax, por cierto, era alemán).
Dos añazos.
Ayer celebramos el segundo aniversario de mi hijo Ramón. Todavía no sabe que tiene dos años ni que es de rigor apagar las velas de la tarta, pero se le hacen más fiestas que si volviera de la guerra del África. Aprovechando que era domingo, ya en la bajada de las vacaciones, nos reunimos algunos amigos y familiares y, quién más, quién menos jugó con él, con lo que el hombre quedó derrengado ante tanta emoción.
Aquí lo vemos rodeado de bellas mujeres: su madre Celia y su tía Mabel en el centro y en los extremos sus dos primas, Leticia y Cristina.
No sé cómo se le dará a Ramoncín este capítulo tan importante en la vida de ser bienquisto de las mujeres. De momento va bien servido.
diumenge, 26 d’agost del 2007
No saben lo que dicen.
En el PP culpan al Gobierno de los atentados de ETA. Así, el señor Astarloa dice que la debilidad del Gobierno fortalece a ETA. El señor Rajoy insinúa que el gobierno no está interesado en derrotarla al decir que le ofrece su apoyo "siempre que sea para derrotar a ETA". La estrategia es ruinosa. Insinuar que hay connivencia alguna entre el Gobierno del PSOE y ETA es algo que pueden creer los incondicionales, pero no los votantes. Y con los incondicionales sólo no se llega a La Moncloa. No es razonable pensar que no entiendan algo tan claro y que a la gente le fastidian los extremismos. Soltando tales barbaridades, los dirigentes del PP cada vez aíslan más a su partido. No es posible que no lo sepan. ¿Por qué lo hacen? Porque los pierde el afán de venganza, que les nubla la vista. Vivieron el resultado del 14 de marzo de 2004 como un expolio y quieren la revancha, sin darse cuenta de que, al dejarse llevar por ese afán de venganza, están yendo a un desastre.
Señor director.
Pues sí, las cartas de los lectores o cartas al director de los periódicos son lo que más me gusta de estos. Parecen el contenido de una caja de sorpresas. Nunca se sabe qué se encontrará en ella. Habitualmente los nombres no nos dicen nada. Son ciudadanos anónimos; tan anónimos que no es infrecuente que digan de sí mismos que son "españolitos de a pie", una expresión hecha muy curiosa pues presupone que hay otros españoles (y no serán españolitos) que van montados en algo. Antes eran los caballeros y ahora también, sólo que hoy los caballos son de vapor. Otras veces los nombres sí dicen. Suelen ser cargos institucionales que se sienten injustamente aludidos en informaciones del periódico o articulistas de éste ajustando cuentas con otros articulistas o lectores conocidos o desconocidos. Hay que ver qué puntillosa es la gente.
Otras veces los nombres nos son conocidos porque se trata de personas especializadas en escribir cartas al director. Saben que la fórmula para que se las publiquen consiste en: 1) ser breves, 2) tocar un asunto relevante de actualidad, 3) ofrecer una explicación u opinión curiosa, nueva, interesante, y 4) no discrepar en exceso de la línea ideológica del diario. Uno reconoce el nombre de alguien que lleva publicadas decenas de cartas. Es la fascinación por ver el nombre propio en letras de molde. Esa misma fascinación que hace que algunos lleven fatal no ver publicadas sus cartas, tanto que, acaban escribiendo una quejándose de que no le publiquen las otras. Y esa sí se la publican.
Al margen de ello, es muy frecuente que en las cartas firmadas por gentes anónimas haya puntos de vista nuevos, opiniones sugestivas, ideas originales. A la gente se le ocurren cosas y le gusta verlas publicadas. Opiniones sobre los asuntos más variados que suelen ser interesantes de conocer. En mi muy insuficiente experiencia de estas lecturas creo que la característica que más abunda es un sanísimo sentido común. Es asombroso lo sensata y realista que es la gente.
