Así, con esta mentira amaneció el infausto día 11 de marzo de 2004. Bien es verdad que Aznar mismo había llamado al parecer a los directores de los periódicos para colocarles el embuste con el que este innoble personaje pensaba ganar las elecciones tres días más tarde sobre los cadáveres de 200 personas. El diario corrigió la patraña de inmediato en cuanto comenzó a saberse que Aznar y su gente estaban mintiendo a todo el mundo con el fin de hacer cosecha electoral.
¿Qué hubiera pasado si El País no rectifica? Pues que se encontraría como hoy El Mundo, que sigue sosteniendo la mentira ya sin más finalidad que atentar contra la democracia en España y hacer todo el daño que pueda a la convivencia entre los españoles. ¿Es un problema de lentitud neuronal? Por supuesto, también. Pero sobre todo es un problema de encanallamiento moral. Quienes manipulan de este modo el sufrimiento de tantas personas durante tantos años no merecen más que desprecio. ¿Que el partido en el gobierno (el mismo que pretendió mentir a a los españoles con la autoría del 11-M) los apoya? Pues más desprecio para él. Mucha gente pretende no darse por enterada de este inmundo atropello y hacen como si estuvieran tratando con gente normal aunque equivocada. Allá cada cual. Para Palinuro quien no llama cobardes inmorales a quienes se valen del dolor ajeno para sus planes, en el fondo, los ayuda.