El sondeo de Metroscopia en El País de hoy no deja un hueso sano al Gobierno. Al señor Rodríguez Zapatero no lo quieren ni los suyos. Si las elecciones fueran hoy las ganaría, al parecer, el PP, lo que da una idea de lo desesperado que debe de estar el elector español para plantearse votar al partido del Pastuqui, el Bigotes, el Curita y demás presuntos sinvergüenzas. Y eso que hay una mayoría de ciudadanos que censura el modo en que el señor Rajoy está manejando la crisis de los apandadores.
Al señor Rodríguez Zapatero no lo acusan de mangante o de corrupto. Algo es algo; sólo lo acusan de inútil, ineficaz, manta e improvisador. Un cantamañanas, en definitiva, que no sabe qué hacer con la crisis, lo que hace lo hace mal y, encima, a destiempo. Claro que ya me gustaría ver a alguno de estos inexorables catones al frente de la nao del Estado, a ver qué hacían ellos, so listos. En realidad lo único de que verdaderamente cabe acusar al señor Rodríguez Zapatero es de aquella extraña obsesión nominalista por negar la crisis a base de no pronunciar su nombre que, debía de pensar él, llevaría mal fario. Desde entonces acá el dirigente socialista ha hecho lo que han hecho todos los demás y si el resultado es bastante peor se debe a las peculiaridades españolas, especialmente el ladrillo y olé. Otro asunto es que, para resolver este endemoniado problema esté al frente del ministerio la acicalada señora Corredor, de quien no se recuerda intervención alguna desde aquella primeriza de que era un buen momento para comprar cuando las casas andaban sobrevaloradas en un cuarenta por ciento.
Imagino que saldrá alguno de los paniaguados de los que este gobierno ha hecho abundante provisión a decir eso tan socorrido de que, en realidad, lo que sucede es que el Ejecutivo comunica mal. Por si alguien se lo traga, cuando es bien claro que donde no hay nada bueno que comunicar por definición se comunica "mal". Imagínese que las noticias fueran todas que el PIB crece a un 4 por ciento, que la tasa de desempleo es del cero por ciento, que la inflación ni se nota, que los salarios suben como la espuma y los precios llevan diez años sin aumentar y se verá cómo cala el mensaje en la sociedad aunque lo traslade un tartamudo.
En fin, tampoco se olvide que estamos más o menos a mitad de mandato y que no hay Gobierno en el mundo a quien el electorado trate bien en mid term. Con eso es con lo que creo que ya ha contado el Gobierno al elaborar esta roña de presupuestos para 2010. Confía en que las cosas se arreglen en 2011 y en convocar las elecciones de primeros de 2012 cabalgando el tigre de la recuperación económica.
Es un cálculo arriesgado, pero es el único posible dadas las circunstancias. Añádase que, al paso a que va todo, para entonces el PP puede tener procesado por gurteliano hasta al señor Aznar y al señor Camps sin dimitir.
(La imagen es una foto de Around the rings 1992, bajo licencia de Creative Commons).