dimarts, 23 de juny del 2009

El caso Sastre.

No coincido en absoluto con lo que dice el señor Sastre en su artículo en el diario Gara, titulado Prosa y política. Me parece el típico análisis justificativo, ambiguo y bastante hipócrita de la izquierda abertzale para explicar por qué no condena los atentados y los asesinatos de ETA. A este fin se invoca un misterioso "conflicto político" que explicaría por qué los vascos, los decididos entre ellos, afrontan la lucha y la violencia muy a su pesar porque en el fondo están deseando resolver tan penosa situación mediante una negociación que es la única forma civilizada de tratar las diferencias en la sociedad. Lamenta que España y los españoles seamos tan obtusos y tardos que no veamos el camino para salir del marasmo en que nos encontramos, cuando es tan sencillo. Negociar con ETA el fin del "conflicto" sobre la base del cese de todo tipo de violencia en la sociedad. No puedo estar de acuerdo porque jamás pondré en el mismo plano la violencia emanada de un grupo de asesinos con la del Estado democrático y porque no hay nada que negociar sino que ETA tiene que desaparecer y en España hay que abrir el debate democrático sobre el derecho de autodeterminación de los vascos, catalanes, etc. Y por ese orden.

En fin, no estoy de acuerdo en nada de lo que dice el señor Sastre pero tiene derecho a decirlo (allá él con su conciencia) sin ser molestado por ello, mucho menos investigado, procesado o castigado. Aquí no hay amenazas sino el habitual tono quejumbroso, jeremiaco de quienes lamentan la cabezonería de las víctimas que no quieren ceder a las exigencias de los victimarios y entienden cuánta desgracia caerá sobre las cabezas de aquellas por no hacer lo que ellos dicen. Ese sindicato "Manos Limpias" que se querella contra todo lo que se mueve debe aprender que querellarse por cualquier cosa, hasta por el ejercicio de un derecho fundamental, en un Estado de derecho tiene un precio y corresponde a los tribunales determinarlo. La libertad de expresión del señor Sastre es sacrosanta porque, como decía Rosa Luxemburg, "la libertad de expresión es siempre la del que piensa de otra forma." Espero que no se repita la canallada a la par que la estupidez de lo que se hizo con De Juana Chaos, consistente en presentar como mártir a un deficiente moral.

(La imagen es una foto del álbum de fotos de la web de Alfonso Sastre y Eva Forest.

El discurso de Sarkozy.

El discurso de Sarkozy en Versalles ante el Congreso justifica en buena medida la pompa y el boato de que lo ha rodeado el presidente que, superando en esto a su modelo DeGaulle, se preparó un escenario real, en Versalles. Habiendo derogado la vieja norma republicana de que el Jefe del Estado no pudiera dirigirse personalmente a la Asamblea Nacional, M. Sarkozy reunió a las dos cámaras en el Congreso Nacional y les espetó un discurso de tres cuartos de hora sin esperarse luego a escuchar sus comentarios. Algo parecido hacía Franco cuando reunía las Cortes Generales: iba, hablaba y se largaba. Como el señor Sarkozy aunque en cutre.

Lo interesante de este discurso, sin embargo, aparte del cesarismo que respira la mise en scène, es, cosa rara, el contenido. Porque ha sido un discurso importante, con enjundia, digno de ser escuchado y de pensar sobre él. Vaya por delante que el señor Sarkozy suena en sus primeros compases igualito que el señor Zapatero: también él quiere cambiar el modelo productivo; también quiere ocuparse de los más desfavorecidos, como Zapatero de los que no reciben subsidio; también apunta a nuevos sectores de actividad económica que permitan salir de la crisis e igualmente tiene un discurso moralizante sobre ésta que ha sido posible gracias a la codicia de los seres humanos.

También es muy zapateriano el procedimiento: la intervención masiva del Estado, con incremento del gasto público a mansalva y recurso al déficit. Por cierto, lo mismo que se hace en los Estados Unidos, en Inglaterra, en Alemania... por doquier; no se hable de la China. Está clarísimo que la receta neoliberal del abstencionismo estatal ha fracasado estrepitosamente. De hecho, sólo queda el señor Aznar diciendo que hay que reducir el gasto público y poner al Estado en su sitio, que es ninguno.

