dilluns, 15 d’octubre del 2007

Españoles todos...

Continúa el cante del señor Rajoy con la banderita. Se multiplican las parodias del famoso video en la red, aunque la mejor de todas, como dice Escolar en su blog, es la que hace el propio parodiado. Desde luego, desde luego. Pero no está de más que le pongan el chundarata del No-Do de Franco, a cuyo mundo ideológico, estético y psicológico pertenecen las rimbombantes vaciedades del señor Rajoy sobre lo nacional, la bandera, el orgullo, el corazón y demás zarandajas en las que no cree ni él mismo, como demostraron hace unos días los de El Plural, al dar cuenta de cómo los guardaespaldas del dirigente popular confiscaron las banderas rojigualdas que sus seguidores llevaron a un mitin de aquel en algún lugar de Euskadi. Bandera, sí, pero sólo al sur del Ebro.

A decir verdad creo que lo que más me fastidia de esta obsesiva manía del señor Rajoy por ser más aznarista que Aznar es que haya conseguido ponernos a la altura de los nacionalistas que tanto critica. Estábamos los españoles tan tranquilos con nuestra(s) bandera(s), sin hacer esa ostentación hortera que hacen de las suyas los periféricos (por el "dime de qué presumes..."), quien con la rojigualda, quien con la tricolor, y tenía que venir este cantamañanas con la pretensión de ponernos a todos a desfilar, cuando somos una nación posmoderna que sólo se reconoce en la necesidad de arrepentirse y sosegar los horrores del pasado, cometidos en el mismo espíritu que anima al señor Rajoy. Un aguafiestas.

Por cierto al decir servidor que se disponía a celebrar su bandera, la republicana, un amable lector me preguntaba que por qué precisamente el 12 de octubre, día de la Hispanidad, día de la Raza (esa por la que "hablará el espíritu" en tonos hegelianos), día del descubrimiento de América. Pues tiene razón. Quizá fuera más acertada la celebración el 14 de abril. Y puede que aun más acertado ningún día del año, para que lo sean todos. Al fin y al cabo yo tengo la tricolor desplegada en mi casa los trescientos sesenta y cinco días del año, uno tras otro. Pero sigo inclinándome por el doce de octubre por la muy intransferible razón de que es el santo de mi difunta madre, una mujer excepcional. (Ya voy, ya voy con lo del homenaje...).

Vale. Es el caso que sale hoy El País diciendo que los "estrategas" del PSOE y del PP están convencidos de que las diferencias entre ambas formaciones son muy pequeñas y que las próximas elecciones se decidirán en un puñado de provincias que, como sabe todo Dios, son las circunscripciones electorales. Coincide con esta apreciación cuanto experto suelta doctrina por cualquier medio que le pongan a su alcance y las sesudas consideraciones se suceden unas a otras con la variedad y la originalidad de los cangilones de una noria: el Gobierno no sabe explicarse, los del PP hacen mucho ruido, fracasó la apuesta principal originaria del proceso de paz, se nota mucho el electoralismo, la gente está preocupada con la deriva soberanista de los nacionalistas, la fortaleza del PP y su techo/suelo/paredes electorales son envidiables, el electorado de izquierdas es crítico y abúlico mientras que el de derechas vota como un solo hombre...

Todo eso está muy bien. ¿Qué sería de los "estrategas" y otros magos si entráramos en períodos electorales en que todo estuviera cantado? Por fortuna eso es imposible porque el comportamiento del ser humano es impredecible. Faltan casi cinco meses para las elecciones y cualquier pronóstico de ellas que se haga ahora sólo puede ser a beneficio de inventario. Pero si fueran mañana, en serio, tengo para mí que la tunda que se llevarían los populares sería tan gruesa como desagradables las intervenciones en el Senado del señor Pío García Escudero pidiendo al gobierno que adelante lo que sólo puede ser una catástrofe para el PP.

Y mientras don Pío siga haciendo de Carrero Blanco, que el señor Rajoy continúe hablando como el Caudillo. "Españoles todos..." De verdad, qué falta de imaginación.

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diumenge, 14 d’octubre del 2007

Los amigos poetas.

Mi amigo Manuel Trillo, acaba de publicar un libro. Eso no sería especialmente extraño en un tiempo en que hasta los analfabetos lo hacen o los plagian. Empieza a serlo cuando se sabe que es un libro de poesía. ¡Ay, la poesía, el alma/arma de la revolución! Más extraño aun, pues lleva ilustraciones de Kalvellido, ese artista que parece que pinta con dinamita. Y linda ya en lo asombroso cuando se recuerda que el bueno de Manuel, además de poeta, ha sido, es y/o será albañil, herrero, cuidador de enfermos, tasador de girasoles, modelo en Bellas Artes, chamarilero, investigador, conserje y profesor. Y si alguien no me cree, que eche una ojeada a la contrasolapa del libro que reproduzco más arriba.

