dissabte, 9 de juny del 2007

Entre rejas

Vamos a un análisis político del encarcelamiento del señor Otegi. Empecemos por levantar constancia de que con el espléndido abertzale en chirona (en donde va a estar una temporada) aquí no pasa nada, ni se hunde el mundo, ni arde Bilbao. Y los 150.000 Otegis que dice el señor Barrena que tiene se lo pensarán antes de ejercer de tales. Pasa siempre con estos valientes luchadores por el pueblo oprimido de una de las sociedades más ricas de Europa: que hablan y amenazan mucho, pero luego no llega la sangre al río..., salvo que ataquen a traición, sorpresivamente y a ciudadanos indefensos. Eso sí se les da bien, el ejercicio del killing someone basque style, "matar a alguien al estilo vasco", o sea, por la espalda. Pero salir a la calle a enfrentarse con la policía, eso ya es distinto.

La prisión del señor Otegi ha suscitado todo tipo de comentarios. Sus amigos de Batasuna cargan contra el gobierno (que si venganza, que si represalia, etc) y los del PP mirabile dictu también (que si ya era hora, que rectifica y hace lo que debe hacer) y, claro es, coinciden en esto como en muchas otras cosas.

Sin embargo, es patente que al señor Otegi lo ha enviado al talego el Tribunal Supremo, nadie más. No importa, tanto Batasuna como el PP hablan del Gobierno porque, en el fondo, eso de la división de poderes les trae al pairo. Además atacar al Gobierno contribuye a embarullarlo todo y a ocultar que las cosas van bien. Los tribunales, en uso de su independencia, toman las decisiones cuando les parece y el Gobierno las acata y las aplica sin rechistar. La prisión que el Supremo ha decretado contra el dirigente abertzale obviamente se inscribe en un contexto social y político que es innegable porque está a la vista de todos, que el tribunal venía tomando en cuenta. Y eso es justicia, pues decir que los jueces aplican las leyes tomando en consideración las circunstancias sociales y políticas es decir algo de Perogrullo. Es más, precisamente en esa actitud reside la equidad, que muchos creen sinónimo de justicia.

¿Supone esto que si los jueces hubieran visto un ánimo favorable del entorno etarra al fin de la violencia y a una solución dialogada su decisión podía haber sido otra? Por supuesto. Como todos sabemos, aunque no se diga, para no dar dos cuartos al pregonero. Pero la decisión es del Tribunal Supremo, no del Gobierno. Visto lo visto a lo largo del llamado "proceso", los jueces sin duda han sopesado todos los factores y han decidido que el señor Otegi está más guapo en la cárcel. Con el aplauso de mucha gente, incluso los partidarios de la solución negociada, con derecho de autodeterminación, como yo mismo. ¿Por qué? Por lo que ya he señalado en otras ocasiones: porque a la gente le irrita que le tomen el pelo. Tomadura de pelo es (e implica bastante desprecio que suelo atribuir a racismo) decir que estamos en tregua, pero al tiempo volar una terminal de un aeropuerto, enviar cartas de extorsión a los empresarios y aterrorizar a la población quemando autobuses, cajeros y lo que haga falta.

Como tomadura racista de pelo es ese decir que se es de izquierda para criticar a la nacion española, esperando y consiguiendo la solidaridad de la izquierda española (cuyas facultades críticas parecen inexistentes) pero, luego, a su nación vasca, que no se la toquen; tomadura racista de pelo atacar a la bandera española, pero nada de bromas con su ikurriña; reírse de la pandereta, pero ensalzar el txistu. O decir que la izquierda abertzale "ha hecho una apuesta por la vía política y la senda democrática", consistente en defraudar la ley siempre que pueda e intentar un trágala sistemático porque ya se entiende que los gorrinos, sean de izquierda o de derecha, no merecen otro trato de los heroicos gudaris. Así que llega un momento en que la gente se harta de tanta prepotencia racista, los tribunales mandan a toda la tropa a la cárcel...y, lo dicho, aquí no pasa nada.

Para terminar con el dramatis personae, resulta absurdo que el PP presione para que se ilegalice a ANV y el Partido Comunista de las Tierras Vascas que él, el mismo PP, legalizó. Y es absurdo pues lo más probable es que estos se ilegalicen solos, a las primeras de cambio...y tampoco pasará nada. Porque esas amenazas truculentas de la izquierda abertzale (que tiene de izquierda lo que yo de diácono) están hechas de la misma estofa que la "rebelión cívica" de las comparsas del PP.

