dissabte, 3 de maig del 2008

El arte y el poder.

La revista de mi Facultad en la Universidad Complutense acaba de sacar un interesante número monográfico dedicado a las relaciones entre el arte y el poder político (VV.AA., Arte y poder, vol. 44, nº 3, 2007, Madrid, 228 págs.) desde una perspectiva sociológica. Es una recopilación de trabajos de variado alcance y, dentro de las naturales diferencias, con un tono medio bastante decoroso.

El primero es un ensayo de Roberto Goycoolea Prado sobre "Papel y significación urbana de los espacios para la música en la ciudad occidental" en el que se analiza la evolución desde los teatros cortesanos en régimen de mecenazgo, hasta las construcciones actuales, pasando por los primeros teatros públicos (el de San Cassiano, en Italia, que fue el que empezó cobrar entrada en 1637), las aulas de música de las monarquías y los teatros concebidos como monumentos, ya en la época de hegemonía burguesa, integrados en una nueva concepción de los espacios urbanos. Las actuales construcciones, dice el autor, se caracterizan por a) recuperar teatros históricos, b) constituir espacios multifuncionales, c) ser elementos mediáticos de revalorización urbana. En su opinión (que no comparto por entero) así como hasta los primeros decenios del siglo XX se construían teatros para satisfacer una demanda, ahora se pretende generar la demanda construyendo auditorios espectaculares. Que los auditorios sean espectaculares a la vista está, pero más me parece se deben a una política de boato y representación urbana que a otra que podríamos llamar de "keynesianismo artístico".

Sendos trabajos de Xan Bouzada y Emmanuel Grénier exploran la siempre problemática cuestión de las políticas públicas culturales. Bouzada toma tres ejemplos: la política cultural de la II República española, con especial referencia a las Misiones Pedagógicas, la creación del muy original y dinámico Arts Council londinense, a propuesta de John Maynard Keynes (precisamente) y del grupo de Bloomsbury y la del Ministerio de Cultura francés, obra del General De Gaulle, bajo gestión de André Malraux. Por su parte, Grénier compara las políticas culturales de España, Portugal, Italia y Grecia con Francia, prestando especial atención a las cuestiones de centralización/descentralización.

Manuel Trenzado Romero, que es un reconocido especialista en cuestiones cinematográficas, publica un trabajo sobre el cine español de la transición con interesantes datos y observaciones acerca de cómo se resistió la Iglesia católica a perder su hegemonía en la censura.

Hay un muy interesante (aunque algo desorganizado) trabajo de Juan A. Roche Cárcel, "A la conquista de la tierra y el cielo: rascacielos y poder tecno-económico" que, en síntesis viene a decir que los rascacielos, de los que hay contabilizados unos 65.000 en el mundo (el autor trae unas interesantes relaciones de cómo se llaman y en donde están los más altos de ellos) simbolizan el poder económico y empresarial. Según él, los más recientes reflejan el nuevo espíritu capitalista que se caracteriza por: "a) la globalización, la externalización y la extraterritorialidad; b) el individualismo y la competitividad; c) el carácter especulativo, conexionista y en red; d) la virtualidad, la flexibilidad, la ligereza, la fluidez, el desarraigo, el azar, el caos, la inestabilidad, el nomadismo y la movilidad; e) la invisibilidad; y f) finalmente la disminución de la jerarquía y la carencia de signos tangibles de poder." (p. 96) Encuentro ilustrativa su explicación sobre cómo los modernos rascacielos reproducen la estructura y figura de los antiquísimos zigurats mesopotámicos y, a lo largo del trabajo, me ha venido a la memoria en varias ocasiones la glorificación de los rascacielos que hay en la famosa novela de Ayn Rand, El manantial, al punto incluso de que puede decirse, con algo de exageración, que son ellos, los rascacielos, los verdaderos protagonistas de la obra.

Hay dos trabajos sobre música. Uno de Antonio Ariño Villaroya sobre "Música, democratización y omnivoridad" y otro de Michèle Dufour sobre Glenn Gould. El primero, en la línea de las apreciaciones de Bourdieu sobre el gusto, trata de desglosar qué sectores sociales se caracterizan por la "omnivoridad" en gustos musicales y llega a la conclusión de que son los amantes de la música clásica los que son más omnívoros puesto que hasta un 34% dice combinar la audición de clásica con música moderna. El perfil es de joven, con nivel educativo elevado y estatus socioprofesional alto. No obstante, este grupo es minoritario pues sólo representa al 5,5% del conjunto de la población. El trabajo de Dufour sobre Glenn Gould viene a ser como una especie de análisis de una variación de la idea de Benjamin sobre la reproducibilidad mecánica de la obra de arte. Gould lo ejemplifica muy bien pues se retiró de los escenarios en 1964, con treinta y dos años y ya no volvió a interpretar en público, sino que se concentró en las grabaciones de su repertorio.