No lo conocía yo por estas tantas andaduras de la vida, que tiene más que Herman Melville, sino porque coincidimos una temporada en las páginas de InSurGente, batallando ambos contra los mismos pellejos rellenos de vino ideológico fermentado, en donde él aún continúa y en donde podrá el lector disfrutar de su también galana prosa. Precisamente hoy escribe un artículo poniendo a bajar de un burro jurídico al juez Garzón bajo el sugestivo título de No seas pendejo, che. Supongo que el dicho juez estará a estas alturas curado de tales espantos y tantos y tantos (que mira que le arrean al juez "estrella" tous azimuts) pero esta es la faceta en la que llegué a conocer y apreciar a Trillo, hombre bueno, aunque duro de roer. Es por su faceta de "comunista libertario". Supongo que coincido con él en lo que tenga de libertario; nada en absoluto en lo de comunista. Pero, en fin, eso mismo le pasa a él conmigo. Porque las gentes somos múltiples y contradictorias. Sería estúpido coincidir siempre y en todo con alguien; eso no lo hacen ni los enamorados, aunque su particular desvarío los induzca a creerlo. No siendo el amor, sólo el odio permite coincidencias exactas entre dos individuos. Pero uno de ellos tiene que estar muerto y matado por el otro.

Perro Pulgas es un poemario bravío, dulce, sentimental, reflexivo, metafísico, burlón, tierno, erótico, crítico, extemporáneo y muy contemporáneo, experimental, clásico, irreverente, mordaz, angustioso, pesimista, chispeante... y dejo de acumular adjetivos porque me salgo del post. Pero si persiste la duda en el lector (que ya se sabe que es más difícil sacarse el método que la piel) que lea despacio los versos de la derecha. Espero que quede claro. La vida es el heraldo de la muerte, comienza Trillo con tonalidad unamuniana para saltar luego a una polca de calaveras al estilo de José Posada y terminar luego en un retorno al estilo de Dürrenmatt.

Como claro quedará que es un acierto la pretensión sinestésica del editor al machihembrar los versos de Trillo, que parecen virutas de boj sacadas con la gubia del espíritu, con las ilustraciones de Kalvellido que te pone delante de las narices -en todos los sentidos del término- la conclusión plástica del cante trillano.

No me digan que no hay una relación de mutua prevalencia entre el texto y la imagen de la izquierda, hasta no saber qué resulta más sintético a la par que sorprendente y hasta inconcebible.

La poesía no vale nada -ningún escrito, en realidad- si no la dicta la sinceridad, si no sale de lo más profundo (eso del venero, que tanto gusta a los poetas) del autor, si no le cuesta lo indecible, si no se le independiza y se le enfrenta y nos lo muestra como es. Eso lo consigue Manuel, sin embargo, como quien no quiere la cosa, filosofando en verso libre, riéndose de sus filosofías, de sí mismo y levantando, cómo no, amarga constancia de la futilidad de nuestro paso por la tierra.

Aquí lo dejo por si alguien quiere evaluar lo que digo que está dictado por la amistad, claro es; pero la amistad sólo puede provenir de una afinidad electiva.

Por cierto, Manuel, ¿qué tienes contra Werther?

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La pesadilla del Irak.

Dice hoy el general Ricardo Sánchez, comandante en jefe de la tropa yankee en Irak en 2003:

"El Gobierno, el Congreso y toda la acción exterior, especialmente el ministerio de Asuntos Exteriores, tienen que asumir plena responsabilidad por este fracaso catastrófico y el pueblo americano debe exigirles dicha responsabilidad."
¡Bravo, mi general, así se habla! Vamos que poco más y pide que procesen y encierren a Bush y el resto de la panda. No es el único, desde luego, pero sí el único militar estadounidense con rango de general que habla de esa manera.

Hace unos meses, el general Petraeus, en una declaración en sede parlamentaria, hacía equilibrios retóricos, decía que la cosa está chunga pero que, con un poco de suerte, todavía se puede ganar. Trataba el hombre de poner su juicio en línea con las visiones del chiflado de Bush que sigue diciendo que hay un camino hacia la victoria en Irak y que llegarán a ella.

By the way, creo que hay que estar agradecido al señor Rodríguez Zapatero por sacar las tropas del Irak, cosa que le ha costado que el chiflado apenas lo haya saludado en cuatro años. Por supuesto, los del PP no lo hubieran hecho jamás y, a estas alturas, a saber qué estaría pasando con los soldados españoles en ese reñidero sin más orden ni concierto que la ley del Colt. Un país en el que hay gente armada por doquiera: soldados, policías, guerrilleros, milicianos, mercenarios, guardaespaldas, terroristas y sectarios, y ninguno es de fiar, claro. En realidad, todo el mundo está deseando largarse. Los italianos lo hacen con sigilo, para que no se enfaden los gringos. Los británicos también se marchan, devolviendo el control de Basora a los iraquíes, como si estos fueran hoy capaces de controlar algo por arte de magia. Podían haberse marchado antes. Hasta podían no haber ido en primer lugar. Pero más vale tarde que nunca.