Algo parecido cabe decir del terrorista señor De Juana. Cualquiera podía entender que su prisión atenuada era un gesto para facilitar las cosas aun dejando un hueco fácilmente vulnerable al ataque de la derecha, dentro de las contradicciones y fallos que siempre se dan en una sociedad tan polarizada y antagónica como la nuestra. Y cualquiera puede ver ahora que el señor De Juana es, sí, rehén, pero de ETA y que lo que le suceda también será responsabilidad de ETA y su brazo político, incapaces ambos de entender que la política es cosa de matices, sobreentendidos y habilidad para encontrar acuerdos, es decir, incapaces de hacer política. Igual que es ETA quien ha hecho todo lo posible para que el Supremo meta al señor Otegi en la cárcel. Situaciones típicas de "cuanto peor, mejor" que todo el mundo sabe a quiénes benefician.



divendres, 8 de juny del 2007

El último servicio.

El caso de De Juana Chaos lleva camino de convertirse en un ejercicio práctico para las clases de ética en las universidades. Porque eso es lo que es: un problema moral, sólo secundariamente político y sólo terciariamente jurídico. Un problema moral cada vez más complicado y resbaladizo. Pero eso no será motivo para que no se trate aquí pues, como saben los lectores, en Palinuro no se escurre el bulto.

Vaya por delante que el señor de Juana no es un "preso político". Un preso político es una persona que está en la cárcel exclusivamente por sus convicciones y este señor estuvo, en un primer momento, por 25 asesinatos. O sea, es un asesino. Y en un segundo momento ha recibido una condena de tres años por amenazas. Desde el primer momento se sostuvo aquí que esa condena fue injusta, pero eso no lo convierte en un preso político sino en un asesino que, habiendo cumplido su condena, es injustamente retenido en prisión. Injustamente porque el segundo proceso que se le incoó fue un atropello que nunca debió producirse. Se produjo, sin embargo y el señor De Juana se puso en huelga de hambre. Cuando dicha huelga de hambre apuntaba a un final trágico, el Gobierno socialista -que ya había cedido a las presiones de la derecha española permitiendo que se incoara un proceso injusto- volvió a ceder ahora ante el señor De Juana y el independentismo vasco arbitrando un procedimiento atenuado de cumplimiento de la injusta condena. Es lo que pasa siempre con la socialdemocracia timorata y vacilante, que acaba pillada en sus contradicciones, lo cual es incómodo, pero me atrevo a decir que no tan malo como los triunfos de cualesquiera de los dos extremos que no son más que actos de barbarie al son de alguna fanfarria ideológica. Pasado el peligro serio para la salud del señor De Juana, el Gobierno vuelve a mandarlo a la cárcel en una decisión que es la que plantea el dilema moral que aquí se aborda.

El independentismo vasco dice que esa decisión es una venganza y el señor De Juana un rehén del Gobierno. Vayamos por partes. Este asunto puede considerarse desde un punto de vista pragmático, que es el que el independentismo aplica de hecho y entiende muy bien, y el punto de vista de los principios, que el independentismo dice aplicar pero, en el fondo, no entiende. Incidentalmente, cuando hablo del independentismo me refiero a sus dos rostros, el descubierto y el encapuchado, a sus dos lenguajes, el del político y el del asesino, puesto que, como se ve, emplea uno u otro, según le interese.

Punto de vista pragmático: no cabe hablar de venganza o de rehén, pero sí cabe entender que en los procesos políticos de tira y afloja hay concesiones, contraconcesiones, gestos, etc que, como todo el mundo sabe, dependen de los que haga la otra parte. Así que, desde el punto de vista pragmático resulta bastante estúpido encontrarse con el señor De Juana pendiente de una decisión que, si ha de serle favorable, tendrá un alto coste para el Gobierno y, sin más explicaciones, decretar la ruptura de la tregua precisamente en ese momento. Se entiende muy bien, pues se trata del habitual trágala, para tantear hasta dónde aguantan los gorrinos sin romper la baraja porque eso tiene réditos para el mundo terrorista, anima mucho a la chiquillería de la kale borroka, vivero de futuros terroristas y da seguridad a los esbirros dedicados a interpretar los crímenes en clave de emancipación histórica. Y, al fin y al cabo, sólo se trata de la vida del señor De Juana, que no es quien ha decretado el final de la tregua. Pero en algún sitio se rompe la cuerda y ahora los aprovechategis se encuentran con un fiasco, con De Juana de nuevo en la cárcel y, supongo, en una tercera huelga de hambre que esta vez pinta negro para él, el señor Otegi a punto de entrar en el talego por una temporadita y las gentes de ANV en el alero del Supremo. Un exitazo desde el punto de vista pragmático.

Pero no es este punto de vista el que a mí me agrada, aunque entiendo que es lo único que mueve los cálculos de los pistoleros pues, quien se arroga el derecho de asesinar a otro, ya se ha arrogado el de decidir por todos, amigos y enemigos. Que sus amigos no se quejen. Por lo demás, bien claro se ve: ni rechistan porque no se atreven.

