dijous, 31 de maig del 2018

Filibusterismo florentino

¿Maquiavelo? Un aprendiz de brujo al lado de estos Borgias mesetarios, Sforzas catalanes, Medicis bilbotarras. Las dagas florentinas lanzan destellos en la penumbra de los pasillos del congreso. Los condottieri no saben al servicio de quién ponerse. Los príncipes se miran de reojo. Ninguno quiere cargar con el mochuelo de ser el báculo de la tiranía.

Viéndose perdido, con los vascos mirando a la izquierda, M. Rajoy pensó en dimitir para yugular la moción de censura. Eso daría tiempo al PP, impediría un gobierno del PSOE y permitiría convocar elecciones... al partido con amplia experiencia en ganarlas haciendo trampas. 

Hay en marcha una curiosa maniobra de Podemos de presentar otra moción de censura de acuerdo con C's, para el lamentable caso de que fracase la de PSOE, cosa de la que ya se ha asegurado porque C's no la votará. Podemos aclara ahora que no es prestando tres votos, sino colaborando lealmente en un programa minimalista: elecciones. Aquí la yugular que se busca no es la de la moción en sí sino la del propio Sánchez que, al salir derrotado en su iniciativa, tendría difícil la continuidad. Edificante no es; verosímil, tampoco.

A esa jugada se contrapone otra más refinada aun del PNV que, tras precipitarse anunciando su voto a favor, al comprender que así empujaba a M. Rajoy a la dimisión, recogió velas y postpuso su decisión al discurso de Sánchez. De tal modo, aquel no puede dimitir previamente y se juega la cabeza en la mocióncon un grado alto de probabilidad de perderla.

El destino de Rajoy depende de los independes catalanes. ¡Què fort!!! dice Jordi Barbeta. Un preso y un exiliado deciden sobre la suerte del que los ha encarcelado y enviado al exilio. Es verdad, como dice Barbeta, que, al final, la política española depende de la catalana. Desde hace muchos años, aunque la clase política mesetaria no se enteraba. Pero también puede verse que, con este desastre, esa dependencia es irrelevante: hagan lo que hagan los indepes, la actitud del Estado hacia Catalunya no va a cambiar, lo cual no quiere decir que sea capaz de hacer nada. Si gana Rajoy, el Parlamento no le dejará gobernar y tendrá que ir a elecciones. Si gana el PSOE, quien quizá no le deje gobernar será el propio PSOE; y elecciones. 

Así que, si el resultado es el mismo, no me parece mal apoyar la posición de principios, en los términos de obligación moral en que la plantean PSOE, Podemos y ERC. El independentismo va de eso precisamente, de regeneración democrática. Incluso en el país vecino.