dijous, 10 de maig del 2018

Contra los calumniadores profesionales


No suelo hablar de mis cosas pero, a veces, no queda más remedio.

Hay un sinvergüenza calumniador, llamado Juan Antonio Pareja  cuya cuenta en tuiter es (@BorjaMariaZ), colaborador que fue de El Plural que me acusa en esa red de haber justificado a los GAL en el pasado. No es nuevo. También hace unos años, el psiquiatra Enrique Gozález Duro hizo lo mismo y supongo que habrá más difamadores de la izquierda comunista y socialista que estuvieron callados en aquellos años, aprobando implícitamente el terrorismo de Estado dedicados a esta ignominiosa tarea. 

En su día contesté a Gonzalez Duro , demostrando que fui uno de los primeros, sino el primero, en denunciar a los GAL en 1988 y poner de relieve la responsabilidad del gobierno socialista y la personal de Felipe González. Ahora contesto de la misma forma al difamador Pareja, con el mismo texto. No sé que condenaran a los GAL en aquellos años. A lo mejor pueden probarlo pero, de momento, solo cabe decir de ellos y caritativamente, que se callaron. 

Pero no se privan de calumniar a otros de modo vergonzoso. Tiene narices que uno de los pocos que cumplió con su deber de denunciar a los GAL y pedir que se investigara cayera quien cayera tenga hoy que defenderse de las falsas acusaciones de haberlos amparado, difundidas por embusteros quién sabe con qué fines.

A mí se me caería la cara de vergüenza

Contesto por aquí y por FB retando directamente al tal Pareja a probar su afirmación de que yo justificaba los GAL y, de paso, a mostrar en dónde dejó él por escrito su oposición. No puedo hacerlo por Tuiter porque el propio Tuiter no me deja subir nada, me ha bloqueado. Espero, no obstante, que algún alma justiciera haga llegar a este granuja (@BorjaMariaZ) mi respuesta en Tuiter. Que no se vaya de rositas. Ni él ni ningún otro calumniador profesional de la "izquierda".

Porque en 1988 era peligroso denunciar a los GAL y pedir que se los procesara. Te echabas encima a los Pareja y los González Duro, los mismos que ahora acusan falsamente a los demás  de hacer lo que, mientras no demuestren lo contrario, quizá estaban haciendo ellos.