Por último, Irene Martínez Sahuquillo presenta un trabajo llamado "El literato frente a la política: entre el repudio aristocrático, el compromiso militante y la crítica al poder", que está dentro de los estudios sobre la función social de los intelectuales si bien aquí se restringe a siete conocidos novelistas (D. H. Lawrence, Hermann Hesse, Ernst Jünger, Thomas Mann, Arthur Koestler, George Orwell y Jean-Paul Sartre) y se concentra en la cuestión específica del compromiso político del autor, desde el antipoliticismo de Lawrence y Hesse a la idea sartriana del compromiso del intelectual. El caso de Koestler es representativo de los intelectuales arrepentidos del comunismo (y de los que Sartre se reía, como se ve en su pieza teatral Nekrasov), mientras que el de Sartre es el del mantenimiento de compromiso hasta las últimas consecuencias. Me parece muy interesante la inclusión de Lawrence, de quien casi nadie se acuerda hoy y no estoy muy seguro de que la autora haga justicia a la complejidad del pensamiento de Jünger.

Una iniciativa la de la revista Política y Sociedad que supone una buena aportación a un campo de estudio muy poco desarrollado en España.

divendres, 2 de maig del 2008

Bicentenario I.

El Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid, el Gobierno y hasta el Estado, representado en la figura de los reyes felizmente reinantes, todos se han volcado en la celebración del alzamiento popular contra el gabacho el dos de mayo de 1808. Madrid será hoy una enorme fiesta con actividades callejeras de todo tipo, desde las fritangas de churros por lo simple hasta la escenificación de cuadros famosos de Goya como el del propio dos de mayo, pintado el año 1814, por lo complicado. Habrá pasacalles, mojigangas, majos y manolas a cientos y un sabor castizo por ser la sublevación de los españoles contra los franceses. Por cierto, que eso lo celebre un Rey francés, llamado Borbón, no sé cómo se pueda interpretar.

A lo que voy, parte de esas celebraciones consiste en atribuir al dos de mayo una importancia genética de la Nación española. Hay otras gentes que sostienen que la Nación española sólo nace cuando las Cortes de Cádiz la proclaman atribuyéndole la soberanía. Y a ese tenor hay una polémica levantada sobre la partida de nacimiento de la Nación española, si el dos de mayo de 1808 o el diecinueve de marzo de 1812. Cuando, entiendo, ambas fechas pueden ser ciertas si se miran como los instantes de la Nación en sí (1808) y para sí (1812). Lo que sucede es que que si uno atribuye acta de nacimiento a la Nación está uno haciendo algo absurdo. En 1808 la Nación es "en sí" porque ya lo era antes y se subleva contra el francés porque es Nación, no es Nación porque se subleve contra el francés.

Al mismo tiempo, lo curioso de este bicentenario es la excitación que ha entrado para fundamentar más, si cabe, nuestra ideología de carácter estatal-patriota. Esta enfermiza obsesión por la nación española que es una obsesión por la nada más absoluta. El concepto de nación no quiere decir nada. La prueba es que todos quienes lo enarbolan y están dispuestos a matar y a morir por ella, cuando dicen "nación" quieren decir "Estado". Todos.

(La imagen, un famoso Goya pintado en 1814, representa la lucha del pueblo de Madrid contra los mamelucos de Napoleón y se encuentra en el Museo de El Prado).

Lord Mayor of London.

A lo largo del día de hoy se sabrá el resultado de las elecciones municipales de ayer en Inglaterra y Gales. Sobre todo, se sabrá el nombre del alcalde de Londres que es lo que verdaderamente importa a efectos simbólicos. A los reales, lo que importa es el resultado de todas las elecciones municipales. Pero la figura del alcalde de Londres parece que dice más sobre el futuro de los partidos británicos que el conjunto de los alcaldes de Inglaterra y Gales, lo que no es cierto.

Hace como semana y media que los romanos decidieron poner democrático fin a veinte años de gobierno municipal de la izquierda en la ciudad eterna, eligiendo a Gianni Allemanno en lugar de Francesco Rutelli, un típico representante de la hegemonía izquierdista finisecular y hombre del "régimen" anterior, que había sido ministro de esto o aquello en el Gobierno Prodi, procedente de la vieja casta de los políticos profesionales. El neofascista Allemanno, a su lado, parece una figura fresca, aun trayendo una reelaboración de una doctrina pasada.

La cuestión es que lo que se enfrenta en Londres es algo parecido. El alcalde actual, el laborista, ex-trotskista y, en general, izquierdista Ken Livinsgtone lleva dos mandatos seguidos de regidor de la capital, lo que equivale a decir todo el tiempo que este cargo ha existido ya que la actual figura de Lord Mayor de la Gran Autoridad Londinense (Greater London Authority, GLA) se creó en 2000. Con anterioridad, Londres había carecido de gobierno centralizado desde que en 1986 el Gobierno disolvió el Gran Consejo Londinense (Greater London Caouncil, GLC). Y quiere un tercer mandato, aunque las encuestas predicen que no lo conseguirá porque proyecta una imagen de político cansado, que ya debe ceder el paso a otros con nuevas ideas.

