diumenge, 9 de setembre del 2012

Rajoy y Rubalcaba o cómo hundirse en las encuestas.

El gráfico de Metroscopia en El País de hoy cuenta la verdad de la vida, lo que todos vemos en la calle, el ánimo que se respira. El 84% de la ciudadanía desconfía de Rajoy. Perfectamente comprensible. Lo que no entiendo es en qué está pensando el otro 16%. Y el caso de Rubalcaba es todavía peor: el 89% desconfía de él. Ya hace falta ser malo para ser peor que Rajoy, pero Rubalcaba lo ha logrado porque en algo vence sin duda a su rival: si este no hace nada, él hace aun menos.
Rajoy carece de talla, de prestigio y, desde luego, de condiciones intelectuales para el cargo. Normalmente no se le entiende cuando farfulla algo y, cuando se le entiende, es porque está mintiendo. Rubalcaba también borda la nadería más engolada y todo se le va en esa actitud de abuelo bonachón, paciente con las travesuras de los niños. Los niños son los dirigentes y militantes de su partido que ven como este se hunde en los sondeos y corre el riesgo de convertirse en una fuerza política irrelevante, como ya lo es en Madrid y en Valencia y que exigen un cambio de rumbo a la dirección del partido. Pero Rubalcaba sabe más porque para eso lleva 30 años de servicios ininterrumpidos a la Patria. ¡A él van a decirle, con la experiencia que tiene! Paciencia y barajar que dentro de tres años sabe el hombre que va a ganar.
Será dentro de tres años. De momento, si se celebraran elecciones ahora, el PSOE sacaría un 25% del voto, su porcentaje más bajo jamás. Y lo grave es que no se beneficia en nada del descenso de 16 puntos porcentuales que ha tenido el PP desde marzo, 16 puntos que se irán a la abstención o a partidos menores que, a lo mejor, dejan de ser menores gracias a la obstinación de Rubalcaba de ofrecerse como alternativa que nadie quiere.
Los sociatas están reunidos en el Comité Federal a puerta cerrada para, supongo, hacer examen de conciencia y poner en orden la casa. Son ganas de perder el tiempo. Esta dirección está quemada. Ha tenido casi un año para articular una política alternativa al ataque y el desastre del PP y no ha hecho nada, salvo quejarse de que la derecha la desprecia. Parece que la reunión de hoy está pensada para dar un giro: no tiene sentido seguir con una política de oferta de pactos al PP que no quiere ni oír hablar de ellos. Brillante conclusión. Se parece mucho a aquella lógica absurda que traslucía una canción de Nat King Cole: "para qué quiero tus besos si tus labios no me quieren ya besar". Igual de absurdo. Igual de inepto.  El Comité Federal parece pensado para consagrar este nuevo cambio de rumbo, a ver si se consigue que el personal vuelva a considerar el PSOE como un partido capaz de gobernar según sus presupuestos y no de echar a correr a la primera dificultad, como hizo Zapatero, dejando abandonados a millones de votantes o como el Mr. Conejo de John Updike
Si Rubalcaba y su gente no resultaban creíbles cuando decían que harían algo distinto a lo que habían hecho en el gobierno, excusado es decir ahora cuando dicen que van a hacer algo distinto a lo algo distinto que hicieron antes. Hasta la credulidad de los militantes socialistas tiene, supongo, un límite.
Rajoy cuenta aún con un margen porque es el presidente del gobierno y le quedan tres años. Rubalcaba ha agotado el suyo y lo que está haciendo es hundir el PSOE.
Y todo por un capricho. Porque si, cuando se nombró a Rubalcaba candidato a la presidencia en 2011, era lo mejor que podía hacerse en las condiciones de emergencia de entonces para salvar el PSOE, hoy, con las elecciones perdidas, sin prisas y con tres años por delante para preparar las próximas, es absurdo que se presente de nuevo el derrotado de 2011 que, como se ve claramente, ni simpatiza con la gente, ni despierta confianza ni consigue levantar la intención de voto al PSOE.

A puerta cerrada.