Por razones de contenido me da la impresión (no puedo asegurarlo pues no tengo datos) de que lo que más aparecen son denuncias de injusticias, sufridas en propias carnes o en ajenas, con votos para que se enmienden. Es curioso que los "españolitos de a pie" tengan ese caballeresco comportamiento pues ya se sabe que la caballería ordena socorrer a los huérfanos, amparar a las doncellas y remediar las injusticias o desfacer los entuertos.
Aunque también se manifiesta mucho cierto espíritu pesimista, alimentado en la conciencia del excepcionalismo español; conciencia negativa, crítica. "Este país no tiene arreglo" es la expresión que sintetiza un estado de ánimo, relativamente frecuente con el que tampoco es raro que se invoquen los "vicios nacionales" y se convoquen los fantasmas del pasado.
Es también frecuente que, quizá para compensar el anonimato del nombre, el autor se identifique de algún modo que, por lo general, será pertinente al contenido de la carta. Las formas de identificación (y sospecho que por este orden) son la profesión, la edad, la creencia religiosa o la raza. Todas estas formas de identificación tratan de otorgar a lo que se dice el peso de la competencia en el decirlo. Nadie escribe "En mi condición de espeleólogo voy a explicar el misterio de la Santísima Trinidad".
dissabte, 25 d’agost del 2007
Por donde solían.
Fue en su tiempo tradicional en España que no hubiera fiesta sin toros (o, para ser más preciso, sin ensañarse con los toros) y sin traca final. Los toros han permanecido, pues algo había de quedar de la recia estirpe ibérica, pero la traca se ha ido apagando con los años de forma que apenas si se oye algún triste petardillo tan mínimo y miserable que más suena a ventosidad. Menos mal que han llegado los gudaris de ETA a rescatar las esencias con una traca como Jaun manda y ya estamos todos donde teníamos que estar, o sea, donde estábamos hace ocho meses, dos años y pico, cinco, diez, veinte, treinta, qué sé yo. Son tozudos los independentistas vascos. Y luego dicen que no, que ellos son como otros cualquiera. Cuando se han quedado solos en lo de la "lucha armada", o sea en eso que los gobiernos y medios de comunicación llaman "terrorismo". Claro que ya estoy oyendo al abertzale encargado de relaciones con el extranjero diciendo: ¿Lo ves? Estos españoles mienten siempre como bellacos. ¿No están en lucha armada los insurgentes iraquíes, los tigres tamiles, los Moro filipinos? O sea, no estamos tan solos. Además, ¿no están en lucha armada los ejércitos estadounidense, británico, español, alemán, etc, etc, asesinando a mansalva civiles iraquíes o afganos? No sólo no estamos solos, sino que estamos como todos los demás.
Es un fastidio escuchar las razones de los pistoleros pero hay que hacerlo para que no te digan que pegan tiros y ponen bombas para que les hagas caso. Y cuando se escuchan se ve que esas razones no valen nada porque quienes las esgrimen no creen en ellas. Lo dicen por decir algo, porque no los acusen de haber renunciado a la condición parlante, que es consubstancial a la especie homo sapiens. La consistencia de lo que se diga es irrelevante. Véase si no considerando que ese argumento es metajurídico porque no reconoce ningún límite de legalidad ni legitimidad. La respuesta es de cajón: Claro porque eso no lo hace nadie y los primeros que no reconocen límite alguno son los que hacen las leyes, razón por la cual tampoco nosotros reconocemos límites de legalidad ni legitimidad.