El general Ricardo Sánchez, comandante en jefe de la tropa yankee en el Irak en el primer año de la ocupación, el que mandaba cuando lo de Abu Ghraib, si bien parece que él no sabía nada, tiene razón. Hasta se queda corto pues la invasión y posterior ocupación militar del Irak no es solamente un "fracaso catastrófico", como un alpinista que no llega a la cumbre y se despeña, sino que también es un crimen, un delito de agresión y genocidio.

Lo interesante ya no es cómo enjuiciar ese acto de piratería en el Irak. Lo interesante es averiguar por qué no tiene arreglo, por qué el general Sánchez habla de stalemate, tablas. Es obvio, porque sabe que no se puede alcanzar la victoria y se niega a admitir la derrota. Pero es que el asunto es más complicado. Todos los planes y medidas que no sean levantar el campo y ahuecar el ala más que a paso carecen de sentido porque los propios términos de "victoria" y "derrota" carecen de sentido. Como carece de él, en consecuencia, el de "tablas". "Victoria" y "derrota" son términos que se refieren a un enemigo y aquí, ¿en dónde está el enemigo? Por no saber, no saben ni en dónde está Ben Laden, si es que existe y los videos que saca de vez en cuando no los fabrica la CIA.

Sin bromas. Esa ocupación criminal que están ejerciendo los EEUU y sus monagos no es una guerra; no hay frentes, no hay enemigos (y sí los hay, pues están en todas partes) localizables. Así que todos los planes para poner fin a una guerra que no existe son pura pérdida de tiempo. ¿Por qué no reconocer que los EEUU, herederos de la misión imperial anglofrancesa en el Oriente Medio, han acabado pillados en una ocupación militar a la antigua usanza? Intentaron la broma de dejar un gobierno títere, salido de unas elecciones que fueron de risa, pero no les ha funcionado y tienen que seguir en el país y hasta incrementar su presencia militar. ¿Para qué? Pues para controlar el negocio del petróleo y el gas natural de la zona. Como siempre: expolio de materias primas de las colonias para desarrollo de la lejana metrópoli.

Lo que sucede es que esto no puede decirse hoy así. Hay que vestir el santo, fabricar alguna causa, echar mano de la ideología con lo que el discurso público para justificar la presencia militar en el Irak es literalmente incomprensible. Y más que se hace cuando se habla de "victoria" y "derrota" y "tablas" en un escenario militar.

Repito: comprendo que hay mucha gente a la que repatea el señor Rodríguez Zapatero. Todos esos que creen que un hombre público debe aparecer siempre como lo hace el señor Rajoy, esto es, jupiterino, amenazador, cuando menos admonitorio, con el índice levantado, augurando catástrofes y faltando al respeto a la peña, todos esos, digo, se ponen de los nervios cuando contemplan al señor Rodríguez Zapatero afable, sonriente, sin gritar, sereno a la par que contundente. Lo comprendo. Por eso lo acusan de "buenismo" pues bien saben ellos que la condición humana es lobuna. También lo comprendo. Pero se estará de acuerdo en que sacar las tropas del Irak fue una decisión sabia y valiente, porque la de meterlas allí fue necia y cobarde.

(Saco la foto del blog The Soapbox and The Bucket que tiene otras estupendas).

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Los maestros pintores.

El Thyssen tiene una buena exposición del Renacimiento flamenco. Hay mucho Durero y mucho Cranach, tanto pintura como grabado y dibujo y hasta un gran tapiz que cuelga en la sala de exposiciones del Cajamadrid en la Plaza de Celenque, pues esta es una actividad compartida entre el Museo y la Caja. Y también hay obras de Wogelmut, algún Holbein, un par de Bellinis (Giovanni), que debían de pasar por allí, bastante Altdorfer, Baldung, etc. Pero el grueso de la exhibición recae sobre los dos que enuncia el prospecto, Durero y Cranach.

Renacimiento flamenco y alemán, vale decir Renacimiento protestante, que es una perspectiva que a veces se olvida, al tener más presente el Renacimiento italiano, siempre católico. Por ejemplo, son muy de ver las caricaturas que Cranach hace del Papa, León X con cara de cerdo y rodeado de cardenales, también con cabezas de gorrinos. Cuesta identificar en él al hijo de Lorenzo de Medici El Magnífico que lo hizo cardenal a los trece años, el León X para el que Rafael terminó de construir la loggia cuyo segundo piso decoró con frescos bíblicos y al que también retrató en su orondo, refinado y erudito esplendor con algunos cardenales. Las dos miradas de Europa, la reformada y la católica concentradas sobre el mismo personaje. Sólo que para nosotros es menos frecuente la reformada. Y precisamente uno de los puntos fuertes de la exposición es un par de retratos de Martin Lutero, incluido uno que no conocía del rebelde monje agustino con su esposa, bien curioso. Y con los de Lutero, uno muy conocido y notable de Phillip Melachton, pues la Reforma vino acompañada y precedida por el Humanismo. El único Holbein que detecté era precisamente uno de sus retratos de Erasmo.