Vamos al punto de vista de los principios: ¿que es eso de venganza y rehenes? El Estado de derecho no tiene tales cosas. Puede cometer injusticias y atropellos, pues es obra humana pero ni las unas ni los otros forman parte de su modus operandi. Al contrario, lo que hace es ponerles coto, siempre que se den, que son asuntos excepcionales. En cambio, ¿quieren Vds. saber quiénes recurren a la toma de rehenes de forma sistemática y como modus operandi para chantajear? Los independentistas rama encapuchados y sus cómplices, rama política. Miguel Ángel Blanco fue un caso claro y nítido de rehén ejecutado fría e ignominiosamente de dos tiros en la nuca mientras estaba maniatado e indefenso cuando el chantaje fracasó. A lo largo de los años del conflicto vasco se han hecho y dicho muchas cosas, pero ese crimen fue la más crasa evidencia de que los de las capuchas y sus amigos y cómplices son pura escoria moral. Y hay más: ¿quieren saber quién recurre, a la venganza como método de lucha y lo une a la toma de rehenes contra toda humanidad y principio ético? Los encapuchados y cómplices que tuvieron al señor Ortega Lara secuestrado durante casi dos años en condiciones de tortura que hubieran horrorizado a los nazis. Y así como los nazis, tras hacer lo que hicieron, podían cantar misa y hablar de lo que les diera la gana, estos pueden decir lo que quieran sobre la liberación de Euskal Herria o el amanecer del pueblo vasco. Son asesinos sin principios. ¿Queda claro?

Dicho lo cual, ¿que sucede si, como parece altamente probable, el señor De Juana Chaos vuelve a ponerse en huelga de hambre? Pues que el Gobierno tendrá un problema moral. Nunca debió promoverse aquel injusto proceso por los dos artículos de Gara; una vez promovido, lo único que cabía hacer era poner al condenado en libertad por la fórmula que fuera más expeditiva, por ejemplo, un indulto. Eso es lo que yo haría si fuera el Gobierno. Pero no soy el Gobierno, así que me limito a opinar sobre lo que veo y hacer algún vaticinio que otro. Mi opinión sobre el problema en concreto está ya bien clara: en contra de que el señor De Juana esté en la cárcel. Mi vaticinio es que el Gobierno aprovechará la revisión pendiente de la condena el próximo mes de agosto para acudir a alguna chapucilla que aligere la condición del preso siempre que las circunstancias se lo permitan. Y siempre también que el señor De Juana resista hasta entonces porque sigo pensando, en contra de la opinión de gobernantes y jueces, que si un hombre se pone voluntariamente en huelga de hambre no hay derecho a alimentarlo a la fuerza.


La desgracia de ser mujer.

Pues nada, que ayer nos fuimos a ver "La casa de Bernarda Alba" que tiene desde mayo en cartel con gran éxito en el Alcázar la compañía Teatro de la Danza bajo la dirección de Amelia Ochandiano. La señora Ochandiano conoce a García Lorca muy bien y casi parece que fuera él quien dirige, de tal modo están bien administrados los tiempos, los silencios, las entonaciones, que todo funciona para convertir la obra en lo que el autor quería: poesía escenificada. Si algo me sobra son los decorados y mira que son simples, austeros y al servicio de la idea como de agobiante clausura que trasmite la pieza. Cada vez llevo peor los decorados, cualesquiera decorados en estas obras clásicas. Yo no hubiera puesto ninguno o me hubiera atenido a las muy simples indicaciones del poeta que insiste una y otra vez en el color blanquísimo de las habitaciones. Obviamente para que contrastara con el negro del luto de las mujeres y se ajustara a la estética del blanco y negro que él quería conseguir cuando llamaba a su obra un "documental fotográfico".

"Bernarda Alba" es la última obra de teatro de García Lorca, antes de que lo asesinaran tres meses después y culmina la trilogía de las mujeres del campo con "Bodas de sangre" y "Yerma". Me parece que el mejor teatro del poeta granadino gira en torno a ese continente ignoto de las mujeres, lo que es claro si a las obras citadas añadimos, "Mariana Pineda", "Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores" y "La zapatera prodigiosa". "Bernarda Alba", en donde no aparece hombre alguno y sólo se habla de ellos que son los que condicionan la acción en su ausencia, reproduce de modo inigualable un universo femenino claustral, tópico, angosto, terrible que es como un retrato de la lamentable situación de las mujeres de la España rural de la época. Pero donde el genio de Lorca traspasa también la condición temporal histórica para presentar un mundo femenino clásico, hecho de pasiones cruzadas, la dominación, la rebelión, el amor, los celos, la envidia. A mi entender lo que realza más la hondura de esas pasiones humanas es la ligereza y sencillez del lenguaje. Lo dice Amelia, una de las hijas de Bernarda, de la forma simple y rotunda en que hablan las tragedias griegas: Nacer mujer es el mayor castigo. Y por supuesto, ayuda mucho a trasmitir esta sensación la gran interpretación, sobre todo de Maria Galiana, que hace el papel de Poncia, quizá el más rico y matizado de la obra, y Margarita Lozano, que hace una muy buena Bernarda, aunque sea casi imposible reconocer en ella a la Ramona de "Viridiana".