A su vez, su adversario, el conservador Boris Johnson, es un personaje pintoresco. Muchos de sus adversarios lo llaman "bufón" porque tiene costumbre de hacer y decir cosas extravagantes, lo suficiente, cuando menos, para que muchos electores lo consideren sincero y original, por atreverse a decir lo que mucha gente piensa pero no osa manifestar. En fin, hay declaraciones que permiten ver que por debajo de la imagen de un hombre conservador pero poco convencional puede estar formándose un peligro para la democracia: "si el matrimonio gay es legal -cosa que no tengo segura-, no veo razón alguna en principio por qué no podría consagrarse una unión entre tres hombres, igual que entre dos o, incluso, una entre tres hombres y un perro." Puede ser un chiste, pero tiene maldita la gracia. El posible señor Alcalde de Londres piensa que un matrimonio entre gays equivale al de un hombre con un perro. Este hombre es un peligro público y este peligro público puede ser alcalde Londres. El de Roma, fascista y el de Londres, racista. Quien lo dude, que eche una ojeada a estos disparates dichos con la mejor conciencia del racista: refiriéndose a un viaje de Blair a las zonas turbulentas del mundo como mensajero de la paz, dice: "los guerreros tribales sonreirán de oreja a oreja (watermelon smiles) al ver al gran jefe blanco, igual que se dice que a la Reina le gusta la Commonwealth en parte porque la recibe con muchedumbres aclamantes de negritos ondeando banderas." Los de su equipo dicen que se trata de un equívoco y que Boris Johnson (que, por cierto, es un pinta) odia el racismo. Nadie que odie el racismo se refiere a los habitantes de la Commonwealth como "negritos".

La elección de los londinenses, como antes la de los romanos, ha sido difícil, entre un burócrata adocenado de izquierda y un payaso emergente de la derecha. En Roma han elegido al payaso; a ver qué hacen los londinenses. A lo mejor se toman en serio una de las consignas electorales de Boris Johnson, según cuenta Der Spiegel, que es un semanario serio: si vota Vd. por los conservadores, su mujer tendrá las tetas más grandes y aumentarán sus probabilidades de comprar un BMW M3". Algo así como que a un tipo así habrá mucha gente, los más bordes en especial, que lo vote. Por cierto, tiene dos sitios web, uno como diputado del Parlamento y otro como Candidato a Alcalde en donde se ve que, a pesar de su pinta de payaso, es un tipo duro, que va a meter en cintura a la delincuencia en Londres y a luchar contra la corrupción. Por corrupción viene a entenderse cuatro años más de gobierno de Ken Livingstone, que la revolución devora a sus hijos

La prensa interpreta que el resultado en la elección del alcalde es significativo porque dice algo sobre quién ganará las eleciones parlamentarias. Quizá sí, quizá no, dado que faltan dos años. Lo que está claro es que las elecciones municipales y en concreto las de Londres son importantes por sí mismas, porque afectan directamente a la vida diaria de millones de personas. Ya solo la GLA organiza la vida de cinco millones y medio de londinenses. Hay algunos Estados en Europa que no llegan a los cinco millones de habitantes.

(La primera imagen es Claude Monet, El Parlamento, Londres, el sol entre la niebla, 1904, se encuentra en el Musée Quay d'Orsay, París; la segunda es André Derain, El puente de Charing Cross y se encuentra en Mark Harden's Artchive)

La danza de Duato.

Ayer se estrenaba el espectáculo de Nacho Duato en el Teatro Madrid, de la Vaguada y allí nos fuimos, que el asunto prometía. Y cumplió. Hubo dos piezas nuevas del propio Duato (nuevas, al menos, creo, en Madrid porque una de ellas tiene como diez años) y otra, sí, estreno absoluto, de Tony Fabre.

El conjunto está muy bien. Se abre con Gnawa que es, al parecer, unas gentes, algo así como tribus del África Subsahariana, en concreto del Sahel que utilizan esta música con melodías que mezclan lo africano con lo árabe para muy diversos fines, entre otros, según creo haber leído, de carácter extásico. De éxtasis, en el Madrid, poco, pero la coreografía es excelente, particularmente los pasos de conjuntos, que producen efectos caleidoscópicos y me recuerdan a los números de Maurice Béjart, en cuya escuela trabajó Duato.

La pieza Insected, de Tony Fabre es muy interesante. En algún sitio he leído que va de cómo la juventud se plantea su camino en la vida o algo así. No tengo ni idea. Yo vi insectos a todo lo largo y ancho de la pieza; insectos rastreros veloces como cucarachas, diversos tipos de artrópodos, algún alacrán y otros insectos voladores. La música mínima ayudaba mucho porque reproducía sonidos de insectos, el cri-cri de los grillos o el zumbido del abejorro. Efectivamente, a poca sensibilidad que se tenga, acaba uno insected.