Sarkozy ha abordado otros temas de cierto interés, como el del burka. No habrá burkas en las escuelas porque Francia es un país laico. Además, el burka no es un signo religioso sino un símbolo de subordinación de la mujer. Más claro, agua. Este M. Sarkozy es un hombre desconcertante: ha dado un giro de 180º en su programa electoral neoliberal de desmantelamiento del Estado del bienestar. Ahora todo se hace a través del Estado. Entre otras cosas, M. le President ha explicado a sus señorías que hay dos tipos de déficit: el malo y el bueno. El malo es el producido por la burocracia y los gastos de mantenimiento mientras que el bueno, el suyo, es producido por las inversiones productivas en los tiempos en que aun no son rentables; porque tanto él como el señor Zapatero ven la salida de la crisis para el año que viene. Es curioso estos franceses: nos copian y, al final, somos nosotros quienes tenemos que aprender de ellos.

(La imagen es una foto de azrainman, un arreglo del famoso cuadro de David, Napoleon cruzando los Alpes bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 22 de juny del 2009

Vaffanculo.

Los padres fundadores de los Estados Unidos tenían una desconfianza radical acerca del buen juicio de las masas populares a la hora de tomar decisiones. Por eso elaboraron una Constitución en la que el presidente de la República se elige de modo indirecto, a través de un colegio de electores que son, a su vez, elegidos por la gente. Con el paso del tiempo y a través de lo que los especialistas llaman una mutación constitucional esta elección del presidente ha pasado a ser directa de hecho, ya que el colegio electoral tiene el voto vinculado. Pero la cuestión es que los dichos padres fundadores desconfiaban del buen juicio del voto popular. De ahí que la llamada "democracia madisoniana" sea restringida en cuanto a la participaciónde la gente. Otros pensadores avanzados para su tiempo, antes y después de la revolución estadounidense también pensaban que el voto de la muchedumbre nunca será un buen criterio pues estará dictado por el atolondramiento o la demagogia. John Milton, si ir más lejos; o Immanuel Kant que imaginaba un sistema de "repúblicas" en el mismo sentido en que lo pensaban los constituyentes estadounidenses; o los liberales doctrinarios del XIX.

En nuestra época la mentalidad ha cambiado a favor de una concepción democrática irrestricta fundamentada en la soberanía popular basada en el sufragio universal. Los pueblos eligen a los gobernantes y son los únicos responsables de los gobernantes que eligen. Ha sido el caso del signore Silvio Berlusconi quien, desde que se decidió a entrar en política (cita de El Plural: He decido fundar un partido. Si no entro en política acabo en la cárcel o me arruino), hasta hoy ha sido dos veces presidente del Consejo de Ministros porque ha ganado sendas elecciones ya que la gente lo ha votado. Aquí hace muy al caso la famosa cita de George Bernard Shaw: "Democracy is a device that insures we shall be governed no better than we deserve." (La democracia es un método por el que es seguro que no se nos gobernará mejor de lo que merecemos) .La cuestión es que resulta muy crudo pensar que los italianos se merezcan el gobierno de un payaso que está en el poder para no verse entre rejas o como su amigo Bettino Craxi, exiliado en Túnez, para huir de la justicia en su país.

