El gobierno que padece hoy España es del Partido Popular. El nombre no puede ser más demagógico. Todo lo que hay de popular en el PP está en eso, en el nombre. En él militan marquesas, nobles, banqueros, empresarios, ladrones de guante blanco, monaguillos y los habituales chicos de los recados de la derecha: señorit@s de buena estirpe, como escribía Rajoy cuando, joven e indocumentado, decía la verdad de lo que pensaba y no como ahora que ni piensa en decir la verdad. Señorit@s con algún máster en algo que no han dado palo al agua en su vida porque todo se lo han arreglado sus padres.
Muy popular, como se ve.
En el gobierno en este momento contamos con un noble (Morenés), un bancario (De Guindos), un empresario (Arias Cañete) dos correveidiles de la iglesia (Fernández Díaz y Wert) y el resto son los mentados chicos de los recados, nueve en total, empezando por el presidente del gobierno; nueve pav@s que, en la mayoría de los casos no han hecho otra cosa en la vida que militar en el PP y ocupar puestos por enchufe. Solo alguno, excepcionalmente, ha ejercido la profesión para la que estudió. En la mayoría de los casos fue terminar la licenciatura e ingresar en el PP ocupando unos u otros cargos hasta llegar al actual de ministr@. Basta ojear la página web de La Moncloa en la que se da cuenta de los miembros de gobierno para darse cuenta de que en ella computan como "actividades profesionales" todos los cargos, actas de diputados, direcciones generales, portavoces que han ido pillando en sus por lo demás bien anodinas vidas.- Es decir, son políticos profesionales, gente que vive del partido y del Estado, muchos de ellos funcionarios públicos, muy comprometidos con la tarea de desmantelar la función pública.
De Guindos no es banquero, pero es bancario, esto es, algo peor que los banqueros porque son sus perros guardianes. Contribuyó al hundimiento de Lehman Brothers, en donde estaba empleado, gracias a sus muchos conocimientos de economía y, como premio, el chico de los recados de Pontevedra lo nombró ministro de Economía y Competitividad. Desde que se estrenó en el cargo, al pueblo español le ha ido francamente mal pero a él en persona, francamente bien. La prueba, ese ático de ensueño que se ha mercado en la muy original zona de La Moraleja, antes de que suba el IVA que él mismo incrementó.
No es cuestión de comentar el fondo de esta decisión. Allá cada cual con sus gustos. Los nuevos ricos son así: lujo oriental y bien ostentoso para que nadie pueda ignorar al protagonista : coches de alta gama, viviendas lujosas en zonas "privilegiadas", cuerpo de casa numeroso, en fin, nada que no haya practicado Teodorcito Obiang en París.
No es el fondo de la decisión lo que se trae aquí a colación sino su forma. Hace falta tener la piel coriácea para gastarse 600.000 euros en un capricho cuando el 95% de la población lo pasa mal y, en buena medida por los dislates del feliz comprador del ático. Además de piel coriácea y falta de la más elemental sensibilidad, hace falta ser agarrado, tacaño y avaricioso para comprar corriendo, antes de que suba el IVA para ahorrarse unos eurillos.
Los miembros del partido "popular" carecen de toda idea o contacto con el sentir del pueblo al que dicen representar y, por eso, no se dan cuenta de cómo ofenden estos contrastes a la gente. Como cuando la irresponsable Cospedal dice que el PP es el "partido de los trabajadores" y, acto seguido, despide 700 interinos. Creen que el mundo es suyo, que España les pertenece, que pueden hacer lo que les dé la gana y no se percatan de que estos insultos van aumentanto la presión de la marmita al fuego. Tienen tres años y medio más para seguir expoliando a los trabajadores, privándolos de sus derechos y para seguir riéndose de todo el mundo al imponer mermas, restricciones y ajustes al tiempo que ellos se compran palacetes y palacios que luego hacen vigilar por la polícia, con cargo a los impuestos que pagamos todos los ciudadanos.
Pues eso: ¡Guerra a los palacios y paz a las chabolas!
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).