La tercera pieza era la más curiosa, la segunda composición de Duato por encargo de una compañía estadounidense de ballet que la estrenó en 1998; tiene diez años. Es coreografía sobre música de Schubert, en concreto música de lieder a la que se le han quitado las palabras y se le ha añadido el movimiento y las tres dimensiones, lo que produce un efecto extraño. Parece que las voces se han transcrito para violoncelo pero uno se pregunta porqué no las han dejado porque al fin y al cabo, el registro de la voz humana es más variado que el del cello y eso se aprecia mucho en los Lieder de Schubert. El diálogo voz-piano es más emocionante que el de piano-otro instrumento y el movimiento se da por añadidura a cualquiera de los dos.

Los bailarines son estupendos y el espectáculo es de una sobriedad escurialense pues todo se confía a las luces, el sonido y la danza. La simplificación de la figura humana es completa; los bailarines van con el torso desnudo y/o con mallas tan justas que parecen desnudos, sin nada que distraiga de la esbeltez de los cuerpos cuyas contorsiones a veces los deshumanizan por entero y los convierten en abstracciones por ejemplo, en notas danzantes.

dijous, 1 de maig del 2008

En Valencia, la historia social.

Aquí me he llegado, a la hermosa ciudad del Turia en la que se celebra ahora una feria anual del libro, antecedente de la de Madrid. He venido invitado por mi amigo Javier Paniagua, director del centro de la UNED de Alzira-Valencia, para presentar algunas de las publicaciones del centro como tal y también del Instituto de Historia Social, que depende de él. Este Instituto está haciendo una obra muy interesante centrada sobre todo en la publicación de una Revista de Historia Social, cuyo número 60 era uno de los libros que había que presentar hoy.

Cuando en 1988 Javier y su amigo José Antonio Piqueras, hoy catedrático de la Universidad de Alicante, me contaron que pensaban poner en marcha el proyecto de la revista de Historia Social, mi vaticinio fue que esas revistas académicas no suelen pasar del tercer número. Como se ve, soy un zahorí catastrófico, pues la publicación lleva ya 60 números, tiene más de setecientos suscriptores y está a punto de ser traducida al inglés, lo que es todo un mérito. Aquí incluyo una portada de un número atrasado en espera de hacer la reseña del número 60, al que acompañará la correspondiente foto.

En estos veinte años la revista ha demostrado tener una gran calidad académica e investigadora, publicando tanto trabajos empíricos como temás de carácter teórico y cuestiones metodológicas de lo que, cuando se fundó la publicación, era una disciplina en ciernes en España y hoy, en buena medida gracias a ella constituye una rama del conocimiento historiográfico muy productiva, centrada en asuntos específicamente sociales. La revista ha publicado números monográficos sobre anarquismo, sindicalismo, populismo, antropología, cuestiones de género, huelgas, franquismo, nacionalismo, negocios y poder, la clase obrera, Edward Thompson, lenguaje, conflicto, familia, elites, artesanía, inquisición, nazismo, Iglesia, caciquismo, campo, ocio, migraciones, etc en muchos de los cuales es lectura obligada. Casi todos los temas se sitúan en los siglos XIX y XX, pero la publicación no desdeña tratar temas hasta en la Edad Media. La idea fundamental es no hacer la historia de los Reyes, príncipes, Estados, guerras, paces, tratados, sino la de las gentes, las clases sociales, los conflictos de todo tipo, las ideologías que han movilizado a muchedumbres, las mentalidades, los movimientos sociales, etc. Es hacer la historia de los avatares de los modos de producción y singularmente de las relaciones productivas. En el fondo, la historia social tiene patrocinador esencial en la persona de Karl Marx pero, por supuesto, no se agota en él, sino que ha incorporado otras perspectivas en un cuadro articulado y pluridisciplinar muy enriquecido. Casi da la impresión de que se trata de una respuesta muy articulada a aquel curioso problema acerca de la "función del individuo en la historia". Sea la que sea, parecen decir los historiadores sociales, no puede ensombrecer la historia colectiva, de los pueblos, las clases, los movimientos , los avances, retrocesos, triunfos y derrotas de las distintas causas en la historia.

La verdad es que esta revista es un lujazo para nuestro país en torno al cual se ha articulado una interesante línea de investigación historiográfica, como lo es el Instituto de Historia Social de la UNED, cuyo nombre reproduce el muy prestigioso del International Institute of Social History, de Amsterdam.

El Centro de la UNED de Valencia ha publicado también dentro de otras colecciones, tres libros recientes que también presenté y sobre los que hablaré con mayor detenimiento en posts posteriores, uno sobre los efectos del cambio climático en el Mediterráneo español, conjunto de trabajos de diversos especialistas recopilados por María José Estrela Navarro; otro que me parece del máximo interés acerca del impacto de las tecnologías de la información y la comunicación (tics) sobre las relaciones laborales, El trabajador distante, de Emilio Sáez Soro y un tercero, breve pero muy enjundioso, un conjunto de crónicas sobre el conflicto entre palestinos e israelíes escrito por José Luis Ferrando Lada, que es un gran conocedor del país por haber residido largos años en él. Me quedé con ganas de hablar algo más con José Luis, porque Palestina es uno de mis mayores intereses.