Este Berlusconi que gana elecciones en Italia por la volontà del popolo tiene un elemento componente histriónico muy elevado. Parece abrigar la idea de la política que comparten los empresarios y banqueros: algo poco serio en donde manda don dinero y los políticos son perfectamente intercambiables. Todo eso con una chocarrería que ya causa asombro en las cancillerías europeas. Para mayor divertimento il Cavaliere aparece ahora involucrado en aventuras con señoritas menores de edad y con prostitutas o asimiladas tanto en su posesión en el campo, Villa Certosa, en Cerdeña, como en su vivienda en Roma, il palazzo Grazioli en la vía del Plebiscito, al lado del palazzo Doria Pamphili. Por lo que dice alguna, el buen hombre se limitaba a contar chistes, a hablar de sí mismo, de su familia, de su mujer, hijos, nietos y a darse pisto; o sea, toda la fuerza por la boca. Pero otra dice que hubo lecho por medio. Más de lo que la Iglesia Católica puede soportar que siempre que aparece el sexo y no es pederastia se pone de los nervios. Ya están los obispos amonestando a Berlusconi. Por último, según se dice, aparece también la cocaína en estas juergas presidenciales en las que se mezclaba lo privado con lo público y aquí se cruza otro umbral de aguante del heroico pueblo italiano. Según cuentan los expertos, saber que Berlusconi tiene algo que ver con la droga desmoronaría a la derecha. Así que prefiere no saberlo. Pero si este Berlusconi, dueño de todas o casi todas las emisoras privadas de Italia (y de las públicas desde el poder) no consigue encandilar al pueblo, todo su esfuerzo por mantenerse por encima de la ley sería en balde. Piénsese, no obstante, qué Estado de derecho será el italiano en el que no es cierto que la ley sea igual para todos ya que, como se ve, algunos están por encima de ella.

En realidad existe un mecanismo muy sencillo de evaluación del grado de popularidad de Berlusconi al día de hoy: la abstención electoral en consultas plebiscitarias, de esas que promueve el leader con ánimo de que lo confirmen en el horizonte de la historia. Aunque el ruido que sus aventuras mediáticas producen casi lo oculta, hay hoy y ayer (días 21 y 22 de junio) en marcha en Italia un referéndum que el poder considera un plebiscito para reformar la normativa electoral italiana (bastante caótica, por lo demás), pasando de un escrutinio proporcional a uno mayoritario de hecho instituyendo una prima en escaños al partido más votado con el fin de conseguir mayorías que permitan gobiernos monocolores, no producto de coaliciones electorales. La reforma establece prima de mayoría para el Congreso y el Senado, igual que lo hacía la normativa electoral de la IIª República española (Decreto del Gobierno provisional y Ley de 1933), si bien no había Senado. En España el sistema fue un desastre porque fabricaba mayorías parlamentarias inexistentes y, mientras que el país real estaba dividido al cincuenta por ciento, el país oficial lo estaba al setenta y cinco/ veinticinco por ciento. Es posible que, de adoptarse en Italia, dé el resultado apetecido, de ir en busca de un bipartidismo de hecho pero también es posible que no se adopte la decisión porque, por ejemplo, el referéndum no funcione. Las bases requieren una participación mínima del cincuenta por ciento más uno y, claro, ganar en votos. A las diez de la noche de ayer, domingo, la participación estaba en torno al 14,6 por ciento en las tres peticiones: prima para el Congreso, prima para el Senado y prohibición de candidaturas múltiples. Si el referéndum fracasara por haber una participación inferior al cincuenta por ciento más uno, il signore Berlusconi debiera ir pensando en fijar el lugar de su residencia como retirado y los demás europeos podíamos empezar a recuperar el respeto por los italianos.

En el ínterin, mientras sigue este personaje, ha triunfado el movimiento Vaffanculo, dirigido por el cómico Beppo Grillo, que todo lector de Pinocho recuerda, orientado contra un sistema político como el actual, en petición de otro referéndum con tres reivindicaciones: 1) que ningún procesado judicialmente pueda presentarse; 2) dos mandatos; 3) listas abiertas. ¿Y si lo propusiéramos aquí?

(La imagen es un montaje de rogimmi, bajo licencia de Creative Commons).


ACTUALIZACIÓN A LAS 17:00

¡El referéndum es nulo! La participación no ha pasado del 22 por ciento, muy lejos del 50 + 1 por ciento necesario para su validez. Es una gran derrota para Berlusconi y su propósito de implantar el bipartidismo en Italia. Además, dada la diferencia que se aprecia entre los "síes" (berlusconianos) y los "noes" más la abstención, está claro que el apoyo activo al Cavaliere es bajísimo, en torno al 19/20 por ciento del electorado.

¡Enhorabuena a los italianos!

El traje que corta el señor Sastre.

