dimarts, 24 de juny del 2008

Menos mal que no había crisis.

No por cierto. La semántica gubernativa es prolija. Primero hubo una "desaceleración" y el crecimiento del PIB futuro se apeó del tres y pico por ciento. Luego el fenómeno se hizo francés, pasó a ser una "ralentización" y el aumento del PIB previsto se situó en un 2,3%. Más tarde, la cosa se llamaba "frenazo", incluso un "fuerte frenazo" (todavía no batacazo, ups) y el porcentaje del PIB se quedó en el 2%. Finalmente, ayer, en el Consejo Económico y Social, el presidente señor Rodríguez Zapatero, habló de "deterioro" y vaticinó un crecimiento del PIB de menos del 2%. No sé cuál será el próximo hallazgo, quizá "tropezón" o "traspiés" o "estrangulamiento". La obstinación, que empieza a parecerme algo patológica, en no hablar de "crisis" o "recesión" agudizará el ingenio de los gobernantes. Una prueba más de que toda creatividad tiene un punto de locura.

Nunca fue tan clara la distancia entre la España real, que habla de "crisis" y la España oficial, que se niega a hacerlo. Argumenta ésta que para hablar de "recesión" (y, por supuesto, crisis) hay que tener eso que se conoce con el eufemismo de "crecimiento negativo" un par de trimestres. Hay que ser precisos y rigurosos en los términos, sobre todo cuando nos conviene. Nada de brujulear por el léxico. Pero la gente, la gente normal, se obstina en hablar con metáforas: una vez que se ha establecido una tendencia (en este caso a la baja) y que sólo es cuestión de poco tiempo para que la evolución alcance la situación que se teme, nombrar lo que hay por lo que va a ser ahorra tiempo y quebraderos de cabeza: crisis, recesión, estancamiento con inflación (o stanflation) es lo que nos espera. El señor Rodríguez Zapatero lo llamará como quiera pero los datos que dio ayer no ofrecen lugar a dudas: si el PIB crece por debajo del 2% (por debajo de la raya de creación de empleo) y la inflación va a seguir siendo alta, el asunto es estancamiento con inflación; o sea, crisis.

Da la impresión de que el Gobierno no ha calibrado bien el panorama. Y no me extraña a la vista del cacao del señor Presidente con algunos datos. Ayer soltó la esperada primicia de que, para hacer frente a este frenazo/ralentización/deterioro, entre otras cosas, se reducirá en un 30% la oferta pública de empleo y así lo publicó la prensa. Horas después, la misma presidencia del Gobierno corregía a su jefe máximo, diciendo que el recorte sería del 70%. Algunos comentaristas se felicitan de que el señor Rodríguez Zapatero haya reaccionado por fin y decidido ponerse a la tarea de resolver el aciago presente. Ciertamente pero conviene que sepa de qué habla porque confundir un 30% con un 70% es demasiado confundir. Si "ponerse al frente" consiste en comparecer en público proclamando una inquebrantable confianza en la capacidad del país para superar el bache y ganar la Eurocopa, y recitando unos papeles que no se han visto ni por el forro, es mejor que o bien él se ponga al frente de otra cosa u otro se ponga al frente de ésta.

Las medidas que el señor Rodríguez Zapatero ha anunciado para hacer frente a esta innombrable situación producen perplejidad porque están tomadas del recetario neoliberal más exquisito. La reducción de oferta pública de empleo, la congelación de sueldos de los altos cargos (¿por qué no la supresión de los que sobren que son bastantes?) y el tope al gasto público corriente significa que de políticas expansivas keynesianas, naranjas de la China. La reducción del gasto público, la generosa financiación de las empresas, las múltiples subvenciones al consumo y el muy probable intento de congelación de salarios (¡en tiempo de inflación!) responde a un espíritu neoliberal al lado del cual el señor von Hayek es un correoso socialdemócrata. Una receta que no resolverá nada, pero permitirá que el capital capee la mar gruesa mientras el problema se resuelve solo a costa de los asalariados, los pensionistas, los hipotecados, los de abajo, como siempre. Sabia medida porque, teniendo a mano fórmulas que ya dieron resultado antaño, ¿a santo de qué meterse en dibujos hogaño?

¿Alguien ha hablado no ya de contener los beneficios de las empresas sino de destinar por ley parte de ellos al relanzamiento económico? ¿No puede el Banco de Santander dedicar parte de los 10.000 millones de euros de beneficios a inversiones que generen empleo? No, de eso no habla nadie.

(La imagen es una foto de guillaumepaumier, bajo licencia de Creative Commons).

Medio Evo.

El domingo se sublevó el cuarto departamento díscolo de Bolivia, que aprobó con un 80% del voto emitido válido (abstención, entre un 30% y un 60%) un estatuto de autonomía en la la línea de los de Santa Cruz, Beni y Pando, que dejan en manos de las autoridades departamentales la gestión de los recursos locales. Para el próximo otoño tiene referéndum previsto en el mismo sentido el departamento de Cochabamba con lo que el país se habrá dividido en dos: los departamentos ricos, los de la oligarquía y las grandes empresas, que quieren separarse del Gobierno central y los departamentos ordinarios, más pobres y de mayoría indígena que lo respaldan.