Pero no fue posible porque estas jornadas de presentaciones y actos públicos suelen ser trepidantes y sin pausas. Y hoy, primero de mayo, tomo el avión de vuelta a Madrid. Para quien quiera informarse más sobre ambas instituciones, aquí están las direcciones electrónicas: Centro Uned Alzira-Valencia "Francisco Tomás y Valiente" e Instituto de Historia Social.

(La primera imagen es una foto de Tonyç, bajo licencia de Creative Commons).

Primero de mayo pasado por bombas.

Las dos centrales sindicales mayoritarias han convocado manifas bajo un lema común: Es el momento de la igualdad, el salario digno y la inversión productiva. No es que sea muy ingenioso o nuevo porque ¿cuándo no es el momento de la igualdad o del salario digno? Y tampoco es especialmente combativo: estas consignas conectan bastante bien con lo que el Gobierno quiere hacer y viene haciendo. No es que me parezca que los sindicatos deban ir a la contra del Gobierno socialista, como lo hicieron en tiempos de Felipe González, pero sí que no deben rebajar un ápice sus exigencias frente al poder político, especialmente si es de izquierda. Un espíritu de colaboración crítica me ha parecido siempre lo más productivo para ambas partes. No obstante, en los últimos tiempos, vengo observando una creciente tendencia de los sindicatos, especialmente de Comisiones Obreras (CC.OO.), a aliarse con la patronal y a incorporar parte de las ideas de esta a su discurso. Sin pretender que esta política de diálogo sea necesariamente condenable, la verdad es que es poco apropiada para un sindicato, sobre todo en tiempos de pre-crisis económicas, en que se va a tratar de que las centrales hagan suyo el recetario patronal de congelar los salarios, endurecer las condiciones laborales y socializar las pérdidas. En todo caso, está muy bien que haya manifas del 1º de mayo, que sepan los empresarios que no todo el monte es orégano y que están los viejos cuchillos tiritando bajo el polvo, y ello aunque no vaya a la manifa por las razones que se deducen del post anterior.

ETA ha participado en la efeméride a su modo, esto es, plantando tres bombas en sitios diversos del País Vasco como medio de llamar la atención sobre su sórdida existencia. Habitualmente, estos bombazos de la organización terrorista están cargados de maldad y estupidez, que sirven como detonante de sus explosiones. Esta "hazaña" de las tres explosiones más o menos sincronizadas, además, apunta a impresionar a ese tipo de mentalidad, no infrencuente entre las gentes de escasas entendederas y bajo nivel cultural, que son la claque de los terroristas, los que admiran la eficacia tecnológica haciendo caso omiso de las consecuencias de su aplicación a la vida real desde un punto de vista moral. Quizá sean unos asesinos, parecen pensar quienes así se comportan, pero son unos asesinos eficacísimos, son, en el fondo, nuestros asesinos y alguna razón tendrán cuando son tan eficaces. Es una especie de calvinismo pervertido (si cabe) aplicado a una actividad criminal.

Hay quien dice que los tres bombazos etarras son la respuesta de la banda a la detención e ingreso en prisión de la alcaldesa de Arrasate-Mondragón, doña Inocencia Galparsoro. Es posible, entra dentro de su mentalidad, por dar algún nombre a lo que dicen que pasa en el interior de sus cabezas; pero es una respuesta inane. Si el juez ha mandado a la citada alcaldesa a prisión es porque ha apreciado indicios suficientes de culpabilidad y de ahí no la van a sacar todas las bombas que se arrojaron en la segunda guerra mundial. De ahí sólo la sacará su presumible inocencia o el cumplimiento de la pena que, de no ser inocente, se le imponga. Igual que todas las manifas que quieran organizar los abertzales independentistas no van a sacar de la cárcel al señor Otegi, que ahí sigue, igual que sus compadres de la mesa nacional.

La grandeza del Estado de derecho consiste en que, aunque los políticos sean incapaces de hacer que se respete la justicia, la Justicia sabe hacerse respetar por sí misma. Porque la señora alcaldesa es y será inocente mientras no se demuestre su culpabilidad; pero, si se demuestra, la conclusión sólo puede ser una, que ya hace falta ser majadero o irresponsable para poner en un cargo representativo de responsabilidad a una delincuente en las condiciones en que se encuentra el País Vasco.


(La imagen es una foto de CNT (en precario), un sindicato que no suele marchar con los mayoritarios, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 30 d’abril del 2008

Zaplana no está de gana.

El abandono de la política del señor Zaplana es una noticia estupenda para todos quienes, siguiendo la política española, estén hartos de verla convertida en una perpetua reyerta de jayanes el principal de los cuales es este político cartagenero, achulapado, dado a martingalas, fajador experimentado y capaz de arrostrar el ludribio general sin descomponer el gesto. Un hombre fiel hasta el final a su partido de quien podría decirse lo que un lord conservador inglés dijo en cierta ocasión de sí mismo, esto es, que en veinticinco años de actividad parlamentaria él jamás había votado según su conciencia, cual hacen los patanes, sino según le decía su partido, como hacen los caballeros. Algunos hasta se preguntan si el señor Zaplana tiene eso que se llama "conciencia". Se basan en que ha hecho una carrera política fulgurante, pasando por encima de lo que fuera necesario y al grito de que había llegado a la política "para forrarme", según consta en cinta de grabación telefónica que en su día el juez no admitió como prueba por haber sido obtenida sin autorización judicial, no porque no se hubiera dicho.