En un artículo en Gara, titulado La prosa y la política, el dramaturgo español, abertzale radical y cabeza de lista de la candidatura Iniciativa Internacionalista, que no consiguió sacar diputado alguno en Europa se pregunta muy escandalizado: ¿Es verdad, en fin, que ustedes no se han dado cuenta todavía de que la solución de este conflicto, que tantos dolores acarrea, está en la posibilidad de una negociación? y se muestra atristado porque con tanta contumacia por parte española "nos esperarían y amenazarían tiempos de mucho dolor en lugar de la paz, que nunca se conseguirá, evidentemente, si lo que deciden ustedes es aniquilar a una parte mayor o menor de nosotros en esas nuevas cámaras de gas inspiradas por ese personajillo, Iturgaiz."

Bueno, él sabrá lo que nos espera y amenaza, ya que parece bien informado. Siempre lo estuvo. Pero quizá no encuentre él desmesurado que se le pida a su vez responder a una pregunta, él que las hace todas. Ésta en concreto: ¿cree de recibo, cree verosímil, cree que la gente apoyaría a un Gobierno español que propusiera negociaciones con ETA siendo así que ha habido tres y que las tres se han roto por voluntad de ese ente que unos consideran "organización armada" y otros "banda de asesinos" y que llama "negociar" a que se acepten sus peticiones y, si no, da una coz a la mesa? ¿De dónde saca él y de dónde sacan los estrategas de las pistolas la idea de que un futuro hecho de media docena de atentados al año en condiciones de ausencia política de buena parte de la izquierda abertzale en las instituciones es peor para el nacionalismo español que un escenario de bloque nacionalista planteando un referéndum de autodeterminación? Lo dicho: verdaderos genios.

(La imagen es una foto de http://www.larrabetzutik.org, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 21 de juny del 2009

El "conflicto".

¿Hay alguna sociedad sin conflicto? Si por conflicto entendemos cualquier situación en la que alguien pretende obtener algo que otro no quiere darle o alguien no quiere algo que otro pretende imponerle, la experiencia demuestra que el conflicto aparece con la humanidad misma y que hasta puede considerarse inherente al humano existir. Conflictiva es incluso la propia condición individual pues ¿acaso no estamos los seres humanos perpetuamente en pugna con nosotros mismos? ¿No somos el territorio en el que libramos nuestras más denodadas luchas para mejorar o empeorar, en definitiva, para ser distintos o perseverar en nuestro ser contra fuerzas adversas?

Hace unos días que falleció Ralph Dahrendorf, uno de los principales representantes de la teoría del conflicto como clave explicativa de la Sociología. Entre nosotros, el más destacado es Salvador Giner. Los teóricos del conflicto (Marx, Coser, Lipset, amén de los citados) sostienen que el conflicto es el rasgo característico de la sociedad. Y una simple ojeada en torno nuestro prueba que, cuanto más avanzada y compleja es ésta, más y más complejos son los conflictos que la dividen y enfrentan internamente. Decir sociedad es decir conflicto; decir vida misma es decir conflicto. Sólo la perspectiva de la entropía máxima permite visualizar la ausencia del conflicto, que es la muerte. Las sociedades sobreviven a base de administrar los conflictos en su seno. A veces, estos pueden resolverse; a veces, no. En tal caso, las sociedades avanzadas establecen mecanismos que los canalizan civilizadamente, de forma que mitigan o anulan su potencial destructor.

Siendo así lo anterior, ¿qué sentido tiene que haya gente que pretexte la existencia de un conflicto (añaden "político", como si esto explicara algo) para aclarar si no justificar los atentados y asesinatos perpetrados por unos delincuentes en el País Vasco? ¿Acaso es la única sociedad en la que se da un conflicto? ¿Acaso la sociedad vasca no tiene más conflicto que éste? La obvia respuesta en ambos casos es "no". Ya se ha dicho, todas las sociedades tienen conflictos y varios, generalmente solapados: conflictos de clase, de género, de hábitat (rural/urbano), confesionales, de edad, de etnias, etc. Y, por supuesto, en la sociedad vasca también hay varios conflictos, uno de los cuales es el que se da entre vascos partidarios de la independencia y vascos que no lo son.