La exposición merece la pena ya sólo por ver las láminas del Apocalipsis de Durero,. un tema favorito del pintor de Nurenberg que consiguió trabajándolo figuras que han quedado como símbolos para las generaciones posteriores, como los jinetes del Apocalipsis. La que hay a la derecha representa a San Miguel y parte de las legiones celestiales combatiendo con el dragón, con Satán y su caterva de diablos. Esos ángeles y arcángeles de largas cabelleras rizadas, contrapuestos a la odiosa fealdad serpentina del dragón simbolizan el ideal nórdico de belleza masculina, que el propio Durero se había aplicado a sí mismo en sus autorretratos, uno de los cuales, el de 1526 figura en la exposición. El visitante podrá ver también el célebre rinoceronte y la no menos célebre ala de pájaro, las dos procedentes de los fondos de la Galería Albertina, en Viena. Especial interés tiene el impresionante grabado que ilustra el séquito triunfal del Emperador Maximiliano. También son muy de notar los dos óleos que representan a los apóstoles San Felipe y Santiago el Mayor, que siempre me han parecido una exquisita rareza en el conjunto de la obra del pintor de Nurenberg.

La presencia del Imperio es constante en la exposición. Se exhiben muy bonitas y bruñidas armaduras y algunas armas blancas finamente trabajadas. La finalidad debe de ser recordarnos que todo aquello del Humanismo, la Reforma, el comercio y la banca estaba fundamentado en la supremacía militar del Imperio, ya por entonces desafiado por otras potencias, entre ellas Francia.

Me produjo gran placer encontrar el fabuloso Retrato de dama, de Altdorfer, uno de los pintores más interesantes y menos difundidos del Renacimiento flamenco, todavía muy influido por la estética gótica, pero con un registro tan amplio que abarcaba desde escenas bíblicas al gusto medieval hasta un retrato como éste, cuyo uso del color permite equipararlo a la pintura del siglo XX, como una especie de antecedente remoto del expresionismo. Altdorfer que también cultivaba con mucho primor el estilo epopéyico y el alegórico tenía, como se ve, un fortísimo sentido del realismo. Vaya, la de tonterías que pueden llegar a hilvanarse por no decir simplemente que el cuadrito en cuestión (pues es de no muy grande tamaño) me encanta. Además, me recuerda a Zurbarán.

Como hablo de memoria, no recuerdo el tema concreto de un par de desnudos de Baldung; moralizantes, desde luego, o aparentemente moralizantes porque, con el pretexto de la moral, lo que aparece son desnudos femeninos, que nos dan el canon de belleza femenina flamenca, de siempre muy distinta de la latina.

En fin, que merece la pena la exposición.

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dissabte, 13 d’octubre del 2007

Balance: convivencia, cero.

¿En qué se notó que ayer fue el Día de la Nación, el Día de la Hispanidad y el Día de la Raza, según otra denominación no tan antigua? En que acabó la fiesta a trompazos y mojicones, como en las ventas que frecuenta mi señor don Quijote. Esto de la bandera no es nada pacífico, ¿verdad? Y el día que no arde el Rey en efigie lo hacen los señores Ibarretxe y Carod también en efigie. Durante el patrio festejo registré violencia en Valencia, Barcelona, San Sebastián y Madrid. Siempre ligada a la bandera, la Patria, la Nación y el espíritu del pelotón.

Los de España 2000, un partido de fachas valencianos que tiene algunos concejales electos, armaron bronca en la capital del Reino Valenciano y quemaron, dicen, dos mil retratos de los señores Ibarretxe y Carod y símbolos de ETA. La quemada de ETA no creo suscite protestas pero las de los dos dignos políticos vasco y catalán, sí. Imagino. Queda claro: en la Monarquía "democrática" quemar la efigie del Rey es delito perseguible de oficio, pero quemar la de dos probos representantes del pueblo, no. Claro, qué bobada, Monarquía "democrática", o sea del Rey abajo, ninguno.

Algo parecido en Montjuic, en Barcelona, aunque sin cremá valenciana. Eso sí, abundancia de banderas rojigualdas con el águila del escudo franquista. Es lo que le pasa a la bandera bicolor, que tiene dos escudos pugnando por señorear su campo, el águila de San Juan franquista y el águila de la monarquía parlamentaria, más pacífica y burguesa.