"La casa de Bernarda Alba" es además un drama de clase y de casta donde las distancias sociales, las diferencias de rango están perfectamente marcadas, una crítica, por tanto, de una sociedad cerrada, hipócrita, inhumana, supersticiosa en la que las mujeres viven una vida de ciega supeditación a los hombres. Lo dice la Poncia con la sabiduría y la resignación que da la experiencia:

A vosotras, que sois solteras, os conviene saber de todos modos que el hombre a los quince días de boda deja la cama por la mesa, y luego la mesa por la tabernilla. Y la que no se conforma se pudre llorando en un rincón.
Aquí es donde esta obra clásica habla a todos los tiempos, incluido este nuestro que, al escuchar ese parlamento, tiende a pensar cuánto han cambiado las cosas...y a volver sobre sí en un segundo momento admitiendo que quizá no tanto.

dijous, 7 de juny del 2007

Si lo sé, no empiezo.

¡Qué cruz! Ya no sabe uno si debe tomarse en serio o no el guirigay oganizado a cuenta del comunicado de ETA. Porque es muy heavy ver a la derecha en pie de guerra dialéctica utilizando ese comunicado como un arma arrojadiza contra el gobierno y capaz de todos los golpes bajos que el más estricto reglamento pueda imaginar. Es obvio que la famosa doctrina del señor Rajoy (si Vd. no cede le ponen bombas, y si no le ponen bombas es porque ha cedido) es lo que el señor Rajoy piensa y, con él, los rajoyes de su partido. Traducida a la situación actual suena así: si Vd. no cede le rompen treguas, y si no se las rompen es porque ha cedido. Lo más odioso de este modo de razonar no es que sea moralmente reprobable; es que es lógicamente inconsistente y haga lo que haga ese "Vd." (esto es, el señor Rodríguez Zapatero) no tendrá salvación, le espera el cadalso por traidor o la petición de elecciones anticipadas: si hay tregua es porque se está rindiendo ante ETA y, si no se rinde ante ETA, tiene la culpa de la ruptura de la tregua y las posibles bombas. Es algo tan perverso como obtuso y quien así "razona" no razona en absoluto, sino que embiste ciegamente.

Ayer el señor Iñaki de Juana volvió a la cárcel (no hay tiempo de dedicar un párrafo a este pintoresco asunto, pero lo haremos otro día, porque dará que hablar; a lo mejor vuelve a ponerse en huelga de hambre) y el señor Garzón no dejó salir de España a los señores Otegi y Barrena. A más a más, si yo fuera de la ANV pondría mis barbas en remojo. Según el PP éstas son las pruebas de que hubo negociaciones nefandas pues al endurecer ETA la situación, el Gobierno retira las concesiones que había hecho. ¡Luego hizo concesiones! Por cierto, no veo por qué insisten en este asunto si ya habían dado por buena la "información" de Gara de que había unos "compromisos" del Gobierno con ETA. Es más, dice el señor Acebes (o el señor Rajoy o el señor Zaplana, da igual) este Gobierno interpreta la ley teniendo en cuenta las circunstancias políticas y sociales del momento cuando todo el mundo que no sea un criminal estalinista sabe que la ley debe aplicarse cual es, sin tener en cuenta circunstancia alguna, por donde siempre se cuela la injusticia.

Es asombroso porque este Gobierno no interpreta ley alguna, cosa que compete a los tribunales que, como siempre, adoptan alguna actitud frente al viejo adagio de fiat iustitia pereat mundus. En cuanto a los actos de ejecución de la ley, los verdaderos del gobierno, ¿no han oído hablar estos integérrimos justicieros del principio de discrecionalidad de los gobernantes? Es claro que, a la hora de actuar, todo gobernante debe tener un margen para decidir en un sentido u otro según su criterio y ello teniendo en cuenta precisamente las condiciones sociales y políticas de su acción. Eso es evidente para todos excepto para los señores del PP cuando se trata de enjuiciar la labor del presidente del Gobierno socialista porque, si se trata de enjuiciar la suya, la discrecionalidad se amplia a arbitrariedad.

Todo el mundo sabe que el señor Rodríguez Zapatero no ha actuado con mayor discrecionalidad que el señor Aznar en similares circunstancias. Ayer, El País publicaba dos videos paralelos en los que estaba claro que los discursos de ambos presidentes levantando constancia de la ruptura de la tregua fueron los mismos. Los acercamientos de presos de entonces, las excarcelaciones, el Movimiento Vasco de Liberación, ¿no fueron concesiones? ¿Qué fueron entonces, bofetadas a ETA?

¿Por qué en un caso sí y en el otro no? Está claro, porque no les da la gana y porque no reconocen a los demás derechos que se arrogan para sí. Insisto, eso lo ve todo el mundo y no creo que vaya a pasar factura al PSOE como alborozadamente espera la derecha puesto que, si no lo esperara, ¿para qué pedir elecciones anticipadas?

