Vamos, que nos vamos. Las mejores ofertas por liquidación de temporada. Promesas a go-go. Se devolverán las pagas mermadas a los funcionarios, se supone que con los correspondientes intereses. Y también los días tachados del calendario. Hay elecciones y los empleados públicos son un sufrido sector muy agraviado en estos tres años. Hay que endulzarle la existencia para que vote a los mismos que le redujeron los salarios y le subieron los impuestos. Nada hombre, ¿qué impuestos? El IRPF bajará el año que viene. Falta ganarse también a los jubilados, otro sector de votantes muy enfurruñado por el maltrato recibido y el expolio a que ven sometido su fondo de reserva. La almoneda no tiene nada preparado al respecto. Pero lo tendrá a buen seguro. Algún dato retorcido para mostrar los beneficios acarreados a los pensionistas. Saldrá porque también hay almoneda en medios de comunicación. En RTVE han contratado a media docena de predicadores de la derecha, auténticos killers dialécticos que cobrarán una pastuqui de los fondos públicos por insultarnos. Habrá licencias de televisión para los amigos, si no es de una forma, de otra.
La mayor almoneda, en la política. Cifuentes, apoyada en C's, ha entrado en Madrid casi como una conversa a Podemos. Ha suprimido el Consejo Consultivo de la Comunidad, un cementerio de elefantes que consumían su peso en oro sin aportar nada digno de mención a la colectividad. Abre auditorías, es de suponer que en serio, a los gobiernos anteriores. O sea, ha puesto una bomba fétida en la sede del gobierno autonómico. El PP auditando en serio al PP es una imagen de almoneda. Eso todavía no lo ha hecho nadie.
La almoneda reza también con la jefatura. Rajoy se ha autodesignado candidato sin que haya habido resistencia alguna. Pero autodesignarse candidato no garantiza el triunfo electoral. Los sondeos y previsiones del PP son muy pesimistas. Si no, es poco probable que devolviera los salarios detraídos de los funcionarios. Rajoy puede perder las elecciones. Hasta es probable que suceda. Almoneda de líderes. La repentina aparición de Cifuentes augura una próxima batalla por la presidencia del PP de Madrid y, seguramente, del PP nacional. Por lo demás, el grado de ósmosis entre el PP y C's es tal que no serían de extrañar trasvases del uno al otro, incluido el de la propia Cifuentes a quien harán la vida imposible sus compadres del partido de la corrupción.
La incógnita en Madrid es Aguirre, cuya posición se ha debilitado mucho y se ve obligada a llevar su política de oposición municipal en twitter. Es evidente que deberá hacer algo si quiere mantener viva su aspiración al liderazgo en un ambiente en el que se perfilan otras opciones sustitutorias al desastre sin paliativos de Rajoy. Ya son escasas las posibilidades para su inimitable estilo, pero quizá pueda reaparecer en primera línea sosteniendo tener pruebas de que Carmena es una reencarnación de Psionaria.