En San Sebastián, a bofetada viva, al uso de los vascones. La izquierda abertzale salió a la calle a sobar el morro a unos autobuses de falangistas de "España adelante" o "adelante España", que no estoy seguro pero al encontrarse a la Ertzaintza en su camino ya se liaron con ella y prendieron fuego al centro de la ciudad. En el levante el agua se lleva por delante los coches; en el País Vasco se los lleva el fuego. Somos presocráticos, andamos a tortas con los elementos.

En Madrid, finalmente, los fachas se concentraron vestidos de civil cerca de la tribuna de autoridades del desfile para poder abuchear al señor Rodríguez Zapatero a sus anchas, según liturgia anual. "Libertad de expresión", decía después el Presidente con una sonrisa. Claro, haya libertad de expresión también para el rebuzno, sonido muy humano a la par que asnal. Aunque lo más llamativo de Madrid fue ver al señor Rajoy esgrimiendo una banderita nacional como si fuera un pay-pay. De verdad este hombre carece de sentido del ridículo: anteayer se dirigía a nosotros como si fuera nuestro caudillo y ayer parecía Shirley Temple. Crecidita, claro.

Por favor, ¿alguien conoce otro país del Occidente sedicentemente civilizado en el que los habitantes se zurren la badana por la bandera o la bandera por la badana? ¿Y qué decir del apasionado debate de "yo soy una nación, pero tú no" y "Zapatero discute una nación que no se discute"?

Escucho con gran respeto al señor Rodríguez Zapatero decir que aquí no pasa nada y que el "sistema" aguanta, así como a muy ilustres opinadores argumentando que la nación española está como nunca. Los escucho pero lo que veo es que hay un Cristo montado muy serio, para expresarme con castiza llaneza. Tanto que habría que ir pensando en organizar sendos referéndums de autodeterminación en Cataluña y el País Vasco; si más, ya veremos. Se me ocurre que sería una buena idea ofrecérselo a los catalanes para inmediatamente después de la preceptiva reforma constitucional. Y dejar a los vascos en dique seco, a ver si de este modo entienden los de ETA que ellos mismos son el mayor obstáculo al logro del propio objetivo de que el honrado pueblo vasco decida sobre sí mismo.

En cuanto al "material humano" de estos partidos y grupos de extrema derecha, España 2000, plataforma Adelante España a la vista está que van vestidos de paramilitares y que son bandas agresivas. El Parlamento debiera legislar prohibiendo el uso de uniformes en organizaciones políticas. Que vayan con la bandera pero de civil.

Y más cosas. Hay que ir a la erradicación del fascismo que, en efecto, no es una opinión, sino un delito.

¿A que no sale ningún país de Occidente en que esto suceda? Pues, según algunos, aquí tampoco. "Somos una gran nación". Somos más que eso; somos una "nación milagrosa" porque partes de ella no quieren ser ella.

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Más sobre Birmania.

A ver. Los de Avaaz, que andan siempre vigilándolo todo, han detectado un consejo europeo de ministros de Asuntos Exteriores para el próximo lunes en el que van a debatir sobre las sanciones a Birmania, así que dicen que hay que escribir a nuestro respectivo ministro pidiéndole que las sanciones sean duras y efectivas para hacer daño a esa junta de criminales que desgobierna el país desde hace medio siglo, caso único mundial de dictadura militar hereditaria en el seno del ejército. Hay que ver qué fe tienen los anglosajones en que las autoridades leen las cartas que reciben y no se limpian el trasero con ellas. Bueno, va, quien quiera firmar que lo haga aquí. Está en español.

La verdad es que no estoy convencido de que las sanciones, los embargos y otras medidas de ese tipo que se toman contra las dictaduras hagan más daño a ellas como dictaduras que a la gente del común. Pero, como todavía no lo tengo decidido, por si acaso, ya he firmado.

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divendres, 12 d’octubre del 2007

Día de la Hispanidad.

Saco esta imagen del Diario Ibérico; es un cartel de DENAES (la Fundación en Defensa de la Nación Española), conjuntamente con la plataforma "Adelante Cataluña", llamando a una concentración hoy, 12 de octubre en la plaza de St. Jordi, en Montjuic, para festejar el "Día Nacional de España" y a sentirse "orgulloso de ser español", un orgullo que deriva, según puede verse, del descubrimiento y conquista de América, pues no parece que la carabela sea el Juan Sebastián Elcano ni que el del yelmo sea Pericles. Interesante averiguar cuánta gente acude al llamamiento de DENAES y de dónde viene.

El 12 de octubre, día del Pilar y santo de mi añorada madre, fue siempre para los de mi generación el "Día de la Hispanidad", jornada en la que, so pretexto de celebrar el aniversario del descubrimiento de América, el régimen de Franco, también llamado "el Régimen" a secas por la misma razón por la que el Partido Comunista era "el Partido" (el Partido contra el Régimen y el Régimen contra el Partido) aprovechaba para ensalzarse y legitimarse, vinculando su origen a la "gesta americana", a la unidad de la Patria, simbolizada en los Reyes Católicos y a la evangelización del Nuevo Mundo. Lo habitual era que la iconografía del Régimen juntara alguna carabela, algún personaje relacionado con el Nuevo Mundo, por lo general Cristóbal Colón, los Reyes Católicos y el escudo de España, con el águila de San Juan interpretado en rojo y gualda y el yugo y las flechas en la base que generalmente se representaban superpuestas, como la hoz y el martillo del símbolo del Partido.