En todo caso parece que lo ha conseguido; forrarse, digo, porque casi un millón de euros al año lo convierte en un milloneurista. Un millón de euros, piensa uno, ¿por hacer qué con exactitud? No se sabe. Nada, probablemente. Quizá charlar con Berlusconi e intercambiar chistes de machos en la sobremesa. Aunque no sepa idiomas, el señor Zaplana tiene sus amigos y, total, para lo que tienen que decirse... Lo que me fascina es que una empresa pueda destinar un millón de euros a pagar a un contratado por realizar un trabajo tan impreciso como "relaciones con la UE". Es prueba, además, de que, al privatizar las empresas en su día, el PP sabía muy bien a quién ponía al frente de ellas. El señor Aznar nombró al señor Alierta en substitución de su amigo de pupitre, señor Villalonga. Desde entonces, año 2000, lleva el señor Alierta al frente de la primera empresa española y cosechando líos judiciales a consecuencia de una acusación de uso de información privilegiada de cuando procedió a la privatización de Tabacalera, en cuya presidencia también lo había nombrado el señor Aznar y que no acaban de cerrarse. En todo caso, vaya por Dios, quién va a nombrar a quién. A ver si nos toca una Terra Mítica de las telecomunicaciones.

Por cierto, la espantada del señor Zaplana llegó ayer en medio de una serie de sobresaltos en el Partido Popular. El señor Rajoy anda el hombre formando su equipo o shadow cabinet (que diría Xan Das Bolas) y, al prescindir de los que se consideraban in pectore y no contar con quienes lo han escoltado hasta la fecha como fieles escuderos, se le están formando frondas por doquiera. Lo que ha hecho el señor Rodríguez Zapatero en un santiamén, esto es, barrer a la vieja guardia y meter novatos y novatas, puede costarle varios disgustos al señor Rajoy. No es lo suficientemente fuerte y está dejando mucha gente resentida por el camino, cosa poco recomendable en política. A los resentidos hay que tenerlos delante, nunca detrás, y nombrarlos algo. Promoveatur ut amoveatur. Por ejemplo embajador, o presidente de un consorcio del Estado, o presidente del Congreso de los Diputados. Pero esas cosas sólo se pueden hacer cuando se está en el gobierno; no cuando se está en la oposición.

Además, el señor Rajoy ha aprovechado para hacer nueva gala esa cualidad (o, mejor, falta de cualidad) que lo adorna o deja de adornarlo, que es la indecisión. Tras decir que no iba a acudir a la fiesta del dosde de la señora Aguirre y señalar que se encontraría en la de Móstoles (el que declaró la guerra al francés), desdíjose en horas, de forma que acudirá a las dos fiestas porque no digan, dice. Como si no dijeran más al ver que es incapaz de resistirse a los caprichos de Lady Mcguirre. Cada vez que la dama envida, el otro se arruga.

(La imagen es una foto de Chesi fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

Según nos va en la fiesta.

Acaban de salir los resultados de la primera oleada del Estudio General de Medios (EGM) que mide la difusión de los medios escritos españoles así como las audiencias de los audiovisuales y la penetración de internet. Y de inmediato se arma la zarabanda. Las oleadas del EGM, como las cifras periódicas de la Oficina de Justificación de Difusión (OJD) son para los medios como las elecciones para los políticos: todos participan y todos ganan.

De momento, lo de la izquierda es el cuadro de difusión de la prensa escrita (hay que abrirlo para verlo bien; no sé ponerlo para que se abra en una ventana independiente; a ver si aprendo), en donde se ve que el periódico que más se lee es el Marca, detrás va El País y detrás, El Mundo. Pero interesa observar que El País tiene un millón de lectores más que El Mundo, cantidad que éste no ha conseguido reducir ni parece que vaya a conseguirlo. Conviene recordarlo porque, tal como presenta la noticia El Mundo lo que viene a ser es que "el conjunto de cabeceras" del grupo Unión Editorial tiene más lectores que el grupo Prisa. Por "conjunto de cabeceras" etc hay que entender Marca (2.550.000 lectores) más El Mundo con 1.395.000 lectores, muy lejos de los 2.336.000 de El País, que es lo que verdaderamente duele.