No obstante, va siendo hora de que el señor Zapatero deje ese tono de plañidera de que "nunca antes nadie" se ha portado como se portan estos jayanes y muestre la determinación y el coraje de defender lo que es perfectamente defendible: se trató de conseguir la paz, como debe ser. Y pues no se consiguió, se lamenta la ocasión perdida y se sigue actuando contra el terrorismo en todas sus manifestaciones con la misma determinación de siempre, que nunca se ha debilitado. ¿Cuál es el problema? El lenguaje que hoy empleó el presidente en el Senado es el que queremos oírle: que la derecha se deje de monsergas y arrime el hombro

No, no, gritan desde la plataforma de ¡Basta ya!, con el señor Savater de corifeo, Zapatero debe dimitir. ¿Por qué ? Porque la tregua ha fracasado. Igual que la de Aznar en 1998 y la de Felipe González en 1989. ¿Por qué tiene que dimitir este presidente y los otros no lo hicieron ni nadie se lo pidió?

El espectáculo es lamentable pero sigo diciendo que yo, de ser del PSOE, no me preocuparía gran cosa por las elecciones. La situación está clarísima: el gobierno socialista se lanzó a tratar de conseguir la paz en el País Vasco, como era su obligación. Enfrente tuvo no solamente a ETA sino también al PP, empeñado en que el proceso fracasara como fuese. Esto es del dominio común como lo es que las patrañas sobre el 11-M, alimentadas por los medios del PP y el propio PP eran una mera maniobra de desestabilización política. Y contra eso no van a poder luchar por más que sus medios (COPE, El Mundo, ABC, La Razón, Libertad Digital) repitan la teoría de la conspiración ad nauseam. No sé quien dijo que "ETA nunca pierde una ocasión de perder una ocasión", pero acertó de lleno.

Por lo demás, ¿es tan difícil entender que este Gobierno ni ninguno otro de España no puede conceder lo que ETA pide porque no está en su mano? ¿Que ETA no va a ganar nunca? ¿Y que, en consecuencia, volver a los atentados es una decision cruel y estúpida?


Tele Madrid.

Ayer vi el teledario de Tele Madrid porque la TVE 1 emitía un partido de futbol. Esa cadena es algo asombroso, es una cadena del PP, al servicio del PP y, más concretamente, de doña Esperanza Aguirre. Hasta los locutores emiten opinión en lugar de información. Uno no da crédito a lo que ve y oye. Una TV pagada con dinero de todos los contribuyentes, pero al servicio de un partido y así resulta que los votantes del PSOE tienen que sufragar un servicio donde se les pone verdes y se ataca a sus representantes, especialmente al presidente del Gobierno. Una prueba más de lo que la derecha hace con las instituciones y los servicios publicos, instrumentalizarlos sin reserva ni "complejo" alguno en beneficio de sus intereses.

La comisión.

La comisión que ha de hacer resurgir de sus cenizas al PSM estará presidida por la señora Narbona. Dicen los socialistas que están dispuestos a todo, a no contar más que con gente pura y sin ambición personal de querer ser secretario general, con gente válida. Lagarto, lagarto, los quieren mansos. No entiendo por qué esté mal tener la ambición de ser secretario general. Lo encuentro muy razonable. Lo malo no es tener ambición sino hacer juego sucio, actuar de acuerdo con intereses creados. Ese es el peligro del PSM. Ayer el señor Blanco se reunió con los representantes de las corrientes enfrentadas en el PSM, los socialdemócratas y los acostistas. ¿Para qué? Espero que no para hacer otro reparto de influencias en el PSOE, sino para decirles que se vayan de una vez.

En todo caso y supuesto que la señora Narbona sea imparcial en el avispero madrileño, a la hora de presidir esa comisión conviene no olvide que un dromedario es un caballo dibujado por una comisión.

dimecres, 6 de juny del 2007

Claridaz, certidumbre, seguridaz y nada de ambigüedaz.

El de ayer fue un día solemne. Al comunicado de ETA siguió una sarta de declaraciones institucionales, declaraciones por institucionalizar, valoraciones, críticas, menosprecios y solidaridades internacionales. Supongo que ya nadie negará que el centro de la política española es el conflicto/no conflicto vasco y, más en concreto, ETA. Cuando dice, cuando calla, cuando mata y cuando no mata, todo gira en torno a ella. Si en lugar de dedicarse a asesinar, ETA fuera una compañía de ballet siempre agotaría las entradas, tal es la publicidad que se le hace. Quizá sea también llegado el momento de poner remedio a esta absurda situación.