Pero eso no es cierto. Ya lo creo que los reconocen, por la cuenta que les tiene y a rajatabla. ¿Acaso no predican que el pueblo vasco es uno a este y aquel lado de la muga? ¿Y no es cierto que el de aquel lado está más oprimido por el colonialismo francés que el de este lado ya que allá no tiene autonomía y que, oh vergüenza, no constituye región (es parte de la de Aquitania) y, oh vergüenza de las vergüenzas, ni siquiera tiene departamento propio, ya que forma parte del de los Pirineos Atlánticos, junto con una manga de bearneses y algunos puñados de gascones? ¿Y qué hacen los gudaris? Aquí, donde se reconoce la autonomía del País Vasco, piden la independencia y, para hacerse notar, tratan de volar un cuartel de la Guardia Civil y de masacrar a todos los agentes que puedan. Y, donde no se reconoce nada, piden una modosita autonomía, un departamentucho de nada y, para hacerse notar, queman un pajar durante el tour de France. Siendo uno solo el pueblo, ¿no debieran los gudaris atentar más en Francia que en España? ¿Por qué no lo hacen? ¿Por despiste o por cálculo? Por cálculo, ¿verdad? Porque reconocen al dedillo los límites de la legalidad y la legitimidad y saben que en España tienen un apoyo directo y/o indirecto que ni locos tienen en Francia. Y ¿no decían que ellos no reconocían límites de legalidad o legitimidad? ¿Y no decía yo que tanto da lo que digan porque hablan por hablar?
¿Quiere decir entonces que hemos de abandonar toda pretensión de diálogo-negociación? No, no. Hay que seguir intentándolo a ver si conseguimos meterles en la cabeza alguna idea razonable. Aunque sea difícil porque las ideas son alígeras y no tienen fácil desplazar al serrín.
Se deduce que trato de enfocar el asunto desde un punto de vista distinto. Y más. Hemos visto análisis políticos, jurídicos, sociológicos, económicos, históricos, antropológicos, literarios y supongo que también los habrá religiosos del fenómeno ETA. No los he visto desde el punto de vista psicológico. Lo más cercano, el antropológico. Es obvio que la fuente nutricia de ETA son los mecanismos sociales de prestigio dentro de la subcultura de las tribus juveniles, muy frecuentes en el País Vasco a fuerza de pandillas, prêt à porter ideal para la kale borroka. Y la única forma de atajar eso es cambiando su escala de valores cosa imposible mientras algunos de los mecanismos difusores de ideología, el sistema educativo, la iglesia y buena parte de los medios de comunicación difundan el martirologio nacional.
Creo que incluso se puede abordar el asunto desde un punto de vista psicoanalítico terreno en el que soy lego. Pero me da como que la relación con las armas así porque se quiere, porque se decide libremente y no te las ponen en las manos por orden de la superioridad o porque la patria esté en peligro tiene un elemento de sadismo que remite a las zonas oscuras del culto a la muerte como hacen, por ejemplo, los llamados "caballeros legionarios", que son los novios de la muerte. Los gudaris no quieren noviazgo alguna con la descarná, pero les encanta matar a los demás. O sea que algo de sadismo anal ya hay. Que un tipo que tiene veinticinco vidas humanas sobre su conciencia vaya por ahí tan tranquilo prueba que en algún lugar hay una neurosis muy grave, una fantasía de omnipotencia infantil que vaya Vd. a saber de dónde sale. Es decir, estos de las bombas y los atentados no son solamente unos criminales, terroristas, hienas salvajes o, alternativamente, héroes, patriotas, mártires de la nación vasca, sino que también son unos enfermos.
Esa relación con la guerra, la sangre, los asesinatos, emborracha, ciega, anula la facultad del juicio, al menos del juicio moral y, en ese momento, da igual lo que se diga porque ellos lo que quieren es matar. Lo suyo es un frenesí. A los frenéticos también cabe recluirlos en hospitáles psiquiátricos que es como se llama ahora a los viejos frenopáticos.
¿Lo ves? Todos estos intelectualuchos tiquismiquis andan siempre tratando de engañar al pueblo. Porque ¿cómo que la Patria no está amenazada? Está amenazada, ocupada, avasallada, preterida, humillada, ultrajada, perseguida, aherrojada, torturada, estrujada, oprimida, subyugada... La Patria vasca está a punto de perecer en el sumidero de la Historia y para conseguir su resurrección y su triunfo terrenal hay que estar dispuestos, hermanos, por doloroso que sea, a verter la sangre de los demás.