En los meses de la oleada en que se ha controlado a Público el nuevo periódico de izquierda que hace la contra a El país sin que parezca que éste se resienta por ello, ha alcanzado 188.000 lectores. Habrá que ver cómo voluciona. De momento, el que ha perdido audiencia (y es razonable pensar que se haya ido a Público) ha sido El Mundo, en concreto, casi 50.000 lectores pues su cifra en la oleada anterior fue de 1.443.000. También se viene controlando ya a la prensa gratuita. Al fondo de la imagen aparecen 20Minutos, ¡Qué! Metro directo y ADN. Los de 20 Minutos salen a tambor batiente afirmando que '20 minutos' se convierte en el diario más leído de toda la historia de España. Cierto, ha ganado incluso al Marca. Pero queda por dilucidar si los gratuitos son periódicos en el sentido tradicional del término. Téngase en cuenta que esos 2.685.000 lectores de 20 Minutos parecen haber salido de la nada, pues ni siquiera han arañado las cifras de difusión de la prensa de pago, como puede verse en el gráfico superior que registra cómo la difusión de los periódicos han sufrido leves oscilaciones entre abril de 2004 y marzo de 2008. La prensa es un bien inelástico y cada lector parece aferrarse a la suya como a su iglesia.

En la radio, la supremacía de la SER es apabullante, como puede verse en el tercer gráfico. La radio del grupo Prisa tiene más del doble de audiencia que la COPE y su cifra es casi la misma que la de las otras tres emisoras juntas, COPE, Onda cero y Radio Nacional, 4.766.000 de oyentes de las tres juntas frente a 4.681.000 solo de la SER, en realidad, 85.000 oyentes de diferencia. Se entiende muy bien la irritación de los de la Cope: una sola emisora vale por tres en el mercado libre. Por eso habla de "los medios del grupo Prisa" e, incluso los acusa de monopolistas, cuando se está hablando de una sola emisora frente a tres.

La lucha es larga y da la impresión de que, si no cambian mucho las cosas, la COPE la tiene perdida, como puede apreciarse en la serie histórica de la derecha en que se ve cómo en los último cuatro años, las cuatro principales emisoras han mantenido sus respectivas distancias y la COPE no consigue separarse de las otras dos ni acercarse a la de Prisa. Se observará que hay un vacío en el cómputo de la cadena de los obispos; fue un tiempo en que los de la COPE estuvieron fuera del EGM porque los pillaron haciendo trampas, aunque ellos dicen que era para detectar el sesgo del organismo medidor. Luego volvieron. No es bueno para un medio estar fuera del EGM porque surgen problemas con la publicidad.

Por eso mismo es curioso que El Mundo no esté en la medición de sitios web donde elpaís.es tiene 1.955.000 visitas, por detrás de Marca y Terra.

Entiendo muy bien la situación y el fastidio de los señores Jiménez Losantos y Ramírez al ver cómo la SER es incuestionablemente mejor emisora que la COPE por decisión libre del mercado, como por decisión libre del mercado es evidente que El País es mucho mejor periódico que El Mundo. Decisión de los consumidores.

dimarts, 29 d’abril del 2008

Zapatero y los siete zapateritos.

El espectáculo que proporcionó anoche la 1ª de TVE con el programa 59 segundos todavía fue más ridículo que el de la semana anterior, con/contra la señora Aguirre. Más ridículo porque, cuando menos, en el de la presidenta de la Comunidad de Madrid, los periodistas intentaron poner en apuros a la entrevistada, la acosaron (en el buen sentido del término, ciertamente), trataron de sonsacarle algo, de que se contradijera, que era lo menos que cabía pedir. No lo consiguieron y la señora Aguirre mostró un dominio de la situación que los dejó a todos desconcertados y barbotando luego su irritación en sus columnas. Pero lo intentaron. Los de anoche, empezando por la presentadora, ni eso. Parecían siete doctrinos esperando la confirmación del señor obispo.

Rodríguez Zapatero es mi presidente de Gobierno, el cabeza de la lista que voté en las últimas elecciones y, por tanto (como diría él), me parece estupendo escucharlo en directo y verlo lucirse, cuán seguro está, cómo maneja el entorno, cuántas tablas tiene y cómo ha progresado desde aquel ya lejano marzo de 2004, si bien gesticula demasiado para mi gusto. Un consejo a sus asesores de imagen: pásenle un vídeo de su intervención a cámara rápida; ya verá el mal efecto que produce eso de que no deje de mover cajas imaginarias con las manos.

Lo dicho, es mi presidente de Gobierno, pero como comentarista y analista político me parece lamentable que no se le hagan preguntas de calado, que no se le ponga en compromisos, que parezca que se le pregunta para que se luzca, que no se trate de sonsacarle cuanto se pueda, teniendo en cuenta que es una ocasión única para que la opinión pública se informe, y hasta de criticarlo donde ofrezca lugar a ello. ¡Él mismo, sin que nadie le dijera nada, reconoció haber cometido errores, aunque se guardó muy mucho de decir cuáles, y ni uno solo de los contertulios le pidió que los declarara!

