Mientras haya presos políticos, en Catalunya no habrá "normalidad". La exigencia de la banda de ladrones en el gobierno de España de que haya un gobierno "normal" en Catalunya pasa por alto que ningún gobierno independentista (es decir, ningún gobierno democrático) podrá aceptar la existencia de presos políticos en el país, hombres y mujeres encarcelados por sus ideas y a merced de unos jueces que no tienen nada de jueces pues son comisarios del poder político. A su vez, ese poder es una dictadura erigida sobre el artículo 155 que supone un estado de excepción no declarado pero real Por tanto los "jueces" no solo son comisarios del poder político, sino ejecutores de una dictadura y corresponsable de los delitos que esta está cometiendo en materia de conculcación de derechos de los independentistas.
Lo cual no les sorprenderá porque, siendo los descendientes ideológicos (y algunos biológicos) del franquismo, es a lo que están acsotumbrados.
La fuerza del proceso catalán es la exposición de esta vergüenza a los ojos del mundo. El franquismo resurrecto, la dictadura disimulada, un Estado de derecho podrido por la corrupción, el compadreo y la supeditación del poder judicial al político. Que el secretario general del PSOE sea el más decidido partidario de la dictadura castellana en Catalunya, del 155 y de la situación colonial que se está viviendo, demuestra que la degeneración de la izquierda española es completa.
Es curioso que ninguno de estos nacionalistas españoles caiga en la cuenta del siniestro papel que están jugando, como aprendices, herederos y albaceas de un sanguinario dictador genocida, como administradores de un Estado opresor e inviable, como protagonistas del retorno de la inquisición y la prostitución de la justicia, convertida en venganza y ley del más fuerte.
Hasta que la inevitable intervención exterior obligue a estos neofranquistas a dejar libre a Catalunya.
Nos vemos en Santa Coloma de Cervelló, en la Plaça del Pi Tallat a las 19:30.