Voto a tal que la dirección del PSOE vive en el pleistoceno. Hoy el comité federal del partido debatirá a puerta cerrada el informe del secretario general. ¡Qué pleistoceno! Antes, incluso, en la época de la guerra fría, cuando Kruschef presentó un informe secreto al XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) en 1956.
Un informe ante los 250 miembros del Comité Federal a puerta cerrada es, de hecho, un informe secreto.
Informe secreto, puerta cerrada. ¿A qué suena esto? ¿A qué suena en la era de internet, de la información universal en tiempo real?
¿Cómo va a impedir Rubalcaba que se filtre en las redes su documento si, al declararlo secreto, ha puesto a todos los hackers, wikilikeanos, anonymous sobre la pista de la codiciada presa?
Y, sobre todo, ¿cómo va a impedir que algunos de los 250 compañeros socialistas tuiteen desde sus móviles lo que esté pasando en el Comité Federal? La única forma que se me ocurre es que instale un inhibidor de frecuencias, con lo que dejará el Comité fuera de cobertura. Pero, ¿hasta dónde está dispuesta a llegar la dirección del PSOE para impedir que se haga público su debate interno? Y, sobre todo, ¿por qué lo oculta?
La puerta cerrada va a estar abierta de par en par. Pero lo interesante aquí es indagar en el uso de las fórmulas. A puerta cerrada, sin duda algo previsto estatutariamente, supongo, transmite una idea de secreto y misterio, enemiga de la transparencia democrática del debate político. ¿Qué decía el Informe secreto de Kruschef? Pues básicamente que Stalin, su antecesor en el cargo en el PCUS, era un déspota, un tirano y un criminal. ¿Qué dirá el secreto informe de Rubalcaba? No acusará a Zapatero de criminal, imagino, pero lo criticará, no se sabe si reconociendo o no la parte de culpa que a él le cabe. Kruschef no lo hizo; Rubalcaba, más realista, algo admitirá; pero poco.
Si las palabras no son gominolas, cuando se anuncia un debate de estrategia, se está hablando de cuestiones graves, de principios, de valores, de compromisos e ideales. Hurtar este debate a los militantes en particular y a la opinión pública en general es ir directamente contra el espíritu del tiempo, el Zeitgeist.
No han calculado bien los socialistas el desastroso efecto que esta actitud de madriguera va a producir en una esfera pública dominada por la comunicación. Les brindo las dos consecuencias inmediatas:
1ª: al final del sanedrín, el secretario general ofrece él solo una rueda de prensa. Todo un adelanto. Ya han conseguido que el partido hable con una sola voz: la del jefe. El contenido es imaginable, pero Palinuro, no siendo profeta, esperará a que Rubalcaba lo exprese. Lo interesante ahora es eso: una única voz, algo ya cercano al temible "pensamiento único". ¿Y los 249 restantes? ¿No van a hablar? ¿Remitirán todos a la sabiduría incontestable del secretario general? ¿Nadie esbozará una crítica? No es creíble, ¿verdad?
2ª: una vez recibido el verbo del secretario general y debatido a calzón quitado, cara a cara pero a puerta cerrada, al final, los 250 miembros de tan augusto órgano se diseminarán por todos los puntos geográficos del reino llevando a los suyos noticia de la nueva estrategia. Es como la difusión de la verdad en un espíritu evangélico. No saben para qué sirven las redes sociales. No saben emplearlas. Pero el debate van a tenerlo precisamente en las redes sociales.
¡A puerta cerrada! Hay que fastidiarse con los que quieren conquistar el futuro.

dissabte, 8 de setembre del 2012

Los abalorios de Las Vegas y los gobernantes palurdos.

