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La tensión sube en Cataluña. La gente se muerde los nudillos. La CUP recibe todo tipo de invectivas y los cupaires responden agraviados. No hay respeto por las decisiones de las asambleas. Muchos piensan que son verdaderos sádicos a las órdenes de un siniestro Dr. No postmoderno, flanqueado por una reedición de Rosa Luxemburg.
¿Son sádicos los cupaires? La prensa madrileña aprovecha la situación para vituperar a Mas: "humillado", "patético", "entregado", "indigno". Solo falta aquel "genuflexo" de los mejores tiempos del ABC. A ver si alguien pierde los nervios.
Una observación. También se muerden los nudillos en Madrid, cosa que nadie menciona. Y más que en Cataluña, porque mientras los catalanes no resuelvan y constituyan un órgano capaz de actuar y al que quepa imputar responsabilidad, todo estará en suspenso. Pero la inacción tiene un efecto muy distinto en un lugar y en el otro. Los catalanes siguen llevando la iniciativa y el gobierno de Madrid continúa paralizado, profiriendo gruñidos y amenazas, pero sin poder hacer nada mientras los otros monopolizan la atención mediática.
Prologar esta situación ataca los nervios, desde luego, pero conviene mucho a los indepes, cuya obvia intención es prolongar la incertidumbre hasta el comienzo de la campaña electoral del 20 de diciembre, convirtiendo así Cataluña en el tema de las elecciones. Para entonces el Dr. No se habrá convertido en el Dr. Sí y es muy probable que en la presidencia, triunfante, se siente Mas, aunque no seguro. Las asambleas son muy democráticas y, por eso mismo, muy volubles.