A título de breve digresión diré que la frecuente calificación del conflicto vasco como "conflicto entre Euskadi y España" es un intento de falsear los datos; el "problema vasco" no es única ni siquiera principalmente un "problema español" sino ante todo y sobre todo un "problema vasco" o un "problema entre vascos".

En Euskadi, por tanto, como en todas partes, hay varios conflictos y todos se resuelven o se institucionalizan con bastante éxito. ¿Por qué no el conflicto nacional? Cabría pensar que porque éste, por su naturaleza, no es susceptible de institucionalización ni de solución pacíficas sino que sólo puede solventarse a tiros y mediante la imposición absoluta de una parte sobre la otra. Pero esto no es cierto porque, aunque haya sociedades en que se da tal forma de encarar el conflicto nacional, como Irlanda (y aun aquí el asunto es muy dudoso ya que se mezcla un elemento religioso que todo lo confunde), hay otras, y son más, en las que estos conflictos se canalizan pacíficamente, como en el Canadá, en Italia, en Inglaterra, en Bélgica, y, más cerca todavía, en la misma España, en Cataluña.

Afirman los pistoleros de ETA y quienes los "comprenden" en la izquierda abertzale, que el problema en Euskadi es que una de las partes se niega a reconocer la existencia del famoso conflicto, lo cual vendría a explicar por qué es preciso demostrárselo a bombazos. Aunque fuera verdad este aserto -que no lo es- ¿son precisos los bombazos para hacerse notar? ¿No basta con hablar? Pero es que, además, ese punto de vista es falso. Nadie en su sano juicio puede negar la existencia de un conflicto allí donde por su causa hay muertos, presos, secuestrados, extorsionados, amenazados y afectados de mil formas. Lo que sucede es que, por mor de la simplificación, algunas personas dicen que "no hay conflicto alguno" cuando quieren decir que no están dispuestas a admitir que pueda encararse bajo la amenaza del terror. Lo cual no solamente es comprensible sino encomiable. Quienes aseguran que (por la razón que sea) un conflicto sólo puede resolverse a tiros muestran una forma de razonar típicamente totalitaria ya que al arrogarse la razón última, absoluta, tratan de imponerse por entero a la otra parte (así como a los intermedios, indiferentes, dubitativos, etc) estableciendo un orden social sin conflicto, es decir, muerto.

(La imagen es un cuadro de Vasily Vereschagin, titulado La apoteosis de la guerra (1871) que se encuentra en el Museo Tretiakov, en Moscú.)

Cura de humildad.

Cuando estemos a punto de pensar qué importantes somos y cómo nuestros asuntos son los asuntos esenciales de la Humanidad, se puede echar una ojeada a la situación del planeta pinchando en la imagen de la izquierda o en el Reloj del mundo. Las cifras producen vértigo. Todas: las de población, las de medio ambiente y emisión de CO2, las de crímenes, alimentos, energía, muertes. Cada segundo nacen algunos y mueren otros, o sea que no es posible saber cuántos somos salvo aproximadamente: seis mil millones setecientos cincuenta y dos millones quinientos diecinueve mil trescientos sesenta y cinco. Y al terminar de decir la cantidad ya somos más. Hagan la prueba. La cosmópolis se ha hecho realidad en la aldea global, convertida en una hipermegalópolis.

Gracias, Pilar.

Sobre las mujeres.

Entre los comentarios de la entrada de ayer, que agradezco mucho, incluidos los inamistosos, hubo uno que comparaba las muertes por atentado terrorista con la matanza de mujeres en nuestra sociedad que me llamó la atención y pensé referirme a él hoy. En el ínterin hubo un comentario de "Ximo" que me ahorra la tarea puesto que viene a decir lo mismo que pienso yo, matiz arriba, matiz abajo; así que a él remito.

(La imagen es un cuadro del Tintoretto titulado La violencia de Tarquino, que se encuentra en el Museo del Prado).

dissabte, 20 de juny del 2009

ETA y sus epígonos.