El gobierno del señor Evo Morales ha declarado ilegales los referéndums citados, pero no parece haber estado en situación de impedirlos. Es de esperar que el Gobierno español sea más eficaz a la hora de frenar la "consulta" (más eufemismos, quiérese decir "referéndum") del señor Ibarretxe que tiene muchos parecidos con las de los departamentos frondeurs de Bolivia: zona rica que quiere separarse de la chusma indígena si bien aquí coadyuva una izquierda local señoritinga. Con su proyecto de Constitución atascado (puede verse un análisis del proyecto en mi post Las dos Bolivias) y en una situación difícil, el señor Evo Morales ha convocado un referéndum sobre su continuidad en el cargo de Presidente de la República para el próximo 10 de agosto. Está seguro de ganarlo y así será pues sólo cabe la revocación si el "no" supera el 54% de la votación "sí" en la pasada elección presidencial. Los prefectos de los cuatro departamentos secesionistas ya han anunciado que ellos se descuelgan de la consulta que consideran tan ilegítima como el proyecto de Constitución indigenista.

Es posible que el presidente Morales tenga razón y que la gran mayoría respalde su gestión así como su revolución indigenista de izquierda. La idea que subyace a esta propuesta es la de la democracia como puro agregado de voluntades individuales. Sin embargo, guste o no, los sistemas democráticos son poliárquicos y en ellos, además de la voluntad del electorado (el juego de la mayoría y la minoría) opera la de otras instancias, empresas, corporaciones, asociaciones, iglesias, sindicatos, etc que interfieren en el funcionamiento de la democracia plebiscitaria y muchas veces de modo muy eficaz, por ejemplo, descapitalizando el país, como sucedió en Francia cuando Mr. Mitterrand ganó las elecciones (o, sea, obtuvo la mayoría) en 1981, aplicó una política económica keynesiana para salir de la crisis y el capital, asustado, emigró a otras latitudes más bonancibles.

Me da la impresión de que al señor Morales le falta respaldo y fuerza para llevar adelante su proyecto de una revolución dual, izquierdista a la par que indigenista, que no ha calibrado bien sus fuerzas frente a las de la oligarquía criolla y sus seguidores ni tampoco la presión que distintas instancias internacionales (desde los Estados Unidos a la Unión Europea) pueden ejercer sobre su empobrecido país. Tengo para mí que al final el señor Morales habrá de llegar a un consenso, a un acuerdo pactado con las oligarquías de los departamentos secesionistas. Dicho de otra forma, tendrá que arrumbar su programa máximo y sustituirlo por su programa mínimo, si lo tiene. Los programas máximos piden la unanimidad. Cuando sólo se tiene una mayoría del 54% hay que ir a las medias tintas.

(La imagen es una foto de Jaume d'Urgell, bajo licencia de Creative Commons).

¿Publicidad libidinosa?

Durante unos días, los usuarios de correo electrónico de Yahoo! pudieron ver esta imagen que, se supone, es publicidad de una empresa llamada Flycell. Haciendo el consabido click (no aquí), al parecer, cabe descargarse imágenes de tías imponentes al tiempo que se consigue algún tipo de ventaja en la contratación del móvil. La invitación es bien clara: poner en marcha el ventilador para ver el culo a la chica. Francamente, no sé cómo encaja esto en las abundantes recomendaciones sobre carácter no "sexista" de la publicidad, la denigración del cuerpo femenino, su mercantilización y otras consideraciones muy a la orden del día. ¿Es aceptable esta publicidad? Y ¿por qué no poner a la chica de frente, aplicar el ventilador y que se le vea el coño? Está claro: porque se supone que, por detrás, se sorprende su buena fe, se abusa de ella, cosa que sería más difícil por delante pues, salvo aplicación de violencia (nunca descartable con gente que hace estas cosas), lo más probable es que no se deje. Así que esta publicidad consiste en un abuso. Asunto oscuro y complejo. En principio, toda censura es detestable. Ya se ejerce alguna con diversos pretextos que la mayoría encuentra aceptables: respeto a la verdad (prohibición de publicidad engañosa), protección de la infancia, prohibición de publicitar sustancias estupefacientes o simplemente adictivas (como el tabaco y el alcohol), prohibición de contenidos machistas, racistas, xenófobos, discriminatorios... ¿Cabe este anuncio en alguno de estos supuestos?

Lo primero que se me ocurre es preguntarme a quién va dirigido. Según parece, a un público joven, con independencia del género puesto que éste no es, en principio, relevante a la hora de consumir telefonía móvil. Por eso me he parado a imaginar qué efecto podría tener una imagen similar pero de un muchacho al que se pudiera bajar unos pantalones cortos para verle el culo o la polla, según estuviera de espaldas o de frente. Supongo que el mismo, aunque no estoy seguro. Así que lo irritante de la imagen de la chica no es lo que invita a hacer sino que sólo sea imaginable tratándose de una chica. Si fuera normal la alternancia no resultaría tan chocante. ¿Por qué, sin embargo, no es normal? Si no es por la diferencia de la capacidad adquisitiva del público al que se orienta (target dicen los "creativos" pedantes), ¿podrá ser por los prejuicios aún imperantes en la sociedad machista? ¿Por los prejuicios también machistas de los publicitarios? ¿Por las diferencias importantes entre chicos y chicas, hombres y mujeres a la hora de manifestar la curiosidad y el interés en este eterno juego de la sexualidad?

dilluns, 23 de juny del 2008

Vencedores y vencidos.

