Desánimo 1º: la Universidad.
Se nos cae la cara de vergüenza (o debiera) con esa noticia de que la Universidad española es la última de una lista de diecisiete países desarrollados. Como más bajo no se puede caer (que, no crean, es un consuelo) a lo mejor se aprovecha la situación para hacer algo, para rebotar, para ponerse en pie.
Ahora habrá dos líneas de planteamientos, como si los viera con las dos almas de la Universidad. Según una, la individualista, la Universidad española no existe, sino que hay equis universidades españolas (por cierto, públicas y privadas) y lo que se ha de hacer es evaluarlas por separado (cosa que ya se hace, tengo entendido) y así podrán tirarse los trastos a la cabeza, que en eso de discusiones estériles tiene la raza celtíbera la gloria de la palma. En la otra línea, la colectivista, habrá plena coincidencia, plena sociedad o colectivo en decir que falta dinero, mucho dinero y que sin financiación aquí no se hace nada.
En principio ambas reacciones son correctas: falta dinero (las universidades españolas carecen de medios en todos los sentidos o los tienen muy escasos) y conviene que se las evalúe por separado. Pero esas dos conclusiones no eximen a la comunidad universitaria de darse por enterada de la lamentable situación y de tomar medidas al respecto, de reaccionar. Por ejemplo, podían convocarse unas jornadas sobre regeneración de la universidad que estuvieran abiertas al público, con un debate lo más amplio y positivo que pueda darse en la red. De ese modo la Universidad se volcaría más a la sociedad y utilizaría más los medios que todo el mundo utiliza, en lugar de encerrarse en la torre de marfil que, de todas formas, tampoco es de marfil si no de duro hueso.
(La imagen es un fresco de Ambrogio Lorenzetti, la Alegoría del Buen Gobierno, de mediados del siglo XIV, que se encuentra en el Palazzo Communale de Siena.
Desánimo 2º: los "hijos de puta."
"Hijos de puta" llama el señor Bono a los de su partido en presencia de tres diputados del PP, y dice que está de broma. Tres de los más duros y agresivos diputados del PP (por ejemplo, el señor López-Amor, que fue Director General de TVE ¡con Aznar!), y dice que va de broma y que nada más lejos de él que el ánimo de injuriar.
Claro que no. Se cuenta de Churchill que en cierta ocasión en que estaba mostrando la Cámara de los Comunes a un joven e inexperto diputado, le dijo señalando las bancadas: "Ya ve, joven, aquí nos sentamos nosotros y ahí se sientan ellos". "Entendido Sir Winston: nosotros aquí y ahí el enemigo". "Se equivoca joven: el enemigo lo tiene Vd. aquí". Viene a ser la misma anécdota, una vez protagonizada por un caballero y otra por uno que no lo es.
Porque lo que más molesta es que se siga utilizando el término "hijo de puta" como un insulto o una injuria que trata de aniquilar al hijo en la honra de la madre y toma además a las putas en un sentido nefando mucho más injusto que si se dijera, pongamos por caso, "hijo de Bono". Sobre la caridad cristiana de la expresión ya no digo nada, salvo que el señor presidente del Congreso de los Diputados se lleve el retrato de la madre Maravillas a su casa, que falta le hace.
(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).
Desánimo 3º: las fosas.
No he leído aún el auto de inhibición del señor Garzón y no es probable que lo haga. Tiene como ciento cincuenta páginas en PDF. Este Garzón escribe más que el Tostado y a velocidades sorprendentes que mi trabajo no me permite seguir. Doy pues por supuesto que acierta jurídicamente al inhibirse y lo lamento porque pienso que la causa de la justicia en este caso gana más con él que sin él, empezando por el hecho de que si está en el mundo es gracias a él. Lo lamento porque al dar traslado de la parte alícuota correspondiente de la causa a cada órgano judicial territorial competente la cosa se pondrá como siempre en España, que unos se empeñarán en su responsabilidad hasta las pestañas y otros se llamarán andana. Y queda viva la cuestión de la calificación del delito. Como no he leído el auto ignoro si la inhibición en los órganos jurisdiccionales territoriales competentes implica una calificación distinta del delito que ya no sería crímenes contra la humanidad.
Pase lo que pase, la piedra está lanzada a la charca, las aguas se agitan, las ranas croan. Y además se politiza a pasos agigantados con la nieta de Negrín impugnando la decisión de la Audiencia Nacional de paralizar las exhumaciones y acusando directamente a algunos magistrados, y las asociaciones de la memoria histórica en pie de protesta. Corresponde al Parlamento tomar una decisión política (por ejemplo explicando cómo se aplica la correspondiente Ley de la memoria histórica) en un caso que es un caso de justicia política; un tipo de justicia que se ha hecho en todas las guerras ideológicas modernas (civiles o no) excepto en España.
¿Es o no diferente?
(La imagen es una foto de sagabardon, bajo licencia de Creative Commons)
Desánimo 4º: el perro mundo.
Menos mal que los tres genios de las Azores tomaron una medida heroica, una decisión que cambió el curso de la historia en la senda preclara de ¡Guerra al terrorismo! que predicó en su día el señor Bush, hoy "Pato Cojo" (pueden ver que he puesto un cuenta atrás para que se vaya Bush en la columna de la derecha; los invito a ponerlo en sus blogs y güebpeichs) con el fin de hacer el mundo más seguro. Sí menos mal. De no haber sido así a saber cuánta gente moriría en Bagdad día sí día no, cuantos soldados estadounidenses (American lives dice siempre Mr. Lameduck demostrando que las Un-American lives le importan un comino), cuántos de otros países "aliados", aunque fuera mejor llamarlos "liados".
Sí, sí, gracias a esa clarividente decisión y al empeño puesto por los tres belicosos adalides en mentir a la ciudadanía del mundo (por su bien, claro es), hoy éste es un lugar más seguro. Basta con mirar a Tijuana, fronteriza con San Diego (EEUU) en la que en un año han muerto 650 personas en balaceras; o sea, 2/3 de los muertos causados por ETA en cuarenta años. Cambien Vds. el foco, llévenlo al África, Eritrea, Somalia, Sudán o al Congo. ¿Acaso no se trata de situaciones en que o no hay imperio de la ley ni Estado de derecho ni Estado a secas ni falta que hace?Lo que hace falta son mercados y allí los hay muy buenos de armas cortas y ligeras y minas antitodo, en garantía de la seguridad, no hay duda.
Gracias a la previsión de aquellos inolvidables dirigentes la falta de imperio de la ley en partes amplísimas del planeta se adorna con el renacimiento de la piratería en alta mar, algo que se creía más eliminado que el paludismo y que si sobrevivía era en pequeñas aventuras en navegación de cabotaje; ahora y siempre gracias a los tres timoneles, te puedes encontrar un navío corsario en aguas internacionales capaz de secuestrar un petrolero, al que considera obviamente res nullius lo que anima mucho los negocios y va a dar un impulsito al precio del carburante. Piratas en el Océano Índico. El mundo es cada vez más seguro, ciertamente.
(La imagen es una foto de dioboss, bajo licencia de Creative Commons).