¿Cómo va la derecha a resistirse a ondear la bandera en el Día de la Hispanidad, s'il vous plait? La bandera que según el señor Rajoy nos dimos en 1978, la misma que, con unas varas más, plantó el señor Aznar en la madrileña plaza de Cristóbal Colón. Hispanoamérica, Hispanidad, la base del orgullo español. También la República tenía en altísimo aprecio la "gesta americana", aunque con un carácter menos hiperbólico. Por cierto que lo del niño pintado como un apache tiene su pecado.

El caso es que la contestación al Día de la Hispanidad nacería ya en las postrimerías de la Dictadura, se fue creciendo en la transición y era ideológicamente dominante en 1992, lo que dejó su huella en las celebraciones del "V Centenario", como se nota por el hecho de que el famoso "descubrimiento" fuera sustituido por "encuentro", que se tenía por más considerado hacia los aborígenes a los que antes no se consideraba como plenamente humanos. "Encuentro" en el sentido inglés de to meet, no de to find, que viene a ser como añadir leña al fuego.

Lo que no recuerdo es que el Día de la Hispanidad llevara desfile. El Régimen tenía una puntillosa división del trabajo ferial. El Día de la Hispanidad era pacífico, el Día de la Victoria era guerrero y se celebraba con un desfile, llamado el de la Victoria, allá por el dieciocho de julio: desfile y paga extraordinaria que, con la de Navidad, constituían firmes pilares del orden nacionalcatólico. Rediez.

Portentoso sincretismo el de la Monarquía, capaz de aunar la más acrisolada tradición fascista de la parada de la Victoria con la también tradicional cursilería de Alba de América. Hasta cierto punto, una provocación. Me mantendré atento a ver qué cisco montan los de la rojigualda, convocados por el señor Rajoy a vocinglera y orgullosa presencia. Igual se queman ahora banderas en Cataluña, vuelve a intervenir la Fiscalía y ya tenemos montado el carrousel del otoño.

En todo caso lo del señor Rajoy, envuelto en la bandera como Buster Keaton se drapeaba en plan Venus clásica tiene un punto de ridículo sublime también llamado "amor a la Patria a toque de silbato". Porque, vamos a ver, ¿no van los vascos todos a una Fuenteovejuna a esos egunas suyos? Y los catalanes ¿no hacen lo propio con la Diada, grave afrenta histórica infligida por unos castellanos a las órdenes de un francés? Pues los españoles, la "gesta de la Hispanidad". Y todos firmes a acatar la rojigualda que mira que es chillona. Se hizo para eso, para que se viera en los barcos y con la combinación de colores de McDonalds que ya se ve, ya...


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Medio siglo de Atlas.

Este mes es el cincuenta aniversario de la publicación de la famosa novela de Ayn Rand, Atlas Shrugged, traducida al castellano como La rebelión de Atlas, que no vierte el significado estricto de la expresión inglesa, que es más Atlas se encoge de hombros. Los de Libertad Digital le dedican un reportaje encomiástico porque Rand es la autora que noveló y por ello popularizó la doctrina neoliberal de hoy. El articulista de Libertad digital dice que de esa novela se han vendido cientos de miles de ejemplares y que siguen vendiéndose en esas cantidades. De esa novela y de otras obras de Ayn Rand, incluidos sus ensayos. Dice también que Atlas es la obra cumbre de Rand. Por su longitud, desde luego; tengo una edición de 1084 páginas. Pero por su calidad literaria, ni hablar. Es mucho mejor una anterior, El manantial, que defiende la misma doctrina neoliberal acuñada en una juvenil admiración por el superhombre nietzscheano, pero con bastante más estilo literario, de forma más equilibrada, rítmica y viva. De hecho, King Vidor la llevó al cine en 1948 con Patricia Neal y Gary Cooper, un peliculón, y nadie ha sido capaz de filmar Atlas. Todos los años se dice que si se va a rodar como serie de TV o como superproducción, pero no se produce nunca.