Terminó el congreso del PP y los compromisarios tuvieron tiempo para regresar a sus casas, a contemplar cómo la selección española rompía el maleficio al que parecía condenada de no pasar de cuartos de final. Muchos lo habrán visto como un buen vaticinio también para el partido en el futuro, igual que los augures y arúspices de la Antigüedad interpretaban el vuelo de las aves o las entrañas de las víctimas de los sacrificios para predecir qué suerte o destino aguardaba al empeño que estuviera poniéndose en marcha.

A partir de hoy se estrena un nuevo PP que viene con renovación de dirigentes y un discurso más moderado y matizado del que tenía por costumbre. El tantas veces anunciado y nunca culminado "viaje al centro". Sale de un congreso en el que ha habido un duro ajuste de cuentas, y se ha librado la penúltima batalla de una enconada contienda que comenzó la noche del nueve de marzo pasado. Es verdad que todo se ha hecho en medio de un mar de sonrisas, felicitaciones y buena educación, excepto en las intervenciones del señor Aznar, plagadas de gestos desagradables, groserías, displicencias y alguna que otra chulería. El resto, tanto si se trata de quienes han salido perdiendo como ganando, ha sabido guardar las formas y mostrar cierta elegancia, facetas ambas muy deficitarias en el caso del expresidente del Gobierno de España.

Porque unos han ganado y otros han perdido; ha habido vencedores y vencidos. El primer vencedor de cuya victoria dependen las demás es el señor Rajoy a quien el sector ultra del partido venía haciendo la vida imposible, tratando de echarlo de la Presidencia del Partido y, de no poder, obligándolo a seguir haciendo la política que le marcaba la vieja guardia aznarina desde los cargos importantes. Vencedor ha sido, y muy significado, el señor Ruiz Gallardón quien en su larga pugna con la señora Aguirre llevaba algún tiempo encajando derrotas en su intento de postularse como sucesor del señor Rajoy. Vencedor igualmente, aunque ya meramente simbólico, el señor Fraga Iribarne, exministro franquista y fundador de partido con otras siglas. Por último, vencedora la pléyade de relativamente jóvenes de que se ha rodeado el señor Rajoy para mostrar un cambio generacional del partido con excepción de él mismo.

Entre los vencidos debe contarse en lugar destacado al señor Aznar quien, tras intrigar cuanto pudo en estos tres últimos meses a favor de las tesis más extremas del PP y en nombre y defensa de quienes trataron de boicotear al señor Rajoy, se presentó en el congreso con aspecto de latin lover de peli del neorrealismo italiano con un discurso consistente en dos líneas: no hay más política que la suya y quien lo dude merece las penas del infierno. Una derrota paliada por el hecho de haber colocado a su señora (cuyos méritos políticos no conyugales son un misterio) en el órgano ejecutivo del partido, como submarino y espía del sector ultra. Vencida asimismo ha sido la señora Aguirre, a quien no se ha nombrado nada en el equipo directivo y algunos de cuyos bravos mosqueteros han medido la longitud de la calle con los traseros. Derrotados, derrotados y muy amargados han quedado los hombres de Aznar, que llegaron a creer que el reinado de éste (1996-2004) tendría duración eterna o cuando menos los chollos que procuraba.

Pero los más derrotados en el Congreso son los periodistas de extrema derecha, el locutor señor Jiménez Losantos y el señor Ramírez, director de El Mundo que creían tener vara alta en el PP, acostumbrados como estaban a dictarle su comportamiento, su estrategia parlamentaria, su política de comunicación y hasta la provisión de sus cargos. Es dudoso que se resignen al ocaso de su poder pero aun lo es más que puedan volver a influir en la vida política española de modo tan decisivo como lo hicieron en la pasada legislatura merced a la división del trabajo que tenían con el PP por la que éste planteaba en el Parlamento cualquier bulo, rumor o simple invención que propalaran la radio de los obispos o El Mundo que al día siguiente hacían de caja de resonancia del debate parlamentario del que tenían información de primerísima mano porque lo planificaban con los dirigentes populares pues todo lo hacían de consuno. Eso se ha acabado.

Los vencidos, la banda de los cuatro, Aguirre, Acebes, Zaplana e Ignacio Conzález, volverán una y otra vez a la carga y mantendrán la actitud de hostilidad hasta las próximas elecciones autonómicas vascas en este otoño. Luego, ya se verá. Lo que parece conjurado, al menos de momento, es el peligro de una escisión del partido.

(La imagen es una foto de Chesi FotosCC, bajo licencia de Creative Commons).

Más en contra de la directiva europea de inmigración.

A propósito de la directiva canalla sobre la inmigración recientemente aprobada por el Parlamento Europeo con el voto favorable de dieciséis eurodiputados socialistas españoles leo en InSurGente que Chávez puede cortar el suministro de petróleo a Europa. En el mismo medio leo que los países del Mercosur en América Latina han condenado enérgicamente esa directiva de la vergüenza.

Tengo escasa simpatía por el señor Chávez, que no me parece de recibo, pero en esta ocasión aplaudo su actitud. Igual que aplaudo la de los delegados de Mercosur. Estos países poseen toda la fuerza moral que les da el hecho de que en buena medida son producto de la inmigración, la mezcolanza, el mestizaje, algo positivo para toda sociedad y a la que ninguna que no esté ciega debe renunciar.

Pero además del argumento pragmático para ir en contra de la citada directiva se da el moral tradicional, el más humilde y más potente, la llamada "regla de oro" de todo sistema ético, la que se repite siempre en cualquier lugar y momento de la historia de la humanidad como especie planetaria, la que reza: "No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti." Con eso basta. No es necesario ponerse a recordar que los inmigrantes en Europa, legales o ilegales, son seres humanos y sus derechos (también humanos, no meramente cívicos), como la libertad de circulación o el derecho a un juicio justo, deben respetarse.

