Estos sinvergüenzas no gobiernan. Cumplen órdenes de la patronal, de la banca, de la Iglesia, de Bruselas, de Merkel, del FMI.
¿Qué hay que prohibir el aborto? Se prohíbe o, cuando menos, se intenta aunque quizá no salga por haber puesto al frente del comando misógino al más tonto de la cuadrilla que, claro, se creía el más listo.
¿Qué hay que abaratar el despido? Se hace gratis porque para eso los patronos son los que crean empleo y, si no lo crean, da igual pues son los que hacen suculentas donaciones a la banda de mangantes gracias a las cuales estos cobran los sobresueldos.
¿Qué hay que echar a la gente de sus casas? Se desahucia sin contemplaciones porque la banca perdona generosamente los créditos a los partidos a cambio de prebendas y tiene que cuadrar sus balances. Si los desahuciados se suicidan, ya los recibirá Dios en su seno.
¿Qué hay que subir el IVA de los productos sanitarios? Se sube y se baja el de la pornografía que es lo que consume la banda de ladrones.
Así que, como no gobiernan, tienen tiempo sobrado para otros menesteres como expoliar el erario, bien cometiendo delitos directamente o privatizando empresas y servicios públicos que vienen a ser dos formas de lo mismo.
En este momento tienen un año entero para preparar a conciencia la batería de mentiras, embustes y patrañas con que cuentan para engañar a la gente de nuevo. Si lo hicieron en noviembre de 2011, gracias a la generosa financiación ilegal que la partida de delincuentes de la Gürtel les proporcionó, con mayor razón ahora que, además de la financiación en negro, cuentan con todos los aparatos del Estado a su pleno y exclusivo servicio, desde la TVE hasta el último policía antidisturbios, pasando por los periódicos de papel, el Tribunal Constitucional y legiones de tertulianos a tanto el minuto de bellaquería y mendacidad.
Tienen recursos sobrados para erigir su edificio de engaños y, de paso, seguir repartiéndose los sobresueldos con los que complementan sus nada desdeñables ingresos, como hacía y quién sabe si seguirá haciendo, el presidente del gobierno y el resto de miembros de esta supuesta asociación de malhechores a la que llaman partido político para disimular.
Un año tiene el presidente/sobresueldos para volver del revés unos sondeos que le son adversos. Un año a pleno rendimiento porque, lo dicho, estos no pierden el tiempo gobernando, que es un sinvivir, sino que se limitan a cumplir órdenes contra su propio pueblo.
La consigna básica de esta insoportable campaña de mentiras será que España sale de la crisis. Tres mentiras en una:
España. “España” no sale de la crisis porque como tal no existe en cuanto entidad que pueda entrar y salir de nada. Existen los españoles y, de estos, el 10 % de afortunados y privilegiados, en cuyo favor toman las decisiones estos mangantes, no sabe lo que es la crisis y el 90 % restante no sabe lo que es salir de la crisis ni lo sabrá.
Sale: no, no sale; ni España ni los españoles afectados. Todas las magnitudes indican lo contrario y, aunque la banda manipula y falsea las estadísticas y los datos, las cifras que se obtienen de fuentes exteriores pues las españolas están todas trucadas, dicen lo contrario. España no sale de la crisis. Sigue en ella y a peor porque ahora, además de tener una deuda de más de un billón de euros y de haber expoliado el fondo de pensiones, estamos en deflación.
Crisis: porque no es una crisis. Es el estado de normalidad del capitalismo. Lo que estos sinvergüenzas quieren perpetuar: salarios de hambre, inseguridad laboral, jornadas interminables y aumento sin cesar de los beneficios. No es una crisis; es una estafa. El capitalismo es una estafa y pretende quedarse.
Un año para preparar el terreno a base de embustes y trolas que este sujeto, perceptor de sobresueldos, lleva años soltando y ahora prodigará sin tino ni tasa, con esa elegancia de dicción que los dioses le han dado.
Si la gente vuelve a votar a esta banda de corruptos y mangantes merecerá lo que se le venga encima.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).