Atlas es un relato tan complicado, inverosímil y estrambótico que a veces parece de risa. De no ser porque sabemos que la escritora rusojudía nacionalizada estadounidense carecía de todo sentido del humor. Si guardó toda su vida una inclinación de adolescente por los comics hipernacionalistas de los ingleses fue porque encajaba en su nietzscheana admiración por el superhombre. En síntesis el argumento va de una huelga mundial de "creadores", en realidad la expresión inglesa es "achievers", esto es, los que "lo consiguen", los triunfadores, quienes mueven el mundo, vamos: empresarios, banqueros, industriales, grandes filósofos, grandes inventores. Todos estos gigantes van desapareciendo, retirándose a una región utópica, el Galt's Gulch, como la conocen sus seguidores y admiradores. Galt, la quintaesencia del héroe randiano, el inventor de un supermotor que hará las felicidades de la humanidad, la ha creado con el fin de poner de rodillas a la humanidad entera, aquejada de un asqueroso colectivismo. El mundo sin los "achievers" no es nada, miles de millones de inútiles envidiosos que sólo saben hablar de "justicia social", "bien público" o "interés general", conceptos todos ellos similares a la cicuta o al curare para Ayn Rand, que odiaba el Estado del bienestar más que los vampiros las luz del día.

Así que, cuando se produce el plante, el mundo se paraliza, momento que aprovecha John Galt para dirigirse a él a través de una emisión de radio cuya onda cubre el país entero. Sesenta páginas de monólogo de Galt, similar al larguísimo soliloquio de Molly Bloom al final del Ulises, aunque con signos de puntuación y con otro contenido, menos de prolija introspección personal y más como de panfleto neoliberal pero interesantísimo.

La novela, una epopeya del capitalismo, tiene momentos fascinantes. Quien aguante las más de mil páginas de apretada lectura encontrará trozos que compensan el trabajo, episodios rocambolescos, como el de un navío pirata en el siglo XX que recorre los mares hundiendo barcos mercantes que trasladan materias primas o historias de amores románticos entre la heroína (como siempre, la propia Rand), rica heredera y audaz emprendedora con un descendiente de la nobleza española afincada en Chile y propietario de minas en su país.

Considerada objetivamente la novela es un pestiño y muchos de los que la alaban no la han leído. No obstante, es esencial para los randianos del mundo entero, entre los cuales me cuento, no como seguidor sino como estudioso ya que escribí un libro sobre la señora, que es un personaje fascinante, porque fascinante es quien, ganando dinero a espuertas ya con El manantial, funda una corriente filosófica, el objetivismo, que actúa como escuela, círculo y también como secta, una secta calcada de los partidos comunistas, en la que, en nombre del individualismo, del culto al capitalismo -considerado el único sistema moral del mundo- los miembros se someten a la decisión de la mayoría (normalmente la exclusiva voluntad de Ayn Rand) y acatan su veredicto incluso en contra de sus intereses personales. Esta secta objetivista, en sesiones inquisitoriales, llegaba a condenar a alguien no en virtud de las pruebas objetivas que hubiera en su contra sino del parecer personal de la gran pitonisa Rand que, como logo de su movimiento, impuso el símbolo del dólar, que es el que está esculpido en su tumba. Por cierto, uno de los miembros más destacados de la secta fue el señor Alan Greenspan, posteriormente y durante años, presidente de la Reserva Federal, el banco central estadounidense de cuya mera existencia abominan los randianos auténticos..

Es muy curioso que un fenómeno tan popular en el ámbito anglosajón, sobre todo (pero no sólo) en los EEUU, sea casi desconocido en el continente europeo, especialmente en España.

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dijous, 11 d’octubre del 2007

¡Ah, Dr. Johnson...!

Si yo fuera del PSOE andaría muy mosca con esta nueva tecla de bravo patriotismo hispánico que ha sacado la derecha y procuraría buscar un discurso alternativo por miedo a perder las próximas elecciones. La rapidez con que la derecha se apropia de los símbolos llamados "nacionales" y hace del debate político una polémica sobre las esencias, bronco y tabernario, es un peligro electoral para quienes tienen los mismos símbolos pero los tratan de forma distinta. La derecha no admite "formas distintas": hay que hacerlo todo a su modo, envolverse en la bandera, salir dando vivas al Rey, a ser posible en zona nacional. La derecha siempre quiere ser "nacional"; quiere ser la nación, toda la nación y nada más que la nación, dejando a los demás en las tinieblas exteriores.

Tal cosa no es específicamente española. Las derechas son iguales en todas partes. Cambian los colores de la bandera pero no el uso que hacen de ella. Los estadounidenses, por ejemplo, son de un patriotismo estomagante y, en cuanto uno se descuida, le sueltan el America, love it or leave it, sin término medio. Lo mismo podría decir el señor Rajoy y los demás entusiastas del banderío.

Insisto, si yo fuera del PSOE estaría ya articulando un contradiscurso más que a paso. Esas jeremiadas sociatas de que no hay derecho a apropiarse de los símbolos de todos en beneficio propio demuestran escasas meninges porque ¿cómo van a impedirlo? ¿Prohibiendo que alguien saque la rojigualda en las manifas, de excursión o en una barbacoa? Es obvio que no pueden y que sus amargas quejas tienen el tufo del perdedor. Porque si nunca estuvo tan claro que, como decía el doctor Johnson, el patriotismo es "el último refugio de un canalla", tampoco lo estuvo que las canalladas de esos patriotas canallas suelen tener amplísimo eco porque, con eso de los símbolos "nacionales" la gente tiene mucho miedo. Tanto en España como en los EEUU y por doquier. Siempre que ves a un energúmeno en la calle blandiendo la bandera "nacional", piensas que te la va estampar en la cabeza.