Para ello, corríjaseme si me equivoco, basta con tener claro qué se hace en cualquiera de los dos posibles supuestos:

Supuesto a, ETA delinque, asesina, secuestra, extorsiona, etc. Se procede contra ella por las vías policial, judicial y, si necesario es, legislativa. Esto último puede sonar extrañamente pues, según se dice, algunas normas, como la Ley de Partidos, son inconstitucionales ya que introducen un estado de excepción de facto. Inconstitucional no es y, en cuanto al estado de excepción, tampoco debe asustar tanto. Está previsto y lo está para ser empleado. Lo que tiene que hacer el Estado es proclamarlo si se ve obligado a ello y hacerlo de iure. Es ETA quien tiene un estado de excepción de facto en el País Vasco.

Supuesto b, ETA deja de delinquir y pide conversaciones. Se atiende a cuantas conversaciones sean precisas para averiguar cómo depone las armas definitivamente, sin hacer más concesiones que las que aconsejen razones humanitarias puesto que sus objetivos políticos pueden reivindicarse libre y pacíficamente en nuestro país. Lo que sucede es que ETA no quiere reivindicarlos sino obtenerlos por cesión de "Madrid", ente misterioso y proteico que a veces tiene forma de Gobierno, a veces de Parlamento y a veces de Estado con corona o sin ella. Bien cierto, pero no hay que entretenerse con esto. Ya se sabe que, en condiciones de normalidad, ETA quiere la luna.

Ahora bien, para conseguir que la cuestión etarra-abertzale-nacionalista se sitúe en sus exactas dimensiones en la política española es imprescindible que todas las organizaciones, excluidas ETA y Batasuna, coincidan en un criterio simple: la cuestión del terrorismo no es objeto de debate político y todo el mundo respalda al Gobierno. Por supuesto, el gobierno puede cometer errores en el desempeño de su tarea, bien sea la de reprimir (en el supuesto a), bien la de conversar (en el supuesto b), pues nadie está libre de ellos. Criticar esos errores es un derecho de las fuerzas políticas que apoyan al Gobierno porque ese apoyo leal no puede ser acrítico. A este respecto, a mi entender, el Gobierno viene errando desde el principio al exigir un apoyo sin fisuras. Que el PSOE se lo diera en su momento al gobierno del señor Aznar, con lamentable falta de sentido crítico, no le da derecho a pedir que los demás hagan la misma dejación.

A su vez, la oposición conservadora no puede magnificar y desorbitar las críticas legítimas hasta convertirlas en un ataque en toda regla al Gobierno, adoptando una actitud de sistemático boicoteo de toda acción gubernativa que impide que el Ejecutivo pueda llevar adelante su política. Pero es lo que hace.

Armados con este sencillo criterio, vamos a examinar las principales reacciones de ayer al dichoso comunicado de la dichosa ETA.:

El presidente del Gobierno estuvo bien, sereno y comedido, como acostumbra, pero repitió dos errores: volvió a exigir apoyo unánime y no fue taxativo en responder a los pistoleros que si quieren supuesto a, habrá supuesto a. Y nada más.

El señor Rajoy, que tiene la costumbre de convertir las dentales sonoras "des" en fricativas interdentales sordas "cetas", volvió a negar el pan y la sal al gobierno e insistió en el embuste del "proceso de rendición" de los socialistas al pedir a su presidente que "rectifique". Vuelve a ser la actitud desleal que ha presidido esta legislatura y que tantas bazas ha dado a ETA. Escatimar el apoyo de la oposición al gobierno legítimo del Estado en la lucha contra una banda de terroristas es mezquino, irresponsable y bastante canalla. Francamente hablando.

El señor Llamazares habló con mucho sentido común. Cada vez me gusta más el secretario general de IU. Hay que ver cómo ha cambiado esa organización desde los tiempos del inefable señor Anguita. La actitud del señor Llamazares es muy constructiva, aunque no sé si es la mejor para sus intereses electorales.

Los señores del PNV y de CiU, también muy oportunos, hablando de unidad de los demócratas. Aquí de unidad hablan todos, hasta los franceses, todos menos el señor Rajoy.

Por último, los correveidiles de Batasuna hicieron el acostumbrado ridículo. El señor Otegi dijo muy serio que la responsabilidad de la ruptura de la tregua era "exclusivamente de ETA", cosa obvia por cuanto él no pinta nada cuando hay tregua ni cuando deja de haberla. Añadió que la culpa del "colapso del proceso" (sic) era del PSOE y del PNV. Interesante, jesuitica distinción entre "responsabilidad" y "culpa". No pueden evitarlo. Lo llevan en la sangre.

Llegados aquí, los mentideros hierven de suposiciones acerca de a quién beneficia y a quién perjudica electoralmente la ruptura de la tregua. Hay incluso quien dice que al PP le vendría bien algún atentado y que eso le haría ganar las elecciones. Puede que sí y puede que no. Por más que la distinguida troika conservadora se desgañite, hay dos hechos clarísimos imposibles de ocultar: Primero, el señor Rodríguez Zapatero no se había rendido a ETA, de acuerdo con la acrisolada doctrina del señor Rajoy, según la cual, si el señor Rodríguez Zapatero no cede, le ponen bombas y, si no le ponen bombas, es porque ha cedido. Una bomba más (la del 30 de diciembre no debió de parecerle suficiente) y hasta el señor Rajoy tendrá que admitir que el presidente del Gobierno no ha cedido.