El largo tira y afloja entre el multillonario de extrema derecha Adelson y los paletos españoles de todos los niveles de la administración toca a su fin. Parece que gana Madrid frente a Barcelona, probablemente porque habrá ofrecido condiciones más suculentas que los catalanes, habrá hecho más concesiones, se habrá arrastrado más o habrá prometido más oro y más moro.
Porque ese es el negocio de Adelson: llegar a un sitio, ofreciendo instalar su basura de neón y que las autoridades del lugar, emocionadas con el maná que el gran dios gringo promete, le entreguen las llaves del reino y se pongan a su disposición para lo que guste mandar. Ya ven sus eriales convertidos en jardines colgantes artificiales en donde nadan cocodrilos amarillos en aguas color rubí y Landrú se columpia de una reproducción de la Torre Eiffel a tamaño natural.
Serán palurdos...
Alderson viene a hacer negocios él; a sacar dinero él en un país en el que los aborígenes, es decir, nosotros, no sabemos hacerlo. Sus condiciones son leoninas: 1) Diez años de vacaciones fiscales (que pagaremos los españoles); 2) participación propia del 35 por ciento; el resto lo ponen españoles; 3) construcción de infraestructuras a cargo de los españoles; 4) todo tipo de ventajas laborales para el patrón; 5) derogación de cuantas leyes nacionales le molesten: de momento es la ley antitabaquismo, pero puede ser tambien la legislación contra el blanqueo de dinero o lo que sea; 6) prohibición de los sindicatos. Y eso en cuanto a las estipulaciones públicas, que se conocen. Luego están las secretas, que no se conocen, en lo esencial, el compromiso de devolverle su dinero si las cosas van mal.
¿Es que somos imbéciles?
Pues sí, lo somos. Sobre todo, el gobierno, encantado de que venga un pollo con una estafa muy preparada para colaborar con él expoliando (más) al pueblo español.
Porque ¿qué tiene este proyecto que unos empresarios españoles -si hubiera alguno capaz de pensar a un nivel superior al de las gallináceas- no pudieran ofrecer por su cuenta? Los adefesios de Las Vegas, las imitaciones de las pirámides, el Taj Mahal, o el Kremlin, no pagan derechos de autor y cualquiera puede erigirlas. De las ruletas y máquinas tragaperras no hace falta hablar y los clientes los vamos a poner todos nosotros, españoles y europeos; la demanda es nuestra. ¿por qué echarse en brazos de un extranjero que apenas arriesga el 35% del total invertido y en condiciones de absoluta seguridad?
Pues porque somos unos palurdos y nos merecemos que vengan estos avispados a explotar nuestros recursos y quitarnos los cuartos poco más o menos como, hace 500 años, los conquistadores quitaban el oro a los aborígenes de América con abalorios. La dirección de la estafa ha cambiado, pero la estafa es la misma y los mismos los estafadores y los estafados con los roles invertidos.
Palinuro no tiene nada en contra de un Las Vegas en Alcorcón, Paracuellos o donde sea en Madrid o en otra parte de España. Nada. Al contrario, es una buena idea, mueve mucho dinero, dará mucho trabajo y aumentará la riqueza general. Tiene en contra de que se haga bajo patrocinio y administracion extranjeras en lugar de poner en marcha un proyecto exclusivamente español si acaso con participación de capital europeo, pero con iniciativa española y europea. No por patriotismo sino por interés. Exactamente como lo hace Adelson.
Pero convencer de esto a unas autoridades absolutamente paletas, que no hablan idiomas, no han viajado más allá de Alpedrete y creen que God bless America significa "hazte de oro en diez segundos", es imposible.
Y no se crea que la oposición tiene mejor papel. Allí en donde las derechas en el gobierno babean tras los dólares del toco mocho de Adelson, la oposición todavía hace más el ridículo articulando su crítica en un terreno absurdamente moral: la prostitución, el juego, la trata, el blanqueo... ¡Sodoma y Gomorra a un paso de San Francisco el Grande! Este juicio tan convencional sobre el real Las Vegas me hace sospechar que quienes lo formulan con gazmoñerías de beata de adoración de María no han estado jamás en Las Vegas ni la han visto por el forro. Lo que dicen parecen las tonterías del Ejército de Salvación y no es más aplicable a Las Vegas que a Chicago o El Paso. Y ello sin contar con que Madrid tiene más putas, putos, ludópatas, proxenetas, pederastas (cuenten los curas), blanqueadores de pastuqui, corruptos y ladrones, sin contar políticos sinvergüenzas, que diez Las Vegas juntas.
(La imagen es una foto de stevendepolo, bajo licencia Creative Commons).

Zafarrancho de combate.

