dimarts, 8 de setembre del 2015

Estirpe de ladrones.


Entre las numerosas tonterías que ha dicho a lo largo de su vida Mariano Rajoy, el de los sobresueldos, ocupa lugar destacado un articulillo publicado en 1983 en El faro de Vigo, titulado Igualdad humana y modelos de sociedad en el que, entre otras cosas, sostenía que "los hijos de buena estirpe" destacan sobre los demás, o sea, que no son iguales al resto de los humanos, y que tamaña necedad estaba confirmada por la ciencia. Dado que el de "estirpe" no es un concepto científico sino que pertenece al ideario (por llamarlo de alguna forma) racista, tomémoslo en su sentido prístino: abolengo, raza, casta, etc. Si alguna casta hay en este país de pícaros y mangantes, es la de los ladrones.

Los tribunales de justicia acaban de condenar al delincuente Díaz Ferrán a cinco años y medio de cárcel por chorizo. Al expresidente de la CEOE, hasta ayer un prohombre, un ciudadano ejemplar que se permitía amonestar a los trabajadores con consejos calvinistas mientras él les robaba sus salarios. Un hombre que se codeaba con los políticos con mando, amigo íntimo de Esperanza Aguirre, a quien, claro está, consideraba cojonuda, calculen ustedes por qué, y muy bien avenido con el hombre de los sobresueldos. Pura estirpe. La de los dos.

La afición de Rajoy por la estirpe de ladrones es profunda y de larga data. Hay fotos suyas confraternizando muy contento con la miríada de ladrones que han pasado y siguen pasando por su partido: con el delincuente Matas, el delincuente Fabra, los presuntos delincuentes Bárcenas, Rato, Camps, etc., etc. No hay miembro del PP más o menos identificado como ladrón que no tenga pruebas gráficas del apoyo y el aliento de Mariano Rajoy, el de los sobresueldos.

Sí, la estirpe da para mucho. La estirpe de ladrones que lleva veinte años saqueando este país valiéndose para ello de una organización de presuntos malhechores a la que llaman partido político y a la que el juez sienta ahora en el banquillo como responsable civil subsidiaria de los delitos del mafioso Bárcenas. Y el responsable político de esta organización de mangantes, el hombre de los sobresueldos en La Moncloa, ahí seguirá, sin dimitir, como si esto fuera un país normal, el gobierno un gobierno en serio y el Parlamento un parlamento de verdad y no una cuchipanda de franquistas y ladrones que nadie en el extranjero puede tomarse en serio.

Por fortuna para ellos, cuentan con una oposición mayoritaria del PSOE, tan acobardada y sumisa que, más que oponerse, coadyuva al mantenimiento de esta burla sistemática a la ciudadanía.