Un contradiscurso a estas simplezas patrioteras no es fácil porque bobadas del tipo de "estoy orgulloso de ser español" resultan difíciles de refutar. Hay que pararse a pensar, cosa nada frecuente, en que nadie puede sentirse orgulloso de algo que no depende de él... salvo que sea tonto. Ser español, como ser alto, bajo, moreno o rubio, no depende de uno. Uno puede sentirse orgulloso de ser buen matemático, poeta, músico y hasta político, porque se trata de condiciones que dependen de la voluntad y el esfuerzo de uno, pero sentirse orgulloso de ser español es como sentirse orgulloso de ser tanzano o sueco, esto es, un sinsentido. Pero un sinsentido que gusta mucho por ahí.

Tómese el caso de los nacionalistas vascos, catalanes o de cualquier otra feligresía y véase con qué fruición atacan los símbolos que los españoles patriotas a lo Rajoy más idolatran, esto es la Corona, la bandera, etc. Casi parecieran unos avanzados iconoclastas, críticos revolucionarios y postmodernos. Cuando son aun peores que el señor Rajoy y su caterva de covadongos y, si no, atáquese a sus símbolos sacros, su señera, su ikurriña, su lehendakari o su barretina. España no merece respeto, pero ¡ay, amigo! no se te ocurra poner siquiera en duda ese ente de ficción que llaman Euskal Herria.

En fin, que si yo fuera del PSOE, me envolvería en la bandera todavía más que el PP, interpretaría el himno nacional en bodas, bautizos y banquetes, me haría bordar una corona en el bolsillo superior de la americana y hasta propondría el cambio de nombre del partido a RPSOE o Real Partido Socialista Obrero Español ya que, de todas formas, el partido del Gobierno está atrapado en la trampa de la transición y no se atreve ni a proclamarse republicano (que es lo que en principio es) por miedo a perder las elecciones.

Tampoco se piense que me parezca mal. Soy realista y, si los socialistas hubieran perdido las últimas elecciones, aquí no habría Ley de la Memoria Histórica, ni Ley de Dependencia, ni Ley de Igualdad, ni estaríamos al margen de esa otra patriótica canallada que está cometiéndose en Irak va para cuatro años.

Como no soy del PSOE, ni me presento a las elecciones, ni tengo que competir electoralmente con la partida de la porra nacional, el día 12 de octubre celebraré el día nacional español con la bandera que considero española, la que simboliza los valores que quiero para mi país, la tricolor, mi bandera.

Y, por supuesto, siéntanse en libertad para usarla, respetarla, vilipendiarla, quemarla o ignorarla. Precisamente porque simboliza la más alta cota de libertad que un día se dieron los españoles, no hace falta que cualquier pelagatos con complejo de estadista trate de imponerla con charlas al amor de la lumbre.

No he conseguido el texto html del video de Rajoy, que tampoco está en You Tube, con lo que no he podido bajarlo y reproducirlo, por lo que me he tenido que contentar con esa foto del señor Rajoy, monarca, estadista, vendedor de detergente. Pero el video no tiene desperdicio. Por si alguien aún no lo ha visto, se encuentra en Diario ibérico que es un periódico interesante.

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Convocatoria.

Una Asamblea de hombres en contra de la violencia de género convoca a una manifa para el próximo 20 de octubre y antes, para recaudar fondos, a una fiesta con proyección del documental Macho, con entrada gratuita el día once de octubre, mañana, en el Patio Maravillas, en Madrid. La convocatoria se encuentra aquí.

La violencia de género, el drama sordo que viven muchísimas mujeres (y, con ellas, sus familiares directos, hijos, hermanos, padres) en nuestro país y en todos los demás, no tiene límites ni conoce diferencias de clase, credo religioso, etnia, edad o color de los ojos. Es una lacra que ha estado latente pero deliberadamente ignorada a lo largo de los siglos a causa del carácter patriarcal de la mayor parte de la historia de la humanidad. Una lacra que había que esconder con el mismo pudor mal entendido con que había que ocultar las enfermedades.

Está claro que un fenómeno tan extendido y oculto no se puede resolver con una única medida y hay que insistir en la necesidad de abordarlo de forma transversal, aplicando siempre en nuestra acción social una "perspectiva de género". Y entre acción y acción, mucha publicidad. Este crimen, que se da en la intimidad de los matrimonios pero también de las parejas de hecho y hasta de los meros "noviazgos", prospera en la oscuridad y el silencio. Su exposición a la luz y al aire libre contribuye a acabar con él como si fuera un ser anaerobio.


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