Está claro: España será rescatada. Rescate blando, suave, duro, eso ya se verá. ¿A qué coste? Ya nos lo dirán, cuando Rajoy formule la petición. ¡Ah, pero el astuto Rajoy no quiere formular petición alguna antes de conocer las condiciones! Sí señor, el buen jugador de mus mantiene el farol. ¿Hasta dónde? Hasta donde lo permita la prima de riesgo. Si vuelve a subir a lo loco habrá que pedir el rescate ipso facto para no obligar a los españoles a pagar todavía más; si se queda quieta, el gobierno tendrá un margen para hacerse el interesante.
¿Qué cómo se hace interesante un gobierno en Europa? Atacando a la propia población, privándola de sus derechos, reprimiéndola, empobreciéndola. Los ejemplos son ya innumerables: los salarios, las jubilaciones, las prestaciones por desempleo, las ayudas a los dependientes, la enseñanza y la sanidad públicas, todos los beneficios del Estado del bienestar están bajo ataque, bajo un fuego graneado por decreto que está derribando el sistema de protección y justicia social que se puso en marcha en Europa a partir de la segunda guerra mundial y en España recibimos tardía e incompletamente. Y, mira por dónde, además de tardío e incompleto, resulta que es insostenible, según pontifica Aznar. No se moleste nadie en ir a la hemeroteca a buscar las veces que Aznar habrá dicho que su mayor preocupación es conservar y mejorar el Estado del bienestar. Serán docenas. Pero eso al personaje le da igual: el Estado del bienestar, las armas de destrucción masiva, los desiertos y lejanas montañas. Todo le da igual. De lo que se trata es de vencer ideológica y militarmente a los que los amos del mundo (básicamente los Estados Unidos, en segundo círculo los países anglosajones y en tercero la Unión Europea) consideran enemigos. Sin olvidar que estos son externos, como los radicales islamistas, o internos, como los radicales a secas.
Esta guerra del gobierno contra su propio pueblo no es la única que tiene que luchar. También tiene otra en la derecha entre partidarios y adversarios de Rajoy, siendo los primeros ABC y La Razón y los segundos El Mundo y La Gaceta. Y otra más en el caso Uribetxeberria. La primera, la que divide el frente mediático impreso de la derecha, se refiere al modo en que Rajoy está encarando la negociación del rescate. Como un idilio de amor entre Merkel y Rajoy, al modo de Tristán e Isolda, según los muy ditirámbicos ABC y La Razón. Como una "bajada de pantalones", según el siempre pintoresco lenguaje de El Mundo y, por supuesto, La Gaceta.
La segunda divide al PP entre los duros de la política antiterrorista y los más duros aun ya que nadie tolera que lo consideren blando. Los primeros quieren al etarra fuera por razones humanitarias; los segundos lo quieren dentro también por razones humanitarias, aunque más pendientes de las víctimas.
Esta gresca de la derecha es posible porque la izquierda no es una amenaza. El PSOE está desmantelado desde la derrota del 20N, con una capacidad de reacción limitadísima. Pasar del gobierno a una oposición parlamentaria irrelevante desconcierta. Pero, a casi un año ya de las elecciones, hora va siendo de que el socialismo haga acto de presencia que no sea para decir que no hay modo de tratar con la derecha gobernante.
En IU reina el optmismo. El ejemplo syriza resulta fascinante y va a ensayarlo en Galicia, aprovechando la evidente radicalización social general. Su esperanza es alzarse con la hegemonía de la izquierda, como en Grecia y, de ahí, irradiar a toda España. Por primera vez en la democracia esa pretensión no es enteramente disparatada.

divendres, 7 de setembre del 2012

El gobierno de los ricos.

Alberica, la nibelunga, vino acompañada de un puñado de valkirios, a hacer negocios con los spanische Partnern, o sea, los empresarios españoles. Estuvieron estos encabezados por el jefe máximo de la patronal, Juan Rosell, antes presidente de Fomento del trabajo nacional, la patronal catalana. Queda claro y patente a la luz del día que el gobierno de España es de los empresarios. A nadie se le ocurre una reunión así en la que estuvieran los jefes sindicales. El trabajo está ausente de la labor de un gobierno cuya ministra competente es incompetente por no haber trabajado en su vida, salvo como cargo de su partido. El oído del presidente lo tiene Juan Rosell.
El gobierno comprende empresarios, se relaciona con ellos y razona como ellos. Su actividad legislativa consiste en convertir en leyes (mejor dicho, en decretos-leyes) los deseos de los empresarios. Por eso, la ministra Báñez, la que no ha trabajado nunca, quiere suprimir las vacaciones pagadas con la excusa de que "no podemos permitírnoslas". Es el clásico truco de la fabla absolutista de la derecha. ¿Quiénes no nos podemos permitir las vacaciones pagadas? ¿Quiénes somos nos? Es evidente, ¿verdad? Los empresarios, porque los trabajadores todos pueden permitirse las vacaciones pagadas; hasta les gustaría tener más.
Los griegos, en situación parecida, ya están pensando en la jornada semanal de seis días. A trabajar los sábados. Aquí se planteará en cualquier momento. Y luego vendrá el límite de jornada laboral, el salario mínimo y, si la gente se deja, la idea misma de salario. Si hay quien está dispuesto a trabajar por la pitanza, ¿por qué no? ¿Por qué pagar a los trabajadores sus vicios, como los zapatos o la vivienda? Que se busquen la vida, como todos.
Y no digo nada del seguro de desempleo pero, ¿acaso este no es una forma de vacaciones pagadas a cuenta del Estado?  ¿Y las jubilaciones? ¡Vacaciones pagadas sin límite temporal a cuenta de las generaciones venideras! Fuera con ellas.
Obsérvese que estas políticas ultraliberales no se reducen a poner coto y desmantelar el Estado del bienestar sino que plantean la represión en el terreno de los derechos fundamentales de la persona. No son criterios de ahorro, sino económicos de beneficio, morales y políticos los que están en juego. Los ricos quieren ser más ricos a costa de los pobres. Viene todo de la idea dominante de la productividad de España como conjunto, de ver el país como una empresa, gestionada con criterios empresariales. Esto es, una vez asegurada la financiación a través del rescate blando, ahora hay que poner en marcha actividades empresariales con alta productividad, que se obtendrá esencialmente deprimiendo los salarios directos e indirectos. 
Y había quien decía que el PP y el PSOE son lo mismo.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dijous, 6 de setembre del 2012

