divendres, 18 de desembre del 2015

Cómo somos


La Fundación Canal, en Madrid, tiene una curiosa exposición de fotografías en blanco y negro (con algunas en color, especialmente las de finalidad publicitaria), casi todas del siglo XX y algunas del XIX. Es una selección de los fondos de la casa Eastman, comisariada por la propia Fundación, con una visión antropológica y bajo el título de Percepciones.

Según parece, la intención es documentar el cambio en los roles sociales, los estereotipos y modelos de los hombres y las mujeres en los últimos ciento y pico de años.  No hay una unidad temática de ningún tipo fuera de la mencionada intención que, en realidad, es casi como no formular ninguna. Hay fotos de todo tipo, de grupos, retratos, de estudio, del natural, composiciones, desnudos, prácticamente todos los géneros, estilos, técnicas y situaciones solamente unidos por ese tenue hilo argumental de cómo, según presumen los comisarios, han ido cambiando las percepciones que los dos sexos tienen de sí mismos y del otro. La idea es relativamente sencilla: la imagen del hombre seguro, firme, dominante y líder junto con la de la mujer sumisa, secundaria, subordinada ha evolucionado sobre todo a medida que esta ha abandonado la posición de mera ama de casa y se ha incorporado al proceso productivo muchas veces alcanzando los puestos que tradicionalmente habían estado reservados a los varones.

A veces las conclusiones están un poco traídas por los pelos, pero el conjunto es grato de ver precisamente por la gran variedad temática, la falta de pretensiones, la sencillez de las imágenes y, con alguna excepción, el carácter de cotidianeidad que transpiran. Se expone la obra de más de cincuenta fotógrafos, casi todos norteamericanos y algunos muy famosos. Me parece que la artista más antigua es Julia  Margaret Cameron, una fotógrafa del siglo XIX, gran retratista, cuyo trabajo fue poco apreciado en su tiempo en que, además, era relativamente revolucionario y, sobre todo, realizado por una mujer. Cameron fotografió un montón de gente importante de su época y en esta exposición está representada por un gran retrato de Longfellow.

Un buen puñado de conocidos fotógrafos clásicos estadounidenses, pictorialistas y realistas, Edward Steichen (de quien hay dos retratos de Greta Garbo y Marlene Dietrich), Ansel Adams (el paisajista, famoso por sus fotos de los pueblos Tao), Edward Weston, gran fotógrafo de las gentes del Oeste y Lewis H. Hine del que se exhiben un par de las muchas y muy representativas fotos que hizo de la construcción del Empire State Building, con obreros trabajando prácticamente colgados de vigas en las alturas. 

Hay un par de retratos de Bill Brandt (el que fotografió a Francis Bacon, el pintor, claro) y de William Mortensen, famoso por sus fantásticas composiciones y elegantes desnudos. Andy Warhol está representado con unas tiras de fotomatón y también hay un magnífico retrato de Brassaï (uno de los pocos no estadounidenses en la muestra) de una enjoyada dama británica, una poderosa composición casi barroca que llama la atención. Tenía mucho genio este Brassaï, que ha dejado retratos inolvidables de Picasso, Dalí, Henry Miller, etc., aunque no están aquí. Mucho interés dos retratos poco conocidos de Frida Kahlo y Marilyn Monroe, por Nickolas Muray; sobre todo el de Monroe, en color, es llamativo porque demuestra que una belleza como la suya puede dominar y convertir en aceptable una composición casi ridícula.

La exposición investiga algunos aspectos de las relaciones mutuas de hombres y mujeres y dedica la última sección a retratos de travestidos, tanto de hombres que pasan por mujeres como de mujeres que lo hacen por hombres para ilustrar el  aspecto de esta evolución de los roles sociales en el que ya se han roto los últimos tabúes.

Es una exposición que se ve con mucho agrado.