Entre ETA y parte de la llamada izquierda abertzale hay una división del trabajo: unos asesinan y otros justifican los asesinatos. En tiempos de escasa actividad terrorista, normalmente debida a la eficacia policial, ETA aviva el frente político y la dicha izquierda se hace más vociferante, organiza variadas formaciones políticas y se presenta a elecciones. Aprovechando el sosiego civilizado de que se disfruta en tales momentos, los integrantes de ese frente, correveidiles de ETA, tratan de confundir a la opinión pública mezclando reivindicaciones independentistas con especiosos ergotismos sobre si se debe o no condenar esta o aquella violencia en nuestras sociedades, haciendo distingos que tratan de enmarañar las opciones morales ciudadanas a fin de justificar la actividad asesina: que si la violencia estructural, que si la de parte o la legítima defensa, cuando de lo que se trata es de justificar violencia de partido, de la manga de asesinos.

El argumento que más emplean los epígonos de ETA es el marcademente hipócrita de que lamentan el derramamiento de sangre pero que no se puede condenar una sola de las manifestaciones de la violencia (la que se ve y se padece; las otras pueden ser hasta imaginarias) ya que la situación es una madeja de ellas en la que unas son legítimas respuestas a otras, poniendo así en el mismo plano la violencia de una cuadrilla de asesinos con la que ejercen las instituciones democráticas en la organización de la normal convivencia. Aseguran que están deseando que se termine este enfrentamiento, cosa que sucederá por ensalmo cuando se negocie con los pistoleros y se ceda a sus exigencias. ¿Acaso no es su actividad criminal el lamentable resultado de la obstinación del “sistema” incapaz de ver cómo la razón de la historia asiste a los asesinos? ¿No son las propias víctimas las culpables de su destino por ponerse en el camino de la lucha por la emancipación determinada normalmente por un puñado de granujas y sinvergüenzas? ¿No clama la nación inventada por el derecho a imponerse a sangre y fuego incluso contra el deseo expreso de muchos de los que quieran o no forman parte de ella?

Otras veces los epígonos se encuentran en paro forzoso bien porque no consiguen burlar las previsiones legales para poner en pie alguna de sus organizaciones (a pesar de la generosa ayuda que les presta una parte de la izquierda española que no sabe literalmente en dónde está el norte) o bien porque pierden las elecciones como acaba de suceder con la flamante Iniciativa Internacionalista. En tal caso y si las condiciones lo permiten (que hay mucha represión policial en marcha), los asesinos cometen otra fechoría, con lo que persiguen dos objetivos, uno de extorsión y otro de intimidación. El de extorsión consiste en recordar al “sistema” y a los Estados español y francés que hay un “conflicto político”, definido en los términos caprichosos de los terroristas y que no se podrá resolver en tanto no se satisfagan sus peticiones, como bien se ha encargado de recordar la obediente y servicial izquierda abertzale en unas declaraciones exculpatorias del último atentado de ETA. El fin de intimidación consiste en recordar a los valedores de los terroristas quién tiene la última palabra de la estrategia “emancipadora”, no vayan los políticos a creer que son tan importantes como los asesinos y olvidar que su función no es marcar el camino sino justificar los actos criminales, pechar con lo que venga y encontrar “razonamientos” que legitimen el recurso al asesinato.

Porque por más ergotismo y falacias que se empleen la pregunta es muy simple: ¿qué justifica seguir asesinando en una sociedad democrática en la que son defendibles y, atendiendo al principio mayoritario, materializables todas las opciones políticas, incluidas las independentistas? Nada, razón por la cual los epígonos de los terroristas falsean la realidad sosteniendo que ésta no es una sociedad democrática, sin duda porque prefieren otra que se rija por las normas particulares de una banda de canallas que ponen bombas-lapa o disparan a la nuca de personas. Todavía más claro: ¿cabe recurrir a la violencia para defender objetivos políticos? Hay un acuerdo prácticamente universal en que no. Hasta la derrotada candidatura de Iniciativa Internacionalista en las pasadas elecciones europeas confesó un día que no y al día siguiente que sí. Lo cual da la medida del nivel intelectual y la abyección moral de estos epígonos del terrorismo. El último asidero de ETA.