Tú miente, que algo siempre cuela.

Cada cual verá el espectáculo de hoy en La Moncloa con los cristales del color que le apetezca. Los patriotas de la "gran nación", el Imperio, la España imperecedera, cuna de civilizaciones y rojos en las cunetas, verá un exitazo de la política clarividente de Mariano Rajoy, de su habilidad negociadora, su dominio de la situación. Él solo ha doblegado con un único gesto a Alemania y Bruselas, ha hecho morder el polvo a los enemigos de España, ha salvado a esta de la ruina y ha garantizado su estabilidad y su futuro.
Para Palinuro, siempre más realista, el país ha visto al presidente de la gran nación puesto de hinojos, implorando dinero de la alemana que ha desembarcado hoy en su Estado-cliente mientras su agente en Bruselas, Mario Draghi, hacía sonar la bolsa y negaba cualquier ayuda que no fuera en los términos de un rescate, palabra que Rajoy se niega a emplear pero que define muy bien una situación expresa en las de Angela Merkel en sentido invertido: "yo no he venido aquí a decirle lo que tiene que hacer". Es decir, es exactamente a lo que ha venido: a dar las órdenes. Y estos neofranquistas del gobierno, acostumbrados a pasar como muestras de fiera independencia sus reverencias lacayunas, encantados de la vida de que les digan lo que tienen que hacer porque, si no es así, no lo saben.
El propio Rajoy ha hecho su habitual papel de mentiroso compulsivo a la perfección. Al final de la mañana estaba todo meridianamente claro: Merkel autoriza a que Draghi afloje la bolsa y entregue dinero siempre que España pida el rescate oficialmente. Con esto ya solo quedaba una pregunta y sólo quedaba alguien que pudiera contestarla: "Señor Rajoy, ¿pedirá usted el rescate?" La pregunta se hizo, pero el presidente, mirabile dictu, no la contestó. ¡A él lo van a atrapar contestando a cuestiones difíciles en las que te puedes pillar los dedos!
Dejó sin contestar la pregunta, como hace siempre que algo es de importancia, y se puso a decir incongruencias y mentiras, como acostumbra y que le salen mucho mejor que las respuestas concretas, si bien solo contribuyen a consolidar la opinión general de que este hombre no tiene categoría ni para conserje de casino. Ni siquiera el de Eurovegas. Aunque parezca mentira, su declaración formal y la que la página web de La Moncloa destaca en portada es: Hoy queremos disipar de forma categórica cualquier duda sobre la continuidad del euro. Es un enunciado tan fantástico, absurdo y estúpido que no solo retrata al que lo profiere como lo que es, un cantamañanas, sino también a su auditorio como borregos, si no protestan ante la desmesura.
Queremos, dice este hombre, como si él pintara algo en un momento en que está pidiendo que lo saquen a flote y le permitan llegar a fin de mes.
De forma categórica. Él. Él hablando de forma categórica.
Sobre la continuidad del euro,  que depende tanto de él como el anochecer cuando de lo que se discute es de si se echa a patadas a España del euro y no de la continuidad del euro. Esta de confundir la continuidad del euro con la presencia de España en él es la mentira más lamentable de la catarata de embustes con que este neofranquista fuera de su tiempo se engaña a sí mismo y pretende engañar a los demás.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

El oro del Rin.