¿Es que ninguno de los dieciséis criptofascistas del PSOE que votaron esa ignominia (por cierto, rompiendo la disciplina de voto del Partido de los Socialistas Europeos) se acuerda ya de los campos de prisioneros de Franco? ¿Tampoco de cómo los españoles republicanos encontraron acogida en los países latinoamericanos? ¿Ni de los cientos de miles de españoles que en los años sesenta del siglo XX salieron a trabajar a Francia, Alemania, Bélgica, etc? ¿No tienen sentido de la dignidad ni vergüenza? No soy vengativo pero confieso haberme entretenido con la fantasía de ver qué harían estos dieciséis desalmados si se vieran en la necesidad de buscarse la vida en otro país y se encontraran con que los encerraban en un campo de internamiento hasta año y medio sin juicio justo, sin garantías, sin los más elementales derechos; como animales.

Lo dije en el post de ayer: ¿por qué no dimiten? Añado hoy: ¿por qué no se pasan al PP? Más que nada por saber a qué atenernos.

(La imagen, el campo de concentración de Dachau, es una foto de Voj, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 22 de juny del 2008

Principios permanentes e inalterables.

La Ley de Principios del Movimiento Nacional de 17 de mayo de 1958, en su artículo 1º decía: "Los principios contenidos en la presente Promulgación, síntesis de los que inspiran las Leyes fundamentales refrendadas por la Nación en 6 de julio de 1947, son, por su propia naturaleza, permanentes e inalterables." Ahí siguen. Con razón se escandaliza el señor Rajoy y se pregunta "Pero ¿en qué cabeza cabe que vamos a cambiar nuestros principios?" Pues, según parece, en un respetable porcentaje de cabezas de los asistentes al congreso, que varía según quien haga el cálculo (15,4% según Público y 21,2% según El Mundo) pues aquí se politizan hasta las matemáticas.

El señor Rajoy, que todo cuanto tenía de ogro comeñinos en la legislatura anterior lo tiene ahora de oblato franciscano, ponía énfasis al afirmar que pensaba cambiar formas pero no fondos. Alguno asomó, viejo familiar en el discurso rajoynico, como el carácter indiscutible de la nación española. Francisco Franco Bahamonde, Caudillo de España, consciente de su responsabilidad ante Dios y ante la Historia, en presencia de las Cortes del Reino, dejó dicho entre otras principalísimas cosas que "la unidad entre los hombres y las tierras de España es intangible" y que la Nación española está "constituida por las generaciones pasadas, presentes y futuras". ¡Futuras! No estoy haciendo comparación indebida alguna entre Franco y el señor Rajoy. Imagino que todo aquel que interviene en política tiene principios. Pero lo habitual no es andar presumiendo de ellos porque, cuando lo es, ya es mala señal. El principio más destacado afecta siempre a la Patria que es indiscutible, incuestionable y como un Moloch que devora a las generaciones futuras, obligadas a formar parte de la nación española velis nolis y haya pasado lo que haya pasado. En salvando esta peripecia, el señor Rajoy está dispuesto a poner su mejor sonrisa y comenzar a dialogar con todos, incluidos los temibles nacionalistas, tribus indómitas de los confines, con quienes también dialogó el señor Aznar, si bien él dice que no dialogó, sino que monologó. El líder no suelta una verdad así lo aspen si intuye que decirla pueda ponerlo en algún peligro.

El principio II de la citada Ley de Principios decía que "la Nación española considera como timbre de honor el acatamiento a la Ley de Dios, según la doctrina de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, única verdadera y fe inseparable de la conciencia nacional, que inspirará su legislación." La Nación Española es católica o no es. En esto el PP está jugueteando con los colores de la indiferencia y el laicismo, admitiendo las parejas gays, aunque negándose a llamarlas "matrimonios". Pero esto no es suficiente para salvaguardar la esencia nacionalcatólica de España y así nos vemos hoy, obligados a defender a los nonatos de la furia asesina del rojerío antiespañol mientras la masonería judicial condena por injurias a nuestros más cristianos voceros.

El caso es que el señor Aznar, en un discurso previo que todo el mundo examinó con lupa, instrumento inadecuado porque el discursito fue de trazo grueso, el que normalmente endilga en estado de sobriedad, sentenció que no hay que ir al centro, pues ya estamos en él y lo hemos hecho todo perfectamente, esto es, ganar las elecciones y gobernar con acuerdos y alianzas. ¡Y no tenemos nada de que arrepentirnos!. Son dos afirmaciones muy típicas del espíritu del personaje. El centro es donde él esté porque él es el centro. En cuanto a negociar, lo hizo en su primera legislatura porque no tenía mayoría absoluta y hubo de entregarse a los nacionalistas para sobrevivir; en la segunda, con mayoría absoluta, no dialogó ni con el cuello de su camisa y así, sin dialogar, sin encomendarse a Dios ni al diablo, metió al país en la guerra del Irak. Y dice que no tiene nada de qué arrepentirse; como Espinoza, pero sin saberlo.