Segundo, el PP se niega de raíz a apoyar al gobierno en la política antiterrorista. Y como estos dos hechos son evidentes a los ojos de todo el mundo, el resultado electoral está en el aire. Habrá que ver qué dice el barómetro del CIS que recoja la opinión posterior a la ruptura de la tregua. Si fuera el PSOE, no me preocuparía. La gente no es tonta, como ya demostraron hace unos días los navarros, cosa que reconoce ahora hasta el señor Miguel Sanz, el que decía que los socialistas pretendían vender Navarra a espaldas de los navarros.

Violencia machista.

En la última semana ha habido siete casos de asesinato de mujeres a manos de sus parejas o ex-parejas y la siniestra contabilidad de la violencia de género sigue aumentando. Sin duda las medidas de todo tipo que se han tomado y continúan tomándose, de carácter legislativo, judicial, policial, etc. presentan muchas insuficiencias pero, en líneas generales muestran una preocupación social genuina y un deseo bastante generalizado de poner coto a esta barbarie.

Lo que sucede es que para conseguir éxito en el empeño hay que cambiar la mentalidad de la gente, tanto hombres como mujeres, y eso no es fácil, ni se consigue de la noche a la mañana. Largos siglos de sometimiento de las mujeres a los hombres, prácticamente sin límite alguno, de aceptación y hasta de idealización de prácticas violentas no se borran de un plumazo. ¿Quién no se acuerda de la expresión "crimen pasional", que suponía una exculpación del criminal siempre que hubiera cometido su delito "cegado" por los celos? Son siglos embelleciendo la violencia de género como algo fatídico pero normal, hermoso, trágico. El cuadro de Frida Kahlo, "Unos cuantos piquetitos" horroriza por lo que tiene de consideración, digamos, ordinaria del hecho bestial.

Hoy cuando sale a subasta por un pastón una de las obras más famosas de Julio Romero de Torres, quien "pintó a la mujer española", cabe recordar uno de sus cuadros más famosos, Cante Hondo, una bellísima alegoría andaluza y una interpretación simbólica de la poesía y el alma de su pueblo, cuyo punto central en primer plano, es un asesinato de género del que, pintorescamente, se sigue que hemos de solidarizarnos con el dolor del asesino y no con la asesinada.

Mientras sigamos considerando como obras de arte relatos o imágenes que se sustentan en actos de violencia y crímenes machistas es evidente que tendremos un problema a la hora de ponerles coto. Y el asunto es difícil porque son obras de arte como de hecho lo es uno de los óleos más famosos de Magritte, verdadera quintaesencia del surrealismo y en el que se vuelve a hacer hincapié en la interpretación torcida, ya que se llama "El asesino amenazado", dando preeminencia a la peripecia del hombre sobre la de la mujer cuya muerte no pasa de ser una mera anécdota que da pie a la historia.

Efectivamente, no es fácil cambiar una mentalidad que se ha ido acuñando a lo largo de milenios, que tuerce nuestro juicio estético al extremo de hacerle pasar por encima del moral (¿qué diferencia hay entre estas imágenes y las concepciones del Marqués de Sade?) y que aún hoy sigue vigente en amplísimas partes del planeta. Véase, si no, el cartel de la derecha, una admonición oficial de la República Popular China en los años 70 en contra de la violencia machista.

Y no es fácil porque la emancipación de las mujeres, que tengo por la más importante revolución de todos los tiempos, consecuencia y superación de las revoluciones burguesas de los siglos XVIII y XIX, suscita la correspondiente resistencia en la parte masculina que ve cómo pierde privilegios que tenía como ley natural. No hay que cejar ni un instante en el empeño y no hay que desanimarse ya que aún ha de correr más sangre, a medida que las mujeres consigan vivir sus vidas en pie de igualdad con los varones. La libertad no se obtiene graciosamente; hay que conquistarla.

dimarts, 5 de juny del 2007

La querencia.

Vuelven los de las pistolas por donde solían. Han esperado a que pasaran las elecciones para no ponérselo imposible a los sacrificados muchachos que tienen que compartir instituciones con los gorrinos pero, una vez celebrados los comicios, que cada palo aguante su vela, sí señor.

En realidad, nunca se habían ido del todo y la tregua ya la habían volado en pedazos el 30 de diciembre, o sea que la ruptura de ahora no es que sea declaración para consumo interno, sino un verdadero mantra para iniciados. Han roto lo que ya habían roto y nunca habían dejado de romper.

