La mayoría de las amenazas no puede probarse; solo cuando se han cumplido. Y entonces es tarde, al menos para la que las denunciaba. De todas formas, tratándose de este asunto y tomando en cuenta otros factores como el contexto, el carácter de la derecha española, el de este gobierno en concreto y el de sus aliados, etc., se me ocurren cinco vías probatorias.
1ª y más convicente, que hayan saltado al unísono Rajoy, Méndez de Vigo y el del CNI negándolo con auténtica furia refuerza la conviccción generalizada de que hubo amenazas. Todo lo que el gobierno afirma lo niega con hechos y todo lo que sus hechos afirman lo niegan sus palabras.
2ª anhelo de violencia y muertos en el conflicto catalán lo han mostrado reiteradamente los nacionalistas españoles so capa de formularlo como temor de que sea el adversario quien los cause. Eso lo hacen en España hasta los más ilustres periodistas, indignados, quizá, de que aún no se haya producido y, lo que es peor, en lo que depende del independentismo catalán, no se producirá.
3ª numerosas personalidades han pedido la intervención armada en Cataluña. Muy en su papel de Aldonza Lorenzo ministerial, Cospedal (aquí la tienen ustedes jugando a 007 de La Mancha, absolutamente desternillante), Cospedal, digo advierte de que el ejército está presto a cumplir con el artículo 8 de la Constitución. Y otros, más flamígeros, estilo Alfonso Guerra piden enviarlo ya mismo. No ignora, supongo, que una intervención militar puede generar muertos con facilidad. España, dijo este señor en cierta ocasión, no va a reconocerla ni la madre que la parió. Pues, sí, la madre que parió a España la reconoce sin problemas, a quien no reconoce la madre que lo parió es al socialismo.
4ª España es el país más corrupto de la UE. Para tapar la corrupción el gobierno, su principal responsable, amparado en el artículo 155, de plenos poderes, está dispuesto a lo que sea. Galtieri pretendió tapar el hundimiento de su dictadura invadiendo las Malvinas. Las Malvinas españolas están en Cataluña.
5ª) Rajoy y Sánchez compartían la amenaza a Puigdemont de que sería el responsable de la aplicación del 155, típica "advertencia" del maltratador, que hace culpable a la víctima. Por la propia naturaleza del 155, la "advertencia" implica la responsabilidad ulterior por lo que esa aplicación pueda suscitar. Incluida la fuerza militar. Incluidas las muertes. El 155 faculta al gobierno a tomar las medidas "necesarias" y deja la valoración de esa necesidad al propio gobierno y su muchachada en el Senado.
O ¿es que no sabemos de quién estamos hablando?