Vale. Como me encanta el fair play, dejo que el valiente gudari diga la última palabra y que sea su eco el que quede sonando:
verter la sangre de los demás
la sangre de los demás
de los demás.
La batalla contra el ruido.
He tenido mala suerte. Me ha tocado un vecino fiestero. La ley sólo me garantiza silencio a partir de la medianoche. Hasta entonces, mi vecino tiene derecho a disfrutar de su casa poniendo la música tan alta como quiera, y sus vecinos no tienen derecho a tener paz en la suya, ¿les parece razonable? Ya que evidentemente la educación y el respeto a los demás no forma parte de la forma de ser española, ¿no podríamos intentar conseguirlo mediante leyes que lo fomenten? Se hace con los que conducen con peligro, ¿por qué no con los que tampoco saben respetar fuera de la carretera? Es difícil decir más en menos o con mayor sobriedad, elegancia e instinto asesino sabiamente reprimido. Esa carta debería leerse en el telediario de mayor audiencia, hacerse lectura obligatoria en los colegios y servir de base para una proposición de ley en la que el Parlamento protegiera a la inmensa mayoría de este país de los energúmenos.Tengo pendiente un post sobre las cartas de los lectores en los periódicos, una de mis lecturas preferidas. Mientras lo hago dejo aquí una de ayer en El País, que es el periódico que leo a fuer de socialdemócrata progre, titulada La lotería de los vecinos y firmada por don Carlos Fernández Sanz. Dice don Carlos:
divendres, 24 d’agost del 2007
El cuadrilátero de la derecha.
El guirigay montado en el partido de la derecha es un espectáculo del que cabe extraer algunas provechosas enseñanzas. Por supuesto, las declaraciones a la afición siguen afirmando la unidad cerrada de los conservadores bajo la esclarecida guía del señor Rajoy a quien todos, para sus coletos respectivos, dan ya por líder amortizado antes de su estreno puesto que, si los manes de Cánovas no lo impiden, en marzo de 2008 sufrirá una aparatosa derrota a manos del incompetente bobo solemne bambi genuflexo ante ETA vendedor de Navarra. El señor Gallardón sigue postulándose a lomos de sus cuatro mayorías absolutas, como si no temiera las ominosas advertencias que le lanza el legionario de Cristo, señor Acebes, decidido a cerrarle el paso por miedo a sus proclividades socialistas y quién sabe si bolcheviques. La señora Aguirre, trasunto de Mrs. Thatcher, que tiene la contundencia, la resistencia y los redaños que le faltan al señor Rajoy, lanza venablos contra el ambicioso alcalde de Madrid, desesperada de que el legislador haya sido tan necio para hacer compatibles los cargos alcalde y diputado pero no los de diputado y presidente de Comunidad Autónoma. Por último, el taimado señor Rato espera entre bambalinas a que los dos gallos madrileños se desplumen y destrocen para suceder al futuro derrotado señor Rajoy que fue quien a su vez le arrebató el puesto de sucesor cuando el señor Aznar decidió ante sí y ante la historia que sería el registrador de la propiedad quien continuase su labor y no el economista.
Las enseñanzas que se extraen de este sordo combate son variadas. En cuanto al señor Rajoy, quizá sepa ya que ser designado a golpe de dedo autocrático no garantiza nada en democracia, ni siquiera en un partido de derechas y menos que nada la lealtad del equipo que fue del dirigente anterior. El señor Rajoy no cuenta en el país ni en el Parlamento, pero donde menos cuenta es en su propio partido. La segunda enseñanza que podría aprender es que no debe despreciarse al adversario. Entró en el ruedo como un toro, lleno de soberbia y prepotencia, insultando y menospreciando al señor Rodríguez Zapatero y se ha encontrado con que el presidente del Gobierno tiene una talla de la que él carece. Buena cura de humildad.