Bueno, ¿y qué? Business as usual, no hay que dar al asunto mayor importancia de la que tiene, que no es mucha pues, como suele pasar con esta gente, la tregua era una añagaza. Porque decir a estas alturas que sólo conciben una negociación que acabe en la independencia de Euskal Herria equivale a decir que toda tregua es una coña y que sólo se considera un posible supuesto: la victoria incondicional de sus exigencias. Es decir, más de lo de siempre. Se me ocurren algunos comentarios:

Primero: los servicios secretos españoles no son tan malos como se supone, pues ya habían advertido que algo así estaba preparándose.

Segundo: oído a las interpretaciones del sector "político" del MLNV, esto es, de los "botones" de ETA. Supongo que saldrán diciendo que "ya lo advirtieron" ellos, como si fueran alguien a la hora de decidir y no meramente gentes que están comprando su impunidad a cambio de justificar lo injustificable, esto es, los asesinatos.

Tercero: interesante también será la actitud del PNV, una parte del cual, en concreto el sector de Josu Jon Imaz, ha estado opositando a número uno en tiro en la nuca por cipayo y gorrinamente españolista.

Cuarto: a ver cuánto se tarda en entrar en un conflicto con los electos de ANV apenas se dé un atentado y estos se nieguen a condenarlo, argumentando que ya condenaron la violencia in illo tempore en sus estatutos primigenios.

Quinto: será fascinante observar cómo encaja la derecha española esta noticia en su melopea del proceso de rendición, la venta de España, Zapatero genuflexo ante ETA y otras estupideces, digno contrapunto a las que sueltan los pistoleros en sus profundas consideraciones teóricas. No haya temor, por supuesto: en cualquier caso, volverá a hacer bandera partidista del asunto y a cargar contra el presidente del Gobierno, el principal "fascista" español en el fino análisis etarra.

Sexto: hablando de epítetos, ¿de qué me sonará esto de llamar "fascistas" a los socialdemócratas?

Decía A. Machado: "Nunca extrañéis que un bruto se descuerne luchando por la idea"... o por lo que tiene como tal.

La marcha de Simancas.

Ayer, el señor Simancas decidió escuchar la voz del sentido común y presentó su dimisión como secretario general del PSM. Cuando renunció a ser de nuevo candidato en las elecciones autonómicas, este modesto bloguero escribió: "Eso de que no volverá a ser candidato en las siguientes autonómicas es muy razonable, pero ¿para qué quiere quedarse enredando en el PSM? No soy yo quién para decir a los socialistas lo que tienen que hacer, pero desde que el mundo es mundo jamás los beneficiados de lo antiguo han sido heraldos de lo nuevo, jamás han traído cambio genuino aquellos que proceden del régimen anterior." O sea que ahora me corresponde aplaudir su actitud en el entendimiento de que lo de menos es si la dimisión ha sido cosa suya, que parece poco probable, o inducida por el señor Rodríguez Zapatero, como se malician bastantes. El caso es que se ha ido uno de los mayores obstáculos a la pendiente renovación del PSM. Corresponde agradecerle los servicios prestado y seguir adelante.

El PSM lleva veinte años perdiendo elecciones en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid. Ha fundido diversos candidatos (Leguina, Almeida, Simancas a la Comunidad; Barranco, Morán, Jiménez, Sebastián al Ayuntamiento) sin que ninguno de ellos haya conseguido nada. En el interín, el PSOE ha estado, dejado de estar y vuelto a estar en el gobierno del Estado. O sea, que algo pasa en el PSM. El señor José Blanco reconocía hace unos días que los socialistas tienen "un problema en Madrid". Sí, en efecto, ese problema se llama PSM y antes FSM.

Un problema porque ese partido está dividido en dos o tres corrientes sólo distinguibles por sus respectivos intereses, corrientes que viven de espaldas a la realidad de la Comunidad y del municipio más importante de España, que sólo atienden a sus pactos, equilibrios, compromisos para repartirse cargos, escaños, sueldos, compuestas en buena medida por burócratas adocenados y gentes del aparato sin otro horizonte que mantener sus respectivos chiringuitos, si es cum imperium, como decían los romanos, estupendo, pero si ha de ser sine imperium, también les vale mientras no los muevan de las sillas.

Esta permanente discordia interna, apenas contenida a través de pactos más o menos elegantes, configura un partido sin ideas, sin iniciativas, sin líderes de peso, sin pulso, sin horizonte. Un partido de ugly losers, resignados a esta condición mientras sigan beneficiándose de las rentas que trae la ley de hierro de la oligarquía que en Madrid se aplica hasta el paroxismo.

De nuevo no corresponde a nadie decir a la comisión gestora que ha de formarse para salir del cenagal cómo debe proceder, pero la mera experiencia aconseja no andar con miramientos ni contemplaciones: si el resultado de esa gestión vuelve a ser algún tipo de arreglo o apaño entre las corrientes o tendencias enquistadas por doquier, el PSM volverá a darse un batacazo electoral. Esta vez la renovación tiene que ser una verdadera refundación. No quiero dar nombres, pero es evidente que ninguno de los que se han identificado con las corrientes debiera tener nada que decir en un PSM refundado.