(La imagen es una foto de kontrainformatu, bajo licencia de Creative Commons).

Glosas a las reacciones.

El asesinato de Eduardo Puelles ha dado lugar a una cadena inusitada de reacciones, algunas muy significativas. Paso a comentar las que más me lo han parecido por una u otra razón:

  • La llamada Izquierda abertzale, la voz de su amo, ha culpado de la muerte, como siempre, a la víctima y a las instituciones democráticas y ha vuelto a enunciar el trágala de que haya negociaciones cuando son sus jefes los pistoleros quienes se las cargan. Así se aseguran de que el siguiente no será uno de ellos.

  • Aralar por boca de la parlamentaria Aitzane Echenarro condenó el atentado y pidió a la izquierda abertzale que rompa el silencio. Es pedir peras al olmo de la cobardía, pero tiene un enorme valor en todos los sentidos porque socava la ùltima brizna de legitimidad que quedaba a los voceros de los asesinos. Claro que así Aralar entra ahora a formar parte de los posibles objetivos abatibles por los pistoleros.

  • Joseba Egibar ha dicho que "quien quiera apostar definitivamente por vías políticas alce la voz y le diga a ETA qué es lo que tiene que hacer." Podía ser un poco más claro pero se agradece que condene y recuerde en dónde está hoy el problema: en la cobertura que la izquierda abertzale presta al terrorismo. Un paso más y él también pasará a ser abatible por la santa ira de los del "conflicto".

  • Iñigo Urkullu dice que no hay que hacer valoraciones políticas y que es el momento de mostrar la solidaridad con la familia. Es una prueba de la más típica ambigüedad del PNV, como si Puelles no hubiera muerto asesinado por razones políticas sino víctima de un accidente de coche en una autopista. Urkullu puede dormir tranquilo pues los pistoleros no tienen queja frente a esta reacción. Al contrario: es lo que buscan.

  • Rosa Díez sostiene que han matado a Puelles "por no matarnos a nosotros". Esta señora podía dejar de pensar por un momento en las elecciones y abandonar el narcisismo en algunas ocasiones. La presente sería una muy señalada y todos se lo agradeceríamos.

  • Joan Ridao muestra su repulsa más enérgica y dice que ETA "sigue a la desesperada queriendo marcar la agenda política." Ridao y ERC son la prueba más valiosa del carácter irracional y asesino de ETA y sus correveidiles pues prueban que en España se puede ser independentista sin padecer merma alguna en los derechos civiles, políticos o de ningún tipo. Basta con no matar. Claro que así Ridao y los suyos también pasan a ser objetivo posible de los pistoleros.

  • Mariano Rajoy ha apoyado al Gobierno y aplazado una semana el acto previsto en Valencia. Lo primero es muy importante y merece encendido aplauso; lo segundo no tanto porque es admitir que lo que haga ETA condiciona el calendario de los demócratas.

  • Patxi López condena el atentado y convoca una manifa de repulsa para hoy. Lo primero bien y lo segundo no tanto. El Gobierno está para gobernar. Las manifas deben convocarlas las fuerzas sociales y/o políticas.

  • El País en su editorial de hoy, titulado Uno de los nuestros pone inadvertidamente el dedo en la llaga: el asesinado era "uno de los nuestros" para Patxi López, obviamente no para sus asesinos, manga de racistas para quienes un López o un Puelles jamás podrá ser "uno de los nuestros".


    (La imagen es una foto de Daquella manera, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 19 de juny del 2009

Conversación en el año 2109.

-Pues sí, mis queridos señores, hoy hace cien años que el Senado de los Estados Unidos pidió públicamente perdón por los de la esclavitud, más o menos desde 1616 a 1865 y, luego, los de la segregación y las leyes de Jim Crow que estuvieron en vigor hasta los sesenta del siglo XX y hubo mucha gente que celebró el momento como de especial significado y peso en la sociedad.

-Es que lo tuvo. El Reino de España todavía no ha pedido perdón por las canalladas que hizo en América desde la conquista.

- No es lo mismo.