El señor Ruiz Gallardón está experimentando en sus carnes cómo las gastan los amigos del mismo partido, sobre todo cuando, como es el caso, lo alaba el adversario, pues esos elogiosos juicios de Bono estarán dictados por la nobleza de su espíritu, pero más parecen pensados para hundir al ilustre regidor.
La señora Aguirre es la que menos tiene que aprender aquí porque, aunque no lo parezca, dada su forma de expresarse, "se las sabe todas": no tiene escrúpulos a la hora de hacerse con el poder, controla el partido, tiene una fiel guardia pretoriana, cuenta con la confianza del señor Rajoy y su tarea es relativamente sencilla, consiste en cerrar el paso al alcalde de Madrid e impedir que la figura del señor Rato se consolide.
El señor Rato, por último, como el convidado de piedra, asiste al pugilato en silencio, en la esperanza de hablar el último mientras se deja arrullar por los halagos de sus incondicionales que ven en él, según dicen, el mirlo blanco del centrismo en el PP cuando es claro que sólo quieren enfrentarlo al alcalde madrileño. El señor Rato hará bien en desconfiar de la doblez humana. Lo único que a estas alturas tiene claro el país entero es que si Monseñor Rouco no obra un milagro de aquí a marzo, las elecciones serán el pase a la reserva del señor Rajoy, que se quedará con las ganas de ser presidente del Gobierno como don Juan, padre del actual monarca, se quedó con las de ser Rey. (La ilustración es un cuadro de George Bellows, padre de la pintura estadounidense del siglo XX titulado Combate en Shakley, 1909)
Los misterios de internet.
Ofcom señala que las mujeres internautas están ganando terreno y, en algún tramo de edad (veinticinco a treinta y cuatro años) superan a los hombres por 55% frente a 45%. Ello lleva al The Guardian a un "overstatement", cuando habla de feminización de internet. Por supuesto la explicación sigue siendo sencilla ya que las mujeres son las que más están en casa, pero lo cierto es que la imagen masculina de internet está cediendo terreno. Resulta interesante que, en cuanto a contenidos, casi la mitad de los internautas se descargue música y videos. El 30% busca juegos en la red (que estos si son chavales) y el 23% está en redes sociales que es donde más suele situarse a las mujeres, aunque esto puede estar cambiando también. Son muy reveladoras las cantidades referentes a radio y TV. Mientras que un ventiuno por ciento usa internet como radio, sólo un nueve por ciento lo hace como TV. Esto traduce el hecho de que el medio que más se ha resentido con la llegada de internet haya sido la radio al menos el medio clásico "radio" en tanto que la televisión mantiene incólume su hegemonía. Según el EGM, los españoles miramos la TV unos 220 minutos diarios o sea unas tres horas y media. Supongo que en Gran Bretaña será parecido y eso explica que la TV resista mucho mejor que la radio. El abandono de ésta en los tramos menores de edad es alarmante. Los radioescuchas son los mayores. Lo mismo que pasa con internet, pero me atrevería a decir que con ánimos distintos. El mayor misterio de internet es la capacidad que tiene para integrar todos los demás medios, la prensa escrita, el cine, la TV. Xon razón el término preferido de los internautas es "multimedia".
Leo en The Guardian que la empresa Ofcom, una organización independiente que analiza el mercado de los medios de comunicación, ha presentado su informe sobre el uso de internet en Gran Bretaña. El gráfico de la izquierda es suyo y en él se ve que la red pulveriza todos los vaticinios. Su crecimiento está siendo muy rápido y no se atiene a las pautas aceptadas. Lo más llamativo, a mi juicio, es que el segmento de edad de los mayores de sesenta y cinco años sea el que más horas dedica a navegar. Por supuesto, la explicación es sencilla por cuanto se trata de jubilados en su mayor parte. Pero también contradice el saber convencional de que los mayores sean reacios al medio. Internet es también cosa de abuelos.