Tanto se ha escondido Rajoy en su madriguera que baja la nibelunga a sacarlo de ella. Este es el momento de la verdad para el español que, según manifiesta, espera que el rescate que nos espera sea "suave" y no haya condiciones leoninas. Igualmente confía en alguna vaga promesa de Draghi, el gobernador del BCE de que saldrá a la lonja a comprar deuda. Y esas son todas sus armas frente a la Geldmacht. O sea, ninguna. Es el vencido que pide condiciones, fiado en la merced del vencedor.
El que decía al principio de su mandato que andaba presionando por Europa está ahora desasistido, casi tan desahuciado como él tiene al país y sin poder respirar bajo la losa de la prima de riesgo. Vae victis. Condiciones las habrá y supondrán más retrocesos y sacrificios para los españoles, el género que Rajoy tiene que vender en el interior del país. Y en un momento de elecciones autonómicas, que son las que más le importan porque sigue viendo el mundo con los ojos de presidente de la Diputación de Pontevedra.
Después de tantos cabildeos, cumbres y consejos, de tantos ditirambos a la unión europea, de tanta proclama europeísta y de amor por el euro, de lo que se trata es de ver quién pone el dinero del rescate español y el dinero en Europa lo ponen los alemanes que controlan el Banco Central Europeo. Así que, con la bendición del Banco Federal alemán, aquí están nuestros amigos alemanes a hacer negocios. No me extrañaría nada que a cambio del oro del Rin nos pidieran una prenda. Por ejemplo, Mallorca. Prácticamente ya es suya.
Pero Rajoy no está para estas pequeñeces sino para los asuntos trascendentales, como las elecciones gallegas o la suerte de Uribetxberria. En verdad, este último episodio no se paga con todo el oro del Rin, pero dudo de que una alemana lo entienda. Ni el resto de los europeos. Al margen de los factores humanos, de si la enfermedad y la muerte, lo llamativo del caso es la intransigencia de la derecha. Es tanta que amenaza con provocar una crisis en el PP. Justo lo que le faltaba al gobierno.
(La imagen es una foto de Aleph, bajo licencia Creative Commons).

dimecres, 5 de setembre del 2012

La visita de la dama y los tiempos muertos.

Mañana viene Merkel a pasar revista a la tropa de la Marca Hispánica. El santo se viste hablando de no sé qué comisión conjunta hispano-germana a la que habitualmente acuden ministros y burócratas. Lo decisivo es la visita de la Canciller, que corona el desfile previo de sus dos alabarderos, Van Rompuy y Hollande, y que viene a impartir órdenes y tomar la decisión definitiva o a decir que va a tomarla, en un problema que se arrastra desde el año pasado por estas fechas.
El margen de maniobra de Rajoy es inexistente y por eso el hombre repite que a su vez adoptará una decisión el día en que se le comuniquen las condiciones que se aparejan con las distintas alternativas. La sola mención de la palabra enfurece a los teutones para quienes solo hay dos opciones: el rescate o la quiebra, tercero excluido. O sea, Rajoy excluido.
De hecho, ya se excluye él solo. Como buen político parroquiano, se pierde en Europa, cuyas lenguas ignora, y se centra más en los asuntos internos, sobre todo, los del terruño. Un gobernante enfrentado a la peor crisis económica da la historia del país no tiene nada mejor que hacer los fines de semana que pasear por Galicia animando al voto para ganar allí las elecciones. No es exactamente lo mismo que cuando Felipe IV se pasaba el día de caza mientras ardía el Imperio pero se da un aire.
Europa es cada vez más un hinterland, un territorio, un "patio trasero" alemán. Esta vez no por las armas, en donde los alemanes han tropezado dos veces, sino por el dinero. En Europa se hace lo que Alemania dice. Y cuando Alemania calla, los demás pueden decir misa porque están en tiempo muerto, algo que los propios que lo viven, cuando son lo bastante inteligentes para darse cuenta, llevan con callada resignación.
Hollande y Monti estaban de cháchara de tiempo muerto en Roma y hablaban sobre la necesidad de que el euro siga su marcha triunfal y que la idea de Europa se expanda por el universo, como el Challenger. De pronto, uno de ellos mencionó que convenía dar un toque al Banco Central Europeo para que compre deuda de los países atribulados y Hollande dijo que de eso convenía no hablar. Tiempo muerto. De eso, quien habla es Frau Merkel. Los demás escuchan y obedecen. Hasta Rajoy a quien a lo mejor pilla el mensaje de Berlín en un mitin en Redondela.
Y no es de ahora, aunque ahora se haga más visible. Esta práctica de los tiempos muertos viene del comienzo de la crisis. Dice Hollande que en el Consejo Europeo de octubre se propondrá una fórmular para solucionar el problema de Grecia y España. Ya solo que los dos países aparezcan juntos hace temer lo pero. Pero, además, ¿acaso no se trata del enésimo aplazamiento? Ahora es a octubre. Desde agosto de 2011 son ya incontables los Consejos, Cumbres, reuniones, conferencias, que se han ido produciendo según se iba aplazando una y otra vez la decisión sobre España que hoy sigue siendo materia de especulación tan confusa como siempre en los tiempos muertos.
(La imagen es una foto de Abode of Chaos, bajo licencia Creative Commons).