- ¿No? Bueno, los españoles, además de estar metidos en la trata hasta los corvejones ya venían de cometer genocidio con las poblaciones amerindias desde el siglo XVI.

- Pero no se puede negar que la Escuela de Salamanca reconoció desde el principio que los indios tenían alma. El padre Vitoria, sin ir más lejos...

- Unos curas criticaron y se opusieron. Otros, los más, aplaudieron y se beneficiaron. El mismo padre Las Casas, protector y propagandista de los indios, proponía resolver el problema de su escasez recurriendo a esclavos negros. Idea de la que se arrepintió posteriormente. Pero, a los hechos, la llamada "Conquista y civilización" (que no digo que no lo fuera: la civilización, como la letra en las escuelas autoritarias, "con sangre entra") consistió en esclavizar primero a los indios y, habiendo exterminado a estos o reducídolos a pequeñas comunidades en lo profundo de las selvas o lo arriscado de las piedras milenarias, a los negros. Y nadie ha pedido perdón.

- Pedir perdón, pedir perdón: qué manía. Condenar, condenar. ¿Eso qué es? Eso, que lo hagan los jueces. Nosotros somos hijos del tiempo pero no tataranietos.

- O sea, que no hay que pedir perdón ni condenar.

- Los de izquierda, verdaderos artistas del retorcimiento intelectual, te dirán que según y cómo y qué dependiendo de qué lado de la necesidad de la historia caiga la petición de perdón y qué eficacia tenga en la lucha por la emancipación universal, cuyo programa depende de lo que piense una secta de iluminados que se creen mejores que el resto de los mortales y sólo son más estúpidos. Son preferibles los de derecha que dicen: francamente, no. Además, eso de la memoria, el pasado, etc no interesa a los españoles. A los españoles les interesa el paro, los beneficios sociales, etc..

- Pero no el pasado. No su pasado.

- No. Dejad que los muertos entierren a los muertos...

- Claro y la Iglesia tampoco pide perdón ni condena.

- Ya ves, la Iglesia, siempre sabia, pidió perdón por lo de Galileo.

- Y Savonarola y Bruno. Sí, la Iglesia pidió perdón en los asuntos de controversia de la fe pero, al final, siguió beneficiándose de la institución de la esclavitud.

- No se implicó directamente en ella. Convivió con ella y sólo la condenó hacia 1839, en tiempos de Gregorio XVI . De ahí venía la dificultad que los españoles conocían muy bien. Querían condenar la barbarie del pasado, de la que procede el presente, pero sin reconocer la maldad de ese presente.

- Eso es lo que arreglaron astutamente los yanquies: condenaron la trata de negros, pidieron perdón por haberla instituido y desarrollado y por los sufrimientos que acarreó a la población afroamericana, pero expresamente negaron que dicho reconocimiento o petición pudiera servir para fundamentar medidas de resarcimiento de los descendientes de las víctimas.

- Así lo hicieron también los españoles cuando negaron que la memoria histórica sirviera para justificar cualquier procedimiento de resarcimiento..

- Pero eso resta todo valor al arrepentimiento y la petición de perdón.

- Sí, eso es lo que dicen muchos, que la petición de perdón meramente simbólica, que no abre camino al ejercicio del derecho a la compensación, no sirve de nada, que es un gesto vacío. Sin embargo, todo se andará.

(Las imágenes son grabados del sigloXIX. La primera representa un castigo impuesto a un esclavo negro fugitivo. La segunda es un anuncio de una venta pública de negros en Charleston. La traducción reza: "El próximo martes, 6 de mayo, a bordo del buque Isla Bance, en el muelle Ashley SE VENDERÁ un cargamento de unos 250 NEGROS escogidos y en buena salud recién llegados de las Costas Windward y del Arroz. Se han tomado y se seguirán tomando todas las precauciones para evitar el menor peligro de que se infecten de VIRUELA puesto que ningún barco ha abordado el buque y este no ha estado en contacto con nadie de Charles Town.- Austin, Laurens y Appleby.N.B: La mitad de los negros susodichos ya ha pasado la viruela en su propio pais".)