En 1948, cuando Rivera tenía 62 años, le encargaron un mural para el Hotel del Prado en México D.F. La obra, de 4 por 15 metros, que hoy se exhibe en el Museo de Diego Rivera es una interpretación de la historia de México, desde los precolombinos hasta la actualidad (de entonces). En el centro, el pintor acumuló algunos de sus temas predilectos: un autorretrato de niño de la mano de la Calavera Catrina con la serpiente emplumada, un retrato de Frida Kahlo, Máximo Gómez, José Martí, etc. Una estupenda obra de arte. Hacia la parte izquierda, el pintor incluyó la figura de Ignacio Ramírez, un erudito mexicano del XIX que leyó un discurso de ingreso en la Academia de Letrán, en el que sostenía que "Dios no existe". La expresión se leía claramente en el mural y el Arzobispo de México, DF dijo que no bendeciría el hotel que lo albergaba; lo que parece lógico, aunque más lógica parece la solución que le dio el propio Rivera: "que bendiga el hotel y maldiga mi mural". Pero no eran solo maldiciones. En un clima de excitación mediática, con el Arzobispado por detrás, la obra sufrió repetidas agresiones de vándalos que en un par de ocasiones rasparon el letrero y en otra destrozaron el autorretrato del pintor. La obra se retiró durante 9 años, Rivera cedió y sustituyó la frase por la inscripción "Discurso de ingreso en la Academia de Letrán". Para enterados, vaya. La persecución a los artistas no ceja, por unas u otras razones. La del señor Rubianes es la enésima y con la que los integristas pretenden matar dos pájaros de un tiro: ir contra el señor Rubianes por sus procacidades e impedir que estrene una obra sobre Lorca, que también escuece lo suyo.
LA MADRE DE TODOS LOS ATENTADOS.
Día D de la época postmoderna. Las conmemoraciones actualizarán la angustia y el miedo frente a los atentados, caldo de cultivo conveniente para ganar elecciones con programas agresivos, de mayor confrontación. Y, desde entonces, ha habido dos atentados más de considerables proporciones en Madrid y Londres. Islámicos, claro. Lo de la ETA en Atocha forma parte de un nuevo Celtiberia Show del inolvidable Carandell. ¿Y cómo están las cosas? Peor que hace cinco años: la guerra del Irak no tiene traza de acabar y ahora se ha encendido de nuevo en Afganistán, donde el mando de la OTAN ha pedido refuerzos. Los que hacen agorerías moralmente infumables sobre el retorno de bolsas de cadáveres a España a propósito del Líbano quizás no tengan que esperar tanto, ya que pueden empezar a llegar de Afganistán. Tres focos de guerra abiertos en la zona y un cuarto conflicto en marcha con el Irán. Nuestras sociedades sometidas a vigilancia sin antecedentes, restricciones de derechos y libertades por doquier, racismo y xenofobia rampantes, creciente criminalización de las extensísimas comunidades musulmanas en Europa Occidental. No quiero ser aguafiestas, pero me parece que la situación no es halagüeña.
¿SE COMBATE EL TERRORISMO CON LA TORTURA?
Así que encuentro de perlas que el señor Rodríguez Zapatero haya hablado sobre terrorismo mesuradamente en Helsinki e insistido en la necesidad de acompañar las medidas militares y policiales con otras de tipo político. Llevamos cinco años sometidos a las simplificaciones del señor Bush sobre la "guerra contra el terrorismo" (que no puede ganar porque no sabe ni en dónde está el terrorista más buscado) y a la aznarina, verdaderamente pasmosa de que "todos los terrorismos son iguales", una concepción sólo explicable como producto de la inopia mental. Pues la mente humana, sabido es, funciona a base de distinguir y clasificar.En todo caso, el resultado es que no estamos más seguros y nuestras sociedades están adoptando políticas que niegan los valores sobre los que se asientan. Ahora es la cancillera Merkel la que le ha dicho al señor Bush que sus programas de la CIA y sus políticas de secuestros, cárceles secretas, torturas, etc, no son compatibles con el Estado de derecho. Cómo cambian los tiempos: los alemanes dando lecciones de democracia a los EEUU. (En la foto de Indymedia una manifa de este verano contra Guantánamo)
A cinco años de las Torres Gemelas, si no pasa algo parecido es gracias al denodado esfuerzo de seguridad y control que están realizando nuestros países. Pero, cuando la guardia baje, volverán los atentados porque el terrorismo, como dice el señor Rodríguez Zapatero, tiene unas u otras causas y hay que darles el tratamiento que merecen: militar, policial y político. Esto último es lo que no gusta nada a los guerreros del Occidente, que creen llegada la hora de la confrontación definitiva, à tout hazard. Y tampoco, claro, a los guerreros del profeta, que sólo quieren arrojar a Israel al mar y aniquilar al Gran Satán.