dimarts, 4 de setembre del 2012

La movilización social permanente.

Acabo de escribir una columna para maspublico, un periódico "libre y profesional" con el que colaboro y que recomiendo, claro, sobre la accidentada apertura solemne de curso de las Universidades públicas. La he puesto en relación con el Estado de movilización permanente. Esto es con lo que el gobierno ha de lidiar, él tan amante de los toros. Estará encantado. Tiene prácticamente el país entero en contra, excepción hecha de los curas, aunque supongo que los cristianos de base ya estarán preparando alguna de sus llantinas colectivas acerca de qué mala es la jerarquía que no se pone del lado de los pobres como ordena Cristo.
Los mineros, los funcionarios, los parados, los activos, los enfermos, los sanos, los jubilados y los por jubilar, los científicos, las mujeres, los gays, los jornaleros, los médicos, los catalanes, los vascos y ahora, por tener, tiene en contra su propio partido, en el señero tanto monta monta tanto Esperanza como Oreja. A los etarras, desde luego, no se los ha ganado y las asociaciones de víctimas están en pie de guerra. Y él, por su lado, ha fingido ignorar las reiteradas ofertas del PSOE de compartir el peso de la cruz. Con lo cual está literalemte solo ante el peligro.
Se le ha sublevado la sociedad cada cual por su lado. El nacionalismo no español cobra nuevos bríos y esos mismos han conjurado de nuevo a la vida a un espadón del XIX que amenaza con invadir Cataluña o bombardear Barcelona si hay intento de secesión.
Bajo su infeliz apariencia de hombre sin atributos, al estilo de Musil, Rajoy ocultaba un temperamento autoritario, inclinado a gobernar por decreto-ley, a no escuchar a nadie ni a dar explicaciones de nada, tendente a escurrir el bulto y consagrar sus apariciones públicas a ceremonias de Estado. Es un autoritarismo positivista: las normas valen porque son normas, no porque sean justas. En aplicación de este lamentable criterio, la mayoría absoluta de que dispone Rajoy le permite prescindir del Parlamento sin faltar a la ley. Y lo hace.
Pero de lo que no puede prescindir es de la sociedad, porque solo cuenta con el 30 por ciento del voto (ahora, seguramente menos por la oposición interna que también padece) frente al 70 por ciento que no lo ha votado. Un treinta por ciento del voto no autoriza a cambiar por decreto la legislación del aborto, ni el sistema educativo de raíz, sino que obliga a consensuar y negociar. Salvo que lo que se busque sea precisamente una situación de oposición generalizada que conduzca al caos y permita justificar una solución de Espadón. A este, en concreto, convendría mandarlo allí en donde no pueda hacer daño.
La sociedad española está polarizándose en exceso. La crisis, ya prolongada, fomenta la crispación, el nerviosismo, la agresividad. Y todo eso no ayuda a salir del hoyo sino al contrario. La polarización es porque aumenta la radicalidad en los dos polos a través de una conocida dinámica de acción-reacción muy peligrosa. El gobierno no puede seguir siendo tan descaradamente el gobierno de una minoría en contra de la mayoría de la sociedad porque la movilización social permanente puede acabar en un estallido social.
Hasta el PSOE, la pesada galera de la izquierda, parece salir del letargo o del noqueo del tortazo del 20N y largar vela. Ocho meses ha llevado a Rubalcaba entender que a su colega diputado se le ha subido el laurel a la cabeza, ya se ve como césar invicto y no tiene por qué negociar con la plebe. Veloz no es el chaval; pero será seguro. Ahora, un puñado de díscolos conmilitones está escorando la nao a la izquierda y hacia ahí parece orientarse. Menos mal. Aunque conviene que se pongan rápido al día porque venir ahora quejándose de que Rajoy no es un hombre de palabra no dice mucho sobre la rapidez de juicio de quien lo hace. Efectivamente, no es es de palabra; de una sola palabra; es de muchas, infinitas, según sople el viento.
La función del PSOE no es explicar al mundo lo que el mundo ya sabe, sino exponer qué entiende en concreto por una alternativa socialdemócrata de izquierda tanto dentro como fuera del país, cómo piensa llegar a ella y cuáles son las capacidades con que a su juicio cuenta el PSOE ahora mismo para conseguirlo. Muy sencillo.
(La imagen es una foto de Izquierda Unida, bajo licencia Creative Commons).