No cree Aznar que el PP deba configurarse como un partido que dé gusto a los adversarios. Es vieja sabiduría china: del enemigo el consejo, reformulada por el presidente Mao: "atacar todo lo que el enemigo defiende y defender todo lo que el enemigo ataca". Así se puede ir muy lejos, hasta se puede atravesar un país continente como China pero eso no quiere decir, según recuerda Horacio, que hayamos de cambiar de carácter. El señor Aznar sigue dando muestras del suyo, rencoroso, vengativo y mezquino, gracias al cual ofreció su "apoyo responsble" al señor Rajoy. No "todo su apoyo" o "pleno apoyo" o "apoyo sin reservas", sino "apoyo responsable" que suena como cuando algún candidato de algo en el País Vasco resulta electo y tiene que jurar o prometer lealtad al Rey y acaba haciéndolo por "imperativo legal". Lo mismo el señor Aznar: apoya al señor Rajoy por "imperativo legal". Que el apoyo es "responsable" échase de ver en cómo desprecia al apoyado ausentándose cuando éste elabora su nueva doctrina.

El rumbo está marcado: enésimo viaje al centro. La fuerza de las palabras no está en su repetición ad libitum, sino en que se transformen en hechos en algún momento. La idea de que el problema no son los famosos principios permanentes e inalterables sino los errores en el modo de comunicarlos es una ocurrencia galaica que servirá para que el señor Rajoy salga del foso de los leones del Congreso de Valencia; pero ahora tiene que servir también para ganar elecciones, que será la prueba definitiva de la consolidación de su liderazgo. Eso es lo que el presidente del PP ha obtenido como margen de la vieja guardia, más o menos un año, hasta las elecciones gallegas y europeas. Sabemos lo difícil que es desmontar una dictadura y el PP estaba organizado de modo dictatorial, con nombramiento directo del sucesor, al modo en que el Caudillo hizo con el Rey. Ahora el ungido se ha rebelado, el método de nombramiento ha cambiado, sustituido por primarias. Veremos si el PP, por fin, consolida su particular transición, la única que queda por hacer en España.

(La imagen es una foto de PPCatalunya, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 21 de juny del 2008

Yo no voté esto.

En un magnífico artículo en El País titulado Los límites de la confusión, Soledad Gallego-Díaz explica cómo el señor Rodríguez Zapatero y la señora De la Vega pretenden confundir (no aclara si intencionadamente o no) a la ciudadanía diciendo que la infame directiva europea sobre la inmigración aprobada hace unos días por el Parlamento Europeo con el voto a favor de dieciséis eurodiputados socialistas españoles no tendrá efectos jurídicos en España. Doña Soledad: el señor Rodríguez Zapatero es licenciado en Derecho y la señora De la Vega es jueza y ambos saben perfectamente que mienten. Luego mienten.

Doña Soledad, que es persona buena, añade: "El PSOE asegura que nunca se llegará en España al tope de 18 meses de internamiento. ¿Por qué no? ¿Piensa que va a estar en el Gobierno de España legislatura tras legislatura?". Una muestra de ingenuidad, ¿de dónde saca doña Soledad que unos tipos que han votado a favor de esa infamia dejarán al PP el placer de detener contra toda justicia a los inmigrantes sin darse el gustazo de ponerla en práctica en su límite máximo? ¿De lo que dicen? ¿Y no ha quedado claro ya que mienten?


Confieso que nunca había visto deteriorarse tan rápidamente la fibra moral de unos gobernantes. Esto no es lo que yo voté ni (espero) lo que votamos otros cuantos millones de gentes de izquierda el pasado nueve de marzo. Ni los inmigrantes ni nosotros nos merecemos esta faena.


En un colofón que la honra doña Soledad dice que guardaremos en la memoria los nombres de los diputados socialistas José Borrell y Raimon Obiols que votaron en contra y el de Martín Grau y Segur que se abstuvo. No veo muy bien porqué he de recordar a un menda que no tuvo agallas para votar no, pero tiene un pase. Ahora bien, sigue doña Soledad diciendo que "Los (nombres) de los 16 que firmaron la directiva junto a Fini y Kaczynski quedarán apuntados en un papel." Vale. Pero que no se olviden. Los diputados socialistas en el Parlamento Europeo y, entre ellos los dieciséis que han votado esta canallada son los siguientes (con su correspondiente correo electrónico) que saco del blog IIIª República por si alguien quiere escribirles diciéndoles lo que piensa de ellos.

Bárbara DÜHRKOP DÜHRKOP
barbara.duhrkop@europarl.europa.eu

Inés AYALA SENDER
ines.ayalasender@europarl.europa.eu

Maria BADIA i CUTCHET
maria.badiaicutchet-assistant@europarl.europa.eu

Enrique BARÓN CRESPO
(sin mail)

Carlos CARNERO GONZÁLEZ
carlos.carnerogonzalez@europarl.europa.eu

Alejandro CERCAS
alejandro.cercas@europarl.europa.eu

Juan FRAILE CANTÓN
(sin mail)

Vicente Miguel GARCÉS RAMÓN
vicentemiguel.garcesramon@europarl.europa.eu

Iratxe GARCÍA PÉREZ
(sin mail)

Miguel Angel MARTÍNEZ MARTÍNEZ
miguelangel.martinez@europarl.europa.eu

Antonio MASIP HIDALGO
antonio.masiphidalgo@europarl.europa.eu
http://www.antoniomasipeuropa.blogspot.com

Manuel MEDINA ORTEGA
manuel.medinaortega@europarl.europa.eu

Emilio MENÉNDEZ del VALLE
(sin mail)

Rosa MIGUÉLEZ RAMOS
rosa.miguelezramos@europarl.europa.eu

Javier MORENO SÁNCHEZ
javier.morenosanchez@europarl.europa.eu

Francisca PLEGUEZUELOS AGUILAR
francisca.pleguezuelosaguilar@europarl.europa.eu

Teresa RIERA MADURELL
teresa.rieramadurell@europarl.europa.eu

María Isabel SALINAS GARCÍA
(sin mail)

Antolín SÁNCHEZ PRESEDO
(sin mail)

María SORNOSA MARTÍNEZ
maria.sornosamartinez@europarl.europa.eu

Luis YAÑEZ-BARNUEVO GARCÍA
luis.yanez-barnuevogarcia@europarl.europa.eu

Dieciséis de estos se han valido de mi (nuestro) voto para aprobar una directiva inhumana, ilegítima, xenófoba, propia de fascistas; me (nos) han engañado.

