Se han hecho numerosas especulaciones sobre la fulminante reaparición televisiva de un Aznar iracundo y, como siempre, rencoroso, hace unos días. Que si reto a Rajoy, que si intención de volver a la vida pública (de la cual no se ha ido ni un minuto), que si la conciencia, la responsabilidad, el deber. Pamplinas. El hombre reaparece en defensa propia. Tiene noticias sobradas de que la Gürtel y los papeles de Bárcenas lo señalan como posible gran responsable de la trama de corrupción en que, según todos los indicios, ha vivido el PP durante años bajo su presidencia y la de su ungido sucesor, Rajoy. Y no observa en el gobierno la actitud de cerrada defensa de su persona que se esperaba. Al contrario, la premonitoria expresión de Cospedal al comienzo de la saga de que cada palo aguante su vela parece dirigida en concreto a él. Él, el gran Él, que salvó a España del desastre, el milagroso Él, de impoluta trayectoria se ve ahora acusado de las más bochornosas corruptelas; sobresueldos cobrados durante años, incluso, supuestamente, mientras era presidente del gobierno, actos organizados con dinero de la Gürtel, clases de golf costeadas con los impuestos de los madrileños, medallas del Congreso de los EEUU jamás conseguidas pero literalmente compradas con dineros públicos.
Cuando El País desveló las primeras acusaciones, el hombre reaccionó con contundencia, querellándose con el diario. Pero, justo cuando comparecía en la televisión para dar las explicaciones pertinentes, el mismo periódico le lanzó una andanada en la línea de flotación al informar de que la Gürtel, el amigo Correa, en concreto, había costeado parte de la bombástica ceremonia de la boda de su hija. En concreto, la iluminación. Aznar pergeñó una explicación para salir del incómodo paso suscribiendo la que daba su yerno: Correa era su amigo; nadie en el momento de la boda se coscaba de que era un presunto chorizo; se trataba de un regalo personal, al uso de las bodas normales; y, seguía el yerno Agag, quien insinuara alguna irregularidad se las vería con sus abogados. Para no ser menos, Botella, la madre de la novia, añadía que la duda acerca de si la Gürtel había recibido contraprestaciones a cambio de iluminar la boda de su hija la ofendía. Ignoro cuán ofendida estará la alcaldesa de Madrid, pero parece incontrovertible que la Gürtel recibió trato de favor, incluso ilegal, de parte de las administraciones regidas por el PP antes, durante y después de la boda.
Ahora parece que el regalo no se limitó a la iluminación sino que, según informa de nuevo El País, la trama corrupta también pagó el sonido. Un espectáculo pues de luz y sonido costeado por unos presuntos delincuentes. Si la iluminación la sufragó Correa, el sonido parece haber corrido a cargo de el Bigotes, otro pintoresco personaje de esta trama que a lo mejor también resultó haberse movido por su intensa amistad con el novio. Es un hecho, muchas veces comentado en las redes, que en la boda de la hija de Aznar hubo una clara sobrerrepresentación de gentes posteriormente imputadas en todo tipo de mangancias, choriceos y corrupciones.
Teniendo en cuenta estos "regalos" y el hecho de que varios alcaldes pusieron numerosos medios y recursos públicos al servicio de los festejos matrimoniales de Agag-Aznar, es autorizado pedir al reaparecido expresidente del gobierno que aclare a la opinión pública qué es lo que él pagó de su bolsillo en aquel inenarrable espectáculo.
Estoy entusiasmado con lo que pasa en Turquía. La gente sigue despertando. Es un ejemplo para todos. La dinámica es siempre la misma. Los ciudadanos se echan a la calle para protestar contra las arbitrariedades del gobierno (en Turquía, en España, por doquier). Este responde con su habitual violencia y se produce un fenómeno de acción-reacción. La violencia hace entonces su aparición entre los manifestantes. Pero nadie sensato puede atribuir a estos designios violentos algunos cuando es claro que responden a la violencia del sistema en legítima defensa, como queda patente en el visionado de este vídeo en Youtube. Cada vez es más claro que una revolución es posible en Europa.
(La primera imagen es una caricatura mía de Aznar a partir de una foto de Встреча Россия, bajo licencia Creative Commons).