dilluns, 3 de setembre del 2012

La Universidad despierta

El 99 por ciento de los políticos con mando o en la oposición son titulados universitarios. ¿Por qué esa inquina contra nuestra alma máter? Alguien dirá que no hay tal, sino que se aplica al ámbito universitario el mismo rasero de recortes que al resto del gasto públicos.
Mentira.
El gasto público destinado a la iglesia no se ha recortado un solo céntimo de euro. Si al gobierno le parece bien seguir financiando una secta supersticiosa, que viene del más negro pasado, y recortando el centro de producción científica del país, única esperanza de futuro, tendrá que admitir que este se defienda.
El gasto público militar -casi todo él perfectamente prescindible- sigue siendo demasiado alto. Solamente con dejar de comprar dos cazas a los gringos -que, de todas formas, no volarán por falta de combustible- se pueden devolver los 175 millones de euros que la derecha pretende birlar a las Universidades públicas.
La enseñanza privada no debe estar subvencionada. Si los ricos y los meapilas quieren llevar a su hijos a que los curas los domen, háganlo en buena hora, pero con su dinero; no con el de todos.
A la vista de lo que suelta por su boca Mariano Rajoy, los seiscientos y pico asesores sobran. También sobran todos los cargos "de confianza" ("confianza", tratándose de políticos de la derecha; ja) que no son otra cosa que parientes, nepotes, allegados y todo tipo de enchufetas. Solo con lo que se ahorra en esos capítulos se pueden dejar en paz las universidades.
¿Por qué no se hace?
Sencillamente porque, aun siendo universitarios, los políticos reaccionarios odian la universidad, especialmente,la universidad pública porque en ella se fomenta el espíritu crítico, que es lo que más aborrecen. Prefieren las universidades privadas, sobre todo de jesuitas, de curas, de sectas católicas, de donde la gente salga bien aborregada para pasarla luego por la televisión y que los voten. 
Así que olé por los estudiantes, profes y PAS que ayer dijeron a las autoridades lo que los universitarios pensamos de ellas, de su permanente injerencia en nuestros asuntos, de su insolencia y prepotencia. Esperanza Aguirre, siempre tan astuta, igual que la beata de Lucía Fígar -ambas enemigas juradas de la libertad de pensamiento- no se dejaron ver y la bronca se la cargó el director general de Universidades, Jon Juaristi, el  converso de la derecha. Está en su sueldo, que será alto, seguro.
Algunos rectores, entre ellos el de la Complutense, José Carrillo, deploraron los hechos y aseguraron que así no se consigue nada. Espero que fueran declaraciones de circunstancias para no parecer que respaldaban las protestas y no ser presa de la brutalidad mediática de la derecha. Pero si alguno lo dijo pensándolo de verdad, que reflexione un poco. Frente a la arbitrariedad y la imposición de un poder que no conoce límites, esta es la única forma de protesta que tiene éxito porque da a entender a la carcunda gobernante que, aunque no los reconozcan, esos límites al despotismo existen y están representados por una comunidad universitaria que no se dejará amedrentar y menos expoliar en provecho de los curas, los ricos y los puros delincuentes.