Que dimitan.

Este año que viene hay elecciones al Parlamento Europeo y desde ahora digo que mientras esos dieciséis usurpadores sigan ocupando escaños que no les pertenecen y la directiva de la vergüenza esté en vigor, no votaré al PSOE.


(Las imágenes son fotos del campo de concentración de Auschwitz European citizen, bajo licencia de Creative Commons).

El rencor del personajillo.

La imagen del señor Aznar llegando ayer deliberadamente tarde al congreso de su partido para interrumpirlo y concentrar focos y aplausos sobre su persona fue una maniobra sucia, vil, mezquina, a tono con la talla moral del personaje. Éste se desvivió por saludar, sonreir, palmear, besar y abrazar a lo largo de su recorrido, radiante como una figura estelar en el hall de la fama. Luego, ya cercano a su sitio, se amerengó con el señor Acebes para hacer más patente la displicencia hacia el señor Rajoy y el desplante al señor Fraga, a quien no dirigió la mirada. Una evidente manifestación de un carácter rencoroso y pequeño, perfectamente a juego con la pinta de macarra que se ha echado. En fin, un tesoro para tenerlo en casa. Pero de eso que se cuide su señora, que me parece cortada por el mismo patrón, y vamos a sacar punta a la actitud, los gestos, sonrisas y saludos del tercer gallo de las Azores.

Primero, los achuchones con Acebes deben de haber parecido al señor Aznar suficiente prueba de magnanimidad, solidaridad con el hundido, grandeza de espíritu y bofetada en el rostro de un Rajoy que ha dejado en la estacada a tan seguro como leal servidor. Pero eso se lo parecerá a él. A la vista pública se escenificó un lamentable episodio en el que el señor Aznar se abrazaba a un cadáver desvaído, proclamando así con enojo su propia impotencia, su incapacidad para impedir el laminado de los aznaristas. Bueno, que le busque un empleíto en telefónica, como al señor Zaplana, y con cargo a los bolsillos de los accionistas. Para eso privatizaron Telefónica y se la dieron a los amiguetes, para convertirla en retiro de mandados sin valor de uso ni de cambio.

Segundo, el gélido (adjetivo que usan hoy muchos medios) saludo al señor Rajoy, pública evidencia de que su sucesor, a dedo designado por él, se le ha soliviantado... cuatro años después del dedazo, que tampoco ha sido una súbita rebeldía como las de los pictos contra las legiones. El desprecio a Rajoy, a su criatura, escenificado ante el Congreso en pleno es una humillación gratuita e inútil al hombre fuerte del partido y, si a él no le traerá consecuencias, sí, sin duda, a los suyos y quizá hasta el conjunto de la organización. No faltarán escasos de meninges que piensen que pues los jefes andan a la greña cabe levantar facción por el uno o el otro. Grave error del que sólo será responsable el señor Aznar, incapaz de sobreponerse al despecho que le produce la insólita actutud de su segundón de pretender prescindir de su tutela... cuatro años después de adedazado .

Tercero, el desprecio a Fraga fue estomagante hasta para un izquierdista impenitente como un servidor. Izquierdista que siempre ha tenido a Fraga por un fascista criminal pero que también siempre ha creído que las canas merecen respeto y deferencia, sobre todo si las luce aquel gracias a quien eres lo que eres. Porque este sujeto que ayer se permitió el lujo de ningunear al señor Fraga Iribarne fue a éste lo que el señor Rajoy a él: su ungido. Si de bien nacidos es ser agradecidos, es obvio el tipo de nacimiento del señor Aznar. La medida de la capacidad mental y moral del mancebo nos la da el hecho de que escupa por igual hacia arriba que hacia abajo, que castigue en Rajoy la misma (supuesta) deslealtad que él practica con el señor Fraga y no es supuesta. Eso no es un comportamiento propio de un político y menos de un estadista sino de un granuja mezclado con lo que don Pío Baroja llamaba un "tonto ordinario".

Colofón: el canto del cisne. Este es el final, ahora sí, por fín, de la carrera política del señor Aznar que no solamente no se había retirado de la vida pública, como decía mendazmente, sino que pretendía controlarlo todo entre bastidores, como el padrone mafioso que le gustaría ser. Porque toda esa inmoral escenificación de su pequeño rencor tuvo un público de excepción: los compromisarios del PP, hombres y mujeres del partido que ahora ya saben a qué atenerse y que no dudarán en responder de forma masiva, apoyando a la dirección actual y dejando a los impropiamente llamados "críticos" con las muchas vergüenzas al aire. Y digo impropiamente porque estos no critican nada, salvo que por crítica entendamos el dicterio, la descalificación y la chulería.