Es verdad que el formato del programa estuvo mal pensado pues tasaba el tiempo de los periodistas pero no el del Presidente, que tuvo todo el que quiso en sus respuestas y, de hecho, llegó a ser soporífero. Tres veces tres dijo lo de que somos la "octava potencia económica del mundo" (lo mismo que se asegura en el cartel electoral que reproduzco más arriba), un dato que no sé de dónde sale ni qué significa en sentido estricto porque si se refiere al Producto Interior Bruto (PIB), según las últimas estadísticas del Banco Mundial, correspondientes a febrero de 2008, ocupamos el noveno lugar calculando el PIB en dólares de los EEUU y el duodécimo si lo hacemos en la magnitud, más adecuada para comparar, llamada "Paridad de poder adquisitivo" (PPC). Si la referencia es al PIB por habitante, nuestro lugar es el vigésimo sexto en PPC y el vigésimo quinto en dólares de los EEUU. Todas ellas magnitudes muy dignas, desde luego, pero ninguna coincidente con la "octava" potencia económica. En todo caso, la moderadora debió reducir los tiempos presidenciales, aunque sólo fuera en atención a la igualdad de que tanto alardea el señor Rodríguez Zapatero.

También es verdad que estamos dentro de los primeros cien días del Gobierno (aunque en el segundo mandato de éste), pero lo cierto es que el Presidente pudo lucirse cuanto quiso sin que nadie lo contradijera ni tratara de obligarlo a precisar. Sólo pretendieron inútilmente sonsacarle si se había pagado rescate por los marineros rehenes de los piratas somalíes y hasta hubo una contertulia que le preguntó por qué no aparecía más en los medios. Del resto, nada, salvo lo que el señor Rodríguez Zapatero tuvo a bien contar.

Así sabemos, por resumir la apelmazada noche de ayer, que no piensa negociar con ETA en tanto ésta no deponga las armas, pero no sabemos qué podría hacer si las depone; sabemos que no va a permitir la consulta soberanista del señor Ibarretxe pero no qué le propondrá a cambio cuando lo vea; que espera que haya un pacto con el PP por la renovación del Consejo General del Poder Judicial y de la Justicia en su conjunto, pero no en qué términos; que hay 25.000 millones de superávit para afrontar la "desaceleración" pero no qué se piensa hacer si la desaceleración se convierte en una recesión; que espera que la inflación baje ya, pero no qué hará si no baja, qué hará si los precios siguen subiendo, si el tipo de interés del dinero sigue al alza; que va a facilitar el retorno de los inmigrantes que se encuentren en el paro, pero no qué hara con los que se queden, sobre todo si el paro sigue aumentando; que no soporta las agresiones y malos tratos machistas ni la discriminación negativa de las mujeres, pero no qué planes concretos piensa poner en marcha para poner coto a una situación que va a peor. No sabemos qué piensa hacer para reactivar la economía, además de los famosos 400 euros de quita; no sabemos qué planes tiene para resolver el problema de trasvase sí/trasvase no, ni cómo se va a abordar la cuestión de la financiación de las Comunidades Autónomas; y, por descontado, no sabemos nada de qué piensa hacer el Gobierno en política internacional ni en política europea.

No sé cuánta gente veríamos el programa ayer, aunque supongo que nos enteraremos hoy, pero estoy seguro de que muchos de los telespectadores, no sólo los adversarios, sino también los partidarios, como servidor, pensamos que así se las ponían a Fernando VII.


Poco antes estuve viendo a la ministra Bibiana Aído en la Cuatro, entrevistada por Iñaki Gabilondo, que también estuvo muy suave, como subyugado por el ánimo y el empuje de la joven ministra. Me gustó mucho verla y escucharla, pero tengo dos críticas que hacerle, una de forma y otra de fondo. En cuanto a la de forma, se le nota demasiado que habla recitando. Sin duda cree en lo que dice, pero esa manía de colocar rollos preparados que no siempre se ajustan a la pregunta como sucede en las conversaciones distendidas, le resta bastante crédito. En cuanto al fondo, da la impresión de que la señora Aído piensa que su ministerio de la Igualdad se refiere exclusivamente a las relaciones entre hombres y mujeres y si no es así, corríjaseme, pero no le escuché una sola palabra sobre las desigualdades por razón de ingresos económicos (que es el significado original, prístino, de este principio) ni sobre las desigualdades entre población "normal" y discapacitados, ni entre nacionales e inmigrantes, ni entre jóvenes y viejos, ni entre gentes que viven en Comunidades Autónomas distintas. O rebautiza su ministerio como Ministerio de Igualdad de Género o amplia su discurso al resto de las desigualdades sociales.

Lo grande es pequeño.

Me ha gustado mucho estaq presentación que me ha enviado mi amiga Pilar, así que, faltando a mi costumbre de no reproducir estos textos que a veces son un poco cargantes por la moralina que llevan (en este caso, una vanitas cosmofilosófica) la subo en honor de su última fotografía que es impresionante. Me temo, sin embargo, que no he sabido subir también la música de fondo, aunque no sé si eso es una desgracia pues no me da la impresión de que el archiconocido y bellísimo intermedio orquestal de La leyenda del beso sea lo más apropiado para lo que se va a ver.

El texto molesta un poco, pero la foto está bien, ¿verdad?

Gracias, Pilar.