Si el señor Rajoy y su equipo no se arredran ante la penúltima muestra de la bajeza moral de su enemigo y salen adelante en el Congreso, se habrán ganado el respeto de muchos ciudadanos y sus perspectivas electorales serán muy otras. Enhorabuena y no desfallezcan, que están a punto de conseguirlo. España necesita un partido de centro derecha, flexible y democrático que no esté sometido a los dictados de un pequeño megalómano.

(La imagen es una foto de Brocco Lee, bajo licencia de Creative Commons).

Lo más y lo menos.

En fin, para compensar un poco las amarguras del día aceptamos la invitación que nos hizo mi buen amigo Antonio Gutiérrez Resa y su encantadora señora, Ligia, (a quienes los dioses bendigan por su generosidad) para asistir al concierto de la Orquesta Sinfónica de Madrid, dirigida por Jesús López Cobos en el Auditorio Nacional de Música. En programa, el Concierto para piano en do mayor nº 21, de Mozart en la primera parte y la Sinfonía nº 1 en mi mayor, de Hans Rott en la segunda. Un programa tentador porque si bien es cierto que el Concierto mozartiano (conocido como Elvira Madigan desde que el andante del segundo tiempo fue banda musical de la muy romántica película sueca de ese título) es de lo que más abunda en los repertorios mundo adelante, la sinfonía del malogrado Hans Rott, en cambio, apenas si se interpreta desde que la partitura se descubrió en 1989, ochenta y seis años después de la muerte del autor que aún no había cumplido los veintiséis. De hecho, no la había escuchado nunca, aunque había oído hablar mucho del compositor.

El concierto nº 21 pasó con brillantez por el ingenio y la conocida viveza de las frases musicales y la delicadísima fuerza melódica. La muy experta dirección de López Cobos imprimió el ritmo adecuado y garantizó un diálogo perfecto entre la orquesta y el solista, Javier Perianes, quien hizo una exhibición de maestría volando sobre las teclas como si no las tocara y dominando los silencios hasta dejar al auditorio suspenso, asombrado, en un par de ocasiones. Tuvo que hacer un bis que se le agradeció mucho.

La cuestión de la sinfonía fue muy distinta. Rott comenzó a componerla cuando aún no había cumplido los veinte años y la terminó dos o tres más tarde en circunstancias vitales muy penosas: huérfano temprano de padre y madre, recibió educación musical gratuita por caridad y aunque llegó a ser discípulo de Bruckner (cosa que se nota bastante en su obra), las opiniones sobre su talento estaban divididas y enfrentadas. Mientras su amigo y compañero Mahler consideraba que era un genio y que con la sinfonía nº 1 había revolucionado la música, Brahms, a quien el joven Rott admiraba profundamente, lo consideraba un negado y le aconsejó en varias ocasiones dedicarse a otra cosa. El drama se agudizaría por cuanto Rott metió trozos enteros del último movimiento de la primera de Brahms en la suya y, en dos o tres ocasiones, con lo que el autor del Requiem alemán pensó que estaba burlándose de él. Para mayor desgracia, lo que en Rott no es homenaje a su ídolo, es Wagner, cosa que acabó de enfurecer a Brahms y, en consecuencia, de desequilibrar a Rott, quien terminó encerrado en un psiquiátrico, en donde murió en poco tiempo. Hay quien culpa directamente de ello a Brahms y, para más señas, recuerda que el mismo destino padecieron los más o menos coetáneos Robert Schumann y Hugo Wolff, todos relacionados con el músico de Hamburgo quien, como cumbre consagrada de su tiempo, a diferencia de Bruckner, toleraba mal la posible competencia y no alentaba a los valores emergentes.

El caso es que, cuando se descubrió la partitura de la Sinfonía nº 1 hubo quien creyó ver en ella "más Mahler que en Mahler", sosteniendo que este último había plagiado a su desgraciado amigo, dejándolo morir en la casa de lunáticos. Ciertamente, hay elementos comunes de lenguaje musical entre los dos músicos austríacos (Rott, nacido en Viena; Mahler en Bohemia) pero parece claro que son independientes y que, en todo caso, la obra de Mahler precede a la de Rott, aunque era algo más joven que éste.

La obra es muy desigual y desafortunada: un primer movimiento plano y deslavazado da paso luego a otros donde hay promesas tímbricas que Mahler supo ver como "geniales" (precisamente el mismo adjetivo que Rott reservaba para su amigo), engastadas en melodías prestadas y variaciones confusas que tratan de conjugar a Brahms con Wagner con Bruckner y hasta con algo de Schumann. Merece la pena escucharla, sin embargo, para hacerse una idea de a dónde hubiera podido llegar un talento (del que hay mucho) de no haberse malogrado.

(La primera imagen es un gracioso grabado de Mijail Vrubel titulado Salieri vertiendo veneno en la copa de Mozart (1883) y la segunda una portada de una de las escasas ediciones de la sinfonía nº 1 de Rott).

divendres, 20 de juny del 2008

El beneficio de la duda.

Cada vez que el PP se reúne en congreso afirma que es o quiere ser o pretende ocupar el centro político español. Terminado el evento pasa los tres años siguientes demostrando lo contrario, esto es, que es un partido de derecha recalcitrante en el que quienes mandan hablan y actúan al estilo de la extrema derecha. Así que será prudente no dar excesivo crédito a lo que digan ahora, al comienzo de su congreso y que vuelve a ser la melopea del centro.

Sin embargo los acontecimientos habidos desde las últimas elecciones generales el nueve de marzo al día de hoy y la forma en que la dirección actual del partido los ha afrontado permiten abrigar una expectativa distinta y conceder a aquella el beneficio de la duda. Hay tres datos que avalan esta actitud.

Primero el áspero enfrentamiento que se destapó ya la noche del mismo día nueve, cuando los periodistas orgánicos del PP, señores Losantos y Ramírez, pidieron la dimisión del señor Rajoy y abogaron porque fuera substituido por alguien más adecuado a las circunstancias, probablemente la señora Aguirre. Ese enfrentamiento se trasladó al interior del partido (probablemente estaría previsto que fuera así) entre un sector intransigente y radical (señoras Aguirre y San Gil, señores Álvarez Cascos, Mayor Oreja, Juan Costa o Gabriel Elorriaga) y otro en torno al señor Rajoy algo menos integrista, un sector con un talante más abierto y partidario de dialogar con otras fuerzas políticas.

Segundo la hábil táctica del señor Rajoy en mitad de las turbulencias, consistente en ganarse el apoyo del partido, explicitar que el debate era exclusivamente por cuotas de poder por más que los opositores hablaran continuamente de cuestiones de principios y, por último, soltar lastre reaccionario dejando fuera de toda combinación a los señores Zaplana y Acebes, los dos rostros más conocidos de la agresividad y la altanería, a cuya marcha puso puente de plata. No menor importancia tuvo el inesperado gesto de colocar en su sitio a los autoproclamados gurús mediáticos de la derecha, afirmando la autonomía del partido que no tenía por qué recibir órdenes de una emisora ni de un periódico. Estos predicadores no salen de su asombro: maricomplejines ha resultado ser más gallegamente correoso de lo que parecía y ahí tenemos al señor Jiménez Losantos, condenado por injurias graves y a pique de perder el empleo.

Tercero la serie de nombramientos de ayer, la señora De Cospedal (en la foto, que he tomado de 20 minutos), para la Secretaría General y los señores Ana Matos, González Pons y Javier Arenas para las Vicesecretarías, cuatro rostros que contribuyen a dar un aspecto más amable, moderado y abierto al PP por contraposición a las fachas agresivas, intransigentes y achuladas de los señores Acebes y Zaplana, principales muñidores de una clima de enfrentamientos y agresiones.

Hasta la fecha todos los movimientos del señor Rajoy han sido aciertos que poco a poco encarrilan al partido de la derecha española hacia la moderación y el centro, lo que explica la actitud de cerrada contra de sus propios medios, la COPE y El Mundo así como la labor de zapa y sorda oposición que realiza el sector más ultramontano del partido. La señora San Gil hace saber que no irá al congreso de Valencia y la señora Aguirre se lamenta de la decisión pero, siendo como es la doblez personificada, eso no le impedirá asistir al cónclave de la derecha y votar por Rajoy, como anunció ayer que haría al ver que éste nombraba a su protegida, señora De Cospedal.

Todo lo anterior hace más verosímil que otras veces el giro al centro del PP. A ello se añade el fuerte alineamiento con el señor Rajoy del señor Ruiz Gallardón, el conservador con más clara (y merecida) fama de centrista de la constelación de la derecha, con lo que algo de centrismo moderado se le pegará al registrador de la propiedad aunque sólo sea por un mecanismo de magia simpatética.

Hace ya bastante tiempo que muchas y muy calificadas voces vienen reclamando un partido de derecha "civilizada" en España como alternativa viable a la izquierda, algo que la vieja guardia aznarina del PP no puede proporcionar porque representa y es la continuidad del espíritu franquista con una pátina democrática para sobrevivir. De ahí que para impedir esta evolución del PP sus adversarios de la derecha extrema subrayen a menudo que al girar al centro el partido del señor Rajoy está haciendo lo que a la izquierda le interesa, esto es, renunciar a los principios eternos e intangibles del Movimiento Nacional a cambio de una alianza pasajera con izquierdistas, socialdemócratas, laicos y ¡hasta nacionalistas periféricos! Lo que muestra traición a las esencias y, según los más tontos del cotarro, ¡sumisión a ETA!

Quienes no consideramos de recibo los insultos, las agresiones y la beligerancia de la derecha tradicional española vemos con muy buenos ojos este enésimo intento del PP por hacerse un lugar al sol en el centro sin que esto sea dar la razón a los demagogos en el sentido de que pretendamos eliminar al PP. Al contrario, queremos que esté en situación de ganar las elecciones y no solamente de acceder al poder a resultado de que el partido alternativo produzca mayor rechazo. Ni el PP ni el PSOE tienen por qué enfrentarse para oponerse el uno al otro con toda contundencia y, al mismo tiempo, respeto a las personas. Es posible civilizar la vida política española. Lo que fastidia a los energúmenos de la radio y la prensa escrita es que el señor Rajoy se salga con la suya de construir un partido conservador pero moderado y abierto, capaz de ser alternativa real de Gobierno mientras que los citados energúmenos comprueban que su influencia se desvanece como jirones de bruma al sol.

A mucha gente que no es votante incondicional del PP, incluso a alguna que es votante habitual del PSOE, le interesa que haya un partido de la derecha al que se pueda votar pues, de otra forma, el voto se desnaturaliza sin opciones alternativas. Lo que los demócratas queremos es que haya alternancia real en el poder. De no ser así, el que lo ocupa de momento, aunque sea de los nuestros pretende quedarse en él recurriendo a cualquier procedimiento, lo cual tiene poco que ver con la democracia.